Ideales educativos de los liberales y su impacto en el porfiriato (México)
Enviado por Marco Antonio Salas Luévano
- Resumen
- Lucha por la hegemonía: Conservadores vs Liberales
- Los Liberales y la orientación positivista
- Conclusión
- Bibliografía y notas
RESUMEN
El presente pretende hacer un seguimiento, "lo vivido" por los grandes personajes del México independiente, hasta los que destacan en los hechos violentos que le secundan y que le permite la entrada paulatina al periodo del PORFIRIATO en los tres cuartos del siglo XIX. Su proceso no fue fácil, resultó de una lucha intestina ideológica, social y política entre los grupos antagónicos que querían conservar el poder hegemónico y otro por conseguirlo: conservadores y liberales.
Al triunfo de estos últimos, se busca la manera de incidir en la vida educativa nacional, momento en que figuran grandes intelectuales con debates y discusiones, hasta implantar al positivismo como una filosofía de poder, orden y progreso en el país. Un positivismo científico que es aplicado en sus justas dimensiones, tomado como evangelio doctrinario; donde la figura de Comte destaca como un ser iluminado, divulgado por sus discípulos (los científicos mexicanos) hasta implantarse como una verdadera religión. El positivismo todo lo inundó, los historiadores, los novelistas, los románticos; también las artes, la ciencia, el periodismo y por supuesto lo educativo quedan impregnados con el sello del positivismo.
LUCHA POR LA HEGEMONÍA: CONSERVADORES VS LIBERALES
En el lapso de una centuria (1810 – 1910), México fue un país convulsionado por múltiples enfrentamientos internos, como los que se dan a mitad del siglo XIX, por dos grandes grupos de intelectuales los llamados conservadores (gente rica, de profesión curas, cuarteleros, grandes en edad y espíritu neoclásico), y los liberales (gente de recursos económicos modestos, profesión jurídica, edad joven y espíritu romántico). Al promediar el siglo, "la clase intelectual"1 alarmada por la situación social política y económica del país como consecuencia de los conflictos de la independencia del país y los que le secundan (perdida de más de la mitad del territorio nacional, el caos económico, la guerra intestina y el desbarajuste en la administración pública), decide poner remedio al mal, tomando en sus manos el aparato administrativo del estado.
Así tanto unos como otros, compartían dos creencias: la de la pequeñez humana de los mexicanos y la de la grandeza natural de México. Ambos asumían la idea de que la sociedad mexicana no tenia el suficiente vigor para salir adelante. Los dos clubes eran pesimistas, pero la índole de su pesimismo era diferente. Veamos porqué, por un lado los conservadores adoptan como jefe supremo a un hombre culto con estudios en el viejo continente, D. Lucas Alamán, intelectual con buen gusto literario y religioso que sabia como penetrar en las almas de las gentes, aunque medroso y pacifista, pero con ambiciones de poder, que contaba con la mayoría de los intelectuales de sotana y soberbia, más no dinámica ni activa.
Ellos (los conservadores) tenían mucho que perder, eran dueños de grandes propiedades y añoraban la vuelta del orden español y la monarquía del viejo mundo; motivo por el cual les adaptaron el apodo de los verdes, cangrejos y traidores. Su ideario se sintetiza en siete puntos plasmados en las siguientes palabras: Conservar la religión católica…. prohibir la circulación de obras impías e inmorales; …mediante un gobierno que tenga la fuerza necesaria con principios y responsabilidades; pero en contra el sistema representativo de elecciones populares, pedían una nueva división territorial que facilite la buena administración, con una …fuerza armada en número suficiente para las necesidades del país, no más congresos sino algunos consejeros planificadores, y sostenían que …perdidos somos sin remedio si la Europa no viene pronto en nuestro auxilio". La identidad naciente del mexicano se ve abatida con estos pronunciamientos de entreguismo por parte de los conservadores.
Por ello, las respuestas de los intelectuales liberales no se hacen esperar, estos a mediados del siglo carecen de un jefe guía, asomándose algunas cabezas cuarentonas como las de D. Benito Juárez que pronto adquiere presencia y firmeza entre los liberales, ya que era considerado como un hombre fuerte, tenaz, activo y decidido de origen rural, educado en el seminario eclesiástico y en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca; también D. Melchor Ocampo, oriundo de Morelia, Mich. con abundantes bienes materiales, lucido, dinámico, educado e ingeniero de profesión; o un D. Miguel Lerdo de Tejada del Estado de Veracruz inclinado al estudio de la historia y economía; y el General D. Ignacio Comonfort; quien junto a los otros creían en la existencia de un indomable antagonismo entre los antecedentes históricos de México y su engrandecimiento futuro; y en la conducción del país por las vías de la libertad del trabajo, comercio, educación y letras, la tolerancia de cultos, y la supeditación de la iglesia al estado, la democracia representativa, la independencia de poderes al federalismo, debilitamiento de las fuerzas armadas, la colonización con extranjeros en tierras vírgenes, la pequeña propiedad, el cultivo de la ciencia, la difusión de la escuela, el padrinazgo de los Estados Unidos de Norteamérica, donde este "no solo en sus instituciones, sino en sus prácticas civiles" debía ser el guía de los destinos de nuestro país.
Ese padrinazgo en nada se diferenciaba con las expectativas proteccionistas y aspiraciones europeizantes de los conservadores; por ello, los liberales aunque con grandes diferencias en sus planteamientos políticos, sociales y económicos; coexistía en su seno grandes contradicciones que no permitía las aspiraciones de cambio total en los grandes aspectos (sociales, económicos y políticos) del país. "El liberalismo mexicano asume a grandes rasgos este proyecto ideológico y político"2 con todas sus virtudes y defectos, con gente culta y refinada haciendo frente al caos político, económico y social.
En ese contexto, la educación pública no se había estancado del todo, ya que la Compañía Lancasteriana extendía sus escuelas y sus métodos a la vida urbana, está llega a México en 1822 y "en marzo de 1890 el general Porfirio Díaz decreta el cese de la intervención de la escuela Lancasteriana en México. En el inciso 2º. de dicho decreto se expone que "..no es en la actualidad compatible con los métodos modernos y aceptados en todos los pueblos cultos como más eficaces" 3.
Así la primera escuela Lancasteriana "…comienza a funcionar en el edificio de la Santa Inquisición. Su método es la enseñanza mutua. El maestro, en vez de ejercer directamente la función docente con todos sus alumnos prepara a los más adelantados, llamándolos monitores, para que enseñen a sus compañeros de aprendizaje. En las horas de clase el maestro, se limita a realizar las tareas de tipo disciplinario (vigilancia, control, dictado de ordenes, etc.)4 "la misma escuela Lancasteriana también estaba dirigida a educar a los hijos de los artesanos y, en general, a los hijos de los pobres de las ciudades. Si bien el método Lancasteriano de educación mutua constituye ya una forma de racionalización pedagógica (método de "cascada", donde los alumnos más aventajados actúan como monitores de los que están por debajo de su nivel), pronto se elevaron las voces que reclamaban avanzar más allá en la misma dirección5. También en algunas ciudades del interior del país abrieron las puertas a este novedoso proceso educativo.
Página siguiente |