Cuando se pronuncia el término tabaco, los imaginarios sociales relacionan el concepto con la imagen física del cigarrillo, lo cual es bastante acertado en la actualidad. Sin embargo, la sociedad por lo general no diferencia la adicción del consumo, la libertad del libertinaje y lo placentero de lo nocivo. Es decir, las personas adictas al consumo de tabaco son dominadas por sensaciones físicas que lo impulsan a depender de aquella sustancia para lograr una satisfacción de índole personal, entre tanto el consumo es una acción que se halla condicionada por el mercado, la publicidad y el marketing, ya que las empresas intentan generar mayor oferta y demanda del cigarrillo a fin de incrementar sus ganancias económicas. Por ende, sus propagandas se hallan relacionadas con imágenes de personas que representan el carácter del placer y la sensualidad, que fuman en grupo y se sienten respaldadas para fumar.
Por estas razones, la población que más padece la adicción al cigarrillo es la de los adolescentes y jóvenes, pues estos últimos no diferencian la libertad del libertinaje, ya que piensan que la primera es para usarse como ellos quieran, por ello al fumar en grupo y de forma desmedida se convierten en víctimas de un consumismo que acaba con su integridad física y destruye su salud.
Por otra parte, la sociedad no coloca barreras a lo placentero y lo nocivo, dado que, existen cosas placenteras que no son nocivas, entre tanto, otras generan placer pero consigo traen consecuencias nocivas para la integridad emocional, mental y física, como en el caso del cigarrillo. Por ejemplo:
"El fenómeno del consumo de cigarrillos se constituyó desde hace varios decenios en un problema de salud pública, ya que siendo la nicotina un principio activo de la hoja de tabaco, es una sustancia que entra en la clasificación de droga de la OMS/WHO (1992), dadas sus propiedades farmacológicas y potencial adictivo". (Enciso y Zarate. 2010, p. 17)
Es decir, la sociedad legaliza y fomenta el consumo de cigarrillo aun cuando este último genere efectos nocivos para la salud pública de cualquier país, lo cual indica que la culpa no es solamente de las empresas que lo distribuyen, sino que también lo es de los gobiernos que respaldan el consumismo del tabaco y de las personas que lo compran y lo convierten en un producto bastante rentable para la industria.
Por otra parte, es importante señalar que no se realizan campañas pedagógicas que aumenten el nivel de conciencia de los ciudadanos en relación a los daños que provoca el cigarrillo, sus componentes químicos etc. A saber:
"Los cigarrillos se hacen de hojas secas de tabaco, así como de ingredientes añadidos para dar sabor y para otros motivos. Se han encontrado más de 4,000 químicos diferentes en el tabaco y en el humo del tabaco, de los cuales más de 60 químicos son causantes de cáncer (carcinógenos) conocidos. Existen cientos de sustancias que los fabricantes agregan a los cigarrillos para intensificar el sabor o para hacer más agradable el hábito de fumar". (Enciso y Zarate. 2010, p. 19)
Como se puede evidenciar, el consumo de cigarrillo parece ser una demostración de la falta de racionalidad que poseen los seres humanos, de su capacidad autodestructiva y ambición desmesurada. Ya que aún las personas intelectuales como en el caso de los académicos, científicos, políticos, médicos etc. Fuman por el solo placer que les genera el tabaco sin interesarles que sea nocivo para su propia salud y la de aquellos que los rodean. Es decir, son irracionales porque se destruyen a sí mismos y lo hacen con otros, además de la ambición de los gobiernos y las empresas productoras de tabaco que acaban con el valor de la vida por el solo hecho de aumentar su lucro financiero. Por ende, es importante afirmar:
"Los esfuerzos conjuntos, especialmente los que facilitan a los adolescentes la adquisición de las habilidades necesarias para rechazar el tabaco, pueden reducir eficazmente la iniciación y el tabaquismo". (Enciso y Zarate. 2010, p. 25)
El alcohol y sus consecuencias sociales
El alcohol es una de las bebidas que más se consume en todo el mundo, porque a diferencia del cigarrillo que es nocivo en su totalidad, el alcohol no lo es cuando se bebe de manera responsable y moderada. Por estas razones, se utiliza en las reuniones, eventos, fiestas sociales o familiares, porque se considera una bebida que integra a las personas, disminuye la timidez y alegra la celebración en los distintos escenarios en donde se usa.
Sin embargo a corto plazo el alcohol es más peligroso que el tabaco, pues una persona puede fumarse medio paquete de cigarrillos sin que por ello destruya su salud y la de otros de manera inmediata, entre tanto un individuo que bebe hasta emborracharse puede caerse, golpearse, fracturar alguna parte de su cuerpo, provocar un accidente de tránsito, iniciar una pelea, matar a un familiar o suicidarse, entre otros tantos acontecimientos que podrían enunciarse.
Este tipo de situaciones se pueden presentar porque no existe una restricción para el consumo del alcohol, puesto que las personas pueden beber hasta perder el conocimiento siempre y cuando paguen el dinero de lo que consumen. Por otra parte, la restricción se evita por cuestiones financieras, dado que, las ganancias económicas por ventas de alcohol son mucho más significativas para los establecimientos que las ventas del tabaco.
Es decir, las consecuencias negativas del alcohol pueden demostrar que al igual que el cigarrillo, dicha bebida se puede clasificar como una droga que genera dependencia, adicción, daños sociales, físicos y psicológicos.
"Estudios científicos demuestran el efecto tóxico directo del alcohol sobre el hígado y el cerebro, dando lugar a deficiencias en el funcionamiento hepático (cirrosis hepática) a disminución de la memoria y de las capacidades intelectuales del alcohólico". (Bolet y Socorras. 2003, p. 27)
Por estas razones, se puede afirmar que tanto el cigarrillo como el alcohol son factores de consumo que generan consecuencias negativas al interior de la sociedad, pues el tabaco produce enfermedades como el cáncer de lengua, garganta, pulmón etc. Entre tanto, el alcohol sirve como un mediador alternativo para la diversión, como también un generador químico que puede provocar tragedias sociales que marcan significativamente a los ciudadanos de todas las edades. Por ejemplo:
"El alcohol puede ser considerado un nutriente, una toxina o una droga dependiendo de la cantidad y frecuencia consumida. No sólo interesa la cantidad consumida, sino la frecuencia en que se consume, el tipo de bebida alcohólica que se consume, las mezclas que se hace, la fuente de donde se obtiene y consigue la bebida alcohólica, y los riesgos inherentes que pueden conducir a problemas interpersonales, violencia intrafamiliar, conductas sexuales peligrosas, embarazos no deseados, accidentes, morbilidad y mortalidad por accidentes de vehículo automotor, muertes, suicidio, ausentismo escolar, perjuicio y daños en personas y bienes ajenos". (Navarro y Muñoz. 2007, p. 11)
Es decir, los gobiernos y las empresas separan de manera estratégica la ética de la economía, por ende, consideran que la ética no es necesaria en la economía, entre tanto para la ética la economía si es importante porque proyectada de manera adecuada puede generar bienestar social.
Este tipo de acontecimientos son bastante contradictorios, ya que los gobiernos persiguen drogas tales como la marihuana, la cocaína, los alucinógenos etc. Pero no persiguen el tabaco y el alcohol, todo lo contrario; expiden licencias para que la industria pueda aumentar la oferta de aquellos productos de consumo que afectan la salud, destruyen a la adolescencia, la juventud y las familias que padecen las consecuencias directas o indirectas del consumismo del alcohol y el tabaco por parte de la sociedad.
Es necesario que la sociedad logre diferenciar la adicción del consumo, la libertad del libertinaje y lo placentero de lo nocivo. De lo contrario, las empresas seguirán aumentando sus monopolios financieros, los gobiernos legalizando la producción, distribución y venta del cigarrillo y el alcohol. Dado que, estas industrias existen porque encuentran consumidores activos y pasivos que generan demanda de productos que provocan placer, satisfacción y consecuencias negativas cuando son usados de manera desmedida y poco racional.
Declaro bajo juramento que este ensayo es original, no ha participado en ningún otro concurso.
Nombre y apellidos: Darío Ariza Carreño.
Ángela Marcela Enciso y Juan Carlos Zarate. (2010). Factores motivacionales que determinan el consumo de cigarrillo en los estudiantes de pregrado de administración de empresas. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.
Dra. Miriam Bolet Astoviza y Dra. María Matilde Socarrás Suárez. (2003). El alcoholismo, consecuencias y prevención. Hospital Universitario "General Calixto García. Cuba.
Diana Carolina Cicua Navarro y Liliana Muñoz Ortega. (2007). Factores asociados al consumo de alcohol en adolescentes de Bogotá entre 12 y 17 años pertenecientes a estratos 4 y 5. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.
Texto Académico Argumentativo
ASESOR INTELECTUAL EN COLOMBIA – JOSE ORLANDO MELO NARANJO INVESTIGADOR EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS Y PENSAMIENTO UNIVERSAL EDITORIAL: UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA E INDEPENDIENTE DE MEXICO (UNAD) FACULTAD DE ESTUDIOS A DISTANCIA – 2014
Autor:
Darío Ariza Carreño.