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El Santuario en Hebreos 9:1-5

Enviado por Aristone Aristide


  1. Introducción
  2. Etimología de la palabra santuario
  3. Importancia de un santuario para Israel
  4. Descripción del Antiguo Santuario en hebreos 9: 1-5
  5. Conclusión
  6. Bibliografía

Introducción

El autor de la carta a los Hebreos trata de Jesús como el que nos introduce en el mundo de la realidad. Ha hecho uso de la idea de que, en este mundo, no tenemos más que copias imperfectas de lo que es verdaderamente real. El culto que puede ofrecer la humanidad es una sombra fantasmagórica del Culto que sólo puede ofrecer Jesús, el verdadero Sumo Sacerdote.

Aunque en Hebreos 9:1-5, nos es presentado toda la belleza del tabernáculo del desierto y de su culto, eso era solamente un mero y pálido reflejo de la realidad en comparación con el verdadero tabernáculo cuyo Jesús el mismo constituye el Sumo sacerdote.

Este trabajo es un análisis de los textos de Hebreos 9: 1-5. En este trabajo, nos proponemos presentarlo siguiente:

Capitulo I: La etimología de la palabra santuario, la noción del tabernáculo en el antiguo

mundo y la adoración en aquellos tiempos.

Capitulo II: La importancia de un santuario para Israel y el Santuario en la carta a los

Hebreos.

Capitulo III: La descripción del antiguo santuario en Hebreos 9: 1-5, el análisis y

significado de los elementos del santuario.

CAPITULO I

Etimología de la palabra santuario

  • 1. El templo

El vocablo latín templum era el equivalente del término hebreo Beth Elohim, y significaba la morada de Dios; de ahí que, por su relación con la adoración divina, literalmente significa la Casa del Señor.

  • 2. Tabernáculo

Tabernáculo proviene de la palabra en latín tabernaculum que quiere decir tienda. Tabernaculum es diminutivo de taberna que significa cabaña, caseta o taberna. También se le denominaba santuario o Lugar de Reunión (?????? mow'ed).

El tabernáculo, llamado en hebreo mshkdásh (?????????, "morada"), fue el santuario móvil construido por los Israelitas en el desierto, durante el éxodo de Egipto, como lugar de adoración a Dios Yaveh y en el que se resguardaban las Tablas de la Ley de Dios, la vara de Aarón y un pan de maná dentro del Arca de la Alianza (Éxodo 25:8), función que cumplió hasta que fue construido el Templo de Jerusalén por el rey Salomón.

  • I. LA NOCIÓN DE TABERNÁCULO EN EL ANTIGUO MUNDO

Entre los pueblos vecinos a Israel

En muchas edades distintas, tanto los adoradores de ídolos como los adherentes del Dios verdadero y viviente han levantado edificios considerados en su totalidad como santuarios o recintos así llamados. Los templos paganos de la antigüedad eran tenidos por habitación de los dioses y diosas míticos cuyos nombres llevaban, y a cuyo servicio se consagraban los edificios. Aunque se usaban las inmediaciones de estos templos como sitios de reunión general y ceremonia pública, siempre había recintos interiores donde solamente los sacerdotes consagrados podían entrar, y en los cuales, según se afirmaba, se manifestaba la presencia de su deidad. Como evidencia de la exclusividad de los templos antiguos, aun los de origen pagano, hallamos que el altar de adoración pagana se colocaba, no dentro del propio templo, sino delante de la entrada. Los templos jamás han sido considerados como sitios de reuniones públicas ordinarias, sino como recintos santos, consagrados a las ceremonias más solemnes de ese sistema particular de adoración, idólatra o divino, del cual el templo era el símbolo visible y el ejemplo material.

  • 2. El tabernáculo en Israel

El tabernáculo era una tienda portátil que podía fácilmente desmantelarse. Su propósito era ser una morada adecuada para Dios, y por lo tanto estaba construida de materiales de las mas alta calidad, usando las mejores habilidades humanas.

  • II. LA ADORACIÓN EN LOS TEMPLOS ANTIGUOS

  • 1. Entre los pueblos

En muchas edades distintas, tanto los adoradores de ídolos como los adherentes del Dios verdadero y viviente han levantado edificios considerados en su totalidad como santuarios o recintos así llamados. Los templos paganos de la antigüedad eran tenidos por habitación de los dioses y diosas míticos cuyos nombres llevaban, y a cuyo servicio se consagraban los edificios. Aunque se usaban las inmediaciones de estos templos como sitios de reunión general y ceremonia pública, siempre había recintos interiores donde solamente los sacerdotes consagrados podían entrar, y en los cuales, según se afirmaba, se manifestaba la presencia de su deidad. Como evidencia de la exclusividad de los templos antiguos, aun los de origen pagano, hallamos que el altar de adoración pagana se colocaba, no dentro del propio templo, sino delante de la entrada. Los templos jamás han sido considerados como sitios de reuniones públicas ordinarias, sino como recintos santos, consagrados a las ceremonias más solemnes de ese sistema particular de adoración, idólatra o divino, del cual el templo era el símbolo visible y el ejemplo material.

  • 2. En Israel

En días antiguos, el pueblo de Israel se distinguía entre las naciones como edificador de santuarios al nombre del Dios viviente. Este servicio les era requerido en forma particular por Jehová, a quien profesaban servir. La historia de Israel como nación data desde el Éxodo. Durante los siglos de su esclavitud en Egipto, los hijos de Jacob habían llegado a ser un pueblo numeroso y fuerte, mas no obstante, bajo servidumbre. En el debido tiempo, sin embargo, sus aflicciones y súplicas llegaron al Señor, quien los sacó con brazo extendido de poder. No bien hubieron escapado del ambiente de la idolatría egipcia, les fue requerido preparar un santuario en el cual Jehová pudiera manifestar Su presencia y dar a conocer Su voluntad como su Señor y Rey aceptado.

El tabernáculo, sagrado para Israel, en calidad de santuario de Jehová, desde la época de su construcción en el desierto, y entonces durante el período en que anduvieron errantes y aun por siglos después se construyó de acuerdo con un plan y medidas revelados. Se trataba de una estructura compacta y portátil, acomodada a las exigencias de su emigración. Aun cuando el tabernáculo era solamente una tienda, se construyó con los mejores, los más preciados y los más costosos materiales que el pueblo poseía.

CAPITULO II

Importancia de un santuario para Israel

La orden de Dios de que se le edificara un santuario entre los israelitas vino después de que salieran de Egipto e hicieron un pacto con él (Éx. 25:8). Este sugiere que la redención es anterior a la libre entrada al santuario porque únicamente aquellos que han sido redimidos y han entrado en una relación de pacto con Dios pueden gozar la plena comunión con él. En cierto sentido, el santuario es un intento de restaurar la condición edénica de una comunión intima con Dios.

  • 1. El santuario: un lugar de reunión

El santuario es un lugar de reunión para Dios y para los humanos. Su nombre ""tabernáculo de reunión"", muestra esta función: proporcionar un espacio donde puedan reunirse Dios y su pueblo. La idea de encontrarse con Dios es muy importante en el Éxodo. Dios, a través de Moisés, hizo una cita con los Israelitas en el Sinaí(3: 12).

  • 2. El santuario: un centro de revelación divina

En el Sinaí, se reveló la gloria de Dios (Éx. 24: 16, 17); más tarde, residió en el santuario. Esa gloria no era meramente el resplandor de su presencia, sino, de una manera especial, el ministerio de su persona. La luz impenetrable de su gloria daba testimonio de su inmanencia y su trascendencia. Dios continuó revelando su voluntad desde el santuario. Los diez mandamientos, proclamados por Dios en el Sinaí, fueron proclamados ahora desde su santuario (Éx. 25:22). También desde el santuario, Dios reveló su poder como rey y juez; poder que alcanzó más allá de los limites de Israel hasta el mundo entero. Su presencia localizada en el santuario no lo limitaba de ninguna manera.

  • 3. El santuario: un centro de adoración

Para los Israelitas, encontrarse con Dios en el santuario era un acto de adoración. Esto fue particularmente cierto durante las festividades cuando venían con gozo para alabar al Señor. El pueblo de Israel iba también al santuario con sus preocupaciones y necesidades esperando encontrar refugio y consuelo en Dios. A veces iban para confesar su pecado y buscar el perdón del Señor a fin de ser contados entre los justos. Allí recibían la bendición y la justicia de Dios.

  • 4. El santuario: un lugar de acceso al santuario celestial

Angel Manuel Rodríguez escribe en este sentido:

""De acuerdo con Éxodo25:9, el tabernáculo debía construirse siguiendo el diseño que el Señor le mostró a Moisés en el monte Sinaí (Éx. 25:40). Este concepto necesita estudio porque arroja luz sobre la verdadera naturaleza del santuario israelita. El sustantivo tabnit se deriva del verbo bãnãh, construir. En el A.T., tabnit se refiere a la estructura, un diseño o modelo para un edificio, una figura de algo, o una réplica o símil. Generalmente describe un objeto tridimensional y en la mayoría de los casos presupone la existencia de un original""[1]

Esta condición de excelencia constituía la ofrenda de una nación al Señor. Su construcción fue prescrita con minucioso detalle, así en cuanto al diseño como al material; fue en todo respecto lo mejor que el pueblo pudo dar, y Jehová santificó la dádiva ofrecida con su aceptación divina. Dicho sea de paso, tengamos presente el hecho de que, bien se trate del don de un hombre o de una nación, lo mejor, si se ofrece con toda la voluntad y con intención pura, siempre es precioso a la vista de Dios, pese a lo pobre que parezca ser cuando se le compara con otras cosas.

  • I. EL SANTUARIO EN HEBREOS

El autor de Hebreos sigue el modelo del libro de Éxodo: redención, pacto, y santuario. El santuario del nuevo pacto es superior porque es celestial (8: 1, 2; 9: 24 ). Aquí, Hebreos se basa en Éxodo 25:9, 40, y encuentra allí una referencia al verdadero santuario celestial de Dios que antecede al terrenal. El santuario celestial sirvió como modelo para el terrenal, y puede ser llamado el antitipo (9: 24, griego: antitypos). Puesto que el tabernáculo es una copia del original, es inferior, y se lo describe como una ""sombra"" del celestial. Como una copia y una sombra, el santuario terrenal señalaba al celestial y así testificaba de su propio transitoriedad (9: 11).

En Hebreos, el santuario celestial es real; Cristo entró allí después de su ascensión (4:14-16; 9:24; 10: 12). Para el apóstol, Cristo es una persona divina que se revistió de humanidad y llegó a ser una de nosotros, sufrió bajo la presión de las tentaciones, murió en la cruz, ascendió al cielo y entró en el santuario celestial. Para el autor de Hebreos, la realidad de todas estas experiencias está fuera de dudas.

Hebreos, siguiendo las enseñanzas del AT, aboga por la existencia de un santuario real en el cielo. Algunos pasajes que a primera lectura parecen indicar una interpretación metafórica del santuario celestial, bajo una interpretación minuciosa más exacta, respaldan una interpretación literal. El sustantivo ta hagia (el santuario) en Hebreos designa como un todo uno de sus dos departamentos. Esto está indicado particularmente por el hecho de que ta hagia se usa en paralelismo con ""tienda"" (skene, 8: 2), que en el AT se designa como tabernáculo. Además, cuando el autor de Hebreos se refiere al Lugar Santo, se usa hagia sin el artículo; y cuando se refiere al Lugar Santísimo, se emplea hagia hagiõn. Este énfasis en el Santuario terrenal como una copia del celestial relacionado con una discusión de los dos departamentos del terrenal (9:1-7) sugiere que el autor de Hebreos comprendió que el santuario celestial era de una estructura bipartita.  

CAPITULO III

Descripción del Antiguo Santuario en hebreos 9: 1-5

En el AT todo el santuario terrenal en su conjunto fue creado con la función de permitir que Dios pueda habitar entre su pueblo. El Santuario era el medio, herramienta o método diseñado por Dios mismo para poder cohabitar con su pueblo escogido, encontrarse con él, hablarle y que éstos pudieran reconocer en Él al Señor, el único y verdadero Dios que los sacó de Egipto.

"Y que hagan un santuario para mí, para que yo habite entre ellos. Conforme a todo lo que te voy a mostrar, conforme al diseño del tabernáculo y al diseño de todo su mobiliario, así lo haréis"[2].

El santuario mencionado en Hebreos 9:1-5 es claramente el tabernáculo del desierto descripto detalladamente en el libro de Éxodo. La primera parte–el Lugar Santo. El tabernáculo tenía un patio alrededor. El tabernáculo en sí era como una tienda de campaña (carpa) dividida en dos partes. Entrando por la puerta era entrar en el lugar santo.

  • II. ANÁLISIS Y SIGNIFICADO DE LOS ELEMENTOS DEL SANTUARIO

1. El candelero Éx. 25:31-40

Por el candelero de oro, entendemos que a luz de Dios fue alumbrada para siempre. Representa los Ministerios y misiones así que los cristianos Mt. 5:14 y la iglesia Apoc. 1:20. Es también símbolo de Cristo alumbrando por medio de los cristianos y la iglesia pues Jesús es la luz del mundo. Jn. 8:12; Jn. 1:9.

2. La mesa de los panes

La mesa de los panes representa la presencia y provisión de Dios. Es la santa cena, la cena del pacto, esperando por Jesucristo. La mesa de los panes simboliza también nuestra confianza en Dios. El pan es un símbolo de Cristo, el Pan de Vida Jn. 6:35. La mesa simboliza mas bien nuestra comunión con Dios por medio de Cristo Éxodo 25:23-30

El "pan de la proposición" (Levítico 24:5-9) simboliza "la cena del Señor". Participaban sólo los sacerdotes purificados. Asimismo en la iglesia, participan de la mesa del Señor sólo los cristianos representando a los sacerdotes espirituales purificados según 1 Pedro 2:4-10. El significado del Pan es la provisión física de Dios para Su pueblo.

  • 3. El velo

Un velo dividía el Lugar Santo del Lugar Santísimo. Era la representación de la separación entre Dios y los humanos. Era violeta y escarlata (reino y sangre). Midió 8 metros alto y 10 centímetros grueso, pues se rasgó de arriba a abajo cuando Jesús murió en la cruz (Josephus el Historiador dijo que los Judíos lo cosieron rápidamente y lo culparon por el terremoto. Nuestra relación y compañerismo con Dios es posible. El velo es el cuerpo de Cristo (Heb l0:l9, 20). A través de su cuerpo quebrantado en la cruz, tenemos el derecho para entrar en el lugar santísimo como sacerdotes.

Debido al elemento humano en el Tabernáculo, es decir a Moisés y Aarón, un velo lograba la separación entre el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. El velo indicaba que un ser humano no podía aproximarse para morar abiertamente en la carne ante la presencia de Dios. La Biblia nos dice que este velo fue desgarrado de arriba hacia abajo al morir Jesús. Jesús entró y descansó en la presencia de Dios, pero no lo hizo en la carne. De hecho, el libro de Hebreos nos enseña que Su carne era el velo mismo. De manera similar, mientras estemos viviendo en esta carne solo podremos tener acceso limitado a Dios, no obstante cuando ese velo se rompa estaremos plenamente ante la presencia del Señor.

El velo representa el acceso restringido a Dios mientras se está en la carne. Por supuesto, Jesús ha traspasado este velo sentándose a la derecha de Dios. Conocemos a Jesús en el Espíritu y en consecuencia, vemos al Señor glorificado por el Padre. Eventualmente, nosotros también atravesaremos este velo para estar ante Dios.

Pablo escribió en Colosenses que "Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios" (Colosenses 3:3). En lo referente al tabernáculo, esto significa que vivimos dentro del Mikdash en la presencia de Dios. Es desde esta posición que debemos ministrar, apoyar y exhortar Israel ofreciendo reconciliación al mundo entero (Romanos 15:8-9).

  • 4. El incensario de Oro

El incensario de Oro era símbolo de Cristo nuestro intercesor. Simboliza también la intercesión por el pueblo de Dios, y adoración a Dios , oración y perdón. Por el incensario, comprendemos que el poder del sacrificio de Jesús es un olor dulce, como

5. El arco del pacto

El Arco del Pacto era una caja de madera fina cubierta de oro adentro estaba. Símbolo de la presencia de Dios, el sumo sacerdote entró en frente del arca solamente una vez por año. Ahora, estamos en Cristo, y Cristo esta en nosotros continuamente. Se realiza relación  personal e intimidad. Ahora, Jesús esta dentro de nosotros. Somos el arca del pacto. La maná está dentro de nosotros (Jn. 6:32-35). La ley está escrita en nuestros corazones. Somos sacerdotes y el Sumo sacerdote vive dentro de nosotros.Éx. 40:30 

6. La urna de oro con el maná

Esta vasija de oro que contenía el maná nos presenta dos pensamientos:

  • La fidelidad de Dios, quien durante cuarenta años había alimentado a su pueblo a través del desierto; convenía tenerlo presente: "te acordaras de todo el camino" (Deuteronomio 8:2).

  • Ella es un memorial de Cristo descendido del cielo, pan de vida, alimento de su pueblo en el desierto (Juan 6:31-38, 58).

Cabe señalar al respecto que los israelitas recogían cada día un omer de maná; tal es nuestra parte: alimentarnos de Cristo cada día. Pero el último versículo de Éxodo 16 nos dice que "un gomer (u omer) es la décima parte de un efa", vale decir que lo poco que podemos captar de Cristo aquí abajo no es más que una débil parte de la plena medida que tendremos en la gloria. Éx. 16:33-34 

7. La vara de Aarón

Esta Vara (Núm. 17:10) que había brotado, producido flores y almendras, nos habla de la gracia y de la resurrección. Así, todo lo que el Arca nos enseña acerca de la Persona de Cristo es completado por su contenido: su obediencia perfecta, su humillación como descendido del cielo, su gracia y su resurrección.

8. Las tablas de Moisés

Las primeras tablas habían sido quebradas ente la idolatría del pueblo (Éxodo 32:19). Las segundas tablas nos son presentadas en Deuteronomio 10:3-5 como no hechas hasta después de la construcción del Arca y colocadas allí en cuanto a Moisés descendió del monte: solo Cristo podía cumplir la ley de Dios (Salmo 40:8); solo a causa de Él, figurado por el pueblo.

9. Los querubines

Dentro del Lugar Santísimo se hallaba el Arca del Pacto también llamada Arca de la Alianza (Éxodo 25:10-22). Descansando sobre el arca el "Jacaporet" o propiciatorio. Integrados al Jacaporet se hallaban frente a frente dos Querubines. Cada Querubín miraba hacía abajo significando la manera de acercarse a Dios. Una referencia anterior al Querubín la encontramos en Génesis capítulo 3 cuando Dios los situó en el Jardín para resguardar el acceso al árbol de la vida, es decir, para evitar la libre comunión con Dios. Ahora sobre el arca estos Querubines señalan el único acercamiento posible hacia Dios. En realidad, los Querubines nos están diciendo que "Dios nos encontrará aquí". Cuando terminó la construcción del tabernáculo la presencia de Dios descendió sobre esta área específica del Mikdash.

10. El Propiciatorio

El Propiciatorio era la cubierta del arca. Las figuras de los querubines lo cubrían con sus alas. Éx. 25:18-22 .

El Arca era un cofre y tenía una tapa llamada propiciatorio. El término hebreo traducido por propiciatorio deriva "cubrir o cubierta". En el Antiguo Testamento, la propiciación de los pecados significa que estos eran "cubiertos", como en el Salmo 32:1; mientras que en el Nuevo Testamento, una vez que la obra de Cristo fue cumplida, los pecados son "quitados" (Hebreos 9:26; 10:4, 11-18). La palabra propiciatorio, traducida en la versión inglesa por "mercy-seat" (sea "el asiento de la gracia")- contiene también la idea de gracia, de misericordia.

El propiciatorio estaba enteramente hecho de oro puro, lo que nos habla de la justicia inherente a la naturaleza divina. Por otra parte, encima del propiciatorio había dos querubines de oro batido, de una sola pieza con el propiciatorio. Los querubines, asiento del trono de Dios (Salmo 80:1; 89:14), hablan fundamentalmente del juicio de Dios; así la justicia divina reclama el juicio inexorable de Dios sobre su pueblo pecador; el cual de ninguna manera observo la ley (Éxodo 32:19).

Pero los querubines y el propiciatorio estaban colocados sobre el Arca, que es como decir sobre Cristo, quien si cumplió plenamente la voluntad de Dios y la permitió a esta el cumplimiento de amor a favor del hombre luego, sobre el propiciatorio, se encontraba la sangre de la víctima que el sacerdote había llevado allí el gran día de la expiación (Levítico 16:14-15). Los querubines no tenían una espada, como en Edén, sino, al contrario, alas para proteger, y sus rostros uno enfrente del otro – estaban vueltos hacia el propiciatorio, es decir, ¡miraban la sangre!.

El propiciatorio era el lugar de encuentro de Dios con el hombre den un doble sentido:

  • Aarón, el sacerdote, representando al pueblo ante Dios, acudía con la sangre.

  • Moisés, el enviado de Dios, el apóstol, recibía allí los mensajes de Dios para el pueblo (Éxodo 25:22).

El Señor Jesús, en Hebreos, reúne el doble carácter de Moisés y de Aarón cuando es llamado el "apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión"(3:1).

Conclusión

La carta a los Hebreos trata de presentar la obra salvadora en contraste con el aparato cultual de Israel, y para ello, se apoya exclusivamente en las Escrituras. El santuario descrito en la Biblia es para él una figura de aquel otro santuario, único, en el cual se cumple el culto verdadero y eficaz. La función sacerdotal, tal como aparece descrito en la Escritura, es de hecho estéril y sólo sirve de anuncio previo a un sacerdocio superior, al de Jesús, único capaz de cumplimiento a todas las esperanzas que durante siglos se vieron frustradas. La carta a los Hebreos, basada en la fe, acepta sin restricciones la obra de Jesús como realización de la obra salvadora de Dios haciéndola un objeto de reflexión teológica a lo largo de su despliegue.

En fin, el Tabernáculo nos muestra un cuadro del Trono de Dios. El Rey eterno se prepara para establecer entre los hombres Su Trono en la tierra. Los discípulos llenos del Espíritu del Mesías están siendo preparados para servir directamente en la presencia del Señor como sus santos sacerdotes.

Bibliografía

Alberto R. Treiyer. Los cumplimientos gloriosos del santuario. Creation Interprises International. Arkansas, 1997.

Angel Manuel Rodríguez. La doctrina del santuario en Teología, fundamentos de nuestra fe, tomo 4. APIA, Colombia, 2006.

Calos Nina Ortiz. El santuario: símbolo y realidad. El Remanente, Santo Domingo, 2004.

Clifford Goldstein. Ataque contra el lugar santísimo. APIA, Colombia, 2005.

Ekkehardt Muller. Temas del santuario: el libro de Hebreos en Guía de estudio de la Biblia. IADPA, Colombia, Julio-Septiembre 2003.

F. F. Bruce. La epístola a los Hebreos. Nueva Creación, Buenos Aires, 1987.

Johann Michl. Carta a los Hebreos. Herder, Barcelona, 1977.

M.L. Andreason. El santuario y su servicio. Góspel Reproduction, Texas, 1980.

Roy Adams. El santuario. Editorial Ltda, Colombia, 1998.

William Barclay. Comentario al Nuevo Testamento, vol. 13. CLIE, Barcelona, 1994.

 

 

Autor:

Aristone Aristide

Agosto 2010

[1] – Angel Manuel Rodríguez, Vol. 4, p. 109

[2] – Éxodo 25:8-9