Análisis de la situación económica desde 1990 hasta la actualidad. Devaluación-recesión (página 2)
Enviado por Mart�n Horacio Tesoro
SECTORES A LOS QUE AFECTA LA DEVALUACION MONETARIA
Según los informes oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y censos (INDEC, "la economía argentina", comenzó a sufrir una fase recesiva desde mediado de 1999, una caída del PBI del 3% en peso constante (respecto al mismo periodo del año anterior), la inversión interna bruta cayó un 11,7%, y las importaciones de bienes y servicios disminuyeron un 12%. La economía argentina –prosiguió el INDEC- que venia creciendo a mediado de 1998 a un ritmo de 6.5% anual, se desaceleró primero y entre en recesión luego.
Dos años después, ya en el 2001, nos encontramos con el abandono de la Convertibilidad, afectando significativamente dos sectores de suma importancia en la economía argentina, las exportaciones y las importaciones. Una reseña de las alteraciones que sufrieron sería la siguiente:
Las exportaciones
- El incremento de nuestras exportaciones para el periodo 1990-2001 alcanzó el 115.4%, implicando desde 1998 que las ventas externas en millones de dólares padecieran un estancamiento. Debemos destacar que hasta el año 1996 las exportaciones se vieron beneficiadas por un incremento paulatino de los precios internacionales, lo que permitió compensar parcialmente un tipo de cambio poco favorable para competir en el exterior.
- Manufacturas de origen agropecuario. 34.5%
- Manufacturas de origen industrial 29.6%
- Productos primarios 23.6%
- Combustibles, incluida energía eléctrica 12.3%
- En el período subexámen las estructuras porcentuales de las ventas al exterior se integró en promedio de la siguiente manera:
En este punto hace falta destacar la notable incidencia que ha tenido, en caso de las manufacturas de origen industrial, el importante aumento de las ventas de material de transporte, fundamentalmente de la industria automotriz, debido al proceso de integración con el Brasil y del régimen de promoción de que gozó esa industria.
Por otro lado, y en sentido inverso, el desempeño exportador fue afectado por el retraso cambiario que impactó las ventas con destino a la Unión Europea, ya que a la relación de peso- dólar se le añadió la devaluación de este ultimo en relación con las monedas europeas.
Las importaciones
Del mismo modo que para el caso de las exportaciones, podemos analizar la conducta que observaron nuestras importaciones.
- Las compras al exterior se incrementaron un 398.3%
- La estructura porcentual se integró, en promedio de la siguiente manera:
Las importaciones de bienes de capital aumentaron su importancia a partir del año 1993, en el que se constituyeron en el segundo grupo de importaciones de la estructura total.
- Durante todo el periodo analizado (1990-2000) encabezó la estadística sobre importaciones las relativas a bienes intermedios. Para el año 2001, el principal rubro importador fue el de los bienes de capital, según las estadísticas oficiales, cifra que resulta por lo menos discutible desde el punto de vista de si se trata de un progreso genuino de inversión como lo señalaron, sistemáticamente, las autoridades del Ministerio de Economía.
- Las importaciones en su conjunto se multiplicaron por 4.98 entre los años de inicio y al final de la serie estadística (2001), siendo de destacar las relativas a bienes de capital, sus accesorios y piezas, bienes de consumo y vehículos automotores de pasajeros que lo hicieron por encima de ese valor promedio, especialmente estos dos últimos destinos de las compras externas cuyos acrecentamientos resultaron muy significativos, ya que alcanzaron el 1295.1% y el 6705.8%, respectivamente.
Incidencia del Comercio exterior en la oferta y demanda globales.
Los resultados alcanzados por los datos estadísticos a que hemos pasado revista requiere la necesaria explicación de los factores que han contribuido a su obtención.
Se puede mencionar la adopción de una amplia libertad de consorcio, auspiciada por los organismos financieros internacionales, traducida en el levantamiento de numerosas restricciones arancelarias y no arancelarias, una apertura indiscriminada que, a la sazón, permitiría un ingreso de bienes de capital destinados a servicios de infraestructura.
Para el periodo 1993-2000, las importaciones representaron, en promedio, el 10.3% de la oferta global (PBI+importaciones), en tanto que las exportaciones alcanzaron, también en promedio, el 8.5% de la demanda global..
Desde el año 1997 hasta el final de la serie las importaciones superaron al valor promedio antedicho, situación que no se había presentado en años previos. Las exportaciones tuvieron un comportamiento por sobre el promedio, en forma ininterrumpida desde el periodo 1995.
La concentración del comercio exterior
Los tragos de una economía altamente concentrada se ponen de manifiesto tanto desde el punto de vista de la participación empresaria como de la incidencia que tienen cada una de las provincias en la conformación de las exportaciones totales; así podemos establecer los siguientes caracteres esenciales.
Exportaciones según la provincia de origen. | ||||
PROVINCIA | 1995 | 1999 | ||
Buenos Aires | 40.4% | 40.4% | 38.2% | 38.2% |
Santa Fe | 17.2% | 57.5% | 19.2% | 57.4% |
Córdoba | 9.9% | 67.5% | 10.7% | 68.2% |
Chubut | 3.7% | 71.2% | 4.3% | 72.5% |
Mendoza | 3.6% | 74.8% | 3.4% | 75.9% |
Neuquen | 3.5% | 78.2% | 3.2% | 79.1% |
Resto (18) | 21.8% | 100.0% | 20.9% | 100.0% |
- El 45.1% de las exportaciones totales correspondió a las veinte principales empresas exportadoras;
- Solo cuatro de esas empresas pertenecieron a capitales locales;
- El 22.1 de las importaciones totales corresponde a las realizadas por las veinte principales empresas importadoras;
- Ninguna de las empresas que integran esa elite de firmas importadoras pertenece a capitales nacionales;
- Las seis principales provincias exportadoras remiten al resto del mundo el 80% de nuestras exportaciones totales.
Algunas debilidades de la salida exportadora.
Es claro que el crecimiento de nuestras exportaciones en forma sostenida y pronunciada, propiciaría la necesaria reactivación de nuestra economía y el desarrollo con equidad social.
Así mismo la intención de extrapolar experiencias exportadoras exitosas a economías como la Argentina no garantiza el mentado desarrollo, ya que el crecimiento depende de diversos factores que hacen que, al momento de proponer una estrategia determinada, deban tenerse en cuenta las condiciones originales sobre las que se habrá de actuar, la estructura institucional, la vulnerabilidad a crisis del sector externo, etc. De este modo puede inferirse sobre el crecimiento que el crecimiento vertiginoso de las exportaciones requiere un gran proceso de inversión, de un gran esfuerzo productivo que insumiría cierto período prolongado, porque supone una nueva o distinta asignación de recursos, máxime en un contexto en el que la ola importadora produjo el deterioro de vastos sectores industriales, la perdida de las fuentes de trabajo, de capital físico, y la obsolescencia de capacidad tecnológica.
La estructura exportadora por su grado de concentración en un pequeño número de empresas, resta efecto multiplicador sobre el resto de la economía, de modo que una salida exportadora con una reducción de números de beneficiarios no impulsa la necesaria reactivación de la economía y muchos menos la mayor equidad social al privar las mayorías populares de sus resultados.
Otro tema importante es la significativa concentración en el desempeño exportador en unas pocas provincias, lo que permite también imaginar que una salida exportadora supone una política integradora, desde el punto de vista federal, impulsando un gran desarrollo de las economías regionales, incrementando de ese modo la participación del resto de los estados provinciales hasta hoy privados de la colocación de sus producciones en los mercados externos. Esto es así a menos que lo que se pretenda impulsar sea una salida exportadora con provincias orientadas al mercado externo y provincias orientadas al abastecimiento del mercado interno.
Por ultimo vale la pena destacar que más allá de la obtención de importantes saldos favorables de la balanza comercial, lo que debe primar es la generación de producciones con un alto porcentual de valor agregado, lo que implica aumentar la capacidad industrial, la tecnológica y la de diseño.
En default y sin acceso al crédito internacional, en medio de la crisis descomunal provocada por el fundamentalismo globalizador, la opinión pública comienza a comprender que el país puede levantarse con sus propios medios. Que la capacidad productiva disponible y el superávit del balance de pagos, proporcionan los medios reales para poner la economía en marcha y generar empleo y que el acuerdo con el FMI es una cuestión de segunda prioridad subordinada a una política propia de reactivación y crecimiento con equidad.
La construcción de una perspectiva propia de la globalización y del desarrollo es una condición necesaria para resolver la crisis, poner la economía en marcha y consolidar la democracia. Para instalar una negociación madura con el FMI y los mercados financieros que permitan pagar deuda y establecer los vínculos financieros externos en condiciones compatibles con la recuperación y el crecimiento.
Ya han pasado casi tres años de la devaluación, y el impacto en los precios muestra fuertes diferencias. Mientras los productos tuvieron fuertes alzas, éstas fueron menores en los servicios. El aumento de precios durante 2002 llegó al 40,7%. Pero según el INDEC, hasta noviembre, los rubros de mayor aumento en el año fueron indumentaria con el 59,6%, y alimentos y bebidas con 57%, mientras que educación con 6,9% fue el que menos creció.
La fuerte suba de los alimentos, que según el INDEC tiene la principal incidencia en el gasto familiar —31 pesos por cada 100— fue compensada por las menores subas relativas de otros rubros importantes: Transporte y comunicaciones (que representa 17 de cada $ 100 del gasto familiar) aumentó 32,1%, y los gastos en salud (el 10% del gasto) crecieron 28,7%. También el bajo crecimiento relativo de los gastos en vivienda, que aumentaron 13,3%, empujó hacia abajo el índice general de precios.
Sin embargo, es difícil entender como se puede salir adelante, si la devaluación restringió notablemente el consumo debido al aumento de los precios, la respuesta es, ser paciente, y cauteloso, adaptándose gradualmente para salir de este pozo recesivo.
Procread y multiplicaos, y henchid a la tierra; sometedla y dominad sobre
los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y
sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra.
Génesis, I-28
Arribo a las conclusiones partiendo de que el pueblo no debe olvidar porque se tuvo que llegar a donde estamos hoy.
Por esta razón repasamos desde el año 91 donde la Convertibilidad desafió aquella hiper inflación, generando un rápido -para decirlo de una manera- efecto "congelador" del crecimiento de los precios, equiparando la moneda nacional con la de los Estados Unidos.
Este plan, el que fue acompañado de privatizaciones de empresas públicas, desregulación del mercado, reducción de la participación de Estado, invasión de importaciones de productos nuevos a precios engañosamente bajos (motivados por la paralela creación del Mercosur), disminución de las exportaciones, aumento del endeudamiento externo y en medio el cierre de empresas publicas y privadas. Siendo una de las causas las grandes cantidades de importaciones, ya que esos productos eran mas "barato" que mantener abierta una fabrica.
Este "cierre de persianas" que día a día se fue acrecentando dejando cesante al 17% de los trabajadores, en medio de una masiva desorganización, atentó fuertemente sobre el bienestar y la tranquilidad de cada uno de los argentinos.
Este plan que se vio respaldado por el 100% de la base monetaria y con reservas en oro y de las divisas en disponibilidad, a medida que fueron pasando los años su credibilidad decaía. Aunque la población no percibía lo mismo, la desocupación, cierre de empresas y la disminución en el PBI, aumentaban mes a mes.
Toda esta película (de terror), luego de doce años de gobierno, desembocó en aquel veinte de diciembre, en medio de aquella "semana santa", en la que las "procesiones" a la Casa Rosada y el levantamiento del pueblo generaron y acompañaron la "muerte" del $1=1u$s, luego de varios presidentes interinos, concluyendo así en la tan temida devaluación.
Esta devaluación que en primer momento, (como era de esperarse) causó durante meses, un gran aumento de los precios, una gran psicosis, junto a esto una disminución en la introducción de productos extranjeros en nuestro territorio aduanero, a lo largo demostró que era necesario
Fue en forma repentina, inesperada e impredecible, aunque algunos tuvieron buenos asesores y se anticiparon al colapso.
Los mercados emergieron, florecieron, atrayendo imitadores y engendrando mas competidores. Estos cambios posibilitaron que nuevamente la industria nacional tenga "otra oportunidad", hoy las opciones son mas que nunca, pero el riesgo sigue estando.
Pero si se ve los últimos trece calendarios, han pasado muchos días, días en los que también han nacido centenares de pymes, pymes que en los momentos críticos han contribuido a que el país no llegue al fondo del abismo.
Estas nuevas pymes, que durante años sus posibilidades a exportar fueron nulas o limitadas, o que tal vez nunca antes lo habían hecho, hoy tienen la posibilidad de crecer y de afianzarse en el mercado local.
Todos estos cambios demuestran que la devaluación ha generado oportunidades de ventas al exterior, y efectivamente esto ha posibilitado el ingreso de divisas al país, las que lentamente están siendo distribuidas en el mercado.
Pero surge un problema, ¿qué sucederá cuando se acabe la "gallina de los huevos de oro ", que políticas establecerá el estado para aprovechar todos los beneficios que le esta dando el mercado externo, ¿cómo hará para que nuevamente no se inunde el país de productos importados?.
Todas estas preguntas están sin definir, no obstante las pymes y los sectores relacionados deben aprovechar cada momento para obtener una mejor posición en el mundo de los negocios, obteniendo tecnologías que les permitan crecer y continuar pensando localmente y actuando globalmente.
Las nuevas oportunidades son infinitas, aunque no tengamos la suficiente capacidad productiva o de calidad. El mercado plantea las posibilidades aunque se crea que no se está al alcance de ello, uno elige, tomarlas o dejarlas pasar, eso si, para algunos el tren pasa solo una vez
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Martín Horacio Tesoro
Técnico Universitario en Comercio Internacional
Paraná – Entre Ríos- Argentina, mayo de 2004
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