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Güigüe: el pueblo excomulgado (Venezuela)


    El Pueblo: la localidad (García, 2004) en el siglo XVIII se desarrolló lentamente como núcleo primero y primario (lento fraguado), desde sus primeros pasos se han evidenciado las siguientes características generales: la localidad de Güigüe ha girado en torno a la iglesia en sus orígenes y al Lago de Valencia; fue un pueblo en formación, sin efectuarse fundación; como todos los pueblos de Venezuela y de Iberoamérica, el pueblo fue inventado por España en su proceso de conquista y colonización. Este hecho sería lo de menos ya que el problema no es encontrar el acta de fundación de un pueblo, lo que es necesario es buscar las condiciones sociales, culturales, cotidianas, materiales y energéticas de manifestación de los primeros hombres que poblaron progresivamente a la localidad, es decir, la vida. En el período de la Conquista y de la Colonización, la alianza entre la Iglesia y la Corona española, fue elemento fundamental en el proceso de pacificación de la población indígena hasta lograr la desaparición de las etnias a través del mestizaje, originando un sincretismo cultural, sólo quedan sus huesos y la Diosa de Tacarigua. En sus orígenes, sus tierras fueron asignadas en donadío por el gobernador Diego de Osorio a Tomás de Matute, el 18 de mayo de 1596.

    El Valle de Güigüe, desde la época de los encomenderos hasta finales del siglo XIX, estuvo en la jurisdicción de Valencia. Para el año de 1753, figuraba como pueblo de doctrina; en 1761 como pueblo; en 1810 Tenientazgo; en 1824, parroquia del Cantón Valencia hasta 1856 (Pérez, 1967), (Feo, 1985). En 1917, Güigüe será la capital del Distrito Gómez y en 1936, lo será del Distrito Carlos Arvelo.

    Durante los siglos XVII y XVIII más de veinte propietarios mantuvieron el control de la localidad, sus haciendas se mantenían con la producción del cacao. En el siglo XIX, se redujo a menos de veinte propietarios; en los primeros años del siglo XX a doce; y a partir de 1905, Juan Vicente Gómez, (hasta su muerte en 1935), será el dueño mayoritario y casi absoluto de la localidad. Ya el café ha desplazado al cacao, y la caña de azúcar comenzará su ascenso hasta desplazar al café, inclusive, Gómez será el principal accionista de la central azucarero Tacarigua, el cual se mantendría activo hasta finales de la década de los años "80 del siglo pasado.

    Cuando muere el dictador, Ramón Mejías tenía siete años y me cuenta lo siguiente: "en esos días posteriores a la muerte del general, fue cuando vi por primera vez e inclusive sufrimos en carne propia, lo que eran los saqueos, por supuesto, en todo el, país, el pueblo se alegró con la muerte del dictador y prácticamente este hecho, fue la compuerta para una reacción en cadena y nosotros no íbamos a ser la excepción. Una noche saquearon la casa de abasto de Boquerón, la más surtida del lugar y veíamos esa noche, cuando los saqueadores, pasaban por frente a nuestra casa, cargando el producto de su pillería, vimos a uno que remolcaba la romana de pesar y sobre ella llevaba artículos diversos. Los abastos de entonces en pueblos y haciendas eran múltiples, tenían de todo. En los días siguientes, saquearon otras casas de hacienda, entre ellas, La Encantada, El Trillo otras de los contornos y finalmente a nosotros, mi padre, aparte de ser matarife y agricultor había instalado una pequeña pulpería, a pocos metros del abasto saqueado y previa información que nos dieron esa tarde, nos enteramos que esa noche nos saquearían, nos llevamos lo necesario y fuimos a un lugar oculto, volviendo al día siguiente, encontrando todo destrozado y realmente eran hordas destructoras; se llevaron mobiliario y lo que les podía servir, lo demás lo dejaron, como cambures y verduras macheteadas, mi madre como creyente católica, tenía un altar con santos, esto no se lo llevaron. A un vecino nuestro, de apellido Belandria, que también tenía una ratonera, hicieron igual. El motivo de esa fobia personal y antigomecista del pueblo, fue porque mi padre y este señor, eran andinos, sin tomar en cuenta que ambos ejercían su oficio sin meterse con nadie. Nos enteramos que en las haciendas del Trompillo y otras de la Sierra Sur, también habían sido saqueadas". La dictadura volvería trece años después dirigida por un joven militar.

    Durante el gobierno de López Contreras, todas las propiedades del general Gómez y sus familiares fueron expropiadas. Antes de la Reforma Agraria, la nación era propietaria de 29.297,38 hectáreas, después de ésta, será propietaria de 96,18% de la localidad (fuente: IAN sede Güigüe, 1994). El área urbana de Güigüe está conformada por el 0,79% y las tierras privadas en 3,03% (Memoria y Cuenta Alcaldía de Güigüe, 1993. IAN, 1994). Después de la reforma agraria, de acuerdo con cifras suministradas por el MAC (1994) para el año 1980, en la localidad no existían grandes propietarios de tierra, eran solamente ocho medianos propietarios de tierra. Este hecho convierte a la localidad en un caso muy particular; ya que será el mismo Estado venezolano el gran propietario de las tierras y la gran mayoría de la población está sumergida en una pobreza crítica.

    La localidad ha subsistido gracias al situado constitucional, es decir, de la renta petrolera, que por su poco monto ha mantenido a Güigüe en una condición de exclusión, también por su cercanía a la ciudad industrial de Venezuela, Valencia, que forma parte de las zonas de inclusión en el circuito de distribución de la renta petrolera. Para bien o para mal "La sociedad venezolana cambio de manera vertiginosa en este siglo como resultado del impacto del petróleo, primero de su exploración y explotación y luego de la renta petrolera" (Briceño-León, 1999, p.19).

    Güigüe, así como las localidades cercanas al Lago de Valencia, constituyó a lo largo del período colonial uno de los centros de la producción agropecuaria de la provincia de Caracas o Venezuela por la fertilidad de sus tierras; además de los cultivos de cacao (el principal), tabaco y añil, la cuenca concentró una gran actividad ganadera en su interior (Briceño, 1978). En los primeros años del siglo XX, era considerado el granero de Valencia y uno de los centros productivos más importantes de la región central. La producción agrícola en la localidad llega a su máximo nivel durante la dominación gomecista. Llegó a tener hasta un tren que recorría una longitud parcial de 4,81 Km., el trayecto del pequeño ferrocarril era de Boca de Río al pueblo de Güigüe, constituido con capital alemán, quienes lo venden a Gómez en el año 1929, adquiriendo también el dictador, el vapor Valencia II.

    La crisis de la economía agroexportadora, acentuada con el descenso de los precios en el mercado internacional del café a partir de 1929: "…el mercado del café sufrió una gran caída, los precios descendieron hasta llegar a un cuarto de su valor anterior, poniendo en gran aprieto a los propietarios que no tenían como pagar sus deudas" (Briceño-León, "Hilos que tejen la vida social", p. 132). Pero esta crisis se notará en la localidad a partir de 1935, como se verá más adelante. Aunque la agroexportación había constituido el pilar fundamental de la forma social venezolana durante cuatro siglos, sin embargo, los efectos sociales de estas modificaciones fueron rápidamente atenuadas por la irradiación de los efectos de la renta petrolera. Al descender los precios del café, cayó bruscamente el nivel de la remuneración de la mano de obra y se restringió la oferta del empleo en la agricultura; principalmente por el abandono de la agroexportación, en muchos venezolanos se produjo depauperación generalizada de la mano de obra (Ríos de Hernández y Prato, 1990; pp. 34-35). Pero Güigüe no sentirá al momento la crisis de la agroexportación; ya que el "dueño" de la localidad era Gómez; como ya hemos visto, para el mismo año, el dictador había adquirido el Vapor Valencia II y el pequeño ferrocarril. Para el año de 1926, Güigüe, de los 9.300 habitantes solamente 2.213 se dedicaban a la actividad agrícola y 1.873 eran desempleados; ya que para la actividad agrícola el dictador utilizaba la mano de obra de los soldados-reclutas, acantonados en el cuartel "Naverán" ubicado en la localidad. Con la muerte del dictador, la nación expropia sus propiedades y la inmensa mayoría de los campesinos que ocupaban esas tierras o los que las invadieron, desarrollaron una agricultura de subsistencia. Para los años "50 estaban dedicados a la actividad agrícola solamente 517 personas.

    La localidad de Güigüe con la mayoría de su extensión territorial en manos del Estado se convertiría en un modelo para la aplicación de la Reforma Agraria, bandera populista del gobierno de Rómulo Betancourt: "Para nosotros la reforma agraria fue más una política social que una política económica, es decir, con la reforma agraria no se procuraba hacer más productivo el campo, y, en consecuencia, impulsar la creación de riqueza, sino que fue tan sólo otro modo de gastar la riqueza petrolera. El proceso de reforma agraria pretendió cambiar al campesino -un Juan Bimba en alpargatas y sin tierras- en un trabajador moderno del campo, propietario y tecnificado" (Briceño-León, "Hilos que tejen la vida social", pp.139-140).

    Gracias a dicha Ley, pasan a manos de los campesinos güigüenses más de 35.000 hectáreas, a través del IAN. Durante la década de los años "60, las empresas campesinas fueron modelo de productividad, pero dicha productividad no irá más allá de los años setenta, se tiene, por ejemplo, que las hectáreas cultivadas irán disminuyendo progresivamente.

    La Reforma Agraria aumentó solamente 1.136,50 hectáreas en producción y para 1990 dejaron de sembrarse 5.912,4 hectáreas. A partir de la década de los años "70, se inició la siembra de cítricos (naranja, limones y mandarina), llegando en la década de los "80 a exportar a Europa, Estados Unidos y Brasil; pero la sobrevaluación del bolívar acabó con las exportaciones dirigiéndose la producción al mercado local y a la agroindustria. Es necesario señalar que la actividad fruticultora utiliza muy poca mano de obra. En esta actividad resaltan la finca "La Cegobiana" y el fundo "Los Pinos", que son los mayores productores. Después de la reforma agraria, la agricultura ha sido un híbrido desde el punto de vista del modo de producción; coexiste la agricultura de tipo capitalista (los fruticultores) con la agricultura de subsistencia (conucos) dentro de un marco estructural de alta regresividad. De acuerdo con el espíritu de la Ley, el objetivo era eliminar el latifundio; pero en Güigüe el gran latifundista era el propio Estado, los campesinos formaron parte de las empresas campesinas, para volver a ser conuqueros.

    La población de Güigüe a partir del año 1747 se ha mantenido en un ascenso lento con respecto a otras localidades de Carabobo, con las excepciones de 1926 y 1971, la primera se debió a la crisis económica local que llevó a muchos campesinos a buscar otros rumbos, debido a que Gómez utilizaba la mano de obra de los soldados y reclutas; y la segunda por la desmembración de Tacarigua, así como por el descenso progresivo de la población rural con respecto a la urbana.

    La localidad se asentó en las cercanías del río Güigüe (a su margen derecha) y al sur del Lago de Valencia. En la medida en que las aguas del lago se retiraban (primero por la desecación natural y segundo por la acción contaminante del hombre), los primeros pobladores no se expandieron con la construcción de viviendas, como lo hicieron en otras localidades), sino que utilizaron sus fértiles tierras para la agricultura. En los últimos años con el aumento del volumen de las aguas del lago, se han perdido progresivamente zonas cultivadas (en otras localidades se han perdido viviendas).

    Las características geográficas y las condiciones socioeconómicas llevaron a sus habitantes, en el pasado, a construir mayoritariamente viviendas de bahareque, techo de paja y piso de tierra; esto se debió a la herencia de esclavos en la fabricación de la casa tradicional del campesino venezolano (Acosta S., 1968). Aún en 1980, se calculaban unas 3.000 casas de bahareque (Esparragoza, 1981). En 1941 se censaron 1.273 ranchos, de 1.406 casas. En cuanto a la eliminación de excretas: Wc 41 (sanitarios), letrinas 122 y en el suelo 1225. En 1990, se censaron 4.317 ranchos; a principios del siglo XXI se mantiene la construcción de casas de bahareque y ranchos de madera y zinc. En el centro del pueblo y sus alrededores, las familias con recursos construyeron sus casas de adobe y techos de tejas.

    Un elemento que ha contribuido con la distribución espacial de la población en la localidad, a partir de la década de los años "70 hasta el presente, y que ha originado un crecimiento poblacional significativo, es el desplazamiento de personas de otras localidades hacia Güigüe, ya que Valencia, Guacara, Los Guayos, y Maracay, como sitios de sus trabajos, presentan una alta densidad poblacional y un alto costo de la vivienda. Esto ha motivado que un alto porcentaje de la población, sólo va a dormir a la localidad después de un día arduo de trabajo. Por tal motivo, Güigüe puede ser denominado "pueblo dormitorio" similar a Guarenas o los Valles del Tuy. Si los organismos del Estado han construido 10 urbanizaciones populares, la iniciativa popular ha construido más de 50 barrios. Debido al aumento de la población no nacida en el pueblo, los güigüenses han comenzado a distinguir lo propio de lo ajeno, el nosotros de los otros, han comenzado a defenderse con las armas de sus costumbres, tradiciones, sus mitos y sus ritos; pero ¿hasta cuando durará su lucha o autodefensa y quién será el vencedor? Lo que si se perdió fue el fervor religioso de los güigüenses que mantuvieron hasta mediados de la década de los "60 del siglo XX.

    En Güigüe, el transcurrir de su devenir histórico ha ocasionado que la población rural haya sido desplazada por la población urbana: en 1881 ya la población rural estaba representada por un 87,99%, en 1961 por un 51,10% y en 1990 por un 2,55%. El crecimiento urbanístico de Valencia hacia el sur ha "empujado" a las clases desposeídas a construir sus ranchos en las cercanías de Güigüe; el trayecto de la carretera que une a la localidad con Valencia, en sus márgenes tanto derecha como izquierda, ha sido tomados para la construcción de ranchos. La localidad de Tacarigua que es considerada por las autoridades municipales de Güigüe como parroquia rural; aparece formando parte del área metropolitana de Valencia, de acuerdo al Plan de Ordenamiento Territorial realizado por el Ejecutivo regional en los años "90.

    El que una localidad considerada como rural para la región es, en la práctica, urbana para el municipio es hecho que parece contradictorio o tal vez paradójico.. A pesar de ser una localidad con vocación agrícola, la mayoría de su población cumple funciones de empleados y obreros fuera de ella. Son trabajadores que en su sitio de labores se adaptan a las nuevas tecnologías y en su localidad consumen lo que ofrece la industria cultural, dejando de ser la iglesia un mecanismo de control social.

    Viendo, en este presente, a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario y pensando en cuántos curas habrían pasado por el altar, llegó a mi memoria frágil una de las innumerables conversaciones con Ramón Mejías, el Cronista del pueblo, quien me refirió su encuentro con un manuscrito en la Biblioteca Nacional y al que él se refiere en su obra (1993). Dicho manuscrito, relata la excomunión del pueblo realizada por el cura Pereira hace 260 años atrás un 27 de julio; según el documento, los habitantes del pueblo en la colonia tardía, aprovechaban los domingos para alterar la quietud religiosa, pues mientras el cura oficiaba la Misa, la mayoría de los asistentes formaban discusiones que degeneraban en peleas campales. El cura decide irse pero unos fieles le plantean la solución: acuerdan para el domingo siguiente expulsar del templo a los profanadores e introducen en la sacristía una cantidad considerable de garrotes. Llegado el momento, los comprometidos "con el orden" aparecen imprevistamente del interior del templo y a garrotazo limpio cargan contra los desordenadores de oficio. Después de tamaña trifulca, el cura procedió a la lectura del texto de la excomunión. Debido al revuelo de la medida tomada y las reiteradas suplicas de los feligreses, cinco meses después el cura levanta la excomunión (guardando las distancias, la escena nos lleva a recordar cuando Jesús expulsaba a los mercaderes del templo, claro está con ayudantes voluntarios). Más allá de la pérdida de la Gracia, la excomunión implicaba una ruptura con los vínculos que los unían a Cristo por medio de su Iglesia. La excomunión no ponía a los pobladores fuera de la Iglesia pero si los separaba de la participación de la comunión y la exclusión en la recepción de los sacramentos incluso de la confesión. Por causa de unos cucañeros, el pueblo completo pagó. Ese evento se ha mantenido como una tradición oral y ha quedado marcado en la memoria colectiva, atribuyendo que la falta de "progreso", la mala suerte, la pobreza, la pava y lo atrasado del pueblo se debe a la otrora excomunión. En el pueblo dicen algunos viejos pobladores actuales que: "cuando a Venezuela le vayan a poner un lavado se lo meterían por Güigüe".

    Con respecto a la historia de la iglesia de Güigüe, encontramos que Manzo Núñez (1983) señala el año de 1747 como la fecha de fundación del pueblo, ya que en ese año se inició la construcción de la iglesia; Ramón Mejías (1992) prefiere designar como día de Güigüe el tres de mayo, basándose en el libro de bautizo localizado en la parroquia, donde en su primera hoja se asienta un registro del 03-05-1724. Para el año de 1781, los vecinos del pueblo se quejaban de los dueños de las tierras, porque no los dejaban construir casas alrededor de la iglesia, siguiendo el relato del Obispo Martí (1969): "…me dize que acá hay quatro compañías de milicias, dos de blancos y dos de mulatos, completa con sus oficiales; y a este oficial le he prevenido el doctor Liendo que como casado o emparentado con los Lobera dueños de las tierras donde está situada la iglesia de Güigüe, se interesa a que no impidan a los vecinos a que hagan en el pueblo o en las inmediaciones de la iglesia, y que les hagan pagar nada o muy poco para que no se retraigan de hazer casas inmediata a la dicha iglesia de Güigüe…". El Obispo solicitó un informe sobre la situación, recibiendo respuesta el 19 de junio de 1781: "…yo el cura coadyutor de este valle en virtud del mandato de SSI el Obispo, mi señor, pasé a las casas de la morada de doña Catalina Antonia Hidalgo, única dueña y señora que es reconocida por tal del territorio que se expresa en el mencionado auto atecedente…". En el Libro de Bautismos Nº 1: 1724-1743 (que reposa en el archivo arquidiocesano de Valencia) se lee: "en trece días del mes de octubre de 1724 el licenciado don Matheo puse óleo y crisma y bauticé a Francisca María hija legítima de don Pedro Lobera y doña Cathalina Hidalgo…".

    Esa iglesia primogénita será destruida por el terremoto de 1812; treinta y un año después es cuando se inicia la construcción de la nueva iglesia que bendijo el cura Manuel María Ovalles; tres años después en esa iglesia en construcción saldría el cura Gaspar Yanes a pedir por la libertad del alcalde Jerónimo Lovera y al secretario de la alcaldía que habían caído en las manos de los integrantes de la insurrección campesina -prólogo de la Guerra Federal-, de acuerdo con Brito (1974), trescientos hombres; peones, manuminsos y esclavos de las haciendas de Pacarigua y Manuare (…) ocupan Güigüe, a los gritos de viva Antonio Leocadio Guzmán, viva Venezuela libre, oligarcas temblad. La iglesia pasará todo el siglo XIX en construcción; el cura Miguel Palao Rico se encargará de la parroquia en 1934 y se encargará de la construcción de la nueva iglesia, la anterior fue demolida y el 16 de julio de 1936 será inaugurada. Finalizando la década de los sesenta en el siglo XX el cura Villanueva se encargará de la remodelación total de la iglesia. Mejías (1985) señala que: "…si alguna preocupación personal de vanguardia, tuvo nuestro párroco, fue el estado arquitectural de nuestro templo del Rosario, sin prisa, pero sin pausa, se movió constantemente en este sentido, introduciendo ante los organismos respectivos, la solicitud de remodelación y cambio de techo de la notable edificación, paciente espera, ante las fastidiosas tramitaciones tradicionales de nuestra administración pública, días antes de su muerte, ya había recibido las buenas nuevas de aprobación del proyecto y próximo comienzo de esos trabajos".

    Referencias

    Briceño-León,. Roberto (1999). La sociedad del Siglo XX: una modernidad inconclusa. En: Visiones del siglo XX venezolano. Caracas. CELAR – Comisión Presidencial del V Centenario de Venezuela.

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    Esparragoza, Ramón. (1981). ¿Qué es el Distrito Carlos Arvelo?. Caracas. Editorial Cotograf.

    Feo Caballero, Oswaldo. (1985). Descripción geográfica y estadística del estado Carabobo. Valencia: CORPLAN – Gobernación del estado Carabobo.

    García J, Luis R (1994). Historia local de un atraso: Güigüe 1936-1994 (estudio sobre un proceso local contemporáneo). Trabajo Especial de Grado. Valencia. Área de Estudios de Postgrado. Universidad de Carabobo.

    García J. Luis R (2004). Güigüe de la exclusión petrolera a lo ilusorio de la globalización. En: Mañongo. Nº 22. Año XI. Vol. II. Enero-junio.

    Manzo Nuñez, Torcuato. (1983). Historia del Estado Carabobo. 2da. Edición.

    Mejias A, Ramón. (1993). Güigüe itinerario en el tiempo. Valencia. Ediciones del Gobierno de Carabobo.

    ________ (1985). Monseñor Eustaquio Villanueva, Vicario de Güigüe. El Carabobeño Cuerpo de Opinión. pp. A-10. 31-02-85.

    Pérez Linares, Virginia. (1967). El río Cabriales y su lago. Valencia. Biblioteca y temas carabobeños.

    Ríos de Hernández y Nelson Prato. (1990). Las transformaciones de la agricultura en Venezuela. Caracas. Fondo Editorial Tropykos.

     

     

    Autor:

    Luis Rafael García Jiménez