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Como llegar a ser un gobernante y tipos de gobernantes (página 2)


Partes: 1, 2

Además no saben ni pueden mantenerse en este cargo, porque alguien que ha vivido largo tiempo en condición privada, aunque posea un talento superior, no es verosímil que sepa gobernar, ni que disponga de suficiente número de soldados con cuyo afecto y fidelidad cuente de manera segura.

Estos Estados se forman de repente, y como las producciones naturales rápidas, no tienen las raíces ni sustentaciones necesarias para consolidarse[5]El primer golpe de la adversidad los arruina[6]

Los gobernantes improvisados carecen de energía suficiente para conservar lo que la fortuna pone en sus manos y no cuentan con las bases de los gobernantes experimentados. Cuando llegan al poder por la fortuna de su familia y no cuentan con talento superior para gobernar, no pueden retenerlo aunque hagan uso de todos los medios imaginables.

Sin embargo es posible que alguien con talento superior para gobernar llegue a ser gobernante, sin haber preparado antes los fundamentos de su gobernación y que adquiera estos fundamentos después pero con muchos disgustos para él y muchos peligros para el Estado.

Como ejemplo, el del duque y cardenal Cesar Borgia, hijo del papa Alejandro VI, Rodrigo Borgia.

Detallo esta parte de la vida del duque Cesar Borgia que merece estudiarse y ser imitada por los gobernantes:

Al ocupar La Romaña, la encontró gobernada por señores inhábiles, que habían despojado en lugar de corregir a sus gobernados, que habían dado motivo a desuniones en lugar de convergencias.

Una provincia en la que abundaban latrocinios, contiendas y toda clase de desordenes.

Para remediar tantos y tan grandes males, envió como presidente a Ramiro d"Orco, hombre severo y eficiente en quien delegó una autoridad casi ilimitada para que impusiera un gobierno fuerte, estableciera la paz y la obediencia a su gobierno[7]

En poco tiempo estableció el sosiego en la provincia, reconcilió a los ciudadanos enfrentados y consiguió gran consideración hacia el duque.

Pero temiendo el duque que la desmesurada autoridad de Ramiro, que ya empezaba a engendrar contra su persona sentimientos hostiles, se tornara odiosa, nombró para la provincia un tribunal civil, presidido por un súbdito de grandes calidades. En él cada ciudad tenía su propio defensor[8]Para desterrar del corazón de los pueblos los sentimientos hostiles y ganar plenamente su confianza, los persuadió de que no le imputaran a él, sino a su gobernador las maldades propias de su duro carácter. Para acabar de convencerlos, ordenó que como castigo lo dividieran en dos pedazos y los exhibieran en la plaza pública de Cesena, junto con el tajo de madera y el cuchillo ensangrentados donde y con el que lo habían cortado. Con la ferocidad de semejante espectáculo tan horrendo los pueblos se sintieron atónitos pero vengados[9]El duque se encontraba muy poderoso, asegurado en gran parte contra los peligros de entonces, armado en una medida necesaria, libre de las armas de los vecinos que pudieran ocasionarle algún daño y ansioso de continuar sus conquistas.

Le intranquilizaban dos temores, la decisión tardía del rey de Francia de no permitirle que se engrandeciera más, y que el papa sucesor de su padre, no le fuera favorable e intentara arrebatarle lo que había cedido aquel. Para precaverse de estos inconvenientes imaginó los siguientes cuatro recursos:

  • 1) Extinguir las familias de los señores a quienes había despojado, para evitar que pudieran suministrar socorros al futuro papa.

  • 2) Ganarse a todos los hidalgos de Roma para oponerlos como freno al futuro pontífice.

  • 3) Atraer hasta el límite posible al sacro colegio de cardenales.

  • 4) Ampliar antes de la muerte de su padre, su poder y su dominio, para resistir cualquier asalto después de que él muriera[10]

Cesar Borgia con su crueldad, no obstante, reparó los males de la Romaña, extinguió las divisiones, reestableció la paz y consiguió que el país le fuera fiel. Al profundizar en su conducta vemos sin embargo, que fue mucho más clemente que los gobernantes florentinos, que permitieron la ruina de Pistoya para eliminar las familias que tenían a la ciudad dividida y asolada.

Al morir su padre había logrado el duque los tres primeros recursos y se encontraba ejecutando el cuarto.

  • 1) De los señores que había decidido exterminar se le habían escapado pocos.

  • 2) Había ganado a los hidalgos de Roma[11]

  • 3) Había adquirido una gran influencia en el sacro colegio.

Del cuarto recurso, como los españoles habían despojado a los franceses del reino de Nápoles, no se veía obligado a guardar más miramientos con los franceses y por el contrario unos y otros estaban obligados a mantener su amistad.

Había consolidado su poder en e Estado de La Romaña y todo estaba a su favor, para emprender las nuevas conquistas de los demás Estados italianos. Con ellas hubieran adquirido tan grandes fuerzas y tanta consideración, como para sostenerse a sí mismo sin depender de la fortuna ni del poder ajeno.

Todo dependería ahora de su poder y de su talento. Valían tanto, poseía tanta inteligencia, sabía muy bien cómo ganar o perder la voluntad de los hombres y se había creado en tan poco tiempo fundamentos tan sólidos, que si le hubiesen ido mejor las cosas, habría triunfado con los demás obstáculos.

Pero una enfermedad mortal, después de la muerte de su padre, acabó con él en poco tiempo[12]Ya enfermo no pudo imponer papa ni impedir por lo menos que no fuese aquel que él no quería.

Después de la muerte de su padre y debido a su enfermedad cometió algunas faltas políticas que ocasionaron su ruina antes de morir. Entre ellas la más grave: si no le era posible el nombramiento de un papa a su gusto, pero teniendo la facultad de impedir que alguien fuese papa, no debió permitir que se le confiriera el pontificado a ninguno de los cardenales a quien había ofendido, o que tuviera motivos para temerle, como sucedió con la elección contraria a sus intereses del papa Julio II, como sucesor de su padre el papa Alejandro VI[13]

Después de haber resumido y comparado todas las acciones del duque y cardenal Cesar Borgia, por lo menos hasta la muerte de su padre y su enfermedad, no me es posible condenarlo. Al contrario me atrevo a proponerlo como modelo de cuantos lleguen a ser gobernantes por la fortuna o con armas ajenas. No puede ser de otra manera, con las relevantes dotes que poseía y los magníficos propósitos que abrigaba. Sus designios encontraron como impedimentos solo la brevedad de la vida de su progenitor y su temprana enfermedad terminal.

Todo gobernante en un Estado nuevo encontrará como el ejemplo más fehaciente el proceder del duque, por lo menos hasta la muerte de su padre, para:

  • 1. Asegurarse contra sus enemigos[14]

  • 2. Ganarse amigos repetidamente.

  • 3. Vencer por la fuerza o por el fraude.

  • 4. Hacerse amar y temer de los pueblos.

  • 5. Obtener respeto y fidelidad de sus soldados.

  • 6. Sustituir antiguos estatutos por otros recientes.

  • 7. Desembarazarse de hombres que pueden perjudicarle.

  • 8. Ser a la vez severo, agradable, magnánimo y liberal.

  • 9. Conservar la amistad de otros monarcas para que le sirvan con agrado y no le ofendan sino con mucha prudencia[15]

Regla 4. Por una vía malvada y detestable.

El ascenso de un particular a gobernante por una vía malvada y detestable[16]me limito a citar dos ejemplos históricos, uno antiguo y otro reciente. No profundizo en ellos porque enseñan bastante por sí solos para el gobernante que estuviese en el caso de imitarlos.

Ejemplo antiguo: Agátocles, siliciano nacido en una familia de alfareros de clase baja, se caracterizó por sus acciones perversas ejecutadas con gran pasión y fortaleza corporal[17]A pesar de su conducta reprensible en todas las circunstancias, se dedicó a la carrera de las armas y ascendió por los diversos grados militares. Nombrado juez de Siracusa decidió usurpar y retener por medio de violencia la gobernación de Siracusa, con el consentimiento del general cartaginés Amílcar que se encontraba con su ejército en Silicia.

Para deshacerse de sus enemigos los senadores y ciudadanos más ricos, los citó a una asamblea, una mañana, para deliberar con ellos cosas importantes de la república. Cuando estuvieron todos reunidos, dio a sus soldados la orden de ejecutarlos[18]Libre de ambos estorbos a su ambición, conservó la gobernación de Siracusa sin que se armara ninguna guerra civil contra él.

Sitiado por los cartagineses, defendió su ciudad, dejó una parte de sus tropas custodiándola y con el resto marchó a África y puso en aprietos a los cartagineses que se vieron obligados a abandonar Silicia[19]

Reflexiones sobre las decisiones y hazañas de Agátocles:

Nada de lo conseguido puede atribuírsele a la fortuna o a favores ajenos. Solo a muchas fatigas e innumerables riesgos militares. A multitud de acciones temerarias llenas de gran resolución[20]

La traición a los amigos, la matanza de conciudadanos, la absoluta falta de humanidad y de religión son recursos con que se consigue poder pero no gloria[21]

No obstante, si se considera el valor y la manera como enfrentó los peligros y salió triunfante de ellos, y la sublimidad de su alma para soportar y vencer en los acontecimientos que le fueron adversos, Agátocles debe colocarse al mismo nivel de los gobernantes campeones con diferente moral a la suya. Por desfortuna, su inhumanidad despiadada y su crueldad feroz son maldades que no pueden ser alabadas, pero que no le impiden ocupar un puesto eminente entre los gobernantes insignes.

Ejemplo reciente: Oliverot de Fermo, nació en Fermo, fue educado en su niñez por su tío materno Juan Fogliani, quien luego lo incorporó en la tropa del capitán Pablo Viteli[22]A la muerte de Pablo lo sucedió en el mando su hermano Viterolo Viteli. Bajo sus órdenes, Oliverot que además de robusto y valiente era muy inteligente llegó a ser el primer hombre del ejército.

Aconsejado por Viterolo concibió un plan para apoderarse de Fermo[23]Escribió a su tío Juan que había decidido organizarse en Fermo y retirarse del ejército. Le pedía el favor de que le organizara en Fermo una acogida con distinción que le honraría y redundaría en gloria de ambos. Que se presentaría acompañado de amigos, varios sirvientes y cien soldados a caballo[24]

El tío Juan procuró que los ciudadanos de Fermo los recibieran con grandes honores y los alojó en su palacio. Oliverot organizó en el palacio de su tío un espléndido banquete e invitó a las personas de más prestigio en Fermo. Al final del banquete invitó a su tío Juan y a los señores más importantes de Fermo a un cuarto particular, en un sitio apartado del palacio, a departir sobra algunos asuntos del papa Alejandro VI y su hijo Cesar Borgia. Acababan de sentarse cuando aparecieron unos soldados y los degollaron a todos incluyendo al tío Juan.

Terminada la matanza montó a caballo y acompañado de sus soldados recorrió la ciudad y sitió al primer magistrado en su propio alcázar. Los ciudadanos de Fermo atemorizados se vieron obligados a obedecerle, y a construir un nuevo gobierno del que se constituyó su soberano[25]Eliminados sus posibles enemigos, fortificó su autoridad con nuevos estatutos civiles y militares y se mantenía seguro en la ciudad de Fermo haciéndose respetar y temer de sus vecinos. Hubiese sido tan perdurable en su gobierno como Agátocles, si al año no se hubiese dejado engañar por Cesar Borgia quien lo hizo aprehender y ahorcar en compañía de su consejero Viterolo Viteli.

Surgen las preguntas, por qué Agátodes, Oliverot y otros gobernantes de la misma especie, lograron defenderse de sus enemigos, a pesar de tantas traiciones y tamañas crueldades, vivir luego seguros en sus patrias, sin ser considerados traidores y crueles? Por qué sus conciudadanos no se conjuraron nunca contra ellos? En cambio, otros gobernantes que emplearon iguales recursos, no consiguieron conservar sus Estados ni en tiempos de paz, ni de guerra.

Mi respuesta es que ello dimana del uso conveniente o no que se haga de la crueldad y de la traición. Llamo uso conveniente de estos actos cuando se ejercen rápidamente, una sola vez, sin continuarlos por la necesidad de proveer seguridad y encaminados, en cuanto sea posible, a la mayor utilidad de los gobernados[26]

Tipos de gobernantes

Regla 5. Gobernantes nuevos, despreciables en todo.

Heliogábalo, Máximo y Juliano, despreciables en todo, perecieron poco después de haber sido llevados a la soberanía de Césares.

Regla 6. Gobernantes nuevos, sumamente rapaces y crueles

Gobernantes nuevos sumamente rapaces y crueles que para contentar a los soldados no perdonan al pueblo injuria alguna, mueren desgraciadamente. Como ejemplo los césares Caracalla, Maximino y Cómodo.

Caracalla, hijo de Septimio Severo se hacía llamar Alejandro y Antonio el grande. Fue excelente en el arte de la guerra. Aunque poseía bellísimas dotes que atraían la admiración de los pueblos y de los soldados, se hizo querer solo de los soldados por ser un guerrero que sobrellevaba hasta el último límite todo género de fatigas, porque despreciaba los alimentos delicados y desechaba las satisfacciones de la comodidad.

Pero se hizo extremadamente odioso ante los pueblos por sus continuas matanzas que en muchas ocasiones sobrepasaron en ferocidad y crueldad a cuanto se había visto hasta entonces. El temor que le sentían alcanzó a los mismos que le rodeaban y uno de sus centuriones lo mató en presencia de su propio ejército. Fue tan temerario, hasta llegar a confiar la custodia de su persona a un centurión, a cuyo hermano había mandado a matar ignominiosamente y quien continuamente amenazaba con vengarse[27]

Para el que vale poco la vida no le asusta dar muerte a otro. Pero un gobernante no debe temer a esta clase de agresiones porque son rarísimas, como parten de un propósito deliberado y tenaz pueden evitarse. Un gobernante debe cuidar de no ofender gravemente a ninguno de sus empleados en especial a los que mantiene a su lado y a su servicio.

Cómodo, fácil le hubiera sido conservar el trono, puesto que lo había adquirido por herencia de su padre Marco Aurelio, si hubiera seguido su huella para contentar al pueblo y a los soldados. Sin embargo, fue un hombre brutal, perverso, ejerció una rapacidad inaudita sobre el pueblo y los soldados empezaron a despreciarlo cuando comenzó a hacer cosas viles y poco dignas de la majestad imperial como ir a luchar con gladiadores en el circo. Finalmente se conjuraron contra él y lo asesinaron[28]

Maximino, por belicoso fue puesto como César, por algunos ejércitos disgustados de la molicie de Alejandro Severo. Lo hacían menospreciable y aborrecible dos cosas, su origen plebeyo[29]pues había cuidado rebaños en Tracia, y su reputación de hombre sanguinario. Ordenó a sus prefectos que cometieran todo género de crueldades en las provincias[30]Disgustados lo nobles con la bajeza de su abolengo, y pueblo y ejército indignados por su ferocidad, fatigados todos de su crueldad y temiéndole poco por la presencia de tantos enemigos, lo asesinaron atrozmente.

Regla 7. Gobernantes nuevos, buenos y humanos.

Son moderados en su conducta, amantes de la justicia, enemigos de la crueldad. Cuando se afianzan más en el pueblo que en el ejército tienen un fin desdichado. Como los césares Pertinax y Alejandro severo[31]

Pertinax, fue nombrado césar contra la voluntad de los soldados, quiso cambiarles la vida licenciosa a que estaban acostumbrados por otra decente que se les hacía insoportable. Esto engendró odio, que unido al desprecio que le tenían por ser viejo, originó el asesinato por sus tropas al comienzo de su gobierno.

Alejandro Severo, era bondadoso, durante sus 14 años de gobierno no dejó ejecutar a nadie sin juicio, pero debido a su fama de débil y que se dejaba mandar por su madre fue asesinado a golpes por su ejército[32]

Regla 8. Gobernantes nuevos, temibles, audaces y respetados.

Un gobernante ejemplar como Septimio Severo: Hace que se le tema, Evita que se le aborrezca, Se apoya en lo que depende de él y no en lo que depende de los demás[33]Posee mucho valor, Conserva en su favor el afecto de sus soldados por sus dotes admirables, El pueblo lo respeta y permanece contento a pesar de sentirse oprimido, Sus acciones tienen mucha grandeza, Es temible como el león y astuto como el zorro.

Septimio Severo estaba al mando del ejército en Esclavoma cuando fue asesinado Pertinax por la guardia pretoriana y Desiderio Juliano proclamado emperador. Conociendo la cobardía de Desiderio Juliano, en secreto hizo marchar su ejército hacia Roma. Antes de que nadie se hubiese enterado siquiera de su partida entró en Roma para vengar la muerte de Pertinax[34]dio muerte a Desiderio Juliano y forzó al senado atemorizado a nombrarle emperador[35]

Para constituirse en señor de todo el Imperio tuvo que vencer dos dificultades: Niger en oriente que se había hecho proclamar emperador y Albino en Bretaña que aspiraba a hacer lo mismo. Juzgó peligroso declararse a la vez enemigo de ambos y decidió engañar a Albino y atacar a Niger. Hizo declarar al senado que repartía su dignidad de César con Albino y le envió el titulo de César. Albino creyó sincera esta decisión y se le adhirió.

Vencido y muerto Niger, Septimio Severo regresó a Roma, se quejó ante el senado que Albino había ordenado asesinarle a traición y partió hacia Francia para castigarlo, le dio muerte y recuperó su parte del imperio[36]

Regla 9. Gobernantes nuevos, prudentes.

El gobernante prudente procede diversamente en las acciones que lo conducen al fin que se propone, según lo exijan los tiempos y las circunstancias: con circunspección, con impetuosidad, con maña, con violencia, con paciencia, con astucia. Esto explica también por qué procediendo de modo diferente dos gobernantes logran el mismo fin y procediendo del mismo modo, uno consigue su fin y otro no. O lo contrario.

Un gobernante nuevo que siga las reglas expuestas, adquiere la consistencia de uno antiguo y alcanza tal seguridad en su Estado que puede gobernar en forma vitalicia.

Un gobernante nuevo, cauto en sus acciones, pero que sean juzgadas grandes y magnánimas por sus súbditos, gana mejor el afecto de un pueblo que otro gobernante hereditario que se apoya en acciones de sus antepasados[37]

El pueblo se decide por la causa de un gobernante nuevo que además de sus buenas leyes, buenas armas, buenos ejemplos y buenos amigos consolida su poder con buenas obras. Obtendrá entonces una doble gloria, la de haber llegado por primera vez a su gobernación y la de haber consolidado el Estado[38]En cambio un gobernante hereditario, poco prudente, que pierde su gobernación, recibirá la doble afrenta, de a pesar de su origen dinástico perder su gobernación.

Regla 10. Circunstancias favorables para un nuevo gobernante.

Circunstancias para introducir una nueva manera de gobernar que consiga la felicidad de un pueblo:

  • Un gobernante nuevo dotado de un gran valor y una prudencia poco común que vea en ello la ocasión para honrarse a sí mismo y adquirir mayor gloria.

  • Cuando parece haberse extinguido la antigua virtud militar. Esto se debe a que no son buenas las instituciones y de que no se ha presentado nadie capaz de inventar otras nuevas[39]Nada honra tanto a un hombre elevado al dominio político como las nuevas instituciones por él ideadas. Cuando estas se soportan en buenos fundamentos y llevan algo de grandeza en sí mismas, hacen digno de admiración y respeto al gobernante que las ideó[40]

  • Cuando no ha habido varón alguno de bastante prestancia por su valor o por su fortuna a quien los otros se le sometieran incondicionalmente[41]

  • Que la nación exánime encuentre un salvador, que cure sus heridas y ponga fin a los destrozos, a los saqueos y a las matanzas[42]

  • Que se halle en la nación cuanto es necesario para alcanzar este propósito[43]

  • Que el pueblo: Haya sido oprobiosamente avasallado y llevado a un miserable estado como para que pueda reconocer a un gobernante que pueda ser su libertador por su grandeza, magnanimidad, talento, valor, y la magnitud de los beneficios que puede lograr.

Sin gobernantes, sin estatutos haya sufrido todo género de robos, desgarramientos, vejaciones, desolaciones y ruina[44]Por abatido que esté se encuentre en disposición de seguir una bandera si hay quien la despliegue y enarbole[45]

  • Una guerra es legítima por el mero hecho de su necesidad, y es un acto de humanidad cuando la única esperanza que queda es en ella, y una alternativa conveniente cuando hay gran disposición del pueblo y compromiso de las instituciones del Estado.

  • Dios no lo hace todo para dejarnos ejercer nuestro libre albedrío y para que participemos en las obras que redunden en bien nuestro.

 

[1] Continúo en la lista.

[2] El valor es más necesario que la fortuna y la origina.

[3] Son tontos que se dejan llevar y no saben hacer nada por sí mismos. Para personas de tal calaña todo es obstáculo.

[4] Esta es la mira que llevan los aliados.

[5] Por mucha suerte que se tenga, cuando se han pasado 23 años de vida privada como en familia, alejado de un pueblo cuya índole ha cambiado casi totalmente y de súbito se ve transportado a ser su gobernante, en alas de la fortuna y manos extranjeras, se encuentra con un Estado nuevo donde los valores morales convencionales se han interrumpido en tal amplitud que un nuevo gobernante solo puede existir de nombre.

[6] Este oráculo es muy seguro.

[7] F…, tu serás mi Orco!

[8] Crearé una comisión senatorial de la libertad individual, que de hecho hará solo lo que yo quiera.

[9] En aquellos tiempos no solo se podían llevar a cabo semejantes castigos, sino que además las multitudes los estimaban meritorios.

[10] Haré que pueda aplicar siempre estos recursos.

[11] He atraído a todos los príncipes de Alemania, pensaré ahora en mi famoso proyecto del Norte con resultados que hasta ahora ningún conquistador conoció.

[12] Un buen gobernante debe saber no estar enfermo nunca y hacerse invulnerable a toda contingencia de salud física.

[13] Si hubiera sido elegido contra mi gusto lo hubiera depuesto muy pronto.

[14] Esto es lo que necesito hacer.

[15] Lo que hice de análogo me lo impusieron las circunstancias como una necesidad y por tanto como un deber. Mis reveses dependieron de causas parecidas, contra las cuales nada pudo mi ingenio. Espero ser un ejemplo no solo más fehaciente, sino más perfecto y más sublime.

[16] Maquiavelo comete aquí la falta de hacer de moralista. No importa el camino que se siga con tal de llegar al término deseado.

[17] En esta clase de hombres la constante es su carácter atrevido y resuelto. Más importante que la fortaleza corporal es la pasión.

[18] Comparable con mi 18 Brumario. Pero no tuve necesidad de esos crímenes y alcancé la autoridad de una manera más amplia.

[19] He conseguido mucho más que Agátocles.

[20] Lo mismo me ha sucedido pero a mayor escala.

[21] La gloria acompaña siempre al acierto y al triunfo sin importar el modo como sobrevengan.

[22] Este astuto personaje me hizo concebir excelente ideas desde mi infancia.

[23] ¡Vaubois, tu fuiste mi Viteli! Me mostraré agradecido cuando llegue el momento oportuno.

[24] En la historia del travieso intrigante Oliverot hay muchas cosas de las que sabré aprovechar en ocasiones oportunas.

[25] Semejante fue el banquete que me hice ofrecer por los diputados en la iglesia de San Sulpicio, a mi vuelta de Italia, después de Fructidor, pero el fruto no estaba maduro todavía.

[26] Perfeccioné bastante esta maniobra el 18 Brumario y sobretodo al día siguiente, en Saint Cloud.

[27] No fue temerario sino bruto, necio, estúpido. A quien se ofende hay que apartarlo, trasladarlo, destituirlo, destruirlo.

[28] Hicieron estricta justicia porque Cómodo era completamente indigno de gobernar.

[29] Hay siempre medios para encubrir esto.

[30] Debió después desaprobarlos y mandarlos a castigar.

[31] El que no sabe acoplar a las circunstancias sus virtudes políticas es digno de compasión.

[32] Quien continuamente es bueno no podrá cambiar esta reputación. Es peor la fama de dejarse mandar por ministros ineptos o descalificados.

[33] A menos que esto cueste mucho y sea un estorbo.

[34] Imité con éxito esta estrategia.

[35] Hay manifiesta semejanza con mi vuelta de Egipto. Me hice nombrar director de ambos Consejos y de todas las tropas en Paris y sus inmediaciones.

[36] Mi Niger fue Barrás y mi Albino Sieyes. Pero no necesité darles muerte para desembarazarme de ellos.

[37] En más de un caso hice esta comprobación.

[38] Alcance ambas glorias.

[39] Con las mías, gloriosamente experimentadas en Francia y que las tendrán también, cualquier triunfo es infalible.

[40] Toda Europa ha rendido este doble homenaje a las mías.

[41] Al siglo XVIII, tres siglos más tarde, le estaba reservando producir a este hombre, soy yo.

[42] Heme aquí. Pero antes de salvarla en mi provecho, es necesario introducir hierro y fuego en sus heridas.

[43] La ejecución de este plan magnífico me estaba reservada. Con los italianos afeminados como lo están ahora no hubiera sido posible hacerlo. Pero siendo yo italiano, pude hacerlo con los franceses quienes bajo mis órdenes aprendieron a sustituir a los italianos en los actos de valor marcial.

[44] El tiempo presente es aun más propicio, porque el rechazo de la revolución francesa produjo hondas conmociones políticas y una gran fermentación de los espíritus.

[45] Al mando de los mismos bárbaros que te han oprimido, oiré tus ruegos.

 

 

Autor:

Rafael Bolívar Grimaldos

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