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Vasco de Quiroga: Siervo de Dios


    Vasco de Quiroga: Siervo de Dios – Monografias.com

    Cuando se menciona el nombre de utopía o lugar que no existe, es posible recordar diversas nociones que van desde La República de Platón, la idea del Imperio por Dante Alighieri, La nueva atlantida que elaboró Francis Bacón, la Ciudad del sol de Campanella, El Falansterio de Fourier, La última guerra del poeta Amado Nervo, así como las visualizaciones que se han forjado los ideólogos a lo largo de la historia respecto al concepto de democracia y del socialismo, además de muchas más

    El lugar que no existe también nos remite a su principal ideólogo, el inglés Tomás Moro autor de Utopía, e igualmente, en el ámbito de la historia nos recuerda su referencia en algunos personajes, como tal es el caso epecífico del letrado Vasco de Quiroga y sus llamados pueblo hospital. Resulta conveniente aclarar que la utopía desde su propia definición pertenece al mundo de las ideas, son idealizaciones urbanas, políticas, sociales, etc. y su realización material en la vida real, nunca se consolida, pues se transforma en aproximaciones que los seres humanos realizan en determinados tiempos y lugares, por lo que pueden perdurar o desaparecer a lo largo de la historia

    Ahora bien, Quiroga nació en la segunda mitad del siglo XV y desde su estancia en España demostró un enorme compromiso ético acorde a su formación profesional (conocimientos adquiridos en Filosofía, Literatura, principalmente Teología y Leyes, etc.) por ejemplo, su desempeño como juez de residencia en Orán, África, en 1525 y 1526, en estos años también participó en el tratado de paz con el rey de Tremecén, e igualmente como miembro de la Real Cancilleria de Valladolid en 1528, entre otras actividades

    Como religioso que fue, su presteza de obedecer y servir a sus superiores, no se igualaba a la libertad de su conciencia para realizar la Voluntad de Dios, como se prevee en la carta que recibe de la reina en 1530 para formar parte como oidor de la Segunda Audiencia en la Nueva España (México) entre otras experiencias; así mientras algunos clerigos desecharon tal invitación, Don Vasco inmediatamente aceptó establecer con justicia y verdad la Palabra Divina en el nuevo mundo, del cual, tenía gran interés por sus acontecimientos

    Al llegar a México en 1531 es el tiempo en que atestigua las consecuencias desastrozas de la conquista, su capacidad humana afloró su alta sensibilidad de comprender la situación y sentimientos de los conquistados. Se encontró ante pueblos de indios regidos por dioses; una cultura y civilización no comparable a la europea, por lo que el abuso, la esclavitud y el saqueo fue en su generalidad el resultado de conquistadores que sirven y obedecen sin realizar el Proposito Celestial; sus sentidos atestiguaron que se dominaba en el nombre del Creador pero sin respetar su Palabra, por lo que era necesario la reparación de todo el daño

    Sin duda, fue un tiempo especial e irrepetible para que este letrado reaccionara de forma muy original a las injusticias que vislumbró; todo un personaje capaz de ser parte de su época y de transformarla, pero esencialmente, con la Humildad y prontitud de responder a un Alto Llamado para revalorar, las experiencias y enseñanzas de las primeras comunidades apostólicas en los pueblos recién conquistados, catequizar, bautizar, etc., todo ello a través de un referente utópico social, que no sería otra cosa sino su herramienta de expresión, muy conocida como pueblo hospital

    La creación de pueblos hospitales como Santa Fé de Mexico (Acaxóchitl o en su modismo Acaxochic en 1532) Santa Fé de la Laguna en Michoacán (1533) y Sante Fé de Lerma en Guanajuato (1539), son expresiones originales en que Quiroga en su total e inteligente adhesión a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, así como su veneración a la Madre Santisima, pone en una máxima práctica social sus conocimientos en leyes (jurídicas), mientras que su formación ortodoxa católica, se complementó de forma extraordinaria con el humanismo de su época; su referente utópico en Tomás Moro era la vía más indicada para lograr la proeza, de introducir a los indios en el catolicismo de forma organizada, a lo que podemos llamar en nuestra época: la misión de evangelizar, adoctrinar y edificar la iglesia

    Todos los misioneros del siglo XVI tenían la finalidad de evangelizar, las experiencias y fundaciones en el nuevo mundo fueron muchas y diversas, sin embargo, la labor misionera de Vasco de Quiroga con sus pueblo hospital y las reducciones jesuitas en Paraguay del siglo XVII, destacaron no por la creación de las edificaciones materiales ni sus formas organizativas – sin menosprecio de su importancia histórica – ni por ser la realización de una utopía, sino por ser verdaderas aproximaciones en que se llevó a cabo, el concreto Mandato Celéste de enseñar y difundir con persuación la vida de Cristo

    Es necesario puntualizar, que el reconocer y realizar la Voluntad del Todopoderoso implica entre otras cuestiones, la aceptación por voluntad propia de la persona, un alto crecimiento espiritual con previo conocimiento acerca del Señor, por supuesto, no de un dios alejado, rigido, cruel, vengativo e impositivo muy propio de los idólatras, sino de Dios Trino que seduce y convence, justo, misericordioso, cercano, amoroso, piadoso y comprensivo, de ello es sumamente simbólico la especial veneración de Don Vasco por la Santa Fé y la Santa Cruz del Salvador, por la Asunción de María, Santa Marta, además de otras, e igualmente su actitud para con los indios de los que requería su cooperación y la función espiritual de los pueblo hospital por él fundados

    Llevar a cabo el Plan Divino conlleva la plenitud en la realización de vida en los sacerdotes, profetas y reyes, más solo en la Gracia del Altisimo o bajo su sombra, al respecto es ilustrativa la labor de este misionero, pues rescató al vencido del abuso y explotación española, les recuperó la dignidad como personas e hijos del Señor, les otorgó reglas sociales, económicas, etc. de convivencia como individuos y como familias, pero primordialmente, sustentados en los Evangelios y la católica por medio de las ordenanzas; así pues, la Obra de Dios al realizar la vida de cada persona en cualquiera de sus etapas (desde la infancia hasta la vejez) no implica el sometimiento ni el sacrificio de una vida por otra, tampoco apropiarse de los esfuerzos ajenos, sino la consolidación de vida de cada una sin conflicto de otra, pues la voluntad humana se logra en relación a la Voluntad del Creador

    Quiroga buscó la Voluntad Célica, por lo cual, ningún suceso fue fortuito en su vida, todos los acontecimientos contribuyeron para que se consolidara el Designio Divino que Él trazó para su persona, éste lo vivió en la plenitud de su sacerdocio; mientras que en sus fundaciones realizó la existencia de tal Proposito Celestial con admirable generosidad y dió Gloria a Jesucristo en el ser humano que en familia, amistad, labores, aspiraciones, etc. se encontraron insertos católica y dignamente en la naciente sociedad colonial, y en esencia, reconociendolos en si mismos como personas e hijos del Altisimo

    Sus vivencias en Orán, África, remiten un cierto perfil de este letrado, mientras que las experiencias en Santa Fé Acaxóchitl serían determinantes, para que este misionero reflexionara las posibilidades de extender la creación de pueblo hospitales, no como utopías sino como unidades comunitarias donde la Templanza regula las pasiones, actitudes, sentimientos, el entendimiento y la voluntad humana de acuerdo al razonamiento y la , lo cual, en el transcurso del tiempo se va a expresar más prolongada e institucionalmente en la región de Santa Fé de la Laguna

    Los pueblo hospital, en su hecho histórico, no solamente inducían a un proceso de perfección humana, es importante notar que al tener como orígen y motivo tanto el conocer como el vivir en relación con Dios Padre misericordioso, con Cristo Redentor y la amorosa protección de la Madre Santisima que ya daba muestras de su presencia en México[1]y junto a ello, la contundente presencia del Paráclito que convence, rescata, armoniza y dignifica a los dominados ante los vencedores; tales comunidades, más allá de una simple convivencia humana o social, tenían como fín último, la práctica común de esas Virtudes Teologales que Vasco de Quiroga mismo demostró con inquebrantable Fortaleza hasta su pacífica muerte en 1565, tal como la enseñanza de la , la humana e innata inclinación por la Esperanza, la posible y necesaria Caridad por el projimo

    Ahora bien, por lo regular a este virtuoso se le equipara histórica y filosoficamente[2]con otros personajes de la misma época, por ejemplo, Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas, los cuales son representativos de dos grandes tendencias del humanismo del siglo XVI; por una parte las Casas destaca entre otras cosas, por su radicalismo de defender al indio americano de la ambición española, de la explotación y marginación de la que eran objetos, por otro lado totalmente opuesto, Sepúlveda defiende toda dominación e imposición española debido a la supuesta inferioridad del indio

    Entre Sepúlveda y las Casas muchos análisis univesitarios ubican a Don Vasco en un punto moderado, cabe destacar que tal moderación no responde a ninguna tibieza de Fé ante la realidad que afrontaba este personaje, sino más bien, era la Prudencia que siempre demostró para buscar y permanecer en equilibrio de cuerpo y espíritu, su razonamiento lo sometía al Mandato Celéste en largas meditaciones para discernir el bien en cada situación que se le presentaba, sean condiciones sociales, políticas, culturales, etc. su motivo y fin era adoctrinar y edificar la iglesia

    Su equilibrio o moderación se reflejó igualmente en una evangelización general que fue tolerante de españoles e indios – creyentes y paganos – dando cauce a una criollización sustentada en los valores morales y doctrinales que siempre enseñó y difundió; así mientras Quiroga y otros cuantos procuraban catequizar en un mundo, donde se transforman las costumbres, las tradiciones y se reparan los daños a la realidad humana, otros, condicionaban temporalmente las Sagradas Escrituras para amoldarlas a las costumbres y tradiciones de la época

    En su constante elevar la mente y el corazón hacia el Todopoderoso, también lo disponía para elegir las formas más adecuadas para reparar con Misericordia, Justicia y dignidad a los vencidos, además lo fortaleció para difundir la Palabra Divina con ciencia, de forma convincente, consciente y practicable a las necesidades del siglo XVI – lo que nos lleva a afirmar una verdadera Lección divina de Vasco de Quiroga, o bien, la predisposición de su vida en la Voluntad de Dios – así como preveer posibilidades y límites desde y por medio de sus pueblo hospital

    La preparación que recibió Don Vasco (conocimientos adquiridos) y sus vivencias, sin duda fueron un gran recurso en la creación de los pueblo hospìtal (aproximación utópica) y en su funcionamiento (jerarquía social; administración; economía de consumo; organización de bienes comunales, familiares, etc.) sin embargo, todo ello es poco util si no se razona la influencia de la Luz Beatisima en su persona, solo de esa manera, es posible comprender y vislumbrar la inusitada capacidad que tuvo para sustentar la práctica de los Evangelios, el anunciar en el nombre del Señor, la sorprendente lucidez de sus obras en que por convencimiento místico[3]y práctico, se gesta al mismo tiempo que se propaga la conversión de un sin fin de almas sedientas de un solo Dios Trino redentor y amoroso

    Resulta incuestionable la labor pastoral que este virtuoso realizó en las comunidades de Santa Fé Acaxochic, Santa Fé de la Laguna y Santa Fé del Rio, su actuar en el nombre de Cristo no se limitó a la celebración del culto Divino, sino que se extendió eficazmente en el uso de los diversos recursos de comunicación o lenguaje propios del siglo XVI, por ejemplo, por medio de los oficios manuales, los cantos, usos de instrumentos musicales, escritura, atención y hospedaje, etc. que ayudaran a comprender y vivir los simbolismos de la Fé como el bautismo y matrimonio, entre otros

    En la influencia del Dador de Vida, Quiroga en su intachable proceder de paz, seguridad y respeto al realizar el Propósito Celestial, lo indujo a una afable compenetración espiritual tanto con su entorno como con las personas, que en su figura y obra encontraron, la veracidad de una nueva vida de conversión sustentada en la aplicación de los Evangelios, por lo cual, en las regiones donde fue fundador, las diversas generaciones a lo largo del tiempo lo recuerdan bajo el entrañable término de Tata Vasco[4]

    La admirable labor de este venerable en la naciente sociedad colonial, florece cuando este es reconocido como sucesor de los apóstoles (Obispo) en 1538 y se le confiere la Gracia de los Dones del Espíritu Santo para ejercer una Potestad o Dominio para gobernar, de enseñanza y de santificación, o bien, una misión determinada, lo que se establece principalmente desde Santa Fé de la Laguna, Michoacán, mientras que las demás fundaciones de este personaje, entre ellas Santa Fé Acaxóchitl quedaron bajo su autoridad clerical durante más de trescientos años

    Es indudable la presteza de Quiroga para que el Espíritu de Sabiduría actuára a través de su persona y se expresara con sus Siete Dones por medio de sus pueblo hospital, de ahí que no es casual el innagotable interés académico a lo largo del tiempo por este personaje y sus obras; muchos son los estudios profesionales de carácter histórico, político, filosófico, antropológico, social y demás, que lo clasifican de apóstol de la democracia, precursor socialista, antecesor de los derechos laborales, humanista utópico, patriarca de artesanos, ejemplo de misioneros, etc

    Todos los sobrenombres acerca de este personaje, sin duda tendrán argumentos sustentables, sin embargo, es necesario recordar que cuando obra el Paráclito y la desde la persona, sus consecuencias rebasan cualquier perspectiva humana, por lo que es previsible un mayor número de investigaciones al respecto, tanto que ensalzen las obras de Vasco de Quiroga como de aquellas que lo desacrediten, también de aquellas que malinterpreten sus escritos al amoldarlos a épocas y realidades distintas, sea física o espiritualmente, sin considerar la base de los Evangelios, la Justicia y la conversión como motivo primero y último

    Considerar actualmente la labor pastoral de este virtuoso en las tierrras del nuevo mundo, es pensar propiamente en la Obra de Dios en tierra de indios e idólatras, igualmente nos lleva a revalorar la presencia del Consolador Óptimo que transforma personas y comunidades a través de las misiones. Analizar los pueblo hospital y su funcionamiento lejos de una utupía histórica, es recapacitar la contundente y Única Verdad de las comunidades católicas en si mismas y en su importancia social; detenerse en la persona de Vasco de Quiroga induce a reflexionar el crecimiento de espíritu en equilibrio de cuerpo y mente

    Es adecuado recapitular y hacer incapié en que la actual existencia de Santa Fé Acaxochic, Santa Fé de la Laguna y Santa Fé del Rio, así como las reglas con que se rigieron hace casi quinientos años en el ámbito policial, jurídico, familiar, económico, etc. e igualmente los escritos que se conocen como Carta al Consejo de 1531; Información en Derecho en 1535; Reglas y Ordenanzas para el pueblo hospital de Santa Fé de México y de Michoacán de 1538; Manual para Adultos en 1540; su Testamento de 1565; Doctrina para indios (¿?) editado hasta 1568; De Debellandis (¿?) y en su generalidad, toda la obra de este venerable tienen un enorme valor histórico, filosófico, antropológico, etc. para los actuales pobladores de estas regiones, para nuestra cultura mexicana y para el contexto de América Latina, sin embargo, no es en ello donde está su principal legado

    Si se medita que toda la obra de Don Vasco en su conjunto, son una expresión de aceptación y respuesta al Esplíritu Santo en un determinado tiempo y espacio, lo cual, lo vuelve irrepetible física o espiritualmente para otra persona, época y lugar, luego entonces, el principal ejemplo de este misionero radica en la original y creativa disposición, con que él mismo retomó las experiencias de los primeros apóstoles y aplicarlas con veracidad en su entorno, mientras que su legado se centra especificamente, en su celo por los Evangelios, la Justicia las misiones y la conversión, es decir, el motivo y fin de toda su obra

    La persona de Vasco de Quiroga es reflejo de un alto crecimiento espiritual y moral, que evolucionó con Santidad no solo su vida sino también revolucionó todo su entorno, con inteligencia dlignificó la imagen y semejanza de individuos y pueblos a los que les negaban su humanidad, por lo que no es aventurado afirmar que entre sus principìos más relevantes, se encuentran:

    Realizar la Voluntad de Dios

    La oración permanente

    La Humildad, Justicia y Misericordia

    Apego a la Doctrina y Verdades de la Santa Iglesia Católica

    Misión (evangelización)

    Por último, hablar del virtuoso Quiroga es abordar la irrefrenable capacidad de la Santa Iglesia Católica, por evangelizar desde sus inicios de comunidades apostólicas hasta nuestros dias, es desterrar esclavismos e idolatrías de toda índole, también se vierte en dirimir diferencias de razas y estatus sociales, es afirmar la realización de la vida humana digna en relación a la Voluntad del Señor donde la conversión aparece como causa y efecto, entre otras cuestiones; indudablemente, evocar al Siervo de Dios Vasco de Quiroga es un respaldo intercesor para acercarse al Altisimo y reconocer a Cristo en la tierra

     

     

    Autor:

    Pedro Rubén Sánchez Acosta

    Lic. Estudios Latinoamericanos

    [1] Diciembre de 1531

    [2] En su gran mayoría son análisis de tipo académico que no abordan la riqueza de la Fé y el Espíritu en la vida y práctica de los misioneros

    [3] En el ámbito popular, aún se recuerdan algunos sucesos extraordinarios o milagros, en torno de la figura de Quiroga, sea durante su existencia y después de su fallecimiento, así como de los lugares que él frecuentaba

    [4] Tata es un modismo familiar y popular acerca de la figura paterna, se transmite de generación en generación durante siglos en México y en algunos países de América Latina, principalmente en pueblos no urbanizados que aún se rigen por costumbres y tradiciones patriarcales; un sinónimo de tata es taita popularmente usado en poblaciones chilenas, ecuatorianas y otras