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Necesidad del trabajo político e ideológico en la universidad cubana de hoy


Partes: 1, 2

     

    1. Introducción
    2. Desarrollo
    3. Conclusiones
    4. Bibliografía

    El socialismo en las nuevas condiciones del siglo XXI: una opción viable

    Resumen

    El primero de enero de 1959 marcaba el fin de una etapa histórica y el comienzo de otra. La vanguardia revolucionaria había conquistado el poder político contando con el apoyo de la inmensa mayoría de los cubanos. Ahora se imponía convertir en combatiente activo a cada patriota, en el campo político y el de la lucha armada, ante lo que el propio avance de la revolución hacia inevitable: el choque directo con el imperialismo norteamericano, en cuanto se comenzara a cumplir el compromiso contraído con el pueblo. Hoy, en las nuevas condiciones del siglo XXI debemos evaluar con celeridad de una forma desapasionada, con todo rigor y objetividad, nuestras fortalezas y debilidades; además de estudiar profundamente las experiencias de pueblos hermanos, junto a las derivadas de conflictos recientes y de nuestras propias luchas. Todo ello permitirá delinear una concepción política-ideológica y defensiva original, creativa y autóctona: la batalla de ideas y la guerra de todo el pueblo.

    En Cuba tenemos una fuerte raíz de conocimientos políticos aprovechémoslos desde Cuba y para nuestra América. El socialismo es la única opción real, viable, frente al capitalismo, y el espíritu de lucha como única forma de avanzar en esa dirección. Es urgente la necesidad de dar adecuadas respuestas, teóricas y practicas a los nuevos y complejos problemas que enfrenta y debe resolver el movimiento revolucionario en las actuales condiciones históricas, de ahí la necesidad de la unidad en la diversidad, sin sectarismos ni dogmatismos, como única forma de estructurar alternativas viables para la lucha contra el enemigo común. No hay un modelo único de construcción socialista, pues diversas han de ser las vías y escenarios en que ello tenga lugar, siempre acorde a la realidad nacional, aunque debe primar el interés en la defensa de los principios del marxismo y el leninismo desde una óptica que conjugue la no renuncia a sus principios básicos, con la necesidad de abrir paso a los nuevos desarrollos que la situación y coyunturas en el presente y el futuro demandan, consecuentes con su carácter dialéctico, su oposición a dogmas y su virtud de constituir una guía para la acción en la superación definitiva del capitalismo y la verdadera emancipación de los trabajadores del yugo del capital. La universidad cubana se integra a este esfuerzo de toda nuestra sociedad.

    Introducción

    En las actuales condiciones internacionales, se reafirma para nosotros que el socialismo es un imperativo provocado no solo como resultado lógico del desarrollo de las fuerzas productivas a escala internacional, sino además como única alternativa para garantizar la supervivencia humana. La constante agudización de los problemas globales pone hoy en evidencia, más que cualquier otro argumento y a gran escala, la limitación histórica del capitalismo.

    Resulta evidente que ya hoy son precisamente los problemas globales factores de gran peso a escala mundial para estimular, unido a las contradicciones internas de clase, la lucha por un nuevo régimen social. Se internacionaliza de forma creciente la contradicción capital-trabajo, lo que obliga a profundizar en el socialismo también más allá de las fronteras y las contradicciones nacionales, y ratificar la vigencia de aquella consigna del marxismo clásico: ¡Proletarios de todos los países, uníos!, que lejos de perder vigencia pudiera ampliarse, incluyendo a otros sectores y movimientos sociales que también sufren la barbarie del capital.

    Los principios socialistas se resumen en lo ideales excelsos de libertad, igualdad y fraternidad, los mismo que la burguesía levanto antes que ninguna otra clase social en la historia y pronto lo arrojo al suelo, levantado después por el proletariado para reivindicarse de la explotación asalariada.

    Aunque el socialismo tiene sus raíces en los hechos materiales, económicos; al nacer hubo de empalmar con las ideas revolucionarias de los grandes pensadores del siglo XVIII que impulsaron a la burguesía a combatir la injusticia, el privilegio, la superstición, la opresión. También los grandes utopistas, al igual que los enciclopedistas estigmatizaban el feudalismo, sin proponerse emancipar primeramente a una clase determinada, sino al mismo tiempo a toda la humanidad.

    Los principios socialistas tienen de portador material a la clase obrera, la masa explotada en el capitalismo y cuyo objetivo supremo es que su victoria conlleve la desaparición de todas las clases sociales.

    Los principios socialistas no son el descubrimiento casual de un genio, sino el producto necesario de la lucha entre dos clases formadas históricamente: el proletariado y la burguesía. Como Engels señala, su misión no consiste en elaborar un sistema lo más perfecto posible de la sociedad, sino investigar el proceso histórico económico del que forzosamente tenían que brotar esas clases y sus conflictos y descubrir los medios para la solución de este en la situación económica así creada.

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