Es probable que también la pirámide haya funcionado como un centro de elaboración de objetos suntuosos en cocha de Spondylus, restos de este material aparecen en diversas fases del trabajo de confección de cuentas y dijes.
La manera de ascender a la pirámide era mediante rampas, pero, estas no son directas, sino que tienen forma de un zig – zag, esta manera indirecta de subir era necesaria para evitar una rampa exageradamente larga que ocupara demasiado espacio. Las rampas fueron muy importantes no sólo por su función práctica sino por el simbolismo que encierran: definen el ascenso al espacio sagrado y de mayor jerarquía del centro ceremonial. Es por ello que antes de rellenarlas se realizaron sobre ellas numerosas ofrendas y rituales diversos cuyos restos nos han permitido realizar un intento de reconstrucción de ellos. Al parecer se rompen vasijas con figuras sagradas y se depositan sobre la rampa sólo los fragmentos con figuras, luego se deposita sobre la rampa una capa de barro que contiene desechos de banquetes rituales como moluscos, huesos de animales y vajilla fina, concluido esto se empieza a rellenar la rampa para poder volver a construir otra encima.
El área administrativa
Gran parte del área baja de Pucllana se encuentra ocupada por un conjunto de sistemas de recintos y plazas con banquetas a los que se les atribuye funciones más ligadas a lo administrativo pero, sin abandonar nunca el trasfondo religioso que emana de todo el centro ceremonial.
Los sistemas de recintos son grandes ambientes formados por muros de adobitos como los del resto del conjunto pero, algunos de estos ambientes se encontraron techados, la evidencia de esto es la presencia de hoyos de postes en ellos con restos de los postes. Estos recintos sirvieron, al parecer, para concentrar a la población que acudía al centro ceremonial para las ceremonias y las jornadas de trabajo colectivo. En algunos de estos recintos se encuentra restos de preparación de alimentos, pero estos son bastantes más sencillos que los consumidos por la elite hallados en los restos de banquetes rituales.
Otros sitios importantes
En el valle del Rímac: Huaca Juliana y Huaca Trujillo. En el valle del Chillón, Huaca Culebras. En Chancay: Cerro Trinidad, y en el valle de Lurín las primeras construcciones del centro ceremonial de Pachacamác. La pirámide de la época Lima en este sitio tiene la particularidad de ofrecer en su base un adoratorio o altar. Sus paredes fueron retocadas en épocas sucesivas con pinturas murales.
En el valle del Rímac se hallaba como centro importante Cajamarquilla, que agrupó a los pobladores anteriormente dispersos. Al mismo tiempo fue erigida la primera construcción del Oráculo de Pachacamác: el Templo Viejo.
Organización política, económica y social
Lo que es un hecho es la existencia en la Comarca de Lima de una sólida organización política que los aristócratas de la cultura Lima dirigieron con férrea disciplina. De otro modo no tendrían explicación la construcción de los imponentes centros ceremoniales o de las extensas obras hidráulicas para cuya realización se requirió de fuertes contingentes de trabajadores durante largos períodos.
La cultura Lima tuvo una economía fundamentalmente agrícola, complementada por los frutos de la explotación marina. Los cultivos fueron todos aquellos propios de la región, pero por los restos encontrados en las tumbas parece que la alimentación se basaba en el consumo de maíz, frijoles y maní. Naturalmente se consumía pescados y mariscos abundantemente, así como toda clase de frutos de mar, haciéndose, en cambio, muy poco uso de la carne de mamíferos y volátiles.
La agricultura alcanzó un gran desarrollo gracias a las obras hidráulicas que permitieron regar extensas áreas de cultivo, situadas en la parte baja de los valles y apartadas del cauce de los ríos. Los represamientos fluviales, la derivación del curso de las corrientes, la construcción de canales y acequias y la regulación de los riegos, posibilitó a los Lima desarrollar una agricultura intensiva. Dicha práctica produjo los excedentes alimentarios que eran necesarios para sostener una población creciente, especializar en tareas no agrícolas a un porcentaje de la población y dedicar temporalmente a la construcción de grandes obras públicas a una importante fuerza de trabajo.
El esfuerzo de estos antiguos "limeños" construyó los canales derivados del Rímac que todavía riegan la parte baja y media del valle y que antiguamente eran tan caudalosos que recibieron la denominación de ríos. Las más importantes de dichas obras hidráulicas fueron:
1). El llamado río Magdalena, cuya toma se encontraba detrás de la actual ubicación del Palacio de Gobierno, que regaba la zona NO del valle comprendida entre el río Rímac y la Huaca Huantilla;
2). El llamado río Huatica, derivado del Rímac a la altura del espolón NE del Cerro San Cristóbal, que regaba los terrenos comprendidos entre la citada Huaca y el centro administrativo de Limatambo; y
3) El llamado río Surco, el más caudaloso de los tres canales, que se originaba frente a la antigua población de Lati, el actual Vitarte, y después de larguísimo recorrido por la parte SO. Del valle llegaba a la parte baja del mismo para regar todo el antiguo Surco, desde Limatambo hasta las estribaciones de los cerros de Lurín, o sea el área correspondiente a los actuales distritos de Miraflores, Barranco y Chorrillos.
El sistema de irrigación les permitió beneficios en su economía. Se advierten canales de irrigación que culminan al pie de las pirámides de Maranga y Huaca Juliana.
Estas obras permitieron a los Lima independizarse urbanísticamente del cauce de los ríos y ubicar sus asentamientos poblacionales, ceremoniales y administrativos en pleno valle, en zonas amplias y llanas aptas para admitir un gran desarrollo urbano. Efectivamente, los más grandes asentamientos de la cultura Lima se encuentran bastante alejados del cauce de los ríos en cuya cuenca se ubican. Tal es el caso de: Copacabana, en la margen derecha del Chillón, cerca de Carabayllo; Caxamarquilla, en la margen derecha del Rímac; y Catalina Huanca, Maranga y Juliana en el lado izquierdo del mismo río; e Ichma (Pachacámac), en la ribera derecha del río Lurín.
La distribución geográfica de los más importantes núcleos de la cultura Lima, cuya capital era probablemente Maranga, cubría estratégicamente todo el territorio "limeño" permitiendo su más fácil administración y defensa.
Es evidente que para el buen gobierno del territorio comarcano era necesaria la existencia de una red de caminos que ligara entre si a los citados centros y que los relacionara con las poblaciones a las que servían y en las que se sustentaban económicamente. No quedan vestigios de los caminos construidos por los Lima, pero es casi seguro que los restos viales que han llegado hasta nosotros y que identificamos como obra de las culturas limeñas tardías o como parte de los caminos Inca, se asientan directamente sobre el trazo que debieron tener las vías principales del señorío de los Lima. También debieron existir caminos interregionales, pues los Lima eran activos comerciantes y mantenían un frecuente intercambio con los Mochica, los Recuay y los Nazca. El frecuente trato con estas culturas se manifiesta a través de algunos rasgos insertados en las manifestaciones artísticas de los "limeños" y en el uso por éstos de varios objetos o productos procedentes de esas regiones. Asimismo, aparentemente existieron relaciones comerciales con sitios aún más lejanos, pues Jijón y Caamaño (1949) cuenta haber encontrado en Maranga hondas tejidas con paja toquilla de procedencia ecuatoriana y en Manta, Ecuador, varios fragmentos de alfarería típicamente Cajamarquilla.
En el proceso de secularización de la organización comunal, fenómeno social que marca la transición de lo Chavín al imperio de los Señoríos y Reinos Regionales, los Centros Ceremoniales de planta en U, de fines fundamentalmente cultistas y de administración religiosa, fueron remplazados por monumentos de características totalmente distintas, tanto en lo físico como en lo funcional.
Los Lima fueron constructores de pirámides y de conjuntos de pirámides desde las que administraban gobierno a través de una élite civil-militar, sirviendo así los monumentos tanto de templos como de sedes gubernativas. En los primeros tiempos del desarrollo de la cultura Lima, que corresponden al estilo cerámico conocido como Entrelazado o Playa Grande, los Centros Ceremoniales estaban constituidos por una gran pirámide que tenía a su alrededor una serie de construcciones complementarias y en cuyas cercanías se desarrollaba el centro poblado correspondiente. Ejemplos típicos de estos monumentos son: las huacas Cerro Culebras y Trujillo, en las márgenes de los ríos Chillón y Rímac, respectivamente.
Cerámica
El arqueólogo Gordon Willey (1943), quien con sus excavaciones en el valle de Chancay contribuyó decisivamente a fijar las características del estilo Entrelazado o Playa Grande y sus relaciones cronológicas con los otros estilos del periodo, describe a dicha forma de expresión cerámica con las siguientes frases:
"El estilo interlocking queda definido por el uso de un diseño estilizado de peces entrelazados, derivado de un motivo textil. Los tipos dentro del estilo son denotados por un tratamiento rectilíneo y curvilíneo del diseño y por un número de elementos menores tales como círculos, área de puntos y marcas X, que algunas veces son empleados conjuntamente con el motivo de los peces. La decoración es en negro y blanco, o en negro, blanco y rojo vivo, sobre un fondo de engobe rojo. A menudo se ha empleado coma decoración una greca de peces entrelazados debajo del borde de la vasija".
Con el correr de los años, alrededor del 500 d.c., la cultura Lima alcanza su madurez, estando caracterizada esta etapa de su desarrollo por un estilo cerámico detectado en tiestos encontrados en excavaciones realizadas en las huacas de Maranga y en los cementerios de Nieveria.
El estilo, bautizado definitivamente con el nombre de Maranga, muestra tipológicamente dos fases claramente diferenciadas que, según Lumbreras, tienen las siguientes características (1969:186):
"La primera fase, (…..) se caracteriza por tener una cerámica roja con decoración en blanco y negro, muy parecida a la cerámica Playa Grande, pero que, aparte de que los diseños son menos complejos que los de Playa Grande, las formas tienden a ser distintas. Los motivos de la decoración son principalmente diseños entrelazados muy simples y diseños radiales alrededor de golletes pequeños en vasijas esferoides. La cerámica es gruesa y un tanto tosca con una superficie mate muy parecida a la de Playa Grande. No existe asociada cerámica negativa ".
"La segunda fase, y última, se caracteriza por una cerámica anaranjada bastante fina y delgada, brillante por el pulimento y con dibujos que a veces agregan el gris a los típicos colores rojo, blanco y negro. Las formas en esta fase se modifican notablemente y comienzan a ser propias las botellas con un pico ligeramente cónico o expandido y con un asa tubular que une la parte superior del cuerpo esférico con la mitad del pico".
También aparecen en este tipo de cerámica figuras modeladas burdamente, que representan seres humanos y animales tratados en forma aislada o conjuntamente en escenas de la vida diaria.
La cerámica es el elemento más recurrente que aparece en los contextos arqueológicos del área andina, al punto que mucha gente piensa que los arqueólogos se dedican sólo al estudio de este material cultural. Pero, no se puede negar que es uno de los materiales que más llama la atención, pero, en el caso de la cultura Lima, la cerámica fue bastante sobria y sencilla, explicaremos porqué.
La cerámica de los pueblos Lima cumplió dos funciones. La doméstica y la ritual. En el primer caso se prefirieron vasijas bastante sencillas hechas con una pasta de color marrón, dentro de estas se puede encontrar ollas de diversos tamaños, fuentes entre otras formas. Estas vasijas se les encuentran siempre con manchas negras producto de su continua exposición al fuego. La mayoría de platos se realizan en una pasta color naranja al igual que los cántaros para contener líquidos y granos.
Pero, es en las cerámicas usadas para los rituales donde la sencillez se transforma en una fina elegancia. Los artesanos lima que fabricaron las vasijas rituales de Pucllana estuvieron obsesionados con las figuras relacionadas al mar: olas, lobos y aves marinas, pulpos, pero sobre todo: tiburones.
El ideal de plasmar estas figuras lo van a materializar mediante una sencilla escultura modelada en la vasija o pintando las imágenes en la superficie externa de las vasijas.
Los únicos colores que los artesanos lima utilizaron fueron el rojo, el blanco y el negro. Esto no parece tratarse de una limitación tecnológica sino de algo ideológico, al parecer estos colores fueron considerados importantes para la cerámica y para desarrollar las figuras que ellos creyeron importantes para ser plasmados en la cerámica.
En los rituales cumplen variadas funciones que pasaremos a detallar a continuación. Algunas de ellas son quebradas en los rituales realizados antes del relleno de la arquitectura, entre estas se tiene sobre todo a aquellas con figuras de olas y tiburones pintadas; las vasijas son rotas siempre golpeándolas en la base con una piedra, para esto las colocan previamente boca abajo. Otras vasijas son usadas para contener los alimentos consumidos en los banquetes rituales o se les usa para derramar líquidos en estos rituales; pero muy pocas de las vasijas representaron a divinidades, es el caso del cántaro ídolo del tiburón, que representa la figura de un tiburón bicéfalo modelado en la parte superior; esta vasija no fue rota en ningún ritual, antes bien, fue enterrada con mucha delicadeza en medio de un ritual con música como atestiguan las antaras halladas junto al ídolo.
En conclusión, la cerámica Lima fue ceremonial con diseños geométricos altamente abstractos, pintados en blanco con el borde negro, sobre un fondo rojo o naranja. Los diseños típicos fueron serpientes o peces con cabeza triangular, intercalados, con el cuerpo hecho a partir de una banda y los lados aserrados en una técnica denominada interlocking. Junto a este diseño aparecen bandas en zigzag de círculos o discos. En las últimas etapas. La cerámica Lima tuvo una marcada influencia Wari y se le conoció como Nievería (el material provino del cementerio del mismo nombre).
Textilería
En cuanto a la textilería, el mismo Lumbreras acota:
"Los tejidos sugieren un cierto desarrollo tecnológico. Existe tanto el tejido llano como el tapiz. El brocado es raro y muchas telas son pintadas solamente, mientras que las tapicerías son decoradas con hilos de tramas multicolores. Se conocen varios colores, de los cuales los principales son el blanco, el rojo, el amarillo, el azul, el verde y cierto tipo de gris, además del negro. Los diseños son generalmente de peces entrelazados, semejantes a los de la cerámica y de cruces y otros diseños geométricos, tales como escalones con sus combinaciones. Hay el diseño de unos peces individuales, no entrelazados".
Los escasos restos textiles de la cultura Lima nos hablan de una técnica sencilla en la cual el talento de los tejedores se volcó a las cosas estrictamente necesarias para la vida diaria.
Usaron fibras vegetales como el algodón y entre las de animales la fibra de camélidos como la llama y la alpaca. Estas fueron usadas con su color natural y en algunos casos fueron teñidas con tintes vegetales y minerales obteniéndose una reducida gama de colores hábilmente combinados que le dan a los textiles Lima la sobriedad que caracteriza a esta cultura.
Para realizar sus textiles usaron telares y también agujas para realizar tejidos con sólo un hilo mediante nudos. Son abundantes los restos de instrumental textil los que se encuentran en diversos contextos en Pucllana; entre estos se encuentra gran cantidad de agujas realizadas en espinas de cactus, piruros y husos para realizar el hilado así como restos de telares. La actividad textil en Pucllana fue una de las principales, si bien aún no se ha podido identificar los probables talleres, seguramente, futuras excavaciones nos permitan hablar ya de manera clara de áreas especialmente preparadas para esta actividad.
Habíamos dicho que los tejidos Lima son sencillos, esto es cierto, pero en algunos casos tenemos evidencia de tejidos con diseños casi abstractos donde se puede distinguir diseños entrelazados y tiburones; estos tejidos aparecen relacionados a contextos funerarios y rituales especiales, no son de uso común.
La vestimenta de los hombres y mujeres Lima es bastante sencilla: consisten en túnicas cortas en el caso masculino ("unku" en quechua" y túnicas largas en el caso femenino. De acuerdo a los datos de los cronistas que conocieron el Tawantinsuyo en plena guerra de conquista la mayoría de la población común no tenía más que dos juegos de ropa: una para el trabajo diario y otra para los días de fiesta, esta realidad bien puede aplicarse a la época del pueblo Lima.
Metalurgia y otras labores
Se desconoce el grado de desarrollo que tuvieron para tratar los metales. Se han encontrado algunos objetos de cobre.
La metalurgia y la metalistería tuvieron poco desarrollo, pues la mayor parte de los útiles de uso diario y los instrumentos de labranza y de caza fueron hechos de hueso o madera. No obstante, se han encontrado algunos objetos de oro, plata y cobre, tales como discos de adorno personal, pinzas depilatorias, pulseras, tupos y punzones, así como cinceles y cabezas de masas hechas de bronce. La cestería, en cambio, alcanzó un gran nivel a juzgar por los numerosos objetos de formas diversas y fina elaboración que se encuentran en casi todas las tumbas de la cultura Lima.
Existió la cacería, porque se han encontrado estólicas.
Vivieron de la pesca. En terrazas especiales secaban el pescado para guardarlo.
En conclusión: De acuerdo al estudio de la cerámica y otros elementos de juicio se puede asegurar que sobre esta Cultura de Lima han influenciado todas las culturas coetáneas: Moche, Nazca, Recuay, Ayacucho.
Bibliografía
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Varios autores: Historia del Perú. Sección: "Culturas Prehispánicas. Origen de las civilizaciones andinas", por Jorge E. T. Silva Sifuentes. Lexus Editores. Barcelona, 2000.
Varios autores: Gran Historia del Perú. Edición fascicular publicada por el diario El Comercio. Lima, Edición Libris S.A., 1998.
Villanueva Sotomayor, Julio R.: El Perú en los tiempos antiguos. Historia Preínca e Inca. Publicado por el diario "Ojo", edición fascicular, 2001. Edición e impresión: Quebecor World Perú S.A.
Narváez, Joaquin: Cultura Lima.
Diario Expreso: Colección de Historia del Perú. Lima – Perú.
Autor:
Maria Luz Murguia
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