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Misterios, fantasía y algo más

Enviado por rosario carbajal


Partes: 1, 2

  1. Presentación
  2. Santos, el guitarrista
  3. La paloma, el ganso y la zorra
  4. El hombre que quería ser rico
  5. La Comadre Baldomera
  6. Las tarucas misteriosas
  7. El burrito encantado
  8. El caminante y la muerte
  9. La solidaridad de las gotas de lluvia

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"MISTERIO, FANTASÍA Y ALGO MÁS…"

ROSARIO JUDITH CARBAJAL RAMÍREZ (autora)

Ilustración de carátula (la autora)

PRIMERA EDICION -2014

Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N°2014-11487

Impreso por: Impresiones cruces.

RUC 1021535394 Mercado El Ayllu J-11

Celular: 956-848400

Ica -Perú

Presentación

 "MISTERIOS, FANTASIA Y ALGO MÁS…", constituye un conjunto de cuentos de los muchos que escuché a mis padres y abuelos, estos son relatos de antaño, algunos son historias conocidas, ya que forman parte de aquellas narraciones de la región Ica y que los he recreado según mis vivencias y recuerdos.

En la mayoría de los relatos aparecen como protagonistas campesinos, secundados por las brujas y demonios; personajes que son parte de nuestra ideología costumbrista, supersticiones, creencias y fantásticas; propio de aquellos hechos de la tradición oral. 

Algunos de los nombres de los personajes son creación personal, así como los sucesos he tratado de escribirlos lo más parecido a como me los narraron.

 Así mismo este deseo de publicar "MISTERIOS, FANTASIA Y ALGO MÁS…" se puede emplear como texto para la comprensión de lectura se insertan fichas complementarias para optimizar el desarrollo de las sesiones de lectura propuestas, así mismo permiten recrear el texto y entenderlo de una manera sencilla, práctica y didáctica, dejando en manos del lector en darle su más justo y beneficioso empleo.

LA AUTORA

 

Santos, el guitarrista

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Muchos años atrás vivían en una campiña, un campesino cuyo nombre era Santos, tenía mucha afición por la guitarra. Las melodías que se desprendían de ésta sonaban muy regulares, pero él ansiaba tocar mejor.

Estaba por llegar la fiesta de carnavales, y en esa festividad en el pueblo, se acostumbraba realizar un concurso de guitarristas. En cierta ocasión, cuando disfrutaba de la compañía de unos amigos del lugar, se realiza un desafío de guitarristas. Santos participa y no queda tan mal. Esto hace que le comente a uno de los asistentes, dando a saber sus deseos de convertirse a como de lugar en el mejor guitarrista de la zona. El amigo le dice, que si él desea le puede recomendar a un profesor de guitarra, que era el más excelente de todos los pueblos de la zona. Lo único que tenía que hacer era recibir las lecciones bajo ciertas orientaciones muy especiales tales como: el profesor de guitarra sólo impartía sus clases partir de las doce de la noche y en un lugar solitario, debido a que a ese maestro era muy cuidadoso y no le agradaba que lo interrumpieran. Así mismo el amigo de Santos le dio una recomendación más: debía llevar una botella de pisco y una cajetilla de cigarrillos, también le aconsejó no comentar de estas sesiones de aprendizaje con nadie, ni siquiera con su esposa. Todo debía permanecer en el más absoluto secreto.

Santos quedó pensativo con estos consejos que le ofreció su amigo, después de meditar mucho decidió realizar dichos estudios, tal como le dijera su amigo.

El ocaso del estío en el campo era impresionante, el cielo se teñía de amarillos, anaranjados, rojos y violetas, a lo lejos se observaba las manchas negras de los árboles que recortaban el horizonte.

Aquella noche, Santos se encontraba listo para iniciar sus lecciones de guitarra, con el maestro de los cerros.

La noche prometía estar serena; el cielo estaba estrellado. Ningún ruido osaba perturbar la tranquilidad de aquel momento. Se oyó muy lejano en el campo el canto de un ave solitaria. Y aún esto parecía hacer más profundo el silencio y más impresionante las sensación de soledad.

La noche inmune avanzaba, todo estaba aún oscuro, negra como la desesperación, el viento arrastraba el turbador aroma de los frescos campos de maíz, solo el cascabeleo de los insectos nocturnos rompía el silencio.

La hora, el lugar y el solemne silencio en que todo estaba envuelto, oprimía el alma, aun así el anhelo de aprender y convertirse en el mejor guitarrista del lugar, para Santos nada de lo que observaba o sintiera lo perturbaba ni lo incomodaba. Estaba resuelto a asumir aquel reto.

Santos, esperó callado, un tiempo que le pareció interminable, sacó un cigarrillo y fumó despacio, tranquilo; luego rasgó unas notas en su guitarra; que en la quietud de la noche retumbaban como llantos lastimeros. Se acomodó en el asiento de piedras, el graznido lejano de una lechuza se convierte en el único ruido que rompía ese silencio tenebroso.

Un resplandor espectral convirtió la noche en día y mostró nítidas y distintas hasta las más pequeñas piedras del solitario lugar. A lo lejos se escucha el ruido de repique de pasos de un caballo. Santos se acomodó otra vez en su asiento, oyó otra vez un prolongado ruido. En un instante fue todo atención y mirando hacia dónde provenía el sonido vio acercarse un jinete cabalgando un caballo blanco y resplandeciente, acompañado a esto escucha un formidable trueno que retumbando por los cielos se perdió con sordas repercusiones en la distancia.

Entonces sintió una bocanada de aire frío por todo su cuerpo que lo hizo estremecer de miedo. Su primera idea fue huir, después se acordó que él, se encontraba ahí por que esperaba al excelente maestro de guitarra. Y estaba cerca de él.

Este era un extraño jinete de la noche; lo que vio de él, hizo sentir un escalofrío de muerte en su alma. El jinete le sonreía y dejaba ver una dentadura de fuego, los ojos también flameaban como el fuego. En esos momentos y bajo aquella forma alucinante que observaba, Santos se olvidó de sus lecciones de guitarra y emprende una tenaz y desesperada huida.

Una voz bronca le ordena: ¡Párate ahí! En el misterio de la noche, esta llamada fue despertando ecos por las profundas oquedades de los cerros, desvaneciéndose en la lejanía. Santos volvía a escuchar la misma frase espeluznante: ¡Párate ahí!, que retumba en el silencio de la noche. De cuando en cuando volvía la cabeza porque se creía perseguido por el jinete del caballo blanco resplandeciente y dentadura de fuego. Cada tronco seco que aparecía en su camino se le figuraba una persona y lo dejaba sin aliento. A lo lejos escuchaba ¡Párate ahí! Aquella exclamación parecía dar alas a sus pies.

Dejando en la aspereza del camino trozos de ropa y de piel. Corría y corría desesperado hacia su casa, en el oído aún tenía aún la voz bronca que le gritaba ¡Párate ahí!

Ya veía su casita blanca, escuchaba el ladrar de los perros, sus ojos estaban fijos en aquel camino que lo conducía a su morada, y sacando fuerzas del alma emprendía otra vez la carrera. Cuando ya estaba cerca, la noche tocaba a su término; se precipitó por la puerta del corral y cayó al suelo, extenuado, ahora se encontraba entre las sombras protectoras del interior de su hogar. Poco a poco fue calmando su agitación, se quitó lo poco que le quedaba de ropa y se quedó profundamente dormido.

Muy temprano en la mañana, su esposa muy sorprendida por el estado en que se encontraba, lo interroga sobre el aspecto de la guitarra que solo tenía el cuello y algunas cuerdas; así mismo las heridas y arañones que tenía marcado su cuerpo, con un sinfín de moretones, como también la ropa hecha pedazos. Santos hizo una profunda inspiración de aire, tenía que esforzarse para manejar aquel asunto y sin perder la serenidad y el dominio de sí mismo, le manifiesta que habiendo estado en una reunión, conversando y tomándose unas copas de picos con sus amigos. Mientras estaba tocando unas melodías con su guitarra, un desconocido lo ofendió y se desafiaron a golpes. Santos le contó a su esposa que ante aquella afrenta, lo único que le quedaba era coger su amada guitarra y defenderse con ella.

Allá, en la lejanía de los cerros se perdían sus sueños e ilusiones. Era mejor dejarlo todo envuelto en el silencio.

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FICHA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA

  • 1. Encuentra a los personajes en la sopa de letras:

A

S

N

F

R

I

A

S

A

N

A

T

A

S

C

H

A

C

R

A

N

E

S

P

O

S

A

I

L

U

A

F

G

A

S

S

O

K

N

P

A

N

S

U

S

H

T

E

U

A

M

I

G

O

O

E

N

O

C

H

E

F

S

  • 2. Responde a las preguntas:

  • a. ¿Por qué Santos quería aprender a tocar guitarra?

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  • b. ¿Qué le recomendó su amigo?

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  • c. ¿De qué manera espera Santos al maestro de guitarra?

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  • d. ¿Cómo era el extraño jinete de la noche?

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  • 3. Escribe verdadero (V) o falso(F) entre los paréntesis:

  • a. Santos era un experto guitarrista ( )

  • b. Aprende a tocar guitarra con un excelente profesor ( )

  • c. Se dirige a un lugar solitario portando su guitarra ( )

  • d. Santos sintió mucho miedo cuando ve al extraño jinete ( )

  • 4. Marca con aspa quien podría ser el extraño jinete

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  • 5. Completa las oraciones con las palabras adecuadas.

………………, esperó callado, un tiempo que le pareció interminable, sacó un………………….. y fumó despacio, tranquilo; luego rasgó unas notas en su …………………. Se acomodó en el asiento de ………………., el graznido lejano de una …………………………. se convierte en el único ruido que rompía ese ……………………….. Tenebroso.

  • 6. Anota tu opinión sobre la actitud final de Santos.

……………………………………………………………………………………………………..

……………………–……………………………………………………………………………

  • 8. Dibuja la escena que más te ha gustado del relato.

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La paloma, el ganso y la zorra

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Érase una vez, una familia de palomos que habitaban en la base de un árbol. Los palomos tenían como compadres a doña zorra y don ganso.

Sucede que Doña Zoila, además de astuta y malévola tenía ciertos gustos propios de su raza carnívora.

En una ocasión y siendo noche de luna, dando sus paseos nocturnos doña zorra encamina hacia la vivienda de sus compadres palomos que a esas horas ya se encontraban durmiendo junto con sus pichoncitos. Al verlos de esa manera la zorra se quedó pensativa.

La zorra decide visitar al ganso y le dice:

-Si te cuento una cosa no me vas a creer.

– Que pasa comadre Zoila.

– He visto a mis compadres palomos durmiendo al pie del sauce que hay en el camino.

– Compadre Ganso tengo una idea maravillosa, que te parece si podemos preparar una suculenta cena con ellos.

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El ganso quedó muy sorprendido y preocupado, luego de la confesión de la malvada; una vaga sospecha lo asaltó, que hizo encogerle el corazón. No contestó nada, unas lágrimas asomaban a sus ojos, que supo disimularlas y odió a la comadre Zoila. Se despidieron y cada uno tomó su rumbo.

El ganso visita a los compadres palomos y les indica que deben cambiar el lugar de su vivienda.

  • Compadres palomos, veo que su casa está muy cerca al camino, sería mejor que subieran más arriba su nido por su seguridad.

Los palomos siguieron los consejos del ganso y subieron un poco el nido.

Pasado un tiempo doña Zoila fue hacerle otra visita nocturna a la familia palomitos.

Los palomos al ver a la zorra nuevamente por esos lares y a esas horas le dicen:

– ¿A qué se debe el honor de su visita comadre Zoila?

– La noche está muy hermosa compadres y estoy paseando.

-¡Que tengas buenas noches comadre!

-¡Dulces sueños queridos compadritos!

El palomo se quedó pensando por la visita nocturna de doña Zoila. Le dice a la señora paloma.

  • Cariño me parece que debemos cambiar de ubicación a nuestra casa. No me gusta nada esos paseos continuos de la comadre Zoila.

Los paseos nocturnos cada vez se vuelven más frecuentes, la zorra vuelve a pasar por la noche y se da cuenta que los palomos ya no estaban en el lugar que los vio la noche pasada. Esto lo comenta con el ganso, dándole a conocer su inquietud que los palomos no se encontraban tan cerca a la base del sauce.

Doña Zoila le dice al ganso.

–Compadre, no entiendo ¿Por qué los compadres palomos cambian tan rápido de lugar su nido?

-¿Qué se yo?

La zorra mira al ganso de hito en hito. Y relamiéndose el hocico le manifiesta.

  • El deseo de comer palomos no se me pasa.

  • ¡Cuidado comadre! Esos gustos no son buenos. Pensé que había superado usted, esas dificultades.

Esto era demasiado, la zorra era capaz de todo, por tal razón el ganso visita a los palomos para advertirles del peligro.

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Pasados los días, en una noche muy clara, vuelve a pasar la zorra y observa que los palomos han ubicado su nido muy alto. El palomo al ver a la zorra le dice:

– ¡Buenas noches comadre Zoila! ¿Qué haces por acá? ¿Qué buscas a estas horas?

La zorra al verse sorprendida, se muestra nerviosa.

  • Compadritos, con el calor que hace no puedo dormir y decidí dar un paseo.

  • A ¿Si? Comadrita. Sí, pues hace mucho calor. Responde el palomito.

  • Compadre palomo veo que has cambiado el lugar de tu casa ¿Por qué lo has hecho? Ya no puedo verte bien.

Entonces el palomo le responde:

  • Sucede que ha venido mi compadre ganso y nos ha contado que en una de estas noches nos íbamos a convertir en el potaje de tu cena.

La zorra hace un gesto de sorpresa y se retira muy indignada. Llega a su casa muy cavilosa, pensó en vengarse. Esto le produjo grandes resentimientos en su malvado corazón que pedía sed de venganza. Luego de tanto pensar, se puso a lanzar una serie de quejidos lastimeros y estremecedores, Sus clamores y alaridos llenaban todo el lugar; tanto era su llanto que sus voces y lamentos llegan a oídos del ganso quién llega apresuradamente a la casa de la astuta y malvada zorra.

  • Comadre Zoilita ¿Qué te pasa?

La zorra le manifiesta con voz lastimera:

– Compadrito no sé qué tengo, de un momento a otro siento mucho malestar, me duele todo mi cuerpo.

El ganso le dice:

  • ¿Qué has comido? Algo debe haberte hecho daño

  • No… sé… responde la perversa

  • ¿Qué te puedo dar?

La zorra indica:

– Compadrito, acércate por favor dame un poco de agua con tu piquito.

El ganso toma un poco de agua y se acerca a la zorra, esta le manifiesta que coloque bien el pico en su boca porque no puede tomar bien el agua, el ganso decide acercarse más. Pero un rayo de luz ilumina su cabeza. Y le dice:

– Comadre zorra no vaya a convertirme un tu cena. Y sale corriendo del lugar. La zorra lo sigue y en su persecución no se da cuenta por los lugares que pasa, se tropieza y cae se llena de heridas, sigue corriendo para alcanzar al ganso, en su huida cae en una trampa.

Un cazador que por ahí pasaba, revisando las trampas, ve a la zorra y la captura, decidiendo vender su piel en el mercado. Ese fue el triste final de la malvada zorra.

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FICHA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA

  • 1. Escribe verdadero (V) o falso (F) ente los paréntesis.

  • a. Hace mucho tiempo vivían en un manzano una familia de palomos, ellos habían formado su casa en la copa del árbol ( )

  • b. La zorra le dice al ganso que siente deseos de preparar una cena con los palomitos ( )

  • c. El ganso comparte la idea de la zorra ( )

  • d. La zorra se come al ganso y a los palomitos ( )

  • 2. Completa las oraciones con las palabras adecuadas.

  • a. Cariño me parece que debemos…………..de ubicación a nuestra……………, por nuestra seguridad. No me gusta nada ese…………….. nocturno de…………………….

  • b. La ……………… se muestra ………………………, se retira muy indignada

  • c. Luego de tanto pensar, se puso a dar…………………………… y ……………………………………, tanto era su llanto que sus voces y …………………………….. llegan a oídos del ganso quién llega a la casa de la zorra.

  • 3. Responde a las preguntas:

  • a. ¿Por qué la zorra quiso comerse a los palomitos?

……………………………………………………………………………

  • b. ¿Cómo ayudó el ganso a los palomos?

……………………………………………………………………………………………

  • c. ¿Cuál fue el final de la zorra?

……………………………………………………………………………

  • 4. ¿Qué opinas de la actitud del ganso?

………………………………………………………………………………………………………………………..……

  • 5. Dibuja y pinta la escena del relato que más te haya gustado.

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El hombre que quería ser rico

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Contaba mi abuelo, que en tiempos lejanos, había un hombre que deseaba ser más rico de lo que era, para eso se le dio en llamar al diablo, y venderle su alma.

Este ambicioso caballero, consultó con una anciana que tenía fama de bruja y sabía cómo comunicarse con Satanás.

Ella le hizo saber:

  • Debes robarte un gato negro, un atado de leña, una olla de barro, un poco de agua y unos fósforos. Además varias ramas de planta de membrillo, para hacer con ella tres cruces.

El hombre le dice:

  • ¿Eso es todo?

La anciana le manifiesta:

  • Todo esto debe hacerse en una noche sin luna, y debe dirigirte al cerro lo más alejado posible. debes escoger un viernes y calcular para llegar al cerro en punto de doce.

Una vez que recibió estos datos. El hombre hizo todo lo que la anciana le recomendó.

El ambicioso cogió el camino que lo condujera al cerro más alejado, llevaba todas las cosas robadas, una vez ubicado en un lugar que consideró adecuado procedió a encender la fogata y puso a calentar el agua, cuando estuvo hirviendo echó al pobre gato vivo.

Un detalle que le recomendó la bruja al hombre, fue que debía tener las manos puestas encima de la tapa de la olla; para que no se saliera el gato, después de colocar al gato en la olla e iniciarse la cocción.

Una vez que el hombre colocó al pobre animal, dentro de la olla éste aullaba, gritaba como un condenado.

Cuando el gato estuvo muerto, era el momento que se presentaba la parte más grave del asunto. Debía esperar que el gato se deshiciera y quedaran solo los huesos.

Pasado buen tiempo, el hombre creyó que era suficiente para que el gato estuviera deshecho. Él temblaba de pies a cabeza, aun así, empezó a sacar los huesos de la olla, siempre cogiendo una cruz que estaban hechas con las ramas de membrillo.

Iba sacando los huesos y preguntaba:

  • "¿Este es?

Y una voz ronca que rompía el silencio de la noche le respondía:

  • "¡No!".

Seguía sacando los huesos de la olla,

Y la voz ronca y tenebrosa:

  • "¡No!",

Continúa preguntando, hasta que pregunta una vez más

  • "¡Este es!"

Y la voz ronca le responde:

  • "¡Sí!".

En ese momento el hombre cogió la última cruz que le quedaba y emprendió veloz carrera apretando en su pecho con todas sus fuerzas el hueso.

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Para llegar a su casa debía pasar por un camino angosto y cerrado por tupidos árboles. Ya con el hueso en sus manos; lo que tenía que hacer era guardarlo dentro de un baúl debajo de la cama, y siempre que el hueso estuviera allí el baúl estaría lleno de dinero. Eso si debía tener cuidado que el diablo no llegara, porque si no le quitaba el hueso, o también si él le contara este secreto a otra persona, se moría inmediatamente e iba a dar a la paila más caliente del infierno.

Pensando en todas estas cosas, el hombre iba corriendo, Es así que

llega a un lugar en el que le pareció escuchar el llanto desesperado de un bebé, y apenas las hubo oído, cuando dijo:

  • ¡Es el llanto de una criatura! Alguna campesina habrá por acá.

Pero todo estaba oscuro, buscó el lugar de donde provenía el llanto. Y envuelto entre sábanas, encontró a un niñito pequeñito como de un año aproximadamente. Este era muy bonito, de cabellitos claros ondulados y los ojitos negros como azabache. El hombre lo alzó y pensó llevarlo a su casa.

  • ¿Cómo dejar a una criatura indefensa en plena noche?

Avanzando rápido, para llegar lo más rápido a su casa, en eso a la mitad del camino, oyó que el niñito le decía:

– "¡Papito! ¡Papá! ¡Mira mis dientecitos!"

El hombre se asustó al escuchar hablar a una criatura tan pequeña. Es así que se detiene y observa que aquel niñito bonito que había cogido en el camino era el mismo demonio con unos ojos grandes que echaban chispas, con uñas como gavilán y dientes grandes como lobo.

El hombre dio un grito de espanto soltando de inmediato aquel muchacho horripilante. Al otro día lo encontraron muerto, todo arañado, como si le hubieran pasado tenedores. Y en la mano tenía el huesito del gato, pero no estaba blanco como lo sacó de la olla, sino echando sangre como si acabaran de matar a alguien.

Allí mismo, envuelto en sábanas, lo enterraron porque nadie lo quiso llevar al cementerio; sólo quedó como testigo la luna. La quietud y el silencio reinaban de nuevo.

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Partes: 1, 2
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