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La bestia de Apocalipsis 17

Enviado por Leroy E. Beskow


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Respetemos el significado de los símbolos
  3. La bestia de apocalipsis 17
  4. Conclusión

edu.red

Introducción

Aunque los estudiosos de nuestra iglesia entienden que la "bestia" de siete cabezas de Apocalipsis 17 es un poder perseguidor del pueblo de Dios, sobre el cual se sentará finalmente "la ramera" para tratar de gobernar al mundo en tinie blas, todavía no han podido determinar con seguridad quién es esta "bestia" y qué representan sus siete cabezas. Por eso existen tantas interpretaciones.

Como el Revelador sabía que si no presentaba esta verdad mediante símbo los y palabras claves, su Palabra sería ocultada y destruida por los enemigos de Dios para que no llegara a los creyentes, el estudio de las verdades de Dios requie ren del conocimiento de toda la Biblia; y sus revelaciones dispersas en ella, son como piezas de un gran rompecabezas que deben ser ubicadas en el lugar preciso, a fin de que la verdad pueda ser finalmente armada y la "imagen" plenamente conocida.

Como todo rompecabezas, las visiones y sus descripciones no siempre res petan una sucesión cronológica. Esto se ve más claramente, cuando Dios presenta el resumen de la gran controversia en el capítulo 12 de Apocalipsis. Es de esperar que esto no ocurra en una síntesis literaria. Pero allí, el orden cronológico se inte rrumpe 5 veces, trayendo confusión al desprevenido. Y en todo el Apocalipsis el número de interrupciones cronológicas llega a 35. Sin embargo, aunque esto puede desanimar a muchos que buscan el tesoro de la verdad, finalmente ella puede ser encontrada. Lo prueba el mismo título del libro: Apocálypsis), que sig nifica Revelación; correr el velo para que se pueda ver finalmente la escena, oculta da a los mismos profetas durante tantos siglos.

Es posible que para evitar una nueva decepción, se pregunte si este trabajo puede ser confiable. Pero, teóricamente la respuesta es muy simple: Sí. Puede ser lo, mientras se respeten todas las reglas de exégesis. Hay dos que son muy cono cidas, pero parece que en la realidad hay dificultades para cumplirlas. Una de ellas es que no se determine el significado de los símbolos hasta que éstos sean exami nados en toda la Biblia, para que tengamos seguridad de que no haya otra interpre tación. Y la otra, que ninguno de ellos sea interpretado sin un "escrito está", a fin de que el estudio no pierda autoridad inspirada.

Buscar en toda la Biblia el significado de cada símbolo y respetarlo aunque no parezca encajar con lo que el investigador piensa, es un método difícil que re quiere de mucha perseverancia, pero da como resultado lo que tanto esperábamos: Que el velo se abra y veamos por fin la escena del gran rompecabezas perfecta mente armado.

Pero, sabiendo que algunos rompecabezas se pueden armar formando una imagen distinta a la original —y este es el caso de Apocalipsis 17, que de una ya se han formado más de diez—, ¿cómo podemos saber si la que armó el autor de este estudio es falsa o verdadera? Muy sencillo: En primer lugar, si vemos que la escena armada tiene vacíos que denotan la falta de piezas, o junto a esa escena quedan piezas que sobran y el que la armó no da una explicación.

Segundo, que la escena que se ve, produce en la mente del espectador la clara y maravillosa sensación de haberse encontrado con la verdad, que es la que se produce cuando se abre un velo y todo se ve clara y nítidamente.

Tercero, cuando lo que se ve no sólo encaja perfectamente con el resto de la revelación, sino que también nos permite descubrir y ver mejor las otras escenas que se relacionan con Apocalipsis 17.

Y en cuarto lugar, el Señor presentó la revelación a Juan de tal manera, que una vez armada toda la escena de la verdad, nadie podrá refutarla. Así de claro es el asunto.

El autor.

Respetemos el significado de los símbolos

En el capítulo 17 del Apocalipsis hay símbolos que debemos conocer y res petar. Aquí nos detendremos sólo para considerar algunos que creo más necesa rios.

"Muchas aguas": Cuando en el verso 15 leemos que significa que son pue blos y muchedumbres, el resto de la Biblia nos aclara que aquí son aquellos que no obedecen al Señor. Y se los representa con la figura del "mar", donde obra el "dra gón" desde sus profundidades o "abismo" (Sal. 69:14,15; 144:7; Isa. 17: 12,13; Jer. 51:55; Apoc. 16:12; 17:15), mediante las bestias o reyes y sus reinos que se sientan y reinan sobre él (Sal. 8:7; 74: 13; Jer. 46:8; 47:2; Dan. 7:3,21,23,25; 8:1214,23; Apoc. 17:13,14). Sobre la superficie de estas "aguas" es donde corren los vientos de las contiendas bélicas (Dan. 7:2; Apoc. 7:1).

Con relación a las "muchas aguas", está el símbolo del "abismo" (Apoc.17:8), que representa el lugar de aguas muy profundas (tehom) donde no pue de llegar la luz (Gén. 1:2; 7:11; 8:2, etc.); pozo, sepulcro o profundidad (bowr, como sinónimo de tehom: Isa. 14:15; Gén. 1:2; 49:25; Job 41:31,32) ) donde fueron arrojados Satanás y sus ángeles cuando el planeta estaba desordenado y cubierto de agua; y de donde serán sacados simbólicamente para ser juzgados sobre la tie rra (Isa. 14:1521; Apoc. 20:13,14).1 Es el lugar de mayor oscuridad espiritual, y la mayor profundidad del pecado; el lugar simbólico desde donde Satanás maneja a los poderes humanos, y de donde saldrá al final para actuar directamente (Isa.51:10; 57:20; Eze. 28:12; 26:19,20; Apoc. 9:1,2; 11:7; 17:8; 20:1,3).

En realidad son dos los momentos del gran conflicto cósmico, cuando el "dragón", "leviatán", "serpiente" o Satanás, emerge desde el "abismo" del "mar" de gentes para obrar directamente sobre la superficie (Apoc. 11:7,8; 17:8). Pero al fin será apresado y destruido por Dios (Apoc. 20:13,10).

Cuando las "aguas" se mueven, se transforman en el símbolo de un "río". Y según sea su origen, reciben significados opuestos: Cuando las "aguas" parten del "santuario" de Dios, o su iglesia, se dirigen hacia el "mar" de gente en pecado para sanar, salvar y purificar (Eze. 47:112). Se trata de la acción evangélica de la iglesia de Dios. Pero cuando el "río" sale del "mar" del pecado, las aguas toman una direc ción opuesta, hacia el pueblo de Dios para destruirlo; y obviamente se trata de una acción de los impíos bajo la dirección de Satanás (Sal. 69:15; Jer. 46:7,8; 47:2; Apoc. 12:15; 16:12).

"Desierto": Heb. edu.redmidbar), gr. edu.rederemos), significa "tierra inhabi tada" (Lev. 16:22; Jer. 6:8). Éste fue el lugar donde Juan encontró primero a la mu jer o pueblo de Cristo, parte1 del cual se fue alejando hacia la costa del mar, y fi nalmente se subió como "ramera" sobre la "bestia" que está en "las aguas" (Apoc.

17:3,15). El "desierto" es el refugio que Dios escogió para que su pueblo fuera se parado de la muchedumbre de gente en rebeldía contra Dios (Éxo. 5:1,2) y ser libe rado (Éxo. 7:16,28; Sal. 136:16; Eze. 20:10). Éste fue el lugar físico preferido por Elías, Juan el Bautista y Jesús para anunciar el mensaje, lejos del ruido y la influen cia mundanal (1 Rey. 17:3; Mat. 3:1,3; 4:1; 14:13; 24:26, etc.). De aquí parte el sig nificado del "desierto de los pueblos" (Eze. 20:3336), donde los santos tienen pro tección de las "fieras" o "bestias" que se levantan desde las "aguas" impías (Eze.34:25; Apoc. 12:6,1416; 17:15; Isa. 57:20).

En los símbolos proféticos, el "desierto" no es lo mismo que la "tierra". El "desierto" siempre permanece seco. En cambio la tierra representa generalmente lo "seco" que puede ser inundado por las "aguas" (Jer. 46:7,8; 47:2; Apoc. 12:15). Eso es lo que ocurrió con la tierra europea cuando se tornó en "mar turbulento",2 de donde Satanás formó el "río" de Apocalipsis 12:15. Así que, según la conducta que muestren los hombres que la habitan ?si se mantiene seca o se inunda?, llega a ser el significado que se le da (Gén. 6:12,13; Apoc. 12:16; 14:1520, etc.).

Antes de ser ayudados por la "tierra" norteamericana, los justos tuvieron que refugiarse en el "desierto" de Europa, es decir en lugares apartados de las creen cias de sus pobladores. Pero cuando llegaron a América, la "tierra" no era un "de sierto", como algunos comentan. Estaba habitada por indígenas paganos, y des pués por europeos que impusieron la religión como en Europa.3 En 1610, en el es tado de Virginia ya se prohibía trabajar en domingo con pena de muerte. En 1629, la colonia de Massachussets unió la iglesia y el Estado para perseguir a los bautis tas y a los cuáqueros. Y en 1635 estableció una ley dominical con prisión y multas para los transgresores, confirmándola en 1646 y en 1650. En 1630 los puritanos también impusieron sus creencias por la fuerza. Lo mismo aconteció en las colonias del sureste de EE.UU., obligando a todos a pertenecer a la Iglesia anglicana de Inglaterra.

En 1656 la ley dominical se extendió a Connecticut. En 1671 se estableció esta ley bajo pena de muerte en Colonia Plimouth. En 1681 también se impuso en Pennsylvania, en New Hampshire y Georgia (N. York); y en Maryland de 1692 a 1715. En el Estado de Arkansas, en 1885 un metodista acusó a observadores del sábado de no guardar el domingo, y se los encarceló con multas. Más tarde se hizo lo mismo con 28 adventistas del 7º día. En Massachussets fueron multados tres adventistas por pintar una habitación de su casa en domingo.1

Si EE.UU. llegó a ser la tierra de los santos, fue en buena parte por William Penn, que en Pennsylvania fundó en 1681 un refugio para los que buscaban la li bertad religiosa; y porque después en estas tierras se levantó el "cordero" de Apo calipsis 13:11pp. Pero EE.UU. pronto hablará como "dragón" (13:11 up.), imponien do la observancia del día del Sol. Entonces los justos tendrán que refugiarse otra vez en lugares apartados, donde las "aguas" no los inunden. Será cuando América, junto con todos los poderes del anticristo se conviertan en un "mar", gobernado por Satanás, sus "bestias", sus "capitanes" y los "marineros" de 18:11,1719. Por lo tan to, solamente en las profecías de Apocalipsis 10; 12:1416 y primera parte de Apoc. 13:11, la "tierra" es morada "seca" de los santos que contrasta con el "mar" de pe cado.

"Bestia": Representa a un rey o poder con su reino, que tiene dominio so bre naciones y pueblos. Cuando la bestia es un animal limpio, según la ley de Moi sés, representa a un poder mundial que sigue la voluntad de Dios. Por eso Cristo es representado como un "Cordero" con "siete cuernos, y siete ojos" (Apoc. 5:6; 14:1,4,5, etc.). EE.UU. de Norteamérica también se ha mostrado con las caracterís ticas de "inocencia y mansedumbre" de un "cordero", dando protección a los justos (Apoc. 13:11).2 Pero en esta "bestia" –que Dios la representa con la figura de un cordero, pero que se representa a sí misma con las figuras de águila y de búfalo– pronto se verán los rasgos de un animal inmundo, que terminará siendo parte del "dragón rojo" de siete cabezas y hablará con voz de "dragón".3

En el capítulo 8 de Daniel se profetiza acerca del accionar de tres poderes universales: Medopersia, Grecia y Roma con su "cuerno pequeño". Y aunque los tres fueron representados por Daniel como animales inmundos (Dan. 7:58) ?el Señor se valió de ellos para el cumplimiento de sus planes, pero surgieron por el poder del hombre bajo la dirección de Satanás?, en este capítulo los dos primeros llegan a ser considerados limpios (Dan 8:20,21). ¿Una contradicción? No, porque aquí se contrasta el accionar de dos poderes humanos comunes que dominaron en la "la tierra gloriosa" (Dan 11: 16,41), relacionados con un tercero que no sólo domi naría en la tierra santa, sino que también obraría directamente contra"el príncipe de los ejércitos" "del cielo", es decir contra el mismo Señor y los guardianes del Nuevo Pacto o santuario celestial (Dan. 8:911). En este caso, los dos imperios anteriores a Roma quedaron relativamente limpios, es decir libres de la condena divina que se destaca en el capítulo octavo.

Por lo tanto, cuando la "bestia" es un animal inmundo, simboliza a un rey y su reino universal que se opone a Dios y su pueblo en forma destacada (Dan. 7:3,17,23; Sal. 79:14; Eze. 34:25,28; Apoc. 6:8; 11:7; 13:118; 15:2; 16:213; 17:3 17; 19:19,20; 20: 4,10).

Cuando es una "bestia" de "siete cabezas", en primer lugar se trata del "dra gón rojo"; la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás. Él es "el agente principal". Y "en sentido derivado", es la "bestia""cabeza" que se sienta en su "trono" —en el cuerpo de la bestia— y toma poder del dragón para obrar en ese tiempo contra los justos (Apoc. 12, 13, 14, 16, 17, 20).1

Por ejemplo, cuando el dragón, o bestia de siete cabezas, se para ante la "mujer" que da a luz al Hijo de Dios, la cabeza que actúa en ese momento de entre las siete, es la "de la Roma pagana".2 Pero, como esas "siete cabezas" del dragón son cabezas de bestias o poderes humanos, la "bestia" o dragón de siete cabezas tiene además su propia cabeza, que no es como las otras "siete", porque la del dragón es del poder de un ángel caído, no de un rey terrestre. Cuando esta cabeza no humana se levanta para actuar, "sube del abismo", no de las superficie de las "aguas" de muchedumbre de gente que es movida por "todo viento de doctrina" (Efe. 4:14) y de guerra (Dan. 7:2,3; Apoc. 11:7; 17:8; 20:1). Por eso, en ese mo mento de Apocalipsis 12, Juan ve en el "dragón" sólo "siete cabezas", hasta que más tarde el Revelador le dirá que hay una "octava" oculta en lo profundo de las "aguas".

En Apocalipsis 12, se resume toda la gran controversia entre Cristo y su iglesia ("mujer") y el "dragón" y sus cabezas humanas. Aquí, el período de tiempo se inicia antes de la creación de este mundo, pero se detiene para señalar espe cialmente el tiempo profético que parte con el nacimiento de Cristo (12:2,5) hasta pocos días antes de su segunda venida (12:17). A pesar que la mayoría de los in térpretes está de acuerdo con esto, cuando hablan de Apocalipsis 13 al 17, se olvi dan que el dragón de siete cabezas sigue existiendo, y en su lugar hablan del pa pado como una segunda bestia de siete cabezas. Como veremos, el papado es "una de sus cabezas" (Apoc. 13:3) en el momento que recibe la herida mortal, y cuando después el dragón le vuelve a dar todo su poder de acción junto con la ca bezabestia de EE.UU. Como resultado de este descuido, veremos que Apocalipsis 17 no ha sido interpretado correctamente.

Bestia "dragón": Así como el "poderoso leviatán" jugaba en los grandes lagos de la tierra en los días de Adán y Eva, antes del pecado;3 pero más tarde lle gó a ser un peligro para el hombre y tuvo que ser destruido en el diluvio junto con los dinosaurios que llegaron a existir por el cruzamiento de especies, o por obra del maligno,1 el noble Lucifer se transformó en Satanás (adversario de Dios), y debe ser destruido. En los símbolos proféticos se lo presenta con la figura de un "dragón" o "leviatán". Es largo como una "serpiente", pero con cuatro patas (Job 41:134; Sal.74:14; Isa. 27:1; Apoc. 12:9) y de color rojo escarlata (Apoc. 12:3; 17:3). Junto a su cola le acompañan muchas "estrellas" o ángeles caídos (Apoc. 12:4); y de su boca sale fuego, y humo de sus narices. Este "fuego" con el "humo", "hace hervir como una olla el mar profundo" de gente en pecado, produciendo las acciones pasionales y destructivas en la humanidad (Job 41:1921,31; Isa. 57:20; Apoc. 17:5).

El "dragón" obró desde antes de la existencia humana (Apoc. 12:3,4,9). Por eso trató de engañar también a nuestros primeros padres desde que fueron crea dos (Apoc. 12:12; Gén. 3:13,14). Egipto fue la primera nación que el "dragón" ma nejó con su poder desde el "mar", transformándolo en "ríos" contra los santos cuan do llegaron a formar un pueblo (Isa. 51:9; Eze. 29:3; 32:2) —note cómo los símbo los que menciona Juan en el Apocalipsis, son señalados también por los demás profetas—. El "dragón" fue también el que manejó a Babilonia (Jer. 51:34), al "leo pardo" papal (Apoc. 13:2,4); será el que obrará con EE.UU. (Apoc. 13:11), y el que al fin se levantará del "abismo" para formar la triple alianza (Apoc. 16:13).

Por eso el "dragón" no es un animal de siete cabezas, sino que además de la suya propia "tiene" ( éjo) siete cabezas sobre su cuerpo, sumando ocho (17:3). Y por eso en el capítulo 12 se nos revela que el dragón estará presente en tre las bestias, o poderes contrarios a Dios, hasta los acontecimientos del capítulo 20 del Apocalipsis (Apoc. 12:3,4,7,9,13, 16,17; 13:2,4,11; 16:13; 20:2). Entonces, es correcto que la pluma inspirada interprete la "bestia" de siete cabezas de los capítu los 12, 13 y 14 de Apocalipsis, de esta manera:

"¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente, o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios! (Apoc. 14:9,10) […] La hilación profética en la que se encuentran estos símbolos empieza en el capítulo 12 del Apocalipsis, con el dragón […] Así que si bien el dragón representa pri mero a Satanás, en sentido derivado es un símbolo de la Roma pagana2 [Pero después, "el paganismo había dejado el lugar al papado"].3 "En el capítulo 13, se describe otra bestia, "parecida a un leopardo" […] se refiere sin duda al papado".4

Así que la bestia de siete cabezas de Apocalipsis 13:1,38 no representa en primer lugar al papado, sino al "dragón" rojo o "Satanás". El papado (13:2) y los EE.UU (13:1117) son las bestiascabezas del "dragón" que desde los 42 meses medievales reciben de él el poder y actúan "en sentido derivado". Por lo tanto, la Hna. White también asegura: "Acerca del gran poder apóstata que representa a Satanás, se ha declarado: "Hablará palabras contra el Altísimo".5

¿No fue el papado quien cambio "los tiempos y la ley"? Sí, pero en sentido derivado gracias al poder del "dragón" de 7 cabezas, señalado indirectamente en Daniel 7:11 con "la bestia, y su cuerpo" de 7 cabezas —cuatro de las cuales obra ron desde los tiempos de Daniel—. Ya volveremos a esto.

"La madre de las rameras" (Apoc. 17:5): Como vimos, el pueblo de Dios está representado por una "mujer" que se aparta de su esposo, parte de la cual vuelve arrepentida ( Aholibah: "mi tabernáculo en ella"), y la otra permanece como "ramera" ( Ahola: "el tabernáculo de ella" Eze. 16:23; Ose. 9:13; 14:7). Esta última es la que abandona el "desierto" para sentarse sobre el "dragón" rojo en "las aguas" del mar Apoc. 17:3,15). Cuando se levanta la bestia semejante a un "cordero", y forma "la imagen de la bestia" "dragón" que obra por medio del "leopar do" papal, entonces la mujer apóstata recibe de Roma el título: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA" (17:5). Es decir que las iglesias del "falso profeta" llegan a ser una fiel copia de la "Madre de las rameras", y reciben su "sello", su título.

Como ocurrió con W. W. Prescott, en 1910, algunos intérpretes que leen el título que lleva esta mujer ramera, llegan a confundirla con la iglesia de Roma. Pero esa mujer apóstata estuvo en el "desierto" (17:3); y Roma nunca estuvo allí, pues el papado se levantó con todo su poder ya adulterando con el imperio romano. Éste fue el argumento que presentó Elena G. de White cuando escribió en la versión original de El conflicto de los siglos, pág. 433: "No puede por consiguiente referirse a la iglesia romana, pues dicha iglesia está en condición caída desde hace mu chos siglos".

Desde 1911 se agregó en este párrafo la palabra "solo".1 Pero basta leer la historia del obispo Vigilio, de la ciudad de Roma —el primer papa oficialmente de clarado por el emperador Justiniano el año 533 d.C., que se sentó en el trono el 538— para constatar que la iglesia católica de Roma no se originó en el "desierto", porque ya estaba en la apostasía; y por eso es la "Madre" de las rameras protestan tes apóstatas.2 Cuando la mujer apóstata se une al espiritismo, y con él a la "Madre de las rameras", recibe este título porque llega a ser parte de "la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra" (Apoc. 17:18).

"Era y no es, y será" (Apoc. 17:8): Cuando no se define el tiempo, estas palabras son claves para poder interpretar debidamente la época en que se desa rrollan los acontecimientos que se anuncian. Todos los profetas que escriben la Santa Palabra con un "vi", "miré", "se me mostró", etc., siempre la expresan en tiempos pretéritos; excepto las palabras del Revelador que citan textualmente. Pero cuando se da la interpretación de la profecía, no del significado de los símbolos esto "es", o significa esto, etc. (Dan. 8:20,21; Apoc. 17:9,10, 12,15,18)— sino del tiempo en que se cumplen, en todos los casos que no aparece una fecha determi nada, el tiempo presente es el tiempo cuando se recibe la revelación y se la es cribe. Y cuando la profecía se escribe en pasado, en presente o en futuro, se de termina su cumplimiento antes, durante o después que escribe el profeta (el tiempo presente).

Ésta es la regla que se da en el Apocalipsis desde el primer capítulo: "Escri be las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de es tas" (Apoc. 1:19). Esto significa que el período de tiempo de la primera iglesia, se gún Apocalipsis 2 y 3, comienza en los días de Juan; y por eso el "uno es"; "era y no es, y será", en Apocalipsis 17, ocurre en el año 96 d.C., no hoy, en el 313, el 508, el 538, en 1798, en 1844, en 1929, en el 2000 o con el decreto dominical. Toda otra fecha fuera de los días de Juan que se interprete como tiempo presente, no tiene apoyo bíblico. Simplemente es una interpretación privada.

Por ejemplo, en Daniel 2 leemos: "Tú, oh rey, veías […] tú eres aquella ca beza de oro. Y después de ti se levantará […]" (2: 3145). Aquí, el tiempo presente nos lleva a los días de Nabucodonosor II y del joven Daniel, cuando escribió la pro fecía. Y el cumplimiento de la profecía sería para el presente de los días de Daniel y para tiempos futuros. Con otro ejemplo, puedo mencionar el "publicaré el decreto" de Salmos 2:7, en los días de David, que se cumple en la vida de Cristo, y por eso se lo escribe en tiempo futuro (Hech. 13:33,34; Rom. 1:4). La regla es invariable, y se cumple en Sal. 37:29 con Apoc. 21:17; Sal. 50:3,4 con Apoc. 22:7,20; Isa. 2:19 con Apoc. 6:1517; Isa. 65:17, 21,22,25 con Apoc. 21:17; Jer. 6:2 con Apoc. 16:9; Eze. 37: 2528 con Apoc. 21:17; Dan. 2:23 con 2:3739; 7:7 con 7: 23,24; 8:8 con 8:22; 8:11,12 con 8:14; 12:8 con 12:9; Hab. 2:14 con Apoc. 18:1; Zac. 14:4,7,16 con Apoc. 21:3,23; Apoc. 17:3 con 17:712, etc.

Si esta regla es invariable, debe ser respetada aunque parezca encajar ma ravillosamente en la argumentación del más famoso teólogo del mundo. Por ejem plo, se dice: "El papado "era" antes del año 1798. "No es" desde 1798 hasta 1929; y "será" cuando se sane de la herida mortal". Es verdad que el papado recibirá otra vez gran poder contra los santos. Pero, ¿en qué lugar del capítulo 17 dice que la "bestia" de quien se habla en primer lugar es el papado? Según otra posición esta "bestia" es Roma imperial. Y argumenta que el tiempo presente no puede ser el 96 d.C., pues Roma dejó de perseguir al cristia nismo cuando se dio el Edicto de Milán con Constantino el Grande; "no es" desde el año 313 d.C., y "será" desde el siglo VI, cuando el papado gobierna en el trono de Roma e inicia el período de los 1260 años de dominio casi absoluto. Por lo tanto, dice que la "bestia" es Roma paganapapal; y el tiempo presente se cumple durante los siglos IV al VI.

Pero otra posición asegura que el tiempo presente de la profecía es "hoy", cuando Ud. está leyendo estos comentarios. El "era" lo cumplió el papado durante los 1260 años; y el "será", se cumplirá desde que se forme la triple alianza, y el papado restablezca su poder medieval. ¿Quién está en lo cierto? El mismo Revelador, que por medio de Juan nos indica el siglo I para contar con el tiempo presente de las profecías del Apocalipsis, nos dice con Elena G. de White, que "el agente princi pal de Satanás al guerrear contra Cristo y su pueblo durante los primeros siglos de la era cristiana, fue el Imperio Romano […] Así que si bien el dragón representa primero a Satanás, en sentido derivado es un símbolo de la Roma pagana".1

Ella se está refiriendo aquí al capítulo 12, que es el resumen de la gran con troversia apocalíptica; y el tiempo presente sigue siendo la época cuando el profeta escribe la visión. Por lo tanto, es el tiempo cuando la bestiadragón de siete cabe zas persigue a la iglesia mediante "la Roma pagana", no cuando el imperio romano se hizo cristiano con Constantino, ni en "1798", ni "hoy".

Pero entonces surge la pregunta: "Si la Hna. White dice que esta "bestia" es en primer lugar "Satanás", ¿cómo puede decir la profecía que él "no es" cuando Juan escribe la visión?" Ella lo explica con estas palabras: "Ahora que Satanás no puede gobernar al mundo negándole las Escrituras, recurre a otros medios para alcanzar el mismo objetivo".2

Satanás es "el príncipe del mundo" (Juan 12:31). Así que cuando la Hna. White dice que "no puede gobernar", quiere decir que no lo puede hacer directa mente, sino a través de los que sí lo hacen directamente. Por lo tanto, si bien el "dragón rojo" "era" en el cielo, porque obró directamente contra Dios, "no es", por que ahora obra por medio de los poderes impíos, y sí "es de entre los siete" pode res humanos más destacados que maneja desde el "abismo" (Apoc. 17:11). En otras palabras, el hecho de que no gobierne directamente, no es argumento para que se pueda decir que está inactivo y no debe incluirse en la profecía.

"La bestia que la trae" (Apoc. 17:7): Esta bestia no es la que "era semejan te a un leopardo" con una sola "cabeza", y tenía el color y las manchas de un leo pardo (Apoc. 13:2; Dan. 7:20), sino el color "escarlata" (17:3). Se trata del "dragón rojo" —ni un niño lo podría confundir—. Es la misma "bestia""dragón" que tiene en su dominio, en su trono, a las siete bestias que llegan a ser sus cabezas en los ca pítulos 12, 13 y 14. En Apocalipsis 13 se destaca su obra desde los 1260 años, manejando desde abajo a "la primera "bestia" semejante a un "leopardo", y después a "otra bestia" con cuernos de "cordero" (13: 11,12) –Note que el símbolo bíblico de EE.UU. es el "cordero", no el búfalo o el águila que emplean algunos intérpretes–. Luego lo confirmaré con un "escrito está".

"Se asombrarán" (Apoc. 17:8): Viene de la expresión, "se maravilló toda la tierra en pos de la bestia" de Apocalipsis 13:3. Y según la pluma inspirada se refiere en primer lugar a "Satanás". Él es el que se propuso cambiar "los tiempos y la ley".3

Roma lo hizo en sentido "derivado".1 Aquí tenemos una evidencia más de que la "bestia" de Apocalipsis 17 es en primer lugar "Satanás" o "dragón rojo", no Roma papal.

¿Entonces la "bestia" de Apocalipsis 17 es la del capítulo 12 y no la del 13? Aquí llegamos al centro de la controversia teológica adventista. Pero muchos "se asombrarán" al saber que ninguna de las dos está equivocada, y que por lo tanto esta controversia no debería existir. Note lo que escribió la Hna. White al comentar Apocalipsis 13:

"Delante de Juan fueron presentados [en Apocalipsis 13] bajo los símbolos de un gran dragón rojo [Satanás], una bestia semejante a un leopardo [papado] y una bestia con cuernos como de cordero [EE.UU.]".2

Esta declaración pone punto final a nuestras diferencias, diciendo que la "bestia""dragón" de Apocalipsis 13 es la misma que aparece en los capítulos 12, 14 y 17, como ya lo había indicado.2 No hay dos bestias de siete cabezas: una en el capítulo 12 y otra en el 13. Desde Moisés ?el escritor del libro de Job? hasta Juan en el Apocalipsis, el símbolo de la bestia de siete cabezas mantiene un significado invariable, pues el Apocalipsis es el libro donde todos los libros de la Biblia se en cuentran y se revelan.

"Está para subir del abismo" (Apoc. 17:8): Ya hemos visto por la Revela ción, que ninguna "bestia" o poder humano está en el "abismo" y se levantará desde ese lugar. En el "abismo" simbólico está solamente la bestia "dragón" o "leviatán".

La clave de Daniel 7:11: En la visión de las cuatro "bestias" de Daniel, la cuarta es la que más llama la atención del profeta por su particularidad, su poder y su ferocidad. Sabemos que representa al imperio romano tanto pagano como cris tiano, de donde este último se levanta y en él crece un "cuerno pequeño". Es un "cuerno", porque al principio fue un reino que se puso al servicio de Roma, pero que terminó siendo la "cabeza" del "Sacro Imperio Romano". Por eso, para la Hna. Whi te, la iglesia católica llega a ser "Roma".3

Cuando ese "cuerno pequeño" llega a ser cabeza de "bestia"; y después del inicio del juicio investigador (Dan. 7:811) es una de las cabezas del "dragón", es cuando en Daniel 7:11 aparece una palabra clave: ('Cheyva: "bestia"). ¿Qué quiere decir aquí el profeta? ¿que "bestia" (cheyva) es sinónimo de cabeza, o que "cuerpo" ( geshem) es sinónimo de "bestia"? En el primer caso, la cabeza del animal recibiría un golpe mortal, y el "cuerpo" separado para el fuego del juicio final que vendría a continuación. En el segundo caso, el texto debería decir:"mataron a la bestia; la destrozaron y la prepararon para ser quemada en el fuego".

Pero Juan, el revelador, nos indica que esta "bestia" llega a ser una cabeza del "cuerpo" de la bestia dragón, que tiene encima a otras "bestias" que actúan jun to con la que recibe una herida mortal, pero viven un corto tiempo más hasta el jui cio final (Dan. 7:12). La clave "bestia", como cabeza del cuerpo de otra bestia, se la encuentra en los capítulos 13 y 17 de Apocalipsis. Elena G. de White lo explica así:

"En el capítulo 13, se describe otra bestia, [otra que el "dragón"] "parecida a un leopardo", a la cual el dragón dio "su poder y su trono, y gran autoridad" […] Esta profecía, que es casi la misma que la descripción del cuerno pequeño en Daniel 7, se refiere sin duda al papado".1

Observe que el "cuerno pequeño" ahora es la cuarta "bestia" de Daniel, por que el papado toma el liderazgo de los "cuernos" europeos. ¿Cuantas cabezas tiene esta "bestia"? Daniel dice: "Asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza" (Dan. 7:20). ¿Notó que "cabeza" está en singular (ro'sh)? Ahora regre semos al Apocalipsis. Juan revela: "Y el dragón le dio su poder y su trono […] Vi una de sus cabezas como herida de muerte" (Apoc. 13:2,3). ¿Nota por qué la "bes tia" de Apocalipsis 13:2, semejante a un leopardo, no es la misma que la "bestia" escarlata de 13:1,3? Porque en la Revelación, la "bestia papal semejante a un leo pardo, no tiene 7 cabezas como la bestia dragón.

La creencia de que en la profecía bíblica hay dos bestias con siete cabezas, viene del tiempo de la Reforma. A continuación muestro un mural que existe en la Catedral Tapestry, de Francia:

Así que en su engrandecimiento, Roma papal se la describe primero como un "cuerno pequeño", después como "bestia" de una sola cabeza, y luego sobre el "trono" del "dragón" de siete cabezas. ¿Y cómo se la representa, cuando el símbolo no tiene el asiento de un trono? Pues, sentándose sobre el dragón. Pero note que al sentarse sobre el dragón, esta "bestia" romana llega a ser una de las "cabezas" del dragón.

¿Entonces, las siete cabezas del dragón son en realidad siete bestias suce sivas? Eso lo podemos ver primero en Apocalipsis 13, cuando el "dragón" se rela ciona con una "primera bestia" que recibe un golpe mortal (13:3), y después con "otra bestia" que representa a los EE.UU. (13:11,12). Juan también lo señala en los cuatro primeros versículos, cuando se refiere al "dragón rojo" con "una de sus cabe zas como herida de muerte"; y que en el siguiente versículo, la expresión "cabeza" (kefalé) herida del dragón, se la cambia por "bestia" (zeríon) sanada del dragón (13:3,4). Así se explica por qué en Daniel 7:11, "bestia" es sinónimo de "cabeza". Una de las cabezas del dragón.

Si aún lo duda, leamos en Apocalipsis 17:11: "Las siete cabezas […] son siete reyes […] La bestia que era, y no es, es también el octavo, y es de entre los siete". En el original griego, la palabra "octavo" (ogdoos) está en masculino como "bestia", y sin artículo definido; porque aquí Juan no está enumerando las cabezas, como generalmente se cree, sino las bestias (en griego masculino) sobre el "cuerpo" del dragón. Como ya lo había dicho Daniel, también aquí las "cabezas" llegan a ser "las siete" bestias, entre las cuales esta la "octava", que es la cabeza dragón; la de su propio "cuerpo" (Dan. 7:11).1

Así que en el símbolo, el dragón está en el "abismo", en lo profundo del "mar" de gente impía. Pero sobre su cuerpo se sientan siete bestiascabezas, que actúan en la superficie del "mar" de gente en pecado, y emergen de él. Es por eso que la Hna. White dice que los "agentes satánicos se mueven desde abajo".2 Y es por eso que esas bestias, que no son marinas, suben del "mar". Simplemente se levantan sobre el "cuerpo" marino de la bestiadragón. Pero al fin, la "octava" bestia cabeza se levantará desde el "abismo". Será cuando las dos últimas de las 7 bes tiascabezas estén actuando, y así se formará la triple unión de los "espíritus in mundos" de Apocalipsis 16:13.

Cuando Dios presente su ley en el cielo, y los hombres vean que el día de reposo es el sábado y no el domingo, el papado quedará destruido.3 Pero EE.UU. y las demás naciones los "diez cuernos" de Apoc. 17:16 seguirán en pie hasta la segunda venida de Cristo; y luego preparadas con el "cuerpo" del dragón —Satanás y sus ángeles— para ser quemadas en el juicio final. Así se cumple Daniel 7:11,12.

"Son siete montes" (Apoc. 17:9): De acuerdo a la exégesis preterista de la Iglesia Católica, algunos de nuestros intérpretes creen que los "siete montes" de Apocalipsis 17:9 señalan las siete colinas de Roma. De acuerdo a la Revelación, podemos aceptarlo sólo en sentido "derivado", de lo contrario estaríamos obligados a explicar cuáles son las cinco colinas que "han caído", según leemos en el verso 10. Juan dice que los montes son también reyes, porque así lo revela la Biblia.

En sentido figurado, monte significa rey con su reino mundial. Cristo en su trono con su reino universal, es el "monte" verdadero (Sal. 2:6; 3:4; 15:1; Isa. 2:2; Jer., 31:23; Eze. 17:22,23; 20:40; Dan. 2:35,44; 9:20; 11:45; Joel 2:1; 3:17; Abdías 1:17; Sof. 3:11; Zac. 6:1; 8:3; Heb. 12:22; Apoc. 14:1). Satanás es el "monte" usur pador, con su trono en Babilonia y los reyes de la tierra (Jer. 51:25; Zac. 4:7; 6:1; Isa. 2:2; Apoc. 16:16; 17: 9,10).

Estos dos montes principales forman el "valle" espiritual o mundo, donde está el pueblo de Dios, y debe tomar su decisión (Jer. 21:13; Eze. 39:11,15; Joel 3:2,12, 14, 18). La última decisión será en el Armagedón (Apoc. 16:16), cuando el pueblo decidirá en el "valle"; los líderes del mal en el "monte destructor", y los prin cipales de Dios en el "monte de la asamblea" o "monte santo". Esta escena figurada era conocida por el pueblo hebreo, pues en sus fiestas ceremoniales mantuvieron presentes el monte de las bendiciones y el de las maldiciones (Deut. 11:29; 27:12,13). Así mismo nos recuerda la obra de Elías, cuando el pueblo se ubicó en los "valles"1 de las "sierras" del Carmelo, para observar a los sacerdotes paganos en una elevación, y a Elías sobre la sierra más alta de la zona. Así que los "siete montes" de Apocalipsis 17, "son siete reyes" o poderes mundiales del dragón.

"Son siete reyes" (Apoc. 17:10): Los que sostienen que la "bestia" de este capítulo es en primer lugar Roma papal, y no el "dragón rojo", tienen aquí otro pro blema que no pueden resolver: Si es el papado; y las "siete cabezas" que posee "son siete reyes", ¿cuáles son los "cinco" papas que reinaron y cayeron; cuál es el que "es", y cuál, "cuando venga, es necesario que dure breve tiempo"? Según una posición, los 5 papas inician su obra desde que la bestia comenzó a recuperarse a partir de 1929 con el Papa Pío XI, llegando al sexto con Juan Pablo II, cuyo nombre en latín: IOANNES PAVLVS SECVNDO, suma el 666. Antes que Juan Pablo II mu riera, decía que dejaría de ser ?abandonaría su trono? en vida, y después del séptimo papa volvería como el octavo. Esto no se cumplió por no respetar la regla del tiempo presente, haciéndola cumplir recién para el año 1929. Una posición cer cana a esta, parte del año 1798.

Si respetamos el tiempo presente que señala la profecía, los 5 reyes con sus reinos que actuaron contra el pueblo de Dios, son los que "han caído" antes de Juan. Por lo tanto, el reino que "es" en los días del apóstol tiene que ser "Roma pa gana" como la sexta cabeza. Eso es lo que confirmó Elena G. de White en esa cita que leímos en El conflicto de los siglos, pág. 491.

"Es necesario que dure breve tiempo" (Apoc. 17:10): Muchos interpretan que si en los días de Juan la sexta cabeza fue Roma pagana, la séptima que ven dría después debería ser Roma papal. Es verdad que el papado reinó en Roma después de la Roma imperial. Pero la profecía dice que durará "breve tiempo". El papado, en cambio, no reinó por un tiempo "breve", sino por 1.260 años. Se argu menta que en Apocalipsis 12:12 Satanás también tiene "poco tiempo"; pero este tiempo parte desde la crucifixión. Sin embargo, en Apocalipsis 17 no se habla de un par de milenios, que sería un período relativamente corto dentro de los 6.000 años de su existencia en este mundo, sino durante el fin de la sexta cabeza, que es Roma pagana y papal, hasta que aparezca la octava en el Armagedón. Veremos que estos acontecimientos se cumplirán entre la sexta y la séptima plagas. Es decir, después del fin del tiempo de gracia, en un "breve" tiempo antes de la segunda venida.

"Y es de entre los siete" (Apoc. 17:11): Para los que sostienen que la "bes tia" de 7 cabezas de Apocalipsis 17 es Roma papal, se les suma aquí otra evidencia contraria, pues la mayoría dice que esas cabezas son las naciones que persiguieron al pueblo de Dios desde los días de Babilonia. Pero, ¿es verdad que Roma papal tuvo como cabezas a Babilonia, a Persia, a Grecia y a Roma imperial? Roma papal no pudo valerse de esas cabezas, porque entonces ella no existía. Según vimos en Apocalipsis 13:2, señalado en Daniel con la cuarta "bestia", la bestia romana tiene una sola cabeza (Dan. 7:20). Sólo el "dragón rojo" puede estar "entre los siete", o levantar la "octava" bestiacabeza como una de entre las siete. Roma papal sólo puede presentar la única que posee, porque es sabido que las cabezas de Babilo nia, Persia, y Grecia influyeron en el papado, pero no fueron suyas. Sólo es una imitadora de las características de esas antiguas cabezas.

Partes: 1, 2
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