Descargar

Resúmenes filosóficos comentados (página 2)

Enviado por lasorepe84


Partes: 1, 2

5.El origen de las desigualdades.

A la república de Ginebra: en esta introducción J.J. Rousseau plantea el modelo de sociedad que le gustaría: Una sociedad regida por las facultades humanas, es decir, por la posibilidad de ser bien gobernada y que tuviera las siguientes condiciones: Un estado en donde todos los partículares pudiesen sustraerse a las miradas y a la sanción pública, se conocieran y reinara el amor a la patría a los ciudadanos y a la tierra. Que el soberano y el pueblo tuviesen el mismo y solo interés: el bien común. Un estado que permita la libertad, de modo que los ciudadanos fueran no solamente libres, sino dignos de serlo. Que hubiera una igualdad para todos regidos solamente por la ley. No habría querido vivir en una república de instituciones nuevas por temor a que el estadofuese destruido desde su nacumiento. Puesto que en el cambio se pruduciría un caos que traería más perjuicios que beneficios. Por eljemplo si los pueblos estan acostumbrados al amo cuando se les da la libertad pueden llegar al desenfreno. Un estado que no tuviera la ambición de conquistar otros pueblos sino de ser libre y sin el temor a ser conqwuistado. Estado de derecho de legislación común a todos los ciudadanos y que los magistrados propusieranlos cambios. Que se establecieran los tribunales y se eligieran las personas más capaces y más íntegros para administrar justicia y gobernar el estado. Un estado en un sitio de clima templado, un país fértil y el aspecto más delicioso que se pueda concebir y gozar de todos los bienes en el seno de dicha patría, viviendo apaciblemente y en agradable sociedad, ejerciendo en tre todos la humanidad, la amistad, y todas las virtudes. Un estado regido por las virtudes del evangelio. En este estado las mujeres se responsabilizan de sostener la paz y las buenas costumbres a través de la unión conyugal para mantener siempre , a través de su amable e inocente imperio, el amor a las leyes en le estado y la concordia entre ciudadanos.

Prefacio: ¿Dónde poder buscar las razones de las difernecias entre los hombres?. Fácilmente se concibe que en estos cambios sucesivos de la constitución humana , através del tiempo, es donde hay que buscar el origen primero de las diferencias que distinguen a los hombres, los cuales son por ley natural iguales entre sí. De al modo que apartir del estudio del hombre primitivo, de sus verdasderas necesidades, de sus principios fundamentales, de sus deberes, es le único buen medio que puede emplearse para vencer las mil dificultades que se presentan sobre el origen de la desigualdad moral, sobre los verdaderos fundamentos del cuerpo político, sobre los derechos recíprocos de sus miembros y sobre multitud de otras cuestiones semejantes.

Discurso. Se establecen dos clases de desigualdades: 1. Física o natural: establecidas por la naturaleza, que son: diferencia de edades, de salud, de fuerzas corporales y de las cualidades del espiritu o del alma. Desigualdad moral o política establecida por los hombres: Son los diferentes privilegios de que gozan unos en perjuicio de otros, como el ser más ricos, más respetados, más poderosos o de hacerse obedecer. En este discurso se trata de establecer el momento en que, sucediendo el derecho a la violencia, la naturaleza fue sometida a la ley. Explicar por medio de que encadenamiento prodigioso el fuerte pudo resolverse a servir al débil y el pueblo a aceptar una tranquilidad ideal en cambio de una felicidad real, partiendo de los razonamientos hipótéticos que se encuentran sobre el tema.

Primera parte: En esta parte se describe le estado primitivo del hombre; en el cual el tocó enfrentarse a los demás animales, buscar su alimento, encontrarse desde temprana edad, midiendo sus fuerzas con la de los demás animales y se acostumbró a no temerles. Con respecto a los animales, estos tienen más fuerza pero el hombre más destrezay se enconraba en iguales condiciones al de otras especies más débiles que él y que no por eso no dejan de subsistir. Otros enemigos más temibles y contra los cuales el hombre no tiene los mismos medios de defensa, son las enfermedades naturales, la infancia, la vejez y las dolencias de toda clase, de los cuales los dos primeros son comunes a todos los animales. La extrema desigualdad en la manera de vivir, el exceso de ociosidad en unos, y el de trabajo en otros, la facilidad de irritar y de satisfacer nuestros apetitos y nuestra sensualidad; los alimentos demasiado escogidos de los ricos, que los hacen sucumbir de ingestión; la mala nutrición de los pobres, las vigilias y otras cosas más son pruebas funestas de que la mayor parte de nuestros males son nuestra propia obray que los habriamos asi todos evitado coservando la manera de vivir sencilla, uniforme y solitaria que nos prescribe la naturaleza. El hombre en su estado natural apenas si tiene necesidad de remedios y menos todavía de medicina. Habituados desde la infancia a las interperies del aire y al rigor de las estaciones; ejercitado en la fatiga y obligados a defender, desnudos y sin armas, sus vidas y sus presas contra las otras bestias feroces, o a escaparse mediante la fuga; los hombres adquieren un temperamento robusto y casi inalterable. Los niños se hacen más fuertes y adquieren el vigor de que es capaz la especie humana. Siendo el cuerpo del hombre salvaje, su instrumento lo emplea en todos los usos; contrario al hombre de nuestra sociedad que por la industria se hace débil y falto de agilidad.

Constituyendo su propia conservación casi su único cuidado, debe ser causa de que sus facultades más ejercitadas sean aquellas que tienen por objeto principal el ataque y la defensa. Entonces se desarrollan la vista, el oído y el olfato. En conclusión desde el aspecto físico, la diferencia de los estilos de vida del hombre primitivo y el hombre civilizado es la causa de sus desigualdades, mientras el primero se hace fuerte y vigoroso al segundo se le debilitó el vigor.

Aspecto metafísico y moral: Digamos, pues, para concluir que, errantes en las selvas, sin industrias, sin palabras, sin domicilios sin guerras y sin alianzas, sin ninguna necesidad de sus semejantes como sin ningún deseo de hacerles daño y aún, hasta sin conocer tal vez, a ninguno individualmente, el hombre salvaje sujeto a pocas pasiones, y bastandose a sí mismo, no tenía más que los sentimientos y las luces propias a su estado; no sentía más que sus verdaderas necesidades, ni veia más que sus propias necesidades. A diferencia del animal, la espiritualidad del hombre se expresa en su libertad de ceder o resistir a la naturaleza, siendo especialmente en la conciencia de esa libertad que se manifiesta la espiritualidad del alma. En el animal la naturaleza ordena y el obedece.

Otra diferencia es la facultad de perfeccionamiento del hombre, mientras que el animal al cabo de algunos meses no cambia más, de igual forma la especie a travez de los siglos sería la misma. En este sentido, la perfectibilidad puede ser una causa de las desigualdades, puesto que puede alejar al hombre de su estado primitivo, ya que en el transcurso de los años su intervención(perfectibilidad). Se vuelve el hombre tirano de sí mismo y de la naturaleza. Así, para el hombre primitivo percibir y sentir será su primer estado que será común a todos los animales; querer y no querer, desear y tener, serán las primeras y casi las únicas funciones de su alma.

Otro aspecto que causa las desigualdades son las pasiones: El hombre primitivo privado de toda luz, no siente otras pasiones que las naturales: la comida, la mujer y el reposo. Su imaginación no le permite nada, su corazón nada le pide. Sus escasas necesidades puede satisfacerlas tan fácilmente, y tan lejos esta de poseer el grado de conocimiento necesarios para desear adquirir otros mayore, que no puede haber en él, ni previsión ni curiosidad. Es de suponerse que los hombres en ese estado, no teniendo entre ellos ninguna especie de relación moral ni deberes conocidos, no podran ser ni buenos ni malos, ni tener vicios ni virtudes. Aunque existe una piedad natural, que es la repugnancia que siente el hombre ante el sufrimiento de sus semejantes. El hombre civilizado por el conocimiento que ha adquirido ha desarrollado mayores pasiones que lo hacen bastante desigual de los primitivos y aún entre ellos mismos. El hombre civilizado por la razón que engendra su amor propio hace que se reconcentre en él mismoy lo aleja de lo que le molesta. Impunemente puede degollarse a un semejante bajo su ventana, y le bastará con taparse los oídos y ajejarse de ella. La pasión del amor entre sexos es la más fuerte y terrible que afronta todos los peligros y que parece más destinado a destruir el género humano que ha conservarlo.

De este modo entre más violentas son las pasiones más necesarias son las leyes para contenerlas. Los corazones salvajes no se afectan con esta pasión ya que cada cual espera apaciblemente el impulso de la naturaleza, se entrega a él sin escoger, con más placer que furor, y una vez satisfecha la necesidad, todo deseo se extingue. En el hombre civilizado existe la costumbre de la fidelidad y por lo tanto los celos de los amantes y la venganza de los maridos, originan a diario duelos, asesinatos y aún cosas peores. De esta forma, muchas diferencias, que parecen a simple vista naturales, son únicamente obra del hábitoy de los diversos géneros de vida que adoptan en la sociedad.

La educación no solamente establece la diferencia entre las inteligencias cultivadas y las que no lo estan, sino que la aumenta entre las primeras en proporción de la cultura. Si se comparan los géneros de vida y la diversidad en educación que reinan en las diferentes clases de la sociedad con la simplicidad y uniformidad de la vida animal y salvaje, en la cual todos se nutren con los mismos alimentos, viven de la misma manera y ejecutan las mismas operaciones, se comprenderá cuan menor debe ser la diferencia de hombre a hombre en el estado natural en la especie humana a causa de las desigualdad de instituciones.

Parte segunda: ¿Cómo surge la sociedad civil?. Surge a partir de la aparición de la propiedad privada. Para el hombre primitivo el primer sentimiento fue el de su existencia;su primer cuidado, el de la conservación. La naturaleza lo proveía de todo. Luego el hombre y otros apetitos hicieronle experimentar alternativamente diversas maneras de vivir hasta que una lo hizo perpetuar la especie. Empiezan a surgir otras necesidades que hicieron que las actividades cambiaran. Por ejemplo a medida que el género humano se extendió, los trabajos y dificultades se multiplicaron, la variedad de terrenos, de climas, de estaciones obligaron a establecer diferencias en su manera de vivir. Los años estériles, los inviernos largos y rudos, los veranos ardientes, exigieron nuevas industrias. En las orillas del mar y los rios se vovieron pescadores e ictiófagos, en las selvas construyeron flechas y arcos, se cubrieron el cuerpo con pieles, casualmente se conoció el fuego y cambió la alimentación, etc, se establecieron nuevas relaciones, los nuevos conocimientos lo hicieron reconocer su superioridad sobre los animales. Sabiendo que el deseo de bienestar es el único móvil de las acciones humanas se fue relacionando con sus semejantes de 2 formas:

  1. Se unía a ellos formando especie de rebaño en donde no había ningún compromiso y
  2. Cada cual trataba de adquirir sus ventajas, ya por la fuerza, ya por destreza y sutilidad si se sentía débil.

Estos progresos pusioeron al hombre en capacidad de realizar otros progresos, pues a medida que cultivaba la inteligencia la industria se perfeccionaba. Construyó chozas y se fue introduciendo una primera forma de propiedad que dio origen a las primeras querellas. Con un lugar para compartir aparecen las manifestacioens del corazón, ya había marido y mujeres, hijos y padres, originandose los sentimientos del amor conyugal y paternal. Aparece aquí la primera diferencia entre los sexos: las mujeres se hicieron sedentarias cuidando la cabaña y los hijos y los hombres se dedicaron a buscar la subsistencia.

En este nuevo estado surgieron comodidades desconocidas anteriormente siendo este el primer yugo que se impusieron sin darse cuenta, el cuerpo y el espiritu se fueron debilitando. Por los cambios geográficos y la vida en común que se ven obligados a llevar surge la necesidad de comunicarse y por tal razón posible se origina la lengua. Siendo los que navegaban , que vivian en islas, los que la propagaron. Todo comienza a cambiar, después de estar errantyes en la selva, se unen y forman comarcas, ligados por lazos de costumbres y del carácter, es decir, por los géneros de vida y de alimentación semejantes antes que por reglamentos o leyes.

A fuerza de estar juntos y compartir el mismo espacio, surge el amor, el cual conlleva a los celos, y la discordia triunfa y empiezan los muertos. Así se van reuniendo, los lazos se estrechan, aparecen las reuniones sociales y empieza el deseo de querer "ser visto" por los demás, a querer ser estimado públicamente por alguna cualidad: el bello, el mejor bailarin, el más sagaz, etc. Siendo este el primer paso a la desigualdad y al mismo tiempo al vicio, ya que nacen también la envidia, la codicia, la vanidad. También surgen así los primeros deberes impuestos por la civilización. Aparece el desprecio, la venganza que hacen a los individuos sanguinarios y crueles y por eso se sostiene que el hombre es malo por naturaleza lo cual no es así porque el hombre primitivo era bueno, las nuevas condiciones no se podían sostener ya conm las condiciones del hombre primitivo.

En una palabra, mientras se dedicaron a obras que uno solo podía hacer y a las artes que no exigia el concurso de muchas manos, vivieron libres y sanos, buenos y dichosos; pero desde el instante en que se dio cuenta que era útil a uno tenerprovisiones para dos, la igualdad desapareció, la propiedad privada fue un hecho, el trabajo se hizo necesario y las extensas selvas se transformaron en risueñas campiñas que fue preciso regar con el sudor de los hombres, en las cuales se vió de pronto la esclavitud y la miseria germinar y crecer al mismo tiempo que germinaban y crecian las mieses. La metelurgia y la agricultura produjeron una gran revolución: civilizaron al hombre y perdieron al género humano. Desde que fue necesario el concurso de hombres para fundir y forjar el hierro, hubo necesidad de otros para que proporcionasen el sustento a los primeros. Mientras más se multiplicó el número de obreros, menos brazos hubo empleados para subvenir a la subsistencia común, y como los unos necesitaban géneros en cambio de su hierro, los otros descubrieron al fin el secreto de emplear éste en la multiplicación de aquellos. De allí nacieron, de un lado, el cultivo y la agricultura, y del otro, el arte de trabajar los metales y de multiplicar sus usos.

Del cultivo de las tierras provino necesariamente su repartición, y de la propiedad una vez reconocida, el establecimiento de las primeras reglas de justicia, pues para dar a cada uno lo suyo era preciso que cada cual tuviera algo. Sólo el trabjo es que, dando al cultivador los derechos sobre los prductos de la tierra que ha labrado, le concede también, por consecuencia, el derecho de la propiedad misma, por lo menos hasta la época de la cosecha, y así suceivamente de año tras año, lo cual constituyendo una posesión continua, termina por transformarse fácilmente en propiedad. Las cosas hubieran podido continuar en tal estado o iguales, si el alento hubiese sido el mismo en todos los hombres y si, por ejemplo, el empleo de hierro y el consumo de las mercancias se hubieren siempre mantenido en exacto equilibrio.Pero esta proporción que nada sostenía, fue muy pronto disuelta: El más fuerte hacía mayor cantidad de trabajo, el más débil sacaba mejor partido del suyo o el más ingenioso encontraba los medios de abreviarlo; el agricultor tenía más necesidad de hierro o el forjador de trigo, y , sin embargo, de trabajar lo mismo, el uno ganaba mucho mientras el otro ganaba apenas para vivir. Así la desigualdad natural fue extendiendose insensiblemente con la combinación efectuada, y al diferencia entre los hombres, desarrollada por las circunstancias, hizo más sensible, más permanente en sus efectos, empezando a influir en la misma proporción sobre la suerte de los partículares. En fin, la ambición devoradora, el deseo ardiente de aumentar su relativa fortuna, no tanto por verdadera necesidad cuanto por colocarse encima de los otros, inspira a todos a una perversa inclinación a perjudicarse mutuamente, una secreta envidia tanto más dañina, cuanto que para herir con mayor seguridad, disfrazace a menudo con la máscara de la benevolencia. En una palabra: competencia y rivalidad de un lado, oposición de intereses de otro y siempre el oculto deseo de aprovecharse a costa de los demás; he allí los primeros efectos de la propiedad y el cortejo de los males inseparables de la desigualdad naciente.

Así resultó que los más poderosos o los más miserables, hicieron de sus fuerzas o de sus necesidades una especie de derecho en beneficio de los demás, equivalente según ellos, al derecho de propiedad, y que rota la igualdad se siguió el más espantoso desorden, pues las usurpaciones de los ricos, los latrocinios de los pobres y las pasiones desenfrenadas de todos, ahogando el sentimiento de piedad natural y las voz débil ante la justicia, convirieron a los hombres en ávaros, ambiciosos y malvados. Surgía entre el derecho del más fuerte y el del primer ocupante un conflicto perpetuo que solo terminaba por medio de combates y matanzas. La sociedad naciente dio lugar al más horrible esta de guerra y el género humano se colocó al borde de su propia ruina. Pronto se dieron cuenta, los ricos, del perjuicio de una guerra perpetua y se unieron en un poder supremo que gobernaba con leyes que los protegian y los mantenian en concordia. Tal debio ser el origen de la sociedad y las leyes que proporcionaron nuevas trabas al débil y nuevas fuerzas al rico.Destruyeron la libertad natural indefinidamente, establecierton par siempre la ley de la propiedad y la desigualdad.

Aunque otros han dado otros origenes a la sociedad, es razonable esta justificación porque:

  1. No siendo la conquista un derecho, no ha podido fundarse sobre el ningún otro, permaneciendo siempre el conquistador y los pueblos conquistados en estado de guerra.
  2. La palabra fuerte y débil son equivocados ante el establecimiento del derecho de propiedad, el sentido de estas palabras queda mejor expresado como ricos y pobres.
  3. Los pobres, no teniendo más que su libertad,cometieron la locura de entregarla par no recibir nada a cambio.

De esta forma la sociedad sólo consistió al principio en alguans convenciones generales que todos los individuos se comprometieron a observar y de las cuales la comunidad se hacía garante con cada uno particualrmente. Pero la experiencia demostró cuan débil era una constitución semejante, se pensó en tonces, en confiar a algunos cuidadanos la autoridad pública.

Las diversas formas de gobierno tienen su origen en las diferencias más omenos grandes que existisna entre los individuos en el momento de su institución. Si un hombre era eminente en poder, virtud, en riqueza, en crédito, era elegido único magistrado y el estado convertíase en una monarquía. Si había varios más o menos iguales entre sí, elevándolos sobre todos los demás, elegianlos conjuntamente y constituian una aristocracia y aquellos que se habían alejado menos de su estado natural, conformaban una democracia.

Al principio, estos magistrados eran elegidos por diversas razones: la riqueza, por una cualidad natural y por la edad, pero surgieron nuevamente conflictos por laambición y para evitarlas se decidó que fueran hereditarios, así, a más de los bienes también se tenían los magistrados, es decir el poder de gobernar. El pueblo por su comodidad seguía sacrificando lo único que tenía: su libertad.

Si seguimos el progreso de las desigualdades en estas revoluciones , encontramos que el establecimiento de la ley y del derecho de propiedad fue su primer paso. La institución de la magistratura el segundo y el tercero y el último el cambio de poder legitimo en poder arbitrario: de suerte que la condicón de pobre y rico fue autorizada por la primera época, la de poderoso y débil por la segunda y por la tercera la de amo y esclavo.

Estas diferencias son de muchas especies, pero en general, siendo la riqueza, la nobleza o el rango, el poder y el mérito personal, las distinciones principales por las cuales se regula o compara en la sociedad, probaría que el acuerdo o el conflicto de estas diversas fuerzas es la indicación más segura de sí un estado esta bien o mal constituido; haría ver que entre estas cuatro clases de desigualdades, siendo las cualidades personales el origen de todas las demás, la riqueza es la última a la cual se reduce al fin, porque siendo la más inmediatamente útil al bienestar y la más fácil de transmitir, sirve comodamente para comprar todo lo restante, observación que puede servir para juzgar con bastante exactitud cuánto se ha separado cada pueblo de su institución primitiva y el camino que ha recorrido hacía el extremo de la corrupción.

Por la extrema desigualdad de condiciones, por la desigualdad de intereses, surgiran prejuicios distantes de la razón , la felicidad y la virtud conllevando a un estado despótico, donde no importa el bien común sino los interese partículares de los que gobernaran. En fin el hombre salvaje y el hombre civilizado difieren tanto en sus sentimientos y en sus inclinaciones, que mientras el primero desea su libertad, su reposo y ociosidad, el segundo prefiere su activismo, sus compromisos por satisfacer a los que tienen el poder, sacrifica su liberad por servilos. Tal es, en efecto la verdadera causa de todas estas diferencias: el salvaje vive en él mismo, mientras el hombre sociable vive fuera de él, dependiendo de lo que piensan los otros. Siendo la desigualdad casi nula en el estado natural, su fuerza y crecimiento provienen del desarrollo de nuestras dificultades y del progreso del espiritu humano, convirtiendose al fin en estable y legitima por medio del establecimiento de la propiedad y de las leyes. Infierese además que la desigualdad moral es contraria al derecho natural ya que permite desafueros como que un imbecil maneje a un sabio o que un puñado de gentes rebose de superficialidades mientras la multitud hambrieta carezca de lo necesario.

Conclusión # 4. Las desigualdades surgen en el momento en que el hombre deja de ser nómada para volverse sedentario; En este estadio se evidencian diferencias físicas Aparece la propiedad privada que es el factor desencadenante de las desigualdades: morales, politicas, de autoridad de poder, de meritos personales, etc.

Se demuestra que el hombre es naturalmente bueno. En el estado primitivo el hombre esta libre de odios, de venganzas y no posee la idea de matar, precisamente por no ser dueño de nada. En el hombre civilizado, al poseer un bien ya sea material o afectivo, se originan sentimientos de odio, de resentimiento y aparece la venganza que conlleva hasta al asesinato. Es por esta situación que se hace necesario la aparición de las leyes y de quien debía aplicarlas surgiendo los magistrados. Estas diferencias se fueron haciendo más sutiles hasta que, la mayoría de los ciudadanos, por una supuesta tranquilidad, ha dado el único bien que poseía : su libertad y a travéz de los tiempos encontramos diferentes expresiones de esclavitud que van desde la propiamente dicha hasta la que se emplea hoy para estar bien con los patrones o lideres politicos.

 

 

Autor:

Laura Sophía Reyes Peña

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente