Descargar

La Iglesia. El trabajo Infantil (página 2)


Partes: 1, 2

Esta etapa, es muy delicada, porque si el personal responsable de los niños, o los padres no trabajan juntos, para hacer que el niño se adapte al grupo, y experimente satisfactoriamente el proceso de despegarse de los padres para entrar en un proceso de convivir con otros niños y otros adultos, va a hacerse muy complicado el trabajo con ese niño. Los niños que se adaptan más rápido, son los niños que entre semana, ya conviven en guarderías, pero se hace más difícil canalizar el proceso de adaptación a los niños, que están acostumbrados a estar solamente con sus madres todo el tiempo. Sin embargo, con cooperación de los padres y maestros, puede lograrse el acercamiento y la adaptación del niño.

En esta área, es imprescindible tener algunos recursos:

  • Camacunas, Coches y corrales, (para bebes de meses y edades entre 1 y 2 años)

  • Juguetes que puedan ser usados con los niños, (que le garanticen que no serán peligrosos para ellos tenerlos dentro del aula, ejemplo: objetos duros con los que ellos puedan golpear a otros bebes, objetos que se puedan meter a la boca y ahogarse, en fin, objetos que lo lastimen o le puedan causar algún accidente.

En este grupo, las actividades más adecuadas son las canciones, los juegos, y el colocar al niño en un ambiente que le perita desplazarse sin riesgos, y pudiendo interactuar con un ambiente lleno de colores, y de figuras y texturas diversas que le permitan descubrir cosas, interactuar con cosas, entretenerse y convivir con variedad de cosas que el desconoce y que no ve en otros ambientes, para que así, se sienta agradado de estar en ese lugar.

Capitulo 3.

Grupo B: Niños entre 3 a 5 años

Este es un grupo, que posiblemente, ya están siendo atendidos durante la semana, por maestros en las escuelas seculares, y ya de alguna manera han adquirido ciertos hábitos, y hay ciertas destrezas que están empezando a desarrollar, debido a su trabajo en preescolar, por lo tanto, es un grupo que requiere de mucho compromiso, pero requiere de menor esfuerzo que los niños en etapa comprendida entre 0 meses a 2 años.

En esta etapa, los niños pueden tener cierto nivel de comprensión, pero las clases que deberán recibir debe ser corta y muy precisa, sobretodo, la manera de estimularlos a aprender, es hablándole de cosas que ellos conocen, manejando un vocabulario mas de niño, para que ellos entiendan de que se está hablando.

Es importante comprender que en estas edades, los niños, necesitan de ayuda visual, ya que la capacidad para imaginar las cosas que les están hablando, todavía no está completamente desarrollada, es por eso, que en este grupo, se hace sumamente imprescindible, que la clase, se complemente con otras actividades que realice el docente con ellos, y se requiere que la clase, no solamente sea expositiva, donde el maestro habla, sino que también, requiere que el maestro muestre dibujos, le muestre videos, le enseñe canciones que le hagan comprender y asimilar la clase, que los ponga a dibujar y a pintar ilustraciones sobre la clase, e incluso, que le ponga a memorizar textos bíblicos muy cortos. Es importante, realizar manualidades con ellos, pero deben ser manualidades fáciles, muy sencillas, y que impliquen pocos esfuerzos del niño.

En esta etapa el niño depende mucho del maestro, de lo que le enseñe, de lo que le pida y de lo que le exija dentro de la clase.

En esta área, es imprescindible tener algunos recursos:

  • Pega, Tempera, Pinceles, Creyones, Hojas blancas, tijeras punta roma, papel de seda, foami, cartulina y otros útiles escolares que permitan que el niño pueda hacer otras actividades.

  • Cartelera, Pizarra, Rotafolios, Papel Bond y marcadores gruesos,

  • Mesitas y sillas para que escriban y realicen sus manualidades

Capitulo 4.

Grupo C: Niños entre 7 y 9 años

El nivel de comprensión de este grupo, es superior al nivel de compresión de los niños de los grupos A y B, y las actividades que pueden realizar permiten mayor variedad de juegos, de temas a tratarse, de manualidades que puedan realizar, y permiten mayor desarrollo de la creatividad en el maestro que le corresponde.

Los niños de esta edad, tienen más energía, comprenden más y por eso también a ellos mismos les gusta opinar, este es el grupo en el que el docente podrá notar que, los niños `preguntan mucho, ellos quieren explicar la clase también, comienzan a hacer comparaciones entre lo que es la clase y lo que es la vida real, sacan conclusiones, y aprenden y memorizan aun mejor que los demás niños pertenecientes a los otros grupos, en la mayoría de los casos, este es el grupo que más se destaca por la variedad de actividades que el docente puede aprovechar de realizar con ellos.

En este grupo, los niños pueden ser animados ofreciéndoles recompensas por su asistencia, por memorizarse los versículos, por explicar que fue lo que aprendió, por buen comportamiento, etc. En esta etapa los niños tienden a ser muy independientes, les gusta que les den libertad para hacer las actividades dirigidas, permitiéndole hacerlas libremente usando su propia creatividad.

En esta etapa, por lo general los niños admiran a sus maestros, y tienden a hacerle caso a todo lo que el maestro dice, porque están a la expectativa de las cosas que van a pasar, y de lo nuevo por aprender.

Con este grupo se pude lograr obtener actividades extras y tener muy buenos resultados, ejemplos:

  • Preparar unos dramas con ellos,

  • Preparar unas canciones que ellos van a cantar,

  • Hacer un paseo con ellos,

  • Hay que ponerlos a opinar y hacer comentarios acerca de sus aprendizajes e impresiones,

  • Es importante hacer muchos juegos educativos con ellos,

  • Ponerlos a hacer manualidades, usando de ejemplo el modelo que lleve el maestro

Capitulo 5.

Grupo D: Niños entre 10 y 11 años

Este es un grupo, un poco delicado, ya que ellos están en una etapa, en la cual su grado de madurez, puede estar en dos etapas distintas al mismo tiempo, y de allí emergen una variedad de complejidades típicas de su edad, ya que ellos pueden estar experimentando cambios en sus cuerpos, se sienten más cercanos a los jóvenes que a los niños, algunos pueden hasta empezar a manifestar cierta apatía por las actividades infantiles, pueden experimentar cambios de humor, sentimientos encontrados por situaciones dolorosas dentro del hogar, y pueden empezar a manifestar conductas típicas de su propia personalidad que están empezando a consolidarse en ellos.

Según los científicos, ellos explican que los niños están formando su personalidad hasta los 9 años, es decir, que todas las características personales de los niños, serán moldeables todavía hasta que cumplen los 10 años, esto implica que ellos, a partir de los 10 años, no van a ser niños que fácilmente se podrán manejar como a los otros, sino que ya ellos están asimilando características personales, que serán parte de su personalidad por el resto de su vida, y esto implica, que a esta edad, hay que proponerse como adulto a conocerlos aún mas, ya que los niños a esta edad, apenas están empezando a conocer sus gustos, sus fortalezas y debilidades, sus virtudes, sus metas, y sus sueños, pero el adulto, puede percatarse e ir ayudándolo a descubrirse asimismo, y tratar de ayudarle a corregirse poco a poco, las cosas que puedan repercutir, en convertirse en parte de una mala formación.

En esta etapa de desarrollo, es cuando los niños, pueden hacer apreciaciones, análisis y conclusiones morales, pueden escoger conscientemente entre lo bueno y lo malo, pueden decidir a quién escoger como modelo a seguir, y pueden decidir a quién no quieren escuchar, ni permitirles opinar en sus vidas.

El maestro que trabaja con estos niños, tiene el compromiso de ganarse su confianza, su respeto, y debe intentar convertirse en un modelo a seguir para los niños, porque esta es la etapa en la que los niños comienzan a evaluar a sus maestros, y sacan sus propias conclusiones al respecto.

En esta etapa, en ocasiones, los niños pueden ser apáticos, mostrar síntomas de aburrimiento, o de desgano, pero todo depende de que el docente elabore un plan, donde desarrolle actividades propias de su edad, que se adapten a su etapa de desarrollo, y a su nivel de madurez.

Cuando un niño, cumple los 12 años, debería de pasar a un grupo, que esté preferiblemente compuesto con pre-adolescentes con edades entre 12 y 14 años, ya que a partir de los 15 años debería de haber un grupo que se ocupe de los jóvenes, y este grupo a su vez, debe trabajar con jóvenes entre 15 y 17 años y así también debería de dividirse el trabajo de los jóvenes, divisiones por edades y etapas de desarrollo, porque no es lo mismo tratar con jóvenes menores de edad que con jóvenes mayores de edad, ya que ambos tienen etapas distintas y roles distintos, pero este podría ser otro tema a estudiar y considerar en otro curso.

Capitulo 6.

Maestros y suplentes

Las personas que trabajan con niños, deben tener cierto grado de madurez para comprender cabalmente, que es lo que se requiere de ellos, y que es lo que el requerirá conseguir en cuanto a su trabajo con los niños. La Iglesia, debe procurar capacitar a los maestros y suplentes de niños. También es bueno, que cuando se coloca un suplente sea una persona que no conoce mucho, pero el maestro oficial de ese grupo conozca lo suficiente, como para ir capacitando al suplente que está trabajando junto a él.

Cuando se colocan a un maestro y a un suplente y ambos son inexpertos, por lo general, el trabajo es imparcialmente cumplido, porque ambos están experimentando en algo desconocido, y como tal, no están enfocados en la meta, ni en los planes, sino en lo que puedan ir aprendiendo en el proceso de ensayo y error.

Hay congregaciones, en las que se coloca como maestros de niños en las iglesias, a personas que ejercen la profesión de la enseñanza en lo secular, pero aunque en ocasiones funciona, esto no quiere decir, que sea la regla general, ya que el trabajo secular, es diferente al trabajo infantil en la iglesia, los objetivos son diferentes, la pasión por este trabajo es diferente, la misión es diferente, y aun la actitud que se requiere es diferente. Desde este punto de vista, es importante comprender, que un maestro secular puede ser un excelente maestro en la iglesia, si tiene pasión por ambos trabajos a la vez, porque muchas veces, los docentes de aula, que están trabajando con niños en una escuela secular durante toda la semana, no desean trabajar también los domingos con niños y aunque el trabajo y la misión es diferente, a ellos lo que les parece importante, es que quieren tener un espacio de tiempo que les permita hacer otra cosa, que no sea exactamente trabajar con niños. Por el contrario, hay casos de personas que nos trabajan con niños en lo secular, pero tienen deseos de trabajar con niños en la iglesia, y esto también es valedero, y por supuesto, no podemos pasar por alto, de que hay personas que tienen una gran pasión de trabajar con niños, en cualquier ambiente, bien sea en lo secular y en cuanto al trabajo infantil en la iglesia, ya que sienten un llamado especial a trabajar con niños.

Dependiendo de la cantidad de alumnos, que tenga un grupo, puede haber la cantidad de maestros y suplentes disponibles para dicho grupo, incluso, esto permitirá que los niños puedan ser atendidos por diferentes personas, en diferentes momentos, y así el maestro no se cansa, y además puede hacer otras actividades que requiera hacer. Sin embargo, hay que equilibrar esta rotación de maestro, ya que los niños necesitan tener maestros que estén fijando unos conocimientos constantemente, y que ellos estén fijando un modelo a seguir, y si los niños constantemente tienen maestros diferentes, este objetivo no se logrará efectivamente.

El maestro y el suplente, deben ser unidos, deben ser complementarios, y deben tener una misma convicción la cual deberán hacerles participes a los niños, también deben de mantener un mismo estilo de trabajo, ya que los niños frecuentemente notan las diferencias entre una forma de trabajar, enseñar y tratarlos un maestro, y tienden a compararlos a unos con otros, y a crear cierta preferencia entre uno y otro, e incluso tener rechazo hacia uno de los maestros y aceptación hacia el otro, para evitarse esto, es necesario, que ambos (maestros y suplentes) se pongan completamente de acuerdo, acerca de las normas del salón, la forma de trabajar, la forma de tratarlos, etc.

Capitulo 7.

Factores que facilitan el proceso de aprendizaje

Hay factores que facilitan el proceso de crecimiento y madurez de los niños, a través del trabajo infantil dentro de la Iglesia, ya que estos pueden ser factores de estímulos para el estudiante, y factores de oportunidades que tiene el docente para cumplir con sus objetivos.

Tiempo de Clase

Debe variar su duración, dependiendo de la edad del niño, del tiempo de concentración que puede mantener el niño, y del nivel de compresión que el niño pueda procesar, mientras menos edad tenga el niño, menor debe ser la duración del tiempo de clase.

En la iglesia, es difícil, poner a cada grupo un horario distinto, pero dentro del mismo horario de clase, cada maestro puede variar sus actividades dentro del horario, dependiendo del grupo que está bajo su cuidado. Si el grupo es muy pequeño, la clase debe ser corta, pero puede ser más largo el tiempo a usarse para manualidades, juegos educativos, e incluso puede complementarse con un tiempo para darles una merienda.

En cuanto a los grupos más grandes, puede hacerse la clase un poquito más larga, pero con uso de imágenes visuales, repeticiones para que memoricen, uso de tiempo para preguntas y dudas que tenga el niño, preguntas que tenga el maestro que quiera hacerles a los alumnos para verificar que hayan aprendido, puede hacerles pruebas cortas si lo desea, puede hacerles debates, puede hacerles ensayar canciones o dramas, y debe complementar la clase con manualidades, dibujos, juegos educativos, y dependiendo de las posibilidades, también pueden tener un pequeño momento para un refrigerio.

Actividades extra cátedra

Los niños que frecuentemente son animados por sus maestros para hacer otras actividades en la iglesia, adicionales a el tiempo de las clases, por lo general consiguen otras actitudes en los niños, las cuáles, en las mayorías de los casos resultan más favorables, es decir, es bueno que el maestro mantenga otro tipo de relación con sus alumnos, además de darles clases, esas actividades pueden ser:

  • Realizar paseos,

  • Visitas planificadas a los niños, (con otros niños)

  • Celebrar el día del niño en otro lugar,

  • Darles regalo en navidad,

  • Ensayar con ellos, otros días para eventos especiales como para el día de la madre,

  • Preparar un teatro con ellos,

  • Salir a evangelizar con los niños, en sectores cercanos a la iglesia, etc.

Cuando los niños están cómodos con el personal que trabaja para ellos, fácilmente se adaptan a aprender, pero cuando están indispuestos con él personal, difícilmente se disponen a formar parte de las actividades de aprendizaje.

Materiales y Recursos

  • Todos los materiales y recursos disponibles, que estén a su alcance es bueno usarlos, bien sea materiales que son útiles escolares, como regla, papel, tijera, borra, lápices, creyones, marcadores y otros útiles,

  • Material didáctico, son muy útiles las guías de clase para maestros y las guías de clase para alumnos, (bien sea las compradas en librerías cristianas, o elaboradas por el ministerio, o copias e impresiones de materiales conseguidos en la red, o cualquier otro recurso que complemente las clases que se les puede dar a los niños.

  • Pupitres, o sillas y mesas, Bancos largos, etc.

  • Salón decorado con carteleras, afiches, e informaciones alusivas a las enseñanzas bíblicas.

  • Juguetes permitidos para áreas infantiles, que no ocasionen ningún grado de peligro.

Ambientes de clases

El ambiente de clase, debe estar muy bien decorado, y con dibujos que se adapten a su edad, colores llamativos pero que no creen una imagen de un ambiente general, con demasiados tonos, muchos dibujos, gran cantidad de mobiliario, y sobretodo debe ser un ambiente cómodo y seguro, que les permita mantenerse cómodos, y que aunque no se debe dejar que haya tanto ruido en el, como es difícil hacer que los niños no hagan ruido en definitiva, por lo menos, que sea un ambiente lejos del ambiente de los adultos, para que no pierdan la concentración por la gran cantidad de bulla que hacen los niños en su ambiente infantil. En fin, un ambiente, que les permita jugar, cantar, reír, divertirse y prioritariamente aprender.

 

 

Autor:

María de Los A. Pérez

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente