- Resumen
- Introducción
- Ciencia y tecnología como procesos sociales
- Formación docente
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
"La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y, por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos."
Albert Einstein.
Resumen
La formación docente implica la adquisición de juicios académicos que proporcionen conocimientos científicos dimensionando sus aspectos tecnológicos, medio ambientales, sociales e históricos. Conocimientos de la forma de enseñar y preparación para la investigación e innovación educativa. Este trabajo está encaminado a presentar un discurso sobre elementos identificados como esenciales en la formación de profesionales docentes no enajenados de las cuestiones sociales en que interactúa. Razones que hacen necesario dimensionar los aspectos tecnológicos, medio ambientales, sociales, históricos, conocimientos de la forma de enseñar y conocimientos para la investigación e innovación educativa en la formación científica de profesionales de la educación.
Introducción
El origen de los estudios sobre Ciencia–Tecnología–Sociedad se ubica, con regularidad, en los años sesenta del pasado siglo. Se reconoce que en su surgimiento y desarrollo intervienen principalmente dos fuerzas: los movimientos sociales, que en un plano de mayor espontaneidad se manifiestan contra las consecuencias negativas de la aplicación de los resultados científicos- tecnológicos; y el movimiento académico, de mayor rigor intelectual, que desde las Universidades y otras instituciones busca configurar imágenes más integrales del desarrollo de estos fenómenos.
El avance de la ciencia y la tecnología a lo largo de todo el desarrollo social, así como las exigencias de la educación de formar profesionales capaces de alfabetizar científica y tecnológicamente a toda la población y de despertar el interés crítico hacia el papel de la ciencia como vehículo cultural, dirige hacia una reconceptualización del alcance de la enseñanza de las ciencias en la formación inicial de los profesores; imponiéndose la ruptura de visiones simplistas acerca del conocimiento científico, de las ciencias de la educación y más específicamente la didáctica de las ciencias [1].
Esta visión podría interpretarse como el resultado de la escasa familiarización en sentido general del profesorado con la labor investigadora-innovadora, o más aún, como expresión de una imagen espontánea de la enseñanza concebida como algo esencialmente simple donde se transmite una ciencia caracterizada por la reducción del aprendizaje a ciertos conocimientos científicos, olvidando aspectos tecnológicos, sociales, medio ambientales e históricos.
Este trabajo propone una aproximación al estado en que se presenta la dimensión socio-tecnológica en la formación de futuros docente, identificando sobre la base educativa, aspectos esenciales para lograr una formación integral de los futuros profesionales.
Ciencia y tecnología como procesos sociales
El fenómeno ciencia puede concebirse básicamente como un sistema de conocimientos que modifica cierta visión del mundo real que enriquece la representación de este en la conciencia del hombre. Un proceso de investigación que permite obtener nuevos conocimientos -los que a su vez ofrecen nuevas posibilidades de manipulación de los fenómenos- y que evidencia un impacto práctico y productivo; caracterizándolo como fuerza productiva que propicia la transformación del mundo y es fuente de riqueza. La ciencia de hoy se presenta como una profesión debidamente institucionalizada portadora de su propia cultura y con funciones sociales bien identificadas [2].
Por su parte, la tecnología, entendida como práctica social que involucra formas de organización social, empleo de artefactos y gestión de recursos, está integrada en sistemas dentro de los cuales se establecen vínculos e interdependencias entre los diversos componentes de los mismos.
Concebir la tecnología únicamente como instrumento o máquina fue una de las ideas más longevas de este concepto. Este punto de vista instrumental no da cabida al complejo sistema de relaciones en las que se desenvuelve el hombre, y los otros factores de carácter social que deben tenerse en cuenta son silenciados, enfatizando en la cualidad utilitaria de los fenómenos científico-tecnológicos.
La estrecha interrelación de la ciencia y la tecnología es muy evidente hoy en ciertos campos, en los que se hace difícil delimitar las contribuciones de una o de la otra. Por tal razón, la atención a la dimensión tecnológica se presenta como requisito indispensable para formar en los futuros profesores una imagen más correcta de la actividad científica; y en particular, una visión de la unidad que constituyen ambas actividades [3]. Ahora, si bien la falta de la Historia de la Ciencia como asignatura en la formación inicial de los docentes no se considera un elemento preponderante para la comprensión de la ciencia como fenómeno social, se sostiene que el resultado de este largo proceso de socialización es en muchas ocasiones un licenciado científico bastante aislado de la realidad; centrado en el conocimiento de la naturaleza que le ocupa y que se preocupa poco profesionalmente de los problemas adyacentes, que al transformarse en profesor, rechaza como no científica determinadas cuestiones por urgentes que sean para el futuro de la humanidad.
Generalmente no se muestra el papel de la ciencia en la modificación del medio, en el cambio de las ideas, en la propia historia de la humanidad o, en sentido contrario, se olvidan las notables influencias de la sociedad en el desarrollo científico [4].
El desarrollo científico tecnológico no puede ser catalogarlo como positivo o negativo. Resulta imprescindible, pero es preciso estar alerta a sus posibles consecuencias. Es importante una formación científica, pero también lo es una cultura medio ambientalista en la población para fomentar una actitud responsable en relación con el desarrollo científico tecnológico y su repercusión social. Sobre esta base la ciencia más que como un resultado único e inexorable, debe ser vista como un proceso social, una práctica que integra factores psicológicos, sociales, económicos, políticos y culturales, siempre influidos por valores e intereses.
Formación docente
En el proceso de formación de profesores es necesario asociar el qué se enseña al cómo se enseña; y ambos al para qué se enseña. En este proceso de formación el futuro docente debe involucrarse en la investigación didáctica y evaluar nuevos planteamientos, pretendiéndose que se transforme en un profesor innovador y crítico que lleve a cabo las modificaciones y adecuaciones curriculares que se demande.
La idea de la ciencia como teorización, como conocimiento puro ha quedado desplazada por una visión que integra las diversas dimensiones del trabajo científico: producción, difusión, aplicación, institución y cultura; procesos sociales que solo se pueden explicar en relación con el contexto social que lo condiciona. En los enfoques CTS los problemas de la tecnología y de la ciencia se examinan como procesos sociales con dimensiones de totalidad social. Desde este punto de vista los contenidos CTS son la conexión de los componentes del proceso con el medio exterior [5].
Sólo si los docentes comprenden la importancia de las interacciones CTS estarán conscientes del problema, de su ausencia en la enseñanza y por lo tanto, de las consecuencias que esto puede tener en los estudiantes.
Para vencer las dificultades de un proceso de reforma curricular como el que supone el enfoque CTS, es necesario asociarlo a una adecuada formación del profesorado. Una formación que no se base en el tratamiento de aspectos puntuales, ni en la mera transmisión de propuestas, sino que se apoye en programas más globales y en la participación de los docentes en la investigación de los problemas que le plantea su propia actividad docente. Una formación orientada a favorecer la reflexión colectiva y el cuestionamiento de lo que parece obvio, de "lo que siempre se ha hecho", es decir, de las preconcepciones didácticas y que conecte con las principales aportaciones de la investigación didáctica. En resumen, la estrategia que parece potencialmente más fructífera consistiría en implicar al profesorado en la investigación de los problemas de enseñanza/aprendizaje de las ciencias que les plantea su actividad docente [5].
La formación de profesionales de la educación capaces de afrontar los retos que imponen estos cambios educacionales y tecnológicos debe incluir elementos en los sistemas de conocimientos, de habilidades y de valores que respondan a este objetivo, proponiéndose la inclusión de en los contenidos curriculares aspectos como conceptos e ideas generales que designan y explican procesos que están en la base de varias disciplinas y que en cada una de ellas adquiere una concreción diferente, conocimientos de historia social de la ciencia, dentro de lo cual se abordarían cambios históricos de los conocimientos sobre una temática, cambios históricos de los procedimientos usados por los científicos para elaborar y validar el conocimiento, diferentes explicaciones dadas a los mismos hechos, estado actual del conocimiento sobre una temática y posibles perspectivas de desarrollo; y conocimientos sobre el impacto social de la ciencia, lo que incluye innovaciones tecnológicas generadas por determinados conocimientos, sus consecuencias sociales y naturales, positivas y negativas, directas e indirectas, prioridades de la política científica nacional y local, y la participación social en la toma de decisiones de acuerdo con al impacto científico-tecnológico [6, 2].
De ahí que sea imprescindible establecer las relaciones históricas entre tecnología ciencia y sociedad desde un enfoque interdisciplinario a partir de considerar la tecnología y la ciencia como procesos sociales.
Esta base supone un sistema encaminado a la aplicación de leyes, teorías, conceptos y principios básicos de la ciencia dimensionando sus aspectos tecnológicos, históricos, sociales y culturales; sumado a una valoración del impacto social provocado por el desarrollo científico tecnológico, sus consecuencias sociales y naturales. Enfocar además a la elaboración de estrategias de resolución de problema de acuerdo a la especificidad del mismo, que incluya diseño experimental, si fuera necesario, búsqueda de información de distintas fuentes para fundamentar o contrastar los puntos de vista propios [7].
La adopción de este sistema de habilidades como elemento estratégico en la formación de futuros docentes incorporará valores científicos como creatividad, objetividad, sentido crítico, honestidad intelectual, perseverancia y racionalidad.
Un aspecto esencial en este proceso formativo encamina a unificar los esfuerzos de los educadores en torno al uso y creación de aquellos métodos y procedimientos más generales y productivos que permitan la conexión de los contenidos curriculares con los contenidos CTS y que de forma coherente integren la acción de las diversas asignaturas que influyen sobre los profesores-alumnos [2, 8]. Las formas de organización de la enseñanza deben seguir un planteamiento en paralelo, de aprendizaje activo y docencia participativa que respondan a un modelo de educación constructivista para abordar simultáneamente los aspectos de carácter conceptual y de contenido social.
Conclusiones
Las contradicciones entre las exigencias formativas y el desarrollo de la actividad docente evidencian la importancia de la implicación del profesorado en las transformaciones en aras de concretar en la práctica dichos cambios. Este proceso lleva implícito la ruptura de esquemas que induzcan resistividad ante los cambios del mismo; lo cual es indispensable para lograr su implicación en la construcción de nuevos enfoques en la educación científica que incorporen la dimensión CTS.
La alfabetización científica se ha convertido en una necesidad en todos los niveles de enseñanza, encaminada a posibilitar la implicación de los estudiantes en discusiones públicas acerca de asuntos afines a aspectos científico-tecnológicos; destacando en particular el caso de los futuros profesionales de la educación, en los que se precisan factores subjetivos ligados al proceso natural de satisfacción.
La formación profesoral desde la dimensión propia del proceso de enseñanza-aprendizaje exige un redireccionamiento sobre la base misma del enfoque en las categorías didácticas hacia el enfoque CTS, sin aislar los aspectos teóricos del mismo de la naturaleza propia del perfil en cuestión.
Referencias bibliográficas
[1] C. M. A. d. Sayas, "La escuela en la vida," F. Varela, Ed. La Habana, 1992, p. 170.
[2] J. N. Jover, "La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Lo que la educación científica no debería olvidar."
[3] R. V. Pablo Valdés, "Implicaciones de las relaciones ciencia -tecnología en la educación científica," Revista Iberoamericana de Educación, vol. 28, enero-abril 2002.
[4] R. V. Pablo Valdés, "Características del proceso de enseñanza-aprendizaje de la física en las condiciones contemporáneas," Enseñanza de las Ciencias, vol. 17, pp. 521-531, noviembre 1999.
[5] P. Membiela, "Enseñanza de las Ciencias desde la perspectiva Ciencia-Tecnología- Sociedad," in Educación Hoy-Estudios, Narcea, Ed. Madrid, 2002, p. 240.
[6] B. Macedo, "Problemática que caracteriza a la didáctica de las Ciencias Experimentales en la actualidad " Revista Didáctica de las ciencias, 2000.
[7] M. I. A. Agustín Adúriz-Bravo, "Acerca de la didáct ica de las ciencias como disciplina autónoma," Revis ta Electrónica de Enseñanza de las Ciencias, vol. 1, 2002.
[8] J. K. Gilver, "Educación tecnológica: una nueva asignatura en todo el mundo," Enseñanza de las Ciencias, vol. 13, pp. 15-24, 1995.
Autor:
Ing. Rolando Luis Rodríguez Lueso
Ing. Rolando Pérez Pinto
Maestría en Ciencias de la Educación Superior
SEDE UNIVERSITARIA MUNICIPAL SAN ANTONIO DE LOS BAÑOS UNIVERSIDAD AGRARIA DE LA HABANA
Julio de 2013