- Resumen
- Antecedentes
- Variedades comunes
- Cultivares
- Portainjertos del peral
- Requerimientos climáticos
- Condiciones edáficas para el peral
- Labores de cultivos
- Plagas y enfermedades
- Enfermedades por hongos del suelo
- Cosecha, comercialización y perspectivas
- Perspectivas del cultivo de peral en México
- Bibliografía
El presente trabajo es una revisión sobre los aspectos de más importancia del sistema de producción de la pera en México.
Palabras claves: Pera, Sistemas de producción, Frutales.
En México el cultivo de las pomaceas como la manzana y la pera, muestra interesantes etapas que han ido mas o menos paralelas a los diferentes periodos de nuestro desarrollo económico, social y político (Arguello, 1973).
Las introducciones de estas especies frutícolas a América y en especial a nuestro país, datan de la época de la conquista española, en la que los padres misioneros introdujeron variedades de manzano que como la blanca de Austria que se adaptaron a determinadas regiones de nuestro país, cuyos mutantes conocidos con los nombres de perón, perón cristalino y perón de canatlán, aun se cultivan dada su buena adaptación a determinadas áreas por su rusticidad, características de fruto y cualidades polinizadoras (Arguello, 1973).
Posterior a esta época, fueron los antiguos hacendados quienes introdujeron variedades principalmente Europeas, y las establecieron en pequeños huertos en lo que se conocía como cascos de las haciendas, en las que se encontraban plantadas diferentes especies de frutales sin seguir orden alguno, y con el único fin de que la producción satisfaciera las necesidades de sus propietarios. Esta es la razón de que encontremos subsistiendo en forma diseminada árboles de pera y manzano cuyos nombres originales se han perdido y han sido sustituidos por nombres regionales constituyendo este tipo de perales y manzanos un valiosos material genético que hasta hoy no se ha utilizado convenientemente (Arguello, 1973).
La cosecha de Pera en el país es muy reducida si se toman en cuenta las necesidades de consumo nacional por lo que debe incrementarse de manera considerable para beneficio de la dieta y economías nacionales.
La producción nacional esta constituida en su mayor parte por frutas provenientes de variedades criollas de escaso valor comercial. No obstante, es posible encontrar dentro de la gran población de perales criollos tipos de valor comercial.
También ocurre al mercado interno una producción bastante considerable de plantas de la variedad Keiffer, muy extendida en el país pero con características comerciales mediocres.
El problema fundamental en relación con este frutal es el mismo que confrontan otras especies como lo es la carencia de un grupo definido de variedades comerciales selectas para diferentes fines: Consumo en fresco, elaboración de jugo, conservas y frutos deshidratados (Arguello, 1973).
Es importante la exploración de las áreas cultivadas con peral para la localización de ejemplares con características sobresalientes en propagación y prueba de los mismos, con fines a la formación de nuevas huertas con variedades nacionales.
La pera es una fruta de tamaño pequeño, de forma clásica, epidermis de color verde amarillento con pigmentación roja, pulpa verde claro, con granulaciones rodeando las semillas en forma muy irregular, color blanco de aspecto rugoso, probablemente inmaduras, teniendo epidermis con grietas necrosas pequeñas (Arguello, 1973).
Clasificación taxonómica del peral
Reino: Vegetal
División: Traqueofitas
Subdivisión: Pteropsidas
Clase: Angiospermas
Subclase: Dicotiledóneas
Orden: Rosales
Familia: Rosaceae
Subfamilia: Pomoideae
Genero: Pyrus
El género Pyrus es un miembro de la familia Rosácea y de la subfamilia Pomoideae; Pyrus comprende más de 20 especies, todas nativas de Europa y Asia muchos de esos tipos son similares por lo que su clasificación es comúnmente difícil (Coutangeau, 1970).
Las variedades de pera pueden ser clasificadas en dos grupos generales: Los tipos Franceses o de origen Europeo (Pyrus communis L.), y los tipos de Híbridos, los cuales se originaron por las cruzas entre las variedades europeas y las especies orientales.
En general las variedades Europeas son más altas en calidad, pero más susceptibles a la mancha de fuego. A acusa de estos, los tipos que mejor se adaptan son:
Es una pera grande y verde de origen francés, esta variedad es la más importante de invierno la que le sigue es la Bartlett en la producción total en los Estados Unidos. La fruta es atractiva y de lata calidad para los postres. El peral es vigoroso y crece a gran tamaño, aunque su principal ventaja es la resistencia a la mancha de fuego, sin embargo se podría decir que es un árbol resistente y fructífero pero un productor lento. Una poda detallada y rigurosa mejora la fructificación en lo árboles más viejos.
Esta variedad se considera una fruta de sabor y textura inigualables por otras variedades comerciales. Los árboles se adaptan en una extensa zona geográfica y a una gran variedad de suelos y condiciones climáticas, son proliferas, con producción regular y de frutos que soportan ciertos maltratos en el manejo. La temporada de recolección del fruto es de los primeros días de Julio hasta fines de Agosto.
En Europa, Norte América, Sudamérica, África y Australia podemos encontrar a la especie Pyrus communis como la más comercializada, la especie Pyrus nivalis Jacq. conocida como "pera nieve" se cultiva en Europa, aunque en proporción menor, hablando de superficie sembrada, en comparación con la especie anterior, esta pera se utiliza en la elaboración de vino (Coutangeau, 1970).
En algunas partes de Norte América los híbridos entre la especies P. communis, P. pirofolia (Burn) Nak, se cultivan para ser procesada. En el Sur y Centro de China y en Japón P. pirofolia , conocida también como pera de arena, es la principal especie cultivada, en esta región de Asia encontramos las siguientes especies de Pyrus: assuriensis, bretschneideri Rehd; que es un híbrido de betulaefolia Bge. En el sur de China y Norte de la India , se cultivan selecciones de P. pahia. Otras especies se cultivan como portainjertos y con propósitos ornamentales y muy pocas se producen con fines de obtener el fruto (Coutangeau, 1970).
El éxito de una plantación se fundamenta en la adecuada selección de la variedad a cultivarse, tomando en consideración el suelo y las condiciones climáticas de la región. En México las peras que se tienen son de la especie europea Pyrus comunnis, recientemente en algunos campos experimentales se están evaluando peras asiáticas P. serotina, P.ussuriensis como con Ya-Li, Tsu-Li, Shinserki y 20th Century (Bustamante, 1991).
Casi todos los cultivares de pera se reproducen asexualmente por injertos de yema o vareta en portainjertos mejorados de pera siendo, una fase esencial del mejoramiento genético de este cultivo (Moore y Janick, 1993).
Los patrones comúnmente empleados para la propagación de esta especie son el peral y el membrillero, pudiéndose obtener unos y otros tanto de semilla como multiplicados vegetativamente (Martínez, 1982).
El primero de estos patrones era el único empleado hasta ahora en las plantaciones de tallo alto y árboles a todo viento; el segundo se reservaba para plantaciones con árboles de formas restringidas y dirigidas, como palmetas, cordones, etc (Martínez, 1982).
El peral sobre franco de semilla crece vigorosamente, aunque la variedad sea relativamente débil, retrasando la fructificación hasta después del octavo año, dependiendo este carácter de la variedad. El volumen de copa alcanzado en condiciones normales y la plena fructificación no suele alcanzarse sino hasta después de los 15 años. Todas las variedades se adaptan bien a este patrón, si bien se recomienda especialmente para las de verano, de fruto de pequeño tamaño o de coser (Martínez, 19??).
Los francos del peral se obtienen, generalmente, de las semillas de variedades de peral o de variedades secundarias procedentes del genero Pyrus.
Son potainjertos muy vigorosos que pueden dar un desarrollo considerable a la variedad injertada sobre todo si se trata de variedades naturalmente vigorosas tales como, Mantecosa Hardy y Curé. No es raro encontrar árboles viejos de estas variedades que lleguen a alcanzar y a veces exceder los 8 m. (Coutangeau, 1970).
Las plantas procedentes de semilla tienen un sistema radicular formado por raíces gruesas y pivotantes. A estas grandes posibilidades de desarrollo radicular deben los árboles injertados sobre franco su vigor excepcional.
La ausencia casi general de raicillas es una de las razones por las que el desarrollo es mas lento al principio que el obtenido para otros portainjertos y que los árboles estén como parados uno o dos años después de su transplante.
El franco presenta el interés de la gran resistencia a la caliza, lo cual permite el cultivo del peral en suelos no aptos para el membrillero.
Según el origen geográfico, se clasifican estas especies en dos grupos: los occidentales y los orientales (Coutangeau, 1970).
En Francia una buena parte de los patrones francos se obtiene con semillas de las variedades de peral de la región de Domfront. Estas variedades pertenecen a especies de P. communis, P. nivales, P. salicifolia. Tanto las mezcla de especies como de variedades produce un alto grado de heterogeneidad. Esta heterogeneidad podría reducirse si se hiciese una elección cuidadosa de las variedades productores de semilla.
En Alemania se ha extendido el tipo Kirchensaller procedente de una variedad que proporciona homogeneidad en el árbol.
En Estados Unidos se obtienen francos a partir de semillas de la variedad Williams y Winter Nellis por tener poca sensibilidad "al decline de la pera".
También se utiliza multiplicada vegetativamente la variedad Oldhome, perteneciente a la especie P. communis, debido a su resistencia al "al decline de la pera" y al "fire bligth".
Por otra parte los francos procedentes de semillas de P. amigdaliformis tienen mayor resistencia a la sequía y a la caliza, son de vigor medio con buena afinidad a las variedades de P. communis (Coutangeau, 1970).
Tienen su origen en China y Japón y pueden citarse entre las mas importantes: P. ussuriensis, P. serotina, P. calleryana, P. betulaefolia, cuyos francos han sido utilizados principalmente en Estados Unidos.
Las primeras tres son resistentes al fire bligth; P. betulaefolia no lo es pero soporta bastante bien los suelos calizos. Sin embargo, los patrones procedentes de estas especies son muy heterogéneos en cuanto a vigor y su afinidad con las variedades cultivadas no es satisfactoria y frecuentemente transmiten a los frutos de las variedades sobre ellas injertadas el accidente fisiológico denominado "blackend" (Coutangeau, 1970).
Portainjertos y propagación de peral en México
El peral en México se propaga sobre porta injertos de la misma especie, pero una gran proporción (en el centro del país), están injertados sobre tejocote criollo (Crateagus pubescens), que proviene de semillas. Los portainjertos de pera pueden provenir de semilla, de hijuelos, por el enraizamiento de estacas con auxinas (Herrera, 1985), o bien aunque no es muy común por acodo aéreo (Vidal et. al, 1991).
La influencia del porta injerto sobre la floración y la fructificación en peral es muy marcada. Evaluaciones de pera "Paraíso" injertado sobre pera "San Juan" y tejocote criollo, han mostrado efectos positivos, ya que en peral "San Juan" indujo a una mayor floración, más fructificación, menor porcentaje de frutos agrietados y frutos de forma más alargada (Corrales, et. al., 1987).
El peral cuando se injerta sobre tejocote presenta un ligero grado de incompatibilidad que se manifiesta en algunas ocasiones en necrosis en la zona de injertación, un sobre vigor del patrón en relación al injerto y como son dos especies y géneros distintos también se presentan diferencias en la concentración de nutrientes.
En estudios realizados en el estado de Morelos se detecto que la concentración de N, P, K, Mn y Zn, fue mayor en la corteza del tejocote (portainjerto), en cambio el Ca, Fe y Cu fue mayor en la parte del peral (injerto), por lo que esto se asocia con algunos problemas de la deficiencia en las hojas y de cuarteadura de frutos (Borys y Bustamante, 1991).
La incompatibilidad es más evidente cuando se injertan peras asiáticas sobre el tejocote, ya que éstas crecen de 1 a 3 años, pero al final terminan por morir (Bustamante, 1993).
Los requerimientos de frío invernal varían según los distintos cultivares como lo muestra el cuadro siguiente:
Cultivar | Horas frío |
Flordahome Hood Comice Orient Spadona Pincapple Kieffer Bartlett Buerre d´Anjou Seckel Winter Nelis Buerr Bosvc Ya-Li Tsu-Li Shinserki 20th Century | 250 350 450 500 400 500 500 900 700 850 900 900 550 550 550 550 |
Los de muy bajo requerimiento de frío son escasos y la calidad de sus frutos es mediana. Es importante considerar la regularidad de la brotación en los cultivares establecidos en un huerto, ya que requieren de buena polinización cruzada para su máxima producción (Díaz, 1987)
Las peras toleran una extensa escala de condiciones climáticas; por ejemplo en la costa del pacífico se cultivan variedades comerciales que requieren un período bastante considerable de temperaturas frías, en general se habla de por lo menos 1,200 horas abajo de los 7ºC, durante el invierno a fin de completar su periodo de letargo y poder brotar vigorosamente durante la primavera (AID, 1967).
En la actualidad se han desarrollado variedades con menor requerimiento de frío invernal a fin de poder adaptar al peral a zonas donde el numero de horas frío es limitante.
Los perales pueden resistir sin daño alguno temperaturas tan bajas como -26 ºC, siempre y cundo no perduren por mucho tiempo, ya que el peral es más sensible que los manzanos.
En cuanto a requerimientos de humedad, la presencia de riego en la mayoría de las zonas productivas no hace a la humedad limitante para la distribución de este frutal, sin embargo en zonas de temporal se requiere de un promedio de 880 mm. de precipitación por año.
Otro factor importante en la ubicación de huertos de perales es ubicarlos en zonas libres heladas de primavera; ya que este tipo de eventos dañan fácilmente a los botones florales y en caso de presentarse temperaturas de 3ºC o más bajas se pueden quemar los botones ya abiertos, de esto se desprende que variedades de brotación temprana son más susceptibles a estos daños, y si aunamos a esta condición de heladas tempranas, la de establecer los huertos en tierras bajas donde la aereación no es muy buena (AID, 1967).
Condiciones edáficas para el peral
El mejor suelo para peras es profundo, de textura media, bien drenado, fértil y fácilmente trabajable. Aunque las peras prosperarán mejor en un suelo así, lo harán razonablemente bien en suelos con la capa freática bastante alta, pobremente aireados, o de textura muy pesada para la mayoría de los otros frutos caducos.
Los perales pueden desarrollarse bien en suelos muy pesados y resistir condiciones desfavorables de humedad del suelo.
Las labores más practicadas son: deshierbes con el fin de facilitar las operaciones subsecuentes como riegos, aspersiones y cosecha; incorporar las siembras protectoras y abonos; preparar el suelo como semillero para las siembras protectoras y para conservar humedad. La técnica más común es arar el terreno con la siembra protectora (AID, 1967).
Una siembra protectora ayuda a mantener el nivel de materia orgánica y previene de la erosión, esto mejora la textura del suelo y ayuda a la penetración del agua.
Durante el otoño, invierno y comienzos de la primavera, el crecimiento de algunas siembras de protección para ser incorporadas al suelo es una excelente práctica. La elección de una siembra protectora esta determinada por el medio ambiente, el terreno y la provisión de agua y temperatura; de ellas las más comunes son las leguminosas anuales (trébol dulce y arveja entre otras), mostaza y cereales (cebada y avena); las cuales son plantadas a mediados de septiembre o en octubre a fin de que en el tiempo de frío se encuentren establecidas (AID, 1967).
Esta dependerá del vigor del portainjerto y del cultivar, además de las condiciones edáficas y climáticas del lugar. Se pueden tener distancias de plantaciones desde 2 X 3 m hasta 7 X 7 (Bustamante, 1991).
La dotación de agua a los árboles en los lugares irrigados, es una de las mas importantes operaciones para el éxito del cultivo comercial de la pera, ya que cuando se presenta sequía en la huerta los frutos pierden tamaño y por ello la producción se ve bastante reducida; por otra parte, el uso de demasiada agua puede crear problemas de pudrición en las raíces cuando los suelos son pobremente drenados.
Los métodos de riego más utilizados en los huertos de pera son por inundación o represa, utilizado en suelos nivelados y de textura pesada. Generalmente se utiliza de 15 a 20 cm por acre a fin de tener una humedad uniforme en el suelo.
En terrenos moderadamente inclinados el método de asequias o surcos es el mas utilizado, se abren 4 o 5 surcos con igual espaciamiento entre cada hilera de árboles, con una inclinación moderada no mayor de 10 a 15 cm por cada 30 m a fin de evitar problemas de erosión.
Este método presenta la desventaja de no poder distribuir de manera uniforme el agua de riego, ya que con frecuencia en la parte mas baja del surco se acumula una mayor cantidad de agua.
El tercer método es la aplicación por medio de aspersores; se utiliza en suelos bastante inclinados y de textura gruesa; por este método todo el suelo se humedece y los árboles responden rápidamente a la adición del agua.
La cantidad de agua requerida por los perales puede variar por la temperatura y humedad, además del tamaño de las hojas. El uso del agua debe aumentar conforme se va desarrollando el follaje y conforme los días van siendo mas calurosos; por ejemplo en valles calurosos se consumen 12.5 cm de agua por acre por mes en julio y agosto (AID, 1967).
En suelos profundos que retienen bien el agua, se puede aplicar el agua necesaria en un solo riego mensual, no así en suelos superficiales o de textura gruesa donde los riegos deben ser ligeros y frecuentes.
En el peral es necesaria la poda para formar la estructura del árbol y para obtener fruta de aceptable tamaño a través de los años. Los sistemas de poda más adaptados para este frutal son: el de líder central y el de líder central modificado, el primero consiste en dejar la rama central sobre la cual se va permitiendo la existencias de ramas principales a diferentes alturas. En el segundo se corta la rama central para permitir ramificaciones abajo del punto del corte, de estas nuevas ramas se escoge una para que tome el lugar de la rama central, después de que ésta creció se vuelve a cortar de entre 15-30 cm de altura para que también se vuelvan a formar ramas secundarais abajo del punto del corte y así sucesivamente. La poda se realiza cuando los árboles no tienen hojas (Bustamante, 1991).
Siendo la poda un factor importante en la calidad de la fruta, es saludable realizar la poda cuando los árboles son jóvenes con el propósito de desarrollar una buena estructura y poder realizar una selección acertada de ciertas ramas para el armazón para que puedan soportar cosechas pesadas (AID, 1967).
Al tiempo de transplantarse los árboles jóvenes deben ser recortados de 60 a 75 cm de la tierra para balancear la perdida de raíces eliminadas al transplantar y también para formar una copa relativamente baja, la cual es aconsejable par desarrollar beneficiosamente un árbol. Durante el periodo de letargo después de la primera temporada de cultivo 3 ramas deben ser seleccionadas y podadas a un largo de 75 cm para forzar el desarrollo de ramas secundarias. Toda las demás deben ser cortadas.
Las ramas seleccionadas deben estar mas o menos en el mismo punto del árbol, o pueden ser seleccionadas alrededor del tronco separadas a una distancia de 15 a 20 cm. Los ángulos del armazón deben estar tan anchos como sea posible para incrementar la resistencia. Las ramas del peral rara vez se rompen por presión de carga pesada (AID, 1967).
En el segundo letargo, las ramas del segundo armazón deben ser seleccionadas, generalmente cada una de las 3 ramas del árbol que formaban el armazón secundario son seleccionadas, todas las demás de crecimiento vigoroso son quitadas. Cada una de estas ramas deben ser despuntadas en la parte donde se desea un tercer juego de ramas (AID, 1967).
Empezando con la poda del tercer letargo y continuando hasta que el armazón esta completo, cada una de las cuatro o seis ramas secundarias seleccionadas en la segunda poda están despuntadas al punto donde el siguiente verticilo de ramas es deseado.
Los otros brotes se rean y se dejan sin punta. Si lo árboles se han desarrollado bien, el armazón estará establecido. Hasta que el árbol llegue a producir solamente pequeñas ramas deben ser clareadas moderadamente.
Cuando más ligera sea la poda en este punto, más grande será el árbol y más pronto tendrá frutos (AID, 1967).
Las exigencias nutritivas de un peral en el suelo varían notablemente según sea el portainjerto. Se adapta a terrenos de naturaleza varia como calcáreos o arcillosos.
De manera general requiere de un alto grado de fertilidad, exigiendo más Nitrógeno que el manzano, una vez entrado en producción se reciente antes de la deficiencia, reduciendo inmediatamente la actividad vegetativa y envejeciendo precozmente.
El peral es principalmente sensible a carencias de Boro, en condiciones de concentraciones menores de 20 ppm apareciendo síntomas como necrosis en los brotes de flores (Lalatta, 1988).
Estimulación de la brotación
Los perales, principalmente en regiones del centro de México florean en periodos prolongados y en forma difusa, ya que un mismo árbol puede tener flores durante dos o tres meses, esto dificulta y hace antieconómico el control de la enfermedad que ataca a las flores denominada tizón de fuego, debido a que los bactericidas se aplican cada cinco días durante la etapa de floración.
Con una sola aspersión de citrolina + cianamida de hidrógeno (0.5%), cuando los perales no tienen hojas, se adelanta, concentra y uniformiza tanto la brotación vegetativa como la floral (Torres, 1992).
Al tener un tiempo de floración corta, se reducen las aplicaciones contra el tizón de fuego y los costos de cosecha al ser ésta más concentrada. También se ha utilizado la poda y el riego con la finalidad de estimular la brotación, pero los efectos han sido erráticos (Bustamante, 1991).
La caída de fruta antes o durante la cosecha causa considerables pérdidas en algunos años; esto sucede principalmente, en las variedades que producen frutos sin semilla. Esta pérdida pede ser reducida en gran parte con el uso de aspersiones de hormonas en la mayoría de las variedades donde la caída es un grave problema.
Cuando las aspersiones de hormonas son utilizadas para prevenir la caída natural de la fruta, es importante que ésta sea recolectada en su etapa apropiada de madurez; no se puede permitir que se quede en el árbol mucho tiempo. La sobre madurez de las peras hace que se estropeen poco después de la recolección (AID,1967).
En peral del 3 al 5% deben originar frutos y la cantidad de al menos 4-5 semillas por cada uno, indican un favorable proceso de polinización cruzada y fertilización, mientras que un contenido de cero semillas manifiesta un carencia de estos procesos (Lombard, 1982).
Las peras del cultivar Paraíso son partenocárpicas, ya que provienen de flores que no fueron polinizadas y por lo mismo son frutos sin semilla, pero su producción por árbol es reducida (Bustamante, 1991); por medio de la aspersión de ácido giberélico a 25 ppm en plena floración se incrementa a casi el doble del amarre de frutos y por lo tanto la producción, como efectos colaterales, se tienen frutos más alargados y una reducción en el problema de la coarteadura de éstos.
En peras Kiefler por medio de la aplicación de ácido giberélico Y nitrato de potasio, se ha incrementado el cuajado de frutos y la producción (Larios et. al., 1990).
Este es uno de los principales problemas que afectan al peral en los estados del centro del país, ya que es común que más del 50% de los frutos presenten agrietamientos y rugosidades. Estos perales están creciendo sobre suelos ácidos, injertados sobre tejocote, además presentan un pobre crecimiento anual y una deficiente foliación. Este problema puede disminuir injertando las peras sobre portainjertos de peral y en perales sobre tejocote, el tratamiento integral de los árboles al estimular su brotación por medio de citrolina, la aspersión de ácido giberélico (25 ppm), en plena floración, la nutrición foliar quincenal con sales a base de Zinc, Boro y Manganeso aplicadas durante el período del crecimiento del fruto, han reducido notablemente la proporción de frutos cuarteados (Bustamante 1992).
Las hierbas compiten con el cultivo por la luz, agua y nutrientes, pero es adecuado dejarlas crecer sobre todo las de hoja ancha que nacen al inicio del temporal, para que durante la primera fertilización se incorporen como abono verde; de ahí en adelante se sugiere su control con herbicidas; si la maleza es de hoja ancha usar el desecante a base de Paragual, en cambio si predominan los zacates utilizar Glifosato, que es de acción sistémica y controla pastos perennes, anuales y malezas de hoja ancha.
Estos herbicidas no son residuales, se aplican cuando la maleza crece vigorosamente y no dañan al tronco puesto que penetran por el follaje.
Cuando se realiza el control de malezas con machete, se cortan principalmente las plantas anuales o de porte alto, por ello la densidad de pastos perennes que son de hábito rastrero se incrementa (Bustamante y Mancera, 1990).
Es un insecto chupador conocido con el nombre científico de Stephanitis pyri, de aspecto muy vistoso y forma típica; tamaño pequeño (3 mm de longitud por 2 mm de anchura). Vive sobre el envés de las hojas del peral, chupando con su pico la savia y produciendo con sus picaduras unas manchas pequeñas y pardas en la epidermis inferior de la hoja (envés), donde vive formando grandes agrupaciones.
El número de generaciones oscila entre tres y cuatro, originando sus mayores daños durante el verano.
Medios de control. Son recomendables contra este insecto las pulverizaciones con: diazinón, dimetoato, fenitrotión, lindano o tiometón.
Con este nombre vulgar se conocen las larvas del heminóptero Caliroa limacinia, porque su aspecto y colorido semejan a las babosas.
Las avispitas aparecen en primavera, ponen huevos aislados de los que salen las larvas que inmediatamente comienzan a alimentarse del parénquima superior de la hoja y del mesófilo, respetando únicamente la epidermis del envés, lo que les confiere un aspecto muy típico. Hay una segunda generación en verano, invernando el insecto en forma de ninfa en las hojas caídas al suelo o bien dentro del terreno.
En condiciones normales, no se precisa realizar tratamientos contra esta plaga, ya que los efectuados con carácter rutinario son suficientes para su control.
Con este nombre se designa la plaga del peral ocasionada por el ataque del heminóptero tentredínido Janus compresus. Los adultos aparecen en plena primavera y es característica la puesta de las hembras, que con una especie de sierra que acompaña al aparato ovopositor, hace unas incisiones en forma de grietas alrededor del tallo de los brotes, dispuestas en hélice que envuelve el tallo en una longitud de unos 3 cm; esta puesta la hace la hembra hacia abajo y en una de las últimas incisiones pone un solo huevo. Las larvas viven toda su vida en el interior del tallo, pero en virtud de las incisiones practicadas en el mismo por la hembra al hacer la puesta, se deseca el brote, que toma un color negro; este ennegrecimiento y posterior desecación de los brotes es lo que pone de manifiesto la existencia del ataque.
Los daños más importantes son los experimentados en viveros y cuando los perales son muy jóvenes, ya que la destrucción de los brotes dificulta extraordinariamente la formación de los arbolitos.
Control. Como la larva vive en el interior de los brotes, el modo más práctico de lucha consiste en cortar éstos por debajo de donde llega el ennegrecimiento y destruirlos con la larva en su interior; con esta sola medida puede combatirse con éxito la plaga.
Para la intervención o lucha química se utilizarán productos como: carbaril, diazinón, dimetoato, fentión, triclorfón, etc.
Una de las más graves plagas de insectos de las peras es la palomilla de la pera (Carpocapsa pomonella L.). Debe ser con un programa periódico de aspersión anual, espaciada cuidadosamente y ampliamente aplicada. El insecto es dañino sólo en estado de larva y gusano. Los gusanos perforan la fruta ya sea por la punta del cáliz o a un lado, generalmente en los puntos donde dos frutas se tocan o donde una hoja toca la fruta, donde se alimenta de las semillas y el corazón.
Cuando alcanzó todo su desarrollo, hace túneles hacia la superficie y abandona la fruta. Su presencia es a menudo evidente por el tejido castaño que tapa los agujeros.
Las palomillas invernan como gusanos maduros en capullos debajo de la corteza suelta de los árboles en rajaduras, hendiduras o heridas de la corteza y en la paja del suelo.
En la primavera los gusanos pasan a crisálidas y en poco tiempo después empieza a aparecer la palomilla adulta, generalmente después de que los árboles están en floración. Continúan emergiendo por algunas semanas y el período se extiende a través de parte de mayo y junio. Las palomillas son poco visibles y más activas en el crepúsculo, en la tarde depositan sus huevecillos en la fruta, cuando la temperatura es sobre los 15ºC. Incuban de 6 a 14 días, según la temperatura, los gusanos se alimentan de la fruta durante 3 semanas o más.
La mariposa oriental de la fruta (Grpholitha molesta (Busk), está presente en la mayoría de los cultivos de pera en los Estados Unidos, ataca a la pera y a otras frutas disidentes.
Los gusanos blancos y rosas horadan la fruta de modo muy parecido a los de la palomilla de la fruta y no pueden ser fácilmente diferenciados.
Estas plagas invernan en capullos como gusanos completamente desarrollados y hay varias generaciones en una temporada. Ordinariamente si la palomilla es controlada no causa muchos daños.
El psílido de la pera (Psylla pyricola Foerster), es una seria plaga, algunas veces más dañina que la palomilla de la pera.
Los insectos secretan una mielecilla que resbala sobre el follaje y la fruta, unos hongos fuliginosos crecen en esta miel. Esto causa que la piel de la fruta se ennegrezca y presente cicatrices y en el follaje se desarrollen manchas pardas.
Las infestaciones graves pueden causar defoliación parcial de los árboles, reduciendo su vitalidad e impidiendo la formación de yemas de las frutas.
El psílido adulto de la pera tiene cierta apariencia de chicharra en miniatura, con alas transparentes recubriendo el cuerpo. Son más o menos de 2.5 mm de largo y con un color castaño rojizo oscuro. Pueden volar repentinamente de su lugar de descanso dando la impresión de que saltan.
Invernan en grietas en la corteza o en la tierra. Los adultos se tornan activos en cualquier momento cuando la temperatura es superior a 4ºC.
Los huevos alargados y blancuzcos o amarillos son depositados en marzo o algunas veces hasta más temprano en las pequeñas grietas cerca de las yemas e incuban de 10 a 30 días. Después de salida del follaje, muchos huevos son depositados en las hojas. Las ninfas emigran para alimentarse en la axila de las hojas o en las hojas que se están abriendo. Son amarillentas y aplastadas y pronto se cubren con la mielecilla que secretan. Después de pasar a través de cuatro períodos sucesivamente más largos y volverse verdosas, llegan al último período o de "concha dura" del cual mudan a adultos. Hay 3 o 5 generaciones por año, la primera perdura más o menos 45 días y la última aproximadamente 30 días.
Son insectos que succionan la savia de los tallos y hojas, ocasionando que estas partes tiendan a secarse, las especies detectadas en peral son: Saissetia coffeae, Diaspidiatos ancylus, Hemiberiesia rapax, H. diffinis, H. Jataniae, Melanpsis nigropuntata, Velataspis dentata (González, 1984).
La escama de San José (Aspidiotus perniciosus Comstock), puede causar serias pérdidas si no es controlada, porque ataca no solamente al follaje sino también a la fruta. Causa pequeñas manchas rojizas en la fruta y follaje. Los árboles pueden ser parcial o enteramente destruidos y la fruta es invendible.
Las escamas son más o menos de 2 mm de diámetro con cuerpos amarillos cubiertos por escamas circulares grisáceas.
Cada hembra madura produce algunos cientos de insectos amarillos que se arrastran, los cuales emigran a nuevas localizaciones. Estos insectos rastreros pueden ser esparcidos por el viento, pájaros y otros medios. Se alimentan a través de un aguijón por el que absorben.
Su crecimiento se completa en alrededor de seis semanas, el insecto permanece en el mismo lugar, dándose dos o más generaciones por año.
Los ácaros son plagas importantes de la pera y a menudo producen grandes daños. Dentro de este tipo de ácaros se encuentran:
1.- Araña roja europea (Panonychus ulmi Kohc)
2.- Acaro café (Bryobia rubrioculus Scheutem)
3.- Araña roja de dos manchas (Tetranychus urticae Koch)
Los dos primeros invernan en estado de huevo en los árboles. Los huevos rojos usualmente incuban antes de que los botones abran y los ácaros jóvenes se alimentan del follaje en desarrollo.
La araña roja europea es roja aterciopelada y muy convexa. El ácaro castaño es rojo apagado o verdoso, de forma aplastada y tiene patas más largas. Se alimenta casi siempre de noche, congregándose en vástagos y ramas durante el día.
Los dos ácaros invernan como adultos, amarillo brillante o naranja, debajo de las capas de la corteza y en desechos de la tierra, emigrando al nuevo follaje tan pronto como se desarrolla y se alimentan primero en las hojas cerca del tronco.
El desarrollo de los ácaros de la huerta es rápido en tiempo de calor y hay probablemente ocho o más generaciones en una estación. Esto hace difícil su control y se deben tomar medidas antes de que ocurran daños graves.
El daño causado por estos ácaros es primero en el follaje, el cual se vuelve bronceado o ennegrece; la defoliación puede ocurrir, e interfiere gravemente en el desarrollo normal de la fruta.
Algunas clases de chinches pueden atacar a la pera entre ellas se encuentran:
Chinches Lygus (Lygus spp), que son pequeñas chinches grisáceas o verduscas de más o menos 6 mm de largo. Pueden causar que los brotes se caigan en la primavera o deformaciones en la fruta.
Chinche Boxelder (Leptocoris trivittatus Say), son más grandes de color negro o rojo, estas chinches atacan a la fruta cuando esta madura.
Chinche hedionda ((Euschistus consperscus Uhler), es todavía más grande, mide 1.25 cm aproximadamente de largo, en forma de escudo pardo gris. Están cubiertas con pequeños puntos negros.
Los trips de las peras (Taeniothrips inconsequens Uzel), están generalmente sujetos a las medidas de control usadas contra otras plagas. Estos insectos son más o menos de 1 mm de largo delgados, pardo oscuro. Los adultos pueden ser encontrados en las yemas abiertas, donde pueden impedir que los botones produzcan fruta. Después la larva blanca se alimenta de las peras en desarrollo causando moteado.
Este insecto (Agrilus sinuatus Olivier), ataca a la pera cuando larva penetra en el interior de la corteza y albura. Son delgados, blanquizcos y cuando están completamente desarrollados pueden ser de 3.8 cm de largo.
Hay una cría por año, los escarabajos adultos emergen en mayo y junio. Son delgados, de color púrpura bronceado, y más o menos de 8.4 mm de largo. Ocasionalmente una plantación joven puede ser destruida por esta plaga.
El control cosiste principalmente en cortar y destruir árboles y ramas infestados durante el invierno. Los insecticidas que se apliquen para otras plagas en mayo y junio destruirán muchos de los escarabajos.
Corhylus fuscus, barrena las ramas e introduce hongos, con lo cual provoca la muerte de estas o las debilita, de tal manera que se rompen fácilmente. Las barrenaduras las realizan los adultos inician sus ataques entre los 15 y 25 días después de haber empezado la temporada de lluvias, lo cual es a fínales de junio y continúan afectando en julio y Agosto. Se controla con la poda y quema de ramas barrenadas en la época en que los perales no tienen hojas, o bien con aplicaciones quincenales de Thiodan y/o foley durante el periodo de ataque (Bustamante y Velez, 1988).
Daña la zona del floema, las entradas de las barrenaduras semejan un tiro de munición y si no es controlado oportunamente reduce la vida productiva de las huertas (Arguello y Hernández, 1987).
Ocasionan decoloración, amarillamiento y defoliación, además de rugosidades en frutos (Bustamante 1992).
Enfermedades por hongos del suelo
Esta alteración es debida a la acción de dos micomicetos. Armillaria mellea y Rossellinia necatrix.
El primero ataca generalmente a plantas adultas, es un hongo invasor ya que para su detección en el suelo ha de existir una planta sensible.
Presenta un micelio lanoso de color blanco sucio y rizomorfos de color castaño oscuro que se adhieren a las raíces, pero también pueden avanzar libremente en el suelo.
A partir de ellos la infección se extiende a las plantas contiguas, penetrando en las raíces a través de las heridas, por los tejidos muertos y en algunos casos aún directamente en los completamente sanos, normalmente por debajo de la caliptra o la cofia.
Sus estructuras miceliares, principalmente por medio de los rizomorfos, son suficientes para conservar el hongo en el suelo, aunque es frecuente que en los troncos de los árboles muy afectados se encuentren carpóforos, en grupos más o menos compactados, como setas de color miel y portando un anillo a la mitad hacia la mitad del pedicelo.
Este hongo se ve favorecido por la humedad del suelo, aunque también existe en condiciones de sequía.
Por su parte Rossellinia necatrix, se encuentra en todos los suelos de modo saprófito en le terreno o sobre raíces muertas, aunque si encuentra un huésped en condiciones apropiadas de debilidad, penetra entre sus tejidos ejerciendo el parasitismo. Al desarrollarse en el exterior de las raíces, se observa un micelio de aspecto blanco lanoso que se transforma a color gris o gris pardo.
Necesita de humedad para su desarrollo y es activo en plantas jóvenes de vivero. En plantas adultas muchas veces únicamente convive sin determinar daños apreciables.
Chancro o podredumbre del cuello de la raíz
Los agentes fúngicos causantes principales del "chancro" o "podredumbre del cuello de la raíz", son Phytophthora cactorum y P. nicotianae. Esta última es una especie parásita de un hongo bastante polífago; se aísla a partir de chancros jóvenes del tallo y cuellos de la raíz y también del suelo de plantaciones con este problema, aunque en el peral no es muy común su incidencia.
Phytophthora cactorum, Es una especie menos polífaga que la anterior; su presencia en el suelo de las plantaciones es importante ya que junto con la anterior causa problemas en la raíz.
Esta enfermedad se manifiesta en el principio en la parte basal del tronco, con o sin abundante aparición de goma en la superficie de la corteza, la cual toma un color oscuro mientras que los tejidos internos mueren hasta el leño. Las zonas infectadas pueden tener forma y amplitud variables y progresan más rápidamente en sentido longitudinal que lateralmente.
Los tejidos corticales muertos se secan gradualmente apareciendo la corteza al poco tiempo deprimida y resquebrajada, mientras que las zonas limitrofes se ven sanas.
Cuando los chancros necroticos y fisurados infectan zonas importantes de la parte basal del tronco, las plantas comienzan a mostrar en su parte aérea los efectos de la alteración. Las hojas toman un color verde pálido y a menudo los nervios presentan coloración amarillenta. Las brotaciones son pequeñas y escasas de aspecto clorótico, las hojas pequeñas no crecen lo suficiente, dando a la planta configuración de carencia foliar.
La producción de frutos también es más reducida, así como el tamaño de los mismos. Las ramas terminales se van secando progresivamente hasta alcanzar en los casos graves las ramas más gruesas.
Si el ataque de estos patógenos tiene lugar a plantaciones jóvenes, en pocas semanas se puede producir la muerte de algunos árboles que no consiguen poner en marcha sus mecanismos de defensa contra estos hongos.
Existen problemas fitopatológicos que limitan la producción del peral, siendo los más importantes el tizón de fuego ocasionado por la bacteria Erwinia amylovora, que infecta principalmente las flores del peral y el hongo Entromosporium maculatum, conocido como tizón de la hoja en las que produce manchas, originando al término una defoliación prematura.
Otras enfermedades que se han detectado son el mal de bilachas Corticium kileroga, la roña del peral y Fusicladium pirinum, tizón foliar Corynema sp., tizón de las nervaduras Septoria pyricola, pudrición morena de frutos Monilinia fruticola, muerte descendente Sytospora leucostoma y el virus de la mancha anular del clavel (Chávez et. al, 1994;).
El chamusco es una de las enfermedades más destructoras del peral. Las pérdidas oscilan entre la mancha de los botones y la destrucción de grandes ramas y del árbol entero. La extensión del daño depende de los factores como la susceptibilidad de la variedad, condiciones del tiempo, prácticas del cultivo y medidas de control.
El agente causal es Erwinia amylovora (Burill) (Winslow et al.), que es una bacteria descubierta casi 100 años después de conocida la enfermedad.
Esta enfermedad aparece por regla general primero como una mancha de los botones y después la infección se difunde a los brotes desarrollados y se despliega a las frutas jóvenes. Los síntomas de mancha en los botones se pueden confundir por los causados en algunos lugares por Pseudomonas syrigae Van Hall. A medida que la bacteria invade púas y ramas, los tejidos se vuelven verde oscuro acuosos. Las partes infectadas finalmente se vuelven pardas, después negras y finalmente se quedan adheridas al árbol. En condiciones favorables la bacteria se mueve muy rápidamente. Si se deja sin reprimir, avanzarán de los botones manchados a las ramas principales, hacia abajo del tronco y a alas raíces.
Las partes afectadas a menudo producen gotitas de clara y lechosa exudación color ámbar, conteniendo gran cantidad de bacterias que son rápidamente diseminadas al tejido susceptible.
En cuanto a los medios de diseminación se pueden considerar a los siguientes:
Por insectos, ya sea por la contaminación de sus partes bucales o bien por el contacto accidental con el exudado bacteriano al pararse después sobre flores sanas. La lluvia y el aire pueden llevar a las bacteria de plantas enfermas a plantas sanas. Cuando se presentan granizos es común que se presenten infecciones por esta bacteria, ya que los daños por granizo son un punto de entrada de la bacteria hacia la planta.
Las medidas de control están destinadas a reducir la inoculación y a la protección del tejido susceptible. Generalmente el control cosiste en quitar todas las púas y ramas infectadas tan pronto como aparezcan dañadas así como los lugares afectados en las ramas grandes, bifurcaciones troncos y raíces durante la temporada de letargo.
Los cortes deben realizarse debajo de las partes infectadas tan pronto como sea posible, después de que aparezcan, sin tomar en cuenta el tamaño de la madera. En estas operaciones las herramientas utilizadas para cortar deben ser desinfectadas entre cada corte a fin de evitar posibles transmisiones de la bacteria causal.
Otra forma de disminuir el daño por esta bacteria son las prácticas de cultivo y poda que detienen el crecimiento vigoroso tendiendo a reducir la susceptibilidad al chamusco. Químicamente se ha probado que varias formas de cobre son efectivas en el control del chamusco.
La mayoría de las variedades comerciales de pera son susceptibles al chamusco, de hecho cerca de 20 especies de Rosáceas se consideran como plantas huésped de la enfermedad. Sin embargo, se conocen fuentes de resistencia en peras, manzanas y los criadores han desarrollado nuevas variedades con potencia comercial.
Otra enfermedad bacteriana frecuente en las peras en la que causa Pseudomonas syrigae Van Hall. Esta enfermedad ha sido conocida bajo muchos nombres tales como: tizón de los botones, mancha lila, falso chamusco y mancha por psudomonas.
Esta enfermedad puede ser confundida con el chamusco pero su diferenciación se vuelve rápida cuando se sigue el progreso de los síntomas.
La mancha de pseudomonas empieza con una o más lesiones discretas negras en la superficie exterior de los órganos florales, sépalos, receptáculos y pedúnculos. Las lesiones se agrandan rápidamente, volviendo negros los tejidos al mismo tiempo.
La exudación bacteriana no ha sido observada en asociación con P. syringe. Las infecciones de cáliz son comunes y ocurren independientemente de la mancha de la floración. Las condiciones del tiempo fueron sugeridas como un factor importante en la predisposición de los botones y flores a la fase de la mancha y las heladas mostraron aumentar la susceptibilidad a esta bacteria. Esto puede ayudar a identificar esporádicas apariciones de la enfermedad en muchos lugares de cultivo de pera.
El control de esta enfermedad se basa en que la mayoría de la infección ocurre durante el otoño y la aplicación de dos aspersiones de caldo bordelés es comúnmente recomendada. La primera aspersión debe aplicarse cuando las hojas empiezan a caer y la segunda cuando la mayoría de las hojas han caído.
Cosecha, comercialización y perspectivas
Las peras se deben cosechar en su madurez fisiológica, ya que es en su almacenamiento donde alcanza su más alta calidad de consumo. Las características para decidir si una pera ya esta lista para ser recolectada es que haya alcanzado su máximo tamaño, empiece a mostrar cambios ligeros de color, así como de firmeza y que sean fáciles de desprenderse del pedúnculo con una ligera presión.
El 90% de la producción se dedica para consumo en fresco y el restante se industrializa, cosechándose en fruta desde marzo hasta octubre, teniéndose problemas de comercialización debido a la saturación del mercado durante septiembre y octubre por la variedad Kieffer.
Ante la nueva apertura comercial de México, los problemas de comercialización de peras se han agravado, ya que se están importando grandes cantidades de esa fruta, ya sea de Chile o de la Unión Americana, además de que sus periodos de cosecha coinciden con los nacional; bajo estas circunstancias sólo se tiene la ventaja de la cercanía a los grandes centros de consumo, pero es de vital importancia incrementar la productividad por hectárea, producir fruta de alta calidad y fuera de temporada (Bustamante, 1992).
Periodo de producción de pera
PAÍS E F M A M J J A S O N D |
CHILE X X X X X X X X X E. U. A. X X X X MEXICO X X X X X X X X |
MEMORIAS VII CURSO DE ACTUALIZACION FRUTICOLA, 1994.
Cuando la fruta se va a exportar se recomienda recolectar las peras antes de que estén maduras. Sin embargo, si se cosechan muy tempranamente son de menor tamaño y a menudo se marchitan en el almacén. Pierden dulzura y sabor y son susceptibles a sufrir quemaduras en el almacén. Por otro lado, si se recogen muy tarde, la fruta madura rápidamente y tiene un corto potencial para su almacenamiento. A menudo es granulosa en su textura, pierde jugosidad y está sujeta al desmoronamiento del corazón.
La firmeza de la pulpa es el índice más satisfactorio de madurez en pera. Este punto puede variar según sean las condiciones de desarrollo del cultivo. Esta firmeza se mide con un dinamómetro especial, a una presión necesaria para que penetre un embolo a una distancia de 8 mm, esta prueba se realiza en por lo menos tres puntos de la circunferencia (AID, 1967).
Las frutas destinadas a consumo inmediato deben ser empacadas y embarcadas sin preenfriamiento o sin haber sido guardadas en almacén frío. En caso de que las peras no vayan a ser consumidas de inmediato se enfrían a una temperatura interna de 1.6 – 0.5º C a fin de detener su madurez.
Cuando las peras tienen que ser almacenadas por largo tiempo, deben ser enfriadas con rapidez después de la recolección. La vida de almacenamiento de las peras esta determinada por la variedad y es bastante bien definida para cada una de ellas.
La duración en almacenamiento puede ser afectada por algunos factores, como las condiciones en las cuales la fruta fue cultivada, madurez durante la recolección, lapso de tiempo antes de ser enfriada y temperatura dentro del almacén.
Máximo de duración de almacenamiento en cajas en días
VARIEDAD | SIN FORROS | FORROS SELLADOS DE POLIETILENO |
ANJOU BARTLETT BOSC COMICE HARDY KIEFFER SECKEL WINTER NELIS | 175-185 70-85 90-100 90-105 75-140 90-120 90-100 175-230 | 214-216 107-126 120-130 120-135 " " " " |
AID, 1967.
Para lograr la mejor calidad para postre la mayoría de las variedades en peras deben ser maduradas de 15-21ºC, a una humedad relativa del 80-85%.
Temperaturas para la madurez más altas de 21ºC no son aconsejables, ya que dan por resultado mal sabor y textura deficiente o pérdidas por podredumbre antes de suavizarse.
Aunque las peras pueden colorearse y suavizarse en el almacén no se puede suponer que han madurado normalmente hasta que desarrollen todo su sabor y estén muy suaves y jugosas (AID, 1967).
Perspectivas del cultivo de peral en México
La superficie bajo cultivo con este frutal en México es de aproximadamente 5 200 ha, distribuidas básicamente en los siguientes Estados: Michoacán con 2 400, Puebla 1 700, Veracruz 700, Morelos 400, Chihuahua 390, Estado de México 300 y Zacatecas con 250 hectáreas sembradas y con rendimientos que oscilan entre 4 y 10 ton/ha.
Las principales variedades que se cultivan son: Kieffer, Bartlett, Annon y así como una gran cantidad de peras criollas, dentro de las que destaca la Paraíso. En el centro del país los huertos estan bajo condiciones de temporal en donde llueva aproximadamente 800 mm, en cambio en los estados del norte se requiere de riego (Bustamante, 1991).
El cultivo del peral presenta diversos problemas, entre los que destacan los daños por heladas y granizo, reducción de la productividad ocasionada por enfermedades y plagas reduciendo el número de variedades comerciales, así como la deficiente polinización y mala calidad de los frutos debido a cuarteaduras y rugosidades de éstos (Bustamante, 1991).
Arquello, M. C. 1973. Algunos Aspectos sobre la fruticultura de Clima en México. Chihuahua. Pp 288
Arquello, M. C. 1987. El Barrenador de la corteza de los frutales en el noreste de Chihuahua. Campo Agrícola Experimental "Sierra de Chuihuahua", INIFAP. Desplegable a productores.
Bustamante, O. F. 1991. Distribución de nutrientes entre los componentes del tronco de Pyrus/Cralaegus. Resúmenes I Encuentro Nacional de Tejocote. P. 125.
Bustamante, O. F. 1992. Efecto de la Inyección de Oxitetraciclina y de la nutrición foliar en la coarteadura de pera "Paraíso" (1990-1992). Informe de Investigaciones del Programa de Frutales Caducifolios. Campo Experimental de Zacatepec. INIFAP. p. 18.
Bustamante, O. F. y Mancera, O. A. 1990. Validación de Herbicidas para el control de malezas en peral. Resúmenes de la II Reunión Científica Forestal Agropecuaria. CIFAP-Morelos. INIFAP -SARH p. 23.
Bustamante, O. F. y Vélez S. R. 1988. Control químico del barrenador de las ramas del peral Corthylus fuscus (Coleoptera: Scolitidae). En el Norte del Estado de Morelos XXII Congreso Nacional de Entomología p. 354.
Chávez, A. J.; Mendoza, Z. C. y Ponce G. F. 1994. Etiología de las enfermedades fungosas aéreas del peral (Pyrus communis L.), en Zacatlán Puebla. Memorias del XXI Congreso Nacional de Fitopatología. p. 65.
González, H. E. 1984. Cocoideos (Homoptera: Coccoidea), asociados a árboles frutales de la región central de México. Tesis Maestría en ciencias. CP. 78 P.
Larios G. A.; Mendoza L. M.; Orozco, V. M. G.; Pérez, B. H. y Cepeda, V. M. A., 1990. Influencia de sustancias químicas y anillado del tronco sobre el cuajado del fruto en peral c.v. Kieffer. Resúmenes III Reunión Científica, Forestal y Agropecuaria. CIAFAP-Michoacán. p.86.
Juscafresa, Baudilio. 1978. Arboles frutales Cultivo y Explotación Comercial. Septima Edición. Edit. AEDOS. Barcelona, España. Pp 381.
Lalatta, Filippo. 1988. Fertilización en Frutales. Ediciones CEAC, Barcelona, España.
Martínez, Z. F. 19??. Fruticultura. Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas. México D.F.
Moore N. James y Janick Jules. 1993. Avances en la genotecnia de frutales. AGT EDITOR S.A. México D.F. Pp 795.
MC. Luis López Pérez
Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales de la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo