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Género y Periodismo deportivo en Cuba


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    El género se manifiesta a partir de la construcción social que define lo masculino y lo femenino, sobre las características biológicas establecidas por el sexo. Posee aspectos subjetivos como los rasgos de la personalidad, las actitudes, los valores y aspectos objetivos o fenomenológicos como las conductas y las actividades que diferencian a hombres y mujeres.

    Como categoría de análisis, el género, explica los factores que conducen a las desigualdades entre mujeres y hombres; pone de manifiesto el carácter jerarquizado de las relaciones entre los sexos, construidos en cada cultura, y por tanto facilita el cambio de esa realidad.

    Agendas políticas nacionales y organismos internacionales han tratado, desde hace más de dos décadas, la situación de desventaja de las mujeres, en cuanto a las desigualdades y las injusticias a las que han sido sometidas a lo largo de la historia, respecto a los hombres.

    En la Cuarta Conferencia de la Mujer celebrada en Beijing en 1995, se enfatizó en el enfoque de género como reflejo de las discusiones de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (CIPD) llevada a cabo, en el Cairo, Egipto, el año anterior. En esta conferencia, la equidad de género y el empoderamiento de la mujer fueron aceptados como piedra angular para la planificación de programas de población. Se asumió el enfoque de género, que considera que las relaciones entre hombres y mujeres forman parte de la estructura que conforma las desigualdades sociales.

    Los resultados de investigaciones que han empleado estos indicadores han situado a Cuba en posiciones ventajosas con relación a los países subdesarrollados del continente, debido a que el Estado Cubano ha realizado grandes esfuerzos por eliminar las injusticias sociales. La discriminación entre hombres y mujeres ha disminuido ostensiblemente sobre todo en lo relacionado con la macroeconomía debido al logro alcanzado en muchas esferas, por ejemplo: la escolaridad, el trabajo, el derecho de hombres y mujeres a recibir el mismo salario cuando se desempeña una labor común.

    Cuba ha reafirmado su condición de tercer país en el mundo con mayor número de mujeres en el Parlamento. Si un lustro atrás ellas representaban el 36 por ciento de sus miembros y la isla antillana ocupaba el octavo lugar en ese indicador, ahora en la VI Legislatura constituyen el 43,18 por ciento, pues ascendió a 219 el número de féminas en el máximo órgano de gobierno.

    De acuerdo con datos de la Unión Interparlamentaria, a la Antilla Mayor solo la superan Rwanda, con el 48,8, y Suecia, con el 47,3, por ciento de mujeres diputadas, a la vez que también desplaza a Costa Rica del puesto cimero que ocupaba en América Latina.

    Una de las esferas de actuación de la vida donde el sexo femenino se ha ido imponiendo por sus propios esfuerzos y la tenacidad con que ha asumido las responsabilidades en cada momento es el deporte, muestra de ello es la cantidad de medallas obtenidas por las deportistas del mal llamado "sexo débil" en los eventos múltiples en que han participado delegaciones cubanas.

    También en delegaciones a mundiales y giras de entrenamiento han sobresalido estrellas cubanas, la lista de nombres de mujeres que han obtenido lugares cimeros y actuaciones relevantes en estos sería interminable, pero se deben citar siempre nombres que por su destacada trayectoria han sobresalido por su entrega, disciplina, tenacidad, talento y coraje.

    Algunos de estos nombres pueden ser María Caridad Colón, primera mujer de Latinoamérica en obtener una medalla de oro Olímpica, Mamita Pérez atacadora temible de equipo de voleibol que emergió con el nombre de espectaculares morenas del caribe y otras más recientes que se pueden sumar a esta interminable lista como Mireya Luis, tricampeona olímpica y para muchos la mejor atacadora del siglo XX, Driulis Gonzáles incansable yudoca cuatro veces medallista olímpica, Osleidys Menéndez, actual recordista mundial y medallista de oro olímpica en lanzamiento de la jabalina y alguien que no llegó a ser campeona olímpica, pero por resultados pudo serlo, es una de las figuras más emblemáticas de deporte femenino cubano, Ana Fidelia Quirot, conocida como La Tormenta del Caribe bautizada así por otra mujer que ha dedicado parte de su vida al deporte, no desde un campo, una pista o un estadio beisbolero sino con la palabra, mujer que ha roto esquemas, mujer sin barreras: Julia Osendi.

    La popular periodista deportiva se inició hace ya más de treinta años, confiesa que quería ser deportista, de hecho fue una gran corredora, un problema no le permitió llegar a planos estelares, incluso hay que mencionar que tuvo como entrenador a Blas Beato, que fue entrenador de Ana Fidelia. El decía de esta maravillosa mujer, que llegaría al deporte de cualquier forma. Su papá era médico, entonces pensó en la medicina deportiva, pero cuando supo que eran seis años de la carrera más tres de especialidad, llegó a la conclusión de que por ahí tardaría en realizarse. Entonces se encaminó por el periodismo.

    Cuando pasó la Universidad la mandaron a la radio a tratar la agricultura, a pesar de haber sido el primer expediente y de pedir prensa plana y periodismo deportivo. Lo asumió como debía hacerlo, luego se fue introduciendo en el mundo del deporte, hasta que consiguió su objetivo de ser periodista deportivo.

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