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El concepto de crítica. ¿Instrumento de lucha o justificación?


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Michel Foucault: crítica y resistencia
  3. Richard Rorty y la verdad como justificación
  4. El uso estratégico del lenguaje
  5. La política democrática: razón o justificación
  6. Validez universal de la verdad o mera justificación contextual
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía

Introducción

El objeto de este trabajo es realizar un estudio comparativo sobre la noción de crítica para distintos autores contemporáneos. En primer lugar expondremos la visión de Michel Foucault[1]sobre el tema, incidiendo en el carácter insumiso del acto de criticar entendido como una rebelión contra el poder del gobernante. Por otra parte analizaremos el punto de vista del pragmatismo anglosajón de Richard Rorty[2]en el que la noción de crítica se orienta hacia la creencia personal por justificar unas verdades específicas en un contexto determinado. En este caso realizaremos nuestro estudio a partir del diálogo sostenido junto a Jürgen Habermas, en el que podremos observar las principales diferencias que separan la renovación pragmatista y la solución racionalista que contempla una correspondencia racional entre verdad y práctica.

Michel Foucault: crítica y resistencia

Para Foucault la noción de crítica moderna puede identificarse de forma precisa en la historia, representando un instrumento de lucha e insumisión para las resistencias frente al poder. Este desafío del individuo frente a lo existente se entiende filosóficamente como una actitud de indocilidad hacia la búsqueda de la emancipación y la crítica de lo establecido. Foucault identifica el surgimiento de la actitud crítica moderna entorno al siglo XV-XVI, lo que generó una revolución intelectual al aportar un nuevo modo de relación social de forma virtuosa.

A pesar de la formalización del acto de gobernar como un arte a principios de la modernidad[3]Foucault entiende que surge de un movimiento de resistencia centrado en la cuestión de cómo no ser gobernado. Se produce así un movimiento que une la gubernamentalización de la sociedad y del individuo como un contrapeso encargado de limitar ese poder, conformándose "el arte de no ser de tal modo gobernado".

Esta crítica se desarrolla a partir de la ilegitimidad esencial que se encuentra en la práctica del poder, exigiendo por ello unos derechos universales a los que deba someterse el gobernante. Este tipo de crítica implica un matiz jurídico que subraya la cuestión de la validez del derecho natural, estableciendo así los límites en el arte de gobernar.

Foucault asume que la crítica supone el cuestionamiento individual del gobernado a las verdades expresadas por el gobernante, significando una crítica basada en el problema hacia el cuestionamiento de la autoridad del poder.

El producto resultante del juego entre gubernamentalización y crítica dio lugar a las bases de la cultura occidental moderna como las ciencias filológicas, el análisis jurídico o la reflexión metodológica[4]Para Focucault este desarrollo representa un punto fundamental, la crítica específica a las relaciones entre poder, verdad y sujeto. Esto se debe a su consideración sobre la gubernamentalización como un movimiento de sujeción a los individuos a través de una articulación del poder que invoca una verdad. Como veremos a continuación para Rorty esto se extiende también al acto de fundamentación de las verdades como premisa fundamental del ser humano. Foucault no trasciende el acto de crítica como un cuestionamiento a las verdades del poder, como "el arte de la inservidumbre voluntaria, el de la indocilidad reflexiva"[5].

Alude a la idea kantiana de crítica entendida como Aufklärung o una cierta minoría de edad en la que se halla el ser humano y le imposibilita un entendimiento certero. En este caso podemos observar una actitud que autores como Rorty calificarían de falocéntrica y obsesiva por esa continua actitud de ciertos filósofos racionalistas como Kant por intentar penetrar en las esencias y exhortar a la población bajo su autoridad. Podemos aportar al análisis de Rorty el hecho de que el estudio de filósofos de especial renombre en la filosofía académica contemporánea nos permite observar esa soberbia preponderante del filósofo que pretende imbuirse de una autoridad superior al resto de su entorno. Quizás sea esa actitud al modo del "filósofo rey" platónico lo que produjo esta condena social excluyente y desinteresada por el trabajo del filósofo que padecemos en la actualidad, al igual que está sucediendo con algunas ciencias sociales como la Historia.

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