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El arte de la inmortalidad: una mirada a la fotografía como expresión de la cultura nacional


  1. Sobre la fotografía…
  2. Panorámica de la fotografía en Cuba
  3. La fotografía: registro invaluable de la humanidad
  4. La creatividad a través del lenguaje fotográfico
  5. El arte de la inmortalidad desde lo visual
  6. Referencias bibliográficas

Sobre la fotografía

La fotografía es el procedimiento y arte que permite fijar y reproducir, a través de reacciones químicas y en superficies preparadas para ello, las imágenes que se recogen en el fondo de una cámara oscura. El principio de la cámara consiste en proyectar la imagen que es captada por un pequeño agujero sobre la superficie. De esta manera, el tamaño de la imagen resulta reducido y puede aumentar su nitidez. El almacenamiento de la imagen obtenida puede realizarse en una película sensible o en sensores CCD y CMOS o memorias digitales (en el caso de la denominada fotografía digital). El daguerrotipo, inventado por Louis Daguerre en 1839, es considerada la técnica precursora de la fotografía moderna. Daguerre utilizaba una capa de nitrato de plata sobre una base de cobre. El positivo se plasmaba en mercurio y la imagen era fijada al introducir la placa en una solución de cloruro de sodio o tiosulfato sódico diluido.

George Eastman fue un gran impulsor de la fotografía cuando, en 1888, presentó la primera cámara Kodak con rollo de papel fotográfico. Esta técnica sustituyó a las placas de cristal. Otro paso importante se produjo en 1948, con el lanzamiento de la técnica Polaroid que permite revelar las fotos en apenas un minuto. En la actualidad, las fotografías suelen retocarse con software para eliminar aquellas imperfecciones que han quedado registradas y realizar todo tipo de acciones, como realzar colores, jugar con el enfoque o superponer diversas imágenes en una misma.

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Panorámica de la fotografía en Cuba

Cuba se ha visto magníficamente reflejada en la fotografía. El 5 de abril de 1840 "El Noticioso y Lucero", diario habanero, da a conocer la introducción en la isla del primer aparato fotográfico, llegado el mes anterior, el cual durante su travesía se había estropeado. El protagonista de la novedad, Pedro Téllez de Girón, tomó la primera foto de la que se tengan referencias escritas desde un balcón de la fachada principal del Palacio de los Capitanes Generales. Tal parece que esta fotografía se perdió, o el tiempo fatalmente la deshizo. En el período inicial de la Guerra de Independencia, se pueden significar los aportes que hace el fotógrafo José Goméz de la Carrera, cuyo fotorreportaje de la guerra ofrece los cimientos al fotoperiodismo contemporáneo, sentando pautas aún poco superadas.

En 1882 se funda la primera publicación especializada: Boletín Fotográfico. En 1887 sale a la luz el libro publicado en la imprenta habanera de Soler Álvarez, "La fotografía al alcance de todos". El período que abarca desde principios de siglo hasta los años treinta, está reflejado por autores de la trascendencia de Generoso Funcasta, López Ortiz, Martínez Hilla, Ernesto Ocaña, entre otros. Es un período en el que la imagen adquiere gran importancia a través de las diferentes publicaciones periódicas. Mención aparte requiere la obra de Joaquín Blez, fotógrafo de la alta burguesía, de un gusto exquisito en el tratamiento del desnudo y el retrato.

En los años que preceden a la revolución, las cámaras de Constantino Arias, Moisés Hernández, los archivos del Diario de Cuba en Santiago, los fondos de la Revista Bohemia o el Diario de la Marina, de La Habana, dan una visión completa del agitado proceso social que vivía la isla. Llega la revolución y, de su mano, otro grupo de fotógrafos realiza las imágenes que figuran entre las más difundidas de la historia. Fotógrafos como Alberto Díaz "Korda", Raúl Corrales, Osvaldo Salas (que cubre la visita de Fidel a Nueva York en 1955) y Ernesto Fernández, se encuentran entre los más reconocidos de estas décadas. Del período posterior a la revolución, llega una visión reflejada en la obra de autores como "Marucha", "Mayito" y Roberto Salas. La "Primera Muestra de la Cultura Cubana" realizada en 1966 con el auspicio de la Casa de las Américas, integra la fotografía al concierto de todas las artes.

La Primera muestra de fotografía cubana se presenta en 1976 en México, siendo tan bien acogida que al año siguiente se reorganiza la exposición "Historia de la fotografía cubana" en la propia ciudad. En el último período, los autores están realizando una labor a partir del ensayo fotográfico o puesta en escena, y se destacan por la belleza y el contenido de sus composiciones: Marta María Pérez, René Peña, Abigail González, Julio Larramendi y Cirenaica Moreira, entre otros. Muchos de los trabajos actuales tienden más a la ilustración que a lo documental; otros, alternan entre lo poético y lo irónico.

La fotografía cubana, como función, surgió debido a una necesidad informativo-comunicativa y documental-testimonial. Se considera una de las más ricas de América Latina (junto a la mexicana, la brasileña y la argentina), por la gran variedad de estilos expresivos y la alta calidad técnico-artístico-informativa. Desde su surgimiento ha transitado por temas tan diversos como el retrato, el paisaje y la arquitectura, hasta la fotografía publicitaria y, sobre todo, por la fotografía social, pasando también por el desnudo, las manipulaciones esteticistas y la fotografía científica.

Entre los principales exponentes de la fotografía cubana contemporánea, se encuentran Alberto Korda (reconocido internacionalmente por la foto que hizo al Che), Ernesto Fernández, Roberto Salas, Liborio Noval, José Alberto Figueroa, Julio A. Larramendi, Raúl Corrales, Angel Alderete y Rigoberto Senarega, entre otros.

Además de ser utilizada con fines científicos, la fotografía ha logrado constituirse como un arte. Las imágenes tomadas por los fotógrafos artísticos suelen ser exhibidas en exposiciones y museos.

La fotografía: registro invaluable de la humanidad

A lo largo de la historia, el ser humano ha sabido valerse de diferentes herramientas para dejar registros de su paso por este mundo y de aquellos acontecimientos que marcarían un antes y un después en la historia de la humanidad. El descubrimiento de la fotografía y los avances que fueron dándose con el paso de los años, permitieron que más tarde se pudieran tener nociones de sucesos ocurridos hace mucho tiempo y que afectaron considerablemente a las sociedades de todo el mundo, como las llamadas guerras mundiales. Fue gracias a la fotografía y la literatura que se tuvo una verdadera noción de las atrocidades cometidas por el ser humano contra la propia especie bajo argumentos artificiales y discursos supremacistas. Con el avance de las tecnologías además, la fotografía ha llegado a estar al alcance de todos, permitiendo que cada persona que cuente con un dispositivo móvil pueda captar imágenes y conservarlas para siempre, compartiéndolas con sus amigos. De igual modo, el auge de redes sociales como Facebook posibilita que las herramientas para compartir imágenes sea cada vez más instantáneo y público, consiguiendo que una imagen recorra todos los rincones del mundo en apenas segundos.

La creatividad a través del lenguaje fotográfico

Actualmente la fotografía se afirma como un modo de expresión, de comunicación y de información. Aparece en todas partes, en diarios, en revistas, en publicidades. También es una forma de registrar los recuerdos emotivos de acontecimientos íntimos, ilustrando la propia historia a través del álbum familiar.

La fotografía se ha pluralizado, es un testimonio periodístico o artístico y es también una práctica social muy popular que se ha ganado un lugar y es considerada un "arte" pese a la larga polémica al respecto que data desde su nacimiento mismo.

En la actualidad, no puede ser considerada una reproducción de la naturaleza, un espejo de lo real, por el contrario, la fotografía es un lenguaje estructurado en sus formas y significados, enriquecida por su propia historia. La noción de autor se impone, a través de un discurso estético, y en los mensajes que hay que decodificar para interpretarla.

Las formas expresivas surgen en un momento histórico, atravesadas por el contexto social donde influyen las cuestiones políticas, las ideologías, los pensamientos, los gustos de una época determinada. El autor y su obra corresponden, a un marco social y cultural del cual emergen. Toda variación que se produzca en la sociedad, provoca cambios en los temas y en las modalidades de expresión artística.

Por ejemplo en el siglo XIX, la era de la máquina y el capitalismo moderno, se ve en los retratos, como se modifica el carácter de los rostros y el uso de la técnica en la obra, aparecen procedimientos desconocidos hasta el momento. La invención de la fotografía es decisiva en esa evolución, porque es el medio expresivo de una sociedad establecida sobre el avance de la tecnología y probablemente sea el motivo por el cual se convierte en un instrumento de primer orden.

La fotografía se ocupa de manifestar los deseos y las necesidades sociales, al mismo tiempo que interpreta los acontecimientos, también a su manera. Es un trazo visible, que dependiendo de un aparato y de su uso técnico y mecánico permite reproducir el mundo, y adquiere significado como parte de un proceso comunicativo que se establece entre un autor y un espectador. La imagen tiene significación porque hay personas que se preguntan acerca de su significado.

Roland Barthes, plantea esta idea en términos de connotación. Su premisa semiológica fundamental es que la imagen fotográfica contiene mensajes secundarios (connotados) que se elaboran a través de la composición, de los elementos intervinientes en el encuadre, del estilo, y esto es precisamente para Barthes, lo que convierte a la fotografía en un lenguaje. Los fotógrafos como autores emplazan el mundo cultural de lo visual sobre la dependencia de lo real. En semiótica todo el problema parte de la cuestión de la semejanza que produce la interacción entre un signo, un significado y un objeto. Charles Peirce abrió un camino de investigación en este campo, con su análisis del signo, que luego será retomado por Humberto Eco en su semiología fotográfica.

Lo importante es no olvidar, que toda teoría de la imagen presupone una teoría del significado y que debe estudiar los sistemas culturales y sus formas de representación. La imagen se manifiesta como un discurso textual en el contexto de la comunicación. La lengua es un sistema de signos, el valor del signo está en su significado en un texto. El texto constituye un discurso coherente a través del cual se lleva a cabo la comunicación por medio de reglas de producción y de interpretación. Entonces, las novelas, las informaciones periodísticas, las pinturas y las fotografías, claro, pueden ser consideradas como textos. El texto puede ser estudiado como un conjunto de procedimientos que determinan un continuo discursivo. Una fotografía puede ser estudiada como un texto visual.

El discurso de la imagen se produce en la relación que establecen emisor y destinatario, entre ambos interacciona una negociación pragmática, porque el lector es guiado para leer el texto con coherencia. Autor y espectador establecen un pacto en el que ambos son activos al mismo tiempo que cada uno conserva su rol, y donde el terreno de encuentro pasa a ser la comunicación establecida.

Frente al texto visual, el espectador cuenta con su percepción, pero también con su comprensión porque en todo acto de ver, queremos saber (entender) lo que estamos viendo, no hay lecturas infinitas, en la comunicación establecida están las reglas que guían la lectura del texto visual. Las categorías: autor – espectador – lenguaje, se vuelven inseparables en la creación fotográfica.

El arte de la inmortalidad desde lo visual

La fotografía en nuestro país se considera una parte imprescindible para el desarrollo de las artes visuales y con ello la cultura nacional. Numerosos son los ejemplos en los que se destaca el trabajo incansable de directores de fotografía: en el trabajo televisivo, la prensa escrita con la fotorreportería, la labor de los fotógrafos en el cine, la publicidad y otros ámbitos sociales y culturales.

¿Quién no ha visto cuando se habla del ataque mercenario por Playa Girón, las imágenes de Fidel, caminando y hablando agitadamente por teléfono, en el Estado Mayor General establecido cuando se efectuó el ataque, en el central azucarero Australia?. Esas imágenes, excepcionales, históricas, únicas, fueron filmadas por el fallecido director de fotografía cubano Pablo Martínez.

Para los estudiosos del cine cubano es bien conocida la obra del desaparecido director de fotografía Jorge Herrera (1930-1982) en cintas como "Lucía" (1968), "La primera carga al machete" (1969) y "Los días del agua" (1973), entre otras; pero muy pocos advierten, excepto los que trabajaron con él, la notable labor de su operador de cámara habitual, Pablo Martínez, cuya mesura permitió traducir en imágenes el espíritu alucinante e inquieto de Herrera.

Asimismo, destaca el papel de la fotografía en el medio teatral, cuidando siempre la expresión actoral y el sentido de cada obra que se presenta.

Es válido destacar entonces, la importancia de realizar una fotografía con calidad, sentido de pertenencia hacia la obra u objetivo a detallar, un arte comprometido con su tiempo, con la realidad circundante y sobre todo siguiendo los patrones culturales de la nación.

Referencias bibliográficas

  • Aumont, Jacques. La imagen. ED. Paidos, España, 1992.

  • Berger, John. Modos de Ver. ED. Gustavo Gili, Barcelona, 1973.

  • Freund, Giselle. La fotografía como documento social. ED. Gustavo

Gili, Barcelona, 1993.

As., 1969.

  • Soulages, Francois. Estética de la Fotografía. ED. La marca, Bs. As.,

2005.

  • Sitio digital Fototeca de Cuba.

  • Versión ampliada del trabajo "Pablo Martínez, la suerte del equilibrio", publicado en Revista de Cine Cubano sup. No. 1 de 2002.

 

 

Autor:

Eylén Cutiño Labrada.

Licenciada en Comunicación Social.

Centro de trabajo: Adiestrada Oficina Provincial Dione Artesanía- Industria Granma.