Introducción
Sir Thomás Alexander Browne, el genial narrador australiano, nacido en Londres (1826-1915), autor de unas dieciséis novelas y dos tomos de cuentos, registró en una de sus obras, una frase, que al ser usada como epígrafe por por Edgar Allan Poe en su relato Los Crímenes de la Rue Morgue, ha llamado la atención de millones de personas. He aquí la frase: "Qué canción cantaban las sirenas, o qué nombre adoptó Aquiles cuando se ocultó entre las mujeres, aunque son preguntas desconcertantes, no se hallan más allá de toda conjetura". Y es cierto, todo lo que se diga, piense o escriba, no es más que pura especulación, conjetura, esto es, que no tenemos indicios para opinar, para lo cual vamos más allá de cualquier testimonio escrito.
De Apeles, el pintor griego que vivió en la corte de Alejandro el grande, y que por medio de un edicto real fue nombrado el único pintor que haría el retrato del monarca, es considerado como el mejor pintor de Grecia, y hasta del mundo. El naturalista Plinio, habla de muchas de sus obras, y llega a decir que era tal su naturalidad, que sus representaciones parecían salirse del lienzo; pero se debe confesar, que tanta belleza se ha perdido, y los modernos no tenemos un solo ejemplar de sus obras, para así compararlo con los artistas posteriores. Esa es la razón, en lo concerniente a Apeles, que debemos conformarnos con lo que los antiguos dijeron de él.
Los estudiosos de la Biblia saben, que el capitulo diez del Apocalipsis, es un paréntesis que se abre entre la sexta y la séptima trompeta. Entre ambas trompetas, el Vidente de Patmos, ve descender a un ángel poderoso, envuelto en una nube, teniendo el arco iris sobre su cabeza, con el rostro resplandeciente como el sol, y sus piernas como columnas de fuego. Este ángel que es el portador de un pequeño libro, se posiciona de tal forma, que su pie derecho se coloca en el mar y el izquierdo en la tierra, y con una voz, semejante al rugido de un león, dio un mensaje, al final del cual, siete truenos emitieron sus voces. Al oír esas voces, Juan, el vidente se apresura a escribir lo que escuchó, pero una voz venida del cielo le dijo: "Sella lo que dijeron los siete truenos, y no lo escriba".
Aunque los teólogos y eruditos bíblicos se devanen los sesos, lo expresado por los siete truenos nunca será conocido, como no será posible conocer el arte pictórico de Apeles por ningún critico de arte. Y es más, ningún exegeta de Homero nos dirá cual fue la melodía o las letras que esas sirenas, nuestros manatíes cantaron, y solo le fue dable escuchar al intrépido Ulises, amigo del indisciplinado Aquiles, que convivió entre mujeres, como una más, pero que su nombre que su nombre se ha perdido para la posteridad en su versión de travesti. Debemos recordar, que el nombre secreto de Roma, también es otro misterio, ya que se ha perdido para la posteridad.
Todo lo ante dicho, es para afirmar, para decirlo con las palabras de Browne: "…no se hallan más allá de toda conjetura", a nosotros nos parecido bien el unirnos a los dos discípulos, uno de los cuales respondía al nombre de Cleofás, camino a Emmaús, y a los cuales se les unió el Maestro resucitado, para como testigos silentes, escuchemos lo que Jesús dijo: "…empezando desde Moisés, y todos los profetas, les declaró lo que toda la Escritura decía de Él."
UNO
La plática en el camino
El Evangelio de San Lucas, el médico amado, quien: "…después de haber entendido todas las cosas desde el principio con diligencia…"cosas que entre nosotros son ciertísimas. Al final de sus buenas noticias, nos narra que en la tarde, ya al caer la noche, con la noche incluida, de ese primer día de la semana, que fue el su resurrección, dos de los discípulos iban caminando con destino a la aldea llamada Emmaús, distante a unos sesenta estadios, al noroeste de Jerusalem. Debemos aclarar que el estadio griego y romano, era la medida de longitud de unas 201 yardas, por lo cual, esos sesenta estadios sumaran unas doce mil sesenta yardas, lo cual es un equivalente a siete millas y media, en otras palabras, unos once kilómetros. Esta aldea de Emmaús, nombre que significa, manantiales calientes, que es un igual que el nombre griego de Termópilas, el historiador cristiano Eusebio la identifica como Nicópolis, pero esta Nicópolis dista a una veinte millas al noroeste de Jerusalem, donde hoy se encuentra la ciudad de Ammas.
Los dos discípulos de los cuales nos habla Lucas, son sin lugar a dudas, los mismos dos que registra Marcos en el versículo 16 del capitulo 12 de su Evangelio. Estos dos viandantes iban derrotados, agotados, enervados, deprimidos. Sus espíritus abatidos no les permitían comprender como sus esperanzas y anhelos de redención se habían venido al suelo, al mismo tiempo que su moral le traía con los ojos obnubilados. Es en medio de la recapitulación de los sucesos de los últimos días, que el Redentor resucitado les hace esta pregunta:
– ¿Qué pláticas son estas que tratáis entre vosotros andando y estáis tristes?
Al escuchar estas palabras, un o de ellos, el que se llamaba Cleofas, posiblemente el esposo de aquella María, que junto a María, la madre de Jesús, una hermana de ella, y de María la de Magdala, por lo que se lee en Juan 19:25; pero lo que sí sabemos es que Cleofás le dice al Maestro:
– ¿Tú sólo peregrino eres en Jerusalem, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido estos días?
Ante esa interrogante, Jesús le pregunta:
– ¿Qué cosa?-
Y es entonces cuando en el alma del discípulo nace el predicador apologista y comprometido con su causa, y como si fuera nacido de un exabrupto responde:
– De Jesús Nazareno, el cual fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; cómo le entregaron los príncipes de los sacerdotes y nuestros príncipes a condenación de muerte, y le crucificaron. Más nosotros esperábamos que Él era el que había de redimir a Israel: y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer día que esto ha acontecido. Aunque también unas mujeres de las nuestras, dos de las cuales se llaman María, otra Juana y Susana, nos han espantado, las cuales fueron al sepulcro, antes de que saliera el sol: y no hallaron su cuerpo, y vinieron diciendo que habían visto visión de ángeles. Ellas estaban espantadas, pues vieron la piedra del sepulcro rodada y no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Fue entonces cuando dos varones con vestiduras resplandecientes, les dijeron: – ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, más ha resucitado: acordaos de lo que os habló, cuando aun estaba en Galilea, diciendo: es menester que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. Y María Magdalena entonces corrió, y vino a Simón Pedro Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó. 10 Y volvieron los discípulos a los suyos. Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.
Es después de que el Maestro resucitado escucha estas cosas, que reprende a sus dos discípulos con estas palabras:
– ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? No recordáis lo que está escrito en los libros de Moisés, cuando el Eterno maldice a la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, con estas palabras: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar."[1] Él era esa simiente, de la iba a venir la bendición al género humano, tal como le fue dicho a Abram: "…y serán benditas en ti todas las familias de la tierra."[2] Igualmente, cuando se le hace la promesa, y se le dice que iba a tener un hijo, el cual se iba a llamar Isaac, el Eterno le dice: "Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él".[3] Y por tercera vez, el Eterno jura por el mismo, y le dice a Abraham, cuando éste no rehusó sacrificarle a su hijo Isaac: "En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz."[4]
Cuando hubo hambre en la tierra en los días de Isaac, con la advertencia de que no descienda a Egipto, el Eterno le recuerda al hijo de la promesa que le había hecho al padre, de esta manera:
"Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente." [5]Recuerden que la misma promesa se le hizo a vuestro padre Jacob, cuando huía de su hermano Esaú, con dirección a la tierra de Padán Aram, la noche que tuvo el sueño de la escalera, cuando Dios le recuerda lo prometido a Abraham: "…y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente." [6]
Por esa razón, antes de morir, el anciano Jacob profetiza cuando bendice a su hijo Judá diciendo: "No será quitado el cetro de Judá,
Ni el legislador de entre sus pies,
Hasta que venga Siloh." [7]
Él fue la serpiente de bronce que se construyó en el desierto, cuando los hijos de Israel partieron del monte de Hor, camino del mar Bermejo; serpiente que fue levantada entre el cielo y la tierra, y que daba la sanidad a los que eran mordidos por los reptiles. [8]
Él también era la Estrella que profetizó Balaam cuando dijo:
"Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.[9]
Recuerden que ese profeta poderoso en palabras y obras, fue anunciado por Moisés en su ultimo libro cuando dijo: "Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;" para luego ratificar, "Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. "[10]
¿Acaso no comprendéis que Él era el Redentor al que se refería Job, cuando respondiendo a Bildad suhita se expresó de esta manera:
"Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.[11]
Cuando el profeta Natán recibió el mensaje de Dios, para advertirle a David, de que él no le iba a edificar una casa al hombre que era conforme a su corazón, le envió a decir estas palabras al gran rey: "Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. 7:13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino." Por lo cual le dice: "Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente."[12] Porque era mediante el Mesías, el Ungido del Eterno, que el trono de David se iba a establecer por toda la eternidad, como le dice Salomón a Simei: "Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová."[13] Y ese mismo rey sabio se interroga por medio de la boca de Agur en sus Proverbios: "
¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?[14]
O es que no recordáis, lo que sobre Él escribió Isaías, cuando dijo: "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel." [15]Y es que Emmanuel, es Dios con nosotros, prueba de lo cual dio con palabras y hechos. Tambíen profetizó el mismo Isaías cuando habló del advenimiento del Ungido: "Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos… Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto."[16]
Porque cuando el profeta miró al futuro, dijo tocante al advenimiento del Mesías: "Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura…Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa."[17] También escribió el profeta: "Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá."[18] O es que olvidar lo dicho por Isaías, y que vuestro Maestro dijo que se cumplía sobre sí: "He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure."[19]
Porque piedra esa Piedra iba a traer el reinado de justicia mesiánica, tal como escribió el profeta: "He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio. Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa. No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente."[20] Porque el establecimiento de ese reino, el cual sería gobernado por el Salvador fue predicho de esta manera: "Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad."[21] Porque antes de la venida del Salvador, un heraldo fue enviado, para preparar el camino por donde Él había de transitar, como anunció el profeta: "Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados. Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado…He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas."[22]
Porque muchas y claras fueron las promesas que anuncio el propio Isaías en torno al Mesías de Dios, como cuando dijo: "He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley. Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan: Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas. Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias."[23] Y es cuando el pueblo se entregó a la idolatría, el oráculo de Dios anunció: "Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia: Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel."[24] Porque era firme, de parte de Dios restaurar a su pueblo por medio de su Ungido, por eso dijo: "Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra. Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos."[25] Aunque para eso fuera necesario que se cumpliera lo que dijo el profeta: "Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos."[26] Porque era a través del siervo sufriente, que las naciones de la tierra iban a encontrar salvación, por lo cual está escrito: "Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro… He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto. Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído. ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores."[27]
Porque ese que crucificaron y que ha de redimir a los que creen en su nombre, es de quien dijo el profeta: "Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia.Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto, como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa. Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él. Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová."[28]
Por lo cual se ordena: "Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento…Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová. Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria."[29]
Porque estas son las buenas noticias: "El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya…He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra."[30]
Porque a todo el que crea en el enviado de Dios se le ha de aplicar lo que dice el profeta: "Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí…Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí."[31] Estas fueron las cosas que escribió Isaías cuando se refería al Mesías.
Jeremías, cuando anunció el Renuevo de justicia dijo: "He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra."[32] Y es que era tanto se amor y celo por la justicia, que cuando purificó la Casa del Eterno dijo las mismas palabras de éste profeta: "¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová."[33] Habló también el profeta un nuevo pacto, pacto por medio del cual, su Ley iba a estar escrita en el corazón de su pueblo, y lo dice de esta manera: "He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado."[34] Todo para que se cumpla la promesa hecha a David, de que: "En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra."[35]
No olviden, que el Mesías fue ungido con sangre desde el día de su nacimiento, ya que la crueldad de un rey, extermino a los infantes de la aldea de David. Eso también fue anunciado por Jeremías cuando escribió: "Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron."[36]
Vuestro Maestro es el Buen Pastor, del cual habló Ezequiel cuando dijo: "Y haréis de la manera que yo hice; no os cubriréis con rebozo, ni comeréis pan de hombres en luto. Vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros."[37] Y como una confirmación mas a lo que dicen las Escrituras, fue el cuarto varón que vio el rey Nabucodonosor en el horno de fuego, según lo registro Daniel: "He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses."[38] Ya el profeta había hablado del reino que el Eterno iba a establecer, cuando interpretando el sueño del gran rey de Babilonia, así se expresó delante del monarca: "44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación."[39] El mismo profeta que dio la fecha exacta de su nacimiento, también vio sus padecimientos, gloria y la eternidad de su reinado al decir: "Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador…Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido." [40]
O es que ignoráis que el profeta Oseas hablo habló del exilio en su infancia, así como de su resurrección al tercer día, al decir: "Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo." Y "Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él."[41] Tres días que son iguales a los que Jonás pasó en el vientre del cetáceo.
Sobre el lugar del nacimiento del Mesías habló Miqueas al decir: "Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad."[42] Porque el hijo de David debía de nacer en el mismo lugar que su padre.
Para Hageo, el Ungido de Dios: "…el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos".[43] Porque el mismo Zacarías, que vio su entrada triunfal en Jerusalem también vio su traición y su misericordia y amor, a reedificar el templo destruido decir: "Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna…Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. Y me dijo Jehová: Echalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro…Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos." [44]Todo esto porque debía cumplirse la dicho por el mismo profeta: "En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia…Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito."[45]
Fue Malaquías quien anuncio la venida del ángel del Eterno, el mensajero que allanaría su camino, al Elías de verbo ardiente y palabra de fuego, a Juan el bautista, cuando dijo: "He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia."[46]
No olviden que ese Jesús Nazareno es la roca que fue herida por Moisés en el desierto, la nube y la columna de fuego que guió al pueblo, el Príncipe de los Ejércitos que alentó a Josué en la conquista de la tierra prometida, el Ángel que habló con Manoa; Él es la Sabiduría en el libro de los Proverbios, y la "rosa de los valles y el lirio de Sarón", en el Mejor Cantar.
-¿Es que soy tan insensatos para no creer a Moisés y a los profetas? ¿Cómo es que tenéis los ojos tan oscurecidos, y duro el corazón para no entendéis las Escrituras?
Es entonces cuando los tres viajeros llegan a la aldea de Emmaús, y el otro discípulo dice al extraño acompañante:
– Hermano, ya hemos llegado a nuestro destino, pasa la noche con nosotros.
-No- responde el Maestro- debo continuar mi viaje.
-No es bueno que viaje solo y de noche- responde Cleofas, recuerdas que dos es mejor que uno, como dijo el sabio.
-Quédate con nosotros, comeremos algo, así podrás descansar, y temprano en la mañana continua la marcha.
El Maestro entró en el hogar donde se iban a quedar los viajeros, y cuando fue puesta la mesa, Jesús tomó el pan, la bendijo, y al momento de partirlo, los ojos de ellos se abrieron, y uno dijo al otro: "¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?" Ya Jesús no estaba con ellos. Y levantándose a esa misma hora, tornaron se para Jerusalem, a la que penetraron posiblemente por la Puerta de Genna, junto a la Torre Hipicus, después de pasar por el palacio de Herodes.
Después de llegar a la ciudad alta, donde suponemos que estaba ubicado el cenáculo, lugar donde se encontrarían los once discípulos, y los demás que le acompañaban. Es entonces cuando Lucas nos dice que: "Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan." Marcos agrega un detalle que escucharía de Pedro: "Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron."
DOS
Conversación de sobre mesa
Antes de iniciar la conversación de sobremesa que tiene Jesús resucitado con sus discípulos, creemos oportuno hacer una aclaración. Por la lectura se hace del Evangelio de Lucas, en el capitulo 24, cuando llegan los dos discípulos que habían conversad con Jesús en el camino de Emmaús, los once están en Jerusalem, tal como los dejamos en el párrafo anterior, pero cuando pasamos del versículo 35 al 36 de este capitulo, nos quedamos con esta idea de que el Maestro conversó con ellos esa misma noche. Veamos el párrafo completo, que comprende del versículo 33 hasta el 37: "33 Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, 34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. : 35 Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan:36 Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. : 37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu."
Creemos que casi todos los comentarista cuenta este episodio como ocurriendo en el aposento alto, donde tuvo lugar la ultima cena, pero nosotros suponemos que ocurrió en Galilea, mas específicamente en Capernaum, donde Jesús se había radicado. Esto lo decimos por las siguientes razones:
Primero, en Mateo 26: 32, durante la cena, Jesús les dice: "Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea." Estas mismas palabras se encuentran en Marcos 14: 28, ya que son pasajes paralelos. Pero debemos enfatizar que el Maestro dice, que después de resucitar, se iba a encontrar con ellos en Galilea.
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