Al pueblo judío, a quien admiro y respeto.
Y a mi amigo Rubén Rosenberg, que nos dejó
demasiado pronto……
y a Juan e Ingelor Sanmartín, amigos de
juventud…..
Prólogo
Durante mi estancia en el Norte de África allá por la década de los 60, tuve la oportunidad de conocer y frecuentar una familia polaca de confesión judía, que vino a establecerse allí huyendo de las cruentas persecuciones que se venían practicando en la Rusia estaliniana de la post guerra mundial.
Procedían de Polonia y se asentaron en la ciudad de Ceuta por varias razones, la primera y principal se fundamentaba en que serían respetados por la sociedad del lugar, en la que convivían en buena armonía otras etnias y nativos de distintas confesiones religiosas que en la ciudad convergían, además de una reducida colonia judía muy bien asentada desde siglos.
La segunda, era por que la ciudad gozaba de los beneficios de Puerto Franco, lo que permitía la entrada y salida de mercancías libres de impuestos, facilitándoles el comercio y el envío de sus transacciones mercantiles con el joven estado de Israel y otros destinos con la exención de aranceles aduaneros.
Mi relación con esta familia se inició casualmente, no recuerdo ya con exactitud como fue, pero creo que se produjo a través de uno de los hijos varones, Jacob, un joven de mi misma edad, culto y algo extrovertido, característica esta última, que no suele ser frecuente en los judíos. Su padre era el Rabino de la ciudad, un santo varón también culto y respetable con el que tuve ocasión de intercambiar algunos conocimientos a pesar de su dificultad idiomática, y así conocer de un modo algo somero a éste pueblo perseguido por el resto de congéneres desde hace más de cuatro mil años. Siempre me he preguntado por qué.
En una de mis charlas con Jacob, mientras degustábamos un delicioso té moruno con menta en la terraza del Club África Ceutí, la conversación derivó sobre algunos sucesos ocurridos durante la última guerra mundial, en especial sobre las persecuciones y asesinatos soportados por su pueblo en manos de una sector del ejército alemán. En aquella época, todavía en España no se aplicaba la palabra Holocausto a estos crímenes, estaba casi prohibido por las connotaciones de la corriente de simpatía que el régimen de Franco tenía o tuvo con el Fhürer.
A medida que nuestra conversación avanzaba, Jacob se abrió hasta el punto de confesarme una especie de historia-leyenda que circulaba entre algunos sectores del pueblo judío.
Sin entrar ahora en excesivos detalles vino a decirme que se tenía la impresión entre algún sector de judíos que por allá los años 1934 o 1935, algunas acaudaladas familias alemanas y centroeuropeas de origen semita, viendo el desarrollo de los acontecimientos provocados por los exaltados seguidores de Hitler, reunieron una buena parte de sus caudales y, con absoluta discreción los sacaron del país en previsión a lo que pudiera ocurrirles a sus familias, temores que por desgracia vinieron a producirse ciertos. El resto de los acontecimientos soportados por este heroico pueblo, es de todo el mundo hartamente conocido, muy a pesar de que todavía hoy algunos niegan la existencia del Holocausto.
Casi cincuenta años después, otro judío con pasaporte argentino y residente en Barcelona, R.Rosenberg, vino también a contarme un relato que casualmente guardaba un gran paralelismo al que antaño Jacob me había confesado, coincidencia que prendió una llamita de interés en mi imaginación.
Basándome en esta "teórica historia", desarrollé la trama de la novela sobre la búsqueda del llamado tesoro del Rey David que he titulado : "LA MALDICIÓN DE YAVÉ", y que ahora lector podrás conocer.
El autor.
M. Batista i Farrés.
CAPÍTULO Iº
Granada 1999
Felipe Frutos Villar, historiador de prestigio y Catedrático de la universidad de Granada, se trasladaba a la Provenza francesa para mantener una entrevista con su colega francés, Georges Pradel, con el que había cultivado una excelente relación de amistad académica durante sus dos años de estancia en la Sorbona parisina, allá por la década de los sesenta.
Ambos, junto a dos compañeros más, habían desarrollado un importante y minucioso trabajo de investigación sobre los oscuros e inciertos orígenes del pueblo judío, trabajo que mereció el interés de ser publicado por la revista de ámbito mundial de la talla y prestigio del National Geografic.
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