Cambios físicos, químicos, biológicos del suelo y nutricionales en las plantas (página 2)
Enviado por Jose Luis Enriquez Leon
The organics fertilizers improve the characteristics biologicals of the soil, increase the activity of the microorganism, favor the assimilation of the elements for his slow liberation. The Biol for be natural fountain of elements to the have contact with the soil create a place favorable for the development of the microorganism. News by-products stay free in the soil and be able be assimilating for the roots.
The liquids organics fertilizers apply the soil have an effect physiology direct in the growth of the plants. The Biol apply the foliage of the crop, permit increase the quantity of roots increase la capacity of photosynthesis of the plants, improve substantially the production and quality of the harvests.
Introducción
Actualmente en el Ecuador, la agricultura convencional es el sistema más común para la producción agrícola, un sistema donde la base es la utilización de productos de origen sintético que causan efectos secundarios al Medio Ambiente ocasionados ya sea por la mala aplicación o por dosis exageradas de los mismos, no obstante, paralelo a esta corriente tradicional de cultivar, ha surgido desde hace algunos años una fuerte tendencia hacia una agricultura alternativa u orgánica.
La necesidad de disminuir la dependencia de productos químicos artificiales en los distintos cultivos, está obligando a la búsqueda de alternativas fiables y sostenibles. La Agricultura alternativa promueve la biodiversidad del suelo a través de la incorporación de Abonos Orgánicos y aplicación de bioles, que nutran a los microorganismos del suelo, pues ellos son los responsables de que los nutrientes queden disponibles para las plantas, sin contar que también mejoran las condiciones del suelo.
En estos momentos la población mundial ronda los 6.000 millones de personas. Si el crecimiento continúa al ritmo actual del 2%, la población se duplicará de aquí a 30 o 40 años incrementando también el número de áreas destinadas para cultivo. Al mismo tiempo, como resultado del incremento de la actividad industrial y humana, la proporción de suelos arables va disminuyendo en un 0,1% anual.
Los abonos orgánicos son todos aquellos residuos de origen animal o vegetal de los que las plantas pueden obtener importantes cantidades de nutrimentos; el suelo con una completa descomposición de estos abonos, se ve enriquecido con carbono orgánico y mejora sus características físicas, químicas y biológicas.
Por los efectos favorables que los abonos proporcionan al suelo se podría decir que estos son imprescindibles en el uso y manejo de este recurso para mejorar y mantener su componente orgánico, sus características de una entidad viviente, su fertilidad física, química y biológica y finalmente su productividad.
El éxito de las explotaciones agrícolas en general, que se emprendan en el País, dependerán en buena parte del manejo de tecnologías limpias, como el uso de Abonos Orgánicos y Bioles para enriquecer la biodiversidad de los suelos, que además, ayudan a conservar el medio ambiente protegiendo los suelos, las fuentes de agua y la atmósfera.
Con los antecedentes expuestos, se consideraron los siguientes objetivos:
1. Describir los cambios en las características físicas, químicas y biológicas del suelo por la incorporación de abonos orgánicos y aplicación de bioles.
2. Conocer la importancia del uso de Abonos Orgánicos y Bioles, en la nutrición de las plantas.
Resultados y discusión
3.1. Concepto de suelo agrícola.
Rico A. (2009), comenta que un suelo agrícola con buenas propiedades se caracteriza por tener una buena aireación, un buen drenaje, una buena textura, buena consistencia y un color oscuro.
Benítes J. y Friedrich T. (2009), señalan que un suelo agrícola es aquel que tiene condiciones edafológicas favorables para el buen crecimiento de los cultivos, la germinación de las semillas, la emergencia de las plantas jóvenes, el crecimiento de las raíces, el desarrollo de las plantas, la formación del grano y la cosecha. Las condiciones edafológicas deseables son: tamaño de agregados, humedad y temperatura que favorezcan la germinación de las semillas. El tamaño óptimo de los agregados varía con el tamaño de las semillas y debería ser de tal tamaño que haya un contacto máximo entre el suelo y la semilla para facilitar el movimiento de humedad del suelo a la misma sin sufrir falta de oxígeno; un exceso o falta de humedad y temperaturas extremas limitan seriamente la germinación.
Según Encarta. (2007), los suelos vírgenes suelen contener cantidades adecuadas de todos los elementos necesarios para la correcta nutrición de las plantas. Pero cuando una especie determinada se cultiva año tras año en un mismo lugar, el suelo puede agotarse y ser deficitario en uno o varios nutrientes.
Infoagro. (2009), expone que un suelo fértil es aquel que contiene una reserva adecuada de elementos nutritivos disponibles para la planta, o una población microbiana que libere nutrientes que permitan un buen desarrollo vegetal.
Ibáñez J. (2009), comenta que si los nutrientes extraídos con la biomasa no son restaurados, el suelo se empobrece y pierde gran parte de su fertilidad, por lo que la producción agrícola y pastoral se ven seriamente amenazadas.
3.2. Características físicas del suelo.
3.2.1. Textura.
Encarta. (2007), sostiene que la textura de un suelo se refiere al tamaño de las partículas que lo conforman. Un suelo depende de las proporciones de partículas de distintos tamaños que lo constituyen. Las partículas del suelo se clasifican como arena, limo y arcilla. Las partículas de arena tienen diámetros entre 2 y 0,05 mm, las de limo entre 0,05 y 0,002 mm, y las de arcilla son menores de 0,002 mm. La textura de un suelo afecta en gran medida a su productividad. Los suelos con un porcentaje elevado de arena suelen ser incapaces de almacenar agua suficiente como para permitir el buen crecimiento de las plantas y pierden grandes cantidades de minerales nutrientes por lixiviación hacia el subsuelo. Los suelos que contienen una proporción mayor de partículas pequeñas, por ejemplo las arcillas y los limos, son depósitos excelentes de agua y encierran minerales que pueden ser utilizados con facilidad.
Brack A. (2009), señala que la textura depende de la proporción de partículas minerales de diverso tamaño presentes en el suelo. Las partículas minerales se clasifican por tamaño en tres grupos:Arena: diámetro entre 0,05 a 2 mm. Puede ser gruesa, fina y muy fina. Los granos de arena son ásperos al tacto y no forman agregados estables, porque conservan su individualidad. Limo: diámetro entre 0,002 y 0,5 mm. Al tacto es como la harina o el talco, y tiene alta capacidad de retención de agua. Arcilla: diámetro inferior a 0,002 mm. Al ser humedecida es plástica y pegajosa; cuando seca forma terrones duros.
3.2.2. Estructura
Brack A. (2009), sostiene que la estructura es la forma en que las partículas del suelo se reúnen para formar agregados. De acuerdo a esta característica se distinguen suelos de estructura esferoidal (agregados redondeados), laminar (agregados en láminas), prismática (en forma de prisma), blocosa (en bloques), y granular (en granos).
Benítes J. y Friedrich T. (2009), añaden que la estructura del suelo está dada por la ordenación de las partículas primarias (arena, limo y arcilla) en la forma de agregados en ciertos modelos estructurales, que incluyen necesariamente el espacio poroso. Aunque no sea considerada un factor de crecimiento para las plantas, la estructura del suelo ejerce influencia en el aporte de agua y de aire a las raíces, en la disponibilidad de nutrimentos, en la penetración y desarrollo de las raíces y en el desarrollo de la macrofauna del suelo. Desde el punto de vista del manejo del suelo, una buena calidad de la estructura significa una buena calidad del espacio poroso, o sea, buena porosidad y buena distribución del tamaño de poros. Así, la infiltración del agua, juntamente con la distribución de raíces en el perfil son los mejores indicadores de la calidad estructural de un suelo.
3.2.3. Color de los suelos.
Rucks L. (2009), manifiesta que el color es un carácter del suelo, fácil de observar y de uso cómodo para identificar un tipo de suelo dentro del cuadro regional o local. Las principales sustancias que confieren al suelo su color son el humus, compuestos minerales como los óxidos, sulfuros, sulfatos, carbonatos. Los colores claros, es decir, el blanco o el blancuzco, son debidos a la abundancia de minerales blancos o incoloros. La cantidad de calor absorbido o reflejado por el suelo depende, en gran parte, de su color, ya que juega el mismo papel cualesquiera que sean los cuerpos considerados. Se sabe que los cuerpos blancos son los que reflejan más las radiaciones caloríficas que reciben, mientras que al contrario, los cuerpos negros las absorben al máximo. Lo mismo pasa con los suelos. Se admite
que los suelos oscuros pueden absorber hasta el 80% de la radiación solar, mientras que esta absorción desciende hasta 30% en los suelos claros.
3.2.4. Porosidad del suelo
Rucks L. (2009), indica que dentro del espacio poroso se pueden distinguir macroporos y microporos. Los primeros no retienen el agua contra la fuerza de la gravedad, y por lo tanto son los responsables del drenaje y la aireación del suelo, constituyendo además, el principal espacio en el que se desarrollan las raíces. Los segundos son los que retienen agua, parte de la cual es disponible para las plantas. La porosidad total o espacio poroso del suelo, es la suma de macroporos y microporos. Las características del espacio poroso, dependen de la textura y la estructura del suelo.
3.2.5. Densidad aparente
Rucks L. (2009), mantiene que la densidad aparente es la relación que existe entre el peso seco (105º C) de una muestra de suelo, y el volumen que esa muestra ocupaba en el suelo:
3.2.6. Densidad real
Rucks L. (2009), señala que la densidad real es el promedio ponderado de las densidades de las partículas sólidas del suelo. En la muestra a la que se hizo referencia para definir la D.a., la densidad real sería:
D.r. = peso seco de la muestra
Volumen de los sólidos de la muestra
Si se divide la D.a. por la D.r. se tiene:
Por lo tanto, (D.a. /D.r.).100 = Volumen de sólidos por ciento; entonces, 100 – (D.a. /D.r.).100 = Volumen poroso por ciento, es decir, que el porcentaje del volumen de la muestra ocupado por poros = 100 [1 – (D.a. /D.r.)]
3.2.7. Capacidad de infiltración
Wikipedia. (2009), reporta que se denomina capacidad de infiltración a la velocidad máxima con que el agua penetra en el suelo. La capacidad de infiltración depende de muchos factores; un suelo desagregado y permeable tendrá una capacidad de infiltración mayor que un suelo arcilloso y compacto. Si una gran parte de los poros del suelo ya se encuentran saturados, la capacidad de infiltración será menor que si la humedad del suelo es relativamente baja.
3.3. Problemas en las características físicas de los suelos.
Miranda E. (2009) indica que la demanda, cada vez mayor, de alimentos para la población ha conducido a la explotación intensiva de las tierras agrícolas; generalmente basada en la mecanización con tractores y arados inadecuados para una u otra condición de suelo. Una de las causas principales de la degradación de los suelos en América Latina es, sin dudas, la aplicación de técnicas de labranzas inadecuadas, con el consiguiente deterioro de las propiedades físicas de los suelos, la disminución de los rendimientos agrícolas y más importante aún, el deterioro del medio ambiente.
Agromat. (2006), reporta, que dadas las características naturales del país, los suelos presentan una elevada susceptibilidad a la erosión. El mal manejo de la fertilidad natural y las pocas acciones que se realizan para su mantenimiento y recuperación están ocasionando una reducción progresiva de la capacidad de producción de los suelos que, unida a la erosión, inciden de manera importante en los rendimientos agropecuarios en el país.
Benítes J. y Friedrich T. (2009), mencionan que la degradación física del suelo puede ser definida como la pérdida de la calidad de la estructura del suelo. Esa degradación estructural puede ser observada tanto en la superficie, con el surgimiento de finas costras, como bajo la capa arada, donde surgen capas compactadas. El manejo inadecuado del suelo lleva a una reducción del contenido de materia orgánica del suelo, teniendo como consecuencia alteraciones en su densidad, en la capacidad de retención de agua y en la estabilidad de los agregados, que contribuyen a la pérdida de su calidad y de la estabilidad de su estructura.
Los mismos autores (2009), indican que las etapas de degradación física del suelo son:
Etapa 1: Las características originales del suelo son destruidas gradualmente; la degradación es poco perceptible debido a la poca intensidad de los procesos y al mantenimiento de la productividad por el uso de correctivos y fertilizantes.
Etapa 2: Ocurren pérdidas acentuadas de la materia orgánica del suelo, con fuerte daño de la estructura. Hay compactación, que impide la infiltración del agua y la penetración de raíces. De esta forma, la erosión se acentúa y los cultivos responden menos eficientemente a la aplicación de correctivos y fertilizantes.
Etapa 3: El suelo está intensamente dañado, con gran colapso del espacio poroso. La erosión es acelerada y hay dificultad de operación de la maquinaria agrícola. La productividad cae a niveles mínimos.
Encarta. (2007), manifiesta que la pérdida de materia orgánica debida a la erosión y a la oxidación degrada el suelo y, en especial, su valor como soporte para el cultivo. La pérdida de materia orgánica reduce también la estabilidad de los agregados del suelo que, bajo el impacto de las precipitaciones, pueden dispersarse.
Este proceso puede llevar a la formación de una corteza sobre el suelo que reduce la infiltración del agua e inhibe la germinación de las semillas. La perdida de estructura por parte del suelo puede deberse a la pérdida de materia orgánica, a la compactación producida por la maquinaria agrícola y el cultivo en estaciones húmedas, o a la dispersión de los materiales en el subsuelo.
3.4. Cambios en las características físicas del suelo por la aplicación de abonos orgánicos.
Benítes J. y Friedrich T. (2009), comentan que los abonos orgánicos favorecen la formación de una estructura estable de agregados en el suelo por medio de la estrecha asociación de las arcillas con la materia orgánica. Esta asociación incrementa la capacidad de retención de agua ya que puede absorber de tres a cinco veces más de su propio peso, lo cual es especialmente importante en el caso de los suelos arenosos.
Nigoul M. (2009), indica que el humus tiene un profundo efecto en la estructura de muchos suelos. El deterioro de la estructura que acompaña la labranza intensiva es, usualmente, menos severa en suelos adecuadamente provistos de humus. La adición frecuente de residuos orgánicos de fácil descomposición lleva a la síntesis de compuestos orgánicos complejos que ligan partículas de suelo en unidades estructurales llamadas agregados. Estos agregados ayudan a mantener una condición suelta, abierta y granular. El agua puede penetrar y filtrar hacia abajo a través del suelo. Poros grandes permiten un mejor intercambio de gases entre el suelo y la atmosfera. El humus usualmente incrementa la habilidad del suelo a resistir la erosión. Primero, permite al suelo retener más agua, aún mas importante es el efecto de promover la granulación y por lo tanto mantener grandes poros a través de los cuales el agua penetra y filtra hacia abajo.
Según Muzilli et al. (1980), citados por Benítes J. y Friedrich T. (2009), las propiedades físicas afectadas por la incorporación de abonos orgánicos son la estructura, la capacidad de retención de agua y la densidad; otras propiedades como la porosidad, la aireación, la hidráulica y la infiltración están ligadas a las modificaciones de la estructura. Sin embargo, este efecto depende circunstancialmente de la calidad y cantidad incorporada, de los factores climáticos y de las características del suelo.
Ibáñez J. (2009), mantiene que a los fertilizantes orgánicos solemos denominarlos abonos, siendo frecuente las enmiendas en base a estiércol de diferentes especies de ganado, residuos de cultivos, harina de huesos, materia compostada, etc. Estos últimos son mucho más complejos y variables que los inorgánicos en lo que respecta a su composición, aunque como se ha señalado su acción es lenta y temporalmente prolongada. Tienen adicionalmente la ventaja de restaurar la perdida de carbono orgánico y la estructura del suelo, lo cual mejora de paso las propiedades físicas del medio edáfico.
Geocities. (2009), reporta que los abonos orgánicos ejercen los siguientes cambios:
Mejoran la estructura del suelo.
Incrementan la estabilidad de los agregados.
Mejoran la porosidad total, la penetración del agua, el movimiento a través del suelo y el crecimiento de las raíces.
Asimismo Benítes J. y Friedrich T. (2009), sostienen que los abonos orgánicos:
Protegen la capa superficial del suelo contra las lluvias de alta intensidad, el sol y el viento.
Promueven un considerable y continuo aporte de biomasa al suelo, de manera que mantiene e incluso eleva, a lo largo de los años, el contenido de materia orgánica.
Atenúan la amplitud térmica y disminuyen la evaporación del suelo, aumentando la disponibilidad de agua para los cultivos comerciales.
Incrementan la estabilidad de los agregados superficiales, esto resulta en mayor resistencia de los agregados al encostramiento, a la erosión hídrica y eólica, y una mayor tasa de infiltración.
Aumenta la capacidad de retención de humedad del suelo, este incremento es importante especialmente en suelos muy arenosos.
Cervantes. (2009), expresa que el abono orgánico:
Por su color oscuro, absorbe más las radiaciones solares, con lo que el suelo adquiere más temperatura y se pueden absorber con mayor facilidad los nutrientes.
Mejora la estructura y textura del suelo, haciendo más ligeros a los suelos arcillosos y más compactos a los arenosos.
Mejora la permeabilidad del suelo, ya que influyen en el drenaje y aireación de éste.
Disminuye la erosión del suelo, tanto de agua como de viento.
Aumenta la retención de agua en el suelo, por lo que se absorbe más el agua cuando llueve o se riega, y retienen durante mucho tiempo, el agua en el suelo durante el verano.
Biblioteca del Campo. (2002), menciona que los abonos orgánicos optimizan las condiciones físicas del suelo al aumentar la granulación de las partículas y mejorar la porosidad y la circulación del aire, se convierten en un reservorio de agua, porque aumenta la capacidad del suelo para retener humedad y así crear mejores condiciones para el crecimiento de las plantas. Disminuyen el riesgo de erosión por agua o viento, porque los granos del suelo se forman mejor, se mantienen mejor y son más estables.
Scielo. (2009), concluye que el humus tiene efecto sobre las propiedades físicas del suelo, formando agregados y dando estabilidad estructural, uniéndose a las arcillas y formando el complejo de cambio, favoreciendo la penetración del agua y su retención, disminuyendo la erosión y favoreciendo el intercambio gaseoso.
Gómez. (2004), comenta que los abonos orgánicos no solo son valiosos porque aportan nutrientes a la planta, sino también porque mejoran las condiciones bioestructurales del suelo, evitan su erosión, ejercen un efecto regulador sobre su temperatura y ayudan a almacenar humedad.
3.5. Cambios en las características físicas del suelo por la aplicación de bioles.
Veliz J. (2009), reporta que los abonos orgánicos líquidos influyen favorablemente sobre las características físicas del suelo; estas características son estructura, porosidad, aireación capacidad de retención de agua, infiltración, conductividad hidráulica y estabilidad de agregados, el uso de Bioles, permite observar cambios en determinadas características de las plantas y el suelo. En lo que se refiere al suelo presenta mejores condiciones para su preparación, se muestra mucho más suelto, apto para el normal crecimiento de las raíces, permitiendo a la planta nutrirse de una manera más adecuada. Para lograr buenos resultados en las cosechas.
El mismo autor expresa que la aplicación de Bioles directamente al suelo tiene como efecto:
Mejorar la estructura del suelo, aumentando la capacidad de almacenamiento de agua y mejorando su ventilación.
Contrarrestar los procesos erosivos causados por el agua y por el viento.
Atenuar los cambios bruscos de temperatura en la superficie del suelo.
Reducir la formación de costras al debilitar la acción dispersante de las gotas de lluvia.
Mejorar las condiciones físicas del suelo mediante la formación de agregados.
Reducir la densidad aparente del suelo aumentando la infiltración y el poder de retención de agua en el suelo.
Calderón F. (2009), señala que los abonos orgánicos líquidos se han recomendado en aquellas tierras sometidas a cultivo intenso para mantener y mejorar la estructura del suelo y facilitar la disponibilidad de nutrimentos para las plantas. En el cultivo de Banano se han realizado aplicaciones mensuales de Biol en dosis de 4 litros/Biol en 200 litros de agua, al suelo alrededor del hijo y del nieto de la planta, observando una mejora en cuanto a la textura y estructura del suelo, tornándose este, de mejor aspecto por mayor porosidad y permeabilidad, más blando al tacto.
El Biol es un bioestimulante que es rico en nutrientes de fácil asimilación por la planta, además de tener un gran contenido de materia orgánica y una alta concentración de microorganismos, mejora la estructura del suelo, ayudando a la retención de agua y minimizando la evaporación, mejora la porosidad, incrementa la relación carbono/nitrógeno elevando la cantidad de materia orgánica disponible en el suelo e incrementa la actividad microbiana de agentes benéficos en el suelo.
Mosquera F. (2009), indica que debe realizarse aplicaciones de Biol directamente al suelo, ya que este abono orgánico liquido por su alto contenido de hormonas (auxinas, citoquininas, giberalinas) y nutrientes esenciales en combinación con la materia orgánica incorporada al suelo, tiene un efecto mejorador de los suelos modificando la textura y estructura, mostrándose estos mas sueltos y permeables, un aumento en la porosidad aumenta la capacidad del suelo para retener el agua incrementando simultáneamente la velocidad de infiltración de esa misma agua en el suelo, permitiendo un mejor desarrollo de las raíces.
La aplicación de Bioles al suelo ofrece las siguientes ventajas:
Suelos mucho más sueltos facilitando mayor anclaje de las plantas.
La humedad del suelo persiste por más tiempo.
Protege al suelo de la erosión.
Suelos muchos más permeables evitando los encharcamientos.
En combinación con la materia orgánica mejora la textura y estructura del
suelo, formando agregados.
3.6. Características químicas del suelo agrícola.
3.6.1. El pH del suelo.
Encarta. (2009), reporta que el pH indica la concentración de iones hidrógeno en una solución. Se trata de una medida de la acidez o alcalinidad de la solución. El pH se define como el logaritmo de la concentración de iones hidrógeno, H+, cambiado de signo: pH = -log [H+], donde [H+] es la concentración de iones hidrógeno en moles por litro.
Ecoplexity. (2009), sostiene que el pH, es extremadamente importante para las plantas porque afecta directamente la disponibilidad de los nutrientes necesarios para el crecimiento eficiente de las plantas. Los suelos que son muy ácidos o demasiado alcalinos no favorecen la solución de compuestos, y, por lo tanto, restringen la presencia de iones de nutrientes esenciales para las plantas. El pH del suelo es el resultado de muchos factores, entre otros, material parental del suelo, materia orgánica, crecimiento vegetativo, y nutrientes añadidos.
3.6.2. Salinidad
Starmedia. (2009), indica que la salinidad es la consecuencia de la presencia de sales en el suelo. Por sus propias características se encuentran tanto en la fase sólida como en la fase liquida por lo que tiene una extraordinaria movilidad.
3.6.3. Acidez.
Ávila J. (2009), mantiene que la acidez presente en el suelo corresponde a la concentración de iones hidrogeno en disolución, extraída de la mezcla de
suelo y agua o del suelo y una disolución extractora. La acidez en el suelo reduce el crecimiento de las plantas, ocasiona disminución de la disponibilidad de algunos nutrimentos como Ca, Mg, K y P, favorece la solubilizacion de elementos tóxicos para las plantas como el Al y Mn.
Zapata R. (2009), expone que la acidez, unida a la poca disponibilidad de nutrientes, es una de las mayores limitaciones de la baja productividad de los suelos ácidos. Aunque la acidificación es un proceso natural, la agricultura y otras actividades humanas aceleran este proceso. Debido al aumento de áreas acidificadas en el mundo y a la necesidad de producir más alimentos, es fundamental entender la química que explica el proceso de acidificación de los suelos. De esta forma se podrán desarrollar prácticas para recuperarlos o no acidificarlos.
3.6.4 Capacidad de Intercambio de cationes.
Wikipedia. (2009), manifiesta que la capacidad de intercambio cationico (CIC) es la capacidad que tiene un suelo para retener y liberar iones positivos, merced a su contenido en arcillas. Éstas están cargadas negativamente, por lo que suelos con mayores concentraciones de arcillas exhiben capacidades de intercambio cationico mayores. También puede ser definida como las cargas negativas por unidad de cantidad de coloide que es neutralizada por cationes de intercambio. Un catión es un ión que tiene carga eléctrica positiva mientras que el coloide tiene carga negativa.
Mediterránea de agroquímicos. (2009), expone que todas las moléculas, en mayor o menor medida tienen minúsculas cargas eléctricas, positivas o/y negativas. Por ello en el suelo actúan como pequeños imanes, formando entre ellas estructuras. La capacidad de intercambio cationico es la capacidad del suelo para retener el intercambiar diferentes elementos minerales. Esta capacidad aumenta notablemente con la presencia de materia orgánica, y podría decirse que es la base de lo que llamamos fertilidad del suelo.
3.6.5. Contenido de nutrientes.
Encarta. (2009), refiere que entre las deficiencias del suelo que afectan a la productividad, la falta de nutrientes es especialmente problemática. Los nutrientes más necesarios para un correcto crecimiento de las plantas son el nitrógeno, el potasio, el fósforo, el hierro, el calcio, el azufre y el magnesio, todos los cuales están presentes en la mayoría de los suelos en cantidades variables. Además, la mayor parte de las plantas requiere diminutas cantidades de sustancias llamadas elementos traza, presentes en el suelo en cantidades muy pequeñas, entre los que se encuentran el manganeso, el zinc, el cobre y el boro.
3.6.6. Estado coloidal.
Encarta. (2009), concluye que las plantas obtienen nutrientes de los coloides del suelo, partículas diminutas parecidas a la arcilla que se mezclan con el agua, aunque no se disuelven en ella. Se forman como producto de la meteorización física y química de minerales primarios. Consisten en cantidades variables de óxidos hidratados de hierro, aluminio y silicio y de minerales cristalinos secundarios como la caolinita y la montmorillonita.
3.6.7. Bases intercambiables.
Encarta. (2009), encuentra que una de las características importantes de las partículas coloidales es su capacidad para participar en un tipo de reacción química conocida como intercambio de bases. En esta reacción un compuesto cambia al sustituir uno de sus elementos por otro. Así, los elementos que estaban ligados a un compuesto pueden quedar libres en la solución del suelo y estar disponibles como nutrientes para las plantas. Cuando se añade a un suelo materia fertilizante como el potasio, una porción del elemento requerido entra en la solución del suelo de forma inmediata, y queda disponible, mientras que el resto participa en el intercambio de bases y permanece en el suelo incorporado a los coloides. Uno de los ejemplos de intercambio de bases más simple y valioso para la agricultura es la reacción que se produce cuando la caliza se utiliza para neutralizar la acidez.
3.6.8. Solución del suelo.
Infojardin. (2009), manifiesta que la solución del suelo es la fase hídrica o líquida del suelo en la cual se encuentran disueltos los elementos nutritivos a disposición de los cultivos.
Encarta. (2009), indica que el componente líquido de los suelos, denominado por los científicos solución del suelo, es sobre todo agua con varias sustancias minerales en disolución, cantidades grandes de oxígeno y dióxido de carbono disueltos. La solución del suelo es muy compleja y tiene importancia primordial al ser el medio por el que los nutrientes son absorbidos por las raíces de las plantas. Cuando la solución del suelo carece de los elementos requeridos para el crecimiento de las plantas, el suelo es estéril.
3.7. Productos de la descomposición de la materia orgánica.
Scielo. (2009), reporta que la materia orgánica del suelo contiene cerca del 5% de nitrógeno total, pero también contiene otros elementos esenciales para las plantas, tales como fósforo, magnesio, calcio, azufre y micronutrientes. La humidificación es una fase, durante la cual los microorganismos del suelo actúan sobre la materia orgánica desde el momento en que se la entierra, primero se forma el humus joven, de evolución rápida, que a su vez da paso al humus estable. Ambos productos forman la llamada materia orgánica total del suelo.
El mismo autor añade que el humus estable o "estabilizado" es la materia orgánica ligada al suelo, es decir, sólidamente fijada a los agregados de color oscuro. Su composición es muy compleja (ácidos húmicos y fúlvicos) y tiene una relación C/N constante entre 9 y 10, y representa en promedio el 75-80% del humus total. La fase de mineralización es muy lenta, y en ella el humus estable recibe la acción de otros microorganismos que lo destruyen progresivamente (1 al 2% al año), liberando así los minerales que luego absorberán las plantas. Esta fase presenta dos etapas: la amonificación (paso del N orgánico a amonio) y la nitrificación (paso del amonio a nitrato).
Terralia. (2009), expone que la materia orgánica fresca (es decir, sin descomponer) está formada por los componentes de los animales o vegetales: monosacáridos, polisacáridos como la celulosa, el almidón o el glucógeno; compuestos nitrogenados, proteínas, ácidos nucleicos, vitaminas; lípidos, ácidos orgánicos (cítrico, fumárico, málico, malónico); y elementos minerales. Todos estos componentes de la materia viva sufren una serie de transformaciones que originan lo que conocemos como humus, que consiste en un material dinámico, ligado a los ciclos del carbono, nitrógeno, del fósforo y del azufre, a la reducción del hierro y el manganeso en el suelo y a otros muchos procesos y que puede llegar a estabilizarse en función de los parámetros ambientales (temperatura, pH, humedad, contenido iónico, poblaciones de microorganismos. En el suelo coinciden los materiales orgánicos frescos, las sustancias en proceso de descomposición (hidratos de carbono, etc.) y los productos resultantes del proceso de humificación. Todos ellos forman la materia orgánica del suelo.
Agronet. (2009), sostiene que los abonos orgánicos según las fuentes y clases de estiércoles estos tienen diferentes contenidos de nutrientes o alimentos para las plantas.
La siguiente tabla muestra el porcentaje de nutrientes en 1000 kg. de estiércol.
Cuadro 1. Porcentaje de N-P-K en 1000 Kg. de estiércol.
3.8. Problemas en las características químicas de los suelos.
Higueras P. (2009), señala que a menudo la presencia de sustancias toxicas en el suelo constituye una bomba de tiempo química, que aún si en un determinado momento no produce efecto alguno, si puede hacerlo en un futuro. El problema radica en que estas sustancias se acumulan en los suelos como especies químicas de alta solubilidad. Esto significa que los contaminantes están "disponibles" para que los animales y vegetales que viven en, o sobre el suelo, puedan captarlos, con los consecuentes efectos toxicológicos que ello puede acarrear.
Fao. (2009), encuentra que el uso excesivo y el mal uso de insumos externos, como fertilizantes inorgánicos y plaguicidas – conjuntamente con cultivos especializados o monocultivos – puede proporcionar un considerable incremento en la producción general de alimentos, pero también agotan la fertilidad y los componentes biológicos del suelo y degradan los elementos físicos de la tierra
Miranda E. (2009), reporta la existencia de componentes químicos que reaccionan entre sí y provocan cambios en el medio, como variaciones del pH, variaciones en la solubilidad de sustancias y otros.
Encarta. (2007), concluye que la degradación química del suelo se define como la acumulación en éste de compuestos tóxicos persistentes, productos químicos, sales, agentes patógenos, que tienen efectos adversos en el desarrollo de las plantas y la salud de los animales. Aunque el empleo de fertilizantes que contienen nutrientes primarios, nitrógeno, fósforo y potasio, no ha producido contaminación de los suelos, la aplicación de elementos traza sí lo ha hecho. El riego de suelos áridos lleva frecuentemente a la contaminación por sales. La utilización de pesticidas ha llevado también a la contaminación a corto plazo del suelo.
3.9. Cambios en las características químicas del suelo por la aplicación de abonos orgánicos.
Guanoluisa. (1998), expresa que la materia orgánica del suelo, así como los materiales orgánicos adicionados actúan no solamente como fuente de nutrientes sino que también influencia su disponibilidad de diferentes maneras. Durante los procesos de meteorización química, los óxidos orgánicos formados en el ciclo de transformación de la materia orgánica del suelo y aquellos excretados por los organismos vivientes pueden contribuir a la solubilizacion de nutrientes de los compuestos minerales del suelo o del material parental. La materia orgánica del suelo es el más efectivo intercambiador de cationes y por lo tanto los preserva de su pérdida de lavado.
El mismo autor añade que la materia orgánica juega un papel importante en los procesos de la vida del suelo. La planta está constituida mayormente de compuestos orgánicos; contiene C, H, y O, y en menor grado N. Los tres primeros elementos son absorbidos por la plantas como CO2 y H2O que son productos finales en la descomposición de materia orgánica.
La mayor parte de CO2 resultante de la descomposición de materia orgánica es liberado a la atmosfera y entra al ciclo común. La materia orgánica del suelo es la mayor fuente natural de nitrógeno solo una pequeña cantidad es fijada por microorganismos desde el aire o se va al suelo por precipitación acuosa. Los contenidos de N en un suelo común aumentan con su cantidad de humus. En promedio de 2.300 – 11.300 Kg/N/ha, están almacenados en la capa superior de un suelo (0 – 20 cms) y de 4.000 – 35.800 Kg/N/ha en la capa de 0 – 100 cms.
Mora J. (2009), indica que es probable que la habilidad de mejoramiento de la CIC esté relacionada con el enriquecimiento de la fracción húmica que se logra a medida que se incrementa la madurez de la composta y la estabilización de la materia orgánica. Se ha documentado que la adición de compostas contribuye a incrementar la disponibilidad de fósforo nitrógeno y azufre para las plantas y reducir la efectividad de la concentración de los pesticidas en el suelo mediante la formación de enlaces de sus moléculas con las moléculas orgánicas
Benítes J. y Friedrich T. (2009), señalan que los abonos orgánicos pueden promover el reciclaje de nutrimentos, el aporte de nitrógeno y el mantenimiento o aumento de los niveles de materia orgánica en el suelo, la contribución del abono en la mejora del contenido de materia orgánica es dependiente de la cantidad de residuos incorporados, de la frecuencia de incorporación y de la calidad del material. El uso de abonos orgánicos incrementa la retención de los nutrimentos del suelo disponibles para las plantas, esto se atribuye al incremento en la capacidad de intercambio cationico del suelo.
Higueras P. (2009), expresa que la descomposición del humus en mayor o menor grado, produce una serie de productos coloidales que, en unión con los minerales arcillosos, originan los complejos organominerales, cuya aglutinación determina la textura y estructura de un suelo.
Estos coloides existentes en el suelo presentan además carga negativa, hecho que les permite absorber cationes H+ y cationes metálicos (Ca2+, Mg2+, K+, Na+) intercambiarlos en todo momento de forma reversible; debido a este hecho, los coloides también reciben el nombre de complejo absorbente.
Biblioteca del Campo. (2002), manifiesta que los abonos orgánicos, mejoran la fertilidad del suelo, al aumentar la capacidad para retener e intercambiar los nutrientes, así el suelo pierde menos nutrientes por acción de lixiviación. Se convierten en una verdadera reserva de nutrientes, optimizan la capacidad del suelo para mantener nutrientes (capacidad de cambio iónico) y cederlos a microorganismos y plantas. Hacen que el suelo se torne menos propenso a cambiar sus condiciones químicas como el pH, es decir, evita que los suelos se vuelvan ácidos o alcalinos, tendencias a las que están sometidos los suelos tropicales. Forman conjuntos orgánicos que atrapan elementos como el hierro, el magnesio, el manganeso y evita que estos se pierdan al ser arrastrados y que las raíces no los aprovechen.
Scielo. (2009), sostiene sobre los abonos orgánicos que cuando se refiere al efecto sobre las propiedades químicas del suelo, aumenta la capacidad de intercambio del suelo, la reserva de nutrientes para la vida vegetal y la capacidad tampón del suelo favorece la acción de los abonos minerales y facilita su absorción a través de la membrana celular de las raicillas.
Nigoul M. (2009), indica que entre 20 y 70% de la capacidad de intercambio en muchos suelos es causada por sustancias húmicas coloidales. En lo que a la acción amortiguadora se refiere, el humus exhibe capacidad amortiguadora en un amplio rango de pH.
3.10. Cambios en las características químicas del suelo por la aplicación de bioles.
Calderón F. (2009), sostiene que la aplicación de Biol al suelo es el complemento para la fertilización sea esta de tipo química u orgánica. El Biol es una fuente natural de elementos nutrientes para las plantas. Además de tener un alto contenido de fitohormonas. Todos estos nutrientes, que son incorporados al suelo mediante la aplicación de Bioles, quedan disponibles y asimilables para las plantas, lo que ayudara a una adecuada nutrición vegetal.
El mismo autor añade que aplicando abonos orgánicos líquidos o bioles al suelo se aporta a este, una gran cantidad de nutrientes que van a quedar a disposición de las plantas mediante la acción de los microorganismos. El Biol por su naturaleza de producción contiene todos los macro y micro nutrientes de forma estable y asimilable por la planta. Su balanceada proporción ayuda a evitar los desequilibrios tan frecuentes por la adición desproporcionada de fertilizantes químicos.
Mosquera F. (2009), acota que los abonos orgánicos líquidos modifican las características químicas de un suelo, a través de los nutrientes esenciales que sean incorporado al suelo mediante su aplicación directa. Las características químicas del suelo que cambian por efecto de la aplicación de Bioles son obviamente el contenido de materia orgánica, la capacidad de intercambio cationico y el pH, el Biol puede ayudar a estabilizar las oscilaciones de pH que sufre el suelo por un mal manejo y mejora en conjunto con la materia orgánica, la capacidad de intercambio cationico del suelo.
Además el mismo autor acota que una de las alternativas de la agricultura orgánica para el mejoramiento de los suelos son los abonos orgánicos líquidos, los cuales incorporan al suelo materia orgánica, y nutrientes esenciales como: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, hierro, manganeso, zinc, cobre y boro; los cuales mejoran las condiciones químicas del suelo. El hombre al utilizar el Biol modifica las concentraciones de iones del suelo de forma natural, para aumentar la producción de sus cultivos.
Veliz J. (2009), expresa que el Biol además de ser un excelente bioestimulante para las plantas, también puede ser usado directamente al suelo ya que por su composición aporta nutrientes tornando más fértil al suelo, dando las condiciones necesarias para el desarrollo de las raíces y de toda la planta en general. El Biol también puede participar en distintas reacciones químicas que ocurren en el suelo al momento de tornar los minerales no asimilables en formas más asimilables para las plantas. Este autor indica que los beneficios de la aplicación de Biol en las características químicas del suelo son los siguientes:
Sirve como medio de almacenamiento de los nutrimentos necesarios para el crecimiento de las plantas.
Modifica las concentraciones de iones del suelo de forma natural, para aumentar la producción de los cultivos.
Contribuye a la asimilación de nutrientes.
Amortigua los cambios rápidos de acidez, alcalinidad, salinidad del suelo y contra la acción de pesticidas.
Ayuda a minimizar el grado de toxicidad de los suelos.
3.11. Características biológicas el suelo agrícola.
3.11.1. Contenido de materia orgánica en el suelo.
Scielo. (2009), manifiesta que la materia orgánica representa del 95 al 99% del total del peso seco de los seres vivos, pero su presencia en los suelos suele ser escasa y son contadas las excepciones en las que supera el 2%, el nivel deseable de materia orgánica en los suelos arcillosos medios es del 2%, pudiendo descender a 1,65% en suelos pesados y llegar a un 2,5% en los arenosos.
3.11.2. Fauna biológica del suelo.
Miranda E. (2009), señala que la existencia, en los suelos agrícolas, de macro y microorganismos vivos que cumplen, como función principal, descomponer la materia orgánica y convertirla en humus, el cual se combina con la parte mineral del suelo y forma los compuestos órgano- minerales, de alta actividad química y físico-química. Los organismos vivos del suelo necesitan de aire, agua y calor, los cuales son proporcionados, en dependencia de las propiedades físicas del suelo.
Según Scielo. (2009), un suelo naturalmente fértil es aquél en el que los organismos edáficos van liberando nutrientes inorgánicos, a partir de las reservas orgánicas, con velocidad suficiente para mantener un crecimiento rápido de las plantas. La actividad biológica de los suelos es la resultante de las funciones fisiológicas de los organismos y proporciona a las plantas superiores un medio ambiente adecuado para su desarrollo. Los suelos contienen una amplia variedad de formas biológicas, con tamaños muy diferentes, como los virus, bacterias, hongos, algas, ácaros, lombrices, nematodos, hormigas y, por supuesto, las raíces vivas de las plantas superiores. La importancia relativa de cada uno de ellos depende de las propiedades del suelo. El mismo autor acota que las bacterias son organismos procariotas unicelulares; la mayor parte de ellas presenta forma esférica cocos o de bastón bacilos y son importantes debido a que algunas realizan funciones específicas como la oxidación del amoniaco a nitratos, mientras que otras intervienen en el proceso general de descomposición de materiales orgánicos.
Rico A. (2009), indica que las propiedades biológicas del suelo son muy importantes, ya que está constituida por la microfauna del suelo, como hongos, bacterias, nematodos, insectos y lombrices, los cuales mejoran las condiciones del suelo acelerando la descomposición y mineralización de la materia orgánica, además que entre ellos ocurren procesos de antagonismo o sinergia que permite un balance entre poblaciones dañinas y benéficas que disminuyen los ataques de plagas a las plantas.
3.12. Problemas en las características biológicas de los suelos.
Rodríguez P. (2009), señala que el uso y abuso en la aplicación de agroquímicos han empobrecido biológicamente al suelo, por cuyo motivo el tan publicitario incremento de los rendimientos productivos que se pretendía conseguir con la aplicación del paquete tecnológico generado por la "Revolución Verde" se ha convertido en un negocio ruinoso a mediano plazo, ya que el suelo indefectiblemente va perdiendo su fertilidad y por ende su capacidad productiva.
Benítes J. y Friedrich T. (2009), expresan que la quema continua de residuos tiende a reducir la microflora, sobre todo cerca de la superficie. Además añaden que la labranza afecta las características físicas del suelo y puede incrementar la porosidad y la aireación, pero también puede afectar negativamente la fauna del suelo debido al disturbio que causan los implementos agrícolas en el mismo.
Según Almeida (1985), citado por Benítes J. y Friedrich T. (2009), las operaciones de preparación del suelo provocan la muerte de gran parte de sus constituyentes orgánicos, imponiendo condiciones de elevadas temperaturas y situaciones alternas de secado y humedecimiento, que afectan a los organismos del suelo con mayor o menor grado de intensidad.
3.13. Cambios en las características biológicas del suelo por la aplicación de abonos orgánicos.
Benítes J. y Friedrich T. (2009), indican que los abonos orgánicos, influyen sobre la actividad biológica del suelo por el atenuante efecto físico sobre la variación de la temperatura y por el mantenimiento de buenas condiciones de humedad del suelo, la presencia de material orgánico es el factor que más influye en la actividad y población de microorganismos, ya que la materia orgánica es fuente de energía para los organismos del suelo. Por esta razón, cuanto mayor sea la cantidad de abonos incorporados, mayor será la población macro y microbiana del suelo.
Villee M. (2009), expresa que la materia orgánica del suelo consiste en hojarasca, deyecciones (excrementos de animales) y los restos de plantas, animales y microorganismos en diversas etapas de descomposición. La materia orgánica es descompuesta por los microorganismos que viven en el suelo, en particular bacterias y hongos. En el proceso se liberan al suelo elementos minerales esenciales, los cuales pueden ser atraídos por partículas del suelo o reabsorbidos por nuevas plantas. La materia orgánica incrementa la capacidad de retener agua del suelo, actuando en gran medida como una esponja.
Geocities. (2009), menciona que los abonos orgánicos:
Estimulan la diversidad y actividad microbial en el suelo.
La actividad de los microbios presentes en el compost reduce la de los microbios patógenos a las plantas como los nematodos.
Contiene muchos macro y micronutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.
Provoca la formación de humus, complejo más estable de la materia orgánica que se encuentra sólo en el suelo y es el responsable de su fertilidad natural.
Cervantes. (2009), manifiesta que los abonos orgánicos favorecen la aireación y oxigenación del suelo, por lo que hay mayor actividad radicular y mayor actividad de los microorganismos aerobios y constituyen una fuente de energía para los microorganismos, por lo que se multiplican rápidamente.
Benítes J. y Friedrich T. (2009), señalan que los abonos orgánicos y su descomposición activan el ciclo de muchas especies de macroorganismos y principalmente microorganismos del suelo, cuya actividad mejora la dinámica física y química del suelo. Los abonos orgánicos estimulan la actividad biológica del suelo, una mayor actividad de la macrofauna resultara en una mayor macroporosidad del suelo y mayor incorporación y humificación de los residuos orgánicos.
Scielo. (2009), indica en cuanto al efecto de los abonos orgánicos sobre las propiedades biológicas del suelo, favorece los procesos de mineralización, el desarrollo de la cubierta vegetal, sirve de alimento a una multitud de microorganismos y estimula el crecimiento de la planta en un sistema ecológico equilibrado.
Nigoul M. (2009), comenta que un número de bacterias, actinomicetos y hongos en el suelo están relacionados de manera general al contenido de humus. Lombrices y otros organismos de la fauna están fuertemente influenciados por la cantidad de residuos vegetales retornados al suelo. Muchos factores que tienen influencia en la incidencia de organismos patógenos en el suelo están directa o indirectamente influidos por la materia orgánica. Por ejemplo, una abundante provisión de materia orgánica puede favorecer el crecimiento de organismos saprofíticos similares a los parásitos y por lo tanto reducir la población de los últimos. Compuestos biológicamente activos en el suelo, tales como antibióticos y ciertos ácidos fenólicos, pueden mejorar la habilidad de ciertas plantas para resistir el ataque de patógenos.
Infoagro. (2009), concluye que por todas estas razones, se está empleado lo que se denomina "Biofertilización", que consiste en aumentar el número de microorganismos de un suelo, a través de la incorporación de abonos orgánicos al suelo, para de esta forma, acelerar todos los procesos microbianos, aumentar la cantidad de nutrientes asimilables por la planta, etc. Una biofertilización correcta, ayuda a una fertilización tradicional, reduciendo el uso de energía de la planta a la hora de absorber los distintos nutrientes, disminuye la degradación del agroecosistema y reduce la pérdida de nutrientes del suelo por lixiviados, sobre todo de nitrógeno.
Guanoluisa R. (1998), reporta que debido a la degradación bioquímica diferentes productos son formados los cuales sirven a los microorganismos como fuente de carbono y nitrógeno, principalmente la celulosa y las proteínas. Durante las transformaciones de las sustancias fenolicas la formación de radicales libres también ocurre. Estos radicales se condensan con los productos de degradación de las proteínas a sustancias húmicas. Las sustancias húmicas son separadas por métodos convencionales en acido fúlvico y húmico. Durante estos procesos la materia orgánica del suelo actúa como una fuente de nitrógeno de liberación lenta para la nutrición de la planta durante el crecimiento. Finalmente las sustancias húmicas son degradadas a dióxido de carbono, amonio y agua.
3.14. Cambios en las características biológicas del suelo por la aplicación de bioles.
Calderón F. (2009), señala que la acción biológica de los microorganismos en el suelo es muy importante, porque son ellos los encargados de la degradación de la materia orgánica incorporada. Al aplicar bioles directamente al suelo ayuda a la acción de los microorganismos y aportamos alimento suficiente para que nuevos subproductos queden liberados en el suelo y puedan ser asimilados por las raíces. En relación con la disponibilidad de nutrimentos, la actividad biológica del suelo juega un papel importante en la oxidación y reducción de los elementos esenciales, convirtiéndolos de formas no aprovechables a formas aprovechables para las plantas. La aplicación de bioles al suelo potencializa la acción de los microorganismos que actúan sobre la descomposición de los materiales orgánicos incorporados al suelo, lo cual conlleva a la liberación de nutrientes. Estos microorganismos actúan a la vez como agentes de control biológico, con lo que reducimos aquellos microorganismos indeseables del suelo y favorecemos los organismos útiles para los cultivos, con lo que aumentamos la producción de la planta.
Mosquera F. (2009), manifiesta que con la aplicación de bioles al suelo lo que se realiza básicamente es aportar materiales de nutrición que sirvan de alimento para la flora microbiana del suelo. Se debe a que el Biol contiene grandes cantidades de compuestos de fácil descomposición, cuya adición casi siempre resulta en un incremento de la actividad biológica, los microorganismos influyen en muchas propiedades del suelo y también ejercen efectos directos sobre el crecimiento de las plantas. En la mayoría de los casos, el resultado del incremento de la actividad biológica, repercute en el mejoramiento de la estructura del suelo por efecto de la agregación que los productos de la descomposición ejercen sobre las partículas del suelo; las condiciones de fertilidad aumentan lo cual hace que el suelo tenga la capacidad de sostener un cultivo rentable. Un suelo sanamente vivo es un suelo fértil. El Biol por ser fuente natural de nutrientes al entrar en contacto con el suelo crea un habitad favorable para el desarrollo de los microorganismos.
El mismo autor añade que la aplicación de Biol al suelo mejora las condiciones para el desarrollo de los organismos del suelo que aportan una amplia gama de servicios esenciales para el funcionamiento sostenible de todos los ecosistemas, al actuar como los principales agentes conductores en los ciclos de los nutrientes, regulando la dinámica de la materia orgánica del suelo, la fijación de carbono del mismo; aumentando la cantidad y eficiencia en la absorción de nutrientes por la vegetación y mejorando la salud de las plantas. Estos servicios son esenciales para el funcionamiento de los ecosistemas naturales y podrán ser aprovechados con un adecuado manejo del suelo mediante el uso de Bioles aplicados al suelo.
Veliz J. (2009), comenta que en suelos degradados biológicamente, por el mal manejo o abuso de agroquímicos, una alternativa fiable es el uso de Bioles aplicados al suelo, ya que este ayuda al desarrollo de los microorganismos que actúan en la descomposición de la materia orgánica, aportando al suelo nutrientes y subproductos que serán a corto plazo asimilados por las plantas. Los abonos orgánicos sólidos y líquidos mejoran las condiciones de desarrollo de los microorganismos en el suelo y en este sentido juegan un papel fundamental en la disposición de nutrientes para las plantas. Los beneficios de la aplicación de bioles sobre las características biológicas del suelo son las siguientes:
Nutre, recupera y reactiva la vida del suelo.
Proporcionan alimento a los organismos benéficos como la lombriz de tierra, termitas, diplopodos, hormigas y bacterias fijadoras de nitrógeno.
Ayuda en los procesos de mineralización, desarrollo de cubierta vegetal y estimula el crecimiento de la planta en un sistema ecológico equilibrado.
3.15. Nutrición vegetal
Rico. (2009), mantiene que toda planta para desarrollarse y obtener buena producción necesita de una buena cantidad de elementos mayores Nitrógeno, Fosforo, y Potasio, así como de elementos menores necesarios para las funciones vitales de las plantas como el Boro, Magnesio, Zinc, Manganeso, Azufre, Cobre, etc. Todos los métodos de agricultura orgánica garantizan la presencia en el suelo de microorganismos como bacterias, hongos, micorrizas, insectos y lombrices que descomponen la materia orgánica convirtiéndola en Humus además de facilitar la fijación de nutrientes y la fácil absorción de estos por las plantas.
Biblioteca del Campo. (2002), señala que para que las plantas se desarrollen de manera normal, se requiere que en el suelo, el aire y el agua estén presentes todos los nutrientes que aquellas necesitan durante su ciclo de vida. Además, estos elementos nutritivos deben estar disponibles de manera aprovechable para las plantas y en proporciones apropiadas. Algunos elementos nutritivos o macronutrientes, son esenciales para las plantas; es decir, si faltan o se encuentran en proporciones inadecuadas, pueden alterar el desarrollo normal de los vegetales. Otros elementos, o micronutrientes, son requeridos por las plantas en menores cantidades y, por lo general, el suelo los posee en concentraciones adecuadas.
3.15.1. Papel de los abonos orgánicos y bioles en la nutrición de las plantas.
Encarta. (2007), indica que el método más antiguo para aumentar el contenido de materia orgánica del suelo es la aplicación de fertilizantes como el estiércol y el compost. El abonado del suelo con excrementos de animales se ha practicado durante miles de años y sirve para aportar diversos compuestos orgánicos complejos que son importantes para el crecimiento de las plantas.
Benítes J. y Friedrich T. (2009), manifiestan que el contenido de nutrimentos de los abonos orgánicos son importantes para las plantas. Por medio de la actividad de la flora y la fauna presentes en el suelo esos nutrimentos son transformados en sustancias inorgánicas y pasan a estar disponibles para las plantas.
Nigoul M. (2009), expone que las sustancias orgánicas en el suelo pueden tener un efecto fisiológico directo en el crecimiento de las plantas. Algunos compuestos, tales como ciertos ácidos fenólicos, tienen propiedades fitotóxicas; otras, tales como las auxinas, mejoran el crecimiento de las plantas.
Según Mejía M. (2001), citado por Cevallos B. (2002), la descomposición de los abonos orgánicos tiene como fin la obtención de fertilizantes naturales que se contraponen a la producción y utilización de los clásicos fertilizantes de orígenes sintetizados químicos hechos por la industria. Esto se logra construyendo desde los materiales de orígenes orgánicos una nueva materia orgánica y liberando material inorgánico, que pueda ser aprovechado por las plantas superiores y los organismos del suelo.
Pino C. (2005), reporta que el Biol como fuente orgánica de fitorreguladores a diferencia de los nutrientes, en pequeñas cantidades es capaz de promover actividades fisiológicas y estimular el desarrollo de las plantas, sirviendo para las siguientes actividades agronómicas: enraizamiento (aumenta y fortalece la base radicular), acción sobre el follaje (amplia la base foliar), mejora la floración y activa el vigor y poder germinativo de las semillas, traduciéndose todo esto en un aumento significativo de 50% de las cosechas.
3.15.2. Cambios nutricionales en las plantas por la aplicación de abonos orgánicos y bioles.
Según Guanoluisa R. (1998), hay una diferencia entre los efectos directos e indirectos de las sustancias húmicas en el crecimiento y producción de las plantas. Las sustancias húmicas pueden efectuar cambios en el medio ambiente de las raíces al cambiar las propiedades físicas y químicas tales como retención de agua, intercambio de gases, y otros, los cuales conducen a un mejor crecimiento de las plantas. Los efectos directos son aquellos causados por la captación de compuestos orgánicos de bajo peso molecular de la materia orgánica del suelo. Estos producen alteraciones en el metabolismo de la planta. En la actualidad, los compuestos fenólicos son conocidos como sustancias que aumentan la producción eficientemente; estos son compuestos formados de la degradación de lignina o síntesis microbial.
3.15.3. Respuesta de las plantas a la aplicación de abonos orgánicos
Cervantes. (2009), indica que las enmiendas húmicas favorecen el enraizamiento, ya que desarrollan y mantienen un sistema radicular joven y vigoroso, durante todo el ciclo de cultivo. El desarrollo radicular, de la planta con aporte de enmiendas húmicas es enorme, y esto hace que el desarrollo de la misma sea mucho más rápido, debido a que absorbe mayor cantidad de elementos nutritivos, y esto se traduce en mayor producción.
Scielo. (2009), señala el efecto estimulante de los ácidos húmicos y los fulvoácidos en la formación de raíces al acelerar la diferenciación del punto de crecimiento.
Calderón F. (2009), comenta que es importante resaltar el tratamiento de las semillas con Biol, por su riqueza en tiamina, así como en purinas y auxinas, permite una germinación más rápida, del mismo modo un notable crecimiento de las raíces.
Según Young (1997), citado por Scielo (2009), trabajando con abonos orgánicos encontró un efecto significativo en el crecimiento radicular de las plántulas de lechuga.
Chica M. (2007), menciona que los mejores promedios de diámetro del pseudotallo tomado a los 120 días, en la aplicación de Biol mas compost en el cultivo de banano, se obtuvieron con el tratamiento numero 4, Biol al 40% mas compost 3kg/planta con un promedio de 55.3 cms. Mientras que el tratamiento que presento menor diámetro de pseudotallo fue el testigo absoluto con un promedio de 47.2 cms.
Calderón F. (2009), mantiene que el Biol al ser aplicado al follaje de los cultivos, permite aumentar la cantidad de raíces e incrementar la capacidad de fotosíntesis de las plantas, mejorando sustancialmente la producción y calidad de las cosechas.
Chica M. (2007), expone que los mejores resultados de emisión foliar tomado a los 120 días, en la aplicación de Biol mas compost en el cultivo de banano, se obtuvieron con el tratamiento numero 4, Biol al 40% mas compost 3kg/planta con un promedio de 0.93 cms. Mientras que el tratamiento que presento menor emisión foliar fue el testigo absoluto con un promedio de 0.56 cms.
Cervantes. (2009), expresa que las sustancias húmicas incrementan el contenido y distribución de los azúcares en los vegetales, por lo que elevan la calidad de los frutos y flores, incrementando la resistencia al marchitamiento.
Chica M. (2007), indica que en lo que refiere al peso del racimo, en la aplicación de Biol mas compost en el cultivo de banano, el tratamiento numero 4, Biol al 40% mas compost 3kg/planta fue el que presento los mejores resultados con un peso promedio de 26.84 kg. El tratamiento que presento menor peso fue el testigo absoluto con un promedio de 10.23 kg.
3.15.4. Respuesta de las plantas a la aplicación de bioles.
Siura. (2009), reporta que en el cultivo de Vainita (Phaseolus vulgaris L) los mejores resultados se obtuvieron en el tratamiento Nº 7, Biol 100% aplicado al suelo, con un promedio de 18000 kg/ha. Además el autor añade que en el tratamiento Biol 100% aplicado al suelo, obtuvo una longitud de fruto de 12.81 cm, con un diámetro de 0.84 cm y un peso promedio de 5.78 gr vaina.
Cobiella et al. (1995), citado por Rodríguez P. (2009), mencionan que aplicando Biol foliar a diferentes concentraciones en variedades de tomate y pimiento bajo condiciones de campo, apreciaron un efecto estimulante y positivo en la altura y ancho del follaje.
Calderón F. (2009), acota que el Biol aplicado al follaje de los cultivos, permite aumentar la cantidad de raíces e incrementar la capacidad de fotosíntesis de las plantas, mejorando sustancialmente la producción y calidad de cosechas.
3.16. Resultados de Investigaciones sobre la aplicación de abonos orgánicos y bioles al suelo y las plantas.
El Agro. (2007), reporta que en el Recinto El Porvenir del Cantón Santa Lucia, un grupo de agricultores arroceros buscan nuevas formas de producir con el fin de preservar el ambiente y abaratar los costos. El método que utilizan es la aplicación del humus, Biol y Bocashi. Este grupo de campesinos han conformado la Asociación de Montubios El Porvenir, integrada por 40 socios, quienes vienen trabajando desde hace dos años con la aplicación de estos productos que son elaborados por ellos mismos. Durante este tiempo han logrado excelentes resultados en la calidad y rendimiento de la gramínea.
León G. (2002), señala que en la aplicación de abonos orgánicos en el cultivo de frejol, los mejores resultados de altura de planta a los 30 días, se obtuvieron con el tratamiento numero 4, estiércol de oveja 22700gr/parcela con un promedio de 28.20 cm. El tratamiento que presento menor valor fue el testigo absoluto con un promedio de 26.38 cm.
Barroso et al. (1994), citados por Rodríguez P. (2009), indican que aplicaron, en condiciones controladas, humus líquido al suelo y foliarmente, encontrando una respuesta positiva en el cultivo del tomate en cuanto al contenido de materia seca en las plantas, número de foliolos, volumen radicular y el peso seco de las raíces.
Scielo. (2009), encontró un aumento del peso y altura de la planta, longitud de la mazorca y rendimiento de grano en maíz, cuando aplico 100, 300 y 900 kg/ha de residuos sólidos urbanos compostados, junto con aplicaciones complementarias de NPK.
Cobiella et al. (1995), citado por Rodríguez P. (2009), reportan que aplicando humus foliar a diferentes concentraciones en variedades de tomate y pimiento bajo condiciones de campo, apreciaron un efecto estimulante positivo en la altura y ancho del follaje, diámetro de los frutos, masa y grosor del pericarpio y en los rendimientos.|
Oriol (1995), citado por Rodríguez P. (2009), descubrió una respuesta positiva en aplicaciones de humus foliar en plantas de pepino en cuanto a rendimientos agrícolas y calidad de los frutos.
Rodríguez P. (2009), expresa que los mejores resultados en la mayoría de los indicadores del crecimiento y la productividad del pimiento evaluados en la investigación, se obtuvieron para ambos experimentos, en el tratamiento donde se aplicó la mayor dosis de estiércol bovino (10 Kg/m2) combinado con la adición de 10 lt/ha de humus foliar.
Conclusiones
Una vez concluido el presente Trabajo de Investigación, se establecieron las siguientes conclusiones:
1. Los Abonos orgánicos sólidos incorporados al suelo mejoran las características físicas del suelo, entre las más importantes, la textura y estructura.
2. Los Abonos orgánicos líquidos aplicados al suelo optimizan las características físicas del suelo, formando agregados y dando estabilidad estructural al suelo.
3. Los abonos orgánicos sólidos incorporados al suelo mejoran las características químicas del suelo, estabilizando las oscilaciones de pH, y aumentando la capacidad de intercambio de cationes.
4. Los Abonos orgánicos líquidos aplicados al suelo optimizan las características químicas del suelo, incorporando al suelo materia orgánica y nutrientes esenciales como N, P, K, y otros microelementos.
5. Los Abonos orgánicos sólidos incorporados al suelo mejoran las características biológicas del suelo, incrementando la actividad biológica del mismo.
6. Los Abonos orgánicos líquidos aplicados al suelo optimizan las características biológicas del suelo, nutriendo, recuperando y reactivando la vida el suelo.
7. El Biol como fuente orgánica de fitorreguladores es capaz de promover actividades fisiológicas y estimular el desarrollo de las plantas.
8. Los abonos orgánicos líquidos aplicados a las plantas mejoran los procesos nutricionales en las plantas produciendo alteraciones en el metabolismo de la planta.
9. El Biol aplicado al follaje permite aumentar la cantidad de raíces e incrementa la capacidad de fotosíntesis de la planta.
Bibliografía
Agromat. 2006. Política ambiental para el desarrollo sustentable del sector agropecuario del Ecuador. Revista informativa del Ministerio de Agricultura, Ganaderia, Acuacultura y Pesca. Edición Nº 1, Año 1, Editorial AXXIS Publicidad. Quito – Ecuador. Pág. 41.
Agronet. 2009. Materia Orgánica. Articulo principal. Portal (En línea)
http://www.agronet.gov.co/www/docs_si2/200671991737_Materia%20organica%20y%20lombricultura.pdf
Consulta realizada el 14 de abril del 2009. 11H20.
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