- Introducción
- El diagnóstico, una aprehensión del presente
- El proyecto, una aproximación al presente
- El presente, una realidad dinámica
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción
No es fácil pensar en la realidad donde nos desenvolvemos de manera cotidiana pues se necesita repensar las acciones que desarrollamos en un tiempo y espacio determinados donde la realidad viene a convertirse en algo complejo cuando volvemos la mirada hacia la realidad y se vuelve escurridiza, para aprehenderla hay que construir estrategias que nos ayuden para un mejoramiento, sin embargo el problema se amplía al estipular el mejor momento que no puede ser otro que el presente, ahora bien cómo abordar el presente que nos permita descubrir las situaciones que se dan en el proceso enseñanza–aprendizaje de los sujetos dentro de los centros escolares.
Al inicio de cada ciclo escolar los docentes elaboran diagnósticos cognoscitivos de los alumnos, lo cual da pauta para organizar las actividades a desarrollar durante el transcurso del ciclo escolar, centrando la atención a una esfera del conocimiento y además en forma limitada, éstos diagnósticos parten de un concepto estático de la realidad, cómo si todo se fuera a desarrollar tal como se prevé en la programación de los contenidos, de tal forma como si lo imprevisto no existiera en los procesos de enseñanza aprendizaje, cerrando con una evaluación estándar del logro de aprendizajes que prevalece la memorización.
El diagnóstico, una aprehensión del presente
Para la elaboración de un diagnóstico en forma crítica y sustantiva se necesita reconceptualizar el presente y la realidad, así como diseñar indicadores que posibiliten una reconstrucción acorde a un enfoque problematizador que a su vez cuestione la forma en que la teoría, la experiencia y la ideología obstaculizan, deforman y desvían el conocimiento de la realidad.
"Captar a la realidad como presente, nos permite potenciar una situación mediante proyectos capaces de anticipar, en términos de posibilidad objetiva, el curso que seguirá. De ahí que esta operación deba realizarse sin perder de vista el carácter dinámico del presente, y con cuidado de no reducir el recorte de observación de la realidad a las exigencias planteadas por una meta preestablecida."[1]
Por lo tanto, captar el presente para su estudio no es tan fácil, se debe reconceptualizar a partir de un tiempo y un espacio determinado, una de las dificultades surge al intentar estudiar el tiempo, cómo detenerlo o cuáles estrategias se pueden aplicar para lograr una aproximación a los problemas existentes que nos permita reconocerlos al realizarse, además el contexto se va transformando en las relaciones entre los sujetos, el contexto no sólo como espacio físico, sino como un generador de relaciones complejas.
El proyecto, una aproximación al presente
Encontramos así, una dificultad de captación del presente, la cual, al dejar de tener una proyección fotográfica, estática; demanda opciones de acercamiento, ello lo encontramos en el diseño de proyectos cuyo contenido exige una objetividad posible, donde el sujeto logre definir un futuro y no solo una proyección arbitraria, pues es a través del proyecto que se puede transformar la realidad donde la voluntad social es determinante en la dirección del mismo.
Dicho proyecto debe reconstruir el contexto evitando el distorcionamiento del conocimiento surgido sobres los saberes forzosos, lo cual el teórico, el ideológico y lo experiencial; controlan lo anterior requiere de una forma de pensar más abierta, crítica e incluyente.
Los fenómenos y sus relaciones deben reconstruirse desde la lógica de la articulación de la realidad a través de áreas temáticas, el presente nos debe acercar a la realidad.
"Por lo tanto, el presente debe ser un segmento que permita captar la realidad como articulación de niveles heterogéneos respecto a de esta articulación entre diferentes ritmos temporales y escalas espaciales, situación a la que denominamos objetivación de los fenómenos de la realidad"[2]
Las opciones que podemos encontrar en el presente son una variedad, de las cuales es necesario determinar las que sean más posibles y no solo de hacer suposiciones, esto nos conlleva a un cambio de enfoque que es el que mantiene una apertura a la realidad, así la segmentación del presente determina el contexto con lo que se pretende el simple hecho de no solo usar una teoría para la elaboración del diagnóstico, como si fuera una receta que sólo hay que seguir y aplicar las instrucciones para obtener los resultados determinados o para probar las hipótesis predefinidas, sino al contrario de ir construyendo una teoría que nos ayude en el estudio del presente como una parte de la realidad.
Todo sería posible si las teorías se descomponen en sus componentes conceptuales, hasta llegar a desarticular sus relaciones, sólo entonces los conceptos se vuelven conceptos ordenadores y pueden servir de instrumentos de reconstrucción del problema en el diagnóstico,
Por lo que la realidad debe ser problematizada y el problema en estudio reconstruido desde su propio contexto, definiendo acciones cuya relación sea definida a través de otros problemas o necesidades,
"Materializar en un diagnóstico el concepto de realidad como una articulación de procesos heterogéneos, acarrea tres supuestos que permitan definir el perfil de realidad que se pretenda observar: a) el supuesto del movimiento, b) el supuesto de la articulación de procesos, y c) el supuesto de la direccionalidad."[3]
El presente, una realidad dinámica
Nada es estático el tiempo y espacio se relacionan en un devenir temporal que se pueden estudiar con parámetros temporales, así como su distribución espacial, el parámetro temporal incluye los ciclos prolongados y cortos, el espacial a los procesos que se desarrollan en macroespacios nacionales o mundiales, y en microespacios locales. Los procesos conllevan un dinamismo que puede ser organizado u oportuno.
Para poder observar la realidad es necesario segmentarla, esto se logra con la ayuda de instrumentos conceptuales denominados conceptos indicadores, mediante el cual se elaboran los observables del diagnóstico, así mismo deben dar cuenta de los procesos y de sus resultados al segmentar la realidad en un tiempo y espacio determinado, así el movimiento de la realidad se atrae a través de fragmentos temporales sucesivos acumulados.
LA RECONSTRUCCIÓN DEL PRESENTE
Los procesos no se desarrollan en una sola dirección, los conceptos indicadores deben mostrar la gama de alternativas de dirección posibles, donde las alternativas se tornan tendencias objetivamente posibles al articularse los procesos estructurales y las prácticas sociales:
"La direccionalidad objetiva estará determinada por las condiciones estructurales (nivel económico), las fuerzas sociales (nivel político), y los microdinamismos de los sujetos sociales (nivel psicocultural)."[4]
Cabe mencionar que la dirección de los procesos se basa tradicionalmente en la definición de metas, propósitos y fines, pero la direccionalidad implica otra cosa que debemos entender como una dimensión del mismo proceso, puesto que para deducir la dirección de un proceso, nada nos garantiza que seguirá ese rumbo.
En la realidad, los procesos desarrollan una variedad de direcciones, lo importante es saber elegir las más objetivas, o sea, las que tengan más posibilidades de realizarse; las más posibles, las opciones se analizan y evalúan para contrastarlas con la meta deseada, la cual hasta entonces se redefine o se confirma. Así, lo que se pretende estudiar, es un recorte articulado de procesos en donde se combinan los tres supuestos epistemológicos: el movimiento, la articulación y la direccionalidad.
Para esto es importante es necesario tener claro cuál es la lógica que se debe seguir para construir el diagnóstico, cómo se constituyen las áreas temáticas y cómo se constituyen los conceptos que van a constituir el diagnóstico, además de cuáles son los criterios metodológicos que se deben seguir para la elaboración del diagnóstico.
Si se concibe a la realidad como procesable y articulada, en donde el diagnóstico es un instrumento que sirve para recortar un perfil de realidad en contraparte con la tradición investigativa, la cual reduce la realidad a través del diagnóstico y lo subordina a los modelos teóricos, los esquemas de la experiencia y a las metas ideológicas.
Una función del pensamiento es garantizar la apertura hacia lo real objetivo, conceptualizando a la realidad como procesos articulados con muchas direcciones posibles de desarrollo, reconstruyendo los procesos a partir de conceptos ordenadores en su contexto real.
"Por consiguiente, para facilitar la reconstrucción, en su especificidad, del problema que se ataca, es necesario controlar los condicionamientos teóricos, ideológicos y experienciales que se encuentran en la base de toda actividad teórica o práctica."[5]
La apertura hacia lo real requiere de mecanismos de razonamiento que ayuden al control de los condicionantes, permitan el uso de los conocimientos acumulados y faciliten la reconstrucción del problema en su contexto, este mecanismo es la problematización.
"La problematización es el mecanismo de razonamiento que garantiza la apertura hacia lo real objetivo, mediante el control de los condicionamientos teórico, experienciales o ideológicos."[6]
Al elaborar un diagnóstico, el sujeto al percibir la realidad no lo hace de forma pura, sino que lo median los conocimientos teóricos que tiene, es decir, lo que el sujeto aprende esta plagado de deformaciones producto de las formas de pensar, creer, actuar, el contexto, el tiempo y lo deseable, etc. lo cual no hay una experiencia directa, sin embargo, con esto no se puede decir que la teoría no es importante, sino que para realizar una reconstrucción del problema es indispensable controlar, hasta lo posible estos condicionamientos que permitan realizar una observación de la realidad.
En la selección de los conceptos se debe llevar a cabo una lectura problematizadora de la teoría que se vaya a usar, una vez seleccionados, se analizan de acuerdo al tipo de recorte de realidad que sea más pertinente, la función epistemológica es la que posibilita separar los conceptos de los cuerpos de teoría, al aislar los conceptos se separan las relaciones de los mismos con la teoría de donde provienen, esto permite vincular los conceptos con las relaciones posibles a través de la articulación de procesos.
La selección de conceptos se da a partir de los siguientes criterios:
"1. El criterio de inclusividad asociado al supuesto de movimiento que obliga a seleccionar conceptos capaces de establecer relaciones posibles entre sus respectivos recortes de realidad, y que no implican una jerarquía de determinaciones, y
2. El criterio de lectura articulada, asociado al criterio de articulación, misma que obliga a seleccionar conceptos que al corresponder a distintos niveles temáticos, puedan analizarse desde conceptos pertenecientes a otro nivel de la realidad."[7]
Estos criterios son los que apoyan en la problematización de la teoría, al ser fundamento una de otra, el movimiento de la articulación y la inclusividad de la lectura articulada, así, los conceptos que son el producto de la descomposición de la teoría y que fungen como delimitantes del campo de observación se les conoce como conceptos ordenadores que se conforman del contenido de la teoría y de la observación, elemento de la función epistemológica, la cual sirve para recortar la realidad en un tiempo y espacio determinado.
Los conceptos observables ayudan a hacer el recorte de realidad que se pretende observar, este proceso se conoce como operacionalización de la teoría, en donde los conceptos pasan de la universalidad a lo concreto, el diagnóstico debe partir de los problemas reales del sujeto y reconstruir el problema en una situación concreta, es entonces que el problema debe transformarse en una hipótesis o supuesto afirmativo el cual indicará los campos de observación, así en vez de reducir el problema se amplia con el contexto en que se desarrolla, es decir que el problema se convierte en un campo problemático, donde los límites corresponderán al razonamiento crítico que haga el sujeto.
La operacionalidad de los conceptos son parte del proceso de delimitación del campo problemático, así, los observables apoyan en la delimitación del contexto del problema;
"Es así como el problema, visto desde la exigencia de articulación, se transforma en un campo problemático."[8]
La experiencia del sujeto se traduce en saber cotidiano condicionado por su entorno, para algunos la experiencia es el parámetro para la definición de metas, al percibir una realidad que se repite y de donde se puede analizar su estructura reduciendo lo que se ha de observar, en la propuesta de un diagnóstico alternativo el campo de observación se pretende ampliar y, ver las posibilidades de los conceptos ordenadores de ser socializados, para determinar si los conceptos de la propuesta están relacionados con el saber de la población a estudiar.
Lo ideológico del sujeto condiciona la construcción del diagnóstico, al sujetarlo a fines, metas e intereses deseables, no es posible negar la importancia del interés al servir de impulso en la construcción del conocimiento, pero no concebidos como parámetros que delimiten los observables, el interés marca una direccionalidad de la realidad en donde lo deseable debe convertirse en lo viable, concebido como lo objetivamente posible, lo que se puede hacer; de esta forma es posible controlar el condicionamiento ideológico.
Ir de un diagnóstico normativo a un diagnóstico como campo de posibilidades, implica un cambio en el enfoque de cómo abordar la problemática, como objeto o sujeto de estudio, de un presente estático a uno dinámico, y definir criterios ya sea de proceso o de resultado
"El indicador solo recupera, según su construcción conceptual, algunas dimensiones del plano fenomenológico de la realidad, pero no el proceso genético que da lugar a esas manifestaciones determinadas. Esta circunstancia permite caracterizar a los indicadores, sean cuantitativos o cualitativos, como conexiones empírico-morfológicas, ya que describen la forma y no el contenido…"[9]
Los indicadores de procesos, no es que sean diferentes a los de resultados, es en su tratamiento donde estriba la diferencia, articulan y reconstruyen las relaciones desde diferentes áreas temáticas, no solo de conexiones como los primeros, sin embargo, los indicadores de resultados tan necesarios y útiles no alcanzan a explicar el fenómeno en su totalidad concreta.
De esta manera, surge la opción del diagnóstico como campo de posibilidades, la cual pondera la articulación entre las diferentes áreas temáticas, la económica, la política, la cultural y la psicosocial, con la intención de solucionar los problemas y dificultades de los diagnósticos normativos, concibiendo una realidad dinámica, una realidad donde se articulan los procesos en sus diferentes niveles y en sus dimensiones espacio-temporales que conllevan diversas direcciones, cuya metodología se basa en la reconstrucción de la situación problema, sin formular hipótesis sino problematizando los fenómenos de la realidad, recuperando su contexto, abriéndose a diferentes posibilidades de desarrollo.
"Desde este enfoque, lo que hacemos es problematizar el fin normativo, privilegiando la atención en el campo de posibilidades, y abriendo mediante el diagnóstico, un espectro de objetivos posibles dentro de los cuales sean factibles varias opciones estratégicas"[10]
El diagnóstico replantea la forma de detonar los objetivos diversificándolos como un campo de posibilidades detectadas, de la cual se desprende la organización y la orientación de la acción que lleve a una intervención efectiva sobre la problemática, tomando en cuenta su historia como una secuencia de momentos, los cuales son movimientos abiertos llenos de potencialidades, lo anterior no se hace desde un marco teórico, sino a través un razonamiento crítico, enfoque característico del diagnóstico como campo de posibilidades.
Conclusión
En los centros escolares es importante tomar en cuenta el diagnostico ya que esto servirá para conocer cada una de las características, los fines y las metas del sistema educativo, sus modelos sociales de educación, las políticas educativas que inciden en la organización y funcionamiento de las escuelas, así también la relación que generan unas con otras en la obtención y alcance de metas, término de un proceso (fin de una acción), objetivos (resultados que se pretenden alcanzar) y propósitos (resultados adecuados que se pretenden conseguir).
La educación se concretiza a través de los centros escolares lo que dimensiona a la escuela como institución o como empresa, y sólo a través del diagnóstico podremos darnos cuenta de lo que ocurre en cada uno de los ámbitos educativos, así mismo si las metas del sistema educativo se llevan a cabo o si se priorizan unas sobre otras, es sin duda, en la función social de la enseñanza de los centros escolares, en el ámbito didáctico.
Con lo anterior se puede caracterizar a los centros escolares desde un diagnóstico abierto, alternativo, que permita elaborar una interpretación del centro escolar, del proceso enseñanza-aprendizaje o de cualquier ámbito educativo, es así donde se da la interacción de los sujetos implicados, docentes, directivos, padres de familia, alumnos; reconociendo el proceso como una espiral donde interactúan las subjetividades en un tiempo y espacio determinado considerando el tiempo como una dimensión del aprendizaje donde lo imprevisible es tomado en cuenta como una potenciación de la creatividad y la originalidad para tomar en cuenta los ritmos diferentes de los sujetos.
El diagnóstico normativo y el diagnóstico como campo de posibilidades son opciones de acercarse a la realidad, quien realiza investigación es quien debe decidir el tipo de conocimiento que puede obtener al implementar uno u otro y de esta manera pueda diseñar los instrumentos acordes al enfoque de diagnóstico, así como su aplicación; en la investigación educativa.
El diagnóstico tiene un papel importante ya que por medio de este, es posible conocer y especificar los problemas internos y externos de los centros escolares, los cuales dan pauta para diseñar una estrategia de intervención con el propósito de mejorar, cambiar o transformar las relaciones en su propio contexto en un tiempo y espacio determinado, con esto hago énfasis en que el diagnóstico, es sin duda, un elemento de vital importancia en el desarrollo de la investigación educativa.
Bibliografía
Arce, Enrique. Subjetividad, objetividad y organización escolar. España. Revista de educación, num. 336 (2005).
Zemelman, Hugo, Conocimiento y sujetos sociales. Una contribución al estudio del presente. México, El Colegio de México.
Zemelman, Hugo. Crítica epistemológica de los indicadores. México, El Colegio de México.
Autor:
MA. De los Ángeles Nava Lévaro
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE ESTUDIOS DE POSGRADO
REVOE.A106/86-RDG:LVf 289/91 CLAVE:I-11MSU0008N; E-11PSU0002Q
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
COORDINADOR:
DR. RAÚL CALIXTO FLORES
SEMINARIO DE TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO
CELAYA, GUANAJUATO, DICIEMBRE DEL 2012
[1] Zemelman, Hugo (2000) Conocimiento y sujetos sociales. El Colegio de México. México. p. 15
[2] Íbid. p. 21
[3] Íbid. p. 23
[4] Íbid. p. 28
[5] Íbid. p. 35
[6] Íbid. p. 37
[7] Íbid. p. 42
[8] Ibíd.. p. 52
[9] Zemelman, Hugo. (1988).Crítica epistemológica de los indicadores. El Colegio de México. p. 47
[10] Ibíd.. p. 33