Dedico este libro a los Periodistas, por su profesionalidad y su gran apoyo
Prólogo
Las relaciones laborales, ocupan hoy en día, un lugar especial en la sociedad. Al igual que la sanidad es un bien fundamental para los ciudadanos, y es una preocupación de los Gobiernos que los ciudadanos vivan en un perfecto y constante estado de buena salud; las relaciones laborales, tras la consagración del trabajo en libertad, constituyen una constante y permanente ocupación de todos los agentes que intervienen en el Estado de Derecho. Apenas hace 200 años, pocas generaciones, si observamos el tiempo en su conjunto, la regulación de: Jornada, Salario, Categorías, Promoción, era impensable. La evolución de la sociedad, la reivindicación del derecho a la dignidad, y sobre todo el mercado, ha transportado al trabajo hacia un escenario en el que convivimos pacíficamente: empresarios, trabajadores, profesionales, gobiernos y organizaciones con el único objetivo de mejorar las condiciones de vida. Difícilmente se puede conseguir una salud de las personas si estas no tienen los elementos necesarios para disfrutarla. Y como elemento más necesario, amen de la salud, es el trabajo.
Ahora bien, para coordinar esta situación no solamente hacen falta empresas y productores, es imprescindible que el encaje de las piezas se lleve a cabo por auténticos especialistas en relaciones laborales. De ahí que a mediados del Siglo XX tenga lugar la aparición de la profesión de Graduado Social, haciéndose un hueco en el entramado social, y convirtiéndose por derecho propio, en el único técnico en materia de derecho del trabajo y seguridad social.
El autor de esta obra, Graduado Social de profesión, analiza con un fino olfato los problemas que observa en su bagaje profesional, y exterioriza en tinta, las experiencias que su larga trayectoria ha obtenido del ejercicio de una profesión con futuro.
Manuel Jerez no se limita a observar. Es valiente, se atreve a opinar y lo hace sin apoyos. Lo hace solo, ante una sociedad que únicamente necesita que alguien, en este caso Manuel Jerez, dibuje con claridad los problemas que en este compendio de artículos expone.
El sentido técnico y sobre todo la voluntad de utilidad de cada opinión, dan a esta recopilación un significado especial.
Felicito al autor por ello, y le animo a seguir trabajando en este sentido. Todos aquellos que sentimos el Derecho al Trabajo como necesario para una sociedad democrática, coincidiremos en que es necesario que los expertos, los Graduados Sociales, mantengamos siempre despierto el sentido critico. Manuel Jerez lo ha conseguido. Felicidades por ello.
Javier San Martín Rodríguez Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados Sociales de España.
Periodistas
Los profesionales de la información, merecen el reconocimiento de toda la sociedad, como grandes generadores de transformación social en las adormecidas democracias.
Ya saben ustedes, como se siente uno, cuando con toda la buena intención y la esperanza de ser atendido y escuchado, en cualquier organismo (público o privado) o institución (empresarial o profesional), ni siquiera ha sido citado para exponer sus pretensiones.
¿Qué sería de nosotros? Los peones de la sociedad, los carentes de poder, sin la existencia de los defensores de la realidad, de los informadores de tantas injusticias, de escándalos empresariales y políticos, de fraudes en todo tipo de instituciones.
Siempre que me he acercado a cualquier periodista, de cualquier medio de comunicación, me he sentido comprendido y apoyado.
Son grandes catalizadores sociales, sabedores de los acon- tecimientos presentes, y grandes lectores de la realidad futura.
Todos sabemos que nos debemos a las empresas para las que trabajamos y a las que les prestamos nuestros servicios, y ello da lugar, en muchas ocasiones a sufrir determinadas presiones propias de la actividad que ejercemos. Ahora bien, estos profesionales, con una inteligencia y una percepción de lo que acontece, saben transmitir todo tipo de acontecimientos y de propuestas innovadoras, con el sentimiento del deber cumplido.
Son, para mí, un gran ejemplo de lo que es el concepto profesionalidad, pasan desapercibidos estando presentes en todos los rincones más insospechados.
Vocacionales natos, capaces de involucrarse en redes mafiosas para hacer trabajos de investigación, de viajar a lugares lejanos, donde la conflictividad bélica es extremadamente peligrosa. Su vocación, y lo han demostrado a lo largo de la historia, es el servicio a la sociedad, teniéndola informada y apoyando las reivindicaciones de tantos seres humanos carentes de poder, indefensos ante las maquinarias institucionales y los círculos de poder.
No están bien pagados para la gran contribución que aportan a la sociedad. Los considero a cada uno de ellos como "directivos" de una gran empresa llamada democracia y progreso social.
(La Voz de Almería 17.12.2005).
(Ideal 18.12.2005).
(Diario de Almería 20.12.2005).
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