En la capital los hermanos Marquesi junto a otros personajes de la tira se enfrentan con diversos problemas, situaciones y obstáculos para superar. Estos hermanos, chicos de la provincia de Buenos Aires, encuentran un lugar muy cálido y querido en la casa de su tío quien es una persona muy recta, disciplinaria y ordenada pero, a pesar de sus características, los "pibes" son algo más fuertes que él y logran siempre lo que se proponen.
En la novela se ve muy clara la presencia de dos personajes femeninos totalmente distintos que se enfrentan durante la trama de cada capitulo.
Uno de estos personajes es Brigitte, hija del presidente del club All Boys, la joven rubia, delgada, de buen vestir, adinerada, orgullosa, traicionera, mentirosa y posesiva, siempre tuvo todo lo que deseó por la buena posición económica de su familia (por lo que resulta una chica consentida y caprichosa). Es aficionada a su imagen, devota del pensamiento "que dirán los demás" y no pierde ninguna oportunidad para conseguir lo que quiere aunque deba hacer cualquier cosa. No le importa hacer sufrir a las personas con sus mentiras y traiciones ni poner en juego sus sentimientos con tal de ganar y cumplir con su objetivo. Es una persona egoísta que trata de mostrarse bondadosa, simpática y solidaria para ser aceptada por los demás.
El otro de los personajes contrastante es María, quien trabaja y vive en el club con su abuelo y hermanito. María es una chica humilde, pasiva, bondadosa, bella y tímida. Desempeña el rol de joven trabajadora (trabajó como empleada doméstica en la casa de Brigitte) a quien la vida no le fue ni le es fácil pero sin embargo busca salir adelante, tener un futuro mejor, ayudar a sus allegados y, por sobre todas las cosas, ser feliz aunque no siempre lo logre.
Martín es la persona por la cual Brigitte y María se enfrentan. En una primera instancia Martín fue novio de Brigitte, hasta que se dio cuenta que estaba enamorado de María, quien también lo amaba. Frente a esta situación de incertidumbre y desventaja Brigitte fingió un embarazo para poder tener lo que quería, Martín, y poder alejar a María de su camino. Martín, finalmente, decidió renunciar a su verdadero amor para casarse con la futura madre de su hijo. Brigitte logró hacer sufrir, durante los preparativos de la boda, a Maria y sobre todo a los hermanos de Martín, quienes si bien querían que se hiciera responsable del bebé, no querían que se casara, ya que suponían cuan infeliz iba a ser su hermano mayor al estar al lado de una persona que no amaba y lejos de su amada, María.
Pero el día de la ceremonia se descubre toda la farsa del embarazo que realizó Brigitte y el casamiento no se realizó. Brigitte terminó siendo humillada frente a todos y Maria, con su sinceridad y humildad, siendo feliz.
Esta situación conflictiva demuestra la rivalidad creada por Brigitte al querer, a pesar de saber que no es correspondida, tener a su lado a Martín y, al utilizar métodos deshonestos (mentiras, engaños, simulacros, agresión, violencia) y lastimar a quien se encuentre en su camino (en este caso María), se ejemplifica una "mala" o "enemiga" sin escrúpulos ni compasión (odiada por el televidente) que pierde frente a la "heroína" honesta y bondadosa (querida por el televidente).
El programa producido y dirigido por Cris Morena se basa en la historia de un grupo de estudiantes de 3° año de polimodal que están internados en un colegio privado y muy exclusivo en la provincia de Buenos Aires, Elite Way. Allí asisten la hija de una vedette (la voluptuosa Catherine Fulop), el hijo de un político (el intendente, Boy Olmi). Pero también chicos becados, de familias más modestas. Los conflictos se suceden entre dos grupos de chicas y chicos que no se simpatizan, los profesores, padres y directivos del instituto.
Entre las estudiantes resaltan los personajes de Marizza Spiritto (Camila Bordonaba), hija de la vedette Sofía Rey, joven solidaria y divertida y, el de Mia Colucci (Luisana Lopilato), frívola, egoísta y vanidosa. Estas dos jóvenes siempre están enfrentadas por diversos motivos y sus personajes presentan estereotipos antagónicos y casi siempre presentes en toda novela.
Mia Colucci es una adolescente delgada, rubia, a la que todos creen bella, niña mimada de padres con buena posición económica y por lo tanto: caprichosa, competitiva, vanidosa y muy preocupada por la imagen exterior. Habla con vocablos ingleses, su celular es su objeto mas preciado, se cree una reina rodeada de lacayos, discrimina a los que no poseen su mismo nivel económico-social y se rodea con "gente como una". Se enfrenta con Marizza Spirito en competencias banales como quién baila mejor o posee los padres con mejores contactos, crea rivalidades donde no existen, compite contra sí misma, con su propia necesidad y obsesión de ser la mejor en todos los ámbitos para ser admirada por todos.
Marizza Spiritto, joven delgada, atractiva, extrovertida y de fuerte carácter, es quién representa la justicia en el grupo ya que ante un conflicto o injusticia siempre se encarga de solucionarlos y ayudar a la víctima o al más vulnerable. Es nueva en la división y por ser tenaz, impulsiva, no tener miedo a enfrentarse con otra gente (lo que la hace parecer agresiva) no es querida por todos, el grupo de amistades de Mia la llama "camionero" y "grasa".
En un capitulo, el grupo de estudiantes se encuentra en un boliche bailable y Mia al ver que Marizza está bailando en el medio de una ronda toma de la mano a un compañero y lo arrastra hasta la pista de baile para lucirse e intentar acaparar la atención que tiene su compañera. Esto demuestra que para el personaje lo más importante es mostrarse, ser admirada y ser la mejor. Más tarde, en el mismo capitulo, los chicos se encuentran en problemas con la policía y Marizza llama a su madre para que los ayude, al oír Mia el llamado que realiza su compañera llama a su padre también para que sea su familia quien los salve. Otra vez la protagonista debe ser ella, su padre asiste primero y soluciona el problema con la policía, Mia salvó a todo el grupo de ir detenido a la comisaría y se atribuye el merito frente a Marizza. El señor Colucci (Martín Seefeld) reprende a los jóvenes por haberse escapado de la escuela para asistir al boliche, en cambio, la madre de Marizza, los felicita por su aventura. En este caso son las familias las cuales enfrentan a Mia y Marizza, reforzando las diferencias ideológicas y de valores entre ambas.
En otro capitulo Mia demuestra lo egoísta que es al no escuchar el problema que su mejor amiga Victoria quiere contarle por estar preocupada por la prueba del grupo de baile que dirige. A Victoria le habían avisado que la pasarían a otra escuela porque su conducta no coincidía con el "perfil del colegio" según palabras textuales del director quien cuida la moral de los alumnos, pero Mia no la escucho hasta que pudo hacer su descargo por no haber tenido éxito en su prueba de baile ( habiendo sido superada por Marizza, hecho que la había humillado y enojado). Al enterarse del problema de su amiga Mia se solidariza y propone una solución para luego cuando Victoria le agradece exclamar "por fin alguien se da cuenta de lo difícil que es ser yo". Con ésta frase Mia quiere resaltar los sacrificios que ella hace y nadie le reconoce, cree (y lo dice) que el colegio el debe un reconocimiento por su labor en la institución.
Manuel, estudiante mexicano, enfrenta a Mia en una oportunidad y le dice que es una xenófoba y discriminadora y le pregunta por su "lista de desterrados de mialandia" donde figuran "gordos, grasas y extranjeros" luego de que Mia le diga que no le hablaba por ser extranjero. Mia se espanta y ofende cuando Manuel le dice que es una mala persona, no entiende como le pueden decir algo así a ella. Su personaje es tan egoísta que no entiende ni se da cuenta de los problemas de los otros, sus prioridades deben serlo también para todos y para lograrlas está dispuesta todo, además de competir con Marizza, compite hasta con sus mejores amigas lo que resalta la inseguridad de la joven frente a si misma por lo que lucha por ser reconocida socialmente como la mejor para sentirse segura y feliz.
Mientras Mia llora por haber perdido la competencia Marizza festeja haber sido elegida y haberle ganado a su enemiga pero, también se ocupa de un chico de la calle a quien esconde en un trailer cerca y le lleva a escondidas alimentos. En esta ocasión se demuestra claramente la solidaridad que ejerce la heroína y la contrarresta con el egoísmo de su enemiga.
La bondad, moral y justicia son lo que diferencia y caracteriza a éstas dos jóvenes como heroína y mala (o enemiga) ya que ambas tienen personalidades fuertes y están dispuestas a hacer todo lo posible para lograr sus objetivos.
Se trata de una telenovela de origen colombiano, un producto que ejemplifica el fenómeno cultural a nivel global, ya que ha tenido gran alcance en muchos países de Latinoamérica y en Estados Unidos, se la puede ver por segunda vez en nuestro país.
En la telenovela el tema elegido es el estigma de Betty, la protagonista de la misma, a quien se la identifica como la distinta, la fea y la que está fuera del paradigma dominante, en el caso de la trama argumentativa de esta novela, la "belleza".
Betty, Beatriz Salomón Pinzano, es una joven, economista, muy capaz y eficiente en su trabajo quien vive con sus padres, hogar donde se la valora y se la respeta; resulta llamativo en ella su fealdad: aparatos en sus dientes, anteojos gruesos ropa y peinado anticuado, y algo torpe en sus movimientos, expresiones y contracción de la voz. Betty ha pasado de ser una simple empleada a asistente de dirección de la organización en Ecomoda, una empresa dedicada a la moda, debido a sus aptitudes en el trabajo. El personaje resulta querible porque en ella se destaca también su bondad, sus dudas, sus debilidades, su lealtad y por lo que a lo largo de su vida ha tenido que soportar por ser distinta a los modelos de belleza impuestos socialmente.
La heroína, Betty, se enfrenta en reiteradas ocasiones con Patricia Fernández, la "mala". Patricia es una mujer atractiva, arribista, ambiciosa, poco lúcida, que le gusta aparentar más de lo que es y tiene, se presenta en forma casi grotesca como "linda", la caracteriza una exagerada coquetería que se manifiesta en sus modales y en su forma de vestir, es la secretaria de Dirección de la empresa. Resulta odiosa para el televidente ya que se burla constantemente de Betty, de las integrantes del "cuartel de las feas" y es capaz de cualquier cosa con tal de conseguir lo que se propone.
El "cuartel de las feas" es un grupo secretarias o asistentes de la empresa donde trabaja Betty que han sido así clasificadas por sus compañeros de trabajos por no verse incluidas en el ideal de belleza actual. Este grupo contrasta con el entorno de Ecomoda, donde prevalecen los ideales estéticos socialmente aceptados.
Betty es la que resulta sensible y tímida para el televidente, ya que es la que siempre sufre por el menosprecio, insultos y burlas por parte de Patricia aunque luego logre vengarse en ciertas ocasiones al comprarse un Mercedes Benz luego de que a su enemiga se lo hayan quitado por falta de pago o como cuando le responde junto con sus amigas del "cuartel" que es "peliteñida" y que se va a ser pobre en respuesta al "ustedes se van a quedar solteronas".
A pesar de ser caracterizada como pobre y fea, Betty es inteligente y eso la "salva" y le permite cierta movilidad en su trabajo, en cambio, Patricia es linda y tonta, se presenta siempre como ex alumna de una universidad en la que cursó seis meses buscando obtener algún reconocimiento por ello.
La coincidencia de encontrar personajes tan símiles demuestra lo aceptado que están estos estereotipos en el imaginario social, se toma como normal este tipo de "malas" y "buenas" en las novelas y se las espera caracterizadas de este modo. Para que exista la heroína buena y solidaria, la que todos quieren, se crea la imagen de una antagónica, a quienes se les suma una falta de amor materno y paterno que las hace "perder" en la lucha contra las "buenas", que triunfan gracias al cariño que recibieron de sus padres junto con sus valores éticos.
Encontramos en común en la caracterización de las "malas" que sean: rubias, delgadas, atractivas, con buena posición económica, vanidosas, narcisistas, coquetas, egoístas y materialistas entre otras. Las "buenas", por su parte, coinciden en ser: solidarias, bondadosas, humildes y honestas. Las "malas" son quienes plantean y defienden el modelo de belleza actual (mujer joven, alta, delgada y bella) y discriminan a todo aquel que quede fuera de éste (las "buenas" pueden estar o no, pero generalmente se encuentran más distanciadas de éste que las "malas"). El poder económico juega también un importante papel como factor de discriminación.
Existe también una vigencia del discurso violento en el plano simbólico de la ficción que es muy poco notable ya que aparece camuflado con la risa, justificación o la recompensa.
La ficción, en un formato familiar y de altísima preferencia en el público, encuentra lugares de identificación y modelos sociales. En la vida real, estos personajes, sean los buenos o los malos, no se encuentran tan delineados o identificables a simple vista pero el televidente puede identificar ciertas actitudes o características que los hacen creíbles y posibilitan cierta afectuosidad para con los personajes. Estos programas emiten mensajes portadores de valores que muchas veces no respetan las diferencias, ni las alientan, sino que por el contrario sancionan al distinto e instauran vínculos poco solidarios.
Si como dice Verón, haya tantos reales como discursos que se enuncian, hemos visto que los reales enunciados tienen un sentido bastante estrecho y símil. ¿Tendrán también un sentido estrecho y delineado los discursos reales de la sociedad?.
Considerando que los seres humanos son conceptualizados como hacedores discursivos, entonces también se los está conceptualizando como constructores de realidades. Lo que no se nos muestra como parte de esa realidad construida son determinados valores: la homologación del tener por el ser; los modelos a seguir; los paradigmas que se erigen como dominantes (una estética de belleza determinada); las formas de control social; la utilización del recurso violento para demostrar cierto poder (económico, social) en los distintos tipos de interacción social.
Estos valores forman parte de la realidad cotidiana y por consecuencia también de la ficcional (por ejemplo, la televisiva) que actúa como un espejo, pero, debemos tener en cuenta que éste no es siempre fiel al original. Pero cabe preguntarnos qué sentidos le son otorgados por los televidentes a los estereotipos analizados ya que el refuerzo de éstos
empobrece las posibilidades de comprensión de la realidad y de creación de alternativas.
-Loscertales, F. El rol de la mujer en la sociedad actual. Perspectivas y problemas. En INFAD. León: Universidad de León.1994.
-Tajfel, H. (Ed.). Grupos humanos y categorías sociales. Barcelona, Herder.1984.
-Mackie, M.M.. Arriving at truth by definition: case of stereotype innacuracy, en Social Problems nº 20 pp.1-227.1973
-Suárez, A.; Gabrinetti, M.; Lacal, D..Violencias en pantalla. Buenos Aires, Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. 2001.
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