Sesgos teórico-metodológicos en los estudios de las mujeres desde la perspectiva de género
Enviado por delia mondragón
RESUMEN
El presente estudio se inscribe dentro de la modalidad de investigación documental con un diseño bibliográfico por cuanto se pretendió precisar los sesgos teórico-metodológicos en los estudios de las mujeres desde la perspectiva de género a partir de análisis crítico de información empírica y teorías existentes. El método empleado fue el analítico-sintético según lo aportado por Eyssautier, Hurtado y Toro y Cerda García, el cual permite la descomposición de los textos en sus elementos más simples, analizando cada uno de ellos por separado, para agrupar las partes para considerarlas y enriquecerlas en su conjunto. Las técnicas e instrumentos utilizados fueron la lectura rápida del material, lectura en profundidad, el subrayado y notas marginales. La técnica utilizada para procesar la información fue la del análisis de contenido por medio de la cual se realizaron inferencias y juicios sobre los textos revisados. Los resultados del estudio permiten precisar los sesgos teórico- metodológicos en los estudios de las mujeres los cuales se manifiestan a través de: androcentrismo, sexismo, etnocentrismo, escasa socialización de los resultados, entre otros. Se plantearon también en el estudio una serie de desafíos con los cuales habrá que comprometer la investigación con perspectiva de género en el futuro.
Palabras clave: Género, Sesgos teórico-metodológicos, Tendencias investigativas.
INTRODUCCIÓN
Todo proceso de investigación se apoya no sólo en un sistema de teorías que en forma coherente y consistente intentan explicar la realidad en estudio, sino también sobre una vía procedimental o método que orienta sistemáticamente el proceso indagatorio. La imbricación de ambos elementos garantiza que el conocimiento llegue a representar abstractamente el comportamiento de la realidad. Estos requerimientos indispensables representan la diferencia entre el conocimiento practicista e ingenuo y el conocimiento científico.
Los estudios sobre las mujeres circundan estos riesgos. En torno al abordaje de su problemática surgen múltiples y variados enfoques que dan origen a concepciones a veces antagónicas, unas nacidas de un conjunto de conceptos, declaraciones y explicaciones originadas en la vida cotidiana y otras que implican perspectivas parciales, androcéntricas, lo que conlleva la imposición de la objetivización de lo masculino sin considerar el punto de vista de las mujeres.
En los últimos tiempos los estudios sobre las mujeres parecen haber tomado un nuevo impulso. La perspectiva de género es sin duda un nuevo marco conceptual para el análisis concreto de la mujer como ser biopsicosociocultural, desde una visión que pone su asiento sobre el carácter eminentemente cultural de las diferencias entre hombres y mujeres. Sin embargo, la menguada presencia de la mujer como investigadora y el dominio del pensamiento androcéntrico propio del sistema patriarcal, entre otras, sume los estudios de las mujeres en situación de insuficiencia, con lo cual se presentan sesgos, tanto de carácter teórico como metodológico que ensombrecen la posibilidad de producir conocimiento concreto sobre la condición femenina, atendiendo al surgimiento de nuevos problemas, al replanteamiento de problemas antiguos, a las nuevas propuestas de solución para la problemática de las mujeres y nuevas vías de exploración. En función de lo planteado el presente estudio de carácter documental intentará precisar los sesgos teórico-metodológicos en la investigación sobre las mujeres en el marco de la perspectiva de género.
Las intenciones de este proyecto no están concebidas en un sentido dogmático, ni se pretende en modo alguno sentar cátedra o definir seguridades. Todo lo dicho aquí tiene más bien un sentido hipotético, conjetural, de planteamientos que puedan ser discutidos, criticados y evaluados, que pueda servir de aporte para el mejoramiento de los procesos de investigación relativos a las mujeres. Por eso, se pondrá un empeño particular en proveer la mayor cantidad posible de referencias bibliográficas, de manera que el usuario o usuaria tenga la opción de validar y continuar por su propia cuenta las ideas aquí tratadas.
Apoyadas en un proceso de carácter analítico-sintético que guiará todos los momentos de esta investigación se pretende condensar el discurso escrito en cuatro capítulos, a saber: Capítulo I, donde se esboza el problema de investigación, el sistema de objetivos, la justificación de la investigación y el cuadro o matriz de contenido. El Capítulo II, donde se desarrollarán los antecedentes y fundamentos teóricos que permitirán arribar al objetivo general de la investigación, en función de una matriz de categorías; así como las bases legales que respaldan la propuesta. El Capítulo III relativo al marco metodológico del estudio, identificando el tipo de investigación, procedimiento y técnicas e instrumentos utilizados para la recolección de datos. Capítulo IV, donde se presentan los resultados obtenidos, denominados en este caso: reflexiones para la discusión. Capítulo V, desafíos por alcanzar.
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema
Los estudios sobre las mujeres tienen una larga data en la historia contemporánea. Oyarzún Chicuy (2001), argumenta que los orígenes de las investigaciones sobre las mujeres estuvieron inicialmente fundamentados en la tradición de la mujer en su quehacer cotidiano, "lo cual permitió definir nuevos problemas o más bien identificar los problemas de ellas, de las mujeres adultas: violencia doméstica, trabajo doméstico, derechos reproductivos, desigualdades ante la ley, feminización de la pobreza, entre otros" (pág.76). Estas investigaciones analizaban el protagonismo femenino en tales espacios desde la perspectiva de su efecto sobre el conjunto de la acción y no de la influencia de tal actividad sobre sí mismas y sobre las demás mujeres.
La misma autora refiere, que el conocimiento producido ayudó a gestar el sentimiento de pertenencia a un género y gracias a la investigación fue posible reconocer "la singularidad" de sus experiencias sociales, diferentes a la de los hombres, recalcar su contribución social y conceptualizar los problemas que ellas enfrentaban en tanto mujeres. Surgen así los estudios que hablaron de la acción política de las mujeres para la construcción de la democracia, y de la subordinación de las mujeres y de la exclusión de ellas en el escenario social, político, económico y cultural. Este importante avance en los estudios sobre la mujer no es fortuito, surge al incorporarse un nuevo paradigma: el género. Este modelo teórico -analítico surgió para explicar las desigualdades entre hombres y mujeres, poniendo el énfasis en la noción de multiplicidad de identidades. La perspectiva de género presenta la conformación de lo femenino y lo masculino desde una relación dialéctica, compleja y cultural que se desarrolla en cada momento histórico y en cada sociedad. Esta nueva perspectiva, opta por una concepción epistemológica que se aproxima a la realidad de las relaciones hombre-mujer desde el poder. En este sentido, Gamba (2008) sostiene que trabajar con una visión de género implica reconocer:
Los efectos de producción y reproducción de la discriminación, (…) las cuales adquieren "expresiones concretas en todos los ámbitos de la cultura: el trabajo, la familia, la política, las organizaciones, el arte, las empresas, la salud, la ciencia, la sexualidad, la historia. La mirada de género no está supeditada a que la adopten las mujeres ni está dirigida exclusivamente a ellas. Tratándose de una cuestión de concepción del mundo y de la vida. (pág. 1)
Cada quién, con sus diferencias y particularidades enriquece y demuestran lo amplio que es el espectro de la dinámica social, así como lo complejo que significa trabajarlo desde una perspectiva como lo es el género. Es por ello, que los estudios sobre la mujer desde una perspectiva de género, abren las puertas a un sinfín de temas y criterios, que se vinculan con la génesis de las llamadas "diferencias", "relaciones de poder", entre otros.
Desde la perspectiva de género, las investigaciones han tomado una variedad de enfoques, tendencias y posturas teóricas e ideológicas. Se prefigura en este estudio tres tendencias, la primera es aquella donde las investigaciones se encuentran centradas en la experiencia de las mujeres, víctimas de la dominación y/o discriminación patriarcal. La experiencia o vivencia inmediata, el hecho particular, se hace objeto del conocimiento. La segunda de las tendencias que han tomado las investigaciones que declaran visión de género, reduce la realidad de las mujeres a mediciones que luego son generalizadas. Aquí la vida de las mujeres se revela por medio del "dato estadístico", es decir, por una apreciación numérica que sirve de base para la explicación, descripción y comparación de los fenómenos, unos de carácter estructural tales como la participación política, la incorporación al mercado laboral o al sistema educativo, los niveles de ingreso, otros donde se hace referencia a aspectos conductuales: uso del tiempo libre, consumo de alcohol y tabaco, entre otros. La última, induce a investigaciones que hacen de lo neuro-biológico (no sexual), el origen de las conductas presentes en mujeres y hombres, aquí las mujeres son estudiadas como reproductoras y cuidadoras de la especie.
Todas estas tendencias, tal como asegura Harding (1998):
Han generado investigaciones indudablemente androcéntricas, y en consecuencia, nos ofrece análisis parciales y distorsionados (…) de las actividades sociales de las mujeres. Sugiere, falsamente, que las únicas actividades que constituyen y moldean la vida social son aquellas que los hombres han considerado importantes y dignas de estudio". (pág. 16)
En la primera de las tendencias, la mima autora reconoce que los estudios sobre la mujer se convierten en una simple narrativa o relación de empatía, que no traspasa la subordinación que la mujer encierra. Esta tendencia, ofrece un perfil de la mujer permanentemente martirizado, que nunca se ha revelado o protestado con éxito, por lo que no tiene posibilidades de transformar su situación e incluso la de otras y otros. La misma autora reconoce que aunque sea legítimo apoyarse en la experiencia y tratar desde ella la elaboración de teorías explicativas, el argumento se vuelve falaz, al excluir, las determinaciones contextuales.
Por su parte, Castro y Riquer (2003) afirman que en el caso de la segunda tendencia:
Se elude la complejidad de la realidad e ignora procesos subyacentes u ocultos (intereses de grupo, dinámica institucional, conflictos ideológicos, el contexto social, etc.). Lamentablemente, llegan a convertirse en investigaciones de "datos duros", que hablan por sí solos, y que a "fuerza de no poder medir lo que se quiere investigar se termina por investigar lo que no se puede medir". (pág. 14).
De esta manera, se oculta y manipula las opiniones y experiencias de las o los investigadores.
Como puede observarse por las aseveraciones anteriores, la declaratoria de la incorporación de la perspectiva de género en las investigaciones sobre las mujeres, parece no haber trascendido los conocimientos arrojados por los estudios tradicionales, ofreciendo sólo una ingenua explicación sobre fenómenos complejos relativos a la mujer descontextualizándolos del sistema de relaciones patriarcales, por lo cual no ha logrado superar los escollos que permitan mejorar la calidad de vida de las mujeres atendiendo a sus necesidades reales y sent idas.
Bajo este criterio, es posible preguntarse: ¿De dónde surge la categoría género? ¿Sobre la base de qué principio se desarrolla? ¿Cuál es el significado de la perspectiva de género? ¿Cuáles serían los aportes de la perspectiva de género a las investigaciones o estudios sobre las mujeres?; ¿Cuáles tendencias los han marcado? ¿Cuáles serían las insuficiencias teóricas y metodológicas en las investigaciones sobre la mujer que declaran su adhesión a la perspectiva de género?; ¿Cuáles serían los sesgos que puede correr la investigación sobre las mujeres, con perspectiva de género de no superarse las insuficiencias teóricas y metodológicas?
En función de las interrogantes planteadas se esbozan los siguientes objetivos del estudio.
Objetivos
General
Precisar los sesgos teórico- metodológicos en los estudios de las mujeres desde de la perspectiva de género.
Específicos
1. Construir una aproximación conceptual a los orígenes de la categoría género.
2. Señalar los alcances de la perspectiva de género como marco referencial para el estudio de las mujeres, desde la óptica de teóricas ubicadas en distintas áreas del conocimiento.
3. Caracterizar las tendencias actuales en los estudios sobre las mujeres.
Justificación e Importancia
La intención de este estudio de carácter teórico-documental, es presentar a la consideración de la crítica académica algunos sesgos teóricos y metodológicos en los que pueden incurrir las investigaciones sobre las mujeres desde la perspectiva de género. Desde los estamentos sociales que trabajan y atienden algunas problemáticas de las mujeres, como los centros de estudios universitarios entre los que se encuentra La Maestría de Desarrollo Integral de la Mujer de la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado, Maestría en Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela, el Centro de Estudios de la Mujer de esta misma universidad. Las organizaciones gubernamentales, tales como: Instituto Nacional de la Mujer, y no gubernamentales: AVESA, ALAPLAF, Casa de la Mujer Juana la Avanzadora, Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, por mencionar algunos. Así como en los espacios comunitarios se ha incrementado el número de investigaciones dirigidas a las mujeres desde la perspectiva de género, en tal sentido resulta interesante explorar y conocer qué se está entendiendo por investigaciones basadas en género, y sus implicaciones en términos del o los diseños de intervenciones que tienen las investigaciones y de las recomendaciones que deriven de sus resultados; recordando que hacer investigación con perspectiva de género, no es sólo incorporar temas relativos a las mujeres en análisis o investigaciones, o indagar su participación en las instituciones o simplemente hacer distinciones de lenguaje. Si bien estas acciones no son contradictorias a la incorporación de la perspectiva de género en los estudios, no son las únicas que deben establecerse, como tampoco el trabajo con género debe limitarse a ellas.
Conocer las tendencias que tienen las investigaciones con perspectiva de género, implica efectuar un reconocimiento de la importancia y utilidad de tales estudios, en tanto identifican, presentan y explican las asimetrías, las relaciones de poder, las inequidades y las causas que las producen. De igual manera, es significativo explorar si se plantean mecanismos de fondo y de forma para superar estas brechas, a sabiendas de la existencia de relaciones socialmente construidas sobre el poder y la exclusión.
En consecuencia, en la medida en que se profundice en el conocimiento de las insuficiencias existentes en las investigaciones, se amplía la posibilidad de identificar posibles propuestas encaminadas a mejorar las condiciones de quienes aparecen en desventaja, así como supuestos teóricos-metodológicos y prácticas que desarrollen nuevas líneas de investigación y donde todas las personas involucradas se conviertan en un motor de cambio para la realidad encontrada si así lo amerita.
Precisar los sesgos teóricos y metodológicos en los estudios sobre las mujeres, ayudaría a las mujeres, hombres, docentes, investigadoras/es y a la sociedad, como destinatarios de los resultados de las investigaciones, a identificar de una manera más completa los elementos que estarían entorpeciendo el logro de una sociedad nueva en la que todas las personas sean beneficiarias de propuestas para el alcance de una verdadera equidad, en este sentido.
En cuanto a las mujeres, ellas específicamente, recibirán los beneficios de una investigación que realmente las visibilice, y abra los caminos para discutir los temas que garanticen crear condiciones de equidad e igualdad de género. La producción de un conocimiento que reproduzca objetivamente la situación de las mujeres repercutirá en las relaciones que hasta ahora ha mantenido no sólo con sus pares, sino con la otra mitad del mundo en pro de lograr el espacio que realmente le corresponde, desde un sistema, una sociedad distinta a la actual, donde pueda lograr el ejercicio de sus derechos como ciudadana, sus derechos económicos, sociales, cívicos y políticos.
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