Descargar

Genocidios impunes: la impunidad, en el subsuelo de la perversión humana

Enviado por Juana Ordóñez


  1. La "guerra negra" en Tasmania
  2. Sabra y Chatila
  3. Genocidio de Putis (Ayacucho, Perú)
  4. La Matanza de Accomarca (Ayacucho, Perú)
  5. El genocidio político de los penales (Perú)
  6. El genocidio político de Cayara (Ayacucho, Perú)
  7. El genocidio étnico de Ruanda
  8. Bibliografía

La "guerra negra" en Tasmania

Esta expresión no alude a ninguna guerra, sino a la agresión cometida en Tasmania a comienzos del siglo XIX, por los invasores británicos, en agravio de la población aborigen, para adueñarse de su territorio. Este genocidio fue promovido y recompensado económicamente, por el gobierno británico.

Ya en 1,772, con el arribo de los primeros colonos europeos, los tasmanos fueron convertidos en esclavos, tomados como fuente de placer sexual, fueron torturados y mutilados por los colonos invasores. Los colonos europeos les daban caza y las vendían sus pieles, a cambio de una recompensa otorgada por el gobierno. Los hombres eran asesinados; a las mujeres se las dejaba marchar con las cabezas de sus esposos atadas alrededor del cuello. Los hombres que no morían de esa manera eran castrados, los niños morían golpeados y apaleados.

El inicio de la colonización británica en Tasmania, ocurrió en 1,803, cuando los colonos británicos fundaron una colonia penal en la isla. Más tarde, en Diciembre de 1,826, aparece en el diario [[Colonial Times]], un artículo intitulado "[[Tasmanian advertiser]]", en el cual su autor escribía a la letra:

"Lo decimos inequivocadamente LA DEFENSA PROPIA ES LA PRIMERA LEY DE LA NATURALEZA. EL GOBIERNO TIENE QUE RETIRAR A LOS NATIVOS — SI NO, ¡SERÁN CAZADOS COMO ANIMALES SALVAJES Y DESTRUIDOS!"

Posteriormente, en 1,828, el colono Gobernador de Tasmania, George Arthur, lanzó una proclamación por la cual expulsaba a los aborígenes de todos los territorios ocupados por los invasores ingleses. Los autorizaba tan sólo a atravesarlos una vez al año para dirigirse a pescar a las costas, y siempre y cuando que portaran un pasaporte expedido ex profeso por los colonos.

En 1,828, el mismo George Arthur declaró la ley marcial. El texto empezaba con la declaración siguiente:

"Comoquiera que los negros o aborígenes nativos de esta isla durante un tiempo considerable han realizado una serie de ataques indiscriminados contra las personas y propiedades diversas de los súbditos de Su Majestad: y últimamente en especial han cometido los actos más crueles y sanguinarios de violencia y pillaje; mostrando una evidente y sistemática disposición para matar y destruir a los habitantes blancos de forma indiscriminada siempre que se les presenta la oportunidad(…)".

Consecuentemente, el Gobernador inglés dispuso que se convocaran [["partidas de exploración"]], que tendrían la función de patrullar los asentamientos coloniales y capturar a los aborígenes que encontraran. Asimismo, las autorizó a estas patrullas a abrir fuego contra todo aborigen que se resistiera.

En febrero de 1830 el gobierno inglés ofreció una recompensa de 5£ por cada adulto aborigen y 2£ por cada niño capturados vivos. El 20 de agosto de 1830 el gobernador Arthur aclaró que la recompensa sólo era por los aborígenes atrapados en flagrante agresión de los asentamientos coloniales y que los colonos y convictos que capturaran nativos inofensivos en las partes más alejadas y descolonizadas del territorio, no serían recompensados.

En 1,830, el gobernador Arthur convocó a todos los "colonos" adultos y capaces, convictos o libres, para que formaran una cadena humana,que posteriormente se le conoció como la "[[línea negra]]" para batir Tasmania. Al igual que en una partida de caza, los colonos invasores registraron las zonas colonizadas, dirigiéndose al sur y hacia el este durante varias semanas, intentando acorralar a los aborígenes en la península de [[Tasman]], cerrando [[Eaglehawk Neck]], el istmo que conectaba la península de Tasman con el resto de la isla de Tasmania. Arthur pretendía con esto, concentrar a los aborígenes en la península para que mantuvieran su cultura y lenguaje y permanecieran separados de los colonos.

Con estas medidas, en 1,830, el número de aborígenes tasmanos se había reducido de unos cinco mil, a tan sólo 220 o 72. Pero los invasores produjeron este genocidio no sólo por el uso de las armas, sino por las enfermedades que transmitieron a los nativos. Los nativos carecían de defensas biológicas para resistir a estas enfermedades desconocidas, las cuales les provocaron devastadoras epidemias.

Los sobrevivientes a este exterminio, fueron instalados por los invasores ingleses, a viva fuerza, en las islas del [[Estrecho de Basss]]:

fueron trasladados por los invasores, a la fuerza, a un campamento de la isla [[Flinders]],

En el año 1847 los últimos 47 sobrevivientes de [[Wybalenna]] fueron trasladados a [[Oyster Cove]], al sur de [[Hobart]], en el sur-ese de la isla de Tasmania.

El último sobreviviente nativo de este exterminio fue una mujer: se llamaba [[Truganini]] o [[Trugernanner]], y murió en 1876. Entonces el genocidio, como señala John N. Gray, se dio por concluido.

El gobierno inglés, jamás pidió perdón por este genocidio. En cuanto a los invasores ingleses: no solamente nunca fueron castigados por sus crímenes, sino que se establecieron, hasta hoy, como dueños absolutos del territorio usurpado a sus víctimas. La Organización de las Naciones Unidas, se muestra indiferente ante este bandidaje histórico.

Sabra y Chatila

El 15 de Setiembre de 1,982, los falangistas libaneses (la milicia libanesa cristiana de Saad Haddad), creada por [[Israel]] en 1,976) ingresaron a los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, situados en las afueras de [[Beirut]]. Los milicianos falangistas libaneses masacraron a los palestinos refugiados, en una inmensa mayoría, ancianos, mujeres y niños indefensos. La masacre consistió en asesinatos, violaciones, torturas y mutilaciones, y se prolongó por más de 30 horas. El saldo final fue, más de 2,400 víctimas.

En [[Chatila]], de resultas de la masacre, habían unos dos mil cadáveres de palestinos, tirados en el suelo;se encontraban decenas de cadáveres de mujeres y niños, muchos de ellos, bebés. Habían sido asesinados, o con armas de fuego, o con navaja. Algunos cadáveres de bebés aparecían como sepultados bajo el cuerpo de su madre, o incrustados entre los pechos de su madre: una señal evidente, de que las madres, antes de morir, habían intentado salvar la vida de sus hijos. Los cadáveres de mujeres, algunas, las más jóvenes, estaban con las faldas levantadas , o desnudas de la cintura para abajo, como señal de que habían sido violadas previamente a su asesinato.

El gobierno israelita constituyó una comisión para investigar este genocidio. Dicha comisión abordó a la conclusión de que la matanza fue efectuada por las milicias cristianas, pero que la responsabilidad tocaba además, indirectamente, a [[Ariel Sharon]]. Pese a ello, Sharon, en lugar de ser castigado, fue nombrado Ministro de Exteriores en 1,996, y más tarde,en el año 2,001,Primer Ministro. [[Elías Hobeika]], quien era el Jefe de la Inteligencia de las Fuerzas Libanesas -la principal milicia cristiana-, fue el principal responsable de la masacre. Pese a ello, a Hobeika se le permitió continuar desarrollando su carrera política, hasta el punto de ser elegido ministro.

La mayoría de los victimarios, los directos y los mediatos, hasta hoy, siguen libres.

Genocidio de Putis (Ayacucho, Perú)

En Diciembre de 1,984, efectivos militares de la base militar instalada en la comunidad de [[Putis]] (provincia de [[Huanta]], [[Ayacucho]]), procedieron a un ardid: convocaron a los pobladores que vivían dispersos en las zonas más altas, para mudarse a residir en la comunidad de [[Putis]], dizque para brindarles protección contra los acosos de la guerrilla maoísta. Para esto, se acercaban los militares de vivienda en vivienda, portando palas y otras herramientas de labranza, en tono amigable, para no despertar desconfianza.Los comuneros accedieron a mudarse a Putis. Ignorando que los militares los convocaban con engaños con la intención de asesinarlos, los comuneros cayeron en la trampa.

Una vez en Putis, los militares los reunieron en el local del centro educativo. Pasaban de cien personas, incluídas mujeres y niños menores, inclusive bebés. Los militares seleccionaron a las niñas de quince años, las separaron, y las violaron sexualmente.Después, instaron a los varones a que cavaran una gran fosa, supuestamente para construir una piscigranja,en la que criarían truchas para su sostenimiento. Mientras los campesinos cavaban, los militares les apuntaban con sus armas. Los campesinos ignoraban que estaban cavando su propia tumba. Una vez que los campesinos terminaron de cavar la supuesta piscigranja, los militares reunieron al centenar de pobladores en torno a la poza, entre los que habían hombres adultos, mujeres, niños y bebés de pecho. Los campesinos estaban completamente desarmados, incapaces de defenderse a merced de los militares. Entonces los militares, sin mayor explicación, haciendo uso de sus armas de fuego, procedieron a asesinar a los pobladores, de seis en seis. Nadie podía escapar, debido a que unos efectivos militares estaban apostados a una distancia de cuarenta metros aproximadamente, con sus armas de guerra de largo alcance, en previsión de alguna posible fuga.Los niños menores morían acribillados llorando despavoridos, y abrazados de sus madres. Las madres, exclamaban suplicantes e indefensas: ¡¡ a mi guagüita, no, papá, no la mates a mi güagüita, papá!! La matanza tardó media hora. Los cadáveres, hacían un total de ciento veintitrés, incluidos mujeres, embarazadas, niños, bebés de pecho, y hasta fetos.La mayoría de los asesinados, fueron niños menores.

Una vez concluída la matanza, los militares, sepultaron los cadáveres en la fosa cavada por sus víctimas, cubriendo los cadáveres con tierra y piedras. Otros cadáveres fueron enterrados al interior de una aula de la escuela.

El móvil de la matanza fue, lucrar con el producto de la venta del ganado de los campesinos. En efecto, una vez consumados los hechos, los militares victimarios comercializaron el ganado de sus víctimas, en [[Marccaraccay]]. Los campesinos sobrevivientes, ante el temor de que regresaran los militares y los asesinaran también a ellos, se vieron obligados a huir de Putis: hacia la selva de [[Llochegua]]

Cuando sucedió este genocidio, el jefe Político-militar de Ayacucho era el General Ejército Peruano [[Wilfredo Mori Orzo]]. El Comandante de la [[Base Contra-subversiva "Los Cabitos]]" de [[Huamanga]], era el comandante Ejército Peruano [[Edmundo Obregón Valverde]].

Hasta hoy, ni un solo autor mediato ni directo ha sido sancionado, y ni siquiera inculpado, porque los altos mandos de la Fuerza Armada de Perú, haciendo espíritu de cuerpo, se niegan a revelar los nombres de los victimarios. Inclusive, contradiciendo una cantidad abrumadora de testimonios y de evidencias, niegan que en Diciembre de 1,984 hubiera existido una Base Militar en Putis.

La Matanza de Accomarca (Ayacucho, Perú)

El 14 de Agosto de 1,985,la patrulla "Lince 7", al mando del sub-teniente ejército Peruano Telmo Hurtado Hurtado, llegó a la quebrada de [[Huancayoc]] y [[Lloqllapampa]](Ayacucho, Perú). Una vez que los efectivos tomaron el control del lugar, procediron a buscar choza por choza,a los pobladores, obligándolos a reunirse en una pampa. Los efectivos militares ingresaban a las viviendas de los pobladores, y sacándolos de sus viviendas, los conducían por la fuerza. Ingresaron a la vivienda de [[José Chuchón]] de 65 años, y lo asesinaron a él y a su cónyuge [[María Baldeón]] de 54 años. Otros efectivos de la patrulla, ingresaron a la choza de [[Clemente Baldeón Tecce]], se llevaron a su cónyuge Leandra Palacios y a su bebé de un mes de nacido. Asimismo, efectivos de esta patrulla se llevaron a [[Bacilisa Pariona]] en estado de gestación, y a sus tres menores hijos. Al retirarse, los efectivos militares incendiaron la vivienda.

Adviértase que todo esto lo hicieron los efectivos de la patrulla Lince 7, contra civiles desarmados, sacados de sus viviendas, y sin que hubiera enfrentamiento alguno, y en agravio de civiles incapaces de defenderse. Además, pese a la búsqueda exhaustiva, los efectivos no hallaron material subversivo, ni armas, ni explosivos, ni municiones, ni propaganda subversiva.

Seguidamente, los pobladores fueron reunidos por los militares, por la fuerza,en la zona de [[Hatunpampa]]. Acá, los varones fueron golpeados por los militares con la culata de los fusiles. Los militares arrastraron a las mujeres hasta una chacra, donde las violaron sexualmente.

A las once de la mañana, los militares de la patrulla condujeron por la fuerza a los pobladores reunidos en [[Hatunpampa]], a la casa de [[César Gamboa]], en [[Apuspata]]. En esta casa, los militares encerraron a un grupo de mujeres y niños en la cocina. Los militares encerraron en un ambiente más extenso de la casa, a un grupo mayor de detenidos. Seguidamente, el sub-teniente [[Telmo Hurtado]] ordenó a su personal de tropa, abrir fuego contra estas gentes encerradas, orden que fue cumplida inmediatamente. Telmo Hurtado a su vez, lanzó una granada al interior donde se hallaban estas personas encerradas, incluidos ancianos, mujeres gestantes y numerosos niños. La granada produjo explosión e incendio en el recinto.

Una vez concluida la matanza,el sub-teniente [[Telmo Hurtado]] ordenó a su personal recoger todos los elementos y sustancias utilizadas,a fin de dejar la impresión de que los hechos los había producido un ataque de la guerrilla.

Luego de estos hechos, los militares integrantes de la patrulla inspeccionaron nuevamente las chozas, y habiendo hallado a alguien de avanzada edad, lo asesinaron. Hallaron también a tres niñas hermanas, a las cuales les dispararon, e incendiaron luego la casa donde se encontraban.

Posteriormente, los militares se trasladaron a la casa de [[Paulo Baldeón]] en [[Yanacocha]], donde festejaron bebiendo, bailando, matando animales de los pobladores, y vociferando jubilosos que "habían matado terroristas". Cuando los militares se disponían a retirarse, asesinaron a la anciana [[Juliana Baldeón]], a quien habían sorprendido tratando de apagar el fuego de la vivienda incendiada por los militares. También asesinaron al guía que los condujo al lugar, [[Filomeno Chuchón]], a fin de impedir que atestiguara los hechos.

En los días posteriores, el Jefe Político Militar de la Zona De Ayacucho, [[Wilfredo Mori Orzo]], enterado de los resultados de la intervención de la patrulla bajo sus órdenes, ordenó al sub-teniente Telmo Hurtado, asesinar a todos los testigos de lo sucedido, orden que fue cumplida por la patrulla.

[[Wilfredo Mori Orzo]] no fue inculpado por estos hechos, ni menos procesado. En cuanto al sub-teniente [[Telmo Hurtado]], continuó en su cargo en el Ejército del Perú, y naturalmente, percibiendo haberes. Se acogió a la ley de amnistía promulgada por [[Alberto Fujimori]] para favorecer a los militares y policías autores de matanzas; e inclusive, Telmo Hurtado de haber sido sub-teniente, después de la matanza, ascendió hasta el grado de Mayor.

El genocidio político de los penales (Perú)

Los días 18 y 19 de Junio de 1,986, se habían amotinado en tres penales de Lima, los presos políticos simpatizantes del Partido Comunista del Perú. El Comandante Supremo de la Fuerza Armada, Alan García Pérez, bajo el pretexto de desvelar el amotinamiento, ordenó a las fuerzas del orden, el exterminio de todos los presos políticos amotinados. Las fuerzas del orden -la Marina, la Aviación, el Ejército y la Guardia Republicana-, bajo sus órdenes, asesinaron a cerca de trescientos presos políticos amotinados. Los asesinaron sin que mediara enfrentamiento, pues los presos estaban encerrados, desarmados, e incapaces de defenderse. En el penal de Lurigancho, los efectivos de la Guardia Republicana al mando del General Rolando Cabezas, asesinaron a cien presos de un tiro en la nuca, en el penal de El Frontón, los infantes de marina, bajo las órdenes del oficial de mar Luis Giampietri, usando cohetes anti-acorazados, demolieron el Pabellón Azul aplastando a los presos encerrados. A los presos sobrevivientes, los marinos no les perdonaron la vida, sino que los ejecutaron a sangre fría.

Los peritajes antropológicos de las víctimas de "El Frontón"

Se desprende de los peritajes médicos efectuados por el Centro Andino de Investigaciones antropológicas, que los marinos que atacaron a los internos encerrados en el Pabellón Azul de "El Frontón" se ensañaron con los presos rendidos, actuando con crueldad: varios internos fueron ultimados con explosivos, heridas de bayoneta, y disparos desde muy corta distancia, y probablemente cuando ya se habían rendido. Vayan como ejemplo, sólo algunos casos:

Los exámenes practicados en el cadáver del interno [[Alfonso González Toribio]], ponen de manifiesto que sufrió la fractura de sus dos piernas provocada por el estallido de explosivos, de manera que le era imposible dar ni un paso. En consecuencia, este interno, durante el desarrollo del develamiento habría permanecido postrado. Y no obstante, en esa situación, habría recibido varios impactos de bala en el tórax, y una ráfaga de seis balazos en la cabeza. Además, recibió un disparo en la nuca como tiro de gracia.

En cuanto al cadáver del interno [[Edgar Sicha Romaní]]: su hueso sacro fue partido en dos, de manera longitudinal, por los marinos, al parecer, cuando aun contaba con vida. Este corte fue efectuado con arma blanca, posiblemente una bayoneta.

El recluso [[César Rojas Yupanqui]]: los exámenes ponen de manifiesto, que sufrió los efectos letales de una explosión en el lado izquierdo de su cuerpo; y además, que terminó aplastado por grandes moles de concreto. Presenta además, una herida punzo-penetrante en la cabeza, producto de un bayonetazo, según los peritos.

El caso del interno [[Alejandro Chancasanampa Castro]]: este interno, según el peritaje, habría sido masacrado a bayonetazos.Según se evidencia por los exámenes,el cadáver presenta lesiones de arma blanca en las costillas, en la columna vertebral, en la pelvis y en el cráneo. Presenta una profunda herida punzo-cortante delante del pabellón de la oreja izquierda: se dirige hacia la zona interna de la cavidad craneana, y le comprometió la cavidad ocular de ese lado izquierdo. Además, el cuerpo muestra lesiones ocasionadas por explosivos arrojados a distancia media, y ocasionadas también por el aplastamiento producido por la caída de bloques de cemento. Todas estas son señales de ensañamiento y enorme crueldad.

Los exámenes de los cuerpos de los internos [[Roberto Durand Sandoval]], [[Mariano Sulca Tanta]] y [[Claudencio Mendoza Reyes]], muestran que fallecieron por el estallido de explosivos lanzados desde una corta distancia.

Los autores directos y los mediatos de esta genocidio, tales como [[Alan García Pérez]], [[Rolando Cabezas]], [[Luis Giampietri]], [[Agustín Mantilla Campos]], no han sido inculpados, ni menos castigados: están libres.

El genocidio político de Cayara (Ayacucho, Perú)

El 14 de Mayo de 1,988, efectivos del Ejército del Perú efectuaron el operativo "Persecución". En dicho operativo, a cargo del Mayor Ejército Peruano Miguel Nájar Acosta, participaron seis patrullas de la [[Compañía Lince]] y cuatro patrullas del [[Área de Seguridad Nacional "G"]]: en total, eran aproximadamente doscientos efectivos: eran de las bases militares de [[Huancapi]], [[Huaya]] y "Linces". Transportados en helicópteros, estos militares incursionaron en el pacífico pueblo de [[Cayara]] a las 9 horas aproximadamente. Inmediatamente, los militares cercaron el acceso por carretera hacia ese pueblo. Obviamente, ninguna autoridad civil podría acercarse para ofrecer garantías a los pobladores.

A la entrada del pueblo encontraron al ciudadano Esteban [[Asto Bautista]],a quien asesinaron a sangre fría. En esos momentos, en el interior del templo se encontraban unos feligreses celebrando las festividades de la Virgen de Fátima y desarmando el trono de la Virgen, pues la procesión había sido el día anterior. Los militares ingresaron violentamente al templo,y detuvieron en el acto a estos feligreses: [[Teodosio Noa Pariona]], [[Patricio Ccayo Cahuaymi]], [[Emilio Berrocal Crisóstomo]], [[Indalecio Palomino Tueros]], [[Santiago Tello Crisóstomo]] y [[Hermenegildo Apari Tello]]: se quedaron detenidos en el templo, y por la noche los asesinaron los militares los asesinaron en el interior del templo, y sus cadáveres los arrojaron en Quimsa Huayco. Luego que los familiares, al haber hallado los cuerpos, les dieron sepultura, los militares, los exhumaron y los desaparecieron, para borrar las pruebas del delito.

Otros militares se dedicaban a incursionar al interior de las viviendas rompiendo puertas, saqueando bodegas. Asimismo, los efectivos incendiaron las viviendas de [[Gregorio Ipurre Ramos]] y [[Dionisio Suárez Palomino.]]

El mismo día, entre las 14 y las 15 horas, entre 80 y 100 efectivos del ejército,descendieron con destino a [[Ccechua]]. En el paraje llamado [[Cachuaypampa]],reunieron por la fuerza a todos los comuneros que retornaban de realizar sus cosechas. Separaron a hombres de mujeres: a las mujeres,las obligaron a sentarse con sus niños a un lado; a los varones, los obligaron a tirarse al suelo en posición decúbito ventral. Seguidamente, los militares colocaron sobre las espaldas de los varones, pencas de tuna, las cuales tienen grandes espinas más penetrantes que los clavos. Luego, los militares procedieron a caminar sobre los cuerpos, pisando las pencas. Los militares obligaron a las mujeres a retirarse corriendo del lugar, bajo la amenaza de correr la misma suerte de los varones. Luego, los militares condujeron por la fuerza a los pobladores varones hacia una zona abrupta, a una distancia de treinta o cuarenta metros. Estos militares, armados de hachas, segadoras, machetes y otras herramientas de labranza,asesinaron a los varones de uno en uno, debajo de un cercano árbol de molle. Los militares no les permitieron a las mujeres retornar al lugar de los hechos hasta pasadas las 48 horas. Es así que recién el día 16 de Mayo, los familiares, sin tener dónde quejarse, porque la ley no lo permitía, empezaron a sepultar los cadáveres de sus familiares asesinados por los militares. En este lugar, los militares asesinaron a veinte personas. Es más: los victimarios, para borrar las pruebas del delito, condujeron los cadáveres hacia otro lugar, reuniéndolos en un solo sitio.

Después de lo sucedido, el 18 de mayo arribó a Cayara, el General José Valdivia Dueñas, jefe del Comando Político Militar de Ayacucho. En lugar de entregar los cadáveres a sus deudos, dio lectura a una lista de veinte pobladores de Cayara, según él, buscados por el Ejército. Dos de las personas nominadas en la lista, fueron detenidas por el Ejército al día siguiente, y la ejecutó extra-judicialmente. El fiscal Escobar halló los cadáveres el 10 de Agosto, junto con el cadáver de Jovita García. Otros dos personajes de la lista, fueron también detenidos por los efectivos del Ejército, el 29 de Junio, y luego, ejecutados extra-judicialmente por el Ejército. Figuraba en la lista también el alcalde de Cayara, el cual fue asesinado por los miembros del Ejército el 14 de Diciembre

El 18 de Mayo por la tarde, una patrulla del ejército de Perú conformada por veinte efectivos aproximadamente, incursionaron en [[Erusco]], y reunieron por la fuerza a toda la población civil. Acto seguido, detuvieron a [[Jovita García Suárez]], a [[Alejandro Echeccaya Villagaray]]. Al día siguiente, detuvieron a [[Samuel García Palomino]]. Los arrestaron sin mediar orden judicial, y sin haber motivo alguno. A los tres los mantuvieron detenidos en el local de la escuela de Erusco, hasta el 20 de Mayo, fecha en la que los militares los condujeron por la fuerza a los tres detenidos al cerro [[Pucutuccasa]]. En este lugar los ejecutaron y sepultaron.

Es el General José Valdivia, uno de los responsables de este genocidio; las pruebas:

Los militares que intervinieron en estos operativos en Cayara, eran las fuerzas especiales del Ejército, que tenían por nombre "Los Linces", acantonados en el Cuartel "Los Cabitos", en la ciudad de Ayacucho. Pues bien, es imposible que estas fuerzas hubieran entrado en acción, sin el conocimiento del General José Valdivia. Aun más: intervinieron en Cayara, participando en un operativo conjunto, más de diez patrullas y varias bases militares. Esta participación conjunta, hubiera sido imposible sin una orden impartida por el Jefe del comando Político Militar.

De resultas de esta intervención militar, los efectivos del Ejército asesinaron a 74 civiles.

La participación de Alan García Pérez:

Según el Coronel Rafael Córdova -el segundo de Valdivia en el Cuartel Los Cabitos- , luego de lo sucedido,[[Alan García Pérez]] -el de los penales-, viajó con él a Cayara, e impartió personalmente a los militares, la orden de retirar y desaparecer los cadáveres y borrar las manchas de sangre, a fin de desaparecer las pruebas. Cuando después de una semana, García -por compromiso-, envió desde Lima los médicos forenses para "efectuar los peritajes", ya no hallaron pruebas del delito: todo lo planificó García.

Los victimarios se las ingeniaron para desaparecer las pruebas del genocidio:

Asesinaron a todos los testigos que habían declarado ante el fiscal Escobar: los militares detuvieron a cinco testigos de la matanza,

El Ejército mató a los testigos que habían declarado en la investigación del fiscal Escobar. El 29 de Junio, los militares detuvieron a cinco de ellos, los condujeron a [[Huancapi]] y allí los ejecutaron. El 14 de Diciembre, en un control de carretera, estos militares mataron a balazos a tres testigos más de la matanza. Hubo una testigo, que había acusado ante el fiscal Escobar, directamente al General José Valdivia Dueñas, como responsable de la matanza: fue [[Martha Crisóstomo]]: los militares, para neutralizarla, la asesinaron a tiros en su propia vivienda en Huamanga, el 8 de Setiembre de 1,989.

Ante estos hechos, el Fiscal de la Nación, Hugo Denegri, supuestamente el defensor de La sociedad y de los derechos humanos, aprovechándose de su cargo, se coludió en una sucia maniobra por la cual frustró la investigación y logró exculpar a los responsables de la matanza.

La participación de Vladimiro Montesinos:

Montesinos utilizó el caso Cayara, para reingresar a los cuarteles: propuso al Comando Conjunto, a través del fiscal de la Nación Hugo Denegri, la solución para el caso Cayara: sacarlo del caso al Fiscal que tenía a cargo la investigación, Escobar, asesinarlo, y asesinar además, a los testigos. Y efectivamente, así se hizo: no solamente se asesinó a los testigos, sino que a los cuatro días que el fiscal Escobar elevara el informe responsabilizando al General José Valdivia, la superioridad cerró su oficina por "falta de recursos", lo cual era falso, ya que se le ordenó al fiscal, continuar investigando en la localidad de San Martín, y el gasto era el mismo que en la oficina de Ayacucho.

El genocidio étnico de Ruanda

En Abril de 1,994, las milicias hutus Interhamwes asesinaron a más de 800,000 connacionales, todos ellos pertenecientes a la etnia [[tutsi]], y también a los hutus moderados. Casi la totalidad de las mujeres sobrevivientes, fueron violadas. Gran cantidad de los cinco mil niños que nacieron fruto de esas violaciones, fueron asesinados. Resultó eliminada el 75 % de la población de los tutsis. En Abril de 1,994, ingresaron los Interahamwe al templo de la parroquia de [[Kiziguro]], y asesinaron a unos 1,000 tutsis que se habían refugiado en el templo. Pocos días después, llegaron los militares tutsi, y asesinaron a diez mil hutus. Hasta hoy, no hay responsables del genocidio.

Bibliografía

*Joan Frigole, Cultura y genocidio (Estudios de antropología social y cultural),Departament D'antropologia Cultural I Histori, 2,003 [[ISBN-10: 8447527611]]

Otras fuentes de información

*[http://www. Sabra y Chatila: 30 años de un genocidio][http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=40763]

*[http://www.La matanza de Putis-Comisión de la Verdad y Reconciliación][http://www.www.cverdad.org.pe/ifinal/pdf/TOMO%20VII/…/2.14%20putis.pdf]

 

 

Autor:

Juana Ordóñez