Lactancia materna y respuesta clínica a las infecciones en transicionales
Enviado por Carlos Enrique Piña
- Resumen
- Introducción
- Materiales y métodos
- Resultados
- Discusión
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
Resumen
Se realizó un estudio explicativo, no experimental y retrospectivo (casos y controles), sobre la respuesta clínica a las infecciones en transicionales que mantuvieron la lactancia materna hasta el segundo año de vida pertenecientes al Policlínico Universitario Manuel González Díaz, del Municipio Bahía Honda, en el período comprendido entre Junio de 2008 a Junio de 2009. El universo de trabajo estuvo constituido por los 177 transicionales que presentaron síndrome infeccioso y que mantuvieron la lactancia materna. La muestra a estudiar estuvo constituida por 35 niños (20% del universo). El grupo control lo conformaron 105 transicionales que sufrieron alguna enfermedad infecciosa que no incluyen en su dieta la lactancia materna. Ambos grupos fueron escogidos por muestreo aleatorio simple y se les aplicó una encuesta donde se recogió: tiempo durante el cual se alimentó con lactancia materna, si presentó morbilidad infecciosa durante la etapa transicional, complicaciones, estadía de la enfermedad y de la convalecencia. Los datos se obtuvieron de las historias clínicas individuales, se ubicaron en tablas de contingencia, aplicándoseles el test de Chi Cuadrado y el Odd Ratio con un intervalo de confianza del 95%. Las principales entidades infecciosas en el grupo estudio fueron las EDA (22.85%), las IRA (22.85%) y el Parasitismo Intestinal (20%), solo el 11.42 % sufrieron complicaciones (P=0.0177), el período de estado en el 74.28 % fue menor de 7 días (P=0.019), y el 71.14 % presentó un período de convalecencia inferior a 7 dias (P=0.0158), siendo las diferencias estadísticamente significativas con relación a los controles.
Palabras Claves: LACTANCIA MATERNA/Complementada; COMPLICACIONES;
PERÍODO DE ESTADO; PERÍODO DE CONVALESCENCIA.
Introducción
La historia ha sido testigo de la transmisión intergeneracional a través del ejemplo, la comunicación verbal y escrita, y por diferentes manifestaciones artísticas, por lo que ha constituido, durante milenios, el recurso nutricional más importante para la supervivencia humana. Desde tiempos remotos existieron culturas, como la espartana, que establecían, por ley, la obligatoriedad de amamantar la descendencia, al punto de que se afirma de que al primogénito de Temistes se le privó del derecho a heredar el reino por haber sido amamantado por una nodriza, pasando a ser el sucesor del rey su segundo hijo, quien fue amamantado por el seno de su madre. En el papiro de Ebers se alude a técnicas de estimulación del flujo de leche en las madres lactantes y desde el siglo II a.n.e existe documentación referida a la lactancia materna. (1)
En el siglo XVIII existían teorías que apuntaban las bondades de la lactancia. William Mossdo, cirujano de la maternidad de Liverpool, en 1794, escribió:"Se ha observado repetidamente que el alimento que se proporciona en la lactancia seca – lactancia artificial- causa cólicos y suelta el intestino y que es muy difícil dar sustituto adecuado para el pecho. Por lo tanto, no es de extrañar que haya niños que no pueden mantenerse o existir sin él- el pecho". (2)
En los inicios del siglo XX, con el auge de la era moderna de la alimentación artificial, se intensificó el abandono de la lactancia materna. Se lograron los primeros sustitutos de la leche humana, lo que atrajo la atención de los médicos, y se establecieron las reglas generales para la alimentación de los lactantes. (3)
En 1989, con la declaración OMS/UNICEF, se inicia un movimiento mundial para la promoción y el apoyo de la lactancia materna y en septiembre de 1990 la Asamblea de las Naciones Unidas, aprobó la declaración sobre la supervivencia, la protección y el desarrollo del niño, donde se anota: lograr que todas las mujeres amamanten a sus hijos durante 4 a 6 meses y continúen la lactancia hasta bien entrado el segundo año. (4)
La leche materna contiene IgA y lactoferrina, sustancias no absorbibles que le confieren al organismo propiedades antiinfecciosas protectoras del tracto gastrointestinal. También contiene IgM, componentes del complemento y algunas veces trazas de IgE. Contiene además células vivas, con abundantes macrófagos (Cuerpos de Donne) que secretan lisosimas y lactoferrina, linfocitos que producen IgA e interferón, así como neutrófilos y células epiteliales. En algunas culturas la leche humana inmadura fresca ha sido usada para tratar la conjuntivitis. Se ha demostrado su capacidad para destruir trofozoitos de diversos protozoarios. (5)
En nuestra labor pediátrica hemos constatado con gran preocupación la tendencia creciente al abandono de la práctica de la lactancia materna incluso de forma complementada, con el incremento de la morbilidad infecciosa asociada en niños de uno a dos años, lo que ha motivado a la realización de este trabajo con el objetivo determinar la respuesta clínica a las infecciones en transicionales beneficiados con esa práctica, distribuyendo las principales entidades infecciosas, la incidencia de complicaciones, así como la duración de los períodos de estado y convalecencia.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio explicativo, no experimental, retrospectivo, del tipo de casos y controles, sobre la respuesta clínica a las infecciones en transicionales que mantuvieron la lactancia materna hasta el segundo año de vida en nuestro municipio pertenecientes al Policlínico Universitario Manuel González Díaz del Municipio Bahía Honda en el período comprendido entre Junio de 2008 a Junio de 2009. El universo de trabajo estuvo constituido por los 177 niños transicionales que presentaron síndrome infeccioso en cualquiera de sus formas clínicas o localizaciones y que mantienen la lactancia materna. La muestra a estudiar estuvo constituida por 35 niños, 20 % del universo de acuerdo a la experiencia de estudios previos. El grupo control lo conformaron 105 transicionales que sufrieron alguna enfermedad infecciosa (3 unidades por cada unidad del grupo estudio) que no incluyen en su dieta la lactancia materna. Ambos grupos fueron escogidos por muestreo aleatorio simple empleando el sistema informático Epidat 3.1.
A ambos grupos se les aplicó una encuesta (Anexo No 1) donde se recogieron los siguientes datos: tiempo durante el cual se alimentó con lactancia materna exclusiva, si la mantuvo después del año, si presento morbilidad infecciosa durante la etapa transicional, y especificar de que tipo, y si requirió hospitalización por cuanto tiempo, presencia de complicaciones, estadía de la enfermedad y de la convalecencia. Para la recolección de los datos utilizamos las historias clínicas individuales y colectivas ubicadas en sus respectivos consultorios médicos. La encuesta fue aplicada por un medico y una enfermera de la familia previamente entrenados para este fin.
Los datos recolectados fueron ubicados en una base de datos en Microsoft Excel-2003 (volcamos los resultados de cada planilla de encuesta), tanto para el control, como para el estudio; de dicha base de datos se obtuvieron los resultados, los cuales se ubicaron en tablas de contingencia, y se le aplicó el test de Chi Cuadrado con un intervalo de confianza del 95%, para determinar el nivel de significación. En algunos objetivos se aplicaron métodos de la estadística descriptiva, como los valores porcentuales para de esta manera ilustrar mejor nuestros resultados.
Aspectos éticos: Dada la necesaria participación directa de los sujetos de investigación en el desarrollo de la misma y teniendo en cuenta el cumplimiento de los principios estipulados en el Código de Nuremberg (1947) y la Declaración de Helsinki (1964, 1975, 1983, 1989), la cual contiene las Recomendaciones a los Médicos en la Investigación Biomédica en Seres Humanos y cumpliendo con los principios de la ética médica, solicitamos el consentimiento informado explícito de los familiares de los niños, de ser tomados como miembros de una investigación, luego de ser informados correctamente sobre qué, por qué y para qué hacemos el estudio, y decirle que es libre de elegir su participación en la misma.
Definición de variables:
-Morbilidad infecciosa: se consideró cualquier proceso patológico de etiología presumiblemente infecciosa diagnosticada por la clínica, los estudios de laboratorio, microbiología o estudios radiológicos, que presente el niño durante su etapa de transicional, diagnosticado y documentado por facultativo tanto de la atención primaria como de la atención secundaria.
– Complicaciones:
Complicaciones de la enfermedad: se consideraron aquellas producidas directamente por el agente infeccioso.
Complicaciones de la terapéutica: se consideraron aquellas relacionadas con el uso de medicamentos.
Período de estado de la enfermedad: Menos de 7 días, entre 7 y 14 días y más de 14 días
Período de convalecencia de la enfermedad: Menos de 7 días, entre 7 y 14 días y más de 14 días
Resultados
El Cuadro No. 1 muestra la distribución de las principales entidades infecciosas sufridas en etapa transicional en ambos grupos, observándose que en el grupo estudio, las enfermedades que más incidieron fueron la Infección Respiratoria Aguda (IRA) y la Enfermedad Diarreica Aguda (EDA) ambas con un 22.85%, seguidas por el parasitismo intestinal con el 20 %. Similar comportamiento mostró el grupo control. No se hallaron diferencias estadísticamente significativas (P=0.7670).
Cuadro No. 1: Distribución de las principales entidades infecciosas sufridas en etapa transicional en ambos grupos. Policlínico Universitario Manuel González Díaz. Bahía Honda 2008 – 2009.
Fuente: Historia clínica individual.
En el Cuadro No. 2 estudiamos las entidades infecciosas que se complicaron a partir de la infección inicial, donde solo el 11.42 % del estudio sufrió alguna complicación, a diferencia del 38.09 % de los controles, siendo las diferencias estadísticamente significativas (P=0.0177).
Cuadro No. 2: Casos complicados y práctica de lactancia materna. Policlínico Universitario Manuel González Díaz. Bahía Honda 2008 – 2009.
Fuente: Historia Clínica Familiar.
Al analizar la duración del período de estado (Cuadro No. 3), observamos que en el 74.28 % del estudio fue menor de 7 días, con diferencias estadísticamente significativas respecto al control (P=0.0019).
Cuadro No. 3: Duración del período de estado y práctica de lactancia materna. Policlínico Universitario Manuel González Díaz. Bahía Honda 2008 – 2009.
Fuente: Historia Clínica Familiar.
Al analizar la duración del período convalecencia (Cuadro No.4) encontramos que en el 71.14 % de los estudios el mismo fue de menos de siete días a diferencia de los controles, donde el 55.23 % presentó este comportamiento encontrándose diferencias estadísticamente significativas (P=0.0158).
Cuadro No. 4: Duración del período de convalecencia y práctica de lactancia materna. Policlínico Universitario Manuel González Díaz. Bahía Honda 2008 – 2009.
Fuente: Historia Clínica.
Discusión
Al analizar la morbilidad infecciosa predominante en los transicionales objetos de estudio en el presente trabajo, observamos un comportamiento similar al que se reporta en Cuba y a nivel internacional. En Cuba, las EDA y las IRA se encuentran entre las primeras causa de morbilidad y consultas, así como una de las 5 primeras causas de muerte en todas las edades, no obstante nuestras cifras de morbilidad y sobre todo mortalidad nos coloca con cifras similares a las de los países más desarrollados según Riverón (6) y Gonzáles Valdés (7). Valdés Martín (8) por su parte plantea que existe en la población mundial 1 110 000 personas infectadas por cestodos; 240 000000 por trematodos y 3200 000000 por nemátodos. De igual manera se acepta que del 20 a 50 % de la población mundial se encuentra afectada por Giardia y Ameba. Otros autores reportan estadísticas similares (9, 10, 11).
Como es conocido, las EDA y las IRA encabezan las listas de entidades infecciosas en esta etapa de la vida, y por lo tanto reportan el mayor número de complicaciones, algunas de ellas graves, lo cual parece estar relacionado con el abandono de la práctica de la Lactancia Materna a edades muy tempranas. En 1978, la OMS emprendió el Programa Mundial de Control de las Enfermedades Diarreicas, con el objetivo de reducir la morbilidad y la mortalidad por estas enfermedades y la desnutrición acompañante, basándose fundamentalmente en el uso de las Sales de Rehidratación Oral y el fomento de la Lactancia Materna. Según Riverón varios comportamientos de las personas contribuyen a la propagación de los enteropatógenos y por consiguiente incrementan el riesgo de contraer diarrea entre los que se destacan la ausencia de lactancia materna así como el uso de biberones para amamantar a los niños (6). La ausencia de lactancia materna está también considerada como un factor de riesgo relacionado con el huésped de adquirir neumonía, tuberculosis o morir en el curso de una Infección Respiratoria Aguda (IRA) (12). La leche materna contiene anticuerpos, lactoferrina, células y productos celulares que impiden la colonización del aparato respiratorio superior por bacterias patógenas y protegen al niño pasivamente contra múltiples agentes infecciosos: virus sincitial respiratorio y virus de la influenza, estreptococo B, neumococo, haemophilus influenzae y otros. Nuestros resultados concuerdan con lo planteado por autores como González Valdés(7), que al comparar niños pequeños de acuerdo con la alimentación recibida, reportan doble incidencia de hospitalizaciones por IRA, mayor frecuencia de Otitis media Aguda, bronquiolitis severa y neumonías graves, así como incremento de la mortalidad en niños que no recibieron leche materna. Kendigs-Chernick (13) y Factor (14) reportan resultados similares.
El período de estado y de convalecencia fue marcadamente reducido para aquellos transicionales que aún se benefician con la práctica de la lactancia materna, lo cual se explica pues como se ha demostrado la lactancia materna contiene propiedades antiinfecciosas que protegen al niño de infecciones por virus, bacterias y parásitos en los primeros meses de vida (15). En la leche madura, la que ingieren estos niños, existen limosinas, que son factores antimicrobianos no específicos, con acción bactericida contra bacterias gram positivas y gram negativas; las inmunoglobulinas –IgA, IgG, IgM-; la principal es la IgA secretora, cuya función consiste en proteger las mucosas y proporciona protección local intestinal contra poliovirus, E. coli y el V. cholerae. La lactoferrina tiene acción bacteriostática contra E. coli y C. albicans, mediante la privación del hierro que requieren para su crecimiento (2). La lisozima (muramidasa) se halla en concentraciones de hasta 20 mg/L, varias veces más alta en la leche materna que en la leche de vaca. Esta enzima es bacteriolítica sobre las bacterias grampositivas y enterobacterias, y probablemente algunos virus incluyendo el herpético. Según Jiménez Acosta (16), la etapa de amamantamiento es el único momento en que el ser humano recibe todos los nutrientes de un único alimento por tiempo prolongado, que además, debe ser apto para las características de inmadurez funcional del aparato digestivo y renal, y del sistema inmunológico del niño pequeño, haciendo este último más competente, lo que podría favorecer la reducción de los períodos de estado y convalecencia al compararlos con niños no beneficiados con esta práctica. (17)
Conclusiones
En más de la mitad de los niños de ambos grupos, las enfermedades infecciosas que más incidieron fueron: las enfermedades diarreicas agudas, las infecciones respiratorias agudas y el parasitismo intestinal. Menos de la octava parte de los niños del grupo estudio, sufrió alguna complicación de la infección inicial. Las tres cuartas partes aproximadamente de los niños del grupo estudio, presentó períodos de estado y convalecencia de menos de 7 dias.
Consideramos que la práctica de la lactancia materna complementada hasta los dos año es un método natural y seguro para reducir la morbilidad infecciosa en niños transicionales.
Referencias bibliográficas
1. Aliño M, Céspedes O. Lactancia Materna. En: Valdés R, et al. Nutrición del recién nacido. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2010.pp. 117 – 145.
2. Lemus Lago, E.R., Báez Martínez, J.M. Lactancia Materna. En: Álvarez Sintes R., et al. Medicina General Integral. 2da ed. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2008. pp. 184– 185.
3. Álvarez Sintes, R. Salud Familiar; manual del promotor. 2da ed. Maracay: Ed. MSDS/IAESP/Misión Barrio Adentro/MES/Misión Sucre; 2005. pp. 89-93.
4. Lemus Lago E.R., J.M. Báez Martínez. Alimentación y Nutrición; lactancia Materna. En: Álvarez Sintes, R., et al. Temas de Medicina General Integral. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2001.pp. 112– 22.
5. Amador García, M., Martines González, A., Hermelo Treche, M. Bases de la alimentación y la nutrición del niño sano. En: De la Torre Montejo E., Pelayo González-Posada, E.J. Pediatría Autores Cubanos. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2006. pp. 169 – 198.
6. Riverón Corteguera, R. Diarreas agudas y persistentes. En: De la Torre Montejo, E., Pelayo González-Posada, E.J. Pediatría Autores Cubanos. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2006. pp. 479 – 486.
7. González Valdés, J.A., Abreu Suárez, G., Rojo Concepción, M., Razón Bear, R. Infecciones Respiratorias Agudas. En: De la Torre Montejo, E., Pelayo González-Posada, E.J. Pediatría Autores Cubanos. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2007. pp. 866 – 944.
8. Valdés Martín, S., Gomes Vasallo, A. Temas de Pediatría. 2 a ed. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2006. pp. 52 – 75.
9. Hernández Garcés, R.H., Hevia González, L.E., Silverio García, C.E., Espinosa Álvarez, R.F., Soneira Pérez, M. Afecciones digestivas. En: Álvarez Sintes R., et al. Medicina General Integral. 2da ed. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2008. pp. 227– 314
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11. Ruiz Espinosa, A., Núñez Fernández, F.A., Rodríguez Peña, M.S., Duménigo Ripioll, B.E., Ginorio Gavito, D.E. Parásitos. Generalidades. En: De la Torre Montejo E., Pelayo González-Posada, E.J. Pediatría Autores Cubanos. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2008. pp. 1712 – 1797.
12. Marrero A, et al. Programa nacional de control de la tuberculosis en Cuba. Manual de normas y procedimientos. 2da ed. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2010.
13. Kendigs-Chernick, E.D. Disorders of the respiratory tract in children. 7h Ed. Philadelphia: W Saunders; 2006.
14. Factor, S., La Claire, J., Bronsdon, M., Suleymanova, F., Altinbaeva, G., Kadirof, B., Shamieva, V., et al: Streptococcus Pneumoniae and Haemophilus Influenzae type b carriage Central Asia. Emerg Infect Dis 2005; 11(9): 1476 – 80.
15. Riverón, R. Valor inmunológico de la leche materna. Rev Cubana Ped 1995; 67 (2).
16. Jiménez Acosta, S. Alimentación y Nutrición en el niño. En: Álvarez Sintes R., et al. Medicina General Integral. 2da ed. Ciudad de la Habana: Ecimed; 2008. pp. 195– 205.
17. Instituto de Nutrición e Higiene de los alimentos (INHA). Guías Alimentarias para niñas y niños cubanos hasta 2 años de edad. Documento técnico para los Equipos de Salud. Ciudad de la Habana, Cuba, INHA; 2009.
Autor:
Dr. Carlos Enrique Piña Borrego1
Lic. María de Lourdes Fernández Fernández2
1 Médico Pediatra, Profesor Asistente de Pediatría, Especialista de Primer Grado en Neonatología, Especialista de Primer Grado en Medicina Familiar.
2 Licenciada en Enfermería, Profesora Asistente de Enfermería Pediátrica Comunitaria, Residente de Primer Año de Enfermería Comunitaria.
Dirección para la correspondencia: Dr. Carlos Enrique Piña Borrego. Calle 26, edificio 6, apartamento 28, Bahía Honda, Provincia Artemisa.
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Institución: Policlínico Universitario Manuel González Díaz, Bahía Honda, Provincia Artemisa, República de Cuba.
2011