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Nada puede existir fuera del espiritismo (página 6)

Enviado por Pedro Sandrea


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Cuando todos hayan saciado sus instintos bestiales, cuando se cumpla con la Ley y se dé a la materia lo que legalmente le pertenece, se acabará el vicio; él verá a su compañera la única que le debe proporcionar ese placer a que todos tienen derecho, y al efectuarlo, será siempre en una forma pura, porque aun en ese acto debe haber pureza de pensamiento y de acción.

El refinamiento en el vicio, los pensamientos lúbricos que la generalidad de los hombres sienten ahora, que son los que excitan para realizar el acto más trascendental en la vida del hombre, serán abolidos porque él no necesitará de ese incentivo para unirse a su afín. Así con la idea y el anhelo de la procreación, con el deseo de satisfacer lo que su cuerpo le pide, verificará ese acto –que puede ser el principio de una nueva vida- que ahora todos consideran como repugnante, vulgar y de que no se atreven a tratar ni aun los profesionales, sino en una forma velada, siempre misteriosa, como debía ser un acto tan natural como el comer o beber.

Si se diera cuenta de que en esos momentos está rodeado de una cohorte de espíritus afines y protectores y de aquel que quiere venir, que ha tratado de unir a los que han de ser sus padres, en muchas existencias, aquel ha luchado grandemente porque se realice ese momento de la unión de los dos seres que van a darle materia; si pensara en la grandiosidad de esos instantes, eliminaría el hombre de sus mente todo pensamiento morboso y comprendería la sublimidad de que está revestido ese acto.

A ustedes, espiritistas, concientes ya, les puedo hablar de esta manera que no choca a sus oídos porque me oís ya con la luz que les da su razón, esa razón que ha desarrollado el estudio de nuestra Escuela. La vida misma les enseña las grandes virtudes y deseo que todos ustedes aprovechan de ellas ya que no tienen los escrúpulos ni los prejuicios de los que se escandalizan con sólo oír tratar de estos asuntos que son el principio de la humanidad; así, ahora ustedes y mañana los que vienen –las generaciones salvadoras, y las generaciones futuras- que llegan ya en plena luz del 7º día, realizarán estos actos harán uso de la carne, a que tienen derecho, con toda pureza, para que así, también, sus cuerpos, libres de morbo y de vicio, den cabida a espíritus que sólo en esos cuerpos pueden albergarse y que sólo de cuerpos así podrán tomar materia, que entonces será lo general.

Ahora es la Ley la que manda a espíritus grandes a tomar materia de cuerpos sucios y viciosos, porque esos espíritus tienen altas misiones, muy dolorosas, que cumplir; pero después vendrán a recibir el usufructo de sus existencias pasadas y encarnarán en esas materias que se habrán preparado con pureza y verdad y que realizarán el más sublime de los actos de la vida del hombre sin prejuicios, sin escrúpulos, con toda la verdad que requiere ese momento que proporciona el placer más grande que la naturaleza ofrece, al que tienen todo derecho.

Ustedes los espiritistas racionalistas, saben que la Tierra no alberga a toda la familia espiritual que se le ha asignado. Los prejuicios religiosos, sociales y económico han detenido la natalidad y ya ven, vergüenza es decirlo, las familias se conscriben a dos o tres hijos, cuando más.

Las estadísticas, los médicos, han dado la voz de alarma porque creen que están destinados a desaparecer esos países en los que la natalidad no se estimula, sino al contrario se restringe.

En los últimos años, como ya les he hecho ver otras veces, se han fijado como están viniendo millares de espíritus y como de una misma madre y de una sola vez llegan a nacer hasta seis infantes juntos. Es la prisa que se tiene porque es el momento en que toda la familia espiritual destinada a la Tierra debe de actuar, esa familia la que se le ha cerrado la puerta, ala que se le ha negado la oportunidad de encarnar.

Esa es la causa de que la generación actual sea tan enfermiza y raquítica; por eso las corroen tantos vicios; a eso se debe que haya tumores y enfermedades que los hombres mismos, en su ignorancia y egoísmo, se han causado.

Quero que sepan que las mujer, pasando de la pubertad, debe entrar en funciones; sus órganos de procreación deben trabajar porque para eso se le han dado y la naturaza le marca el momento.

Ya en nuestro tiempo, en la actualidad, no debe pasar de los veinte años ninguna mujer sin ser madre.

Si una mujer, casada a los 15 años, tuviera su primer hijo a los 16 y hubiera sido tratada y educada en una forma conveniente, podría seguir teniéndolos de dos en dos años, completando 15 a la edad de 44 años. Esto será lo normal en los años venideros. La mujer debe tener menos de 10 a 15 hijos y entonces sí vendrán a la Tierra todos los espíritus que están ansiosos, todos esos espíritus a los que parece que sólo por sorteo se les permite la llegada.

Cuando se obre en la Tierra, cuando las generaciones futuras, preparadas física, moral espiritual e intelectualmente, comience su verdadera actuación, ésta será su vida, ésta su misión, que cumplirán sin esfuerzo porque el organismo de la mujer está hecho para ello y será la mujer sana, fuerte y conservará sus atributos femeninos, su potencia creadora, hasta una edad avanzada, y no habrá tiempo que perder; se le dejará un año para la gestación del hijo, parte de otro para la crianza; recuperará sus fuerzas en unos cuantos meses más y estará lista para concebir el mes siguiente.

Así también los hombres, llevando una vida metodizada, en perfecto orden, una vida consciente, sana, de esas otras pobres mujeres de que ya he hablado, esas otras mujeres a quienes toca, en la actualidad, prestar los servicios que todos saben; no habrá ya esas mártires, no se exigirá ese sacrificio porque el hombre encontrará en su compañera lo que necesita y ellas sabrá resistirlo y ser la madre de todos los hijos a que la naturaleza la obligue. Entonces desaparecerán todas las enfermedades porque el organismo del hombre y de la mujer están regidos, principalmente, por el funcionamiento de sus órganos creadores.

Les pido a todos que mediten sobre esto que a la vista parece un poco escabroso y así, cuando entre en su razón la idea que he tratado de expresar, quedará satisfecho y contento su Maestro que pide para todos las bendiciones del Padre.

En estos capítulos que transcribo del Código de Amor Universal, del Maestro y Juez de los Consejos del Padre Creador del Universo, se pueden notar algunas repeticiones de frases; yo considero que son necesarias, porque además de ser capítulos separados, no se quiere interpretaciones que conlleven confusión y tergiversación de los conceptos axiomáticos, contenidos en esta magna obra.

Por otra parte, queremos evitar, lo que desafortunadamente, ha sucedido con la "Biblia o Sagradas Escrituras, como le dicen", que de cada párrafo o versículo, ha dado pie a la creación de una religión, a una creencia; causantes o responsables, del desequilibrio actual del mundo Tierra.

>¿Quieres ser sabio? Estudia en ti mismo y aprende de todosLey de Procreación y de satisfacer a la materia –porque mientras hay materia hay necesidades imperiosas que llenar- no pueden ara albergue a espíritus grandes que deben venir.

Por eso, en los momentos actuales, ven que los vicios se desbordan; pero, aunque traten de burlar la Ley, esos espíritus vendrán porque tienen prisa ya que ésta es la última oportunidad que se les presta para que vengan a pagar sus deudas anteriores, a lavar sus culpas y a limpiarse las manchas que aún llevan.

Ya saben que el espíritu pierde la memoria al encarnar y sólo recuerda lo que se gravó más profundamente en él, lo que se cultivó con más ahínco; por eso ven criaturas precoces, "niños prodigio", porque conservan muy vivo el recuerdo de su última existencias; pero, así como recuerdan lo bueno, evocan también lo malo; es la causa de que haya en los niños esa curiosidad morbosa –así se puede llamar- lo que por una educación defectuosa, les es vedado.

En cuanto el niño recibe la primera idea de eso que llenan tanto de misterio, despierta en él el deseo por anticipado y desde pequeño empieza a sentir atracción por el vicio, inclinación por ciertos malos hábitos que lo conducen a la perversión.

Como he dicho, en el confesionario donde principalmente viene ese despertar prematuro, sobre todo en las niñas, inocentes a las que sus madre cuidan tanto, rodeándolas de precauciones para conservar intactos su pudores, las llevan a esos antros creyendo que van a escuchar la palabra divina, y es allí donde se les descubren esos temas antes ignorados haciendo que su espíritu recuerde –porque el espíritu ya lo sabe- lo que tenía que despertar en su materia a su debido tiempo. Afortunadamente pronto pasará.

Como consecuencia de todo eso, ahora se ve que la Tierra está envuelta en una roja ola de vicios, insaciable, que todo lo inunda como un torrente de cieno. Son los espíritus que quieren encarnar, son los espíritus manchados, pero que han acatado la

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