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El ejercicio de la dispensación en el contexto de la farmacia comunitaria


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Objetivos
  4. Método
  5. Resultados
  6. Discusión
  7. Conclusiones
  8. Referencias bibliográficas

Resumen

La dispensación es el acto por excelencia del farmacéutico. Se realizó un estudio descriptivo en dos unidades de farmacia de los consejos populares Mabay-Julia, durante el 2011, con el objetivo de determinar el cumplimiento de las normas que rigen la Atención Farmacéutica, en el acto de dispensación. La muestra estuvo constituida por 83 personas, atendidas por doce trabajadores de estas unidades, vinculados con dicho ejercicio. En el análisis de la información se aplicó el método del conteo simple, métodos empíricos como la entrevista, la encuesta, la observación y el análisis documental; además del análisis-síntesis, inductivo–deductivo e histórico-lógico, dentro de los métodos teóricos. Los resultados de la investigación aportaron que en el 57.8 % de los casos, (n =48), no se realizó la valoración adecuada del método, teniendo en cuenta los tipos de medicamentos indicados. En el 61.4 % no se efectuó el análisis adecuado de las posibles interacciones por la terapéutica orientada. La información ofrecida en el acto de dispensación resultó incorrecta en 34.9 % de los casos y no se ofreció en el 15.7%. Dentro de los calificadores de cargo de los farmacéuticos predomina el técnico propio. El 48.2 % de la población atendida mostró algún grado de satisfacción con la atención farmacéutica recibida.

Introducción

La dispensación del medicamento es el acto terapéutico por excelencia del Farmacéutico, en un establecimiento legalmente autorizado. Es el acto profesional de la entrega del medicamento correcto al usuario indicado en el momento oportuno, acompañado de la información para el correcto uso del mismo y el cumplimiento de los objetivos terapéuticos buscados (1,2).

Los primeros referentes en relación con la práctica farmacéutica se remontan a la antigüedad. La farmacia y la medicina como disciplina científica y social constituyeron una unidad durante siglos, estrechamente ligadas al liderazgo religioso, donde los sacerdotes asumían el protagonismo de la actividad farmacéutica. Con Hipócrates la medicina y la farmacia logran separarse de la religión. Más tarde, Galeno (131 a.n.e.) desempeñó una función importante en deslindar el objeto de trabajo del médico y del farmacéutico (1,3).

El traslado del proceso de preparación de gran parte de los medicamentos, de la farmacia a la industria, la expansión del arsenal farmacológico, producto de la investigación y la aplicación del método científico en las ciencias químico – farmacéuticas y biomédicas, generó cambios profundos y permitió una ampliación de la cobertura tanto en enfermedades que era posible curar como en el número de personas a las que resultaba posible llegar (4).

La Farmacia Clínica se identificó como una disciplina relacionada con la aplicación de las habilidades farmacéuticas para ayudar a maximizar la eficacia y a minimizar los riesgos de la toxicidad de los medicamentos en los pacientes. Los servicios de farmacia se desarrollaron como respuesta a la demanda del uso seguro y adecuado de los medicamentos. Estos servicios expresan el resultado del desempeño en el ejercicio de la orientación básica al paciente. Esta actividad, que conjuga la entrega correcta y oportuna del medicamento con el asesoramiento respecto a la posología, es decir, la explicación de cómo tomarlos, fortalece el concepto de dispensación, jerarquiza la profesión farmacéutica y beneficia al paciente (4,5).

La dispensación puede ser delegada al personal idóneo que trabaja en la farmacia, el cual debe recibir capacitación permanente y actualizada, bajo la supervisión del director técnico farmacéutico. En este sentido, la dispensación de medicamentos debe ir acompañada de información verbal y escrita esencial para poder iniciar el consumo del mismo en forma racional. Debe incluir información sobre la correcta conservación del medicamento, preparación previa a la administración, en casos que lo requiera, precauciones, asesoramiento para prevenir incompatibilidades frente a otros medicamentos que el usuario utilice (medicación concomitante), prevención de efectos adversos, posibles interacciones con alimentos, precisar si el medicamento es adecuado de acuerdo al estado del paciente (embarazo, otras enfermedades), etc.

En caso de medicamentos de venta libre o de control médico recomendado se debe advertir que si el síntoma no revierte, es necesario consultar al médico. En todos los casos, el farmacéutico tiene el deber de verificar que el usuario ha comprendido la información brindada, conoce para qué utilizar el medicamento que le ha sido prescrito, cuándo, qué cantidad, cómo y hasta cuándo se lo debe tomar; además de instruirlo para que retorne a la farmacia si presenta algún problema relacionado con su medicación o necesita mayor información (1, 2).

Las áreas de ejercicio profesional del farmacéutico están en franco proceso de cambio. La actuación de este profesional en áreas como la Farmacia Clínica, la Farmacia Hospitalaria, la Farmacia Comunitaria y más recientemente, el desarrollo de la Atención Farmacéutica, como un enfoque de práctica profesional, están influyendo sobre su proceso educativo. En algunos casos, las reformas son profundas y abarcan al plan de estudio en forma integral, mientras que en otros, quizás los más frecuentes, los cambios están referidos a inclusión de algunas asignaturas, cambios en sus contenidos, programas o redistribución de carga académica por áreas educativas (4-8).

En muchos casos los cambios que se están suscitando también enfocan la metodología de la enseñanza, haciéndola más práctica, orientando el aprendizaje hacia la resolución de problemas y al desarrollo de habilidades comunicativas y de liderazgo, pretendiendo con ello preparar al farmacéutico para asumir una función de mayor responsabilidad por resultados en su actuación. Estos cambios están ocurriendo en todas partes, Europa, África, Asia, los Estados Unidos, Canadá y por supuesto en América Latina. En este contexto, se desarrolla la educación farmacéutica, con el imperativo de transformar su misión social, al centrar sus funciones en el paciente, para lo cual ha establecido el modelo de la atención farmacéutica (9,10).

De manera particular, Cuba, inmersa en la realidad contemporánea recibe la influencia de las tendencias latinoamericanas. En aras de lograr un salto cualitativo en los servicios de salud, como aporte concreto del Sistema Nacional de Salud (SNS) a la batalla de ideas y teniendo en cuenta las normativas que rigen el desempeño del profesional farmacéutico, encamina sus esfuerzos hacia el mejoramiento en la atención farmacéutica.

Desde este contexto se requiere identificar las áreas de mayor limitación, dentro del proceso de atención farmacéutica, en función de perfeccionar las acciones que complementen y promuevan el incremento de la calidad en los servicios, que en este sentido, se le deben ofrecer al paciente y población, en general. Bajo esta perspectiva se orienta la realización del presente trabajo.

Objetivos

General

Determinar el cumplimiento de las normas que rigen la actividad farmacéutica en el acto de dispensación en unidades de farmacia de los consejos populares Mabay-Julia, durante el 2011.

Específicos

  • 1. Precisar la valoración del método según tipo de medicamento y posibles interacciones.

  • 2. Determinar la calidad de la información durante el acto de dispensación.

  • 3. Identificar el calificador de cargo de los farmacéuticos que ejercen la dispensación.

  • 4. Especificar el grado de satisfacción de la población atendida.

Método.

Se realizó un estudio descriptivo, prospectivo, en dos unidades de farmacia de los consejos populares Mabay-Julia, durante el 2011, con el objetivo de determinar el cumplimiento de las normas que rigen la Atención Farmacéutica, en el acto de dispensación. La muestra estuvo constituida por 83 personas, atendidas por doce trabajadores de estas unidades, vinculados con dicho ejercicio.

Para el cumplimiento de los objetivos específicos de la investigación, se definió la valoración del método por el personal de farmacia, de acuerdo a los tipos de medicamentos indicados y a las interacciones posibles a tener en cuenta, en cada caso. Para ello los medicamentos fueron agrupados, de acuerdo a los diferentes grupos farmacológicos.

La calidad de la información emitida durante el acto de dispensación se valoró de correcta, incorrecta o no realizada.

Se tuvo en cuenta para dicha valoración, los principios que rigen el acto profesional de la entrega del medicamento correcto, acompañado de información pertinente para el correcto uso del mismo, a través de un proceso de dispensación activa. Este criterio se aplicó tanto a: medicamentos de venta bajo receta, venta libre, dispositivos terapéuticos y otros productos para el cuidado de la salud.

Se identificó además el calificador de cargo de los farmacéuticos, a cargo de la dispensación, subdivididos en dependientes, técnicos propios y licenciados.

Finalmente se especificó el grado de satisfacción de la población atendida, de acuerdo a las valoraciones emitidas de completa satisfacción, medianamente insatisfecha o insatisfecha.

Se utilizarán métodos empíricos, entre estos la entrevista, la encuesta, la observación y el análisis documental.

Como métodos teóricos se utilizarán los de análisis-síntesis, inductivo–deductivo e histórico-lógico.

Método del análisis y la síntesis: Para analizar y sintetizar los materiales bibliográficos consultados para llevar a cabo el diseño de la investigación, la determinación de los presupuestos teóricos; la fundamentación del sistema de tareas y formulación de las conclusiones.

Método de la inducción y la deducción: Se utilizó para ir de lo particular a lo general y de hechos generales a otros de menor generalidad en la investigación.

Método histórico lógico: Se empleó en la elaboración de los antecedentes y en el estudio del comportamiento de las variables seleccionadas y para definir la situación en el evolucionar histórico del objeto de investigación.

Se utilizaron además el método del conteo simple y las medidas descriptivas: frecuencias absolutas y relativas, expresadas en por cientos.

Resultados

Al abordar el cumplimiento de las normas de dispensación, de acuerdo a la valoración del método y en relación con el tipo de medicamento indicado, se obtuvo que en el 58.7 % de los casos, esta se efectuó de manera inadecuada, mientras que en 11 personas atendidas no se desarrolló ninguna acción que correspondiera con lo concebido, en relación con información a brindar dentro del acto de dispensar. De igual modo, la valoración del método, en vínculo con las interacciones posibles a tener en cuenta, se evaluó inadecuado en 61.4% de la muestra (tabla 1).

Tabla 1. Cumplimiento de las normas de dispensación de acuerdo a la valoración del método. Unidades de farmacia Mabay-Julia. 2011

Aspectos del Método

Adecuado

Inadecuado

No lo realiza

Total

No

%

No

%

No

%

No %

Tipo de Medicamento

24

29%

48

57.8%

11

13.2%

83 100

Interacciones

19

22.9 %

51

61.4%

13

15.7 %

83 100

De modo general el cumplimiento de las normas de atención farmacéutica, según la calidad de la información ofrecida en al acto de dispensación, se manifestó incorrecta en 34.9 % de la población (n=29), y no se realizó en 15.7 %. En 41 personas (49.4 %) si se pudo constatar la emisión de información oportuna, completa y pertinente, valorada como correcta (tabla 2).

Tabla 2. Cumplimiento de las normas de Atención farmacéutica según calidad de la información ofrecida en al acto de dispensación. Unidades de farmacia Mabay-Julia. 2011

Calidad de la Información

No.

%

Correcta

41

49.4 %

Incorrecta

29

34.9 %

No se recibe

13

15.7 %

Total

83

100 %

En relación con la definición del calificador de cargo de los trabajadores que ejercen el acto de dispensación, en las unidades estudiadas, se precisó que la mitad de ellos son técnicos propios, el 33.3 % dependientes y solo el 16.7% licenciados (tabla 3).

Tabla 3. Calificador de cargo de los trabajadores que ejercen el acto de dispensación. Unidades de farmacia Mabay-Julia. 2011

Calificador de Cargo

No.

%

Dependiente

4

33.3 %

Técnico Propio

6

50 %

Licenciado

2

16.7 %

Total

12

100

Al evaluar el grado de satisfacción de la población, con la atención farmacéutica recibida, se comprobó que el 51.8 % mostró insatisfacción con la atención recibida, mientras que el 48.2 % refirió satisfacción con la información ofrecida, vinculada a las orientaciones precisas en relación con la forma de preparación de los medicamentos, horarios más idóneos para la administración, advertencia acerca de interacciones posibles con alimentos, etc. (tabla 4).

Tabla 4. Grado de satisfacción de la población según la Atención Farmacéutica recibida. Unidades de farmacia Mabay-Julia. 2011

Grado de Satisfacción

No.

%

Insatisfecho

43

51.8

Medianamente Satisfecho

24

28.9

Satisfecho

16

19.3

Total

83

100

Discusión

La atención fármaco terapéutica eficaz, oportuna y eficiente constituye un componente de calidad de los servicios de salud; expresión de la seguridad del paciente y objetivo prioritario de todo sistema sanitario (11,12).

El mal uso de medicamentos representa en la actualidad un problema sanitario de enorme magnitud, puesto de manifiesto por multitud de expertos y ante el cual se exige una solución. Reportes científicos demuestran que en numerosas ocasiones la farmacoterapia falla, es decir, no consigue curar la enfermedad o aliviar los síntomas, e incluso a veces produce efectos indeseados (11,13).

El uso racional, la seguridad y el costo – efectividad de la terapia, cuentan principalmente con el diagnóstico y la prescripción, el monitoreo y evaluación de la terapia medicamentosa, la motivación del paciente, su comprensión y complacencia. Con excepción del diagnóstico, los farmacéuticos pueden contribuir significativamente en cada uno de estos aspectos de aseguramiento de la calidad y eficiencia del uso de medicamentos, sí se pone en práctica en este sentido una atención centrada en el paciente (19,20) (14,15).

Satisfacer la necesidad social de que los medicamentos sirvan para lo que realmente se diseñaron y se prescribieron o indicaron significa una reprofesionalización del farmacéutico asistencial y no hay duda de que en toda reprofesionalización es necesario adaptarse, con la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades (10, 21) (13, 16).

Dentro de las principales habilidades que resulta necesario adquirir se valora como muy importante un buen manejo de las técnicas de comunicación, para poder trabajar de forma óptima con pacientes y en muchos casos con el médico y el resto del equipo de salud. Estas habilidades en ciencias del comportamiento se pueden adquirir a través del autoestudio o de cursos y entrenamientos especializados para estos fines.

Dada la necesidad de evolución, se pretende diseñar los elementos básicos que debe contener la dinámica del trabajo del farmacéutico ante la dispensación, de manera que, este trabajo no sea un fin sino un medio. Sólo si esta actividad sirve de soporte para realizar atención farmacéutica clínica, tendrá justificación su inclusión en el concepto de atención farmacéutica orientada hacia el paciente.

El acto de dispensación es un acto profesional complejo, y nunca algo meramente mecánico. Cuando una persona acude a una farmacia por un medicamento, el farmacéutico debe tener como objetivos simultáneos los siguientes:

a) Entregar el medicamento y/o el producto sanitario en condiciones óptimas (principal requerimiento del usuario).

b) Proteger al paciente frente a la posible aparición de problemas relacionados con los medicamentos.

Esto implica que, además de la entrega del medicamento, este acto único de dispensación debe servir como:

– Fuente de información para los pacientes sobre la medicación que van a utilizar

– Filtro para la detección de situaciones en las que hay un riesgo de sufrir problemas relacionados con los medicamentos.

– Fuente de información para el farmacéutico, a partir de la cual tome la decisión más beneficiosa para el paciente, que puede ser una de las siguientes:

• Dispensar el medicamento según se ha descrito.

• Ofrecer una asistencia complementaria mediante otro servicio de atención farmacéutica (educación sanitaria, farmacovigilancia, seguimiento farmacoterapéutico)

• No dispensar sin remisión o previa consulta del médico (10,23, 27).

Se impone entonces la necesidad de establecer pautas profesionales concretas y claras, que permitan la implantación generalizada de un ejercicio profesional farmacéutico para un nuevo concepto de Farmacia. Éste ha de ser construido sobre las bases de la práctica profesional actual, con un enfoque realista, sin caer en la ambigüedad ni en la indefinición, pero en correspondencia con el alto nivel de exigencia de los servicios sanitarios.

Conclusiones

  • 1. La valoración del método en relación con el tipo de medicamento y las posibles interacciones generadas por el tratamiento resultó ser inadecuado en el mayor por ciento de los casos.

  • 2. La calidad de la información ofrecida durante el acto de dispensación fue inadecuada en la mayor parte de la muestra.

  • 3. En el calificador de cargo de los trabajadores que ejercen el acto de dispensación predominaron los técnicos propios.

  • 4. Menos de la mitad de la población mostró satisfacción con la atención farmacéutica recibida

Recomendaciones

Potenciar acciones de intervención educativa a los farmacéuticos, orientadas a elevar la calidad del acto de dispensación.

Fortalecer el tratamiento curricular al contenido de la dispensación, desde las diferentes actividades académicas, con énfasis en la educación en el trabajo, en la disciplina servicios farmacéuticos.

Referencias Bibliográficas.

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Autor:

Lic. Arris Manuel Gómez Rodríguez

Dr. Edilberto Francisco Chávez Rodríguez