- Recordatorios de salud, para tomadores/as de decisiones
- Alternativas a las violencias o las cuotas de corresponsabilidad en el liderazgo social
- Nada contribuye mejor a la paz, la gobernabilidad y al desarrollo humano, que la integridad: el ejemplo cívico, solidario, cotidiano
- "La fiebre no está en la sábana"
- Expectativas a corto y mediano plazo
- El legado de los mártires de Chicago
- Como en el caso del beso, lo que se hace arriba se siente en muchos otros lados
Políticas Públicas, Ciudadanía y Estado de Derecho, Siglos XIX y XXI.
"(…) Hoy hay un comunicado (…) yo soy corresponsal de varios medios internacionales y me preguntan si en República Dominicana hay o no hay toque de queda? (…) hay una implicación económica que no podemos obviar (…) hay lugares donde se limitan la venta de bebidas alcohólicas, como Connecticut, Boston, pero esas comunidades no están militarizadas (…) lo que pasa es que allí hay una cultura (…)"
Miguel Ángel Herrera
Show del Mediodía. Color Visión
3 Agosto, 2006
"El cambio no se puede administrar () Un desafío es que su organización se convierta en líder de cambio () Para ser un líder de cambio hay que tener el deseo y la capacidad tanto de alterar lo que se esta haciendo, como de hacer cosas nuevas y diferentes. Hay que tener políticas encaminadas a que el presente sea forjador del futuro. Hay que inculcar una política sistemática de innovación. Es decir, una política de crear cambio"
Peter Drucker
Desafíos de la Gerencia para el siglo XXI
1991
"El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde"
Gabriela Mistral
A: Rafael Marchena, microempresario, a quien conocí, hace más de una década con su mítico "carrito", insomne y gourmet… en Villa Olga, símbolo mudo de estos días, en que una vez más la "soga rompe por lo mas delgado" el ciudadano/a, las MyPEs, o el arrabal.
Desde la pérdida irreparable de Vanessa Ramírez F. han sido meses tensos, de mucha reflexión, desencuentros e intereses, sobre el tema criminalidad, delincuencia infanto-juvenil, dentro y fuera de la corriente principal (mainstream) de la opinión pública: se han "redescubierto" males, "flagelos" de siglos, capaces de obstruir la paz, la seguridad, la tranquilidad, o la cohesión de la sociedad dominicana, en la transición paradigmal, hacia la democracia participativa y a la sociedad de la informacion, la comunicación y el conocimiento, e incluso algunos/as mas apocalípticos/as -o mas apasionadamente interesados/as en la coerción o el disciplinamiento del otro/a- definen la coyuntura actual, como una emergencia nacional "no declarada".
Todos/as queremos "de repente", quedar bien, no sólo con el presente, sino además con el futuro- familias, niños, niñas y jóvenes- de esta pequeña y gran nación del Caribe, luego de cinco siglos de invisibilidad, atropello y empobrecimiento progresivos. La historia y el valor personal, de los micro y pequeños emprendedores, es de leyenda como convergieron en señalaran en su momento, Mario Dávalos y F. Moya Pons desde "Microempresas: el coloso desconocido" (1998).
Grande mas allá de nuestras fronteras -y de la falta de estímulos secular, a la innovación, el talento, la educación– y la organización de las formas de vida, contrastantes, que coincidimos en cada época en ella, sino mas bien, a contrapelo de la adversidad y la falta de políticas y planes, procedentes de las generaciones anteriores y actuales, capaces de aminorar o minimizar los dolores de cabeza colectivos, actuales y su incremento futuro.
Una nación de sobrevivientes, con dignidad e imaginación, para reconstruirse a si mismos la fe y la vocación de servir -pese a los escandalosos y vergonzantes ejemplos de los líderes, los piratas, los imperios, los mercaderes de sueños, los mesías, los nacionalistas prostituidos, en la venta o cesión del territorio- derrotando una y otra vez, al pensamiento pesimista en la mayor parte de la vida republicana: un pueblo sano, trabajador, amoroso y alegre entre el 89 o 99 % de los casos- aunque desperdigado por las antípodas planetarias de una diáspora sin fin, en los últimos cuarenta y cinco años.
Celebramos que mas y mas personas, lideres, organizaciones y comunidades, comiencen un despertar en torno a las múltiples causas que nos conducen a que un niño, un joven o un adulto decida violar la ley, las normas de convivencia y la cultura de paz: no sin antes aclarar, que no existe evidencia empírica o objetiva, que vincule la variable consumo alcohólico, con la criminalidad y la delincuencia, pero si la de tales tipos de consumo, con la fiesta, la convivencia y la libertad – individual, generacional, comunitaria- dentro del Estado de Derecho, en el Caribe.
Probablemente como nosotros/as mismas, por semanas, por años y en diferentes escenarios, dentro y fuera de Republica Dominicana, usted mismo/a en su respectiva comunidad, territorial, profesional o virtual, haya formulado propuestas en tal sentido.
1. Recordatorios de salud, para tomadores/as de decisiones.
Creemos que el diseño de políticas transparentes, viables, efectivas y participativas desde el Estado – no importando quien mande o gane las elecciones, puesto que la nación somos todos y todas- no puede, ni debe, ni tiene por qué:
1. Fundarse en la improvisación, en la desinformación o los prejuicios contra los pobres, o los sectores infanto-juveniles de la población, o la manera en que cada persona, familia o comunidad administra, su escasa libertad de compra para acceder a un ocio y recreación, a la que tiene derecho constitucional, luego de la jornada de estudio, trabajo o contribución a la reproducción social… sin ninguna otra limitación, que su propia conciencia, su madurez -como adulto libre y responsable- y la ley, en el contexto de cualquier sociedad pluralista y multicultural, como la nuestra.
2. Prescindir de las contribuciones, experiencias y buenas practicas, de las ciencias, naciones del Tercer Mundo, América Latina y el Caribe y MUCHO MENOS DE SUS CIUDADANOS/AS, ni de la comunidad científico-técnica, las universidades, las juntas de vecinos e individuos, en cada municipio, región o país (Caso: Isla Artificial o Metro, por ejemplo).
3. Dejar de lado la incidencia y prevalencia de la prevención, el seguimiento y la intervención oportuna de agencias como: la familia, el entorno existencial concreto (el barrio marginal, los niveles de exclusión o medios de vida lícitos al alcance de niños y jóvenes, en la marginalidad, tanto urbana como rural), los medios de comunicación.
4. Someter a políticas masivas e indiscriminadas de vigilancia, represión y pérdida de tiempo o derechos: al libre transito, al ocio, a la educación, a la recreación, a la ciudadanía.
5. Sólo la articulación de respuestas de toda la población interesada en la superación de las condiciones de desventaja y despoder, de jóvenes, niños y niñas, independientemente de donde hayan nacido, de quienes sean sus padres – nivel educativo, socio-económico, vinculación o no a empresas o partidos políticos- permitirá que en lugares del mundo como Republica Dominicana, se de cabal cumplimiento los artículos: 8 y 100 de la Constitución Nacional, vigente.
6. La función pedagógica de liderazgo y el ejemplo cotidiano – vidas y obras guiadas por las virtudes cívicas, éticas y la solidaridad-, de las personas que han hecho de la vida publica, su pasión y su trinchera de servicio al desarrollo humano y al desarrollo de una cultura de paz, puede aliviar las tensiones que comienzan a ponerse de manifiesto en nuestra sociedad. Para lo cual resulta oportuno, el rescate de la memoria colectiva, y el diseño de un proyecto de nación, capaz de movilizar todas las energías, las reflexividades y la creatividad, que de sobra y a contrapelo, del pesimismo dominicano, en una fracción de las elites instruidas: ha demostrado la nación dominicana, en su perpetuo transito del reino de la necesidad al de la libertad, desde los tiempos coloniales, hasta el presente.
7. Las redes solidarias – presenciales, territoriales y virtuales- el cumplimiento de la ley de transparencia y acceso a la informacion publica, lo mismo que los telecentros comunitarios y los esfuerzos para la inclusión social y digital, representan nuevos desafíos y oportunidades para la configuración de una sociedad y ciudadanía, anclada en el presente y proyectada hacia el futuro, mas allá de las apariencias, los mesianismos emergentes y la "pasión" por el corto plazo, que han exhibido nuestros respectivos incumbentes en los poderes públicos, en los siglos XIX, XX y XXI…
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