Significación Hispana en la configuración identataria de la región Holguinera (Cuba) (página 2)
Enviado por B�rbara Mar�a Yarruhs Ricardo
El componente africano se caracteriza por sus marcadas diferencias étnicas, lo que implicaba también fuertes diferencias lingüísticas y de tradiciones que rápidamente encontraron simbiosis en la cultura impuesta por sus amos y que ha sido denominado proceso de transculturación.
Ya para el siglo XIX el principal motivo de inmigración hispánica lo constituyó la ocupación colonial y la resistencia expresada por los criollos en las tres guerras, generándose un movimiento de considerables volúmenes de fuerzas militares hacia nuestro territorio. Para la metrópolis, el fomento de la población blanca siempre fue un motivo que facilitó el acceso a la isla, con el objetivo expreso de que estos nuevos pobladores respondieran a sus intereses y al mantenimiento del equilibrio entre bancos y negros.
En esta etapa se expresa no solo una marcada dominación en lo político, a partir de las fuerzas militares acantonadas en la isla, sino que había una plena correspondencia con el dominio en el orden económico y cultural, si se tiene en cuenta que ocupaban los principales cargos públicos y de gobierno, eran dueños de los principales centros comerciales y de servicios, así como de la instauración de las variadas formas de asociación cultural que existían, destacándose los liceos y las sociedades de recreo.
A finales del siglo XIX, concluida la Guerra del 95, los móviles de la migración asumen otras vertientes, aún cuando prevalecen muchos de los rasgos que caracterizan este proceso. Realmente el alza migratoria no solo afectó a España, ni se manifestó a partir de las dos últimas décadas del siglo XIX, sino que se manifestó en toda Europa, concibiendo como principales destinos los movimientos hacia el interior del viejo continente y hacia América, en especial Brasil y Cuba.
Esta gran corriente migratoria europea es conocida como "migración en masa" y comprendió desde 1830 hasta 1930, con un estimado de 50 millones de personas en movimiento de las cuales casi tres millones correspondía solo a España, lo que en un periodo menor de tiempo, entre 1880 y 1930.
Al igual que en otros países, la creciente industrialización, con la consecuente proletarización del campesinado; las continuas crisis agrarias generadas por las constantes plagas en los cultivos; el aumento de la población y la revolución de los transportes, aparejados a la aprobación de medidas jurídicas, tanto en países emisores como receptores fueron las principales causas que favorecieron el auge de este proceso.
Existen varias interrogantes que nos permitirán entender el fenómeno de la migración hispánica hacia nuestro país y, más aún, cuánto debemos, desde la configuración de nuestra cultura, a los aportes hechos por la hispanidad en más de cuatro siglos de relación.
La primera de estas interrogantes se refiere a ¿cuáles son los principales centros de emigrados españoles que, según el decursar del tiempo arribaron a nuestra isla? ¿Cuáles son los móviles que potenciaron este proceso? ¿Qué rasgos identifican nuestra cultura de raíz española?
Respondiendo a la primera de las interrogantes podemos afirmar que la migración española hacia nuestro país, en cuanto a su composición regional, se configuró teniendo en cuenta dos etapas fundamentales: una primera que abarca todo el proceso de conquista y posterior poblamiento, hasta la primera gran ola migratoria de finales del siglo XIX. En un segundo periodo se toma en cuenta esta última migración masiva y el segundo gran periodo de migración que se produce en las tres primeras décadas del siglo XX y que se extiende hasta finales de la década del 50 del siglo XX.
En el primero de los casos, predominan fundamentalmente sujetos de regiones de la propia península y en muy pocos casos de las Islas Canarias, sin una clara definición de cuáles regiones aportan más elementos. Lo que si queda claro es que se procede mayormente de ciudades cercanas al mar y a personas relacionadas con la navegación.
Ya en el segundo periodo hay una clara distinción de tres regiones que vienen a incorporar mayor número de sujetos a nuestro país, ellos son los asturianos, los canarios y los gallegos.
La fuerte presencia de emigrados en nuestra región necesariamente generó un intercambio de formas de expresión de nuestra cultura, que hoy forman parte de nuestro patrimonio y que han sido incorporados al ideario popular, transformándolo o "aplatanándolos" con la creativa incorporación de rasgos que hoy tipífican una cultura rica en pasajes y formas de expresión caracterizadas por la multiculturalidad.
No pocos son los aspectos que, aún cuando resultan comunes en estos tiempos, tienen una raiz que formó parte del apretado equipaje traido por los emigrados. El propio modo en que esa emigración se comportó desde los primeros días de la conquista, es decir como pueblo que dominó y colonizó a otro, no solo a partir de sus adelantos bélicos, sino ytambién en el campo de la ciencia y de las ideas, posibilitó que las esferas de actuación y de implantación de costumbres se expandiera en disímiles campos.
Lo inmigrantes españoles organizaron su vida pública introduciendo sus conocimientos, creencias y costumbres a través de las sociedades de recreo, de la expresión de sus ideas en los diversos campos del pensamiento, de la músia, de la literatura, de las artes plásticas, de los festejos religiosos y fulturales, delas comidas típicas, de la arquitectura y en otras áreas.
Estudios realizados por investigadores de la provincia aportan innumerables ejemplos que refuerzan lo anteriormente planteado:
En el poblado de Gibara se publica el primer periódico de la localidad en 1874, llamado "El Porvenir", a partir de que el asturiano Don Gregorio Fernández de la Vega compra una imprenta en 1973, empleada inicialmente para la publicación de propaganda mercantil.
A esta primera le seguirían un buen número de imprentas y la consiguiente circulación de los periódicos locales, entre los cuales podemos destacar: "El defensor del pueblo", (1882); "La Opinión Pública" (1884); "El Ferrocarril", (1891); "La linterna" (1894), entre otros.
- La imprenta y los periódicos.
- Altares de Cruz: comienzan a expresarse entre 1830 y 1840 como altares en casa de familia, con celebraciones de 7 u 8 días, se destaca fundamentalmente el del 3 de mayo, llamado "Día de la Cruz". Hoy la juventud holguinera lo recuerda con las "Romerías de Mayo". En esta celebración se servían abundantes comidas y bebidas, destacándose entre estos las empanadillas y el "agua de aloja".
Como parte de estas celebraciones era frecuente la entonación de cantos que la tradición popular ha recogido y que contemplaba tanto canciones religiosas como laicas. Un ejemplo lo constituye la siguiente redondilla.
Qué lindo está el altar
Adornado de perlas finas
Dios bendiga a las madrinas
Que así lo supieron adornar
Dentro de este amplio espectro se encuentran las sociedades de recreo, de comerciantes, de miembros de determinadas regiones de España y otras que bajo disímiles denominaciones permitían la confluencia y recreación de tradiciones.
En la región gibareña una de las primeras sociedades fue creada por Don Alvaro Prieto, natural de Extremadura que habilitó sus almacenes para las reuniones que se celebraba.
Otro ejemplo lo constituye la llamada Sociedad de Recreo "Circulo Familiar", dirigida por el asturiano Don Javier Gonzáles Langoria que contaba con un escenario para presentaciones artísticas hacia el año 1878.
La sociedad "Colonia Española" surge el 6 de febrero de 1900 organizada por una docena de amigos en la residencia de los Gonzalo Langoria y López Vallado. A esta se reunirías. A estas se unirían posteriormente, solo en la villa blanca el Teatro Unión Club (1888), el Club Casino del Mar , el Unión Club; entre otros.
- Las formas de asociación.
- Las manifestaciones artísticas.
En este campo es preciso destacar la relación que se expresa con el surgimiento de las distintas formas de asociación y la rica tradición que tienen las tertulias que se realizaban en España desde siglos anteriores.
En el caso de la literatura tiene como antecedente los famosos juegos florales que, originarios de Francia (1323), serán introducidos en Cataluña hacia el 1393 y que encuentran gran aceptación en nuestra región.
La trasmisión oral recoge un número bastante alto de conjuros que recrean el imaginario popular y proveen a quien los pronuncia de seguridad ante calamidades o hechos por acontecer.
Para evitar que alguna muchacha casadera quedara sola o para criar sobrinos era frecuente escuchar:
Oh, San Antonio bendito
Oye mi canción sincera
Ampárala del demonio
Y no la dejes soltera
Las mordeduras de animales podían ser evitadas si se pronunciaba a tiempo.
Detente, animal feroz
Hinca tu rodilla en pié
Mira que cristo nació
Antes que naciera usted
Los agueros apartaban a los sujetos que lo realizaban de aquellas cosas que no se deseaban.
- Hacer cruces de cenizas para alejar la lluvia.
- No poner tijeras en cruz pues atrae la muerte.
- Sola vaya, a mi casa no vayas. (Expresión que permite alejar a una persona no deseada)
El refranero popular ha incorporado a nuestros días voces que tienen una explicación en hechos históricos o en la vida común de los sujetos emigrados, tal es el caso del muy popular:
¡Viva la Pepa!
Se refiere a vivir la buena vida y que se remonta al surgimiento de la Primera República Española y significaba,
¡Viva la constitución de Cádiz!
- Las comidas y bebidas.
En este punto es preciso que se tenga en cuenta que la introducción de variantes de platos en la cocina tradicional que hoy conocemos, ha sufrido la necesaria variación, en correspondencia con las reales materias primas que los emigrados encontraron en las nuevas tierras, con climas diferentes y otras características en los suelos, lo que lejos de limitar sus costumbres alimenticias lo enriqueció y obligó a lograr adaptaciones con especies, hortalizas, viandas y granos.
Ejemplo de ello es la asimilación del "casabe" aborigen, como parte de la dieta de los recién llegados y que generó la famosa frase de "a falta de pan casabe". Muy populares en nuestros tiempos son los famosos "Turrones de Alicante" y "la jijona".
Son conocidas también la "Zopa Gallega", compuesta por carne, fideos, papas, garbanzos y huevos duros picaditos; la "Fabada" que consistía en agregarle a las habichuelas blancas morcilla, aceitunas y alcaparras (especie de baya); el "Jijote", especie de sopa con picadillo de pollo, fideos y papas; el "Gofio Isleño", que podía ser preparado con leche y azúcar, con café con leche y para espesar sopas.
A manera de conclusiones quisiéramos resaltar que la cristalización de lo cubano reconoce los grandes aportes culturales de las corrientes migratorias europeas, en especial de España. En su integración se expresa nuestra identidad, resultante de los aportes de cada uno de ellos, sin dejar de tener en cuenta el significado colonizador de la empresa colombina, los desmanes cometidos y por otro lado la creciente rebeldía que se forjó en nuestro pueblo.
Bibliografía
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Haydée Toirac Maique. Presencia hispánica en Holguin. Siglos XIX y XX. Informe de investigación. Abril-mayo del 2002.
Autor:
Dr. Eduardo Rafael Ávila Rumayor
- Festejos religiosos y culturales.
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