Significación Hispana en la configuración identataria de la región Holguinera (Cuba)
Enviado por Bárbara María Yarruhs Ricardo
Resumen
El arribo, en el atardecer lluvioso del sábado 27 de octubre de 1492 del Almirante Cristóbal Colón, y su desembarco en la mañana del día siguiente, por un punto geográfico ubicado al Norte de la Región Oriental cubana, conocido como Bahía de Bariay, marcó el inicio de un proceso catalogado para unos como "encuentro de dos culturas" y por otros como verdadero encontronazo cuyo significado marcó un giro en el normal desarrollo de la cultura aborigen tamn de los pueblos europeos.
Introducción
Al margen de estas apreciaciones, el descubrimiento de América, abrió para la humanidad una etapa de profundos cambios históricos, sociales y económicos y que ha sido considerado como "el momento que cristaliza el nacimiento de Iberoamérica".
A su llegada, los colonizadores encontraron una rica zona, caracterizada por la belleza paisajística, sobre el cual el Almirante Colón exaltará los "valores" que encierran, despertando con singular maestría la codicia europea." En un jiro menos académico Guillermo Rodríguez Rivera se interroga si no ¿estaría don Cristóbal Colón – a la postre, fundador del turismo–vendiéndole su hallazgo a los reyes de Castilla y a los monjes de la Rabida patrocinadores de su viaje? [Ante lo cual el mismo autor responde]. No lo creo, pues Colón no pensó haber llegado a tierras desconocidas que necesitarán promoción, sino arribado a Catay, que era el nombre dado a China.
La población aborigen de la zona, según estudios arqueológico realizados posteriormente, recoge la existencia de más del 30% de los sitios aborígenes de la época en nuestro país y restos fósiles del hombre primitivo más antiguo, con un fechado de unos 6000 años antes de nuestra era, localizado en las áreas de Seboruco y Levisa en Mayarí.
Luego de instauradas las primeras villas, el conquistador Bartolomé de Bastida, al traspasar las tierras al norte de la Villa de Bayamo al extremeño García Holguín, no solo daba poder a uno de los más destacados en la empresa colonizadora, sino que otorgaba a la toponimia local el nombre que hasta hoy acompaña nuestro territorio.
Sin embargo, la oficialización con el título de ciudad y de cabecera de una nueva jurisdicción, no ocurrió hasta el 18 de enero de 1752 luego de un complejo proceso burocrático y de contradicciones políticas diversas.
Desarrollo
El proceso migratorio hacia Cuba desde las regiones que hoy consideramos hispánica, ibérica o española constituye un complejo problema de estudio por desentrañar en sus diversos detalles. El primero de ellos radica en la diversidad que representaba XV y principios del XVI significa definir España, pues implica la integración de celtas, iberos, griegos, fenicios, latinos, visigodos y árabes, con las consiguientes variantes lingüísticas y culturales que perduran hasta nuestros días. Solo tendríamos que escuchar las maldiciones de un valenciano al que se le confundiera con un catalán.
En sus inicios la fuerza motivadora para el establecimiento poblacional de los descubridores estuvo marcado indudablemente por los deseos de encontrar oro, con lo cual se da por sentado el hecho de que el peninsular no mostró interés por la tierra y el necesario asentamiento y población, es decir, no vino a nuestras tierras a extraer las riquezas que la agricultura podía brindar.
La base económica fundamental para estos primeros pobladores foráneos fue de supervivencia, a partir de la imposibilidad de la metrópoli para asegurar los renglones básicos de la dieta de los colonizadores, a diferencia de los perseguidos protestantes que fueron a Norteamérica con sus familias, a fundar y labrar haciendas que debían hacerlos prósperos, sino a enriquecerse rápidamente con el saqueo de los metales preciosos, muy escasos en Cuba.
Del descubrimiento inicial se pasa por parte de unos a la desilusión y para otros hacia una reorientación de sus expectativas de riquezas. Los primeros regresan a la península y los segundos se establecen como agricultores dando paso a lo que ha dado en llamarse "nuevo español", es decir aquel que estaba dispuesto a orientarse como colono y basar su trabajo en el cultivo de las más disímiles variedades de productos que existían en la isla o que fueron introducidos por ellos.
De las exiguas cantidades de aborígenes encontradas por los europeos poco se puede contar dentro de los aportes a la cultura que posteriormente hubo de fundarse, a no ser por las pocas palabras que han quedado, los saberes en la construcción de bohíos y "la gran venganza de los indígenas cubanos contra sus esquilmadores del occidente blanco": El hábito de fumar.
Aún cuando no es centro de atención en este trabajo es necesario abordar de forma sucinta el aporte de la cultura africana en la configuración de nuestra identidad, en primer lugar porque su llegada ocurre casi a la par que la de los conquistadores, quienes sustituyen a los rápidamente extinguidos aborígenes.
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