También, nos ha pasado que personas que tiempo atrás nos dieron sinceros regalos, y sinceras oportunidades, resulta que las defraudamos alguna o muchas veces, y ya no están dispuestas a ofrecernos ya nada.
Pero, tú no puedes privarte a ti mismo de darte oportunidades, para crecer, para desarrollarte, para madurar, para perdonarte, para animarte, para proponerte metas, para cambiar malos hábitos, para sanar tus heridas, para reparar tus errores, para retomar tus sueños, para agregar mas triunfos, para empezar de nuevo.
Tú no puedes seguir siendo el obstáculo, que no te permite enfocarte en lo que puedes llegar a ser y lograr por ti mismo.
Para lograr esta meta de regalarte oportunidades necesitas enfocarte, en varios principios fundamentales:
Principios fundamentales:
1. Tus fracasos pasados, no pueden determinar tu futuro.
2. Tus debilidades pasadas, no pueden dominarte, hasta que termine tu existencia en esta tierra.
3. Tus enemigos, no pueden causarte daño cada vez, que lo programen y planifiquen.
4. No puedes cambiar tu mundo exterior, pero puedes controlar tu mundo interno.
5. Tus pensamientos, emociones y sentimientos, no son el centro de tu vida, debería serlo Dios y el propósito que tienes en tu vida.
6. Debes conocer tus propósitos en la vida, para caminar hacia ellos, por ellos, motivados por llegar a ellos, y sin permitirte, dejar de soñar con ellos.
Si te mantienes enfocado en estos principios, sabrás a que cosas te tienes que darte nuevas oportunidades, y a que cosas no puedes darte la oportunidad de experimentar, pensar, decidir, o reaccionar.
Recupera el tiempo perdido
Capítulo anterior: 2 – Regálate oportunidadesCapítulo siguiente: 4 – Reconciliándote contigo mismo
Muchas veces nos pasamos toda la vida pensando en que si la vida nos hubiera dado la oportunidad de retroceder el tiempo y hacer que lo que lo que paso, no nos hubiese pasado, que los errores que cometimos, no los hayamos cometido, que las personas que nos hirieron, ni siquiera las hayamos conocido, etc..
Pero, la triste realidad es que cada vez que pensamos en esa posibilidad, nos hayamos enfrente de un triste callejón sin salida, el cual no tiene retorno, y no nos queda mas remedio que aceptar la inesperada realidad en la cual nos encontramos.
Tenemos la oportunidad que nos da la vida, de que mientras respiramos, podemos cambiar nuestras circunstancias, y las que no podemos cambiar, tenemos la habilidad dada por Dios, de controlar como nos sentimos al respecto.
El error al que nos enfrentamos siempre, no es el tener la ilusión, de querer controlar el tiempo, para hacer que todas las experiencias negativas del pasado, nos siga haciendo daño, el verdadero error, es desconocer las herramientas que tenemos, para controlar el tiempo, en el cual esas mismas circunstancias del pasado nos van a seguir haciendo daño, toda herida, todo trauma, todo temor, todo fracaso, todo suceso, tiene su tiempo de vencimiento en el tiempo, y esa fecha de vencimiento tienes que ponérsela tu mismo.
Las cosas que te hacen daño, no las controlan las personas que trabajan en función de hacerte daño, las controlas tu, porque a pesar de que mucha gente trabaje para hacerte daño en algún aspecto de tu vida, solo tu decides permitir que cada vez que esas mismas personas, hagan esas acciones, tu vuelvas a sentir esas mismas emociones.
Muchas veces nuestras emociones, están muy estrechamente ligadas, a las conductas aprendidas, y de acuerdo a como aprendiste a sentirte ante determinada circunstancias, siempre te sentirás igual, cada vez que se repita esas mismas circunstancias, al menos que tu disciplines tus emociones, tus sentimientos, tus pensamientos, y tus decisiones.
Si realmente, quieres recuperar el tiempo, recupera el control de los sentimientos, de las emociones, de los pensamientos, y de los patrones de conductas, que te quieren dominar de acuerdo a ese falso aprendizaje que tuviste de cómo reaccionar ante ese fracaso, o trauma.
Empieza a aprender, nuevas maneras de reaccionar, de pensar, de sentirte internamente, cuando te ves al frente de una determinada situación, que te conlleva a la tendencia a descontrolarte, sentimental y emocionalmente.
Si una determinada situación te causa, stress, soledad, depresión, temor, o cualquier sensación desagradable, simplemente enfréntala y empieza a ajustar tus acciones y reacciones.
Tenemos, que aprender a conocernos internamente, y descubrir que cosas nos hacen sentir de tal o cual modo, y por cual sentimiento, pensamiento, o emoción lo podemos remplazar, y a la medida en que canalicemos esas reacciones, estamos acortando el tiempo de acción, de las experiencias dolorosas.
Mientras menos tiempo, nos agobien las circunstancias, mas tiempo de nuestra vida estamos aprovechando, y menos tiempo de nuestras valiosas vidas estaremos desaprovechando. ¡Dios te bendiga!
Reconciliándote contigo mismo
Capítulo anterior: 3 – Recupera el tiempo perdidoCapítulo siguiente: 5 – Fortaleciendo tus convicciones
Todos los seres por naturaleza tenemos la gran desdicha de fallar, queramos o no queramos, en pequeñas cosas o en cosas en gran manera significativas.
Algunos hemos desarrollado fácilmente la habilidad de perdonar, al que nos hiere, otros no, algunos perdonamos muy fácilmente y a otros nos cuesta aun mas, tratar de perdonar al que nos ofende.
Pero, peor aun, hay en nuestro ser una forma no sana, de cómo nos enfrentamos ante nuestras propias torpezas, y todo depende de cómo hemos sido criado, hay personas, que son muy tolerantes con sus propias torpezas, malas decisiones, y debilidades, pero que les exigen a otros que tienen que ser perfectos, y no deberían equivocarse jamás, y pareciese que no soportan a la gente que cae en sus propias torpezas y tienen sus mismas debilidades.
Hay otro tipo de persona, que muchas veces, juzgan a otros de manera implacable, y piensan que ellos jamás caerán en esos errores, por eso es que a ellos mismos, siempre les cuesta, entender como es que la gente cae en esos errores.
También hay quienes, siempre cometen errores, y siempre terminan excusándose por sus malas decisiones, y también excusan a otros, para evitar que alguien los juzgue.
Pero, también, habemos muchas otras tantas personas, que realmente, no sabemos perdonarnos a nosotros mismos, y aunque a otros podemos entenderlos en sus debilidades, podemos aconsejarlos, ayudarles, levantarles el autoestima cuando han fallado, le hemos sabido darle la mano a alguien para levantarle cuando ha caído, le hemos servido de ayuda a alguien que ha dañado su testimonio, y hemos levantado el autoestima del que se esta muriendo con una culpa de algo terrible que cometió, todavía aun nosotros mismos, no nos hemos podido perdonar nuestras debilidades, torpezas, y flaquezas, es como si algo por dentro nos dijese, los demás si tienen permiso para fallar, pero tu no.
¿Y qué cuando nosotros fallamos?
Porque será tan difícil, de que nos perdonemos a nosotros mismo? Sin duda todos tenemos razones distintas por las cuales aprendimos a no aceptar, que podemos fallar tan igual como cualquier mortal en este mundo.
En mi caso personal, reflexionando en el tema, considero que se lo debo al hecho de que tuve una madre y un padre, ambos muy perfeccionistas hasta el punto, que las mas insignificantes fallas, eran criticadas, bien castigadas, recordadas una y otra vez, y hasta si éramos residentes en alguna falta, ya teníamos una etiqueta que nos marcaba para siempre.
Tenemos que aprender, a borrar las etiquetas que en el pasado nos impusieron, tal vez tu padre o madre, abuelos, tíos, compañeros de clase, maestros, vecinos, quien haya sido.
El problema no es que fallemos, el problema radica en que no sabemos que hacer con nuestras fallas, mientras lo intentas por lo menos comienza en aceptar que tu eres un ser humano, con fallas así como virtudes, y que si bien no debes seguir errando, tampoco debes seguir identificándote con el error, como si tuvieran un sentido de pertenencia el error contigo y tu con el.
Errar, es una circunstancia, que fue adversa, que te limito, que saco lo peor de ti, solo eso circunstancia, (espacio de tiempo, de lugar, solo fue un suceso) y no importa cuantas veces se haya repetido, solo fue un suceso, no puedes calificarte por tus sucesos, debes identificarte por tu carácter, personalidad, características propias de ti, que te diferencian de los demás, perdona los errores del pasado que hayas cometido, y continua experimentando, en la vida, hasta que apuntes al blanco de donde quieres llegar, y si no has llegado, continua trabajando hasta que llegues, y si todavía no llegas continua hasta que llegues.
Fortaleciendo tus convicciones
Capítulo anterior: 4 – Reconciliándote contigo mismoCapítulo siguiente: 6 – Enfócate en tus logros
No hay nada mas poderoso en el ser humano, que sus propias convicciones, cuando uno cree algo, aunque no lo planee, piensa en eso que cree, actúa de acuerdo a sus pensamientos referentes a lo que cree, y vive de acuerdo a lo que cree.
Si cree que es un fracasado, tendrá pensamientos de fracasos, y actuara como un fracasado, si se cree un rechazado, pensara en solo rechazos, actuara como victima de rechazos, y su autoestima le hará sentir rechazado.
Por eso, es que muy importante, meditar acerca de lo que pensamos, porque muchas veces hay pensamientos que siempre tenemos, y que sin darnos cuenta nos han dominado por años, y nunca nos dimos cuenta de ello, y resulta que simplemente se constituyeron en profundas convicciones que internalizamos en nuestra mente, sin tener conciencia de ello.
Tenemos que ser agentes activos en cuanto a lo que pensamos, y tenemos que tomar una posición de responsabilidad acerca de lo que hacemos al respecto, nuestros pensamientos no nos pueden dominar, ni limitar.
Cuando nosotros tomamos las acciones, para poder controlar nuestros pensamientos, no solamente estaremos en control de lo que pensamos, sino que también estaremos en control de lo que sentimos, y no solamente tendremos control de lo que sentimos en cuanto a los sentimientos, sino también de lo que sentimos en cuanto a las emociones.
Nuestros sentimientos y emociones se acoplan al molde del patrón de pensamiento que establecemos, en nuestro interior.
Si nuestro pensamiento es de derrota, así nos sentiremos, y nuestras emociones van a estar supeditadas a esa manera de vernos a nosotros mismos.
Es por ello, que ante las cosas mas comunes de la vida, cada persona tiene reacciones diferentes, por ejemplo:
La Lluvia; algunos sentimos emociones agradables cuando llueve, y hasta nos puede cambiar el humor en segundos.
La Salida del Sol; algunos podemos disfrutar cuando amanece a otros puede hacerles sentir una emoción diferente.
El frío o el calor; algunos nos sentimos mas cómodos son algunas de las dos temperaturas. Lo mismo suele pasar, en cuanto a los fracasos, los temores, los tropiezos, las malas noticias, las buenas noticias, de acuerdo a como pensemos de nosotros mismos reaccionaremos, con satisfacción, insatisfacción, indiferencia. Todo dependerá de que hemos estado pensado por años, por meses, por semanas, por días, por horas, e incluso por minutos.
¿Cuántos perdieron su matrimonio?, por haber tenido por unos escasos minutos, una convicción equivocada acerca de su pareja, ¿Cuántos perdieron su empleo, por haber tenido una convicción acerca de su empleo, su jefe, su sueldo? luego vieron que no era así.
¿Cuántos se fueron de su casa, por haber tenido una convicción equivocada acerca de las reglas de sus padres, y ahora que maduraron ven sus propios errores, por dejarse llevar por sus ideas.
Sólo actuaron, de acuerdo a como le dijeron sus convicciones, pero de acuerdo a lo que pensaron hablaron, actuaron y decidieron, y ahora solo quedan las consecuencias.
Pero, tu trabajo es crearte convicciones reales, que estén basadas en metas que quieres lograr, en miedos que deseas contra-atacar, en temores que deseas superar, en heridas que deseas sanar, y en sentimientos y emociones que deseas dominar.
Enfócate en tus logros
Capítulo anterior: 5 – Fortaleciendo tus conviccionesCapítulo siguiente: 7 – Disciplínate a ti mismo
Así, como cada vez que examinamos un reloj nos señalara la hora, cada vez que examinamos un termómetro nos señalara la temperatura, también cada vez que examinamos nuestros logros, nos señalaran nuestras virtudes y fortalezas.
Por eso, es que es necesario que te enfoques en tus logros, en que cosas hiciste, o dejaste de hacer para llegar a ellos.
Solamente, cuando te enfocas en los logros, no te permites llorar una vez mas por tus fracasos, simplemente cada vez que intentes la formula que te llevo al logro, terminaras otra vez marcándote un nuevo triunfo para el futuro.
La razón, por la cual, mucha gente triunfo en un determinado momento, y en otro determinado momento no triunfó, pero luego, sigue pasando el tiempo, y a esa persona, todavía le cuesta sacarse otro triunfo, es porque se dejo absorber por la incertidumbre de no poder conocer, cuales fueron los motivos que le llevaron a fracasar, se pregunta en que habrá fallado, porque no llego, si antes había llegado a esa tan deseada meta.
Pero lamentablemente la culpa no la tiene su fracaso, la culpa esta, es en que no aprendió absolutamente nada de su triunfo.
Cada triunfo te regala en la vida una oportunidad, para meditar en tus dones, en tus talentos, en tus habilidades, en tus virtudes.
Mientras que cada fracaso en la vida, te señala tus propias debilidades, fallas, defectos, tu culpabilidad, tus impedimentos y limitaciones.
Es muy necesario, que estudies cada unas de tus limitaciones, defectos, fallas, impedimentos y culpas, pero, no debes enfocarte en ellos, solo debes meditarlo, tratar de cambiarlo y recuperarte. Cuando tú te enfocas en tus logros, te estás permitiendo: - Realzar tu confianza, - Realzar tu autoestima, - Valorar tus habilidades, - Levantarte de tus circunstancias, - Ayudar a otros y a ti mismo, - Crecer como persona, - Evitarte nuevos fracasos, - Reponerte de los tropiezos, - Afirmar tus convicciones, - Garantizarte éxitos, - Conocerte más a ti mismo,Cuanto más tiempo te dediques en meditar en tus logros, más tiempo estas garantizándote a ti mismo futuros triunfos.
Disciplínate a ti mismo
Capítulo anterior: 6 – Enfócate en tus logrosCapítulo siguiente: 8 – Conociendo tus debilidades
Todo ser humano necesita tener disciplina en su vida; bien sea la disciplina que implica tener hábitos, como la disciplina que implica castigo.
Disciplinar nuestras vidas, asumiendo hábitos que nos permitan llegar a una meta, no es nada fácil, y cuando se trata de escoger quienes establecerán nuestros hábitos, a veces preferiríamos escoger nuestros hábitos nosotros mismos, o que otro no los impongan, (En el caso de que creamos que no tenemos fuerza de voluntad, para tomar nuestras decisiones)
Disciplinar nuestras vidas, en cuanto a lo que se refiere al castigo, para todo ser humano, es una situación muchísima más seria. Tanto así, que si fuera por nosotros, siempre seleccionaríamos, la opción, no a la disciplina.
Todos los seres humanos tememos al castigo, ya que todo castigo, conlleva consigo dolor, si la disciplina como hábito conlleva dolor, mas dolor aun genera, el castigo por nuestras malas decisiones.
Si estudiamos acerca de que personas son las mas correctas y adecuadas para imponernos un castigo, tal vez tendríamos múltiples opciones, y diríamos, mis padres, los maestros, los funcionarios de la ley, etc…
Pero, nunca ha considerado seriamente el hecho de que usted mismo puede decidir por si mismo, cual seria el castigo o digamos la corrección adecuada, para nuestros actos.
Tenemos que centrarnos en la idea, de que nosotros mismos somos mayordomos de lo que fuimos, somos y seremos, y por más hábitos que nos impongan o castigos que nos den, si no asumimos que realmente no los merecemos, y que es por nuestro bien, siempre estaremos, Excusándonos por nuestros malos hábitos, o malas decisiones, y siempre estaremos criticando y juzgando al que nos impuso el castigo o el habito a seguir.
Pero, no hay victoria más considerable, que las propias correcciones, y hábitos que asumimos nosotros, mismos, porque esto solo puede darse cuando estamos concientemente comprometidos, a dar lo mejor de nosotros.
Nadie puede hacernos sentir conforme con unos hábitos o con una forma de castigo impuesta, pero nosotros mismos podemos convencernos a nosotros mismos, de cual habito o castigo, nos pueda beneficiar realmente, y dar resultados esperados.
Nadie nos conoce tanto como nosotros mismos, y nadie puede internalizar nuestros propios sueños y anhelos que nosotros mismos.
Si no tienes sueños, metas y anhelos, nunca te parecerá importante disciplinar tu vida, pero cuando quieres llegar a un lugar determinado, que te has fijado y propuesto llegar, ninguna disciplina seria innecesaria ajustar cambios fundamentales en tu vida.
Necesitas enfocarte en principios: - Toda disciplina implica cambios,- Toda disciplina tiene propósitos,- Toda disciplina implica riesgos,- Toda disciplina permite logros,- Toda disciplina requiere toma de conciencia
Disciplina tu vida, y obtendrás cambios, lograras metas, superarás barreras, y producirá madurez y crecimiento progresivo
Conociendo tus debilidades
Capítulo anterior: 7 – Disciplínate a ti mismoCapítulo siguiente: 9 – Asume tus responsabilidades
Todas y cada una de las personas, sin excepción, tenemos tanto profundas, como sencillas debilidades, eso es una de las pocas cosas que tenemos en común todos los seres humanos.
Sin, embargo, la mayoría, no estamos condicionados para enfrentarnos a ellas, y se hace mas difícil aceptarlas en nuestras vidas, cuando esas debilidades son expuestas en publico.
Pero, es necesario, de que cada persona tome conciencia de que tipos de debilidades posee, y aprenda a explorar su mundo interior.
Muchas veces, no nos preocupamos en eso, y descuidamos el auto-análisis a fondo, acerca de nuestras virtudes y defectos.
Algunas personas, tienen la tendencia a enfocarse en sus virtudes, pero cuando caen en un fracaso por causa de una debilidad a la cual nunca le prestaron atención, su frustración es casi inmediata.
Otras personas, se enfocan mas en sus debilidades, que en sus virtudes, talentos, y dones, y siempre tienden a tener muchos temores, a caer y a reincidir en una debilidad, y no hacen nada por conocer la manera de contrarrestarlas.
Pero, independientemente, de en cuales de los dos aspectos te enfoques mas, bien sea en tus debilidades o en tus fortalezas, lo mas importante que debes tomar en cuenta, es de que nada ni nadie debe conocer mejor tus debilidades que tu mismo.
Muchas mujeres, cayeron en los brazos de un hombre por no conocer su punto débil, pero el hombre si que lo supo, de antemano, y se preparo al respecto, mucha gente a sido vilmente defraudada económicamente porque no conocía sus debilidades, pero obviamente su estafador si, así como estas cosas habrían muchos ejemplos de la vida cotidiana que podríamos citar.
¿Que son las debilidades?
Las debilidades, son aspectos de nuestras vidas, que no podemos controlar por nosotros mismos. Ejemplos:
- Emociones,- Sentimientos,- Temores,- Heridas,- Traumas.
Nosotros, individualmente debemos estudiar en privado y a fondo, cada etapa, de nuestra vida, infancia, adolescencia, juventud, edad adulta e incluso en la vejez, no hay una edad en el hombre en el que el ser humano, ya pueda decir ya termine de aprender, o ya no tengo debilidades.
Debemos auto-analizarnos, cuales temores nos han perseguido en cada etapa, cuales sentimientos tenemos muy frecuentemente, y que emociones vemos que no sabemos canalizar, cuando la sentimos.
Cuando hayas hecho esta pequeña refilón acerca de ti mismo, descubrirás, tus verdaderas debilidades, y solo cuando tu descubras tus debilidades, solo cuando llegues a descubrirlas, es que podrás fortalecer tus debilidades, y debes hacerlo tu mismo, antes de que otro descubra primero tus debilidades y juegue con eso para hacerte daño.
Asume tus responsabilidades
Capítulo anterior: 8 – Conociendo tus debilidades
El peor error que solemos cometer es el no saber tomar conciencia de nuestras responsabilidades, bien sea responsabilidad, por lo que hicimos, responsabilidades por los que no hicimos, y peor aun, responsabilidades por lo que haremos al respecto. La mayoría de los seres humanos, tenemos la tendencia, consciente o inconscientemente, de continuamente evadir nuestras responsabilidades.
– Evadimos las responsabilidades, de asumir nuestros errores, para no sentirnos culpables.
– Evadimos las responsabilidades de asumir que cosas pudimos haber hecho y no la hicimos, para evitar sentirnos culpables, y para no sentirnos ignorantes.
– Evadimos las responsabilidades de lo que tenemos que hacer para no asumir riesgos. La verdad, son muchas cosas las que no asumimos para no tener que lidiar con la culpa, con los riesgos, con las consecuencias de nuestras acciones, para burlar nuestras conciencias y no nos acuse, para no dañar nuestra reputación o la imagen que tenemos de nosotros mismos. Lo peor de eso, es que mientras mas nos tardemos en asumir nuestras responsabilidades, peor serán las consecuencias, la culpa y los riesgos.
Muchas veces, tenemos la fatal idea de que si no asumimos riesgos no perdemos, pero muchas veces hay riesgos, que mas que eso son nuevos retos que nos llevaran a lograr nuevas metas, y si no los asumimos nunca, no llegaremos a la meta nunca. También, tenemos la fatal idea de que si asumimos la culpa que tenemos por lo que hicimos o dejamos de hacer, siempre la conciencia nos va a seguir atacando y haciendo daño por el resto de nuestras vidas.
Pero no tiene que ser así, puesto que una vez, que hayamos asumido concientemente, nuestra responsabilidad de verificar que tan culpables somos o no, nos queda la necesidad, de asumir que responsabilidad tenemos que asumir al respecto, es decir, que podemos hacer para cambiar lo que hicimos mal, tomando mejores decisiones presentes y futuras.
Mientras más tardemos en asumir responsabilidades, mas tardaremos en llegar a metas, en alcanza sueños, en sanar heridas, confrontar emociones, solucionar situaciones, sustituir sentimientos, y muchas otras cosas.
Autor:
Maria de los A. Pérez
Fecha de publicación: 29/04/08
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