- Introducción
- La Travesía
- Primer Color (El Blanco)
- Segundo Color (El Indio)
- Tercer Color (El Negro)
- Conclusión
- Datos Bibliográficos
Introducción
¿En qué consistieron los tres procesos revolucionarios liderados por las tres razas o culturas que compusieron la sociedad de Santo Domingo durante el proceso de colonización?
Para desarrollar las respuestas adecuadas a esta pregunta debemos proceder a denotar que no debe ocurrir muy continuamente el tener semejante placer de poder desarrollar un análisis a una obra de la categoría de la que trabajaremos en esta ocasión.
La generalidad de forma y método utilizado por el Sr Mir, y el cómo desglosa y analiza los procesos revolucionarios dirigidos por parte de Colonos, Aborígenes y Esclavos Negros, en diferentes etapas del trayecto hacia la colonización de la Española, son simplemente considerados por este humilde servidor como sublime. Nos presenta la personalidad, nos muestra las conciencias, personalidades e incluso los posibles y en otros casos los reales ideales, de los protagonistas de los mismos.
En efecto, la isla bautizada por el Almirante como La Española, fue escenario de los primeros actos revolucionarios; protestas de los propios colonos, alzamientos de los colonizados y los oprimidos del Nuevo Mundo, y en este sentido, en este ensayo, trataremos de enfatizar las características que consideremos de mayor importancia histórica de tales acontecimientos que cambiaron de manera drástica la historia de dicha isla.
La Travesía
Ya en trabajos anteriores pudimos analizar que el trayecto hacia la conquista no del nuevo continente, sino de la consecución de la aprobación de su proyecto, el joven Cristóbolo Colombo tuvo que atravesar por un prolongado proceso compuesto por una telaraña de desmanes; desencantos, humillaciones, rechazos múltiples, desagravios y otras peripecias. Pero no se doblegó, su infortunio continuo no fue más fuerte que su perseverancia. "No por miedo a herrar debes dejar de intentar", palabras que posiblemente pudieron servir como lema suficiente para que persistiera su notable arrogancia.
Como quien le pega al Gordo, cuando se acercaba ese caballo, cuando se presentó el enviado de la reina, cuando su mirada se torno brillosa, con encanto exorbitante y sus oídos escucharon tan maravillosas e increíbles palabras, que en la imaginación de muchos, debieron ser no más que de las que ensordecen y hacen que solo se capte lo que se quiere, y no todo lo que se dice, ese joven, tildado de hereje por muchos, de ingenuo por otros, y de loco por las mayorías, experimentó sobresaltos. Su ser saltaba, se alegraba y celebraba su éxito por anticipado. Pero sólo su ser, porque el mensajero no lo notó.
Debió ser como los cuentos de hadas, cuando experimentó aquello. El camino de vuelta a la nueva entrevista ante la reina de seguro fue como ir y venir de España a Portugal a pie. Pero culminó, y al fin escucho de Su Majestad aquello que pasó tanto tiempo y costó tantos sacrificios, tantas peripecias para poder escucharlo. Y se baja el telón, y se sube de nuevo y Cristóbolo había desaparecido. Fue sustituido por un tal Don Cristóbal Colón, futuro Virrey, Gobernador, y otros no menos notables títulos, que iban a ser posesión de él, cuando ocurriera lo que debía de ocurrir.
Y se inicia la aventura. Fue el 3 de Agosto de 1492. Tres embarcaciones (La pinta, Capitaneada por Martín Alonso pinzón; La Santa Clara, que en la posteridad pasó a llamarse La Niña, por sus dueños los Hnos. Niño, capitaneada por Vicente Pizón, y La Santa María, capitaneada por el propio Almirante). Algo que no sale a relucir en la mayoría de los escritos, es que salieron en dirección de las Islas Canarias, en donde desembarcaron y permanecieron por alrededor de un mes, puesto que la expedición no inicia ese 3 de agosto, sino el 9 de septiembre, cuando las tres naves zarparon desde Canarias hacia el sol poniente, o sea el Occidente, en las aguas del Mar Tenebroso.
Luego de varios días, descritos éstos por Iriarte, como "días en los cuales las miradas de los expedicionarios solo miraban al cielo a ver si divisaban las aves que les dirían que habría tierra en las proximidades". Fue el día 11 de Octubre cuando al fin Rodrigo de Triana lanzó el grito esperado de "TIERRA". Al día siguiente bien temprano Colón y sus expedicionarios arribaron a la isla de Guahaní, la cual bautizó como San Salvador. Dándose cuenta casi de inmediato que no era el lugar al que se estaba planteado llegar prosigue en la mar llegando posteriormente a cuba y luego, el 5 de Diciembre a la Isla de Haití, la cual llamó La Española. Su regreso triunfal a España fue el 15 de Marzo de 1493.
Primer Color (El Blanco)
Luego del regreso de colón a la isla, encontrar el Fuerte de la Navidad destruido por el Cacique Caonabo, y la fundación de la primera ciudad del Nuevo Mundo, La Isabela, en la isla no encontró el Almirante todo el oro que habría deseado, y el que había comunicado ya que existía. Su hazaña estaba en peligro, puesto que para ser tal, debía sustentarla con mucho del preciado metal precioso. Pero que podía hacer, la isla no lo poseía en la magnitud que se esperaba.
Estallaron los rumores, el descontento y los reclamos. Mir plantea que el pueblo pasaba por grandes desmanes, enfermedades debido al clima, hambruna, puesto que la isla no proporcionaba los alimentos que consumía el español, además de lo que ellos consideraban la mala práctica de la administración de los Colones, refiriéndose al Almirante y sus hermanos, Bartolomé y Diego. El pueblo entonces necesitaba una voz que los representara. La consigna era desacreditar al Almirante. Los primeros candidatos fueron, en un momento, quien viniera como Alguacil de Corte y Contador de la Flota Bernal de Pisa, y en otro momento Mosen Pedro Margarite, quien fungía como Jefe de la Guarnición de Santo Tomás, y el Padre Bernardo Boyl. Pero ninguno de estos pertenecía en sí al pueblo, eran de la élite española. Se necesitaba alguien del pueblo para ser la voz del pueblo, y es así como surge la figura de Francisco Roldan.
Roldán vino a la isla como sirviente del Almirante, era su escudero. Éste si pertenecía al pueblo. Al salir Colón de regreso a España fue nombrado como Alcalde ordinario. En su jurisdicción las cosas marcharon bien. Se identificaba con el pueblo, y el pueblo con él.
(1496) Zarpa Colón nueva vez a España y deja a Don Bartolomé como Gobernador y a Don Diego como su segundo. Roldan fue nombrado Alcalde Mayor, y es bajo ese cargo que se convierte en la figura que resalta en esta historia.
Se acrecienta el hambre, las enfermedades avanzan, y el descontento generaliza, como todo un escultor impresionista, los reclamos del pueblo y los acontecimientos van tallando al héroe revolucionario. En ausencia de Don Bartolomé que se encontraba en Jaragua, se le pide a Don Diego que envíe a España una carabela que éste había ordenado varar con temor de que se embarcasen los descontentos hacia su nación, con el fin de buscar víveres a causa de la hambruna. Éste consideró que era una idea descabellada, Roldán no se muestra de acuerdo, y en ese momento despierta el revolucionario por primera vez.
Para opacar los sobresaltos que se generaron, Don Diego decide enviar a Roldán con 40 hombres al recién construido Fuerte de la Concepción con el fin de cuidar que Guacanagarix y su gente no se alzaran. En vez de molestarlos, Roldán decide convertirse en defensor de los nativos. Sacó las personas que no eran de su acuño e introdujo otros más que lo seguían y poseían ya ideas revolucionarias, los arma y se inicia el alzamiento.
Al llegar Don Bartolomé mandó un mensaje al Roldán proponiendo un encuentro en el Fuerte. Fue desde una ventana sin marco, plantea el señor Mir, que se desarrolló el encuentro. Allí el nombrado Gobernador plantea al Alcalde que se suma a las leyes castellanas y los Reyes Católicos, a lo que el último responde planteando que él y su gente no se estaban revelando contra tales leyes sino ante la administración que los estaba llevando a la miseria y la ruina, a causa de hambre, pobreza y maltratos.
Al no ponerse de acuerdo Roldán partió hacia Jaragua donde se alojaba la resistencia, no sin antes apoderarse de caballos, yeguas y vacas, además de armas.
Allí llega en 3 carabelas Pedro Hernández Coronel, quien desembarca en Jaragua sin saber lo ocurrido, pero al enterarse al poco tiempo, intenta persuadir a Roldán, a lo cual éste le responde sin dar seguridad de nada. Coronel arriba al Fuerte y entrega lo traído, Documentos Reales que legitiman a Don Bartolomé como Adelantado. Inmediatamente el ya Adelantado legítimamente consagrado envía al propio Coronel a dar los informes al alzado y a proponer la capitulación. Los roldanisnas no aceptaron ningún arreglo, por lo que fueron declarados oficialmente traidores por el Adelantado.
Haciendo un paréntesis, Guarionex prepara un asalto al Fuerte, pero no prosperó a causa de un desliz de uno de sus caciques, por lo cual, al quedar los españoles advertidos, tuvo que huir a los montes, no sin antes, plantea Mir "arrancarle la cabeza al canoro caciquito". Se alojó en tierras del Cacique Mayonabex, quien lo recibió encantado, sin saber que cometía un error ya que el primero fue perseguido por el Adelantado, encontrado, tomados prisioneros ambos, y destruyendo su poblado.
Volviendo a la cuestión, al subir este telón de nuevo presenciamos la llegada de Colón. Recibe las informaciones. Se indigna por ser quien es, quien encabeza el alzamiento.
Expide una Proclama ofreciendo amnistía y pasaje libre a España. Roldán comunica que antes que pedir la paz, su motivo ahora era exigir la libertad de los aborígenes que se tenía la pretensión de ser enviados como esclavos a España. El Almirante se indigna mucho más aun y ordena se presenten todas las personas aptas para tomar las armas… ¡O sorpresa! Solo 60 fueron presentados, y de éstos solo se podía contar con 40. ¡Una victoria para los alzados!
El 18 de Octubre salen los buques llevando las quejas de Colón al rey. Éstas decían que los alzados robaban a los indios y forzaban a las indias, y que le tomaron dos carabelas por asalto.
Pero los roldanistas buscaron la forma y también enviaron sus quejas. Éstas planteaban que los Colones querían alzarse con las tierras, que sólo dejaban sacar oro de las minas a sus criados y amigos, que dirigían la justicia a su antojo, entre otras cosas.
Es obvio que la ventaja la tenían los alzados, porque como plantea el autor Pedro Mir:
No es preciso gran esfuerzo para predecir el resultado de estas quejas. El Almirante acusaba a los roldanistas de crueldad con los indios y el mismo buque en que enviaba la acusación enviaba esclavos indios. Lo de las carabelas era una calumnia fácil de desmentir. En cambio los roldanistas lo acusaban de cometer faltas en la administración, de codicia y crueldad contra los colonos, temas de los cuales se había hablado mucho en la corte desde los tiempos de la conspiración del pisano.
Al fin, luego de enviase cartas el uno al otro, se llega a un acuerdo. Se firman las capitulaciones. En éstas los alzados se embarcarían a España desde el puerto de Jaragua, recibirían certificados de buena conducta, se le entregarían esclavos y garantías personales. Esto debía ser efectivo en el plazo de 8 días. El mismo no se cumplió, pues el Almirante salió en viaje de inspección a la isla y no se prepararon los buques. Al llegar Colón se entera de la situación, y sabiendo que se había vencido el plazo, se vio obligado a capitular nueva vez. A la anterior se le agregaron otras estipulaciones, entre otras cosas a Roldán le sería establecido el cargo de Alcalde Mayor. Colón se vio obligado a firmar esto con más humillación que la otra.
Aquí vemos la paz. Una paz con Colón habiendo logrado tranquilizar la isla, y con un Roldán siendo el Alcalde Mayor… En esta subida de telón resaltamos la que Pedro Mir llama "El Amor viene del Pecho", haciendo énfasis a los pechos de la niña adorada por los españoles, hija de la Cacica Anacaona, la princesita Higuemota… Sucede que al ser inmensamente bella, con cuerpo tierno y firme, andar desnuda deslumbrando los ojos de los colonos, uno bien notable, Hernando de Guevara se lanza a la aventura y pide su mano a la Cacica. Esta lo acogió y hospedó en su casa. Pero no sólo eran los ojos de este señor los que se habían dirigido hacia Higuemota. Sobre ella ya estaban puestos los del flamante Alcalde Mayor.
Aunque Guevara se había adelantado y solicitado cristianizar sus relaciones amorosas, el Alcalde lo reprendió acusándolo de engañar a Anacaona, ordenándole que se alejara de esos predios.
Ya que ostentaba tal cargo Guevara se alejó poco tiempo, pero juntó algunos amigos para conspirar y al enterarse Roldán lo apresó. Al ser Guevara primo de Adrián de Moxica, éste buscó el apoyo de Pedro Riquelme para conspirar. El Almirante se enteró, los sorprendió reunidos y automáticamente ordenó la ejecución de Moxica y Riquelme.
Y llegó una verdadera paz. Pero la corte no estaba enterada. Todo estaba preparado. Fue enviado Bobadilla. Éste arribó a la colonia, reunió información. Encontró personajes ejecutados como los mencionados por el caso de Higuemota. Apresa a Colón, incauta sus bienes y lo envía encadenado hacia España. La misma suerte les tocó a los demás Colones.
Bobadilla viene con intenciones de enriquecerse. Se descuida de la evangelización. A esto se le suma la estupidez que dirigió incautando los bienes y encadenando a tan prestigioso personaje, descubridor del Nuevo Mundo. Eso no fue bien visto por la corona. La reina repone los privilegios al Almirante e incluso otorga varias embarcaciones para una nueva expedición. Envía una carta a Bobadilla reprimiéndolo por sus actos, y los sustituye casi inmediatamente en 1502. En su sustitución viene el Comendador de Lares. Fray Nicolás de Ovando.
El 15 de abril de 1502 llega Ovando a la isla con una flota brillante. Armas, artillería, alimentos, escuderos, obreros y demás. Y una persona muy notable que es bueno resaltar, Fray Bartolomé de Las Casas. Otro lo fue Alonso de Maldonado, que venía nombrado como Alcalde Mayor. Esto significó el fin de la historia de quien dirigiera la primera lucha revolucionaria del Nuevo Mundo, Francisco Roldan.
La historia termina de manera triste para él. Colón regresa con su flota a su adorada Española. Pide permiso para desembarcar, iba sólo de paso. Ovando le niega la entrada. Colón insiste planteando que se acerca una tormenta. Ovando convoca a Antonio de Torres y los demás comandantes de la flota que los trajo a la isla. Estos plantean que no hay peligro ante las predicciones. Ovando niega a colón su entrada alegando que le fue prohibido hacerlo para evitar disturbios. Colón, con la barbilla al pecho no tuvo más remedio que abandonar su amada isla.
Entonces Ovando procede a enviar las embarcaciones de regreso a España. La flota iba capitaneada por el propio Antonio de Torres, aquel que planteó que no había peligro… ¡Sorpresas nos da la vida! El Almirante, con toda su experiencia tenía razón. Inicia la tormenta. La primera en hundirse es la capitana. En fin 24 de las 30 naves se hundieron en la mar. En la tragedia mueren también Bobadilla, quien humillara al Almirante, y Roldán, quien lo desacreditara. Otro ahogado notable fue el Cacique Guarionex. Entre las 6 que pudieron llegar a España con la espantosa noticia, se encontraba la que transportaba los bienes de Colón. Y Se baja el telón.
Segundo Color (El Indio)
Luego de ser regañado Ovando por parte de la Corona, por la estupidez de no hacer caso a un marino tan experimentado como Colón, éste se dispone a tratar de readquirir el prestigio perdido por semejante torpeza. Inicia tratando de organizar la isla. Para ello tomó las nuevas disposiciones con las que arribó a la isla y repartió los aborígenes que quedaban. Entre estos se encontraban los de Jaragua, los de la Anacaona.
La decisión de Ovando fue incluirlos a la generalidad. Envió un emisario a la cacica informándole que le visitaría. Fue recibido con gran alegría con todo y su ejército. Luego de las comidas las jóvenes aborígenes avanzaron a pedir que iniciaran los juegos. Juegos que desarrollaban los colonos con sus caballos. Esa fue la señal. Montaron los cristianos y sin titubeo arremetieron contra la muchedumbre aborigen con metal y fuego. El lugar fue totalmente devastado. Solo pudieron salvarse Hatuey y Guaroa, los demás fueron eliminados. A la cacica, por su condición se le honró llevándola a Santo Domingo y ahorcándole. Jaragua fue repartida y encomendada. Se le colocó el nombre de Santa María de la Vera Paz.
En 1510 llegan los Dominicos y en seguida se dan cuenta de por lo que estaban pasando los llamados por ellos "Indios". Los sacerdotes estaban encabezados por Fray Antón de Montesinos. La travesía inicia el domingo de adviento. En su sermón, el sacerdote reprimió a los colonos por los maltratos a los aborígenes. Los colonos se sienten irrespetados y exigen a Don Diego que reprimiera al sacerdote. Se eligió el siguiente domingo para ello.
Plantea franklin Franco en su Historia del Pueblo Dominicano, que ese domingo no quedó un alma que no fuera a escuchar el perdón del sacerdote.
Esta vez inicia Montesinos diciendo que no midió sus palabras. Pasamontes sonreía al ver la escena. Y ocurre lo inesperado… Oh Dios, el fraile arremetió nueva vez, esta ocasión con mayor firmeza. Declaración de guerra. Los Franciscanos hacen oposición a los Dominicos por el hecho. La misma Orden Sacerdotal de donde surge el Papa Francisco, el actual representante de la Iglesia Católica al momento de este análisis (junio de 2013).
Los dominicos envían al propio Montesinos a España a plantear lo que ocurría en la Española. Los franciscanos responden enviando a Fray Alonso de Espinal. Aunque al dominico le bloquearon las posibilidades logró colarse en un desliz del encargado de la puerta del dormitorio real, lanzándose de rodillas ante su majestad rogó ser escuchado. El rey anonadado lo escucha y de allí salen las famosas leyes de Burgos. No obstante en la isla la idea era aceptarlas pero no cumplirlas.
Enriquillo
Con las medidas tomadas los aborígenes se extinguían de forma estrepitosa. Grandes vejámenes, maltratos, represión. Eran tomados como juguetes. Se les quería evangelizar pero aun así no adquirían respeto, mucho menos igualdad.
Es el caso de un aborigen que era hijo de uno de los caciques asesinados por Ovando, durante el engaño contra Anacaona en Jaragua. Era sobrino de la cacica y había quedado huérfano y fue recogido por los curas franciscanos que apoyaron la masacre, y evangelizado y criado bajo las normas españolas. Se llamaba Guarocuya, pero al su nombre no estar en el santoral cristiano se le nombró Enrique, al ser niño usaban el diminutivo, Enriquillo. Al crecer se quedo con el diminutivo. Le fue encomendado a un señor apellido Valenzuela. Al morir éste su hijo heredo el repartimiento. Su primer acto indeseable fue arrebatarle a Enriquillo una yegua que poseía. El aborigen tuvo que soportar esto para sobrevivir, puesto que conocía el accionar de los cristianos. Pero el joven Valenzuela luego arremete contra la esposa del nativo, una aborigen, también ya cristiana de nombre Mencía.
Esta fue la gota que rebosó el vaso. El aborigen se dirigió hasta Pedro Badillo quien era Teniente-Gobernados y se quejó. Éste respondió reprimiendo a Enriquillo por haberlo hecho.
Es increíble como los españoles manipulaban la situación a su antojo. Por esta causa que fue repetida luego que el aborigen se presentara ante la Real Audiencia, al llegar el tiempo de descanso de los nativos se fue a los montes. Al llegar el momento de regresar no había aborígenes. Había finalizado el momento de Enrique para iniciar el de Guarocuya.
Se alzó el aborigen. Organizó a sus iguales. Se internó en los montes. Los colonos intentaron sumirlo. El primero fue Valenzuela con 12 hombres. Subió a las montañas y bajó alarmado y maltratado. Luego la Real Audiencia con 80 en principio, luego 200…300, nada daba resultado. El nativo tenía ventajas, conocía las desventajas de los colonos, y conocía lo profundo de sus tierras.
El fin del alzamiento llega con el señor Barrionuevo que logra persuadir al proclamado Cacique, y la participación de Las Casas. Se llega a una capitulación luego que el propio monarca Felipe V envía una carta al cacique, llamándolo Don Enrique.
Mir, plantea lo que sale en los escritos del cronista Oviedo de que el cacique había capitulado y entre los acuerdos estaban que se comprometía a sumir a los aborígenes alzados, e inclusive tanto a éstos como a los esclavos negros regresarlos a sus comendadores, y a cambio recibir un pago. Esta parte es por la cual Pedro Mir critica la decisión del indígena.
En efecto, si así ocurrió merece ser criticado, pero adentrémonos al contexto. Fue otro encomendero, Oviedo quien describe esto. Un colono que al igual que sus iguales, debió sentirse bien humillado por haber sido doblegado por 13 largos años por un simple aborigen, con armas inferiores y en cueros, contra ejércitos completos.
No sería mala idea, que al igual que tergiversaron varios acontecimientos con el fin de justificar masacres a los nativos por ejemplo, como el caso de la Batalla de la Vega Real, en la que plantearon que todo lo cruel que dirigieron sucedió gracias a la intervención divina de la virgen de la Altagracia aquel 21 de enero, opacar la trayectoria del cacique planteando con la pluma todo aquello que para mi resulta tan difícil de creer. De esto mi crítica al señor Mir.
Tercer Color (El Negro)
En el prólogo de este escrito se plantea que el nombre original de la obra era DOS HOMBRES Y UN NEGRO, pero fue cambiado por protestas de amigos del autor. No obstante luego del análisis es sencillo darse cuenta de que el título surge por Dos Hombres (Roldán y Enriquillo), y un Negro (La Raza).
Es esta última en el escrito, no por menos importante sino por su orden de llegada, la leyenda a describir.
Con los aborígenes sumidos, los que quedaban, y la llegada de la industria azucarera a la colonia, se hacía ya inaplazable la traída por cualquier vía de una mano de obra barata y más fuerte que la nativa para su desarrollo. En principio Ovando logra que se le permita traer unos pocos esclavos negros africanos, pero en las administraciones posteriores fue creciendo la cantidad.
Esta raza fue sumamente maltratada. Se les cortaban miembros de su cuerpo por desobediencia o cualquier cosa considerada como una falta contra el amo. Mediante la trata de negros inició un comercio muy extenso que se extendió a lo largo y ancho del mundo.
Un comercio Triangular. Con la inclusión del Ingenio Poderoso el comercio creció pero con ello el trabajo de los esclavos era más intensivo.
El Siglo XVI fue el de mayor apogeo de La Española, convirtiéndose en la colonia más rica del mundo. El Siglo XVII vio como Brasil arrebataba a la colonia el centro de la producción de la caña. Pero para los años siguientes la inclusión de los barcos negreros y la intervención de los franceses que habían insertado piratas a la Española, terminaron colonizando la parte occidental de la isla, y una vez hecho eso empezaron a traer negros africanos para la producción del mismo producto, y la Colonia Francesa se convierte en la madre de la caña en el siglo XVIII.
El maltrato era bárbaro. Se cuenta que un negro en un barco negrero quiso revelarse y el capitán ordenó que fuera ejecutado y cortado en 300 pedacitos, y obligados los demás 300 negros a comerse uno cada cual con el fin de intimidarlos.
Estos actos atroces motivaron los alzamientos en la colonia, una que otra sublevación se desarrolló allí. Entre los más connotados líderes negros podemos mencionar al glorioso Toussain Louverture, quien se consagraría como el líder de la revolución de Saint Domingue, y nombrado luego nuevo gobernador.
Conclusión
Tres Leyendas de Colores. Increíble obra del ilustre Pedro Mir. Para concluir con el pequeño análisis desarrollado aquí, es más que preciso en principio, dar el valor que bien ganado tiene este señor. Puedo considerarlo como una de las mejores obras literarias que he leído y analizado.
En éste hemos podido resaltar datos de acontecimientos que regularmente no son puntualizados.
Tres Leyendas de Colores enfatiza los primeros actos revolucionarios de La Española. El primer revolucionario del Nuevo Mundo, Francisco Roldán. El primer nativo Alzado en rebeldía extendida, Guarocuya. Y los procesos de lucha desarrolladas por quienes nunca tuvieron libertad hasta no lograrla a sangre y fuego, Los Negros.
Además visualizamos en esta obra cosas tan importantes y tan poco comentadas como las causas definidas por las que Colón es desacreditado. La ejecutoria de Bobadilla contra éste, sin la aprobación de la corte española. Los reproches a éste como a Ovando por sus maltratos contra el Almirante. Lo ocurrido por este último luego de llegar encadenado con la reina.
La presencia de colón en las costas de la colonia con Ovando como gobernador es poco resaltada o relatada de forma superficial.
Las capitulaciones de Enriquillo y los colonos, y el término de Don Enrique. Estas puntualizaciones podrían ser motivo de análisis y sería bueno que sean resarcidas.
Datos Bibliográficos
Mir, Pedro. Tres Leyendas de Colores. Editora Taller, Santo Domingo R.D. 1984.
http://www.dominicanaonline.org/portal/espanol/cpo_conquista.asp Dominicana On Line. Conquista y Colonización. 2013.
http://www.historiadelnuevomundo.com/index.php/2010/06/rebelion-de-francisco-de-roldan/ Rebelión de Francisco Roldan. 27 Junio 2010.
Franco, Franklin; Historia del Pueblo Dominicano. Sociedad Editorial Dominicana 1993.
Las Casas, Bartolomé; Historia de Las Indias, Libro I.
http//www.suncaribbean.net; Guía virtual del Caribe.
Universidad Autónoma de Santo Domingo
Recinto Santiago
Autor:
Lic. Henry Méndez
Presentado a:
Doctor Silverio González
Santiago, Mayo 12/ 2013