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Lactancia (página 2)

Enviado por liz cortez


Partes: 1, 2

a) Calostro y leche madura.-La secreción de los pechos durante los primeros días después del parto es amarilla y más espesa que la leche madura y contiene más anticuerpos y más leucocitos, los cuales se encuentran en una composición muy alta.Esto es exactamente lo que el niño necesita en este momento, ya que al nacer se va a encontrar rodeado de muchos virus y bacterias contra los cuales necesita ser protegido. El volumen de calostro que produce la mamá es muy pequeño, pero el niño necesita más. Normalmente, el recién nacido viene con reservas alimenticias y líquidas suficientes para que pueda esperar todo el tiempo que la leche tarde en bajar, excepto en algunos niños de riesgo.A lo largo de las semanas que siguen al parto, aumenta la cantidad de leche que la madre produce, y la apariencia y composición de ésta cambian. Se vuelve menos espesa y comienza a verse azulosa y aguada. A pesar de su aspecto, la leche madura contiene todos los nutrientes que el niño necesita para crecer durante los primeros cuatro a seis meses, sin recibir nada más. Estos nutrientes son de excelente calidady en suficiente cantidad, para que el niño los siga recibiendo, junto con los alimentos complementarios, por un tiempo largo; ojalá hasta los dos años de vida y durante un período más largo, si la madre y el niño así lo desean. Algunas mamás, al comparar la leche madura con la leche de vaca y verla menos espesa, creen que su leche no les bastará a sus bebés y comienzan a darles suplementos. La mejor manera de convencerlas es logrando que sus bebés sean pesados con regularidad, idealmente por ellas mismas, para que así se den cuenta qué tan rápidamente y que tan sano está creciendo su niño.

b) Leche del principio y del final de la mamada .La leche del comienzo es la que sale cuando el niño comienza a mamar. Tiene una apariencia acuosa y es de color azulado. Como tiene mucha agua, le calma la sed al niño; a la vez; también es rica en proteínas, vitaminas, minerales y lactosa.La leche del final de la mamada es más blanca que la del comienzo, debido a que tiene más cantidad de grasa. Esta grasa hace, de la leche del final, un líquido rico en energía, necesario para que el niño quede satisfecho y aumente de peso satisfactoriamente. Si se retira al niño del pecho muy pronto, éste no obtendrá leche del final y no crecerá adecuadamente. Si se cambia a un niño muy rápidamente de un pecho a otro, sin que haya obtenido la leche del final, sino solamente la leche del comienzo, el exceso de lactosa recibido puede causarle intolerancia a ésta, lo cual, en algunos casos, puede ser responsable de los cólicos vespertinos que algunos bebés presentan hacia los tres meses de edad.Además, por su mayor contenido de grasa, la leche del final es rica en las vitaminas liposolubles A, D, E, K.

c) Leche de la madre del niño prematuro y del niño a termino.-La leche de la madre de un niño prematuro, en comparación con la leche de un niño a término, contiene mayor número de defensas para luchar contra las infecciones, especialmente contra aquellas potencialmente fatales para el recién nacido prematuro, como la enterocolitis necrotizante y la meningitis neonatal. El contenido de proteínas, sodio, cloro y hierro es mayor en la leche de la madre de un niño prematuro, tal como éste la necesita, que en la leche de una mamá con un niño atérmino. Por esta razón, es altamente recomendable darle únicamente leche materna a un prematuro.

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La OMS (Organización Mundial de la Salud)

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta alrededor de lo s seis meses y la continuación de la misma, con introducción gradual de los alimentos complementarios, hasta el segundo año de vida y mas, si fuera posible.

Con el objetivo de intentar recuperar el amamantamiento es preciso desterrar una serie de mitos e ideas irracionales, sin sentido real ni científico, que han arraigado en gran parte de la población. En un intento de compensar el gran impacto que tiene en la población la difusión de la lactancia artificial, es preciso informar sobre los conocimientos actualizados de la lactancia natural, no sólo en aspectos tan importantes como la nutrición, sino también de manejo práctico y de consejos para la lactancia. Ello permitirá que la mujer tome una decisión informada en lo que respecta a la alimentación de su hijo, con el convencimiento de que, desde un punto de vista nutricional, el desarrollo del bebé está garantizado con la lactancia materna. A partir de la iniciativa de las comunidades autónommas y a instancia del Comité para la Promoción de la Lactancia Natural, España aprobó en el mes de diciembre de 1999 una proposición no de ley para la promoción de la lactancia materna.

Errores más comunes

• Los bebés deben alimentarse de ambos pechos cada vez.

• Los bebés deben mamar diez minutos en cada toma, después sólo toman "aire".

• Los bebés deben alimentarse de un solo pecho en cada ocasión.

• Para que el niño "aguante" la noche, hay que darle un biberón.

• Un biberón es una "ayuda" para la madre y permite que los pechos se llenen mejor.

• No se puede dar de mamar a gemelos.

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Lactancia materna a demanda

El significado de la alimentación a libre demanda supone que el bebé debe ser alimentado cada vez que quiera, desde el mismo momento del nacimiento y hasta que suelte el pecho; hay que olvidarse de los horarios y la duración de la toma.

Cada bebé tiene su propio ritmo y es normal que mame también por la noche; la cantidad de leche será mayor cuantas más veces se dé el pecho. Así, la madre de gemelos puede producir el doble de leche que la madre de un solo bebé, ya que la demanda es doble. Se debe dar un pecho hasta que no quiera más, ofreciéndole el otro, aunque no siempre lo querrá; en general, el inicio suele ser de manera muy irregular, siendo habitual que el niño mame muy frecuentemente en los primeros días y luego tienda a espaciar la toma.

El niño debe estar bien sujeto al pecho y la toma debe durar el tiempo que quiera cada bebé, y aunque la mayoría termina en pocos minutos, algunos pueden succionar hasta media hora; hay que recordar que los que succionan lentamente reciben la misma cantidad que los que succionan rápidamente.

¿Qué es normal en la duración de las comidas?

Si el niño no gana peso con la rapidez esperada y no pide mamar con suficiente frecuencia, habrá que pensar en la forma de alimentar al niño más veces de lo que éste pide, despertándolo con regularidad. A modo orientativo, un bebé sano suele hacer 6-8 tomas al día, al final de la primera semana. . Si el niño pide mamar con demasiada frecuencia, a veces es debido a que no recibe suficiente cantidad de leche por no tener una postura adecuada; también puede deberse a que se alimente muy poco tiempo de cada pecho, y no extraiga la leche del final o "leche escondida", que lleva el mayor aporte calórico y riqueza en grasa, que es la que provoca saciedad.

La importancia de la postura

Una buena posición al pecho es aquella en la que tanto la madre como y el niño están en una postura cómoda. El amamantar no duele y debe de ser algo placentero para ambos. La succión frecuente ayuda a que la leche baje más pronto. Para que salga la leche se necesita la hormona oxitocina; la secreción de esta hormona va a estar influida, además de por la succión del bebé, por el estado de ánimo de la madre; es decir, que si la mujer está nerviosa, incómoda, se siente juzgada, triste o tiene dolor, la oxitocina dejará de producirse y, aunque haya leche, no saldrá fácilmente; por el contrario, si se siente apoyada, protegida y segura, la oxitocina se producirá y la leche fluirá generosamente. LA

MADRE: La mujer debe sostener al bebé cómodamente. La forma más fácil de aprender es sentada. Lo ideal es hacerlo en una silla baja o utilizar un banquito como reposapiés, para que los muslos no estén orientados hacia abajo; también puede ser útil colocar una almohada o un cojín para acercar al bebé y tenerlo bien apoyado frente al pecho, sin tener que cargar con todo su peso durante la toma. Esto elimina la tensión de la espalda y los hombros.

EL BEBE: El bebé debe estar cómodo, sin tener que esforzarse para llegar al pecho. Todo su cuerpo tiene que estar casi en línea recta. Si la cabeza está flexionada hacia delante, no podrá tragar. Es conveniente que esté ligeramente inclinado hacia atrás, de forma que su barbilla presione el pecho de la madre. La boca debe quedar a la altura del pecho para que no tenga que tirar de él hacia abajo o hacia un lado.

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Cómo se adapta la boca al pecho

Se coloca la mano bajo el pecho, con cuatro dedos por debajo y el pulgar por encima, lejos de la areola, descansando ligeramente y sin presionar. Sujete el pecho y elévelo un poco para facilitarle al niño el agarre; en general, el pecho puede soltarse en cuanto el niño

succione bien. El agarre al pecho depende de que el bebé y la madre estén cómodos. Se hace igual con todo tipo de pezones y tanto en niños grandes como pequeños. Sólo variará el tiempo que tardan en aprender a hacerlo. Se debe rozar ligeramente el labio superior del niño

con el pezón y esperar a que abra la boca completamente antes de introducir el pecho para que no coja sólo el pezón, sino también una buena parte de la areola por debajo. La madre debe sentir que el bebé utiliza la lengua y la mandíbula inferior, así quedará el pezón bien situado dentro de la boca y no sufrirá ningún roce; vigile que los labios, sobre todo el inferior, estén evertidos, no "metidos" hacia dentro. En resumen, el niño debe estar muy cerca del

cuerpo de la madre, bien apoyado y agarrado; tener la boca por debajo del pezón mientras se prepara para colocarse al pecho. Una vez colocado, lo que se debe es acercar el bebé al pecho, no el pecho al bebé. Comprobar que está perfectamente agarrado.

Errores más comunes

• Los pechos pequeños no son buenos para dar de mamar.

• Los pezones planos e invertidos impiden el amamantar.

• Hay que lavar los pezones antes y después de dar de mamar.

• Es normal que duela dar el pecho.

• Siempre que el pecho esté inflamado es que hay una infección.

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Problemas al amamantar

Pezones planos o invertidos: No hay que preparar los pezones con ningún tratamiento de "fortalecimiento", pero sí hay que informar y asesorar a la mujer de que podrá dar el pecho si lo desea, comenzando con un inicio precoz cuando el pecho esté aún blando, antes de la subida de la leche para que el bebé aprenda a agarrarse.

  • a) . Si no se consigue y la madre sigue deseando amamantar a su hijo, se puede extraer la leche manualmente o con mamadera y dársela al niño con vaso o cucharita ya que hay niños que consiguen agarrarse bien al pecho cuando son más mayores.

  • b) . Si el problema radica en un solo pecho, se puede enseñar a la madre que puede criar al niño con el otro pecho exclusivamente. La producción de leche se adecuará a las necesidades del bebé, de modo que un pecho proporciona toda la leche que el niño necesita.

Grietas del pezón: La lactancia no duele y si la mujer dice que siente dolor desde el principio de la succión se debe revisar la posible causa. El dolor de la grieta aparece cuando el niño coge el pecho y cede o se alivia mucho cuando lo suelta.

CAUSAS

  • Mala postura al amamantar (es la causa más frecuente).

  • La humedad de las "empapaderas" sobre todo si son plastificadas.

  • La fibra del sujetador.

  • El uso de sustancias irritantes para el pezón como jabón, cremas, pomadas y desinfectantes.

FORMA DE EVITARLAS

  • Posición correcta.

  • Evitar la humedad y mantener el pecho seco y aireado entre tomas.

  • Procurar el uso de tejidos lo más naturales que sea posible (algodón, hilo).

  • Evitar el lavado del pecho antes y después de cada toma, así como las cremas o pomadas. Lo que se debe hacer es, al terminar la toma, en lugar de untar crema sobre el pezón, añadir unas gotas de leche y dejar secar.

Problemas que pueden aparecer en las primeras semanas

Ingurgitación mamaria: Suele aparecer entre los días segundo y quinto tras el parto. Es más frecuente en los niños que no se han puesto a mamar desde el nacimiento y que no maman a demanda. La mujer suele presentar pechos muy congestionados, tensos, duros, dolorosos; la areola está tan tensa que al bebé le resulta muy difícil agarrarse. Puede aparecer febrícula o fiebre. La mejor forma de evitarla es mediante el inicio precoz de la lactancia, las mamadas frecuentes y una postura correcta. La forma de tratarla es aliviar los síntomas vaciando el pecho, aplicando calor local con compresas calientes, una ducha, etc., y un masaje suave para facilitar el reflejo de bajada. A veces es necesario extraer leche hasta que la areola está menos tensa y el niño puede hacer un buen "agarre". Para aliviar el dolor y la inflamación, tras la extracción o la toma de pecho, se utilizan compresas frías. No hay ningún inconveniente en tomar algún antiinflamatorio o analgésico; pero en estos casos no hay necesidad de utilizar antibióticos (ya que a veces se confunde con una mastitis), ni por supuesto retirar la lactancia.

Conducto obstruido: Los conductos lácteos se obstruyen si la leche no fluye bien. A veces se puede notar un "bulto" en el pecho y causar sensación de dureza, tirantez o dolor. Hay que mejorar la posición, conviene probar diferentes posturas de madre y niño para que se drene el conducto obstruido.

Mastitis: La mujer suele presentar fiebre elevada, con sintomatología gripal y suele afectar a un solo pecho; el diagnóstico debe basarse en la clínica y en la búsqueda del microorganismo causante y administrar tratamiento antibiótico. El niño puede mamar a pesar de que la madre esté tomando antibióticos.

Errores más comunes

• Si la madre toma medicación hay que suprimir la lactancia.

• Cuando un niño llora es por hambre.

• Mi leche no es buena porque está "aguada".

• Si el bebé llora o no "aguanta" las tres horas, la leche de la madre no es suficiente.

• La lactancia es algo natural, si no funciona es que la madre tiene poca leche.

Problemas de aparición más tardía

– Candidiasis mamaria: Puede afectar a uno o ambos pechos. Se desencadena tanto por un problema de la madre como del niño. El dolor, que suele ser intenso, punzante y casi continuo "como alfileres clavándose por dentro"; puede aparece cuando el niño está al inicio de la mamada, persistir o aumentar incluso al finalizar ésta, es decir, no va a tener relación ni con la postura ni con la mamada en general. Hay que tratar siempre el pecho y buscar otras posibles zonas de localización del hongo (boca del bebé, área del pañal, etc). El tratamiento debe ser prolongado ya que hay tendencia a las recaídas.

Crisis o baches de lactancia: Se denominan así los momentos en los que, de forma inesperada, se produce una disminución de la producción de leche. Suele ser por momentos críticos que habitualmente coinciden con periodos de crecimiento del lactante, en general entre el mes y medio y los tres meses de vida, en los que el niño obtiene más cantidad de leche, aumentando la frecuencia de las tomas. También existen otras circunstancias, como el cansancio de la madre o por enfermedad de la madre o del niño. Solucionarlo con la administración de un biberón como suplemento puede suponer el abandono de la lactancia. En general, las crisis de lactancia se resuelven aumentando la frecuencia de las tomas, si fuera necesario mediante extracción manual o eléctrica para vaciar bien el pecho y mediante descanso materno y apoyo familiar.

– Rechazo del pecho y huelga de lactancia: En ambos casos, el niño "no quiere el pecho"; y la madre suele tener la sensación de que el niño "la rechaza a ella" o que su "leche no es buena o suficiente"; la diferencia entre una y otra situación son más sutiles. El rechazo del pecho suele ser algo más habitual y mantenido, el bebé suele rechazar un solo pecho y ocurrir desde el inicio, aunque puede aparecer en cualquier momento. La huelga de la lactancia suele ser transitoria, intermitente y de ambos pechos. Algunos factores que se han relacionado con estas situaciones son: la mala postura, el retorno de la menstruación, cambios en el sabor de la leche por algún alimento, bebida o fármaco ingerido por la madre, cambios en el perfume o jabón de la madre, ansiedad materna, obstrucción nasal, etc.

Trate de indagar los posibles motivos, ensaye posturas alternativas e intente dar de mamar en un ambiente tranquilo, sin distracciones, mimando al niño, aprovechando ponerle al pecho cuando está adormilado, etc. Y, por supuesto, el niño siempre debe ser examinado para descartar infecciones, fiebre, otitis, etc. La mejor manera de aumentar la producción de leche es incrementar el estímulo de las mamas

Extracción de la leche materna (Técnica de Marmet)

Hay diversas circunstancias en las que la mujer puede necesitar sacarse la leche:

  • Si el bebé ha de permanecer separado de su madre por ser prematuro o estar enfermo.

  • Para aliviar la ingurgitación mamaria.

  • Para mantener la secreción de leche, cuando temporalmente no es posible dar el pecho.

  • Para extraer la leche cuando no es posible dar el pecho en una toma determinada.

  • Cuando la madre se incorpore al trabajo.

La extracción de leche puede hacerse de forma manual o con una bomba extractora. Antes de manipular el pecho es importante lavarse siempre las manos; sin embargo no es necesario lavar el pecho antes de la extracción, es suficiente con la ducha habitual.

Tanto si se va a extraer la leche de forma manual como con bomba, se debe primero preparar el pecho para facilitar la extracción, estimulando la bajada la leche. Para ello se deben seguir tres pasos: masajear, frotar y sacudir.

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  • 1. Masajear: El masaje se realiza oprimiendo firmemente el pecho hacia la caja torácica (costillas), usando un movimiento circular con los dedos en un mismo punto, sin deslizar los dedos sobre la piel. Después de unos segundos se va cambiando hacia otra zona del seno.

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  • 2. Frotar: El pecho cuidadosamente desde la parte superior hacia el pezón, de modo que produzca un cosquilleo. Continuar con este movimiento desde la parte de fuera del pecho hacia el pezón, por todo el alrededor.

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3. Sacudir: Ambos pechos suavemente inclinándose hacia delante.

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Extracción manual

1. Se coloca el pulgar y los dedos índice y medio formando una letra "C" a unos 3 ó 4 cm por detrás del pezón (no tiene que coincidir forzosamente con el final de la areola). Evite que el pecho descanse sobre la mano como si ésta fuera una taza.

2. Empujar los dedos hacia atrás (hacia las costillas), sin separarlos. Para pechos grandes o caídos, conviene lavantarlos antes de empujar

3. Hay que rodar los dedos y el pulgar hacia el pezón, del modo en que se imprimen en un papel las huellas digitales (que rueden pero que no se deslicen.). Observe en el dibujo la posición de las uñas.

4. Repita rítmicamente para vaciar los depósitos (coloque los dedos, empujándolos hacia adentro, ruédelos.).

5. Rote la posición de los dedos para vaciar otras partes del pecho. Utilizce ambas manos en cada pecho.

Procedimiento de extracción

• Extraiga la leche de cada pecho hasta que el flujo de leche se haga más lento.

• Provoque el reflejo de bajada en ambos pechos (masajear, frotar, sacudir. Puede hacerse simultáneamente).

• Repita todo el proceso de exprimir y provocar el reflejo de bajada una o dos veces más. El flujo de leche generalmente se enlentece más pronto la segunda y tercera vez, a medida que los reservorios se van drenando. El procedimiento completo suele durar entre 20 y 30 minutos al principio; si la producción de leche ya está establecida, los tiempos suelen ser menores.

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Autor:

Liz Cortez

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