Descargar

Crisis económicas recientes

Enviado por astrid2000


    1. Resúmen2. El "Efecto Tequila"4. Terremoto en las bolsas5. Los efectos de la crisis financiera mundial

    1. Resúmen

    La crisis conocida por el nombre "Efecto Tequila se inició el 20 de Diciembre de 1994 cuando el gobierno mexicano la decisión de devaluar el peso mexicano. En 1995, los efectos de la crisis se extendieron a otros países, entre ellos la Argentina, donde cayó el valor de las acciones y también hubo fuga de divisas. Para enfrentar la crisis, Zedillo recurrió a los Estados Unidos, su principal socio en el NAFTA. Este país puso a su disposición un fondo de 20.000 millones de dólares.

    La crisis en el Sudeste Asiático comenzó entre octubre y noviembre de 1997 con una abrupta caída de la bolsa en Hong Kong que se extendió por otros mercados: Londres, Wall Street, Brasil y la Argentina. En la Bolsa de Buenos Aires, el valor de las acciones cayó un 20 por ciento. Pero la crisis había comenzado en julio cuando el gobierno de Tailandia dispuso una devaluación de un 18 por ciento. La mayoría de estos países tenía grandes déficit en sus balanzas de pagos y sus exportaciones caían debido a la revalorización de sus monedas y la caída de la demanda mundial. Entre las causas de esta crisis, figuran las dificultades aparecidas en Japón y Rusia. El yen debilitado, un índice bursátil en caída libre, desempleo récord y consumo estancado son los principales signos de la recesión y de la crisis económica japonesa, después de 23 años de sostenido crecimiento. La crisis japonesa también empezó a repercutir en sus vecinos asiáticos. La caída del yen podría obligarlos a volver a devaluar en la venta de sus productos. El gobierno y el Banco Central de Rusia tomaron diversas medidas. Ampliaron en un 31 por ciento el tope máximo de fluctuación del rublo con respecto al dólar (el máximo vigente era de 7,3 rublos por dólar y pasó a 9,5. La suba del techo de máxima generó tensión en el mercado ruso). Se congelaron las operaciones con bonos del tesoro ruso en rublos, con vencimiento anterior al 31 de diciembre de 1999 (en total, la equivalencia rondó los 23.400 millones de dólares, esos bonos serían reconvertidos a nuevos valores). Finalmente los inversores privados ya le habían cortado el crédito a Rusia.

    Al igual que los del resto del mundo, los mercados argentinos no pudieron permanecer indiferentes a los altibajos de las principales bolsas. El alud que bajó de Rusia y del sudeste asiático provocó una importante caída en los títulos públicos y en los bonos Brady de la deuda externa, que perdieron en agosto entre el 7 y el 13 por ciento.

    2. El "Efecto Tequila"

    El 20 de Diciembre de 1994, el gobierno mexicano tomó una decisión que provocaría una gigantesca crisis: devaluó el peso mexicano.

    Esta devaluación provocó el llamado Efecto Tequila que afectó, principalmente, las economías de América Latina durante 1995. La devaluación fue decidida por el presidente Ernesto Zedillo, que había asumido a principios de diciembre de 1994.

    El peso mexicano perdió la mitad de su valor en poco tiempo. La cotización del dólar pasó de 3,40 pesos a un récord de 8 pesos, para caer a 6,11 en julio de 1995.

    Los capitales extranjeros, en su mayoría de Estados Unidos, iniciaron la fuga. En 1995, los efectos de la crisis se extendieron a otros países, entre ellos la Argentina, donde cayó el valor de las acciones y también hubo fuga de divisas.

    En México, se dispararon los precios, se interrumpieron los créditos y, debido a la parálisis productiva, resurgió la desocupación.

    Para enfrentar la crisis, Zedillo recurrió a los Estados Unidos, su principal socio en el NAFTA. Este país puso a su disposición un fondo de 20.000 millones de dólares. También, puso en marcha un severo ajuste.

    A fines de 1995, la situación estaba bajo control pero ese año, el PBI había retrocedido, habían cerrado 10.000 empresas y la inflación era de más del 50 por ciento anual.

    3. Crisis en el sudeste asiático

    Entre octubre y noviembre de 1997, una abrupta caída de la bolsa en Hong Kong se extendió por otros mercados: Londres, Wall Street, Brasil y la Argentina. En la Bolsa de Buenos Aires, el valor de las acciones cayó un 20 por ciento.

    Pero la crisis había comenzado en julio cuando el gobierno de Tailandia dispuso una devaluación de un 18 por ciento. También, hubo devaluaciones importantes en Filipinas, Singapur y Malasia. La abrupta caída de estas monedas ocurría en países que se habían convertido en modelo de desarrollo para muchos economistas.

    La mayoría de estos países tenía grandes déficit en sus balanzas de pagos y sus exportaciones caían debido a la revalorización de sus monedas y la caída de la demanda mundial.

    La crisis del sudeste asiático repercutió en el resto del mundo porque se esperaba una caída de las utilidades de empresas estadounidenses y europeas que recibirán menos dividendos de sus filiales en Asia. También, se esperaban menos exportaciones porque los productos asiáticos serían más competitivos.

    Los efectos en la Argentina se debieron a que resultaba más difícil y caro el financiamiento de la deuda pública estimada en 20.000 millones. Además, porque existen mayores dificultades para exportar porque en varios países, y sobre todo en Brasil, se compran menos productos argentinos.

    4. Terremoto en las bolsas

    Una debacle financiera afectó las principales bolsas del mundo en 1998. A fines de agosto, Wall Street tuvo su peor caída desde 1987. Para entonces, el valor de las acciones había retrocedido en casi todas las bolsas desde Nueva York hasta Buenos Aires. Entre las causas de esta crisis, figuran las dificultades aparecidas en Japón y Rusia.

    El yen debilitado, un índice bursátil en caída libre, desempleo récord y consumo estancado son los principales signos de la recesión y de la crisis económica japonesa, después de 23 años de sostenido crecimiento.

    En 1998, el renunciante primer ministro Ryutaro Hashimoto aseguró que «la actual situación económica del país probablemente está pasando por uno de los peores momentos desde la Segunda Guerra Mundial. Es una situación extremadamente severa».

    Según los informes económicos, los más desalentadores de las últimas dos décadas, el desempleo en Japón llegó a su nivel más alto en los pasados 45 años (3,6 por ciento en febrero) y el consumo se encuentra en su marca más baja de los últimos 28 años.

    La producción industrial va en descenso y se prevé la caída de las utilidades corporativas. Aunque la designación, en julio, de un nuevo primer ministro aportó oxígeno a la alicaída administración, la moneda japonesa continuó en descenso llegando a tocar picos históricos de 145 unidades por dólar.

    La crisis japonesa también empezó a repercutir en sus vecinos asiáticos. La caída del yen podría obligarlos a volver a devaluar en la venta de sus productos. También Estados Unidos padece en parte las consecuencias de la crisis debido al encarecimiento de sus productos en relación con los que provienen de Japón debido a la competencia de precios.

    Las grandes tenencias de bonos del Tesoro por parte de los japoneses, principales acreedores mundiales, despiertan temor ante una eventual liquidación masiva o venta de los títulos.

    A pesar de las promesas del presidente ruso, Boris Yeltsin, de no devaluar la moneda local, el rublo, no tuvo otra salida más que hacerlo.

    El gobierno de Rusia decidió, en primer lugar, anunciar una moratoria unilateral de su deuda externa, que supera los 200.000 millones de dólares, por 90 días y estableció una banda de flotación para el rublo, equivalente a una devaluación de casi el 30 por ciento.

    El gobierno y el Banco Central de Rusia tomaron diversas medidas. Ampliaron en un 31 por ciento el tope máximo de fluctuación del rublo con respecto al dólar (el máximo vigente era de 7,3 rublos por dólar y pasó a 9,5. La suba del techo de máxima generó tensión en el mercado ruso). Se congelaron las operaciones con bonos del tesoro ruso en rublos, con vencimiento anterior al 31 de diciembre de 1999 (en total, la equivalencia rondó los 23.400 millones de dólares, esos bonos serían reconvertidos a nuevos valores). Crearon restricciones a las operaciones cambiarias para las personas no residentes. Y durante tres meses (a partir de agosto) se suspendieron los seguros de créditos bajo fianzas de valores y los vencimientos de contratos de divisas a plazo.

    Las medidas, de tono desesperadas, significan en la práctica una licuación de sus deudas y se sintetizan en dos palabras: temor y desconfianza

    Las medidas, de tono desesperadas, significan en la práctica una licuación de sus deudas y se sintetizan en dos palabras: temor y desconfianza. Temor porque los inversores desconocen la fecha y el monto de recuperación de sus capitales. Desconfianza, porque el accionar de Rusia induce a ventas de títulos de otros mercados emergentes para cubrir las pérdidas.

    Finalmente los inversores privados ya le habían cortado el crédito a Rusia. En los meses siguientes Rusia debía pagar créditos por 32.000 millones de rublos, pero recaudaba sólo 20.000 millones.

    En tanto, en las calles rusas, miles de persones formaban largas colas frente a los bancos para retirar sus depósitos. Era la respuesta a otro desalentador anuncio del Banco Central, que admitió su impotencia para contener el desplome del rublo

    5. Los efectos de la crisis financiera mundial

    Al igual que los del resto del mundo, los mercados argentinos no pudieron permanecer indiferentes a los altibajos de las principales bolsas. El alud que bajó de Rusia y del sudeste asiático provocó una importante caída en los títulos públicos y en los bonos Brady de la deuda externa, que perdieron en agosto entre el 7 y el 13 por ciento.

    La importancia de estos bonos radica en que miden la tasa de interés que debe pagar tanto el Gobierno como las empresas que salen a buscar fondos en el exterior. Esto puede traer aparejado una posible suba en las tasas de interés en el mercado interno lo que implica menor actividad y menos ocupación.

    La crisis internacional se abrió paso en la Argentina debido a la gran dependencia de la actividad interna del flujo de fondos externos, es decir del endeudamiento. Argentina se volvió vulnerable a los shocks externos debido a que la actividad interna no mejoró por las inversiones o por las exportaciones sino por el déficit comercial y el endeudamiento.

    Esta crisis parece diferenciarse a la del tequila porque hasta agosto no se habían registrado salidas de depósitos y los números fiscales estaban mejor que entonces. Sin embargo, un operador de la Bolsa de Buenos Aires se suicidó al perder dos millones de pesos en operaciones con bonos. Cuando intentaba recuperar las pérdidas lo sorprendió la caída del rublo y se desplomaron sus operaciones.

    Fuentes

    El Gran Libro Del Siglo, Biblioteca Clarín ã 1998

    Anuario 97/98, Clarín

     

     

    Autor:

    Romina Mariel Ferrari –

    Fecha: Julio 1999