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Evaluación y tratamiento en el Retraso Mental

Enviado por olguita


    1. ¿Qué niveles comprende la prevención?
    2. ¿Qué principios debe cumplir todo trabajo preventivo ?.
    3. Conclusión

    Introducción

    Comúnmente el término de prevención ha sido más utilizado en contextos médicos, psicológicos, clínicos, en el tránsito, de seguridad laboral, en determinados casos de catástrofes o fenómenos naturales adversos, contaminación atmosférica, etc. que en el ámbito educativo.

    Y específicamente en el ámbito educativo las acciones emprendidas desde el punto de vista preventivo han tenido una utilización y aplicación en el área de la Educación Especial; sin embargo el concepto de prevención, aún aplicado en el contexto educativo, adquiere un horizonte más amplio, porque se convierte en un estilo y práctica del trabajo pedagógico en el que se involucran a todos los alumnos y se incluye como componente esencial la familia.

    La experiencia y calificación de los recursos humanos de la Educación Especial, más el sustento teórico de la concepción vigotskiana sitúan a esta enseñanza como rectora en este trabajo, orientando y coordinando los esfuerzos de todo el sistema nacional de educación en tan perspectiva dirección. Las acciones del trabajo preventivo se desarrollan desde una dimensión correctiva compensatoria, lo que sin lugar a dudas demanda de la comprensión del enunciado vogotskiano en que se plantea que la ley de la compensación se aplica de la misma manera al desarrollo normal y al complicado.

    La importancia del Trabajo Preventivo está dada por el hecho de que en la práctica médica y educacional muchas deficiencias pueden evitarse si se logra una eficiente atención primaria, pero no sólo con el sujeto implicado sino con la familia desde mucho antes de la concepción. Se hace necesario que en la sociedad se preparen objetivos para resolver los problemas y ello exige entre otras cuestiones una educación permanente de la población y en particular de sus profesionales. Sobre este aspecto en 1929 Vigotski planteó " la propia acción del defecto siempre resulta ser secundaria, indirecta y refleja. La consecuencia directa del defecto es el ascenso de la posición social del niño, el defecto se realiza como una función social. El defecto por sí sólo no decide el descenso de la personalidad, sino las consecuencias sociales y su realización sociopsicológica"

    Teniendo en cuenta lo antes expuesto la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su programa de Acción Mundial considera la prevención como un propósito central y según PAM prevención significa "la adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias físicas, mentales y sensoriales, o a impedir que las deficiencias, cuando se han producido, tengan consecuencias físicas, psicológicas y sociales negativas, la discapacidad y la minusvalía"

    ¿Qué niveles comprende la prevención?

    El Instituto Internacional del Niño, sobre la base del anterior concepto, define cuatro niveles de prevención:

    PRIMER NIVEL:

    Este primer nivel, también llamado prevención primaria, está dirigido a la toma de medidas cuando las deficiencias aún no se han producido. Se efectúa en un marco supuestamente sano, pero sobre individuos incorporados a grupos de riesgo, considerándose como riesgo, un importante mínimo de factores causales, de orden biológico, psicosocial, económico y ambiental, que asociados pueden producir una alteración determinada, comprometiendo el desarrollo normal de los niños. En este sentido, en el centro de la atención colocamos prioritariamente el trabajo con los niños que presentan factores de riesgo, con sus familias y entorno socio-comunitario, implementando un conjunto de acciones que permitan eliminar o atenuar oportunamente el efecto de condiciones negativas desencadenantes. Importante resulta en este nivel el trabajo de orientación a las parejas antes de decidir convertirse en padres, además de las orientaciones a aquellas que ya han tomado la decisión.

    SEGUNDO NIVEL:

    La prevención secundaria, se realiza ante la aparición de enfermedades, la detección de alteraciones congénitas o en casos de accidentes, para evitar que, como consecuencia, aparezca una deficiencia.

    En el caso de la prevención secundaria se trata de la adopción de medidas encaminadas a diagnosticar y atender tempranamente la deficiencia ya existente para evitar su establecimiento como discapacidad.

    TERCER NIVEL:

    Conocido también como prevención terciaria se desarrolla sobre individuos con deficiencias en la esfera psicológica, fisiológica, con vistas a evitar el surgimiento de algún tipo de discapacidad. Se identifica con la rehabilitación, que es considerada como el sistema de acciones que se realizan con el objetivo de lograr que una persona con deficiencia alcance un nivel físico, mental y/o social funcional óptimo, proporcionándole medidas encaminadas a compensar la pérdida de una función o una limitación funcional.

    La prevención terciaria, por su parte, se conceptualiza como el conjunto de medidas dirigidas a evitar el establecimiento de la discapacidad como minusvalía, entendida ésta como la situación de desigualdad social y ambiental que afecta eventualmente a la persona con discapacidad.

    CUARTO NIVEL:

    Esta es la prevención cuaternaria, se lleva a efecto sobre personas discapacitadas con el objetivo de evitar el desarrollo de minusvalías. Tiene su base en la equiparación de oportunidades, considerándose ésta el proceso mediante el cual el sistema general de la sociedad se hace accesible para todos.

    Sin embargo, sin dejar de reconocer el valor que este esquema conceptual representa, es preciso que la prevención sea concebida con un criterio más integral, global y positivo, que dé la posibilidad de apreciarlo como todo un sistema de influencias que en el ámbito educativo ha de anticiparse a las posibles dificultades que en el proceso puedan surgir o a corregir o compensar tempranamente las limitaciones ya existentes, eliminando o atenuando las condiciones que las provocan.

    Tomando en consideración los niveles de prevención existentes, el trabajo preventivo en el área educacional debe desarrollarse en tres direcciones principales:

    Hacia las familias caracterizadas por:

    Factores de riesgo:

    • Parejas muy jóvenes.
    • Madres solteras con condiciones de vida desordenadas.
    • Madres añosas (mayores de 35 años).
    • Padres con antecedentes patológicos familiares que puedan desencadenar en hijos con Necesidades Especiales.
    • Historia de anomalías cromosómicas en embarazos anteriores o en familiares.
    • Historia de abortos espontáneos con marcadas alteraciones en el embrión.

    Hacia los menores de Edad Temprana y Preescolar que presenten:

    Factores de riego.

    • Retardo en el desarrollo.
    • Insuficiencias físicas, sensoriales y/o intelectuales.

    Hacia los escolares de cualquier tipo de enseñanza:

    • En situación de desventaja social.
    • Con dificultades en el aprendizaje.
    • Con insuficiencias o defectos en el desarrollo físico, sensorial y/o intelectual

    ¿Qué principios debe cumplir todo trabajo preventivo ?.

    Principio de la identificación y atención precoz a grupos de riesgo. Las acciones preventivas deben realizarse lo más tempranamente posible como una condición imprescindible para evitar el surgimiento, desarrollo y/o estabilidad de lo que se desea evitar. corregir o compensar.

    Principio del carácter sistémico de la intervención y el seguimiento. Se sustenta en la necesidad de desarrollar la labor preventiva y el control de su eficacia, a través de un sistema coordinado de acciones que son ejecutadas por diferentes elementos integrados en un proceso de toma conjunta de decisiones.

    Principio del enfoque ecológico de la prevención. Está dado en la importancia del acercamiento, la valoración y la atención a las dificultades, teniendo en cuenta el lugar que ocupa el entorno en su surgimiento y desarrollo, de manera que las acciones preventivas vayan encaminadas también a lograr transformaciones del medio familiar, comunitario y escolar donde el menor está inserto, con vistas a perfeccionar el sistema de influencias.

    Principio del carácter dialógico de la decisión y la acción preventiva. Necesidad de que las decisiones y las acciones que caracterizan la labor preventiva, tengan su base un una relación constructiva, colaborativa, participativa y de corresponsabilización de todos los factores que componen el sistema de influencias.

    La eficacia de la prevención depende en gran medida del momento en que se inician las acciones preventivas, de ahí que se considere que la etapa fundamental para llevar a cabo dichas acciones sea desde la orientación a la futura pareja, pasando por parejas ya constituidas, hasta los primeros momentos en que nace el menor, es decir en la primera infancia, mediante programas de estimulación adecuadamente concebidos que tengan como característica esencial la implementación paralela de un programa de preparación a la familia a modo de capacitarla para todo el proceso de estimulación al niño y para enfrentar cualquier situación desestabilizante como resultado de la Necesidad Especial del hijo.

    Al hablar de atención en la primera infancia es preciso referirse a la población infantil en general, tengan o no deficiencias o problemas específicos en su desarrollo, pero fundamentalmente en la población infantil que se conoce como población sana.

    La población infantil sana se caracteriza por tener un desarrollo, en principio, normal, sano, sin deficiencias o trastornos específicos que precisen intervención; por lo tanto, serían todos aquellos niños que desde su nacimiento son considerados normales desde el punto de vista biológico o médico. Más cualquier niño, por el hecho de ser niño, está expuesto a una serie de riesgos evolutivos, ambientales, familiares, etc que hacen necesaria la vigilancia y el control sistemático de su desarrollo.

    Un desarrollo normal, sano, no implica necesariamente la continuidad en esa normalidad. El crecimiento cerebral puede seguir su curso normal o por diversas causas desviarse, alterarse y manifestar conductas patológicas. Es seguir de cerca el estado maduracional del niño, entiéndase: la aparición del lenguaje y su correcta utilización, las adquisiciones cognitivas que faciliten acceder al conocimiento del mundo y a la interpretación del mismo, la asimilación de pautas y normas, comportamientos, valores socioculturales, la adecuada utilización de la motriciad y del desarrollo del esquema corporal, el conocimiento de la sexualidad y el desarrollo moral de la misma, en fin, que se logre en él un ser social en toda la dimensión de la palabra que implique situarlo en un marco totalmente normalizador, de integración social y de respeto a la diversidad.

    Innegablemente al hablar de Trabajo Preventivo se hace imprescindible aludir a una de sus formas fundamentales: la atención temprana, dirigida a dos vertientes de cardinal importancia: a la familia y al niño con Necesidades Especiales por Retraso Mental. Al respecto, Isidoro

    Candel Gil , expresa:

    "La atención temprana es un concepto muy difícil de definir, y que comprende una serie de actividades que tienen que ver con la estimulación y el entrenamiento de los niños en los primeros años de la vida. Para algunos autores, la atención temprana es un período de intervención sistemática que se lleva a cabo en los primeros años de la vida, considerándose así como un término general usado para describir programas para niños que presentan algún problema en su desarrollo, y hace referencia a tratamientos educativos o terapéuticos diseñados para prevenir o para mejorar posibles alteraciones o una deficiencia ya existente entre una población determinada de niños" .

    Conclusión

    Familia e intervención temprana son dos conceptos que en su implementación se retroalimentan sistemáticamente en la cotidianidad, constituyendo un proceso interactivo que comienza con la formación de la pareja y que no tiene fin por cuanto las experiencias acontecidas se trasladan de una generación a otra con la impronta personal de cada familia.

     

     

     

     

    Autor:

    MsC. Angel Luis Gómez Cardoso.

    MsC. Olga Lidia Núñez Rodríguez.