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Martí, hoy y siempre. Las relaciones internacionales en el pensamiento martiano


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Conclusiones
    4. Bibliografía

    RESUMEN

    En este trabajo se reflexiona acerca de la arista del pensamiento martiano que tiene a las relaciones internacionales como basamento y eje central. Temas vistos en algunos de los artículos del pensador cubano y que en la actualidad poseen plena vigencia como la identidad cultural de los pueblos, la interculturalidad, la integración de naciones en Latinoamérica, la paz y el batallar contra el imperialismo. Se puede considerar que desde el siglo XIX se avizoró en el ideario martiano muchas de las problemáticas actuales en el orden mundial.

    Palabras Clave: identidad cultural, integración entre naciones, antiimperialismo, paz.

    INTRODUCCIÓN

    Cuando se analiza la figura de José Martí como surtidor de pensamiento amplio y futurista muchos cubanos no podemos dejar de interrogarnos cómo podría ser nuestro mundo si el Maestro viviera en este siglo XXI.

    Cuestiones tan discutidas en la actualidad como el género, la pobreza, o la interculturalidad y que son materias de estudio para sociólogos, antropólogos, economistas, políticos, intelectuales, artistas y que dotan a las relaciones internacionales de infinidad de interpretaciones, fueron blanco de la obra martiana.

    El mundo ha ganado en bienes materiales pero ha perdido en los espirituales y tema tan urgente llama a la reflexión, tomando, como punto de partida, uno de los idearios más actuales no solo de Cuba sino de América y del mundo: el pensamiento martiano.

    En este trabajo se reflexiona acerca de la arista del pensamiento martiano que tiene a las relaciones internacionales como basamento y eje central. Trabajo harto difícil teniendo en cuenta lo amplio de su obra y lo disperso de este tema.

    DESARROLLO

    Empecemos por la interculturalidad, basamento de las relaciones internacionales. Las relaciones culturales entre las naciones se traducen como relaciones internacionales al fin y al cabo, donde intervienen rasgos específicos de cada país y proyecciones diversas.

    El tema de la identidad cultural latinoamericana por ejemplo, sigue siendo objeto de gran polémica desde diversos aspectos, tiene mucho que ver con los actores sociales, con la acción social y con la acción comunicativa; en este sentido, no se trata solamente de una referencia a la conciencia de un sujeto o de alguna comunidad sino también un elemento directamente conectado con los movimientos sociales contemporáneos. Los nexos culturales -entiéndase estos como visiones diferentes del mundo, inmersas en un mismo contexto internacional-, necesitan unirse al respeto internacional, a la diversidad de cada país, significando esto la armonía en términos, no solo políticos, sino también económicos y sociales.

    Y ya Martí había planteado en una época en que comenzaba a asomarse el imperialismo como forma superior del capitalismo, la problemática de la interculturalidad y dentro de ella del respeto a la identidad latinoamericana.

    El siglo XIX, en el que se formó y evolucionó el pensamiento de José Martí, solía ser un mundo euro céntrico, es decir, los estados eran simples receptores de las reglas establecidas por las potencias europeas, un mundo con una estructura multipolar y con un orden basado en el equilibrio o balance del poder entre las grandes potencias europeas. Estados Unidos, como actor de las relaciones internacionales mantuvo el papel de estado periférico durante este siglo pese a su importante desarrollo industrial y marítimo. Por ejemplo, su política externa fue aislacionista, adoptando un proteccionismo en materia comercial y una autonomía heterodoxa respecto a Gran Bretaña; siguió las mismas pautas británicas de evitar la intervención europea en América. Pese a su actitud aislacionista, procuró aprovechar al máximo las debilidades de las potencias europeas, a fin de encontrar un camino autónomo.

    Pertenece José Martí a una época – me refiero al hombre no a su obra la que vuela a través de siglos – donde se presenciaba el empuje del imperialismo estadounidense y los estados oligárquicos latinoamericanos que consolidan sus instituciones político-sociales y ligaban sus aparatos productivos al mercado mundial capitalista. Forma parte de una generación que sucede a la de los libertadores y la de los fundadores de los estados nacionales en Nuestra América, que asiste al surgimiento del imperialismo y a la gradual sustitución de la hegemonía europea por la estadounidense. Hubo hombres que de una u otra manera tuvieron una visión crítica y se opusieron con mayor o menor radicalidad a la nueva expansión imperialista, entre ellos Martí.

    Pero ya a fines de este siglo XIX, "el pulpo" se erguía entre las naciones, extendía sus tentáculos en "Nuestra América". Precisamente, es esta obra – Nuestra América de Martí- la escogida y la que reitera el tema de la defensa a la identidad de los pueblos americanos, a la interculturalidad, como único modo de ser y existir, abogando, a fin de cuentas, por el establecimiento de unas relaciones internacionales basadas en la no imposición, no copiar, no a la absorción de unas culturas por otras.

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