Efectos tóxicos de los insecticidas clorpirifos y teflutrina sobre la lombriz de tierra (Lumbricus terrestris L.) (página 2)
MATERIALES Y MÉTODOS
El ensayo se realizó basándose en el protocolo de la Organización Internacional de Control Biológico (IOBC) (Bieri, 1989) con algunas modificaciones que se indican.
En la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Agronomía, Buenos Aires, Argentina, se recolectaron lombrices de la especie Lumbricus terrestris L. en terrenos libres de plaguicidas. Se seleccionaron individuos en estado juvenil, con una biomasa superior a 1,5 g y sin clitelo. En la sala de aislamiento, en oscuridad total, se preparó un lumbricario en terrinas cerradas con una malla metálica fina, diámetro de apertura de 1,2 mm. El sustrato de las terrinas fue el suelo de donde se extrajeron las lombrices del horizonte superficial, capa arable, esterilizado con calor seco, y mantenido con un contenido de humedad de 40 a 45%. Las lombrices permanecieron cinco días para su aclimatación en el sustrato, y se alimentaron con hojas secas de trébol blanco (Trifolium repens L). Luego se seleccionaron por tamaño a fin de lograr que el grupo de individuos utilizados fuera homogéneo.
Se usaron como unidades experimentales embudos de Daniel (Bieri, 1989) construidos de polietileno de alta densidad con un diámetro de 12 cm y bordes verticales de 1 cm. En la parte superior se colocó como tapa un aro de plástico y una malla de alambre fino que permitió la entrada de aire. El sustrato se colocó hasta el borde superior del embudo y en el extremo inferior se fijó un tubo de silicona de 30 cm de longitud sellado con un tapón para eliminar el exceso de agua. Como modificación del protocolo IOBC, la base del embudo y el tubo de silicona se protegieron con un tubo de polietileno negro para asegurar la permanencia de las lombrices en la oscuridad.
El embudo se llenó al ras con suelo suavemente compactado. Con un barreno de metal de 3,5 mm de diámetro se abrió un canal vertical en el centro del sustrato, creando una madriguera continua desde la superficie del suelo hasta el extremo final del embudo. Se colocaron 10 hojas de trébol blanco sobre el suelo, secadas previamente en estufa, para cada lombriz. Luego, cada uno de los tratamientos se pulverizó sobre los embudos y se introdujo una lombriz en cada unidad experimental, en la que permanecieron por 15 días hasta la finalización del ensayo. Para la aplicación de los tratamientos se usó un pulverizador manual logrando una cobertura de 70 gotas cm-2. Las unidades experimentales estaban instaladas en una sala de aislamiento en oscuridad total y 12 a 15°C. Diariamente el sustrato se regó con agua destilada mediante un aspersor manual, manteniendo el suelo con aproximadamente 45% de humedad.
Los tratamientos fueron: testigo sin tratar, pulverización con agua destilada; cloroacetamida (97,37%) 30 mg producto comercial (p.c.) L-1; clorpirifos (EC 48%) 5 L p.c. ha-1 o 50 mg L-1; teflutrina (EC 5 %) 2 L p.c. ha-1 o 20 mg L-1. La cloroacetamida es recomendada en los protocolos de la Organización para la Cooperación Económica y Desarrollo (OECD), la Organización para la Cooperación Económica Europea (OEEC) y la IOBC como tratamiento estándar en ensayos de laboratorio, por ser una sustancia con efectos letales cuantificables, y porque a través de ensayos repetidos en el tiempo, permite saber si hay cambios en la susceptibilidad de la población en estudio y caracterizar la población de un lumbricario (OECD, 1984; OEEC, 1985; Bieri, 1989).
Se usó un diseño experimental completamente aleatorizado (DCA), con diez repeticiones por tratamiento. Se analizaron las siguientes variables: a) Variación en el peso de las lombrices: se pesó cada individuo en una balanza de precisión, antes de ser introducido en los embudos y después de finalizados los tratamientos. En el tratamiento con cloroacetamida este parámetro no se analizó, debido a la elevada mortalidad observada, lo que imposibilitó la segunda medición del peso de un número significativo de individuos; b) Actividad de los individuos mediante el recuento diario de hojas "retiradas": se considera que una hoja es "retirada" luego de finalizada la incorporación en la madriguera (Bieri, 1989). A los siete días las hojas retiradas fueron reemplazadas. Se determinó un cuociente entre el número de hojas retiradas y la cantidad de días que permaneció con vida cada individuo; y c) Supervivencia de lombrices: en cada inspección se evaluó el estado de las lombrices, y se anotó el número de individuos muertos, los que se retiraron junto con las unidades experimentales. Los resultados se sometieron a ANDEVA (p = 0,05) y a la prueba de Tukey (p = 0,05 y 0,01).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Las variaciones en el peso de las lombrices, en el número de hojas retiradas y en la supervivencia de los oligoquetos en los diferentes tratamientos del ensayo se presentan en el Cuadro 1. Las variaciones en el peso de los individuos durante el período en que fueron sometidos a los tratamientos, mostraron que en todos los casos, las lombrices aumentaron de peso, pero sin diferencias significativas entre el testigo y los tratamientos con clorpirifos y teflutrina (F = 0,047; P = 0,927) (Cuadro 1).
Cuadro 1. Variación de peso, actividad y supervivencia de lombrices, Lumbricus terrestris L. Table 1. Variation of weight, activity and survival of earthworms, Lumbricus terrestris L.
1: Número de datos = 10; DE: desviación estándar; CV%: coeficiente de variación. Cloroa.: cloroacetamida; Clorp.: clorpirifos; Teflu.: teflutrina. S/d: sin datos, debido al reducido número de individuos al finalizar el ensayo.
El ANDEVA realizado sobre el número de hojas retiradas por día indicó que no hubo diferencias entre los tratamientos (F = 2,651; P = 0,069) (Cuadro 1).
La supervivencia de L. terrestris sólo se vio afectada en el tratamiento con 30 mg L-1 de cloroacetamida. El 80% de los individuos murió durante los 15 días de exposición a este compuesto (F = 22,69; P = 0,004) (Cuadro 1). El test de Tukey mostró que en el tratamiento con cloroacetamida se produjo una mortalidad significativamente mayor que en los tratamientos testigo, clorpirifos y teflutrina (Figura 1).
Figura 1. Porcentaje medio de supervivencia de Lumbricus terrestris L. durante 15 días de exposición a pesticidas. Figure 1. Average survival percentage of Lumbricus terrestris L. during 15 days of exposition to pesticides.
Letras diferentes corresponden a medias que difieren significativamente según prueba de Tukey (P = 0,05).
La concentración letal media (CL50) a los 14 días para cloroacetamida en E. fetida se encuentra entre 20 y 80 mg L-1 (OECD, 1984; OEEC, 1985), por otra parte Ma y Bodt (1993) determinaron que la CL50 a los 14 días para E. fetida y L. terrestris son similares. La dosis de cloroacetamida utilizada en este ensayo corresponde aproximadamente a la CL50, sin embargo, esta dosis produjo una mortalidad muy superior en esta población, demostrando la alta susceptibilidad de la población natural utilizada. Esta susceptibilidad permaneció estable en el tiempo, ya que tomando lombrices de esta población a intervalos regulares de 30 días, durante 12 meses, se produjo un efecto de mortalidad del 80 +/- 4%, por lo que consideramos que la población de lombrices utilizada resulta apta para realizar pruebas comparables en el tiempo.
Por otro lado, si bien E. fetida ha sido considerada como una especie ideal para pruebas de toxicidad aguda de plaguicidas en los protocolos estándar (OECD, 1984; OEEC, 1985) por su fácil crianza y reproducción en cautiverio, puede a veces no ser una especie ecológicamente representativa de la fauna del suelo (Ma y Bodt, 1993). L. terrestris cumpliría con el criterio de representatividad debido a su abundancia e importancia en suelos agrícolas (Bostrom y Lofs-Holmin, 1982). Las poblaciones de lombrices presentan una susceptibilidad diferente a xenobióticos según su origen y condiciones de vida, tal como se evidencia en este ensayo, lo que demuestra la importancia de realizar experimentos con organismos locales. Además, se deberá investigar en el futuro qué sucede con lombrices adultas y con la incorporación mecánica del insecticida clorpirifos al suelo luego de la aplicación, para emular las condiciones de aplicación reales.
CONCLUSIONES
En este estudio de laboratorio desarrollado con suelo agrícola con lombrices colectadas en el campo se estableció que los insecticidas clorpirifos y teflutrina, en las dosis recomendadas para el control de los insectos del suelo, no afecta la supervivencia de L. terrestris en estado juvenil.
Además, estos insecticidas no disminuyeron la actividad de las lombrices, incluyendo alimentación y desplazamiento en busca de alimento, ni su crecimiento, expresado como aumento de peso vivo.
El control de larvas de los insectos del suelo Conoderus spp. y Diloboderus abderus con clorpirifos (CE 48%) 5 L de producto comercial (p.c.) ha-1 aplicado al suelo y con teflutrina (EC 5%) para controlar Agrotis spp. a dosis de 2 L p.c. ha-1 no afectarían a la población de lombrices jóvenes del suelo agrícola.
LITERATURA CITADA
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Rosana Giménez1, Angela Della Penna1 y Ezequiel Odello21 Universidad de Buenos Aires, Facultad de Agronomía, Avenida San Martín 4453, C.P.: C 1417 DES, Buenos Aires, Argentina. 2 Asesor independiente
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