Descargar

Efectos tóxicos de los insecticidas clorpirifos y teflutrina sobre la lombriz de tierra (Lumbricus terrestris L.)

Partes: 1, 2

    Publicación original: Agric. Téc.. [online]. oct. 2004, vol.64, no.4 [citado 22 Octubre 2006], p.347-352. Disponible en la World Wide Web: <>.

    ISSN 0365-2807 – Reproducción autorizada por: Revista Agricultura Técnica,

    ABSTRACT: In order to evaluate the ecotoxicity of chlorpyrifos and tefluthrin on the earthworm Lumbricus terrestris L., a laboratory test was carried out based on the guidelines of the International Organization of Biological Control (IOBC). The earthworms were collected by handsorting from a soil free of pesticides of the Agronomy Faculty, University of Buenos Aires, Argentina and placed in sterilized soil, in complete darkness, at 12ºC for five days, and fed with dry white clover (Trifolium repens L.) leaves. Earthworms larger than 1.5 g without clitelum were placed in a Daniel's funnel with ten dry leaves of white clover on the surface. The treatments were: 1) control, unchlorinated water; 2) chloroacetamid solution (97.37%) 30 mg L-1; 3) chlorpyrifos (emulsifiable concentrate, EC, 48%) 5 L ha-1 or 50 mg L-1; 4) tefluthrin (EC 5%) 2 L ha-1 or 20 mg L-1. A completely randomized experimental design with ten replicates was used. During 15 days of the assay the variables analyzed were: live weight change, individual activity and earthworm survival. The increase of earthworm weight was 0.285, 0.280 and 0.300 g in the 15 days of treatments 1, 3 and 4, respectively, with no significant differences between treatments, as well as the number of leaves withdrawn per day 0.61, 0.369, 0.555, and 0.425, respectively. The survival rates were: 100, 20, 100 and 90%, in treatments 1, 2, 3 and 4, respectively, being only effected by chloroacetamid. Chlorpyrifos and tefluthrin were not toxic for L. terrestris at the current dose (P < 0.05).

    Key words: ecotoxicology, earthworms, pesticides.

    RESUMEN: Para evaluar la ecotoxicidad de clorpirifos y teflutrina sobre Lumbricus terrestris L., se realizó una prueba de laboratorio, basado en el protocolo de la Organización Internacional de Control Biológico (IOBC). Las lombrices fueron recolectadas a mano en un suelo libre de plaguicidas, en el campo de la Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires, Argentina y colocadas en suelo esterilizado, en condiciones de oscuridad y 12°C durante cinco días, alimentadas con hojas secas de trébol blanco (Trifolium repens L.). Se colocó una lombriz mayor a 1,5 g sin clitelo por embudo de Daniel, con diez hojas secas de trébol blanco sobre la superficie. Los tratamientos fueron: 1) testigo, agua no clorada; 2) 30 mg L-1 de solución de cloroacetamida (97,37%); 3) clorpirifos (EC 48%) 5 L ha-1 o 50 mg L-1; 4) teflutrina (EC 5%) 2 L ha-1 o 20 mg L-1. El ensayo tuvo diseño completamente aleatorizado con diez repeticiones. Durante los 15 días de ensayo las variables analizadas fueron: variación de peso, actividad individual y supervivencia de lombrices. El incremento de peso de las lombrices fue 0,285; 0,280 y 0,300 g en 15 días en los tratamientos 1, 3 y 4 respectivamente, y no hubo diferencias significativas entre los mismos así como en la cantidad de hojas retiradas al día, que fue de 0,61; 0,369; 0,555 y 0,425, respectivamente. La supervivencia fue de 100; 20; 100; y 90% en los tratamientos 1, 2, 3 y 4, respectivamente, siendo afectada sólo por cloroacetamida. Clorpirifos y teflutrina no fueron tóxicos a las dosis evaluadas (P < 0,5)

    Palabras clave: ecotoxicología, lombriz de tierra, plaguicidas.

    INTRODUCCIÓN

    La lombriz de tierra, Lumbricus terrestris L. (Oligochaeta, Lumbricidae), cumple un importante papel en los agroecosistemas al promover el desarrollo de las raíces (Edwards y Lofty, 1980), y conducir a una mayor capacidad de infiltración de agua (Hoogerkamp et al., 1983; Edwards et al., 1988). También, la actividad de las lombrices y sus desechos contribuyen a la estabilidad del suelo, lo que dependerá del origen de éste y de su composición (Schrader et al., 1997). Por su actividad, estos organismos producen cambios fisicoquímicos y biológicos en el suelo y pueden causar variaciones en la densidad, diversidad, estructura y actividad de los microorganismos, y en la comunidad de la fauna presente alrededor de su hábitat (Brown, 1995). Organismos pequeños con limitada habilidad para moverse dentro del suelo pueden beneficiarse con los largos desplazamientos de las lombrices. Las interacciones benéficas entre éstas, la microflora y fauna pesan más que los efectos negativos potenciales (Brown, 1995).

    L. terrestris vive aproximadamente 4 años, es hermafrodita, en comparación con otras lombrices es poco prolífica, y habita preferentemente en terrenos cuya humedad varía de 40 a 45% de agua útil y temperatura entre 10 y 12°C (Ferruzzi, 1986). Su población es afectada por prácticas agrícolas como labranzas, rotación, retención de rastrojos, drenaje, aplicación de fertilizantes, encalado, uso de plaguicidas, etc. (Baker et al., 1994).

    Se ha investigado la toxicidad de distintos productos fitosanitarios sobre las lombrices. Se han registrado cambios significativos en el comportamiento, en la biomasa y en la reproducción de L. terrestris producidos por el insecticida paratión. En contraste, en el mismo estudio, el herbicida diurón no evidenció efecto alguno sobre lombrices terrestres (Bauer et al., 1997). Bajas a moderadas concentraciones del herbicida terbutilazina y del insecticida carbofurano indujeron alteraciones fisiológicas sobre L. terrestris, Eisenia fetida Savigny y E. andrei Bouché (Viswanthan et al., 1997). En Iowa, EE.UU., al evaluar la toxicidad de diferentes insecticidas granulados aplicados al suelo, estudios en laboratorio y en campo mostraron que clorpirifos fue menos tóxico que terbufos, fonofos, carbofurano y forato para L. terrestris, siendo el carbofurano el producto más tóxico (Culy y Berry, 1995). Ebing y Haque (1983) estudiaron el efecto del fungicida benomil y del insecticida carbofurano sobre lombrices, y encontraron mayor toxicidad para L. terrestris en comparación con E. fetida.

    Clorpirifos y teflutrina son insecticidas ampliamente usados en Argentina en el control de gusanos de suelo. Clorpirifos (concentrado emulsionable, EC, 48%) se recomienda para el control de gusanos alambre (Conoderus spp. L.) y gusanos blancos (Diloboderus abderus Sturm.) en cereales cultivados en la región pampeana, a dosis de 4 a 6 L de producto comercial (p.c.) ha-1, aplicado al suelo y luego incorporado con rastra de discos. El insecticida teflutrina (EC 5%) se usa para controlar los mismos insectos de suelo, así como para mosca de la semilla (Delia spp.), larvas de gorgojos (Pantomorus spp.), y orugas cortadoras (Agrotis spp.), aplicado a dosis de 2 – 3 L p.c. ha-1 (CASAFE, 2001).

    El objetivo del presente ensayo fue determinar si los insecticidas clorpirifos y teflutrina producen efectos tóxicos sobre la lombriz de tierra (L. terrestris) aplicados al suelo a las dosis recomendadas habitualmente para el control de insectos del suelo.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente