Introducción
El presente trabajo consiste en un análisis básico de la relación que puede existir entre la Antropología como ciencia y el Trabajo Social. Para ello es importante tener en cuenta que la primera, es algo más antigua que la segunda y aunque no se pueden negar los disímiles aportes que el proceso de evolución de la Antropología ha brindado al desarrollo de otras disciplinas científicas, por cuestiones de tiempo y espacio nos limitaremos a abordar sólo algunas de sus teorías fundamentales.
Entre los principales puntos a tener en cuenta, está la influencia de la Antropología Clásica, algunas de las especiales o aplicadas y los instrumentos o técnicas rescatados de las mismas.
Desarrollo
La Antropología comenzó a desarrollarse en la etapa comprendida entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Es concebida como la Ciencia General del Hombre, en todas sus formas de sociedad y naturaleza biológica, su historia, sus productos, su comportamiento individual y colectivo, la construcción de su lenguaje, de sus referentes simbólicos, y en general todo aquello que lo condiciona como un ser, sujeto de la cultura, que lo determina en todos los aspectos de su vida.
Por otro lado, el Trabajo Social aunque tiene sus antecedentes desde las primeras formas de leyes que manifiestan intereses por brindar ayuda a las personas necesitadas, es una disciplina mucho más joven surgida en las postrimerías de la segunda década del siglo XX. La misma está relacionada con el estudio de los problemas sociales por medio del análisis causa – efecto, con el objetivo fundamental de concebir acciones concretas vinculadas a la solución de los problemas sociales específicos.
Para plantearse un debate sobre los puntos de convergencias entre ambas disciplinas, se puede iniciar por el estudio de los clásicos de la Antropología.
Comenzando por Henry Morgan quién enfatizó sobre los estadios de la raza humana en los cuales subrayó tres condiciones conectadas en una sucesión de progreso natural: estado salvaje, estado de barbarie y estado de civilización, lo que de modo resumido explica la evolución de las sociedades. Para este autor existieron dos líneas independientes de investigación entre las que se pueden constatar la organización de la sociedad en instituciones primarias.
En estas instituciones, Morgan vinculó subsistencia, gobierno, lengua, familia, religión, vida doméstica y arquitectura y propiedad. Para él, el gobierno encuentra su germen en la organización en familias, mientras que sobre familia, planteaba que su crecimiento está expresado en lazos de consanguinidad y afinidad relacionado con el matrimonio.
Ya desde esta época se puede apreciar el grado de importancia que se le otorga al papel tanto del Estado como de la familia para la formación del hombre, lo que ha trascendido hasta la actualidad pues en un estudio realizado por la Dirección Provincial Programa Trabajadores Sociales de La Habana, Cuba con deambulantes internos en el centro "La Colonia" (centro para la atención a personas con conducta deambulante) se tuvo en cuenta el confeccionar una caracterización de las familias de cada una/o de los miembros de la muestra, y así poder diagnosticar la situación familiar de las/os mismas/os; incluso se investigó sobre el nivel de eficiencia en la atención por parte de la institución, lo cual es responsabilidad totalmente del Estado.
La idea de organizar la sociedad por instituciones está también muy relacionada con la posición de Malinowski. Éste defendía que era importante conocer el papel de las instituciones locales en correspondencia con la satisfacción de las necesidades básicas humanas, que según su criterio, estaban vinculadas a: reproducción, relajación, comodidades físicas, crecimiento, movimiento, seguridad y nutrición.
En este sentido, esta posición de Malinowski puede asociarse en gran medida a otro modo de cobertura y atención por parte del Estado a las necesidades de poblaciones vulnerables. En este sentido se puede mencionar que también a través del Programa Trabajadores Sociales, se aseguraba un módulo alimenticio a los niños bajo peso y desnutridos que son casos sociales críticos. Este proceder sin duda alguna guarda estrecha relación con la necesidad de nutrición que con anterioridad aludió el clásico referido.
Algo similar ocurre con el módulo de aseo para las personas postradas como un suplemento que intenta contribuir a mejorar las comodidades tanto del paciente como de las/os cuidadoras/es. Unido a ello, está lo que respecta a la seguridad que en el escenario cubano se tiene en cuenta tanto, desde la posición de Malinowski como de Maslow. Para el caso del primero, que se apoya en el nivel de afectación que pueden generar los fenómenos naturales, desde nuestras políticas, los trabajadores sociales identifican en cada uno de sus espacios de actuación, quiénes son las personas que en situaciones de esta índole, requieren de evacuación para su mayor seguridad. En vinculación con la posición del segundo, se prevé la seguridad en tanto prestaciones monetarias, para la satisfacción de otras necesidades básicas individuales a aquellos individuos que tienen escasos ingresos económicos. Específicamente en este último ejemplo, en algunos momentos de la evolución del Programa de Trabajadores Sociales quizás muchos llegaron a considerar que esa era la esencia misma de los también conocidos como Médicos del Alma, pues una de las prácticas más frecuentes era tramitar chequeras a las personas con ingresos insuficientes.
Otro de los clásicos que hizo grandes aportes a la Antropología como ciencia y que de alguna forma inciden el modo de hacer de los trabajadores sociales, fue Edward B. Taylor.
Entre los aportes más importantes de Taylor se pueden mencionar, su definición de cultura o civilización tomada en su sentido etnográfico amplio como el complejo total que incluye conocimiento, creencia, arte, moral, ley, costumbre y otras aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad.
La nueva definición propuesta marca una diferencia en relación a las existentes hasta ese momento, pues existía cierta tendencia a imprimirle a la cultura determinados rasgos de elitismo, con una fuerte tendencia eurocentrista y etnocentrista. La primera aseguraba el colocar a la cultura europea por encima del resto, como con un nivel superior de desarrollo y la segunda conlleva a hacer cualquier análisis poniendo por sobre todas las cosas, los patrones y características de una cultura determinada, subvalorando de esta forma las restantes.
Con esta definición de Taylor también se dejaba atrás la concepción exclusiva de cultura vinculada a los productos de las manifestaciones artísticas, pues ya se incluía en ella las tradiciones, los modos de vida y de hacer, cualquier tipo de persona.
Por otro lado, Taylor consideraba que los investigadores de su época le daban un marcado reconocimiento a la unidad de la naturaleza mediante la estabilidad de las leyes ejemplo: causa – efecto, todo hecho actual depende de lo que ha ocurrido antes y éste a su vez actúa sobre el que viene después, de aquí se desprende que nuestros pensamientos, deseos, y acciones están regidos por leyes naturales. Supone que esta visión de la voluntad y conducta humana sujeta a ley definida (causa – efecto) aniquila la voluntad libre del hombre, destruye su sentido de responsabilidad personal, en fin lo degrada a una máquina sin alma.
Sin embargo, este autor por su parte aprecia la importancia de romper esta visión para buscar los motivos que conducen a la acción humana acentuando de este modo, la búsqueda científica.
En relación al Trabajo Social es muy importante tener en cuenta tanto el pensamiento de los estudiosos que antecedieron a Taylor como al mismo Taylor. Pues en ocasiones nos enfrentamos a determinados problemas en la vida cotidiana, sin tener en cuenta, cuanto han podido estar influyendo las tradiciones, costumbres y hechos sociales en la conducta de un individuo del lugar. Por tanto, se hace inminente profundizar en el análisis de las causas y efectos del fenómeno, para validar o no, la relación existente entre unos y otros factores.
En este sentido, la necesidad de ir recopilando mayor cantidad y mejor información, conllevó a diseñar las primeras guías de observación. Surgiendo además, la observación participante, la que se incluye también en los primeros pasos del trabajo de campo de los trabajadores sociales, pues contribuye al desarrollo de la empatía como sentimiento clave para comprender la realidad de aquellos que son objetos/sujetos de estudio.
Por su parte, algo parecido trató Ruth Benedict quién abordó como temática fundamental la relación de configuración cultural con la conducta habitual. Opinaba que cada cultura es un todo integrado que tiene su propia configuración, por lo que cada individuo que perteneciera a ella tenía las características de la misma y se comportaba como tal.
Un ejemplo concreto vinculado a la teoría de Ruth, se está dando en la actualidad con el problema de la prostitución. En consejos populares como Jesús María en la Habana Vieja y Colón en Centro Habana, son significativos los niveles del fenómeno en la sociedad; sin embargo se requiere que los trabajadores sociales hagan un estudio bien profundo en estas áreas, pues se ha visto que el nivel de influencia de las tradiciones culturales puede ser bastante alto. Suponiendo que en el pasado de algunas de las jóvenes que en la actualidad se prostituyen, sus abuelas o bisabuelas hayan estado vinculadas de alguna manera a este fenómeno, ya sea como prostituta específicamente o como dueña de un prostíbulo, ello pudiera provocar en la joven actual, orgullo y motivo de regocijo para continuar comportándose de la misma manera. No obstante, la investigación se hace necesaria para determinar las posibles vías de actuación y enfrentar el fenómeno, pues no siempre este tipo de factores determinan los problemas sociales que se enfrentan en estos tiempos.
Al respecto, criterios similares tuvo Leslie A. White quien desde su propuesta de Culturología planteaba esta era la única ciencia que podía explicar el comportamiento humano más que cualquier otra.
Por esa misma vía, formula Franz Boas las limitaciones de los estudios comparativos, manifestando que:
1. El descubrimiento de rasgos similares en sociedades diferentes no es tan importante.
2. El desarrollo de rasgos similares puede ser por muchas razones diferentes en culturas diferentes.
En esencia no se puede generalizar las causas de un problema si no se ha estudiado con profundidad la situación; en otras palabras, entendía que el conocimiento obtenido únicamente por la observación es inútil sin llegar a conocer las tradiciones que lo condicionan.
Otra de las contribuciones de Boas fue la definición de Relativismo Cultural. Con este concepto planteó que todas las culturas son iguales y comparables. No hay culturas superiores ni inferiores, debido a esto no pueden ordenarse en un esquema evolutivo.
En relación a esta definición se han generado varios debates en escenarios de actuación de los trabajadores sociales y es que con mucha frecuencia se asocia el nivel cultural de las personas a los problemas sociales que les afectan. Sin embargo, es necesario potenciar el análisis causa – efecto pues no siempre las personas con niveles de escolarización elevado van a estar mejor preparadas para enfrentar los problemas sociales, que las que tienen niveles inferiores. Una muestra de ello se apreció en el último Taller Nacional de Experiencias de Trabajo Social Familiar, en el que se expuso el caso de una niña con problemas en el aprendizaje y sus padres profesionales la rechazaban y no querían aceptar su ingreso a una escuela especial.
Retomando la teoría de Benedict de cuanto la configuración cultural puede determinar el comportamiento de un individuo, se puede tener en cuenta otro ejemplo que se está apreciando mucho en el accionar de los trabajadores sociales y en específico en el trabajo con jóvenes: la vinculación de éstos a sectas religiosas como la Abakuá. Si bien es cierto que se ha apreciado una tendencia a interpretar de manera errónea los postulados de esta secta y ello ha conllevado a que muchos de sus iniciados consideren que deban asumir determinadas conductas antisociales para ser aceptados en las mismas; no se puede dar por sentado que el fenómeno es así simplemente. Para el rescate de la tranquilidad ciudadana y una correcta orientación y educación a los jóvenes es necesario conocer para poder actuar.
Sin embargo a partir de lo delicado del problema es necesario evaluar correctamente cuales son los instrumentos y técnicas que se pueden implementar para tener acceso al campo, pues en este caso la observación participante no pudiera contribuir mucho a la búsqueda de información debido a la confidencialidad con que se manejan los aspectos correspondientes al tema. En este sentido jugaría un importantísimo papel el enfoque que aporta la antropología de la religión, para conocer con especificidad algunas de las temáticas que atraviesan el fenómeno.
Por último, enfatizar la importancia de desarrollar estudios comparados (pese a las limitaciones especificadas por Boas) tanto para el problema de las indisciplinas sociales como para la prostitución, teniendo en cuenta que no son las mismas etapas, ni los mismos individuos, por lo que pueden existir también causas diferentes que generen los problemas e incluso con efectos también diferentes.
En lo que a la Antropología Aplicada se refiere, se conoce que existen varias entre las que se pueden mencionar: Antropología Sociocultural, Antropología Física, Antropología Urbana, Antropología Jurídica entre otras. Específicamente en este aparte la intención es resaltar la importancia de poner en práctica los enfoques de género en los estudios vinculados a la Antropología Sociocultural. Muchas veces se hacen entrevistas y se busca información sobre una comunidad determinada sin tener en cuenta este enfoque. Se busca conocer sobre tradiciones culturales, costumbres pero no se hace un análisis pormenorizado respecto a las diferencias que existen entre los gustos y preferencias de hombre y mujeres, niñas y niños. En correspondencia, el resultado de estos diagnósticos sin enfoque de género puede ser la planificación y diseño de actividades que no son del interés de la población, lo que al mismo tiempo dará al traste con la participación.
Vinculado a lo anterior, si el objetivo final de toda acción de trabajo social es lograr una transformación social, uno de los supuestos más importantes de ese accionar lo es precisamente la participación. El cambio es resultado de la acción sistemática y consciente de los individuos involucrados, si no existe participación no hay cambio ni proceso de educación posible; por tanto se estarían quedando sin efecto, muchas de las acciones de los trabajadores sociales.
En este sentido también incide la concepción del trabajo de campo de Boas y Malinowski. Para tener una información más vinculada al problema que se desea caracterizar o diagnosticar es totalmente imprescindible ir al terreno; no es posible diseñar proyecto de transformación con el "simple" trabajo de mesa.
Para finalizar el debate en cuanto a los puntos de encuentro de la Antropología y el Trabajo Social, no pudiera hacerse con otro tema que con el de las herramientas de trabajo que le ha aportado la primera a la segunda.
Uno de los principales instrumentos de trabajo como se mencionó en algún momento anterior lo es la observación participante muy vinculada a la técnica del vagabundeo. Sin embargo, los trabajadores sociales deben perfeccionar mucho más el empleo de la misma, pues pocas veces se construyen guías de observación y se accede al terreno sin tener conciencia de lo que es necesario analizar (se observa simplemente por azar).
Otro de los instrumentos lo es el diario de campo. El cual sería de mucha más utilidad si no se tomara – sobre todo – como un medio para organizar el salario de los trabajadores, lo cual conlleva a que los mismos lo rechacen en gran medida, sin tener en cuenta el valor utilitario que para la recopilación de la información tiene dicho instrumento.
Los grupos de discusión es una de las técnicas más propuestas para la realización de los diagnósticos sociales participativos (DSP), sin embargo lo que se aprecia en la actualidad es que es mucho más fácil recoger la información de los factores comunitarios sin tener que llegar al intercambio directo con la población, por lo que se puede afirmar que son pocos los trabajadores sociales que han llegado a confeccionar DSP, a partir de los criterios de la propia población afectada por los problemas sociales.
Por último, la técnica de la Investigación Acción Participativa, entendida también como uno de los enfoques de la Metodología Cualitativa. Esta es la propuesta más acabada vinculada al accionar de los trabajadores sociales que se puede obtener de la Antropología. La misma parte de investigar causas, factores asociados a un problema; planificar las acciones, pero todo desde la participación – como ya se mencionó – de la población. Por tanto si en la actualidad todavía se aprecian dificultades con los DSP, entonces aún queda un trecho no muy largo por andar para alcanzar la puesta en marcha de proyectos vinculados a la Investigación Acción Participativa (IAP).
Conclusiones
A partir de los análisis realizados es fácil concluir que:
2 Son realmente indiscutibles los disímiles aportes que la Antropología ha brindado al Trabajo Social y no sólo a éste sino también a otras ciencias.
3 El objeto de estudio de la Antropología es el hombre y el del Trabajo Social son los problemas sociales que pueden incidir y que inciden en los hombres, por lo que se aprecia que tienen intereses que se complementan.
4 Los instrumentos de trabajo de la Antropología de manera general y las antropologías aplicadas le han permitido al Trabajo Social, conocer la cultura de los individuos con los que trabaja, pero vista desde la concepción de estudiosos como Taylor, White y Benedict, para poder discernir las formas en que ésta (la cultura) determina el comportamiento social de las personas.
5 Es importante potenciar el entrecruzamiento de las diferentes disciplinas científicas y entre ellas la antropología, para perfeccionar la práctica de los trabajadores sociales y cumplir de este modo con el objeto social por el que se creó el Programa.
Bibliografía
1 Bohannan P., Glazer M. (2003). Antropología. Lecturas. Segunda edición. Ciudad de La Habana, Cuba. Editorial Félix Varela.
2 Colectivo de autores. Antropología Social. Selección de lecturas.(2005) La Habana. Editorial Félix Varela.
3 Ritzer G.(2003) Teoría Sociológica Contemporánea. Primera y Segunda Parte.La Habana, Cuba. Editorial Félix Varela.
Autor:
Vanesa Cabrera Loyola
Noralydis Rodríguez Washington
2010