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Las raciones en la alimentación animal


  1. Introducción
  2. Clasificación de los alimentos
  3. Otros productos
  4. La planificación de las necesidades alimentarias del ganado
  5. El momento de la alimentación de la vaca según la curva de lactancia
  6. El pasto como alimento base
  7. Formulación de raciones para animales en pastoreo
  8. La programación lineal y la formulación de raciones
  9. El balance alimentario
  10. Bibliografía

Introducción

Las potencialidades del rebaño influyen en los resultados económicos de la entidad pecuaria que lo desarrolle. Estados físicos como desnutrición, periodos interpartal prolongados y una producción de leche insuficiente incluso para el ternero , el cual alcanza el peso de venta luego de largos años de penuria alimentaria, estará muy posiblemente encaminada al fracaso financiero.

Aunque son varios los factores que pueden influir negativamente en el comportamiento animal, no cabe duda de que uno de los más importantes es precisamente la alimentación. Está perfectamente demostrado que los animales bien alimentados no solamente producen más, sino que estarán en mejores condiciones de enfrentar con éxito las enfermedades y otras agresiones medioambientales. De hecho, muchos trastornos en la salud animal tienen precisamente su origen en determinadas carencias nutricionales y por tanto, en un mal manejo de la alimentación.

Una vez conocidas las necesidades nutricionales del rebaño, el próximo paso consiste en la selección de los alimentos o mezcla de éstos que potencialmente pueden cubrir las necesidades nutricionales estimadas y formular las raciones diarias.

De acuerdo con lo anterior, la tarea que corresponde al encargado de la alimentación de los animales en una entidad pecuaria comercial consiste en transformar las necesidades de nutrientes en necesidades de alimentos, es decir, determinar los componentes de la ración y sus proporciones y programar en el tiempo esas necesidades para garantizar las correspondientes disponibilidades en el momento oportuno y al más bajo costo posible.

Clasificación de los alimentos

Es conveniente clasificar los alimentos según sus propiedades comunes. Esto facilita en primer lugar, el estudio de sus propiedades nutritivas principales y por otra parte, facilita la sustitución de un alimento por otro de su mismo grupo, según sea conveniente. Existen diferentes criterios de clasificación (Crampton y Harris, 1974; McDonald et al, 1981; Combellas, 1986 y Ensminger, 1992). Un criterio que resulta de común denominador entre todas consistiría en dividirlos en fuentes energéticas, fuentes proteicas, alimentos fibrosos, fuentes minerales y finalmente, otros compuestos.

Fuentes energéticas

Son aquellos alimentos que contienen menos de 18 % de fibra bruta y también menos del 20 % de proteína. Comprende los granos de cereales y los subproductos de la molinería, las raíces y tubérculos, como la yuca y otros.

Se ha argumentado la conveniencia (Sniffen et al, 1992) de subdividir este grupo en alimentos amiláceos, como los anteriores, los cuales se degradan a una velocidad moderada del orden del 20-40 %/hora y por otra parte, los alimentos azucarados, como las melazas, con una velocidad de degradación del orden de 200-300 %/hora.

Fuentes proteicas

Son los alimentos que contienen más del 20 % de proteína bruta y menos del 18 % de fibra bruta. Comprenden fuentes de origen animal, vegetal y microbiano. Entre las primeras se incluyen las harinas de carne, sangre y pescado, algunos subproductos de la industria láctea y otros.

Son fuentes proteicas de origen vegetal las tortas y harinas de oleaginosas, como la soya o el algodón y también algunos granos utilizados directamente con ese fin como la canavalia o las vignas.

Entre las fuentes proteicas microbianas se encuentran la levadura torula y otras de características similares.

Alimentos fibrosos

Los alimentos clasificados como fibrosos contienen más del 18 % de fibra bruta y menos del 20 % de proteína. Incluyen los pastos, forrajes, el follaje de algunos árboles y arbustos, los henos, ensilados y algunos subproductos fibrosos agrícolas o agroindustriales.

Ciertas leguminosas forrajeras al menos durante su etapa inicial de crecimiento pueden contener menos de 18 % de fibra bruta con más de 20 % de proteína, pero de todas formas se suelen incluir dentro de los alimentos fibrosos.

Minerales

Entre las fuentes minerales se encuentra los fosfatos de calcio, la harina de huesos, la sal común, los sulfatos de calcio, sodio o amonio, así como otros portadores de macro y microelementos. En el mercado se suelen encontrar mezclas o premezclas minerales de composición variada los cuales facilitan el trabajo de la formulación de las raciones.

Otros productos

Existen algunos productos o compuestos que suelen introducirse en la ración del bovino y que no es posible o no es conveniente incluir en los anteriores grupos de alimentos. Entre éstos se encuentran la urea, modificadores del patrón fermentativo ruminal como el monensin, así como algunos medicamentos utilizados, fundamentalmente, en la alimentación de los terneros y otros.

En la ración de la vaca de alta producción láctea puede ser necesaria la inclusión de sustancias bufferantes, como la magnesita y otras. Estos productos son minerales pero su función en el fisiologismo animal es bien distinta a la que le corresponde al resto de los clasificados bajo este rublo.

En la tabla 1 aparecen algunos alimentos seleccionados como representativos de cada uno de los anteriores grupos.

Tabla 1. Algunos ejemplos de alimentos para el rumiante.

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Fuente: García Trujillo y Pedroso, 1989

La planificación de las necesidades alimentarias del ganado

Las necesidades alimentarias del ganado no son constantes, sino que sufren variaciones, algunas cíclicas, como las del ganado lechero o las vacas de cría, mientras que otras son crecientes, como las del ganado en desarrollo.

La planificación de las necesidades de alimentos tiene como premisa el cálculo de lo que se necesita para cubrir los gastos de mantenimiento que pueden ser constantes o crecientes según el caso, más las necesidades relacionadas con la producción de leche, la gestación o el cambio de peso vivo.

Las necesidades alimentarias de la vaca lechera

El ciclo productivo de la vaca comienza con el parto y comprende la lactancia, el período seco y la última etapa de la gestación hasta el próximo parto. Este ciclo bajo condiciones óptimas puede tener una duración de aproximadamente un año, aunque en condiciones extensivas puede ser superior a los 500 días.

Se ha propuesto que para que la vaca alcance su potencial de producción de leche y pueda ser gestada rápidamente debe llegar al parto con una condición corporal de 5 en una escala del 1 al 9 (Holmes y Wilson, 1984; Roche et al, 1992 y Wrigth et al, 1992). Esta cifra equivale a una condición corporal de 2.8 en una escala del 1 al 5, que es la típica para el ganado de leche. Este valor se puede aproximar a 3.

El valor calórico de las reservas corporales de la vaca lechera cuando éstas se aprecian mediante el índice de condición corporal varía en función del peso vivo de esta. En particular para animales con un peso vivo entre 450 y 500 kg se puede aceptar una variación de 50 kg de peso y un requerimiento de 425 Mcal de EM por cada unidad de incremento de índice corporal.

Si por ejemplo, a una vaca le faltan 4 meses para el parto y tiene un índice corporal de 2, este deberá incrementarse hasta 3 en 120 días. En ese tiempo deberá suministrarse como promedio 425/120 = 3.54 Mcal de EM diarios, por encima del mantenimiento.

A lo anterior deberán sumarse las necesidades adicionales de la gestación durante los 2 últimos meses antes del parto, equivalente a 4 Mcal de EM/día. La vaca deberá recibir entonces 3.5 Mcal de EM por encima del mantenimiento, durante los 2 primeros meses del período analizado y esa asignación deberá incrementarse a 7.5 Mcal/día durante los 2 meses finales.

Debe tenerse en cuenta que durante el período final de la preñez la capacidad de ingestión de la vaca se reduce, por lo que el incremento en el consumo de EM debe alcanzarse sobre la base de una mayor concentración energética de la ración. Parece razonable entonces sugerir que la mejor estrategia para tratar de que el animal alcance la condición corporal de 3, durante la última etapa de la lactancia, es decir, antes de los 2 meses previos al parto. Esto debe ser así siempre y cuando la lactancia sea de 305 días de duración. Para lactancias cortas la vaca podría completar la reposición de su reserva durante el período seco, en particular si se dispone de buenos pastos.

Según los trabajos resumidos por Holmes y Wilson (1984) con vacas de producción media un cambio en la condición corporal al parto desde 4 hasta 5 (en la escala de 1 al 9) determina una producción adicional de 213 litros de leche durante los primeros 140 días de lactancia.

El momento de la alimentación de la vaca según la curva de lactancia

Una práctica común en la ganadería de leche consiste en suministrar alimentos suplementarios según una norma relacionada con la producción actual. Por ejemplo, uno de estos sistemas propone el suministro de 0.46 kg de pienso por encima del quinto. Este procedimiento aunque resulta de fácil manejo puede dar lugar, en ciertas circunstancias, a un bajo aprovechamiento del potencial productivo de la vaca.

Para evitar el riesgo anteriormente señalado se necesita conocer la verdadera potencialidad de la vaca. Podrá entonces organizarse la alimentación para alcanzar ese nivel de producción o en todo caso conocer el grado en que el mismo se está explotando.

Entre los procedimientos posibles a utilizar para el conocimiento del potencial productivo de los animales se encuentra el relacionado con la curva de lactancia potencial (Gómez et al, 1989). Esta representa la producción que alcanzaría la vaca, si no existieran limitaciones de tipo nutricional. Como se conoce, luego del parto la producción de leche crece hasta alcanzar un máximo aproximadamente a los 60 días y luego declina con mayor o menor rapidez. Esta declinación se relaciona de manera inversa con la denominada "persistencia" de la lactación.

El pasto como alimento base

El uso del pasto como alimento principal constituye un verdadero reto a la habilidad del ganadero, cuando se trabaja con pienso y forrajes conservados, si estos se manejan de una forma adecuada y mantienen sus propiedades nutricionales a un nivel constante a lo largo del tiempo. El pasto es, en cambio, un producto vivo, el cual varía constantemente su valor nutritivo y su disponibilidad y según las características de la unidad, en cuanto a carga animal y otros factores, brinda la posibilidad de una mayor o menor utilización de dicho alimento.

El valor nutritivo del pastizal

La selección de una especie de pasto para su explotación en una unidad pecuaria depende de la valoración que realice el productor respecto a la adaptabilidad de dicha planta, a las condiciones edafoclimáticas del lugar, su composición bromatológica más o menos favorable, su rendimiento y distribución a lo largo del año, sus requerimientos de insumos, su agresividad, su asistencia ante la defoliación sucesiva y otras muchas cualidades.

Ahora bien, una vez establecido el pastizal y sometido a explotación se plantea el problema de cuantificar los nutrientes consumidos por el animal y de aquí, los resultados productivos que se obtendrán. La alternativa de acudir a las tablas de composición bromatológica, no siempre es la más conveniente, ya que es posible que en éstas no se encuentre una situación que sea estrictamente comparable a la que existe en la finca.

Sin embargo, es posible seleccionar otra opción de mayor valor práctico. Si bien existen diferencias cuantificables en cuanto al valor nutritivo entre especies y variedades a igual edad, condiciones edafoclimáticas y manejo (Norton, 1982) se pueden clasificar dichas especies sobre la base de un contenido similar de nutrientes.

Por las razones anteriormente expuestas, existe la tendencia a proponer índices generales para la clasificación del pastizal a la entrada de los animales. Se organizaron tres grupos, clasificados como "buenos", "regulares" y "malos". Estas cualidades se pueden relacionar con indicadores objetivos y subjetivos como la fertilidad conocida del terreno, coloración de las plantas, porcentaje de hojas, tallos y material muerto, la proporción de leguminosas nativas o introducidas y otros.

Tabla 4. Relación la calidad y la composición del pasto

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Como puede apreciarse en la tabla anterior, la principal fuente de variación entre grupos es el contenido de proteína bruta.

La disponibilidad del pasto

Bajo condiciones estables de producción, en las cuales se haya alcanzado la autosostenibilidad del sistema, el rendimiento del pasto, a través del año presenta una componente cíclica relacionada con el cambio estacional y otra componente coyuntural, vinculada a factores accidentales como la presentación de un año anormalmente seco, un ataque repentino de plagas o enfermedades y otros. Este tipo de eventualidad no previsible debe enfrentarse necesariamente mediante el establecimiento de una reserva de alimento para garantizar la alimentación adecuada de los animales.

Para el cálculo de las disponibilidades previsibles del pasto a lo largo del año son útiles las curvas del rendimiento anual (Senra et al, 1992). Estas curvas pueden construirse con datos propios, o partir de una ya existente.

Existen numerosos trabajos en los que se demuestra la capacidad que tiene el rumiante para seleccionar los elementos más nutritivos del pasto (Chacón y Stobbs, 1976; Gardener; 1980 y Hodgson et al, 1984). Como consecuencia de lo anterior la calidad del alimento consumido por los animales será superior a la media del pastizal, sobre todo cuando la disponibilidad es alta.

Formulación de raciones para animales en pastoreo

La formulación de raciones para animales en pastoreo tiene sus características y complejidades no encontradas en otros sistemas de explotación bovina.

Para lograr un racionamiento satisfactorio de los animales, compatibles con un máximo aprovechamiento del pasto, se debe calcular primeramente el consumo de nutrientes por consumo de MS esperado, el contenido de nutrientes de la biomasa y el efecto que sobre lo consumido tendrá la selección por parte del animal. La diferencia entre los requerimientos y el aporte del pasto será lo que debe aportarse por la vía suplementaria. Esta deberá formularse de tal forma que el costo de la alimentación sea el mínimo posible.

Procedimientos para la formulación de raciones

Existen varios métodos a disposición del encargado de la formulación de las raciones en una instalación pecuaria (Ensminger, 1992). Entre estos se citarán el método de prueba y error, el método del cuadrado de Pearson y la programación lineal.

El método de prueba y error

Este consiste en confeccionar una fórmula de partida y calcular el aporte de nutrientes el cual se compara con el aporte esperado del suplemento. De acuerdo con las diferencias que se encuentren, se realizan ajustes en la formulación y se prueba nuevamente. Este proceso se repite hasta alcanzar la composición apropiada.

El método de prueba y error es práctico, solamente para formulaciones muy sencillas, ya que en caso contrario, el trabajo para alcanzar el resultado deseado se torna largo y tedioso.

El método del Cuadrado de Pearson

Este método se utiliza cuando se debe preparar una mezcla de una composición determinada, a partir de dos componentes, aunque con su aplicación en forma sucesiva se puede trabajar con un número mayor de componentes.

El uso del Cuadrado de Pearson se demuestra con el ejemplo siguiente.

Una vaca tiene a su disposición un pasto de gramíneas del cual consumirá 11 kg de MS. La vaca debe producir 10 kg de leche. La EM del pasto es 2.00 Mcal y la proteína metabolizable es 60 g/kg. La vaca tiene un requerimiento total de 29 Mcal y 902 g de proteína metabolizable.

Para cubrir el déficit energético-proteico se dispone de maíz molido, torta de soya y salvado de trigo con la composición siguiente:

Alimento

EM Mcal/kg

Proteína metabolizable, g/kg

Maíz molido

3.22

113

Salvado de trigo

2.71

83

Harina de soya

3.09

243

Se desea que el suplemento tenga una EM de 2.8 Mcal por kg. Calcular la composición del mismo.

Primeramente, se calcula el déficit de EM y proteína. Como el animal consume 11 kg de pasto, ingerirá por esa vía 22 Mcal y 660 g de proteína metabolizable. El déficit será de 7 Mcal de EM y 242 g de proteína metabolizable.

El próximo paso consiste en calcular el consumo del suplemento. Como este debe tener 2.80 Mcal y faltan 7 Mcal, el consumo será de 2.5 kg del suplemento. En estos 2.5 kg estarán contenidos 242 g de proteína metabolizable. Por tanto, el suplemento tendrá 2.80 Mcal y 97 g de proteína metabolizable.

Se decide preparar 2 mezclas, una mezcla "a" basándose en salvado y soya y otra "b" a partir de salvado y maíz. Estas mezclas se ajustarán a 2.80 Mcal/kg MS mediante el Cuadrado de Pearson. Una de ellas tendrá más de 97 g de proteína metabolizable y la otra tendrá un contenido menor.

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Proporción de soya: 0.090/0.38 = 0.237

Proporción de salvado: 0.290/0.38 = 0.763

Esta mezcla contiene 120.924 g de proteína/kg MS.

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Proporción del maíz: 0.1765

Proporción del salvado: 0.8235

Esta mezcla contiene 88.295 g de proteína metabolizable. Ahora se calcula una mezcla "c" a partir de "a" y "b" ajustada a 97 g de proteína metabolizable.

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Proporción de "a": 27.29 partes

Proporción de "b": 72.71 partes

Se calcula ahora la formulación definitiva:

Salvado

Soya

Maíz

27.29 partes de "a"

0.2082

0.067

72.71 partes de "b"

0.5988

0.1283

Totales

0.8070

0.0647

0.1283

Comprobación:

Alimento

Proporción

EM

Proteína Metabolizable

Salvado

0.8070

2.187

66.981

Maíz

0.1283

0.413

14.498

Soya

0.0647

0.200

15.722

Totales

1.000

2.800

97.201

La programación lineal y la formulación de raciones

Las aplicaciones y el uso de la modelación y simulación matemática han aumentado vertiginosamente en las numerosas disciplinas científicas en los últimos 30 años. Se comenzó con el desarrollo de modelos que trataban de explicar los diferentes procesos y su funcionamiento y posteriormente se ampliaron estos conceptos hasta llegar a simular con el modelo definido situaciones no ejecutadas realmente. Resulta innegable el aporte que el desarrollo de la computación y los sistemas informáticos que se han creado en los últimos 10 años, y como consecuencia de esto, estas técnicas son utilizadas actualmente en las diferentes ramas del conocimiento científico y cada día más se aprovechan las ventajas de las mismas por cuanto permiten avanzar más en el conocimiento de los diferentes procesos, ahorrar recursos y acelerar el resultado de las investigaciones.

Los requisitos primordiales para construir cualquier modelo son:

  • Un propósito claramente definido.

  • Identificar las consideraciones esenciales (incluir en el modelo).

  • Desechar consideraciones superfluas (estas son fuente de confusión).

  • El modelo debe representar la realidad en forma simplificada.

La técnica más común para la formulación de raciones es la de la programación lineal. Su aplicación se facilita grandemente con la popularización del uso de las microcomputadoras personales.

El método consiste básicamente en la solución de un sistema de ecuaciones simultáneas con el objetivo de formular una mezcla con los requisitos siguientes:

  • 1. Que se cumplan las exigencias en cuanto a aportes nutricionales.

  • 2. Que los distintos componentes se encuentren dentro del rango establecido previamente por el usuario.

  • 3. Que el costo de la ración sea el mínimo posible.

En dependencia de las exigencias del usuario, a la mezcla se le pueden imponer requisitos adicionales.

En la actualidad, los principales sistemas de racionamiento como el INRA (1989) o el NRC (1989 y 1996) presentan el sistema como tal, más una sección correspondiente a la formulación de raciones. Esta última sección suele contener una base de datos con la composición y aportes nutritivos de los alimentos de uso más extendido.

Otros sistemas que persiguen objetivos similares se han elaborado en Cuba como el CALRAC y el CONFOR, preparados por el ICA.

El balance alimentario

En las páginas anteriores se ha puntualizado, fundamentalmente en dos facetas o aspectos del trabajo de la alimentación. Estos son:

  • 1. ¿Cuáles son los requerimientos nutritivos de los animales y cómo varían a lo largo del año?

  • 2. ¿Con cuáles alimentos y en qué proporciones se cubrirían esos requerimientos nutritivos?

Queda pendiente, un tercer aspecto relacionado con el control de los resultados productivos.

La metodología del balance alimentario tiene como objetivo fundamental resumir la información recopilada en los dos puntos anteriormente señalados y, además, controlar los resultados productivos y con ello la calidad de la planificación realizada. La metodología establece además, el procedimiento para introducir las correcciones en los elementos que se tomaron para el cálculo de modo que progresivamente se incremente la precisión del trabajo.

En la formulación de los criterios fundamentales que se deben tomar en cuenta para la aplicación del balance alimentario cuando la alimentación fundamental es a base de pastos se ha destacado el Dr. Fernando Pérez Infante, cuya contribución ha sido decisiva también en cuanto a la aplicación del método en la práctica social.

La metodología del balance alimentario consta de tres partes o componentes con objetivos en parte independiente y en parte vinculado. Estos componentes son el balance histórico o retrospectivo, el balance perspectivo y el balance instantáneo.

Balance histórico

El balance histórico (BH) tiene por objetivo analizar cómo se comportaron en el pasado los indicadores productivos y de aquí sacar las conclusiones sobre la calidad de la planificación de los alimentos. Este análisis se realiza por intervalos de tiempo de un mes o inferiores y su objetivo es obtener información para introducir las correcciones pertinentes en la producción futura.

Para la confección del BH se tabulan las producciones que se habían planificado y las que realmente se obtuvieron (p. ej., las producciones mensuales del año anterior). Los déficits productivos que pudieran existir se transforman en necesidades de nutrientes, según la información que aparece en las tablas de requerimientos. Estos déficits de nutrientes se transforman a continuación en déficits de alimentos.

Se comparan, además, las disponibilidades de alimentos planificados y las disponibilidades reales. A estas disponibilidades reales se le suman las necesidades de alimentos calculadas, según el déficit detectado al analizar los resultados productivos.

El próximo paso consiste en analizar las causas que motivaron las diferencias entre las disponibilidades reales y las planificadas. Se debe determinar si estas se deben a situaciones coyunturales o a la acción de factores que pueden considerarse como permanentes y que se deben tener en cuenta para el futuro.

Balance perspectivo

Una vez realizado el balance histórico y analizadas las causas de las limitaciones nutritivas que pudieran haber existido, se hacen las adecuaciones necesarias respecto al plan productivo del año corriente y se confecciona el balance perspectivo (BP). La función de este es, por lo tanto, establecer las necesidades de alimento para el próximo ciclo productivo.

Para la confección del BP, el productor deberá calcular las necesidades de mantenimiento y productivas de todos sus animales y realizar la programación de estas en el tiempo.

Deberá calcular, además, el aporte esperado del pasto en cada período, tanto en cantidad como en calidad y establecer la cuantía de los nutrientes no cubiertos por dicha fuente nutricional, así como las vías por las cuales ese déficit será cubierto.

Debe distinguirse entre un déficit de nutrientes debido al bajo valor nutritivo del pasto y un déficit a causa de una baja disponibilidad de este.

Resulta también importante decidir qué se va a hacer con los excedentes del pasto durante la temporada lluviosa, ya que éstos se pueden preservar como heno o ensilaje con el fin de utilizarlos durante la seca.

Teniendo en cuenta las características del trópico, es de suponer que las mayores dificultades para la alimentación se encuentren durante la temporada seca. El productor deberá elaborar su estrategia para afrontar esta etapa crucial, respecto a su influencia en los resultados productivos. Todo ello deberá cuantificarse y plasmarse en el balance perspectivo.

Balance instantáneo

El Balance instantáneo (BI) tiene básicamente una función diagnóstico. La información que proporciona es de utilidad para establecer algunos indicadores nutricionales que pueden ser influenciados por las características propias de la finca y, además, este tipo de balance permite hacer las correcciones operativas que sean necesarias al momento de su realización. Esa información es útil para la interpretación de algunos resultados del balance histórico y también para incrementar la precisión de los cálculos en el balance histórico.

Se ha propuesto que los balances de animales en pastoreo se realicen tomando como elemento primario el consumo de energía y, a partir de este, realizar la estimación del consumo del pasto (Pérez Infante, 1983). Esta decisión descansa en dos hechos fundamentales:

En primer lugar, los animales regulan su ingestión alimentaria mediante el llenado del tracto o a partir del consumo de energía. Un animal puede, por ejemplo, consumir un exceso de proteína o de minerales, pero, por lo general, no consumirá un exceso de energía.

Por otra parte, la variación en el contenido de energía del pasto de diferentes calidades es relativamente bajo.

Para la realización del BI es conveniente factorizar los requerimientos energéticos. Para un animal lechero, estos serán los requerimientos de mantenimiento, reposición de las reservas corporales, gestación y producción de leche. Estos requerimientos se encuentran en las tablas, aunque existe incertidumbre en cuanto a los llamados "gastos energéticos del pastoreo".

Para realizar un estimado de los gastos del pastoreo, se realiza el BI a un grupo de animales de producción moderada, bajo condiciones en las que el consumo esté regulado por el llenado del tracto. Al realizar el balance, se calcula entonces, el consumo energético a partir de la calidad del pasto y de la capacidad de ingestión del animal. A este resultado se le resta el consumo energético a partir de los alimentos suplementarios si los hay, así como el valor energético de la producción. La diferencia se calcula como "gasto de mantenimiento más pastoreo". Estos gastos se expresarán en Mcal EM/kg P0.75 y se utilizarán para el trabajo posterior.Pasos a dar para la confección del balance instantáneo

Los pasos a dar en forma resumida son los siguientes:

  • 1. Se determina la producción potencial y la producción real para un animal promedio del hato.

  • 2. Se calculan los nutrientes necesarios para el mantenimiento más la producción real y potencial según las tablas de requerimientos. Se hacen los ajustes para los "gastos de pastoreo".

  • 3. Se determinan, por diferencia, los nutrientes necesarios para alcanzar la producción potencial.

  • 4. A los requerimientos energéticos calculados para la producción real se le restan los aportes energéticos de los alimentos suplementarios, si los hay. La diferencia será el aporte energético del pasto.

  • 5. A partir de la concentración energética estimada para el pasto y de las necesidades energéticas a cubrir, con este alimento, se estima el consumo real del pasto.

  • 6. Se calcula, por otra parte, el consumo posible del pasto a partir de los indicadores de voluminosidad y de la capacidad de ingestión del animal promedio. Este consumo posible o teórico podrá se igual o superior, pero no inferior al estimado, a partir de los resultados productivos. Si el consumo teórico es inferior al calculado a partir de la producción se han cometido errores al estimar la calidad del pasto o al calcular los gastos del mantenimiento más pastoreo.

  • 7. Se calcula el consumo de los nutrientes no energéticos del pasto (consumo real) más los alimentos suplementarios y con ello el balance queda listo para su análisis.

Algunas situaciones que pueden resultar del análisis del Balance Instantáneo (BI)

  • 1. El potencial productivo de los animales no se cubre y por otra parte, el consumo real del pasto se corresponde con el consumo teórico: Se deben introducir en la ración alimentos suplementarios energéticos. De no ser esto posible, como solución general, debe aplicarse en particular a los animales más productivos para evitar su deterioro físico (disminución de la condición corporal).

  • 2. El potencial productivo no se cubre y, por otra parte, el consumo real del pasto es inferior al consumo teórico: Posiblemente existe un déficit de proteína. Investigar, si se trata de la proteína metabolizable o de la proteína soluble y realizar las suplementaciones correspondientes.

  • 3. El potencial productivo se cubre y el consumo real del pasto es inferior al consumo teórico: Existe un exceso de alimentos energéticos suplementarios. Retirar estos de la ración con el fin de ahorrar recursos y hacer un mayor aprovechamiento del pasto.

  • 4. Debe prestarse atención al balance mineral, ya que un déficit en este acápite, no repercute a corto plazo sobre la producción, pero deteriora la reservas del animal.

La aplicación de la metodología del balance alimentario es una herramienta de extraordinaria utilidad para la producción ganadera a base de pastos. El mismo resume e integra todos los conocimientos e informaciones que resultan decisivas para garantizar el éxito de la gestión económica de la empresa y facilita el trabajo de planificación de los recurso para el aseguramiento de los resultados productivos a más bajo costo.

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Autor:

Dr. Mv. Luís Enrique Yero Espinosa

Ing. Alién Matamoro Castro

Msc. Adonis Luís Téllez Zamora

Lic. Amaury Rondón Aguilar