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La Felicidad

Enviado por Ana Maria Vallejo


  1. Introducción
  2. ¿Qué se entiende por felicidad?
  3. Tipos de Felicidad

Introducción

Todos sabemos que la felicidad es un término muy difícil de definir, ya que las personas podemos ser felices por distintos motivos. A su vez, estos motivos van a generar felicidad en algunas personas y en otras no. Así podemos decir que la felicidad va a depender de la percepción que tenga cada ser humano frente a determinados hechos o situaciones. "Creemos saber qué es la felicidad pero nos resulta difícil buscarle una definición que resuelva el dilema para todos."[1] Además, muchas veces pensamos que algo nos va a satisfacer plenamente, pero una vez que lo obtenemos nos damos cuenta que no es así.

La felicidad es un sentimiento que nunca se logra por completo. Esto sucede porque, generalmente, la felicidad se logra luego de haber alcanzado un fin o propósito perseguido. Pero, sin embargo, luego de satisfecho tal fin, seguramente, surgen otros por los que luchar y esforzarse para volver a conseguir la felicidad.

Elegí como tema central para mi trabajo, a la felicidad porque creo que es un concepto muy amplio, que puede ser estudiado de varios enfoques: religiosos, filosóficos, míticos; también se lo puede ver desde el punto de vista de la niñez, la adolescencia y la adultez, se puede observar desde una perspectiva medicinal, etc. Además considero que la felicidad es un sentimiento que todo ser humano quiere alcanzar y lucha para obtener ese deseo.

Mi trabajo está redactado en base a una serie de preguntas, cuyas respuestas están sostenidas y ratificadas por las voces de distintos autores, como Bucay Jorge, Aristóteles, Karl MarxKant Inmanuel, el psicólogo Daniel Gilbert, entre otros.

¿Qué se entiende por felicidad?

La felicidad es algo radical que afecta al hombre en lo más profundo, en su propio ser, en su propia vida. Consiste en el goce y la posesión de la realidad.

Dentro de las innumerables definiciones que se le puede otorgar a este planteamiento, podemos agruparlas apuntando que la felicidad es aquello a lo que todos aspiramos, orientando casi toda la vida para hallarlo aun sin conocer concretamente que es. En el hombre, la felicidad es alcanzar un cierto grado de plenitud interior, perfección, armonía ordenando la vida hacia su verdadero fin.

De la armónica composición de nuestra vida física, profesional y familiar, surgirá la felicidad. Dicho de otro modo, la felicidad es, en cierta medida, llevarse bien con los otros, con el mundo y con nosotros mismos. De esas tres relaciones, probablemente es la tercera la más complicada. Por eso, cuando se logra, las otras dos brotan sin muchas dificultades. Quien se acepta a sí mismo, no espera más de lo que es razonable anhelar, ni columbra expectativas desproporcionadas: su ilusión no se ve defraudada porque procura apuntar a realidades que no quitan las promesas realizadas.

Toda pretensión humana, todo proyecto, acto, sueño, deseo, aspiración es una "pretensión de felicidad", puesto que el hombre por su propia naturalezaestá continuamente en la espera de obtener, de su búsqueda, ese bien que pueda satisfacer sus necesidades.

La propia vida humana puede concebirse como la tarea de alcanzar la felicidad

Según una consideración "interior", que mira hacia el futuro, en la vida forjamos proyectos y después ansiamos llevarlos a cabo, y por lo tanto somos felices en la medida en que alcanzamos aquello a lo que aspiramos.

La expectativa de lo bueno es la forma más genuina de felicidad, puesto que el hombre es un ser orientado hacia el futuro. El problema radica en que su realización es siempre insuficiente dado que la pretensión es compleja y múltiple. Por eso, la felicidad consiste en la realización de la pretensión, esa que nunca terminamos de alcanzarla del todo.

La imaginación funciona como un bosquejo de la felicidad, y esta es empañada con el temor y la falta de aquella.

Desde un punto de vista "objetivo" o "superficial", la felicidad radica en la posesión de un conjunto de bienes que significan para el hombre la magnificencia y el progreso excelso de las aspiraciones personales. Con estos bienes, el hombre tendría una vida hecha, una vida lograda, o una vida buena.

Para algunos existe un tipo de vida que puede hacernos felices. Se trata de una vida buena que contiene y posee los bienes más preciados. Es estematerialismo el que les permite "estar bien", un bienestar que aparta lejos la miseria y la escasez. La calidad de vida necesaria para la felicidad incluye el "bienestar" de la persona en circunstancias corporales, anímicas, naturales y técnicas.

Si bien, las utilidades materiales, el bienestar, las proyecciones, los ideales son elementos importantes para la vida buena, es primordial contar con las posesiones humanas como el saber y la virtud. De este modo Sócrates sostuvo que lo que hay q hacer para ser feliz es practicar las virtudes y hacerse así virtuoso. Los verdaderos valores son aquellos que están ligados exclusivamente a los valores del alma y con ellos es el modo de crecer y llegar a la plenitud humana.

La felicidad no esta en el orden del tener, sino en el del ser. La felicidad nace de la conformidad íntima entre lo que se quiere y lo que se vive, es una condición de la persona misma, y por eso se puede ser feliz en medio de bastante sufrimiento, y a la inversa, se puede ser infeliz en medio del bienestar, de la abundancia.

Se cae en un gran error cuando al hablar de la felicidad terrenal, de la felicidad en este mundo, se suele pensar en las condiciones de la felicidad, más que en lo que ella misma pueda ser. Se la identifica con una guía de condiciones y requisitos que se pueden optar por seguir o no; no puede ser un esquema aplicable a cualquier situación o realidad, ya que la felicidad tiene un carácter individual, particular, personal. De este modo, aunque el mundo quiera reducir las disposiciones fundamentales del hombre a números y estadísticas y a las determinaciones de los alrededores, la persona encuentra su núcleo último de la vida vacío o sin un auténtico sentido.

Tipos de Felicidad

Se hacen evidentes diferentes maneras de ver la felicidad y el sentido de la vida según modelos corrientes, teorías, tendencias, actitudes e ideales.

1) El nihilismo: afirma que la vida carece de sentido, por lo que implica el sinsentido de los valores, como la justicia y la felicidad. Para los nihilistas, es inútil la búsqueda de la felicidad ya que es directamente imposible de hallarla, porque no existe. Esta se considera una forma de vivencia de la nada, al carecer de sentido la propia vida, felicidad, valores supremos. La persona está totalmente aislada de la realidad, sin trato con el otro y hundida en la propia soledad. Sin alguien a quien dirigirnos y la pérdida de los deseos, amores, pretensiones el hombre puede caer en diversas situaciones de desánimo:

a) la desesperación: aquel que siendo víctima de la soledad, la indiferencia o el desengaño cree que el futuro no le depara bien alguno. Viviendo profundamente infelices en una verdad incapaz de soportar, son conducidos a la locura o al suicidio como una posible solución.

b) el fatalismo: el hombre no se cree dueño de su destino, sino que hay un elemento irracional que aleatoriamente otorga felicidad o desgracia llamado Destino o Azar. Cada persona debe contentarse con la suerte que le ha tocado y resignarse a aceptarlo y adoptar una actitud pesimista pues no puede cambiarlo.

c) el absurdo: es la vivencia del sinsentido, la realidad resulta ilógica, hipócrita y falsa, manejada por la masificación y los grandes poderes que lo colocan al hombre en situación de títere manipulado por fuerzas impersonales.

d) el cinismo: el cínico finge, aparenta, simula interesarse por alguien o algo cuando en realidad no es así, sino que por contrario intenta obtener unutilidad o un interés. Es una persona hipócrita que vive en la burla y acepta el absurdo. Vive en la carencia del sentido de la vida para vivir en el "juego", en la risa, sin tomar nada en serio, es un adorno de la maldad.

e) el pesimismo: negando a mediana escala el sentido, postula que el esfuerzo por conseguir bienes arduos se salda siempre con el fracaso, y es preferible resignarse porque no vale la pena el sacrificio. Como fruto de una mala experiencia, el hombre pierde toda ilusión y confianza, no cree en nada y se encierra en su amargura u ofensa. Afirma que el fracaso acompaña necesariamente la vida de la persona individual, por lo que se vive en continua decepción.

f) afirmación eufórica de la vida y la ebriedad: el hombre busca compensar tantos sentimientos negativos entrando en un estado anímico exagerado. Cuando el hombre se envuelve en la euforia de golpe, en el placer pujante, en una explosión estimulante lo llamamos ebriedad, que es un proceso de exaltación que proporciona el optimismo que él no termina de sentir. Se trata de abandonar por momentos la cruda realidad y dar rienda suelta a las sensaciones fuertes y placenteras.

2) El Carpe diem!: es una apuesta por el presente, "vive el momento", "disfruta el día" antes de que se pase la oportunidad. Se nos invita a vivir lo más intensamente posible el presente. La felicidad y el sentido de la vida quedan directamente relacionados con el placer, con lo que se puede disfrutar inmediatamente. Esto es un grave error, ya que el placer es momentáneo y repetitivo, que termina siendo un hastío. Además es pasajero y parcial por lo que afecta sólo una dimensión de la vida. La felicidad es todo lo contrario, es permanente, afecta la totalidad de la persona, y está a un nivel más profundo. Es un deseo que se hace cada vez más intenso y vivo.

Al apostar por el presente, la aspiración por el futuro se destruye y se conforma con lo que se tiene ya. No hay expectativas, sino sólo goces, del futuro ya no se espera nada y comienza la desilusión por la infelicidad. La felicidad consiste en saber esperar, atender al esfuerzo, al dolor, a la limitación, las amenazas.

3) La postura pragmática, el interés: es una actitud realista de tinte conservador, cuyo afán es asegurarse una existencia lo más cómoda, tranquila y segura posible, sin sobresaltos y riesgos. Hace depender la felicidad del propio esfuerzo por asegurarse los recursos. Lo característico de esta modalidad es la moderación de los objetivos y le predominio del interés por el propio bienestar. Es un modo de ver la vida que tiene como fin y valorprimero el "yo" y mis intereses. La postura adquiere un carácter individualista que no le interesa el otro sino él mismo.

La tentación de la seguridad se apoya en la tendencia que tenemos los hombres a la felicidad. Pero esta tendencia es equívoca pues lleva muchas veces a un tipo de felicidad que es excesivamente inmediata y provisional. La tentación de buscar una situación de felicidad como "bienestar", como situación "confortable", deriva muchas veces en la inclinación hacia la seguridad. La búsqueda de la seguridad implica una pretensión demasiado directa de la felicidad. Por eso se conforma precisamente con la seguridad que se puede buscar directamente.

4) La postura contemporánea, el bienestar: con una gran difusión en el mundo actual, esta mentalidad identifica la felicidad no tanto con el placer, como con la ausencia de dolor; e identifica lo bueno con lo útil, y así la utilidad pasa a ser el valor con que se miden las cosas, incluso las personas. Busca hacer desparecer la miseria, el dolor y el sufrimiento y hace depender la felicidad de la calidad de vida, de las sensaciones fuertes, del desarrolloeconómico, los adelantos y comodidades tecnológicas, etc., cosas que culminan en el vacío. La felicidad no consiste en estar bien simplemente, sino en estar haciendo algo que llena la vida.

5) El poder del dineropuramente ambicioso, la felicidad ideal está en el poder. Poder significa potenciafuerza, habilidad, capacidad. El poder más directo y evidente es el dinero, por su uso amplio, flexible, técnico y sofisticado. Aparece el lujo como la razón suficiente para adquirir la felicidad y rendir todo bajo el potencial financiero. Lógicamente, el dinero no hace a la felicidad, ya que no se puede compartir, sino sólo repartir, puesto que es de uno y de nadie más. Por eso, donde hay dinero hay discordia, y en la discordia nadie puede ser feliz. Además, la misma preocupación por acumular riquezas materializa la vida del hombre convirtiéndola despreciable.

6) El afán de poder y la ley del más fuerte: el mismo dinero o posición social determina la fuerza o el poderío que se puede ejercer sobre algo. Así, en la vida triunfan la tiranía, el desprecio, el abuso, el atropello, el rechazo por encima de los derechos, la convivencia, y el respeto. Lo que triunfa es la fuerza, no la justicia. Precisamente, no tiene sentido ser justo cuando la justicia es la ley que se impone sobre el más débil, y no vale la pena arriesgar o perder los propios intereses frente a los demás. Por tanto, no tiene sentido ser justo, sino dominar a los demás: la justicia no es otra cosa que la ley del más apto o el más fuerte.

 

 

Autor:

Ana Maria Vallejo