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Las alergias alimentarias y la gordura: ¿Falacia rancia o nuevo paradigma?

Enviado por Felix Larocca


  1. El sempiterno dilema de lo que vino primero
  2. La inflamación y el aumento de peso
  3. En resumen
  4. Bibliografía

"En esta ponencia proponemos estudiar la enfermedad celíaca (EC), como ejemplo de una de las tantas condiciones que nos hacen reconocer la conexión funcional que existe entre el estómago y el cerebro. Ya que es hecho, funcional e incontrovertible, que el estómago y el cerebro — por medio de los neurotransmisores — se 'hablan' entre sí". FEFL en La enfermedad celíaca y la psiquiatría: Donde el cerebro y el estómago se reconcilian.

"Come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago". Miguel de Cervantes Saavedra en Don Quijote de la Mancha.

Una mujer muy corpulenta trabaja como directora de Recursos Humanos en una de las firmas más importantes que se dedica al empaque de fibras ópticas para uso industrial en el sudoeste norteamericano.

Debido a su obesidad, mantiene un plan basado en el Plan ECHA, con resultados gratificantes.

Un día, de manera fortuita, se encuentra con su amiga de infancia, quien la felicita por su nueva apariencia y logros.

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Ratón alterado genéticamente

Cuando la compañera de antaño la interpela acerca de cómo fue que "finalmente" perdió de peso, ella le explica lo que hace.

La amiga — sin pensarlo mucho — le aconseja, "si yo fuera tú, tomara pastillas de dieta…"

Cuando de la obesidad se trata, todos son "expertos", como ya tendremos la oportunidad de apreciar.

Es posible que, para muchas personas, la flora intestinal, parte del sistema digestivo, sea la razón para que sean gordas.

En esta ponencia trataremos, una vez más, de describir los mecanismos por medio de los cuales, las bacterias que viven en el intestino, pueden perturbar el sistema inmune, y la razón por la que ellas puede que sean responsables por esas libras extras que tantos acarrean.

Investigaciones recientes, supuestamente, han confirmado este fenómeno.

Por algunos años, nosotros hemos utilizado exitosamente, conocimientos similares, en situaciones específicas.

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La famosa Venus de Willendorf

Lo que hiciéramos, basados en el entendimiento de la manera cómo todos los módulos interconectados del organismo: el intestino, el sistema inmune, los elementos de desintoxicación, las hormonas, y otros componentes fisiológicos, actúan en concierto.

Actualmente, existe suficiente evidencia para soportar la idea, de que aplicando estas hipótesis, cuando a estos agentes se atribuyen algún aumento de peso, que estos, asimismo, pueden asistirnos en la pérdida del mismo.

En mi práctica, yo he tratado pacientes que bajan libras, simplemente eliminando de su dieta, ciertas comidas, a las que son alérgicos, como son los azúcares, carbohidratos simples y ciertas grasas — algunas vegetales — y otras de origen animal.

Asimismo he constatado cómo algunas personas logran perder entre 20 y 30 libras, simplemente balanceando el ecosistema bacteriano de su intestino.

Una paciente, mujer de 42 años, sufría de inflamación crónica del intestino, retención de líquidos, acné, fatiga, dolor de las articulaciones, síndrome de la irritación del colon, con abotagamiento y flatulencia.

Habiendo tratado todas las dietas posibles, aún no lograba perder de peso.

Su problema, no era que estaba gorda, sino que acarreaba peso en exceso porque estaba edematosa.

La causa para la retención de fluidos en su caso provenía de desequilibrios en la función intestinal debido a reacciones a alérgenos presentes en la comida, que repercutieron en una retención generalizada de líquido.

Una vez eliminados los azúcares, y otros alimentos a los que fuera sensitiva, se estimuló la producción de un medio de bacterias saludables para morar en su intestino, con lo que la paciente perdió 30 libras en muy pocos meses, mientras que los otros síntomas desaparecieron.

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La "Venus" famosa del S. XXI

El sempiterno dilema de lo que vino primero

El gran debate en la medicina, en estos casos, es la determinación de lo que vino primero: ¿la inflamación o la obesidad?

La realidad es que la persona se inflama primero, debido a las reacciones alérgicas y la acumulación de peso — no la gordura — que sobreviene.

El aumento de peso, a su vez, hace que la persona se hinche más, lo que perpetúa el círculo vicioso.

Actualmente, esta es la situación que las nuevas investigaciones confirman, y no, como tantos creen, que la flora intestinal sea la que hace que uno engorde.

En esta ponencia, mi propósito es el de examinar estos hallazgos, refutar algunas teorías insostenibles, explicar cómo las alergias alimenticias pueden resultar en incrementos ponderales, y ofrecer algunas sugestiones para el entendimiento de las funciones del ecosistema intestinal.

La inflamación y el aumento de peso

Primero, examinemos dos de los primeros estudios que vinculan la inflamación y el aumento de peso y explicar sus implicaciones para el control de la obesidad, y sus concomitantes, la enfermedad cardíaca, la diabetes y otras complicaciones asociadas.

El primer estudio fue publicado en diciembre del 2007.

En éste se examinaron dos grupos de niños.

El primer grupo sufría de sobrepeso, mientras que el segundo grupo era de peso normal.

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Acumulación grasa peligrosa

Los investigadores analizaron tres factores básicos, vinculados a la inflamación.

Primero, estudiaron la proteína C-reactiva (PCR), un marcador que indica el nivel de inflamación general del organismo.

Luego, exploraron la presencia de placas en las arterias carótidas, que suplen el cerebro, por medio de la ecografía.

Tercero, investigaron los resultados de pruebas sanguíneas para detectar la inmunoglobulina G (IgG) evidencia de la presencia de alergias alimenticias crónicas.

Sus hallazgos fueron sorprendentes.

Los niños con sobrepeso, tenían un nivel tres veces más elevado de PCR y uno dos veces y medias más altas de anticuerpos IgG a las comidas.

Los hallazgos se creyeron pasmosos, ya que en la mayoría de las investigaciones una diferencia de un 20 al treinta por ciento se supone significativa.

En este caso, las diferencias estaban en la magnitud de un 300 y un 250 por ciento respectivamente.

Los niños con sobrepeso, también tenían arterias carótidas más gruesas, que son un signo temprano de la ateroesclerosis y un indicador predictivo de la enfermedad cardiovascular.

El estudio confirma que las alergias alimenticias son la causa de la inflamación inicial, pero, que la obesidad subsiguiente, es resultado de otros factores colaterales, como ya veremos.

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Obesidad precoz

Los autores del estudio, explican que el daño al intestino, puede resultar en un órgano que exuda su contenido, permitiendo que partículas de comida sean acarreadas dentro del sistema inmune general.

Esto, a su vez, desencadena una respuesta defensiva por todo este sistema dentro del organismo, conllevando a una inflamación generalizada, resultando — en este caso — en la obesidad por resistencia a la insulina.

Es hecho establecido que la inflamación por cualquier causa — bacteria, comida, dieta con abundancia de azúcar o con alto contenido graso — producirá resistencia a la insulina, resultando en requerimientos por parte del organismo de niveles elevados de esta hormona.

Y, como la insulina regula la acumulación grasa, cuando su efecto es neutralizado por la resistencia a su acción, el corolario es que la persona almacena más tejido adiposo — especialmente alrededor de la cintura, lugar que presagia alto riesgo de complicaciones cardiovasculares.

En su razonamiento, los autores del estudio, continúan afirmando que en todos los casos sería recomendable la eliminación de los alérgenos de la comida como una manera de tratar la obesidad y de prevenir las enfermedades cardíacas.

Lo que, para ellos, significa, en que no hay que limitar la ingesta, sino simplemente eliminar las comidas que causan la inflamación.

Entonces, nos preguntamos, ¿cuál es exactamente, la causa de la filtración en el intestino?

El reporte que sigue nos proporciona una respuesta a esta pregunta.

Científicos en un artículo publicado en el número de julio del 2007 de la revista Diabetes, condujeron un estudio detallado y complejo para determinar qué viene primero en este caso de la situación de "el huevo o la gallina".

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Si hay tantos tipos de dietas… ¿Cómo es que ninguna ha dado resultados permanentes?

El diseño del estudio fue muy ingenioso.

He aquí el procedimiento que ellos siguieron. Los investigadores primero seleccionaron ratones flacos a los que pusieron en una dieta muy alta en contenido graso.

Es un hecho conocido, que las dietas altas en alimentos grasos alteran la flora bacteriana intestinal.

Como resultado de estas maniobras, la producción de microorganismos que producen toxinas es inducida por este tipo de dieta, mientras que los que poseen propiedades antiinflamatorias y protectoras, sucumben.

De hecho, la dieta "normal" del americano promedio, consistente en alimentos excesivamente procesados, conteniendo cantidades enormes de azúcares, alta en grasas, baja en fibra — además de un elemento aleatorio de sustancias químicas foráneas, como son antibióticos, esteroides, medicinas antiinflamatorias, bloqueadores de ácido y hormonas — los cuales totalmente alteran el ecosistema bacteriano del tracto intestinal, resultando en daño, inflamación y filtración.

Los investigadores determinaron que alimentar a los ratones el equivalente de una dieta americana normal, resultaba en la producción de una toxina LPS (lipopolisacárido bacteriano) que entraba al cuerpo vía el intestino filtrante.

En los seres humanos, toxinas de este tipo, especialmente las citoquinas, que invaden las células del sistema inmune producen reacciones adversas las que, a su vez, bloquean el metabolismo, ocasionando resistencia a la insulina, resultando en el hígado graso, y la obesidad.

De mayor interés, es que los investigadores asimismo encontraron que, aun consumiendo una dieta balanceada, si a los ratones les inyectaban LPS, los mismos problemas sobrevenían: inflamación y obesidad.

En este último caso, no fue la dieta sino las toxinas las que causaron la gordura.

De hecho, cuando se consume una dieta desequilibrada, las bacterias intestinales dañinas florecen.

En consecuencia, el ecosistema intestinal se perturba y la filtración resultante conduce, no sólo a la gordura, sino a la enfermedad cardiovascular y diabetes, como asimismo, a muchas de las condiciones alérgicas, reacciones autoinmunes, y enfermedades inflamatorias.

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Las dietas: Tortura de Sísifo…

Los investigadores expresan que alimentando probióticos a las ratas y destruyendo las bacterias nocivas, puede prevenir la diabetes.

Ellos insisten en que si se añade fibra a cualquier dieta, que esta medida por sí sola, puede estimular el crecimiento de la población de los microbios benignos que residen en el intestino.

Lo que nos conduce a otra razón para presentar esta ponencia.

Que no solamente estos fenómenos pueden suceder en las ratas de laboratorio, sino que asimismo pueden suceder en los seres humanos.

Evitemos, entonces la dieta del norteamericano "normal".

Pero esto no es todo…

(Para un mayor entendimiento de la conexión entre el estómago, el cerebro y otros órganos: http://www.monografias.com/trabajos67/cirugia-gastroplastica-lobotomia/cirugia-gastroplastica-lobotomia).

En resumen

Aquí vale la pena repetir el dictamen que nos dice que de la gordura, todos hablan y pocos saben…

Veamos

Aunque parezca laudable y persuasiva, concluimos en que la teoría de las dietas con alérgenos no nos explica cabalmente la epidemia de la obesidad que confrontamos.

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No una medida razonable…

En un esfuerzo a descifrar la etiología de la gordura, modelos hipotéticos constantemente se introducen que lindan, a veces, en lo cómico y otras veces, en lo absurdo.

Por ejemplo, un físico de MIT recientemente presenta ideas especulativas proponiendo que un patrón matemático constituye el método que ofrece la respuesta más acertada para explicar la obesidad epidémica, algo que yo opuse por carecer de fundamentos. (Para leer más:

http://www.3quarksdaily.com/3quarksdaily/2012/05/a-mathematical-challenge-to-obesity.html#comments).

Por otra parte, en mi artículo La Oscuridad que engorda: El lado apagado de la iluminación artificial se puede leer lo siguiente:

"Comer para morir: ¿Un oxímoron?

"En este sentido, el concepto de que el alimento, en forma de ingesta normal, puede engordarnos, es un oxímoron drástico. Porque la gordura para nuestro género es perjudicial y aberrante.

"Comer para engordar = comer para morir.

"Pero, a pesar de todas las reservaciones de índole filosóficas expresadas, la comida, como actividad y función, como acostumbramos comer, nos engorda. Y — hoy por hoy — nos conlleva a la obesidad inevitable.

Veamos, entonces, cómo y de qué otra — inesperada manera — la comida logra engordarnos". (Para seguir leyendo: http://www.monografias.com/trabajos88/oscuridad-que-engorda/oscuridad-que-engorda).

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La familia Pinzón por Fernando Botero

El dilema siendo, que como no se ha establecido cuál es la causa de la obesidad, que, como resultado, al presente carecemos de los conocimientos básicos para, efectivamente, oponerla.

Finalmente, que para combatir la obesidad y el sobrepeso, hoy sólo contamos con "las dietas" comerciales, que consisten en un rejuego ad nauseam de las ideas de William Banting y de otras estrategias, dignas de malabaristas, que consisten en imponer la tortura que el hambre — resultado de la privación de alimento — constituye.

En este último respecto la situación se complica, porque la mayoría de los sistemas dietéticos, hasta ahora conocidos, han sido inspirados y/o son dirigidos por individuos que carecen de las calificaciones para hacerlo.

Mientras tanto, reiteramos haber establecido en esta ponencia que la obesidad no puede explicarse cabalmente aplicando la teoría de las alergias alimentarias.

Y, que como dice la Reina Roja: En este lugar hay que correr muy rápido para permanecer en el mismo lugar.

Fin de la lección.

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Bibliografía

  • Larocca, FEF: La Enfermedad Celíaca y la Psiquiatría: Donde el Cerebro y el Estómago se Reconcilian en monografías.com

  • Larocca, FEF: Comer y Saber Comer en monografías.com

  • Larocca, FEF: Abecedario, "H" es por Hambre y el Plan ECHA en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Oscuridad Como Factor Determinante e Inadvertido de la Obesidad Epidémica en monografías.com

  • Larocca, FEF: El Dilema de Quienes Dietan en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Opción de Hobson en el Tratamiento de la Gordura en monografías.com

  • Larocca, FEF: Gastroplastía y Lobotomía: La Conexión Entre el Estómago y el Cerebro… en monografías.com

Para una plétora adicional de artículos escritos por este autor acerca de este tema:

/cgi-bin/search.cgi?substring=0&bool=and&query=gordura+larocca&buscar=Buscar

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca