- Los principios dentro de los cuales analizar los PPP
- El proyecto pedagógico productivo: el desafío de la pertinencia y la articulación
- Prospectiva
- Bibliografía
Educación rural pertinente y articulada
Presentación
El mundo que hoy se vive y que, mediante los procesos de globalización se reconstruye y se transforma, arrastra, sin embargo, los viejos problemas derivados de una concepción y una práctica del desarrollo que en nada reconocen las diferentes expresiones de la vida y sí privilegian las opciones del mercado y el capital. La naturaleza y la extraordinaria diversidad de la vida, incluida la humana, al ser convertidas en recursos y, en ocasiones en lastres, sucumben, en la mayoría de las ocasiones de forma irreparable, frente a esta marcha inexorable y destructiva de esta concepción de progreso.
El mundo rural es, precisamente, una de las expresiones de la naturaleza y de la vida que frente a la globalización se encuentra no solo vista como un lastre histórico, sino también, como una realidad agobiada por un conjunto de problemas y desafíos que dificultan su inserción digna y su participación activa dentro del ordenamiento que comienza a configurarse. Las situaciones recurrentes de exclusión y de marginalidad que han caracterizado su historia en los últimos siglos, plantean un conjunto de interrogantes y conjeturas, no solo al mundo rural mismo sino, especialmente, a la naturaleza misma de la globalización, así como a las instituciones y actores, es decir, a la escuela y los maestros y las maestras, que intervienen en su agenciamiento y desarrollo.
Ello dado que en la mayoría de los ámbitos rurales ha sido característica y predominante la presencia y la acción de la escuela, como institución pensada e implementada desde lo urbano y, en tal sentido, ha potenciado su carácter de instrumento portador de "otra cultura", y aunque ha sido explícito su interés y su preocupación por la situación del mundo rural y sus pobladores, la verdad es que su acción concreta poco ha reconocido y comprendido la realidad de este mundo particular, convirtiéndose, de este modo, más en una institución de corte "modernizante" y "civilizador" , que en una alternativa de desarrollo y expresión de una forma distinta de ver, percibir, sentir y asumir la vida y la realidad.
Por consiguiente, se requiere de un nuevo tipo de diálogo y de relación entre la escuela y el mundo rural si se desea que la globalización y los procesos que le son inherentes, no se conviertan en el fin de la historia para las comunidades rurales. Sin embargo, para que tal encuentro se realice en condiciones distintas, es decir, basado en el respeto y el reconocimiento, la institución educativa debe, primero que todo, despojarse de su lastre colonizador y uniformizante y, asumir el hecho de que como instrumento social, en este caso comunitario, debe generar, a partir de su reconceptualización, una serie de condiciones que le permitan al mundo de lo rural encontrar en ella el lugar y el tiempo donde la memoria, la experiencia, la tradición, en fin, la vida y la cultura, dialoguen, persistan, se enriquezcan y generan nuevas expectativas y visiones, dado que el centro de las reflexiones no viene a ser nada distinto a las condiciones de vida y desarrollo de los pobladores rurales.
El trabajo por proyectos se consolidó en Colombia cuando la ley general de educación en 1994 ordenó a todas las instituciones educativas elaborar un Proyecto Educativo Institucional (Artículo 73 de la Ley 115). Por otra parte, se abrieron paso los llamados proyectos pedagógicos y fue el programa Postprimaria Rural, a partir de 1996, el pionero en el diseño y desarrollo de los PPP. En esta ponencia intentaremos mostrar cómo los PPP se están convirtiendo en el eje articulador de una propuesta educativa. Para ello partiremos de analizar los principios dentro de los cuales podemos hacer una afirmación como la anterior.
Según Philippe Meirieu, en el sentido filosófico un principio es aquello que da cuenta de algo, que contiene o hace comprender sus propiedades esenciales. Es aquello que permite juzgar la realidad y la pertinencia de una creación humana desde el punto de lo que constituye su razón de ser. "Sin principios, la acción humana se decanta hacia el empirismo, se convierte en un bricolaje sin horizonte y, por tanto, sin mañana". Los principios nos permitirán analizar el impacto de los PPP alrededor de la vinculación de la escuela con la vida, del mundo de la vida con el mundo escolar, de su papel en la formación para la libertad, la autoorganización, la individualización, la colectividad, la socialización, la comunicación y la participación.
Primer principio: Todo estudiante tiene el derecho de participar en su formación puesto que es miembro activo de la comunidad escolar. El estudiante debe intervenir directamente en el trabajo escolar a través de actividades.
Para que esto sea posible:
- La actividad no debe ser caprichosa, desordenada sino que debe realizarse con un propósito definido.
- La actividad no puede separarse de los contenidos culturales y sociales que ha de proveer la educación, es decir, las actividades deben ser parte de un Plan o Programa de trabajo. El maestro es uno de los responsables de canalizar y dirigir este plan.
- La actividad debe partir de las necesidades y aspiraciones reales del niño, ha de ser llevada a término y no ser interrumpida arbitrariamente.
- La actividad, aún basándose en la iniciativa personal, debe realizarse en colaboración, dentro de un grupo que asuma la responsabilidad del trabajo emprendido.
- En el proceso educativo la actividad espontánea avanza a la actividad organizada, la actividad física precede a la actividad intelectual, la unión espontánea a la colectividad disciplinada.
- La actividad debe ser parte del escenario de aprendizaje; la actividad no es una norma o regla específica que se aplica a las asignaturas y momentos determinados. En los escenarios hay momentos de mayor actividad, de trabajo específico, en los cuales se concretan "métodos activos".
- La actividad escolar debe conducir a la formación de normas y reglas de un modo autónomo, pero firme, sin dar lugar a extravíos o deformaciones.
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