El primero es visible en el lugar que ocupa Castilla en la mente y en el sentimiento de los desterrados y en el acatamiento a la autoridad del rey.
Un cierto espíritu democrático se muestra en la elección misma de una figura de la nobleza inferior para elevarla a la categoría heroica y en la igualdad con que trata el Cid a sus compañeros. El vasallo queda incluso por encima del rey, a quien no niega la lealtad debida, a pesar de la notoria injusticia con la que aquel ha sido tratado.
La realidad era, probablemente, mucho más prosaica. "A propósito de los episodios de la vida de Rodrigo de Vivar, Menéndez Pidal subraya toda la complicación política de los príncipes cristianos, quienes se disputan encarnizadamente la presa de las parias sarracenas. El Cid ( ) sirve a reyes moros porque era el medio ordinario de subsistencia de un caballero expatriado; vivir entre moros era el destino del desterrado ( )14
Utilización política en la Edad Media
Roland Respecto a la Chanson de Roland, lo primero que debemos aclarar es que la campaña de los francos en España no fue una guerra santa. Carlomagno se embarca a través de los Pirineos con el fin de ayudar a Suleimán, el wali musulmán de Barcelona, Gerona y Zaragoza. Este había cruzado los Pirineos el año anterior para pedirle ayuda al poderoso rey cristiano contra la tiranía del emir de Córdoba. Carlos accedió a ayudarlo y preparó un gran ejército para invadir España con el objeto de poner a Suleimán en el trono y así anexar Iberia a Francia, creando una especie de protectorado.
Suleimán aseguraba que la España musulmana se encontraba irremediablemente dividida y que sería muy fácil para Carlomagno conquistarla. Sin embargo, la campaña española de Carlomagno no reportó grandes beneficios. La ciudad de Zaragoza se rebeló contra el rey cristiano y contra su señor el emir. Los francos cambiaron repentinamente de planes y Carlos se vio obligado a conducir a sus tropas de vuelta a casa.
La fama del héroe se extendió por varios países: Inglaterra, Francia e Italia. Por lo tanto podemos inferir que el Cantar fue un vehículo de propaganda del Imperio Carolingio y de la Iglesia, que daba a aquel espíritu de conquista carácter de Cruzada (la lucha contra el infiel).
El Cantar de Roldán se transforma en un modelo de épica nacional, otorgándole significancia religiosa a los actos seculares. La campaña del 778 se ve apropiada por la mentalidad cruzada, no sólo como guerra santa sino como ejemplo eterno de la lucha entre el bien y el mal.
Después de que el resultado de la batalla se esfumara de la memoria colectiva la campaña de 778 fue reescrita para así poder otorgar a los reyes francos y a sus herederos una validez moral que justificara su gobierno, así como proporcionarle a la Iglesia una brillante historia pasada que inspirara a los soldados en su marcha hacia Oriente. "La desgraciada expedición de Carlos a Zaragoza, donde el rey franco se aventuró en calidad de aliado de ciertos príncipes sarracenos el norte de España, se adornó rápidamente con la idea de que se trataba de una expedición cristiana contra los musulmanes, es decir, una especie de precruzada".15
Sin embargo, la historia indica que la Batalla de Roncesvalles habría sido en realidad un combate entre un grupo formado por una alianza de cristianos y musulmanes contra otro grupo cristiano, los vascones. No obstante, esta importantísima transformación de nacionalidad y religión de los adversarios de la batalla no es el único de los cambios introducidos a partir de la ficción del hecho histórico en su paso hacia el cantar de gesta. Carlomagno tampoco hubiera podido vengar la masacre de su retaguardia, ya que el enemigo se dispersó sin dejar pistas de su paradero. Por lo tanto la lucha final y el desenlace del Cantar serían completamente ficticios.
Por otra parte, Roland es un personaje cuya existencia es incierta y cuyas acciones se nos antojan inverosímiles. En el proceso de conformación de la canción de gesta, la Batalla de Roncesvalles y sus personajes han sido completamente transformados: Roland, quien aparece mencionado escuetamente como prefecto de la marca de Bretaña, se convierte en el sobrino de Carlomagno e hijastro del traidor Ganelón, un personaje completamente ficticio. El compañero inseparable de Roland, Oliveros, también es totalmente fabuloso.
Entre los años 800 y 1600, pero sobre todo en el siglo XI, situamos la idea de la guerra santa. Al tiempo de la primera cruzada, el temor al invasor musulmán, el cual se evidencia en el Cantar de Roldán, era un sentimiento omnipresente. En la memoria colectiva perduraban las invasiones de los vikingos, los sajones y los sarracenos.
En este proceso, la Iglesia intentó restringir las guerras entre cristianos y dirigir la acción bélica hacia el ataque y aniquilamiento de los representantes de la religión rival. Contemporáneo a la fijación de la Cantar de Roldán, el Papa Urbano II realizó la conocida llamada a la primera cruzada para recobrar los Santos Lugares y devolverlos a sus "legítimos" dueños. "Para Bédier, la Chanson de Roland fue escrita, lo más pronto, en 1100, después de la primera cruzada, y en el momento de pleno apogeo de los peregrinajes a Santiago de Compostela".16
El Cid El CMC serviría de propaganda al sistema feudal para subsanar el desorden iniciado por un vasallo que se rebela contra el sistema. Encontraríamos cuatro niveles:
1. Nivel político: enfrentamiento entre Castilla (el Cid y los suyos) y León (la vieja nobleza hereditaria, personificada en los Infantes de Carrión).
2. Nivel socioeconómico: enfrentamiento entre el pueblo y la oligarquía aristocrática, los primeros luchan por el ascenso social y los segundos por mantener sus privilegios. El autor del CMC toma partido a favor de la baja nobleza, los hidalgos infanzones, arraigada en el pueblo. Por ello ridiculiza a la aristocracia (Infantes de Carrión y Conde de Barcelona).
3. Nivel individual: el héroe, el Cid, sería la personificación de los ideales del hombre castellano.
4. Nivel religioso: hay también una intención religiosa, cristianos frente a paganos, espíritu de Cruzada, aunque algo más atenuada que en en la Chanson de Roland. El nuevo orden al que se llega al final, después de las Cortes de Toledo, no coincide con el orden del comienzo pues, si bien no se altera el poder del rey, el sistema feudal se renueva con la savia de la nueva nobleza esforzada. No cabe duda de que el poema es un canto al caballero que, por sus méritos personales, alcanza grandes riquezas y prestigio social ("ondra"), y por ello quiere tener los mismos derechos que la nobleza hereditaria. En este sentido, el CMC es poesía comprometida,
en tanto que el autor anónimo toma partido por la clase caballeresca en ascenso.
Conclusiones En el CMC el Cid tiene problemas con el rey porque unos nobles envidiosos lo acusan y es enviado al destierro. Tiene lugar, pues, un hecho injusto. El Cid parte al destierro con tristeza pero con obediencia. Es un buen vasallo y su objetivo será recuperar la gracia del rey.
El Cid es marido y padre solícito y necesita dinero para mantener a los suyos; esta preocupación económica no había aparecido antes en los cantares de gesta.
La presencia femenina en el CR (doña Alda, la prometida de Roldán y Braminonda, esposa de Marsil) es poco significativa, al igual que en el CMC, donde las mujeres son meras comparsas y sólo cobran una ligera importancia al principio y al final de la obra. "En cuanto a las damas, no se le ocurre contentarlas: podrían suavizar esa fe y ese arrojo que aún no les están dedicados". 17
El Cid, a su vez, tendrá que recuperar el honor de sus hijas por la afrenta de Corpes y luego el rey hará justicia y recuperará todo el honor de nuestro protagonista, ya que casa de nuevo a sus hijas con miembros de la realeza.
En los dos cantares hay afán de conquista (extender las fronteras) pero, a la vez, espíritu de Cruzada, de convertir a los sarracenos al cristianismo, aunque ese espíritu lo encontramos más acusado en el cantar francés. Aunque el Cid sufre algunos reveses en sus conquistas, no sufre una derrota tan tremenda como Roldán en Roncesvalles y triunfa en la conquista de Valencia.
El Cid sobrevive a sus gestas y consigue sus objetivos, mientras que Roldán muere heroicamente en Roncesvalles por la traición de Ganelón y por su desmesura. El CR canta la alta nobleza de los Doce Pares de Francia y las viejas hazañas de Roldán, sobrino de Carlomagno, mientras que CMC ensalza a un hidalgo infanzón de Vivar, que por méritos propios conseguirá la gracia del rey, injustamente perdida.
El CR noveliza las hazañas d Roldán y Ganelón 300 años más tarde mientras que el CMC relata las hazañas del héroe castellano muy próximas en el tiempo.
Roldán es un héroe desmesurado e intrépido frente a la prudencia de Oliveros mientras que el Cid es mesurado y magnánimo, aún en los momentos más difíciles.
Al final, tanto en CR como en el CMC se celebra un juicio, no se recurre a la venganza personal y se hace justicia, se condena a Ganelón a una muerte vergonzosa y los Infantes de Carrión son derrotados y declarados felones. Por último podemos concluir que los dos cantares son una buena muestra de la poesía épica al servicio de la monarquía feudal.
La actualidad: el conflicto entre civilizaciones Con el nacimiento del autoproclamado Estado Islámico, los atentados de Nueva York, Madrid y Londres, así como la desastrosa campaña de Estados Unidos en Irak y diversos países de Oriente Medio dos viejos términos, violentos y medievales, han venido cobrando inusitada vigencia en el horizonte político y oficial del mundo actual. Se trata de los términos cruzada y yihad (guerra santa), repetidos en discursos de los líderes de algunas potencias.
perdiendo importancia frente a los avances de la ciencia, la tecnología, el consumo y los modos de producción. Un mundo supuestamente "globalizado", "informado", "tolerante" y "heterogéneo", un mundo que dice tender hacia la paz y la integración.
Al revisar las caracterizaciones de los sarracenos y los cristianos en las gestas medievales, llama la atención que, separada por más de nueve siglos, la mirada de Occidente sobre Oriente siga siendo virtualmente la misma: civilización vs. barbarie. El discurso y la actitud manifestados tanto en La Chanson de Roland como en El Cantar de Mio Cid siguen vigentes en una parte del pensamiento occidental: ese Oriente es distinto y, por lo tanto peligroso. "Ahora bien, ese gran drama e la derrota de España, transformada en victoria, requiere, junto a sus figuras luminosas, otras de sombra; el mundo de Ahrimán frente al de Ormuz. A Rolando el cristiano, opónese Marsilo, el sarraceno de España ( )18
Es en este recuerdo, distante y temible como un fantasma de la memoria, en el cual pudiera encontrarse la base del rechazo, el desprecio y la intolerancia hacia el Oriente. Trauma del cual, tristemente, ni la tecnología, ni los viajes, ni el comercio ni la globalización han podido liberarnos.
El modelo se repite con abrumadora coincidencia: nosotros, Occidente, somos la democracia; nosotros, Occidente, somos la libertad y la civilización; nosotros, Occidente, tenemos la razón: actitud cristalizada en el grito de Roland: "Paien unt tort e chrestïens unt dreit".19
¿Causa o efecto? Los integrantes del autoproclamado Estado Islámico, organización fanática e integrista de carácter supranacional, aspiran a un mundo completamente musulmán, caiga quien caiga en el intento. Aquí no hacen falta héroes nacionales. "Alá es Dios y Mahoma, su profeta". Con ese grito basta para unir a personas separadas por miles de quilómetros, educaciones diferentes y diversos tonos de piel. La inmediatez de las comunicaciones vía Internet proporciona una unión impensable sólo dos décadas atrás.
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Webgrafía
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/cantar-de-mio-cid-manuscrito-el- manuscrito-de-per-abbat–0/html/ Poema de Mio Cid. Manuscrito de Per Abbat – http://image.ox.ac.uk/show?collection=bodleian&manuscript=msdigby23b Manuscrito de la Chanson de Roland. Bodleian Library MS. Digby 23 (Pt 2).
Autor:
Josep M. Bernis Pueyo.
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