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La Literatura según M. Foucault: un Sendero hacia otra Experiencia del Pensamiento

Enviado por Jorge Dávila

Partes: 1, 2

    1. Buscando el afuera de la filosofía
    2. Mas allá del saber, mas acá del filosofar
    3. La literatura en el orden de los discursos
    4. La literatura: camino hacia el ser del lenguaje

    BUSCANDO EL AFUERA DE LA FILOSOFÍA

    En 1975, Michel Foucault se refería a sus textos sobre la literatura en los siguientes términos: "En el fondo, Blanchot, Klossowski, Bataille –los autores de textos literarios en los que Foucault fijó su atención, entre 1962 y 1966– eran para mí mucho más que obras literarias, o discursos internos de la literatura. Eran discursos externos a la filosofía"(FPP). Dibuja así Foucault un espacio fuera del texto literario y que pareciera desplegarse desde dentro del pensar filosófico. Veremos, sin embargo que, con la misma nitidez que se dibuja un afuera de la obra literaria, o de su propio discurso interno, se abre, al mismo tiempo, un afuera del propio pensar filosófico.

    En efecto, no parece ser la intención de Foucault elaborar una teoría de la literatura, de su creación, de la obra o del autor. Si algo se aproxima a una elaboración teorética sería, más bien, la constitución de un primer eslabón hacia el trastrocamiento del inmenso papel funcional que los discursos del saber, propios de fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, han otorgado a la literatura. Tal función pretende asignar al texto literario un carácter expresivo; la literatura entendida "como el lugar de todos los tránsitos, o el punto al que conducen todos los tránsitos, en fin, la expresión de totalidades"(ibid). ¿En qué consiste el trastrocamiento de esa funcionalidad? Pues bien, él se revela en dos niveles que Foucault mezcla, prácticamente, en cada uno de sus textos sobre la literatura.

    Un primer nivel se refiere al desentrañamiento de otra funcionalidad. Es el que aparece, de manera más explícita, en El orden del discurso y en ¿Qué es un autor?. Foucault intenta responder en esos textos, y en cuanto concierne no sólo a la literatura, sino a la profusión de diversos discursos, las siguientes preguntas: ¿Cuál es la actividad que permite que circulen ficciones, poemas, relatos en una cierta sociedad?, ¿Qué es lo que permite que un cierto número de esos relatos se sacralicen y funcionen como "literatura"?

    Un segundo nivel ocupa la reflexión de Foucault, ya no en la función que cumple el discurso literario; más bien, surgirá la ocupación por desentrañar el ser de la literatura. Esta reflexión aparece con mayor claridad en Le langage à l’infini, en Préface à la transgression y en La pensée du dehors. Esta reflexión de Foucault va a ser indisociable de la pregunta por el ser del lenguaje. "La literatura no es el lenguaje que se identifica consigo mismo hasta el punto de su incandescente manifestación, es el lenguaje alejándose lo más posible de sí mismo." (PD,520).

    Esta relación literatura-lenguaje, que incluso se anuncia como introducción a "una ontología formal de la literatura"1 (LI,254), puede dar sentido al hecho de que el paso de Foucault por la reflexión sobre la literatura haya sido un "ir y venir alrededor del propio círculo de la filosofía para hacer permeable –y por lo tanto, insignificante– la frontera entre lo filosófico y lo no-filosófico." (FPP).

    De manera que el anunciado trastrocamiento de la función del discurso literario no se agota en una substitución de una funcionalidad por otra; tampoco se agota en una propedéutica de la búsqueda de la esencia del lenguaje. Se anuncia, más bien, el rompimiento del círculo filosófico como apertura del espacio donde se hace posible otra experiencia del pensamiento. Pensar ese espacio es la tarea de un "pensamiento del afuera" que, más tarde, Foucault percibirá con mayor claridad como la constitución de la "ontología de nosotros mismos". Es un anuncio, entonces, de una estilística del pensamiento que recorre toda la experiencia del pensamiento constitutivo de todo el trabajo intelectual lentamente construido por Foucault. Este pequeño ensayo tan solo se propone bordear el contorno de ese anuncio.

    MAS ALLÁ DEL SABER, MAS ACÁ DEL FILOSOFAR

    Tomemos, pues, como punto de partida una suerte de cuádruple definición del pensamiento del afuera. Cuádruple, por cuanto se define en relación con dos grandes temáticas, al tiempo que se da de manera negativa y afirmativa. He aquí, esa definición:

    Este pensamiento que se mantiene fuera de toda subjetividad para hacer surgir como del exterior sus límites, enunciar su fin, hacer brillar su dispersión y no obtener más que su irrefutable ausencia, y que al mismo tiempo se mantiene en el umbral de toda positividad, no tanto para extraer su fundamento o su justificación, cuanto para encontrar el espacio en que se despliega, el vacío que le sirve de lugar, la distancia en que se constituye y en la que se esfuman, desde el momento en que es objeto de la mirada, sus certidumbres inmediatas, –este pensamiento, con relación a la interioridad de nuestra reflexión filosófica y con relación a la positividad de nuestro saber, constituye lo que podríamos llamar en una palabra "el pensamiento del afuera" (PD,521).

    Las dos grandes temáticas en relación con las cuales se da la definición, son la reflexión filosófica y la constitución de un saber positivo. Tal relación se da, en primera instancia, de manera negativa. ¿No es ello, ya una manera de comenzar a definir el pensamiento del afuera? Relación afirmativa, también, porque ¿cómo sería posible instaurar de otro modo el trabajo del pensamiento sin repetir el eco de la reflexión filosófica y la positividad del saber?

    Debe entenderse que la reflexión que se propone Foucault, tampoco tiene la pretensión de agotarse en un texto propiamente literario, construido por él mismo; sería la construcción de un círculo vicioso. Se trata, en lugar de ello, de desentrañar, del propio discurso literario, un decir, un habla que están derramados en ese discurso. Pero ese desentrañamiento exige una nueva experiencia del pensamiento.

    Y esta es el pensamiento del afuera que, en manos de Foucault, no se queda en mera insinuación al través de un relato2. De allí, la expresión afirmativa de la definición; aunque sólo sea una afirmación que anuncia la imposibilidad de una afirmación definitiva, absoluta.

    Exploremos, con algún grado de detenimiento, los elementos de esa cuádruple definición.

    *

    1 Recientemente, F. Gros ha destacado que sólo en la reflexión sobre la literatura Foucault se refirió a una ontología, antes de retomar el término para designar su propio trabajo histórico-crítico, a propósito de las últimas reflexiones sobre la Aufklärung, al final de su vida. (F. Gros, Foucault et le projet critique, en Raison

    Présente, 114, 1995; p. 20, nota 48).

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