La alta prevalencia de las perforaciones ha converti- do en arte la originalidad, llegándose a perforar zonas muy poco convencionales. Los piercings intra- orales y periorales pueden colocarse en (1,20): – La lengua: es la zona más usual. Se pueden hacer dos tipos de perforaciones: dorsoventral o dorsola- teral. En la zona dorsoventral, la perforación se rea- liza en esta dirección, normalmente es central y suelen colocarse barbells; en partes más laterales de la lengua y en la punta se colocan sobretodo anillos. La lengua puede ser objeto de varias perfo- raciones en diferentes zonas (Fig.4). En las perfo- raciones centrales, respecto a las laterales, hay menos riesgo de sangrado si se evitan los vasos sanguíneos mayores (1). La lengua, seguida del De Urbiola Alís I, Viñals Iglesias H Algunas consideraciones acerca de los piercings orales – Barbell: es una barra limitada por dos esferas, una en cada extremo, siendo una de ellas el cierre (1,12) (Fig. 3); las barras pueden ser rectas o cur- vas. Normalmente se colocan en la lengua (5). Inicialmente se mantienen con un tallo más largo y a las dos semanas –aproximadamente- se reem- plazan por otros con el tallo más corto (4). – Anillos: Normalmente se colocan en los labios y menos a menudo en zonas laterales de la lengua (5). LOCALIZACIONES ORALES Labrette Barbell Anillo Fig. 1. Tipos de piercings. Fig. 2. Labrette. Fig. 4. Perforación múltiple lingual. AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA/261 Fig. 3. Barbell.
AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA Vol. 21 – Núm. 5 – 2005 Fig. 5. Perforación múltiple labial. labio inferior es la zona oral donde se colocan más piercings, con una prevalencia en Estados Unidos del 81 y 38,1% respectivamente (6,7,21,22). El tiempo promedio de curación de la zona perforada es de unas 4 semanas (5,32). – El labio: puede perforarse en cualquier punto de su perímetro alrededor del borde bermellón (1,5) (Fig.5). Es posible encontrar anillos cerca de la comisura labial o en el centro del labio inferior (6), pero en éste normalmente se colocan labrettes. Las perforaciones se realizan desde fuera hacia el interior de la cavidad oral (1).El tiempo promedio de curación de la herida tras la perforación es de unas 5 semanas (5). – Las mejillas (conocidos como dimples): es una región poco utilizada (22). La perforación llega hasta la mucosa yugal y el piercing es externo. – El frenillo lingual: son muy poco comunes (22). Se denominan “Web” piercing. – La úvula: son muy raros por el elevado riesgo de complicaciones y por la dificultad de perforarla (22); muchos “pierciers” se niegan a colocarlos. CLÍNICA ASOCIADA A LAS COMPLICACIONES La clínica de las complicaciones puede presentarse durante la colocación del piercing, poco tiempo des- 262/AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA TABLA 1.- COMPLICACIONES DE LOS PIERCINGS Lesiones vasculares. Inflamación. Dolor. Lesiones nerviosas. Infecciones: • Locales. • Bacteriemia. • Transmisión de enfermedades. • Endocarditis. • Angina de Ludwig. Alergias a los metales. Traumatismos y fracturas dentarias. Alteraciones periodontales. Acúmulo de placa bacteriana y cálculo. Malposiciones dentarias. Aspiraciones-ingestiones. Sialorrea. Corrientes galvánicas. Alteraciones del habla/masticación/deglución. Lesiones hiperplásticas y epitelizacion de la superficie del piercing. pués o a largo plazo (1). Comentaremos las princi- pales complicaciones enunciadas en la Tabla 1: 1.- Lesiones vasculares Las hemorragias son una complicación posible durante la perforación especialmente en un órgano tan vascularizado como es la lengua, que contiene la arteria y la vena lingual con sus diferentes vasos. Si la aguja traspasa alguna estructura vascular, la hemo- rragia se controla -en general- eficazmente, no obs- tante pueden producirse sangrados extremos que precisen atención sanitaria inmediata (1,8,10,12). 2.- Inflamación A las 6-8 horas tras una perforación lingual los teji- dos circundantes empiezan a inflamarse, incremen- tándose el proceso durante los 3-4 días siguientes. Los ganglios submentonianos y submandibulares también pueden agrandarse por el proceso inflama- torio. Estos efectos pueden prolongarse algunas semanas (1).
De Urbiola Alís I, Viñals Iglesias H Algunas consideraciones acerca de los piercings orales so vendrá determinado por el continuo movimiento del piercing sobre el diente que puede provocar una fractura que ocasione finalmente una pulpitis (1, 12). 5.- Infecciones 5.1.- Infecciones locales: entre un 10 y un 20% de todos los piercings se infectan localmente. Los agen- tes causales más frecuentes son los estafilococos aureus, los estreptococos del grupo A y las pseudo- monas (2). 5.2. Bacteriemia: Tras una colocación reciente, se deberá solicitar atención sanitaria si aparecen sínto- mas de bacteriemia como fiebre, escalofríos, tem- blores y un enrojecimiento circundante a la perfora- ción (1). 5.3.- Transmisión de enfermedades: Se han descrito un reducido número de casos de hepatitis fulminan- te tras la colocación de piercings (2); sin embargo hay pocos estudios que constaten el riesgo de trans- misión de enfermedades relacionadas con esta prác- tica. Potencialmente la infección podría deberse a una mala higiene, a instrumentos mal esterilizados o a un mal aislamiento del campo local, en centros donde normalmente también se realizan tatuajes. Podrían transmitirse virus como el HIV, la hepatitis B, C y delta, el herpes simple, el Epstein-Barr, infeccio- nes por cándidas o bacterias como el tétanos, las pseudomonas, los estafilococos aureus, los estrepto- cocos, etc..(1,2,8,10,12,24). 5.4.- Endocarditis bacteriana: los piercings pueden provocar una grave infección del endocardio valvular en personas que sufren alteraciones cardíacas pre- vias (6). 5.5.- Angina de Ludwig: es una infección bacteriana debida principalmente a un estreptococo hemolítico. Puede presentarse inmediatamente después de la perforación intraoral, provocando una celulitis difusa del suelo de la boca y de la región suprahioidea que afecta al tejido conectivo y se extiende rápidamente a la región submadibular, submental y sublingual. Esta infección puede dificultar el habla la deglución y la respiración llegando a comprometer la vida del paciente, por lo que es imprescindible un tratamien- to urgente (1,8,12). AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA/263 Fig. 6. Ulceración de la base del labrette. Una lengua edematosa debida a la perforación con un objeto metálico, puede dificultar la alimentación, comprometer el habla o incluso la respiración, por la obstrucción de la vía aérea en el caso de formarse una angina de Ludwig, requiriendo una rápida aten- ción del profesional (1,8,12,13,23). Los labios igual- mente pueden inflamarse tras la colocación de un piercing. 3.- Dolor Los tejidos que rodean la herida causada por el pier- cing, debido a la inflamación o a la ulceración, pro- vocan dolor (Fig.6). La inflamación y el dolor son –de hecho- las complicaciones más frecuentes (10). El tiempo necesario para que remitan totalmente los síntomas tras una perforación lingual se calcula entre 3 y 5 semanas (5). 4. Lesiones nerviosas La lengua es un órgano inervado por diferentes pares craneales como el nervio trigémino, el facial, el hipogloso y el glosofaríngeo. Existe el riesgo de lesionar algún nervio durante la colocación de pier- cing, pudiéndose alterar el sentido del gusto o la función motora -en forma de parestesia- según el nervio afectado. Este tipo de lesiones son más fre- cuentes con los piercing dorsolaterales que con los dorsoventrales, pero pueden suceder con ambos (1,8,12). La pulpa dentaria también puede afectarse. El proce-
AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA Vol. 21 – Núm. 5 – 2005 6.- Alergias a los metales En función del tipo de material del piercing puede aumentar el riesgo de irritaciones crónicas o de hipersensibilidad al metal. Es importante una ade- cuada elección del tipo de material para evitar posi- bles complicaciones y una sustancia a evitar es el níquel. Un estudio realizado por Lhotka et al. (23) presentó una hipersensibilidad al níquel en el 18% de hombres y en el 23% de mujeres junto con elevados índices de hipersensibilidades a otras sustancias como el cromo que hasta entonces formaban parte de la mayoría de los piercings. Diversos autores con- sideran como la reacción alérgica más común la der- matitis de contacto, dónde el níquel y cobalto juegan un papel importante (23,25). Según una directiva de la Unión Europea, a media- dos de la década de los noventa, se restringió el uso de níquel en todos los productos que estuvieran en contacto directo con los tejidos humanos (23). Las sustancias metálicas más inertes y menos tóxicas ini- cialmente recomendadas para formar parte de los piercings eran el oro de 14K o 18K, el niobium, el acero inoxidable y el titanio (2). El acero inoxidable ha demostrado una buena biocompatibilidad, pero una de sus principales limitaciones en el uso clínico es su tendencia a la corrosión por su contenido en cromo y niquel, elementos bien conocidos por sus efectos tóxicos y carcinogenéticos. Sin embargo el acero inoxidable conserva aún un importante lugar en la fabricación de piercings con un baño dorado. El oro es un material bien aceptado al tener una escasa o nula toxicidad, sin embargo algunos com- ponentes pueden presentar cierta alergia o toxicidad en determinadas personas. Especialmente el titanio no presenta citotoxicidad y tiene una elevada resis- tencia a la corrosión en contacto con los fluidos orgánicos, siendo un material recomendable en la fabricación de los piercings (25). 7.- Traumatismos y fracturas dentarias Son las lesiones más frecuentes descritas por el uso de los piercings intraorales (5,22). El hábito de empujar y jugar con el pendiente contra los dientes o, simplemente, el hecho de tener un objeto extraño en la boca puede ocasionar fracturas, fisuras, abra- siones o desprendimientos de espículas de esmalte (chipping) provocando –sobretodo si existe implica- 264/AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA Fig. 7. Fracturas dentarias múltiples. ción pulpar- sensibilidades a substancias frías o dul- ces y la aparición de dolor al ejercer una presión en el diente afectado (1,8,13,22) (Fig. 7). De Moore et al. (12) registraron en un 80% de pacientes con un piercing lingual alguna pérdida en su estructura den- taria. Las complicaciones dentarias son más habi- tuales en los portadores de barbells linguales (en la zona de molares e incisivos inferiores) que en los piercings labiales (4,5). En los portadores de coronas de porcelana o con hábitos parafuncionales como el bruxismo, aumen- ta mucho el riesgo de fracturas o desgastes (12,13). 8.- Alteraciones periodontales La acción reiterada del traumatismo metálico contra el periodonto puede causar una leve, moderada o severa recesión gingival junto a traumas en los teji- dos vecinos (1,4,6,7,12,21,26,27) (Fig. 8). Las lesio- nes periodontales se relacionan en un 64.3% de casos con el uso de piercings linguales y en un 35.7% con los colocados en el labio inferior (22). En el estudio de Brooks et al.(22) se describen una serie de casos de recesión gingival por piercings; los colo- cados en la lengua provocaban la recesión en la cara lingual de los incisivos antero-inferiores junto con un aumento en la profundidad de las bolsas periodonta- les; los piercings colocados en el labio inferior pro- vocaron recesiones en la cara vestibular de los incisi- vos inferiores sin aumentar la profundidad de las bol- sas periodontales. El desarrollo de las recesiones en
De Urbiola Alís I, Viñals Iglesias H Algunas consideraciones acerca de los piercings orales Fig. 8. Recesión periodontal. la cara vestibular de los incisivos inferiores puede desarrollarse entre los 6 meses y los dos años tras la colocación del piercing (4). Campbell et al. (26) establecieron una correlación entre el número de recesiones, la longitud del tallo del barbell y la dura- ción del uso del piercing. La recesión gingival -a parte de problemas de índole estético- puede provo- car una abrasión de la superficie radicular con un aumento de la sensibilidad (4) y una predisposición a la caries en la zona expuesta (27).En ocasiones puede aparecer una hiperplasia de los tejidos afecta- dos con edema y dolor como consecuencia de la lesión. 9.- Acúmulo de placa bacteriana y formación de cálculo Kretchmer et al. (26) describen que la perforación lingual con un barbell puede provocar acúmulos de placa y cálculo supra y subgingival en dientes ante- roinferiores debido a que la esfera inferior del pier- cing contacta continuamente con los dientes. 10. Malposición dentaria En la Fig. 9 observamos una linguoversión de dos incisivos de la arcada inferior debido al trauma con- tinuado del labrette sobre la superficie dentaria. La malposición se explica por un desequilibrio de las fuerzas musculares de la lengua frente al orbicular de los labios y el anillo del bucinador. En nuestra revi- sión de la literatura consultada no hemos encontra- do descrita esta alteración. Fig. 9. Malposición dentaria por trauma continuado. 11.- Aspiraciones e ingestiones La mala fijación del piercing puede provocar su aspi- ración o deglución, ocasionando lesiones en el apa- rato respiratorio o digestivo. Éstas también pueden deberse a la manipulación durante la colocación o a movimientos en los que se ejerce gran presión, por ejemplo en las comidas (1). 12.- Sialorrea El contacto de un artefacto metálico en la boca puede estimular la producción de saliva, que incluso puede ser más fluida (12,26). El efecto de estimula- ción salival fue descrito en 8 de 51 individuos en un estudio californiano (5). 13.- Corrientes galvánicas Los pacientes pueden mostrar una hipersensibilidad en las restauraciones de amalgama en contacto con el metal del piercing (1,10,12). 14.- Alteraciones del habla, masticación o deglución El piercing puede obstaculizar el habla al interferir los movimientos normales de la boca provocando defectos en la pronunciación. También la mastica- ción y la deglución puede estar comprometidas debi- do a la interposición del objeto (8,12,13,26). 15.- Lesiones hiperplásicas y epitelizaciones del piercing AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA/265
tamientos alternativos a los usuarios de los mismos. Si el portador de un piercing consulta por una infla- mación o un dolor grave, deberemos retirar el pier- cing y prescribir un colutorio o un gel de clorhexidi- na, un antinflamatorio sistémico, en algunos casos dar una terapia antibiótica, y realizar un seguimiento posterior (8). Los efectos de la inflamación inmedia- ta tras la colocación de un piercing pueden ser palia- dos con enjuagues de suero salino o con los trata- 266/AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA Vol. 21 – Núm. 5 – 2005 Fig. 10. Epitelización de la superficie del piercing. La perforación de los tejidos blandos puede cicatri- zar de forma hiperplásica (1,8). Un factor que puede contribuir a las lesiones hiperplásicas es el movi- miento continuado del piercing en el tejido sobre el que se inserta (5). La herida causada por la colocación del piercing puede evolucionar -tras varios meses- con el recu- brimiento epitelial del mismo (Fig.10), lo que supo- ne una complicación en el momento en que se desea retirarlo (2,4,10). DISCUSIÓN Los dentistas deben conocer los posibles riesgos de la colocación y el mantenimiento de los piercings intraorales para informar a sus pacientes (1,2,4,6,10,11,13). No obstante, no podemos igno- rar que la población portadora de tales ornamentos es en muchas ocasiones reacia a quitárselos (7), por lo que también deberemos recomendar y ofrecer tra- mientos anteriormente descritos (1).Los piercings labiales respecto a los linguales parecen ser menos agresivos si consideramos el número de infecciones postoperatorias tras su colocación (5). En los casos en que la inflamación de la lengua sea generalizada, afecte a la faringe o comprometa a la deglución o a la vía aérea, el tratamiento será urgente con la admi- nistración de antibióticos y corticoides sistémicos (29). Ante una Angina de Ludwig el tratamiento debe ser hospitalario, enérgico y multidisciplinario, con anti- bioticoterapia intensa acompañada de ciertas medi- das -según la gravedad- como es el desbridamiento profiláctico de todos los espacios afectados y el con- trol del grado de dificultad respiratoria. Es importante pautar las medidas profilácticas frente a la endocarditis bacteriana (Tabla 2) en aquellas per- sonas que quieran realizarse una perforación y pre- senten alguna alteración cardíaca susceptible (6,30). Para evitar las fracturas y los desgastes dentarios lo ideal es recomendar al paciente la retirada del pier- cing o como alternativa el uso de barbells linguales de tallo más corto (5); el tratamiento conservador deberá restaurar la superficie afectada y realizar una endodoncia si hay afectación pulpar; tras la restaura- ción dentaria, la fractura puede recidivar en poco TABLA 2.- PAUTA PROFILÁCTICA FRENTE A LA ENDOCARDITIS BACTERIANA EN ADULTOS (American Heart Association, 1997) 15 Pauta estándar: Amoxicilina 2 gr, por vía oral, 1 h. antes de la intervención. Alérgicos a la Penicilina: Clindamicina 600 mg., o Cefalexina/Cefadroxilo 2 gr o Azitromicina/Claritromicina 500 mg por vía oral 1 h. antes. Intolerancia a la vía oral: Ampicilina 2 gr, por vía i.m. o e.v., 30 min. antes. Alérgicos a la Penicilina con intolerancia a la vía oral: Clindamicina 600 mg por vía e.v. 30 min. antes; o Cefazolina 1 gr im o ev. 30 min. antes.
tiempo si no se retira el piercing o si persiste el hábi- to de golpear y jugar con él ; es importante advertir a los pacientes de tal posibilidad (9); en estos casos están indicados los protectores dentales. Este con- sejo también debe darse a los atletas usuarios de piercings intraorales (4). Tal y como describen diversos autores (21,32), uno de los problemas del paciente que acude al odontó- logo reside en que no siempre lleva puesto el pier- cing que usa normalmente y podemos encontrarnos con desgastes, roturas del esmalte de incisivos o de molares o recesiones gingivales de difícil explicación si no reconocemos el antecedente. Ante la presencia de un acúmulo de placa bacteria- na, cálculo supra o subgingival, recesiones gingiva- les y/ movilidad dentaria, deberemos aconsejar tam- bién la retirada del piercing; además daremos ins- trucciones de higiene oral, realizaremos una profila- xis y un raspaje y alisado radicular en la región afec- tada con el fin de reducir la inflamación, el sangrado gingival y la posible pérdida de soporte óseo (31). La progresión de la recesión gingival se detiene con la retirada del piercing, aunque el tratamiento definitivo puede implicar la cirugía del defecto tisular y el pos- terior control del paciente (4,5,6,21,27). Es preciso realizar radiografías periapicales para valorar un posi- ble ensanchamiento del espacio del ligamento perio- dontal y/o un adelgazamiento de la lámina dura (7). Los pocos casos en que se presente un posible gal- vanismo, deben tratarse sustituyendo la obturación de amalgama por una resina como el composite; otra posibilidad es substituir el piercing metálico por otro material, ya sean sólo las esferas o los cierres o también la barra (12). La presencia de un piercing en la cavidad oral puede interferir la práctica odontológica en diferentes momentos: – Ante una exploración radiográfica puede ser nece- sario retirarlo ya que si es metálico representa un artefacto radiográfico que puede impedir la visuali- zación de algunas estructuras. Si se trata de una radiografía panorámica debe retirarse cualquier objeto metálico situado por encima del cuello. Los piercings de la mejilla o del labio deben ser retira- De Urbiola Alís I, Viñals Iglesias H Algunas consideraciones acerca de los piercings orales dos antes de realizar radiografías periapicales o de aleta de mordida. Frente a un artefacto radiopaco en la radiografía deberemos plantearnos el diag- nóstico diferencial con un piercing intraoral (1,5,12). – La necesidad o no de retirar el piercing para una anestesia local dependerá del criterio de cada pro- fesional. En las anestesias tronculares -al afectar la lengua- se incrementa el riesgo de fractura denta- ria hasta la total desaparición de la misma. Si se requiere anestesia general para una intervención quirúrgica existe la controversia sobre la necesidad o no de retirar el piercing (sobretodo los lingua- les);durante la anestesia el piercing podría ser aspirado, traumatizar los tejidos o ser un obstácu- lo en la intubación. Al retirarlo, un método simple para evitar que la perforación se cierre, es la colo- cación de un hilo de nylon o un catéter epidural muy fino a modo de anillo (1,31,32, 33). AGRADECIMIENTOS Al Dr. Dan Grauer Amir, por su inestimable ayuda. BIBLIOGRAFÍA 1.- Peticolas T, Tilliss TSI, Cross-Poline GN. Oral and perioral piercing: A unique form of self expression. J Contemp Dent Pract, 2000; 1 (3): 1-10. 2. Guiard-Schmid JB, Picard H, Slama L, Maslo C, Amiel C, Pialoux G, Lebrette MG, Rozembaum W. Piercing and its infectious complications. A public health issue in France. Press Med 2000 Nov 18; 29 (35): 1948-56. 3. Sean T, Carroll MD, Riffenburgh RH,Roberts TA, Myhre EB. Tattoos and body piercings as a indi- cators of adolescent risk-taking behaviours. Pediatrics, June 2002; 109 (6): 1021-7. 4. Chambrone L, Chambrone LA. Gingival reces- sions caused by lip piercing:case report. J Can Dent Assoc, 2003; 69 (8): 505-8. AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA/267
19. Establishing the sanitary regulations applicable to tattoo and /or piercing establishments (cata- lan). En: Decree 28/2001 of January 23, DOG (Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya) nº3318 of February 1,200177(1):29-34 20. Price SS, Lewis MW. Body piercing involving oral sites. J A D A, 1998 Jan;129 (1):16. 21. O’Dwyer JJ, Holmes A. Gingival recession due to trauma caused by a lower lip stud. Br Dent J 2002; 192 (11): 615-6. 22. Books JK, Hooper KA, Reynolds MA. Formation of mucogingival defects associated with intraoral and perioral piercing. JADA, July 2003; 134: 837-43. 23. Lhotka CG,Szekeres T, Fritzer-Szekeres M, Schwraz G, Steffan I, Maschke M, et al. Are Allergic Reactions to Skin Clips associated with delayed Wond Healing?. Am J Surg, 1998; 176 (4): 320-3. 24.Chimenos E, Batlle I, Velásquez S et al. Estética y cultura: patología bucal asociada a ciertas modas “actuales”. Medicina Oral, 2003; 8: 197-206. 25. Rogero SO.,Higa OZ, Saiki M, Correa OV, Costa I. Citotoxicity due to corrosion of ear piercing studs. Toxicology in vitro 2000, Dec; 14 (6): 497- 504. 26. Kretchmer MC, Moriaty JD. Metal piercing trought the tongue and localitzed loss of attach- ment. A case report. J Periodontol, 2001; 72 (6): 831-33 27. Sardella A, Pedrinazzi M, Bez C, LodiG. Labial piercing resulting in gingival recession. A case series. J Clin Periodontol, 2002; 29: 961-3. 28. Campbell A, Moore A, Williams E, Stephens J, Tatakis DN. Tongue piecing: Impact of time and barbell stem length on lingual gingival recession and tooth chipping. J Periodontol, 2002; 73: 289- 297. 29. Keogh IJ, O’Leary G. Serious complication of ton- gue piercing. J Laryngol Otol, 2001; 115: 233-4 30. Gay Escoda C, Berini Aytes L. Normas Generales de tratamiento de la infección odontógenica. En: AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA Vol. 21 – Núm. 5 – 2005 5. Boardman R, Smith RA. Dental implications of oral piercing. Ca Dent Ass J, 1997; 25 (3): 203-7. 6. Er N, Özkavaf A, Berberoglu A, Yamalik N. An unusual cause of gingival recession:oral piercing. J Periodontol 2000; 71: 1767-9. 7. Dibart S, De Feo P, Surabian G, Hart A, Capri D, Su M-F. Quintessence Int, 2002; 33: 110-2. 8. Farah CS, Harmon DM. Tongue piercing: case report and review of current practice. Aus Dent J, 1998; 43 (6): 387-9. 9. Ram D., Peretz, B.Tongue Piercing and insertion of metal studs: three cases of dental and oral consequences. J Dent Child, 2000; 67 (5): 326-9. 10. Theodossy T. A complication of tongue piercing. Br Dent J, 2003; 194 (10): 551-2. 11. Marcoux D. Apperance,cosmetics, and body art in adolescents. Dermatol Clin, 2000 Oct; 18 (4): 667-73. 12. De Moor RJ, De Witte AM, De Bruyne MA. Tongue Piercing and associated oral and dental complications. Endod Dent Traumatol, 2000; 16 (5): 232-7. 13. Botchway C, Kuc L. Tongue piercing and asso- ciated tooth fracture. J Can Dent Assoc, 1998; 64: 803-5. 14. Schultz H. Brazil’s big-lipped Indians. National Geographic Magazine, 1962;121 (1):119-25. 15. Mayers LB, Judelson DA, Moriarty BW, Rundell KW. Prevalence of body art (body piercing and tattoing) in university undergraduates and inci- dence of medical complications. Mayo Clin Proc 2002 Jan; 16. Ferguson H. Body piercings. Br Med J 1999; 319: 1627-9. 17. American Dental Association,Current Policies, Prevention and Health Education, Policy Statement on intraoral/perioral Piercing, Chicago, American Dental Association, 1998:743. 18. BoschX. Catalonia regulates body artist’work. The Lancet, 1998; 352: 1454. 268/AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA
Tratado de Cirugía Bucal. Ediciones Ergón 1999; p.636. 31. Brown DC. Anesthesic considerations and a safe solution. Anesthesiology, 2000; 93 (1): 307-8. 32. Oyos TL. Intubation sequence for patient pre- senting with tongue ring. Anesthesiol, Jan, 1998; 88 (1): 279. 33. Rosenberg AD, Young MRN, Beirnstein RL. Tongue Rings: Just Say No. Anesthesiol, Nov 2001; 89: 1279. De Urbiola Alís I, Viñals Iglesias H Algunas consideraciones acerca de los piercings orales CORRESPONDENCIA Dra. Helena Viñals Iglesias. Paseo de San Juan 80, 2º 1ª. 08009.Barcelona AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA/269
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |