Vinculación universidad y sociedad. Las artes en la UNAM: la necesidad de una inmediata transformación (página 2)
Enviado por Fernando Jiménez-Romero
En el caso de las instituciones de educación superior en especial, se ha demostrado que no sólo sirven de medio de formación de los alumnos o como entidad social de transmisión de conocimientos, sino (y esto es especialmente significativo desde que las universidades obtuvieron su autonomía de las fuerzas dominantes, ya sean religiosas o políticas) como factor determinante en la construcción y transformación de sociedades enteras cuanto son ellas las que promueven, desarrollan investigaciones y generan nuevos conocimientos a partir de los descubrimientos realizados y es en ellas en donde se gestan, desarrollan y cobran fuerza ideologías.
Es por esta razón que, reconociendo la importancia de las universidades, los gobiernos han apoyado dichas investigaciones y a las mismas universidades; lo que une a ambas instituciones en una especie de relación dialéctica.
Desgraciadamente, en los últimos años y, debido a un mundo más exigente en cuanto a desarrollo tecnológico, industrial, comercial y financiero; y a una forma de vida impactada cada vez más por la globalización, las llamadas ciencias sociales, humanas y especialmente las artes han recibido cada vez menos apoyo y difusión por lo que concurrimos actualmente a una crisis en la producción de obras de arte en nuestro país.
Por ejemplo, un hecho tal vez muy poco conocido es que México puede estar orgulloso de poseer la primera escuela de arte en toda América. «En América, la primera escuela en impartir cursos de pintura, escultura y arquitectura fue la Academia de San Carlos (hoy conocida como Escuela Nacional de Artes de la UNAM) de la Nueva España. Fundada… el 4 de noviembre de 1781[5]
Durante mucho tiempo, la Academia de San Carlos, produjo notables artistas de talla internacional como Diego Rivera, Frida Khalo, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, pero actualmente, gran parte de las dependencias derivadas de ella se encuentran en condiciones precarias.
«Debido a la historia misma de las disciplinas artísticas dentro de la institución, se han confundido las funciones de enseñar y de investigar con la de difundir la cultura. [Desde la fundación de la academia de San Carlos y, especialmente en 1929 y por las necesidades propias de cada época], el terreno de las artes ha ido creciendo de forma constante dentro de la UNAM y hoy cuenta con varias dependencias con diversos grados de importancia, a saber: 1.Facultad de Arquitectura, 2.Escuela Nacional de Artes Plásticas, 3. Escuela Nacional de Música, 4. Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, y 5.Centro Universitario de Teatro[6]
De las instituciones anteriormente señalada es de importancia señalar el caso de la ENM cuyo panorama actual requiere una inmediata transformación. Revisemos el estado en el que se encuentra y las razones por las que se encuentra en crisis:
La música ha sido elemento esencial en todas las culturas. Como parte de rituales religiosos, por motivos estéticos o ambientales, la práctica musical ha desempañado un papel importante en cada una de las sociedades, sean desarrolladas o no. «El estudio mismo de las disciplinas artísticas en instituciones laicas se inicia en 1795 con el Conservatorio nacional de Música, que crea Napoleón Bonaparte. Su instauración en América Latina forma parte de un largo proceso que comprende más de 100 años y, en algunos países todavía no concluye. En México, la escisión en dos núcleos de los profesores del Conservatorio Nacional en 1929 condujo a unos a fundar una Facultad de Música en la UNAM, después Escuela nacional de Música (ENM)[7]»
La docencia musical en la UNAM se encuentra diversificado. Pero todavía no se cuenta con un modelo bien definido de enseñanza e investigación; es decir, aún no han madurado muy bien a pesar de que ahora se cuenta además del modelo del Conservatorio Nacional, el modelo estadounidense cuya concepción más reciente y moderna está inspirada en el carácter abierto de una enseñanza universitaria. A pesar de esta diversidad, se cuenta en esta rama de las artes con las siguientes instancias:
Centro de Iniciación Musical (CIM). Su función es formar musicalmente a alumnos de educación básica y hasta la preparatoria.
Escuela Nacional Preparatoria (ENP). Se imparte aquí la introducción a la música y se dan algunas actividades musicales.
Escuela nacional de Música (ENM). Forma en los niveles de técnico en música y licenciado en música –ejecuntante, profesor y compositor-.
Dirección General de Actividades Musicales de la Coordinación de Difusión Cultural. Realiza cursillos y encuentros en torno a la formación de instrumentistas y compositores.
Facultad de Filosofía y Letras. En este se imparte un seminario de historia de la música mexicana y está en proyecto otro sobre la música contemporánea.
Facultad de Psicología. En esta se imparte la materia de psicoacústica.
En la Facultad de Ciencias se imparte la materia de acústica física.
Centro Universitario de Estudios Universitarios. Se han impartido materias como relaciones audiovisuales y música para el cine.
Centro Universitario de Teatro. En este se imparte adiestramiento vocal y canto.
Actualmente, en la ENM «la falta de estímulos de la propia institución para sus egresados o alumnos avanzados en música ha contribuido a que, en el interior de la UNAM, tenga menos reconocimiento de lo que formalmente, alcanzan sus estudiantes del propedéutico o de la licenciatura, cuando son evaluados por instituciones musicales del extranjero. La ENM acusa problemas endémicos que provocan principalmente una lata deserción, lo que a su vez contribuye a que atraiga a un tipo de alumnado que no pretende desembocar en la vida profesional, sino que utiliza a la ENM como academia de arte para una formación, cuando no superficial, sí lejos de ser universitaria[8]
Esto es verdaderamente alarmante. Al parecer, en un país que se encuentra en la recuperación económica tras una de sus crisis más fuertes en los últimos años, registrada en 1994 con el llamado «error de diciembre», y por la cual se halla más orientada hacia los terrenos industriales y comerciales, existe una tremenda despreocupación por la producción musical que aunada a la falta de una formación elemental en aspectos de apreciación, sensibilización y valoración artística desde los grados básicos de la escuela (primaria, secundaria y aún en la preparatoria), necesaria para una relación entusiasta, de vinculación más profunda con la música y otras artes, como la sensibilización que se promueve hacia el sentimiento patriótico, y a algunos factores dentro de la misma ENM que a continuación mencionaré, trae como consecuencia la masiva deserción de la Comunidad estudiantil frustrada y un malinchismo muy marcado hacia las obras musicales, manifestado por la presencia de músicos extranjeros dentro de la misma Orquesta filarmónica de la UNAM de la que nos sentimos tan orgullosos sin saber que enaltecemos a universidades de otros países como Estados Unidos.
Pero, ¿Cuáles son esos elementos que impiden el amplio desarrollo de la música con visión universitaria en la UNAM y por qué se encuentra en crisis?
1. «En comparación con otras instituciones similares en México, como el Conservatorio Nacional o la escuela superior de música, ambos de la SEP, la ENM mantiene la exigencia de [un] bachillerato para los que en ella ingresan, si bien este es un caso sui generis. Es la única licenciatura en [toda la UNAM] que tiene un bachillerato especial o, mejor aún, exclusivo, pues solamente se puede estudiar en la propia escuela[9]Este bachillerato es el llamado propedéutico que convierte la música en una carrera de difícil aspiración ya que el alumno que desea estudiar alguna especialidad en música no sólo debe enfrentarse e la poca difusión que este arte tiene en los grados básicos de la escuela, las carencias de didáctica artística en las escuelas preparatorias y la dificultada que representa realizar esos estudios para la mayoría de los mexicanos que estadísticamente sólo alcanzan los estudios de nivel secundaria aún en los estados más desarrollados y con mayores oportunidades de empleo de la república, sino que además debe enfrentarse a las dificultades presentadas por la ENM.
Por un lado, si el aspirante decide tomar clases en la ENP, y aunque en ésta se imparten algunas materias similares a las que se imparten en el bachillerato único de la ENM, no se reconoce esta preparación y se exige cursar el propedéutico en el CIM que es de nada menos que de tres años antes de ser admitidos en la licenciatura que es de cuatro años. Por otro lado, aunque el rígido plan de estudios del bachillerato produzca alumnos especializados, de ninguna manera se pueden revalidar las materias tomadas para la licenciatura ni cuentan como créditos universitarios por lo que el total de una licenciatura en música o profesión similar viene a ser de siete años.
2. «Un gran número de profesores tiene un vínculo escaso o nulo con la práctica profesional, de manera, que varias de las materias de estudio están en manos de especialistas poco exitosos por las condiciones de la enseñanza musical universitaria[10]Y los que son exitosos en este vínculo lo son no por la labor de la institución o por las oportunidades ofrecidas por la ENM hacia ellos sino por su propia iniciativa autodidacta, asistencia a talleres o cursos y un empeño continuo.
3. «Un examen global de estudios para la obtención de una simple licenciatura, implica un penoso proceso que demanda del aspirante someterse sin dispensa a una burocracia para llevar a cabo la acreditación de cada una de las materias de la carrera a lo largo de distintos períodos de examen». Y frecuentemente los jurados que califican el examen están menos calificados que los propios aspirantes. Un hecho que resulta frustrante y muy humillante.
4. «Un egresado de licenciatura no tiene posibilidades de continuar con la escuela, sino que su formación musical en niveles de posgrado tiene que hacerse fuera del país[11]Esto es porque, como ya se mencionó en renglones anteriores la formación del aspirante a músico en el hiperpropedéutico es tan especializada y sólida que, aunque en nuestro país, y especialmente la ENM no reconozca su valor, en Estados Unidos sí puede, tras una evaluación ingresar a estudios de posgrado sin necesidad de pasar por la licenciatura.
5. Dentro del mismo propedéutico, la disciplina es tan rígida hacia los estudiantes que «cualquier pequeño retraso en el ciclo inicial los convierte en alumnos irregulares[12]
6. Otro de los factores importantes «que contribuye al éxodo estudiantil y a los bajos porcentajes de estudiantes recibidos en la carrera universitaria de música es el rígido concepto de plan de estudios […] carente de un debido enfoque humanístico o científico y basados en métodos anticuados de educación. No pueden formar a los especialistas de todas las carreras existentes en la profesión, incluso algunas que podrían considerarse tradicionales pero no se imparten en la escuela[13]
Puede percibirse pues que «en una interacción que va del taller del artista a las escuelas, la definición de las disciplinas artísticas, en particular las artes visuales, las escénicas, la música y la danza, no ha madurado aún dentro de las instituciones de enseñanza superior en América Latina [en México, especialmente dentro de la UNAM][14]»
El resultado de todo esto: desde hace casi 20 años no tenemos a alguien que haya recibido un premio a la creación artística y extensión de la cultura; pero más grave aún en los últimos años no se han producido en México, genuinas obras de arte y, parece que las cosas que distinguen a nuestro país en el ámbito internacional continua siendo la imagen de indios con la que nos identificaron desde la conquista. Es necesariamente urgente hacer una revisión de la música, sus planes de estudio, su concepción para superar la crisis en la que nos encontramos.
El campo de la arquitectura al parecer sí ha dado buenos frutos. Tal vez este hecho se deba a que los resultados de la carrera y la aplicación de la profesión a la vida cotidiana y a la sociedad, sea más notable cuanto que son ellos (los arquitectos) quienes desarrollan complejos de edificios, templos, escuelas, administración de espacios que repercuten más directamente en el área industrial y comercial de nuestro país. Y es por eso que la arquitectura goza de mayor aceptación, apoyo y consolidación dentro de la UNAM.
«Debido a su larga tradición, a su vocación auténticamente universal, a la pluralidad de su profesorado, la UNAM ofrece hoy en día una visión amplia y diversa de la arquitectura, el paisajismo arquitectónico, el diseño industrial y el urbanismo, bajo una óptica humanista que reconoce en la sociedad y sus individuos a los grandes edificadores del patrimonio cultural y material, y que entiende a la arquitectura como una pieza fundamental de bienestar social y del desarrollo de la cultura.
Superando sus crisis cíclicas, en los albores del siglo XX se incorporó a la naciente Universidad Nacional para convertirse en el asiento de las discusiones entre vanguardistas y academicistas, polémica bajo la que se formó la generación de profesionales que, con la construcción de la ciudad universitaria [a partir de 1950], y de las grandes obras urbano-arquitectónicas de mediados del siglo XX, dio cuerpo material a la Universidad y al México Moderno.
En la actualidad, la diversificación de los estudios de arquitectura, arquitectura de paisaje, diseño industrial y urbanismo, sus respectivos programas de posgrado y el impulso a la investigación colocan a la que un día fue la antigua Academia de San Carlos, nuestra actual Facultad de Arquitectura, en la antesala de un nuevo papel fundamental para el pensamiento y el quehacer de nuestras disciplinas en el ámbito Nacional[15]
¿Qué hay que decir de las artes escénicas? Hemos visto hasta ahora que el arte en general se encuentra en condiciones muy precarias y de poco desarrollo en comparación con otras carreras, especialmente las vinculadas al comercio, la administración y la industria. Excepción hecha ya de la arquitectura pero que, también reconocimos que se debe a su peculiar vínculo con la industria. En otros campos además de la música también tenemos carencias. El CNCA reconoce que en México faltan especialistas en gestoría de las artes escénicas y profesionales de las artes escénicas.
En mayo del año 2000, la revista Documenta-Citru publicó un Manual Básico de producción en Artes Escénicas realizado por Marisa de León con base en su amplia experiencia como productora ejecutiva y realizadora de talleres, con el propósito de contribuir a subsanar la carencia que existe en México en cuanto a la formación de profesionales en la gestoría de las artes escénicas.
En la convocatoria para asistir a uno de los cursos gratuitos que en 2001 se realizarían bajo la dirección de Marisa de León se reconoce que, «los creadores e instituciones siempre están preocupados porque haya productos de calidad en las carteleras, que se cumplan las metas políticas en ese sentido, pero no hay lugares en México ni bibliografía donde se puedan consultar las herramientas básicas para desarrollar todo lo que implica llegar a la conclusión de un proyecto escénico[16]
Tales carencias en el campo de las artes en México requieren una revisión inmediata y la participación de todo el sistema educativo de la nación para crear una nueva concepción y apego a las artes escénicas y no depender de las escuelas extranjeras para la formación.
Es pues muy evidente, tras este breve análisis que las artes no gozan de una sólida conformación y, por lo tanto no se ha hecho real el deseo de aquél alumno o alumnos que registraron para la historia su consigna sobre el pórtico de la Academia de San Carlos con la impresionable frase: «el arte de hoy… es una mierda. El de mañana depende de nosotros». Lo que indica una de dos opciones: 1. Esos alumnos no hicieron mucho, nada o lo suficiente para impulsar y mejorar la concepción artística, 2. No eran alumnos los que inscribieron la expresión en 1977.
Es evidente también, aunque esta idea parezca muy reiterativa, que en el México actual sólo se apoya a aquellas profesiones que representan una «importante inversión» para las necesidades de la población actual.
La Universidad nacional ha sido, desde su fundación, una institución de vanguardia en el pensamiento en México. Ha sido, como reconocimos al principio que lo son las instituciones de educación superior, modelo para la educación en todo el país, sus propias funciones han sido útiles para la formación de profesionistas en todas las disciplinas del conocimiento. Escuelas, centros e institutos de investigación y organismos vinculados a la difusión y, digamos «concientización» de la cultura, le dan una sólida estructura interfuncional que permite generar profesionistas, materias de estudio y de investigación, así como proyectar, además de los logros ajenos, los propios.
En las instituciones de educación superior en nuestro país, las artes y la música no han logrado todavía una integración pareja al desarrollo (como ya lo he venido señalando) de las demás disciplinas de las ciencias y las humanidades. Ello se ha debido, en esencia, a la falta de proyectos y programas institucionales de desarrollo de las artes a largo plazo. La evolución e las artes en el ámbito académico ha sido muy lenta, aún cuando ha crecido la importancia de forma gradual. Esfuerzos y logros en los pocos aspectos han sido parte de un proceso largo y difícil generalmente por una carencia palpable de resultados en la educación profesional, freno para un crecimiento más orgánico de la investigación y de su proyección cultural.
En el área de las artes si resulta obvio que los resultados que hasta ahora se han alcanzado por separado en algunas de las dependencias universitarias mencionadas es digna de mérito, la música en la UNAM se caracteriza por una evolución todavía desigual cuando se toman como referencia las funciones de enseñanza, investigación y difusión de la cultura. El arte en la Universidad, o por llamarlo así un «arte de excelencia universitaria», constituye en sí mismo una definición del arte desde una perspectiva académica que toma como modelos aquellos de las humanidades y las otras ciencias.
Tal vez después de leer el presente artículo, nos preocupemos un poco más, tal vez no. Pero no debemos perder de vista el triángulo formado por las instituciones educativas, las profesiones y la sociedad son un vínculo muy importante para la identidad cultural y nacional; y en el caso de las artes, uno los vértices (el de las instituciones educativas), está muy débil, lo que provoca que el de la sociedad tenga escaso conocimiento y por lo mismo escaso amor hacia la enseñanza y producción artística.
Es importante reflexionar si deseamos continuar teniendo la imagen internacional de un chile verde, con sombrero de charro, una botella de tequila en una mano y la bandera en otra o si queremos transformar esa imagen en un pueblo de artistas de gran calidad y con visión universitaria; y comprometernos así para procurar el desarrollo de esta disciplina.
José Blanco (Coordinador)
La UNAM, sus aportes, su crisis, su futuro
Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes
México, D. F. 2001
Zabalza Miguel A.
La enseñanza universitaria
Narcea S. A. Ediciones
España, 2001
Juan Leyva (Coord. Editorial)
Pensamiento universitario, tercera época
N° 84: universidad y sociedad, la inminencia del cambio
Segunda edición
UNAM, CESU
México, D. F. 1996
Perea Roberto
Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes
México, D. F. 2000
Alcaraz José Antonio
Revista Proceso (HEMEROTECA)
Lo bueno y lo malo del 76
Fecha: 08-Ene-1977 No. Publicación: 10
Reynaldos Carlos
Revista Proceso (HEMEROTECA)
Reestructuración en Artes Plásticas:
Retorno a la escuela mexicana
Fecha: 22-Ene-1977 No. Publicación: 12
Autor:
Fernando Jim?nez-Romero
Mi?rcoles, 25 de Noviembre de 2009
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS DE LA SALUD
LICENCIATURA EN PSICOLOG?A
[1] Revista Proceso. N? 12: 22/Ene/77
[2] Ib?dem.
[3] Ib?dem.
[4] Ib?dem.
[5] Leal F. Felipe, en ?La UNAM, sus aportes, su crisis, su futuro?. P. 347
[6] Estrada Julio, en ?La UNAM, sus aportes, su crisis, su futuro?. P. 387
[7] Ib?dem Pp. 361-362.
[8] ?Estrada Julio, en ?La UNAM, sus aportes, su crisis, su futuro? Pp. 372-373.
[9] . Ib?dem Pp. 363, 366.
[10] Estrada Julio, en ?La UNAM, sus aportes, su crisis, su futuro? P. 364.
[11] Ib?dem P. 365.
[12] Ib?dem P. 366.
[13] Estrada Julio, en ?La UNAM, sus aportes, su crisis, su futuro? P. 367.
[14] Ib?dem P. 361
[15] Leal Fern?ndez Felipe, en ?La UNAM, sus aportes, su crisis, su futuro? P. 358
[16] Perea Roberto, La Cultura, sala de prensa, CNCA.
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