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El arte es una garantía de salud mental (página 2)

Enviado por Berta Lucía Estrada


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Estos primeros dibujos, que bien podrían clasificarse como surrealistas, de una u otra forma desnudan su alma, y nos dan la mirada de una mujer en un mundo de hombres hecho para hombres; de ahí sus Femme-Maison. Mujeres que no sólo portan la casa a cuestas sino que se identifican a tal punto con ellas que llegan a reemplazar a sus rostros. Y es que su obra siempre ha estado marcada por una permanente búsqueda de la identidad de la mujer, en el buceo de su propia psique; búsqueda que se ha acentuado en los últimos años, cuando la muerte la acecha en cualquier lugar de su apartamento.

Ella misma dice: "Mi cuerpo se convierte en la materia prima y yo expreso lo que siento a través de él". Al mismo tiempo que crea la serie mujer-casa, defiende el rol de la mujer, sin que se haya considerado nunca una feminista comprometida. Yo diría más bien que ha sido una feminista consciente del rol que le ha tocado jugar a la mujer en la sociedad de todos los tiempos; lo que la hace, a mi modo de ver, mucho más feminista que las radicales que han contribuido a crear un ambiente de desconcierto y rechazo en la sociedad actual.

A finales de los ’60 crea "Personajes". Tótems que recuerdan los personajes de su infancia, marcados por el fantasma del exilio y que no hubiesen podido ser concebidos en su país de origen: "Yo no hubiera sobrevivido en Francia en el caos de la celda familiar", explica la artista. Es una obra compuesta aproximadamente de 80 esculturas, cada una con una identidad bien definida. Son esculturas frágiles, con un equilibrio precario y que recuerdan un poco a las obras de Brancusi. Algunas de ellas siguen con el tema ya explorado de la Mujer-Casa; los rascacielos que la encierran y que la ahogan, pero cuyos techos le permiten respirar. No en vano es en la terraza del edificio donde vive, donde instala por primera vez su taller. Otro de sus temas recurrentes en esta serie, es la soledad. Al respecto la artista dice: «Al principio hacía figuras solitarias que no tenían ninguna libertad… Ahora hago grupos de objetos que se relacionan entre ellos… Pero todavía existe el sentimiento que me movió al principio: el drama de uno entre muchos».

En los años ’60, se muestra como "l’enfant terrible" que ha sido desde siempre, al desafiar el puritanismo radical de la sociedad americana al crear "La abstracción excéntrica". Un serie de falos desproporcionados, algunos colgando del techo, otros emergiendo de superficies que recuerdan los drapeados de Bernini. Es cuando crea "Fillete" (Niñita). Un inmenso falo con el que posará orgullosa para el fotógrafo Robert Mapplethorpe en 1982. Una vez más surge la Louise Bourgeois que quiere bucear en el inconsciente. Ella misma dice: «toda mi obra está basada en mi infancia».

Por lo que para llegar a arrullar un falo proverbial y tomarse una foto con él debajo del brazo, como si se tratara de una baguette, con una sonrisa de mujer realizada sexualmente y sin tabúes a la hora de gozar del sexo, tuvo que haber librado primero una lucha consigo misma del tamaño de una catedral gótica. Sobre todo para expresar su sentimiento con respecto a "Fillette": "Cuando yo cargo un pequeño falo en mis brazos, me da la impresión de cargar un objeto amable, no un objeto al que yo le haría daño". Es en esta década que su obra alcanza dimensiones extraordinarias, sus temas abarcan todo el mundo femenino: el coito, el embarazo, la crianza, amamantar, el cuerpo de la mujer en el espacio, el dolor, sobre todo el dolor humano; y estos temas son representados con todos los materiales que están a su alcance: Bronce, mármol, yeso, látex, madera. En cuanto al exorcismo se refiere, ella misma dice: "El exorcismo es algo sano. Cauterizar, quemar con el objetivo de sanar. Es como cortar las ramas de los árboles. He aquí mi talento".

En 1974 crea la serie a la que hacía alusión anteriormente, "La destrucción del padre". Por una parte quiere aniquilar la imagen paterna y por otra deshacerse del dolor que le ha infligido la muerte del marido. Es una instalación turbadora. Es una gruta concebida como un pequeño teatro, donde la artista, junto a su familia, se dispone a darse un gran festín, a todas luces antropófago. La figura del padre amado y a la vez odiado, surge, en esta su primera instalación, como "…Una pieza claustrofóbica, demasiado claustrofóbica, sin que ofrezca ninguna salida", tal y como lo expresa la propia artista.

El gran escultor Richard Serra, y quien expone actualmente en el Grand Palais de París, dice al respecto: "La fuente del dolor, el corazón y la ansiedad de esta obra son indescifrables, no obstante despierta en mí recuerdos de experiencias personales que yo preferiría olvidar". En esta obra, como en muchas otras no es tanto la materia prima la protagonista como el color; sobre todo el rojo. El rojo puede significar pasión pero también violencia, desastre, caos, aniquilación, rabia y olvido. Y por supuesto el negro, muerte, tragedia, llanto, duelo. No es sino hasta el año de 1982, con la retrospectiva que se realiza en el Museo de Arte de Nueva York, que esta artista prodigiosa comienza a ser conocida en el ámbito internacional y a ser nombrada al lado de genios como Picasso o el mismo Giaccometti.

En 1980 Louise Bourgeois se traslada a vivir a un gran loft. Lo que parecería una anécdota sin importancia se convierte en uno de los ejes fundamentales de la obra que comienza a tomar forma a partir de ese momento. Son las Cell, o Celdas, donde la artista comienza a recrear todo el universo de su infancia. Sillas, brocados, tapices, miembros colgando, juguetes.

En los ’90 recrea las habitaciones de sus padres y la suya propia. Al observarlas, el espectador no puede escapar a la sensación de opresión y de ahogo que le invade. Las puertas, las ventanas, los laboratorios, las habitaciones íntimas, invitan al voyeur que abriga en cada uno de nosotros a fisgonear, léase bucear, las obsesiones que dieron lugar a tan extraordinarias instalaciones.

El símbolo de la tragedia y de la desesperanza está magistralmente representado en este ambiente traumático que cuenta, sin decirlo explícitamente, el abuso del que posiblemente fue víctima en su niñez. El buceo y la búsqueda de los recuerdos se hace aún más intenso, todo el pasado se despierta y grita para no ser olvidado ni ignorado. Luego vendrían las Cell encerradas por una inmensa araña. Homenaje a su madre, a quien ve como a alguien que trabaja permanentemente, que teje y desteje como la eterna Penélope. Desteje no para destruir sino para restaurar. No hay que olvidar que su oficio era restauradora de tapices antiguos. Ella misma dice: Yo vengo de una familia de restauradores. La araña es una restauradora. Si destruyes su tela, ella no se desespera. Ella teje y repara". Al mismo tiempo sus arañas quieren hacer un homenaje a la madre que cuida, que protege, que ama. Entre las dos había un lazo muy fuerte, hasta el punto que cuando la madre muere, Louise Bourgeois intenta suicidarse. Ella misma ha manifestado en varias ocasiones que su madre era su mejor amiga.

En los últimos años, hablo de la presente década, la artista, ya nonagenaria, ha encontrado nuevos canales de expresión. Lejos de sentarse en una butaca a esperar que la muerte le toque la espalda, se ha dedicado a crear las cabezas y tótems utilizando burdas telas y tapices antiguos: "Yo necesito mis recuerdos. Ellos son mis documentos. Me paso la vida mirándolos… y estoy profundamente celosa de ellos". El trabajo de su madre, el de tejedora, aparece nuevamente en sus manos y al igual que ella se convierte en otra Penélope. Como toda su obra es un trabajo inquietante, un grito que sale de sus entrañas para recordarle el embarazo, el parto, la crianza de los hijos, el hijo problema, el amor de madre. Ya no sale de su apartamento, recordemos que ha alcanzado la edad de 97 años y aún sigue creando… No en vano Louise Bourgeois no ha dejado de repetir a lo largo de estos años que "el arte es una garantía de salud mental", a lo que yo agregaría: una garantía de sentirse vivo.

*Nota: Tanto los nombres de las obras como las citas bibliográficas han sido traducidas del francés al español por la autora del artículo.

BIBLIOGRAFÍA

BADER, Cristhine. Louise Bourgeois, Scultura e opera grafichi. Suisse 2006.

CLAIR, Jean. Cinq notes sur l’oeuvre de Louise Bourgeois. Envois L’Échoppe. 1999.

Louise Bourgeois. Por Simonne Sauren (Búsqueda por Internet).

Louise Bourgeois: decir lo que no se puede decir. Por Sara Rivera (Búsqueda por Internet).

Publicaciones del Centro Pompidou:

Louise Bourgeois. Folleto de la exposición del Centro Pompidou. 2008.

Louise Bourgeois au Centre Pompidou. Beaux Arts. 2008. Este catálogo contiene los siguientes artículos:

  • "Indiferente à tout ce qui n’est pas art". Entretien avec Marie-Laure Bernadac et Jonas Storve. Commisaires de l’exposition.
  • Chère Louise, lettre d’amour. Par Marie Darrieussecq.
  • Magistrale marginale, Louise Bourgeois dans l’art contemporain. Par Itzhak Goldberg.
  • L’Album de 1945 à nos jours. Par Emmanuelle Lequeux.
  • Au nom du père, l’art comme thérapie. Par Eveline Grossman.
  • Les fils de l’araignée. Robert Gober, Mike Kelley, Tracey Emin… Par Emmanuelle Lequeux.
  • Face caméra. Entretien avec Brigitte Cornand. Propos recueillis par Bernard Blistene.

Louise Bourgeois. Connaissance des Arts. Centre Pompidou. 2008. Este catálogo contiene los siguientes artículos:

  • Naissance et rennaissances de Louise Bourgeois. Entretien avec Marie-Laure Bernadac, par François Legrand.
  • Roman de famille. Par Myriam Boutoulle.
  • Être sculpteur. Par Jerôme Coignard.
  • Quand les mots deviennent formes. Par Françoise Monnin.
  • Dans la peau de Louise Bourgeois. Oeuvres commentées par Guitemie Maldonado.

NOTAS BIOGRÁFICAS

Berta Lucía Estrada E. realizó estudios de literatura en la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá-Colombia), una Maestría y un DEA en el Institut des Hautes Etudes de l'Amérique Latine, Sorbonne III (París- Francia) y una Especialización en Docencia Universitaria en la Universidad de Caldas (Manizales- Colombia). Se ha desempeñado como docente universitaria. Durante 10 años trabajó como funcionaria en la Unidad de Cultura adscrita a la Alcaldía de su ciudad de origen, dictando capacitaciones a las bibliotecarias y docentes de primaria en la animación de lectura infantil y juvenil. Ha publicado cinco libros en papel, "Un regalo para la abuelita" (literatura infantil) y "Las cuatro estaciones" (poesía). Léeme una poesía con la luz apagada, un manual de literatura infantil y juvenil, ... de ninfas, hadas, gnomos y otros seres fantásticos, Féminas o el dulce aroma de las feromonas. Es colaboradora asidua de Papel Salmón, la separata dominical del diario La Patria de Manizales (Colombia). Desde enero 2008 ha sido invitada a publicar en Letras Uruguay. En monografias.com ha publicado varios artículos. Y regularmente publica en su blog: beluesfeminas.blogspot.com

 

Autora:

Berta Lucia Estrada E.

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